GRILLETES DE LIBERTAD
Quise hacer de mi libertad, una libertad sin límites visibles, de mis intentos, sueños realizados, de mis palabras, fuertes nudos que ataran los miedos y las limitaciones que cargaba como yugo. Me hice un letrero luminoso de distancias invisibles, me convertí a empuje de martillos y cinceles en un solitario con felicidad consignada, con camino sin compañía. Sí, la soledad es desde entonces la respuesta filosófica a mis preguntas de existencia “cordial” con el mundo, el punto de acercamiento al interior que persigo, a la esencia que cultivo momento a momento, Hoy, le temo irasciblemente a los vínculos de acero, al amor que comparto sin abrir los ojos para ver a donde va, le temo a mi propia entrega incontenible, tanto como antes le temiera a la verdad y a la distancia. Aún quisiera ser un punto sin latidos delatores, aún preferiría no entender que hay rededores con tiempos que esperan verte tan pronto como te vas, abrazos de esencia imperturbable, poder mirar al frente sin ver nada más que camino, desafíos y retos sin rostro. Lagrimas impensables me han encharcado las mejillas, por tener hoy tibiezas, donde hubieran densas nieves, por tener palabras, donde tuviera hojas en blanco que esperaban mi llegar, de tener rayitos luminosos de esperanza donde solo hubiera viento de “enredada libertad”. Consigo entonces rescatar un pequeño resto de cordura, de la sonrisa constante que me embarga desde hace tiempo, del cariño compartido que me acorrala, de la gratitud que no he abandonado en la esquina de las penumbras de mi lejana calle, de la constante irrespirable de ese brillo que cargo en los ojos.
Walter 19 de septiembre de 2007 9:15 PM