Historia De Sein En Navidad.docx

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Querida Victoria: La intención es que tengas una animado año nuevo, junto a tus compañeras, por eso se me ocurrió escribir una historia para entretenerte (lo que no quiere decir que sea entretenida, salió como salió). Queremos que estés bien pensando en cosas lindas o pavas, pero, con buen espíritu. Te queremos mucho y, a continuación, una historia de ciencia ficción sobre navidad para que pases el rato.

H

La Navidad en una lejana Galaxia

istoria de Sein (que en alemán quiere decir, simplemente, “ser”), en un planeta lejano, cuando en las afuera de su ciudad natal, sentado en una roca se preguntaba "¿por qué hay algo en lugar de nada?". En ese mismo instante, un rayo luminoso cruzó el cielo de aquella tarde. Seguidamente, algo se estrelló en las montañas con el aspecto de un relámpago en el horizonte. Sein intuyó que el evento tenía que ver con su duda existencial y, de madrugada, tomó una manta, algo de pan, un poco de té y unas zanahorias, para ponerse en marcha hacia la zona en que el rayo del cielo golpeó las montañas de aquel planeta. Con más ánimo que orientación, el joven, comenzó a caminar. En el sendero, se encontró con otro que, aparentemente, movido por la curiosidad, había decidido investigar lo ocurrido en las montañas. — ¿A dónde vas tú? —preguntó Sein— —Vi una luz extraña y allá voy —contestó el interrogado— —También yo —agregó Sein— es conveniente acompañarnos.

Desde ese momento, la travesía mejoró gracias al sentido de orientación del nuevo compañero. Aquel planeta, era un lugar tranquilo, pues, el pecado original no había calado tan hondo, "habían recibido menos" y las tentaciones estaban contenidas, porque la salvación había ocurrido a millones de kilómetros de distancia. Todos disfrutaban de cierta paz en el deber, pero, cierta opacidad cubría todo el planeta, púes, la caridad estaba ausente. Al finalizar la jornada, armaron campamento, comieron sopa de zanahoria con algo de pan; se quedaron conversando un rato y se entregaron al sueño. El dúo comenzó la marcha al amanecer y un caudaloso río les interrumpió la travesía. El acompañan-

te, demostrando cansancio, sugirió buscar un paso aguas arriba. Sein, dejando momentáneamente a su compañero, encaró la empresa. Volviendo sin éxito, se sorprendió de que su socio hubiera podido construir una tirolesa. Ambos cruzaron y siguieron el camino. De la orilla, Sein 1

tuvo que tomar unos frutos muy perfumados, por indicación del acompañante. — ¿Para qué es esta fruta? —dijo Sein— —Sorpresa —contestó el otro— Una cueva les sirvió de refugio para recuperarse durmiendo y tomando té con pan por la mañana. Nuevamente en camino, el desafío era superar un extenso valle. Atravesar ese terreno a pie era desalentador. Entonces, Sein recibió la indicación de sacar la fruta del río y colocarlas sobre una piedra. De pronto dos simovi (animales cuadrúpedos similares a cabras grandes que se pueden montar) se acercaron a comer y se convirtieron en el transporte para superar la llanura. Cuando llegaron al lago, había un bote amarrado, Sein se sorprendió con la naturalidad con que el acompañante se adueñaba de la barca. Al tocar la orilla, las cenizas, brasas y vegetación quemada señalaban la cercanía del objeto que cruzó el cielo. En efecto, un poco más allá descansaba una esfera metálica con una inscripción grabada: CONAE - Argentina 2050. —Esto viene del espacio —exclamó Sein—, mientras observaba una caja naranja a un metro de distancia de la esfera. El llamativo dispositivo tenía una botonera con distintos rótulos. Sein presionó uno identificado con la palabra "Evangelios". La inclusión de los “Evangelios" en esta sonda espacial es otra historia que no se contará aquí. Sólo hay que saber que, en los cohetes espaciales no tripulados, se incluyen grabaciones en dis-

cos con sonidos, imágenes e información sobre la tierra y la raza humana para conocimiento de otras civilizaciones posibles del universo. No más pulsar y dos discos se desprendieron de la caja; Sein los tomó, los observó junto al objeto del cual salieron. Los discos parecían calzar en una ranura del bloque naranja. El joven los introdujo, prestando atención a una mirilla de la caja, entonces, se aproximó y miró. Sein descubrió que se trataba de inscripciones de textos llamados Evangelios que estaban como micro imágenes en uno de los discos y que la caja naranja funcionaba como microscopio para la lectura. También, notó que el otro disco, compuesto de palabras e imágenes, era la referencia para aprender la codificación, es decir, el idioma. Después de despedir al acompañante, Sein se quedó tres años como ermitaño tratando de descifrar y comprender los Evangelios. En este tiempo comprendió el sentido buscado, la razón de la falta de felicidad en su planeta, la necesidad del amor y el propósito de olvidarse un poco de sí mismo para atender a los demás. — ¿Que hacer ahora? —se preguntó — ¿Anunciar la buena noticia a los demás? ¿Preparar a otros para que ayuden? ¿Estaré en lo cierto o lo he imaginado todo? Confundido en sus pensamientos, Sein, apenas cayó en cuenta de la visita repentina de aquella persona que lo había acompañado en el primer viaje. — ¿Me recuerdas? —dijo el acompañante — — ¡Claro qué sí! —manifestó Sein— 2

— ¿Qué pasó con las investigaciones? —preguntó el visitante — El intranquilo Sein comentó sus grandes avances y sus variados temores. De repente el acompañante se enfervorizó y comenzó a decir: —Descansa pequeño Sein, cuando te preguntabas con inquietud el Señor te escuchaba. Ahora, Dios me envía para confirmar tu reflexión, todo lo que has concluido es cierto y debes difundirlo. Yo soy un ángel del Altísimo, da gracias y cumple tu misión. El enviado desapareció, pero, marcó con una cruz como a fuego en el brazo de Sein, encima de la muñeca, para dejar claro que no se trataba de un sueño.

FIN

Ese día, fue llamado "El primero de la Fe" y, luego, Navidad en relación al primer día del Salvador en el universo. Algo que nadie sabe es que, Dios, quiso que el "El primero de la Fe" coincidiera con el 25 de diciembre de la tierra. Sein, ese mismo día fue movido armar un pesebre con objetos del campo, entonces, contempló, meditó y pidió. Luego, se levantó para cumplir su misión. Ya sabes, si te encuentras un pesebre a millones de kilómetros de la tierra, que no te sorprenda, tiene que ver con esta historia.

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