extracto de brian weiss,muchas vidas... muchas vidas, muchos maestros. en esta ocasi�n vamos a transcribir los sue�os y las visiones del psiquiatra; brian weiss, autor de un libro de obligada lectura titulado: "muchas vidas, muchos maestros". a veces ten�a un sue�o v�vido, en el cual me encontraba escuchando una conferencia o formulando preguntas al conferenciante. el nombre de ese maestro era fil�n. al despertar, a veces recordaba parte del material analizado y lo anotaba. aqu� incluyo algunos ejemplos. el primero era una conferencia, en la cual reconoc� la influencia de los mensajes de los maestros. �... la sabidur�a se alcanza con mucha lentitud. esto se debe a que el conocimiento intelectual, f�cilmente adquirido, debe convertirse en conocimiento "emocional" o subconsciente. una vez transformado, la huella es permanente. la pr�ctica conductista es el catalizador necesario para esta reacci�n. sin acci�n, el concepto se marchita y desvanece. el conocimiento te�rico sin aplicaci�n pr�ctica no es suficiente. �hoy en d�a se descuidan el equilibrio y la armon�a; sin embargo, son las bases de la sabidur�a. todo se hace en exceso. la gente se excede en el peso porque come demasiado. los deportistas descuidan aspectos de s� mismos y de los dem�s por correr en exceso. la gente parece excesivamente mezquina. se bebe demasiado, se fuma demasiado, se est� demasiado de juerga (o demasiado poco), se conversa demasiado sin satisfacci�n, se tienen demasiadas preocupaciones. hay demasiadas ideas en blanco o negro. todo o nada. la naturaleza no es as�. �en la naturaleza hay equilibrio. los animales destruyen en peque�as cantidades. los sistemas ecol�gicos nunca son eliminados en masa. las plantas consumidas vuelven a crecer. las fuentes de sustento proveen y vuelven a reponerse. se disfruta de la flor, se come la fruta, se preserva la ra�z. �la humanidad no ha aprendido el equilibrio; mucho menos lo ha practicado. se gu�a por la codicia y la ambici�n; se conduce por el miedo. de este modo acabar� por aniquilarse. pero la naturaleza sobrevivir�, al menos las plantas. �en verdad, la felicidad arraiga en la sencillez. la tendencia al exceso en el pensamiento y en la acci�n disminuye la felicidad. el exceso nubla los valores b�sicos. los religiosos nos dicen que la felicidad se logra llenando el coraz�n de amor, fe y esperanza, practicando la caridad y brindando bondad. en verdad tienen raz�n. dadas estas actitudes, habitualmente vienen el equilibrio y la armon�a. son, colectivamente, un estado del ser. en estos tiempos son un estado alterado de conciencia. es como si la humanidad no permaneciera en su estado natural mientras vive en la tierra. tiene que llegar a un estado alterado a fin de llenarse de amor, caridad y sencillez, para sentir pureza, para deshacerse de sus temores cr�nicos. ��c�mo se llega a ese estado alterado, a ese otro sistema de valores? y una vez que se llega a �l �c�mo sustentarlo? la respuesta parece simple. es el denominador com�n de todas las religiones. la humanidad es inmortal; lo que hacemos ahora es aprender nuestras lecciones. todos estamos en la escuela. todo es muy simple, si se puede creer en la inmortalidad. �si una parte del ser humano es eterna (y en la historia hay sobradas evidencias para pensarlo as�), �por qu� nos tratamos tan mal? �por qu� pasamos por encima del pr�jimo en "provecho" personal, si en realidad estamos desechando la lecci�n? al parecer, todos vamos hacia el mismo sitio, aunque a diferente velocidad. nadie es
m�s grande que los dem�s. �analicemos las lecciones. intelectualmente, las respuestas siempre han estado ah�, pero esta necesidad de actualizarlas por experiencia, de hacer permanente la huella subconsciente al "emocionalizar" y practicar el concepto, es la clave de todo. no basta memorizar en la escuela dominical. parlotear sin practicar de nada sirve. resulta f�cil leer sobre el amor, la caridad y la fe, o conversar sobre ello. pero practicarlos, sentirlos, requiere casi un estado alterado de conciencia. no se trata del estado transitorio inducido por las drogas, el alcohol o una emoci�n inesperada. el estado permanente se alcanza mediante el conocimiento y la comprensi�n. se mantiene mediante la actividad f�sica, mediante la acci�n y la pr�ctica. consiste en tomar algo casi m�stico y transformarlo en cosa de todos los d�as mediante la pr�ctica, haciendo de eso un h�bito. �comprendamos que nadie es mejor que otro. sint�moslo. practiquemos la ayuda al pr�jimo. todos remamos en el mismo bote. si no lo hacemos juntos, nuestros equipos se encontrar�n muy solos.� otra noche, en un sue�o diferente, hice una pregunta: ��por qu� dice usted que todos somos iguales, cuando las contradicciones obvias son tan evidentes? �diferencia en las virtudes, en el temperamento, el dinero, los derechos, la capacidad y el talento, la inteligencia, la aptitud para las matem�ticas, y as� hasta el infinito?� la respuesta fue una met�fora: �es como si dentro de cada persona se pudiera encontrar un gran diamante. imaginemos un diamante de un palmo de longitud. ese diamante tiene mil facetas, pero todas est�n cubiertas de polvo y brea. la misi�n de cada alma es limpiar cada una de esas facetas hasta que la superficie est� brillante y pueda reflejar un arco iris de colores. �ahora bien, algunos han limpiado muchas facetas y relucen con intensidad. otros s�lo han logrado limpiar unas pocas, que no brillan tanto. sin embargo, por debajo del polvo, cada persona posee en su pecho un luminoso diamante, con mil facetas refulgentes. el diamante es perfecto, sin un defecto. la �nica diferencia entre las diferentes personas es el n�mero de facetas que han limpiado. pero cada diamante es el mismo y cada uno es perfecto. �cuando todas las facetas est�n limpias y brillen en el espectro de la luz, el diamante volver� a la energ�a pura que fue en su origen. la luz permanecer�. es como si el proceso requerido para hacer el diamante se invirtiera, liberada ya por toda la presi�n. la energ�a pura existe en el arco iris de luces, y las luces poseen conciencia y conocimiento. �y todos los diamantes son perfectos.� a veces, las preguntas son complicadas y las respuestas, simples. -�qu� debo hacer? -preguntaba yo en un sue�o-. s� que puedo tratar y curar a la gente que sufre. vienen a m� en mayor n�mero de los que puedo atender. estoy muy cansado. pero �puedo negarme cuando me necesitan tanto? �es correcto decir �ya basta�? -tu papel no es el ser un salvavidas -fue la respuesta. el �ltimo ejemplo que voy a citar fue un mensaje a otros psiquiatras. despert� a eso de las seis de la ma�ana; en mi sue�o hab�a estado dando una conferencia a una vasta congregaci�n de psiquiatras. �en la carrera hacia la cada vez mayor incorporaci�n de la medicaci�n en psiquiatr�a, es importante que no abandonemos las ense�anzas tradicionales de nuestra profesi�n, aunque a veces parezcan vagas. somos nosotros quienes a�n conversamos con nuestros pacientes, con paciencia y compasi�n. a�n nos tomamos tiempo para hacerlo. facilitamos el entendimiento conceptual de la enfermedad, curando con comprensi�n y mediante el descubrimiento inducido del conocimiento de
s� mismo, no s�lo con rayos l�ser. a�n utilizamos la esperanza para curar. �en esta �poca actual, otras ramas de la medicina consideran que estos enfoques tradicionales de la curaci�n son demasiado ineficaces, que consumen tiempo y no tienen base. prefieren la tecnolog�a al di�logo, la qu�mica de sangre analizada por computadora a la qu�mica personal entre el paciente y el m�dico, que cura al paciente y proporciona satisfacci�n al m�dico. los enfoques idealistas, �ticos, personalmente gratificantes de la medicina, pierden terreno ante los econ�micos, eficientes, aislantes y destructores de la satisfacci�n. como resultado, nuestros colegas se sienten cada vez m�s aislados y deprimidos. los pacientes, masificados y vac�os, como si nadie se ocupara de ellos. �debernos evitar la seducci�n de la alta tecnolog�a. antes bien, deber�amos ser modelos para nuestros colegas. deber�amos demostrar que la paciencia, la comprensi�n y la compasi�n ayudan tanto al paciente como al m�dico. reservar m�s tiempo para dialogar, para ense�ar, para despertar la esperanza y la expectativa de curaci�n: estas cualidades del m�dico-curandero, medio olvidadas, son las que debemos emplear siempre, como ejemplo para nuestros m�dicos colegas. �la alta tecnolog�a es maravillosa para la investigaci�n y para facilitar la comprensi�n de la enfermedad humana. puede ser un valioso instrumento cl�nico, pero jam�s reemplazar� las caracter�sticas y los m�todos inherentemente personales de los verdaderos m�dicos. la psiquiatr�a puede ser la m�s digna de las especialidades m�dicas. somos los maestros. no deber�amos abandonar este papel en aras de la asimilaci�n: ahora, menos que nunca.� a�n tengo ese tipo de sue�os, aunque s�lo ocasionalmente. con frecuencia, mientras medito, mientras conduzco por la autopista o incluso en las enso�aciones, me surgen en la mente frases, ideas, visualizaciones. muchas veces se parecen muy poco a mi modo consciente y habitual de pensar o conceptualizar. suelen ser muy oportunos para resolver cuestiones o preguntas del momento. los uso en la terapia y en mi vida cotidiana. considero que estos fen�menos son una expansi�n de mis capacidades intuitivas y me siento alentado por ellos. para m�, son la se�al de que me encamino en la direcci�n correcta, aunque a�n me reste mucho camino por recorrer. presto atenci�n a mis sue�os y a mis intuiciones. cuando lo hago, todo parece marchar bien. en caso contrario, invariablemente algo falla. a�n siento a los maestros a mi alrededor. no estoy seguro de que ellos influyan en mis sue�os y mis intuiciones, pero sospecho que s�.