FIESTA. Café filosófico del 6 de septiembre de 2009. Como siempre, no intento transcribir todas las intervenciones en su orden cronológico, sino que las agrupo para dar una idea de los temas más interesantes que se trataron. EJEMPLOS. Nuestra forma de hacer Filosofía se basa en las experiencias de cada uno, aunque el debate sea sobre el concepto general. Los variados ejemplos que fueron surgiendo sobre el concepto del día, la fiesta, nos mostraron sorprendentes interrogantes sobre el tema: El primer ejemplo lo expuse yo mismo, recordando la fiesta que narra Platón en su diálogo “El banquete”, en el que todos los congregados, excepto Sócrates, terminan más que embriagados, pero a la vez felices por haber profundizado en el concepto sobre el que habían decidido filosofar, el amor. El de la Semana Santa fue el primero de la tarde, con la cuestión de si se puede considerar una fiesta algo que no incluye la alegría (aunque luego se matizó que sí hay alegría al final de la semana). En ese sentido, también es una fiesta “triste” la de la comunidad de Castilla y León, el día de la batalla perdida de Villalar. Ese ejemplo se introdujo para ilustrar si podía celebrarse una fiesta en solitario, y alguno de los presentes lo había hecho, cuando trabajaba fuera de su tierra. Se mencionaron otras celebraciones, religiosas como la Navidad, las bodas y bautizos, la eucaristía misma y las bacanales y las danzas narcóticas sagradas de algunas religiones; o paganas como el carnaval, el circo romano, el desfile de las peñas o las orgías programadas por el estado en las utopías de “Un mundo feliz”, de Huxley, o “La república”, de Platón, fueron otros de los ejemplos que terminaron de componer el mosaico que nos mostraba las diferentes piezas del concepto de la fiesta. Por último se habló de la fiesta nacional, cómo no, el toreo, y del fútbol. CUESTIONES Hemos visto que directamente de los ejemplos surgieron ya varias preguntas: ¿La fiesta implica necesariamente lo lúdico, la diversión y la alegría? ¿Implica la compañía o puede celebrarse individualmente? ¿Qué relación hay con la religión y lo sagrado? ¿Cohesiona la sociedad o la cuestiona?, ¿es manipulación o liberación? ¿Eventos tan masivos como el fútbol, los toros o los festivales de música pueden considerarse festivos? Otros interrogantes que aparecieron no fueron de menos interés: ¿Es importante que tengan un sentido conmemorativo, lo tienen? ¿Es en nuestra sociedad el consumo lo más importante en la fiesta? ¿Es el objetivo último la amistad? ¿El alcohol (u otras sustancias tóxicas) es imprescindible? ¿Es posible hacer de la vida cotidiana una fiesta, o debe ser la fiesta un momento puntual?
DEFINICIÓN Aunque fue la muy amplia definición de la RAE la que nos sirvió de eje a lo largo de la tarde, el grupo no quiso terminar la sesión sin un intento de forjar una definición propia que recogiera todo lo hablado. Trabajamos sobre ello durante el tramo final de la tarde, consiguiendo acercarnos al consenso poco a poco. Cuando más cerca estuvimos fue con la propuesta de ADRIÁN: La fiesta podría ser el sentimiento colectivo de celebración de ese propio sentimiento colectivo. Una bonita figura, que me sugiere una cinta de Moebius mental y que sí concuerda con algunos de los puntos que tratamos en la sesión, como la importancia de la amistad como objetivo en la fiesta, tanto para Aristóteles como para muchos de los presentes. El broche lo puso ABRAHAM con la fábula zen de los monjes que buscaban un gato antes de cada ceremonia para seguir con la tradición de atarlo para que no molestara. Sólo que hacía siglos que ese gato no existía. La última cuestión sobre la que reflexionar fue si nuestras fiestas no son algo parecido a esa búsqueda, si no hemos perdido hace tiempo el gato, o el sentido de cada una... COLOQUIO Con todo lo dicho, ya tenemos un panorama de cómo avanzó la charla fluyendo por los recovecos más y menos ocultos del concepto. Quedan por añadir momentos tan interesantes como estos: ABRAHAM habló de la fiesta como “tiempo cualificado” en las culturas ancestrales, hitos en el calendario para ser consciente del paso cíclico del tiempo. También habló de las referencias bíblicas al descanso incluso divino del séptimo día y al “hay un tiempo para” cada cosa del Eclesiastés. Mencionó ya el posible olvido del sentido originario de la fiesta en la actualidad y, por último, dejó su propuesta de que celebramos las fiestas como “un remedo del Paraíso perdido”. Apunté que ese olvido de los orígenes se da de forma sucesiva a lo largo de la historia, según decía Mircea Eliade en su “Tratado de historia de las religiones”. Llamó “transformación de las hierofanías” al fenómeno del cambio de sentido de la misma fiesta (o cualquier otra expresión de lo sagrado) al pasar con el tiempo de una cultura a otra. Un ejemplo claro se da con las ancestrales celebraciones del solsticio de invierno que, después de muchas máscaras, terminaron convirtiéndose en nuestra actual navidad, aunque los mismos evangelios digan que no fue en invierno el nacimiento de Jesucristo. Añadí que de ahí que actualmente percibamos que se ha vaciado de sentido a la mayoría de las fiestas tradicionalmente religiosas, para convertirlas en una celebración consumista. Y apunté que antropólogos materialistas, del estilo de Marvin Harris, señalan que la superestructura de la sociedad (toda la ideología, incluyendo el calendario festivo) se basa en la infraestructura (las bases de la economía), y si nuestro sistema capitalista se basa en el consumo eso se debe reflejar en la superestructura festiva necesariamente. Pero no sólo nos referimos a antropólogos y libros sagrados, sino que terminamos cantando una jota, donde la sabiduría popular (folk-lore) nos mostró que “los curas y
taberneros son de la misma opinión”, y que lo sagrado y lo comercial en la fiesta se dan la mano. A veces incluso los hosteleros de un pueblo pueden decidir el calendario de comuniones, como sucedió en el ejemplo expuesto por ISMAEL. ALICIA, rompió una lanza por los hosteleros y todos los que organizan las fiestas, aunque sea para su provecho, son indispensables. Otro aspecto entorno al consumismo lo señaló ADRIÁN, cuando se preguntó porqué no se puede consumir tanto como se pueda si se tiene la posibilidad. JOSE resumió la respuesta en razones ecológicas, fisiológicas (“nuestro cuerpo está adaptado a vivir en la carencia, no en la opulencia”), filosóficas (Buda señaló que esa búsqueda continua de placeres lleva a la insatisfacción permanente) y otras. SILVIA señaló que el precio para conseguir ese tren de vida puede ser demasiado alto, y que la búsqueda debería ser de esas cosas que no compra el dinero y que son las que dan la auténtica felicidad. ALICIA dijo que, en ese sentido, desde nuestro café filosófico sobre la felicidad, ha venido pensando a menudo en el lema de “convertir cada día en una fiesta”, buscando precisamente eso que no se puede comprar, pero que todos podemos encontrar si nos lo proponemos. Señalé que ese es el sentido del hedonismo de Epicuro, sobre todo entendido refiriéndose al disfrute entre amigos, como ya antes apuntó INMA. Estas dos formas de entender la vida de forma festiva, tuvieron su contrapunto, su reflexión, en el aviso de ADRIÁN de que el hábito acaba con el placer. MIGUEL se preguntó si la diversión de la fiesta es ilusoria, SILVIA y ANA se preguntaban porqué no la fiesta podría ser individual, a lo que INMA contestó recordando a Aristóteles y su propuesta de que es la amistad, el amor, el fin último de la fiesta y la vida. ADRIÁN indicó que el fin fundamental de la sociedad es la protección y, aplicando muy bien nuestro método, se apoyó en el ejemplo concreto del programa “El último superviviente” en el que se comprueba hasta qué punto es vulnerable un ser humano aislado. INMA contestó que, aunque eso es cierto, poner la seguridad como la prioridad máxima de la sociedad sería caer en una obsesión parecida a la que se sufre en la actualidad en algunos casos en EEUU o Israel.. Finalmente la charla volvió sobre la posibilidad de vivir fuera de la fiesta como proponía ABRAHAM, o incluso fuera de la sociedad y sus normas como preguntaba SILVIA. ADRIÁN tiene un amigo checo que vive solo en el campo cuando quiere. Elige su vida. Nosotros también lo hacemos al quedarnos. Eso nos llevó a que vivir en sociedad es vivir según sus normas, que estrechan nuestro margen de libertad. ISMAEL recordó a Schopenhauer y cómo nuestro carácter innato y nuestras circunstancias también determinan y coartan la aparente libertad que podamos tener. Y con todo esto volvimos al eje de la primera sesión del café, aquella en la que, allá en marzo, penetramos en el corazón del concepto de la libertad. Una pena que no hubiesen estado ya presentes en aquella charla muchos de los actuales tertulianos, aunque podemos revivirla en el foro. SILVIA nos propuso organizar una especie de cinefórum filosófico sobre la película “Waking life”, que trata estos últimos temas. La quedada también la podemos organizar desde nuestro flamante superforo. Ahí terminó la sesión y decidimos que nuestro próximo tema será LA MORAL. Por fin elegimos este tema, que hemos tenido en la recámara desde hace meses.