“Nada es imposible para Dios.” Lc 1,37
“Cada uno oía proclamar en su lengua las maravillas de Dios” Hch 2,11 “¿Quién dicen que soy yo?” Mc 8,27
“Pongan al servicio de los demás los dones que han recibido.” 1Pe 4,10
“Señor enséñanos a orar.” Lc 11,1
“Yo te sostengo con mi mano.” Is 41,10
“Padre santo, cuídalos en tu Nombre.” Jn 17,12
“Yo te he elegido para ser luz de las naciones” Is 49,6
“Soy yo, no teman.” Jn 6,20 “¿Qué buscan?” Jn 1,38 “Yo te elegí.” Is 41,9
“En medio de la angustia, Él oraba más intensamente.” Lc 22,44
“Yo soy la servidora del Señor.” Lc1,38
“Y las llenaron hasta el borde.” Jn 2,7 “Te he llamado por tu nombre, tú me perteneces.” Is 43,1 “Se acercó, curó sus heridas.” Lc 10,34
“Yo soy tu Dios.” Is 41,10
“No temas.” Is 43, 1
“Gratis lo recibiste, dalo gratis.” Hch
“Hagan todo lo que Él les diga.” Jn 2,5 “¿No ardía acaso nuestro corazón, cuando nos hablaba en el camino?” Lc 24,32
“Mujer, ¿quién te condena?” Jn 8,10
“Porque tú eres de gran precio a mis ojos, porque eres valioso, y yo te amo, entrego hombres a cambio de ti y pueblos a cambio de tu vida.” Is 43,4
“Hacer conocer y amar a Jesús y a María.”
“Él nos amó primero.” “El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.” Sal 22,1 “Este es mi servidor, mi elegido, en quien se alegra mi alma.” Is 42,1
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Sal 21,2
“Vengan ustedes solos a un lugar desierto para descansar.” Mc 6,31
“Me enamoraste, Señor.” Jer 20,7
“Consolad a mi pueblo.”
“Él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias.” Is 53,4
“Estoy a tu puerta y llamo.” Ap 3,20
“¿Por qué me persigues?” Hch 9,4
“Mi alma canta la grandeza del Señor.” Lc 1,46
“Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios, por todo lo que habían visto y oído.” Lc 2,20
“Señor queremos ver tu rostro.” Jn 12,21
“Jesús lo vio y le dijo: Sígueme.” Mt 9,9
“Les digo esto para que encuentren la paz en mí.” Jn 16,33
“En el mundo tendrán que sufrir, pero tengan valor: yo he vencido al mundo.” Jn 16,33
“Señor, ¿a dónde iremos?” Jn 6,68
“Dios amó tanto al mundo que entregó a su único Hijo.” Jn 3,17
“Yo mismo abriré tus tumbas, te haré salir de ellas, y te haré volver.” Ez 37,12
“¡Qué difíciles son para mí tus designios!” Sal 139, 17
“María callaba, guardando estas cosas en su corazón.” Lc 2,19
“Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio, pero éste se compadeció.” Lc 10,33 “Denles ustedes mismos de comer.” Mc 6,37 “Había en mi corazón como un fuego abrasador.” Jer 20,9 “Su padre lo vio y corrió a su encuentro.” Lc 15,20