EL FOCO NARRATIVO Daniel Battiston Hasta el momento, en cuanto al narrador, pudimos ver: 1. Los diferentes tipos de narrador. 2. Los modos de expresión (niveles de lengua) que puede tener el narrador, y sus variantes. 3. La forma de uso de los diferentes tiempos verbales, y la forma en que éstos influyen en el ritmo de la narración. El concepto de foco narrativo es simple: el narrador, en esencia, es un testigo de la acción del texto y procede a narrar lo que sucede en ella. Así como una cámara de fotos, o de cine, enfoca sobre una parte de la realidad. El narrador lleva su mirada hacia una parte de la realidad literaria que está narrando: hace foco sobre parte de esa realidad y desde allí narra. Como concepto, el de foco narrativo, puede parecer caprichoso y artificial, pero de hecho es un recurso técnico
que
puede
ser
explotado
de
un
modo
interesante en la narración. Un par de ejemplos concretos para que pueda comprenderse mejor: a) Imaginemos a dos personajes dialogando en un bar. Permanecen sentados en una mesa junto a la ventana que da a la calle. Imaginemos, ahora, a un narrador. Tomemos, primero, al omnisciente en tercera persona. Se encuentra por fuera de la narración, suspendido sobre ella; es capaz de ver todo lo que sucede, y lo cuenta. Supongamos, ahora, otro narrador en tercera, pero que narra no desde fuera sino sentado a las espaldas de uno de
los personajes. Ahora, el narrador no puede ver, por ejemplo que hay sobre la mesa, o que hace exactamente el personaje que le da la espalda. Va a contar lo mismo que el omnisciente en tercera, pero en cierto modo los hechos no serán los mismos narrados por uno u otro. Imaginen, un tercer narrador. Éste está en la cocina del bar, no puede ver a los personajes, pero puede escuchar el diálogo. Nuevamente estaremos en condiciones de contar otra versión diferente de la historia. b) Segundo ejemplo, este es real. El narrador de la primera parte de El sonido y la furia de Faulkner. El narrador es un narrador omnisciente en tercera, pero narra desde el punto de vista de unos de los personajes —un deficiente mental—. El narrador cuenta solo lo que ve e interpreta el personaje; por cierto un malabarismo técnico muy difícil de igualar. En textos de cierta extensión (por encima de las 10.000 palabras) las mudas, o cambios de foco narrativo, son otro modo de trabajar el ritmo de la narración. En este caso el narrador —que siempre es el mismo— narra desde diferentes puntos de vista, cambiando el lugar desde donde mira la escena.