Felicidad Desde el inicio, Felicidad (Happiness), penúltimo largometraje de Todd Solondz (Newark, New Jersey, 1959), estuvo marcado por la controversia. Poco después de haber sido presentada esta cinta en Cannes, donde obtuvo el premio internacional de la crítica, y justo antes de su estreno comercial en Estados Unidos, October Films, subsidiaria de Universal, que sería encargada de su distribución comercial, se desentendió por completo del film, debido (como se dió a conocer en ese entonces por diversos medios) a lo provocativo de su trama. Respecto a la inspiración y sentido de la cinta, nada más ilustrativo que los comentarios de su mismo realizador, los cuales reproduzco a continuación (Tomado de la revista Filmmaker, the magazine of independent film, edición de otoño de 1998): "Tenía muchas ideas de argumento, todas distintas, y no podía decidirme por una sola como base para una película. No quería privilegiar una sobre otra y por eso me las ingenié para combinarlas, esperando que se unieran y se completaran entre sí. De entrada no pensaba en la familia como tal. De hecho la idea de las tres hermanas fue algo que debía unir tres líneas narrativas. Originalmente no había hermanas, todo era muy discreto. Las conexiones temáticas eran mi preocupación principal. Creo sin embargo que el proceso de escritura es un proceso de descubrimiento. Y no es sino hasta el momento de finalizar una cinta cuando te percatas totalmente de lo que ésta trata. Creo que vivimos en un país donde la enajenación se siente de manera más aguda que en cualquier otra parte del mundo, y creo también que esto se relaciona hasta cierto punto con la idea de familia que tenemos aquí. La unidad familiar no es tan estrecha como en Europa o en otras partes. Mis amigos dicen: "Vengo de una familia muy unida: mi hermana vive en Los Angeles, mi hermano en Boston, y mis padres, si todavía siguen casados, viven en Arizona". Tienes que cuestionar lo que significa realmente esa unidad cuando se trata de la materia misma de tu vida, y es eso lo que finalmente define lo que es tu vida, no la Navidad ni la Semana Santa. Hasta cierto punto la película habla de rupturas emocionales. Es una cinta acerca del deseo que en nuestra cultura representa más bien un obstáculo. Y de manera más sencilla, se trata de sólo cuatro o cinco historias de amor. La película narra la historia de gente que trata de expresarse y establecer contacto, alcanzar y tocar a alguien, por decirlo de algún modo. Hay muchas cosas
gruesas en la película, pero si la gente la ve y sólo dice: 'Mira lo que pasa con esos monstruos', entonces habré fallado. La idea es que el público se quede un poco a la mitad de todo. De la misma manera en que los personajes luchan por comunicar entre sí, creo que puede darse un contacto entre el público y estos personajes. No se trata de monstruos. Cuando vamos al supermercado o a la lavandería automática podemos toparnos con ellos, son gente con vida propia y cada día pasan a lado nuestro". Respecto al humor manejado en la cinta, que a sentir del entrevistador "desalienta nuestra comprensión por el dolor emocional de los personajes, dice: "Me involucro emocionalmente con estos personajes, pero al mismo tiempo adopto una distancia irónica que me permite reír. Me conmueve lo que me parece divertido, y viceversa. Por eso me cuesta trabajo disociar estas dos tendencias; creo por lo demás que la película sería inaguantable si no fuera divertida. En cierta medida, la película aborda una pregunta clásica: ¿qué tanta represión es recomendable? Creo que una película como ésta sólo puede surgir de una sociedad con una cultura represiva. Y no hay nada en Felicidad que no esté ya presente en la prensa amarillista o en los talk shows diurnos. La diferencia es que en esos medios siempre hay una voz moralista que dice: "Esto está mal", voz que siempre se apaga un poco en el momento de los close-up. Hay en esa actitud algo morboso, un engolosinamiento con lo extraño. Es a la vez algo muy moralizador y muy mercantilista. De ninguna manera subestimo la inteligencia de mi público. Creo que no es necesario decirle que la violación es algo malo. La película tiene un eje moral, una base moral. Lo único que sucede es que no intenta ser didáctica. No estoy sermoneando ni me interesa particularmente juzgar o castigar, sólo comprender y ver cómo suceden estas cosas". Escrita y dirigida por Todd Solondz, con: Jane Adams, Jon Lovitz, Philip Seymour Hoffman, Dylan Baker, Lara Flynn Boyle, Justin Elvin, Cynthia Stevenson, Lila GlantzmanLeib, Gerry Becker, Rufus Read, Louise Lasser, Mona Jordan, Ben Gazzara, Camryn Manheim, Arthur J. Nascarella, Molly Shannon. Comentarios:
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