Realmente la historia de la síntesis de sonidos mediante sistemas eléctricos primero y posteriormente electrónicos, nació mucho antes, a finales del XIX, de la mano de los primeros desarrollos de la electricidad. En 1876, Elisha Grey (1835-1901) inventó unoscilador eléctrico que proporcionaba una onda sonora, un tono simple, sinusoidal. Grey fue uno de los antecesores del teléfono en los EEUU, aunque perdió las patentes frente a Graham Bell. Grey consiquió un vibrador mediante bobinas, que denominó el telégrafo musical: las señales telegráficas creaban un sonido. Posteriormente desarrolló un altavoz elemental, con una pletina que vibraba, llevando las notas. A medida que progresa la tecnología electrónica, concretamente el transistor, se hace posible la construcción de generadores de sonido más perfeccionados. Así, Robert A. Moog, en colaboración con un músico llamado Herbert Deutsch desarrolla los primeros VCO y VCA controlados por tensión. Un año más tarde, desarrolla los filtros controlados VCF, de paso bajo y paso alto y los generadores de envolvente ADSR y los teclados con memoria. El mes de octubre de aquel año, Moog presenta en una convención de Audio Engineering Society su trabajo titulado Módulos para musica electrónica controlados por tensión. Había nacido el moderno sintetizador analógico modular. Tres años más tarde, Moog Music Inc. producía una completa línea de módulos muy versátiles y fáciles de utilizar par la producción de sonidos. En 1968, Walter Carlos introduce el concepto de música electrónica, de laboratorio, y sorprende al personal con su versión de un Concierto de Brangerburgo de Bach y obtiene un gran éxito con su álbum Switched on Bach, una prodigiosa muestra de virtuosismo electrónico interpretando música de J.S.Bach.
Al principio, el sintetizador era visto como algo puramente experimental y elitista, quizá por el hecho de que sólo algunos artistas de la vanguardia se atrevieron a componer música hecha para sintetizadores. En el año 1968, un músico llamado Walter Carlos en colaboración con Moog grabó una serie de obras de Johann Sebastian Bach en un disco llamado Switched-on Bach (más conocido en los países de habla hispana como Bach Electrónico), usando un sintetizador Moog modular y una grabadora de 4 pistas. El álbum fue recibido con inusual atención, vendió cientos de miles de copias, fue el primer álbum de música clásica en obtener un premio Grammy así como ser el primer álbum de música clásica en vender un millón de copias y probó al gran público que el sintetizador podía ser adaptado a la música tradicional. Con el surgimiento de un nuevo mercado los fabricantes diseñaron modelos más pequeños como el Minimoog, además comenzaron a aparecer fábricas en Japón de la mano de marcas como Roland y Yamaha.