FATA: ¿CREES EN LAS HADAS? “Es precisamente de la realidad de donde salen los más hermosos cuentos” Hans Christian Andersen
Un paraje lejano y esquivo, rescoldo de nuestra infancia: breve instante de sueño que casi puede recordarse. Allí, la magia tiene todavía una morada donde habitar. Puede susurrarnos para invitar a escapar de la extrema rigidez que ahora nos gobierna. Su voz es una bella nota de memoria ancestral, cantada con gracia y nostalgia; va rozando las fibras sensibles del alma, en un sonido que comenzó en los albores del mundo, donde las Hadas tejieron el sino de los todavía jóvenes humanos, que en ese entonces, podían ver y creer en ellas. Las hadas representan esa parte de nosotros, transmitida a través de las narraciones, que se mantiene de una generación a otra. Son las hadas emisarias de una fantasía sobre la cual se construye la identidad de los pueblos: Sean nombradas de tal o cual forma en cada cultura, cómo diosas, sílfides, driade, elfos, rusalki, espíritus de la naturaleza, aparecidos; siempre han estado presentes en las leyendas del mundo. Aun hoy cuando la imaginación permanece enterrada bajo una visión que reconoce únicamente la existencia de aquello que puede ser comprobado por las leyes de la física, ellas encuentran la forma de entrar subrepticiamente por la ventana para acariciarnos la intuición y aquella dormida inocencia que nos queda.