Sentimientos de tristeza o desánimo Pensamientos confusos o incapacidad para concentrarse Preocupaciones o miedos excesivos o sentimientos intensos de culpa. Altibajos y cambios radicales de humor. Alejamiento de las amistades y de las actividades
Cansancio importante, baja energía y problemas de sueño. Incapacidad para enfrentar los problemas de la vida, el estrés diario. Problemas para comprender las personas y las situaciones. Abuso de drogas o de alcohol. Cambios importantes en la alimentación. Exceso de enojo, hostilidad o violencia.
El disfrutar de una buena salud física. La sensación de estar capacitado para enfrentarse a los problemas de la vida. Sentimientos de capacidad y control y la capacidad de resolución de problemas. Contar con una buena red de apoyo social y familiar. Contar con una autoestima positiva. Tener una adecuada capacidad de comunicación.
Ser capaz de manejar el estrés. Capacidad para relacionarse con otras personas. Tener actividades de ocio y tiempo libre Desarrollar una espiritualidad. Capacidad para expresar adecuadamente las emociones y sentimientos.