Ganekogorta 2009-05-10 Gazt

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GANEKOGORTA (999 m.) – MONTE BOCINERO 10 05 09 El domingo 10 de Mayo teníamos previsto ir en autobús al Alto de Krutzeta para realizar las ascensiones al Durakogain, Ganboralde y Asentsiomendi, todos ellos en Aramaio, si bien en los primeros días de Mayo cambiamos de destino, cuando la Federación Vizcaína de Montañismo nos envió un correo electrónico anunciándonos que ese día se iba a celebrar en el Ganekogorta el “Día de los montes bocineros”, con la llamada a Juntas Generales de Bizkaia. Como el 28 de Junio teníamos previsto una salida a los Montes de Bilbao, decidimos apoyar la salida al Ganekogorta y retrasar el Durakogain a Junio. Los grupos de montaña que habían organizado la marcha montañera al Ganekogorta habían previsto, a las 08:00, tres puntos de salida: Arrigorriaga, Bilbao y Alonsotegui. Las tres columnas estaba previsto se juntasen en el Pagasarri a las 10:00, para posteriormente ascender conjuntamente a la cima del Ganekogorta, donde a las 12:00 se realizaría la tradicional llamada a Juntas Generales. También a las 13:00 estaba previsto una romería popular en las campas del Pagasarri. Como Itxartu Mendigoizale Taldea decidimos sumarnos a las columnas de montañeros directamente en el Ganekogorta a las 12:00. Por ello salimos 36 personas en autobús de Algorta a las 09:00 para dirigirnos hasta Alonsotegi, toda vez que teníamos previsto ascender el Ganekogorta en dos horas y media. El autobús nos dejó en el antiguo campo de futbol de Alonsotegui, debajo de la actual autovía del Corredor del Kadagua. El día no animaba mucho, pero el espíritu montañero imperaba entre todos. Tras bajarnos del autobús, nos dispusimos a ascender la imponente montaña de un desnivel muy considerable. Nuestra salida fue acompañada por el sonido de una bocina, anticipo a la que más tarde oiríamos en la cima. La temperatura y los pequeños claros que apuntaban, hacían caer por tierra las tristes previsiones del Eguraldi. Desde el campo de futbol tomamos la carretera que lleva al cercano barrio de Azordoiaga.

Al llegar a las escuelas de Azordoiaga vimos en un cruce la señalización: a la izquierda “Pagasarri 8’3 Km.”, y a la derecha “El Oro 800m.”. Cogimos a la derecha, por una cuesta asfaltada que comienza con bastante pendiente.

Como ese mismo día, y a partir de las 09:30, se celebraba una marcha en Alonsotegui, en las modalidades andando, corriendo y BTT, coincidimos, fundamentalmente al comienzo de nuestra ascensión, con sus participantes. Pronto llegamos al área recreativa de El Oro-Rosiñategi, situada en la ribera del arroyo Gongeda, donde encontramos varias mesas, fuentes, paneles informativos y un pequeño refugio. Pinos, castaños, robles, etc. han sido plantados en esta ladera, a ambos lados del arroyo Gongeda, respetando en su mayoría los bosques de ribera, un ecosistema cada vez más escaso. A partir de aquí, vamos todo el rato por pista sin desviarnos en ningún momento, y siguiendo los carteles que indican el camino al "Pagasarri y Zamaia". En toda esta zona vamos dentro del bosque, y en ningún momento aparece marcado el Ganekogorta en los carteles señalizadores. Tras una hora de recorrido llegamos a un poste con cuatro carteles señalizadores. En uno de ellos marca “Zamaia 1km. Pagasarri 6,6km.”. Otro cartel marca el recorrido que habíamos efectuado: “Azordoiaga 4,5km. El Oro 3,7km.”.Poco más adelante un nuevo poste con varias señales nos confirma que vamos en el buen camino: “Zamaia 700m. Pagasarri 6,3Km.”.

Siguiendo el camino de tierra y piedras dejamos a la derecha una desviación que conduce a las Peñas de Zamaia. En ese lugar, una vez salidos del arbolado, nos reagrupamos la mayoría del grupo, y contemplamos la cima del Ganekogorta.

Un nuevo poste con diversas señales nos encontramos en el camino. Aquí tomamos el camino que marca a la derecha, donde aparece mencionado por primera vez el Ganekogorta. En concreto la señal marca “Gongeda 700m. Ganekogorta 2,8Km.”. En este cruce de caminos también se marca “Pagasarri 5,2Km.”.

Y a partir de aquí se llega a un pinar y al collado de Gongeda en el que hay otro cartel indicando la dirección a tomar para llegar a la cima del Ganekogorta. El recorrido, en continuo ascenso, es llevadero hasta el collado porque se va todo el rato por pista.

Si se siguen bien los carteles indicadores, no hay ningún problema para llegar a la cima. Pero el último tramo desde el collado, se hace algo más exigente y con repechos que se hacen duros por toda la tralla que traes desde atrás. A nuestras espaldas dejamos el Gongeda y las Peñas de Zamaia.

Mientras continuamos la dura ascensión, tenemos tiempo para recordar que es el “Día de los montes bocineros”.

El último tramo se realiza en una densa alfombra verde que nos conduce suavemente hasta la cumbre. Desde lejos se divisaba que en la cumbre había otros montañeros.

El alcanzar la cumbre, cada uno a su ritmo, nos hizo olvidar el largo y duro ascenso.

Poco antes de las 12:00 empezamos a llegar al Ganekogorta (998m.), conocido cariñosamente como “El Ganeko”, que es la cima más alta de las montañas del sur de Bilbao, conformada por tres crestas (al este el Biderdi, la cima central el Ganekogorta y la cima oeste el Galarraga) que por el lado norte están cubiertas de vegetación y por el sur conforman un barranco de roca hacia los valles de Okondo y Zollo.

En cuanto a la situación de la cima hay que señalar que la tradición sitúa la cima en el linde entre las provincias de Araba y Bizkaia. Sin embargo hay que decir que la frontera con Araba está a varios metros del vértice geodésico de la cima principal, de tal manera que la cima parece pertenecer de manera exclusiva a Bizkaia.

Desgraciadamente, cuando llegamos a la cima ya se había terminado el acto previsto para las 12:00, toda vez que lo habían adelantado, al considerar que ya habían llegado todos los montañeros. No estuvieron muy afortunados los organizadores. Y como ese día celebrábamos el “Día de los montes bocineros”, debemos recordar su origen, cuando en la Edad Media (entonces no había telégrafos ni mucho menos radio o televisión) las Juntas Generales de Bizkaia desarrollaron una curiosa pero efectiva forma de comunicación: encender hogueras y sonar bocinas en las alturas.

Para ello eligieron cinco montes de ubicación y altura privilegiados: Gorbeia, Oiz, Sollube, Kolitza y Ganekogorta, desde los que se convocaba a los junteros a reunirse bajo el árbol de Gernika. Este procedimiento tan bello y romántico se utilizó hasta fines del siglo XVI. Ganekogorta, con sus casi mil metros de altura, es el más cercano a Bilbao. Desde allí los bocineros hacían sonar sus instrumentos: el cuerno y el txalaparta. La noche elegida para la convocatoria era iluminada por el fuego de las gigantescas hogueras, y en cuanto amanecía el aire de los valles era atravesado por el sonido de cuernos y txalapartas. Así sabían los junteros que debían emprender el camino hacia Gernika. Hace ya mucho tiempo ya que no resuenan las bocinas; es más, en algunos de los montes bocineros, casualmente o no tanto, se han instalado antenas de telefonía celular. Pero desde el año 2004 las Juntas Generales de Bizkaia, conmemorando el 25º aniversario de su restauración, decidió recuperar esa costumbre ancestral.

Con esta ascensión al Ganekogorta se termina el primer ciclo de subir a las cinco cumbres bocineras, poniendo punto final a las marchas que se celebraron los años precedentes a las cimas del Kolitza, Gorbeia, Sollube y Oiz.

El parlamento vizcaíno contó este domingo, en la organización, con la colaboración de los clubes de montaña, Balmaseda Mendi Taldea, Ganzabal, Sollube, Alpino Tabira y sobre todo del Gailurra que ayer cogió el testigo de la subida del año pasado al monte Oiz. En la cima coincidimos con otras personas que iban llegando posteriormente, como con José Antonio “Alaña”, natural del valle de Ayala, que es un gran aficionado a fabricar bocinas, conchas etc. Le contó a nuestra reportera Marian, que todo aquél que desee ver sus trabajos él los mostrará con agrado. La bocina que mostraba, en concreto, la compró en un matadero de Portugal. Normalmente suele trabajar con ganado portugués o mirandés. El trabajo que requiere para su fabricación es minucioso.

El asta debe estar en remojo durante 20 días. Pasados estos, saca el núcleo óseo de ella. Seguidamente corta la boquilla y hace los orificios con un taladro, uno para soplar y dos para pasar el lazo. Escoge canciones del Cancionero Popular, en esta ocasión se trata del Gernikako Arbola de Iparragirre. Con la técnica del pirograbado, las agujas incandescentes se encargan de hacer los grabados en la bocina. En mitad de una hoja de roble americano inserta la Casa de Juntas de Gernika y en el borde superior añade otro tipo de filigranas. Con esto da por finalizado un trabajo aproximado de entre 60 y 70 días.

En la cima hay un vértice geodésico que se instaló en 1967, y una mesa de orientación de 2005.

En este monte se iniciaron los concursos de montañas de Euskadi en el año 1.914. Llegando la medianoche del 30 de setiembre de 1.914 varios entusiastas montañeros coronan la cima del Ganekogorta y proclaman el inicio de los célebres concursos de montes. El primer concurso consistió en alcanzar una quincena de montes en quince meses. Trascurrido este tiempo 14 de los 42 mendigoizales que acudieron aquella medianoche a Ganekogorta, consiguieron anotar en sus carnés los quince montes.

En la cima también disfrutamos con el hamaiketako y con las espectaculares vistas: Al norte se divisa todo Bilbao, el Pagasarri y el monte Sollube. Al noreste se ve el monte Oiz, Galdakao, Durango...Al este se ven las peñas del Duranguesado. Al sur se ve el Gorbea. Al sudoeste se ve Amurrio, Llodio, Orduña y la Sierra Salvada. Al oeste se ve el valle de Mena y las Encartaciones. Y al noroeste se ven los montes de Triano y El Abra.

Comenzamos a descender del Ganekogorta a través de una senda que discurre a media ladera, dejando a la derecha la cima del Biderdi o Gane-txiki (877m.).

Tras el largo descenso llegamos a un collado (606m.) donde un poste indicador nos señala tres carteles: A nuestra derecha la bajada a Zollo, Ugao y la senda del Espino; el recorrido que hemos hecho desde la cima del Ganeko: 2,4Km., y de frente el cartel del Pagasarri a 1,5Km. y la bajada a Alonsotegui. Desde este cruce de caminos comenzamos a ascender sin dificultad hacia el collado del Pagasarri (646m.), al que accedemos tras cruzar una puerta metálica.

Según llegamos a las campas del Pagasarri vimos, a nuestra izquierda, bajo las laderas del Ganeta, las neveras del Pagasarri que datan del siglo XVII y la fuente del Tarín, que fue inaugurada en 1914 por un grupo de montañeros y montañeras que congregados junto al manantial de Udoi, decidieron sufragar los gastos de su construcción mediante el cobro de un Tarín (un real de la época) a las personas suscriptoras. Algunos del grupo descendieron a ese lugar para abastecerse de agua.

Al llegar al collado, desde donde se divisa perfectamente la silueta del Ganekogorta, nos encontramos con no mucha gente, ya que la mayoría de los que habían participado en el “Día de los montes bocineros” habían regresado a su lugar de origen. A la derecha del collado teníamos la cima del Pagasarri (673m.) y a la izquierda el Ganeta (689m.).

La organización nos obsequió con talo con chorizo, que por cierto estaba muy rico, con un buen txakolí y con música a cargo de unos trikitilaris.

Cuando comenzamos a descender hacia Bilbao nos encontramos con bastantes personas que seguían subiendo al Pagasarri, lo cual no era de extrañar, ya que es la montaña más popular de Bilbao, contando con una gran cantidad de incondicionales visitantes de todas las edades que diariamente se acercan a estos bucólicos parajes en busca de un oasis natural donde refugiarse del bullicioso ritmo de la ciudad. Pronto abandonamos la pista por la que descendíamos para tomar una senda a la izquierda conocida como el “Camino Viejo”, que es la ruta tradicional de subida al Pagasarri, y que tiene un perfil más abrupto en un tramo poblado de árboles. Más abajo llegamos a un cruce de caminos: el de la derecha llanea por el interior del bosque hasta el collado de Pastorekorta y de allí sube al Pagasarri por el cordal cimero; el de la izquierda es el camino de Arraiz, y el del centro es el que sigue descendiendo por pista hacia Bilbao. Después pasamos por la fuente de Zapaburu, antaño parada obligatoria y hoy en día sellada en pos de la sanidad pública. Pronto vimos a nuestra derecha, en un alto, la ermita de San Roque, asentada en un bucólico paraje, enmarcado por las peñas calizas de Uzkorta donde abunda un variado bosque autóctono de fresnos, robles, alisos, arces, castaños y encinas. Estos bosques son el testimonio residual de la antigua riqueza forestal que cubría estas laderas.

Al terminar el camino montañero superamos la popular barrera que cierra el paso de vehículos hacia las laderas del Pagasarri, y comenzamos la zona de asfalto. Continuamos descendiendo, pasando junto al bar Athletic, bajo las laderas de Arnotegi.

Más abajo encontramos una fuente donde saciar nuestra sed, para seguido abandonar la carretera y tomar una pista hormigonada, que finalmente nos condujo a la carretera que nos llevó hasta las instalaciones de Iberdrola, donde nos esperaba el autobús. Al llegar al destino final el GPS marcaba que habíamos recorrido 17’33Km. con un total de tiempo en movimiento de 4h10’, a una media en movimiento de 4,2Km./H., habiendo estado detenidos 1h35’. A efectos prácticos, y teniendo en cuenta como se computan los tiempos y las paradas en GPS, los tiempos que invertimos andando fueron de un total de 4h30’, de los que 2h30’ invertimos de Alonsotegui a Ganekogorta y 2h00’ de Ganekogorta a Bilbao.

LA OPINIÓN DE MARIAN Hoy el día nos iba a deparar unas sorpresas muy agradables, ya que la primavera ha estallado en Ganekogorta y la naturaleza nos habla,¡oigámosle! En esta época la densa vegetación da frescor al entorno. Las laderas son ricos pastos para diferentes cabañas de vacas, caballos y cabras. Caminar, ascender, bajar, llanear, campear, aligerar para no perder el ritmo después de una paradita, o simplemente ser uno más dentro de la naturaleza. Todo es posible en Ganekogorta. Cuando me encuentro totalmente sola en la montaña sin otra compañía que la de las hayas, robles, abetos…y por alfombra tengo multitud de florecillas e incluso hasta fresas, sin otra conversación que el alegre murmullo del agua escurriéndose, o el infinito lamento cariñoso del viento a través del bosque, escuchar el canto de los pájaros a mi alrededor, me hace enamorarme de verdad, de esta naturaleza que me rodea y me doy cuenta que soy una privilegiada. Para percibir bien este lenguaje hay que escuchar el silencio. Las ascensiones te hacen ser un poco más fuerte, te regeneras al respirar. Al esforzarte, la montaña, la brisa o el viento que impere, te transportan te hacen imaginar por un momento un mundo mas feliz y más puro del que en realidad posees. Estamos en un medio natural por un lado plácido y agreste y por otro despejado e incómodo, a elección de cada uno. Desde la cumbre uno puede tener el sueño de una vida mejor, las imágenes eran muy gratas y queridas: ver nuestras montañas profundas y picudas unas, chatas y bellas otras rodeándonos, era un espectáculo. Era como de postal. Llegó la hora del ansiado descanso, la hora de reponer fuerzas y también la de meditar. El sueño que imaginábamos en nuestra fantasía, lo teníamos frente a nuestros ojos. Esas gamas de verdes que tanto varían según la profundidad del valle, el colorido del cielo o la luz del día reventaban ante nosotros. Pero un sonido de bocina nos despierta y dejamos de soñar. Ante nosotros un señor menudo, de rostro afable, sostenía una bocina con determinados dibujos e inscripciones. La hacía sonar como otrora lo hicieran nuestros antepasados. Por eso hemos subido hasta aquí, para respetar nuestras tradiciones. Todavía nos aguardaba otro grato acontecimiento en Pagasarri: fiesta popular amenizada con música de nuestro folklore, talo con txorizo y buen txakoli. Un estupendo colofón que nos ha deparado esta gran subida al monte bocinero Ganekogorta. Estoy contenta de haber alcanzado esta cima y tengo la esperanza de que habrá muchas más esperándonos. Mila esker denei.

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