Escritor Narrador Referencia

Oswald Ducrot I. Escritor y narrador La distinción entre sujeto empírico (o sujeto hablante) y locutor puede relacionarse claramente con la distinción que hace Gérard Genette entre escritor (o autor) y narrador, en su teoría del relato expuesta en Figures III. En todo relato, por ejemplo, una novela, Genette distingue: a) el escritor, que es la persona que ha producido la novela, un determinado señor Falubert, o Balzac, individuos particulares de la sociedad francesa del siglo XIX; y b) el narrador, al que el escritor hace intervenir en sus novelas para relatar los acontecimientos que constituyen el relato. Este narrador es interior a la obra literaria. Según Genette, el escritor es tenido en cuenta por la Historia literaria, que explica las obras producidas, mientras que el narrador es tomado en consideración por la Crítica literaria, que analiza las obras producidas. Mientras que el narrador es interior a la obra, el escritor le es exterior. (...) Hay dos características que distinguen al escritor del narrador: en primer lugar, la actitud psicológica de ambos. El escritor inventa o imagina los acontecimientos, mientras que el narrador relata hechos que no ha creado. Hay una actitud de creación en el escritor y una actitud de reproducción en el narrador. En segundo término, hay diferencias en el uso de los tiempos verbales. Es interesante señalar que los tiempos gramaticales usados en el relato no conciernen a la relación entre el momento en que el escritor escribe y el momento en que los hechos suceden. Un pretérito imperfecto o un futuro no indican que los hechos han ocurrido antes o después del momento en que el escritor escribe. Los tiempos gramaticales conciernen, en efecto, a la relación entre el momento en que el narrador relata los hechos y el momento en que estos hechos se producen. (…) Por eso podemos encontrar en un ensayo de anticipación hechos relatados en el tiempo gramatical del pasado. Es el caso, por ejemplo, de 1984, de George Orwell. Aunque los hechos de su novela están en el futuro del escritor, son relatados en el pasado porque están en el pasado del narrador. El escritor, para relatar estos hechos, imagina un narrador posterior a ellos, que puede así contar en pasado. Este paralelismo entre el locutor de mi teoría lingüística y el narrador de Genette es simplemente una analogía de función. El locutor tiene la misma función en mi teoría que el narrador en la de Genette, pero los objetos son totalmente diferentes. Yo estudio enunciados, y Genette estudia textos narrativos que abarcan páginas y páginas. Quiere decir que no se puede aplicar el mismo criterio para reconocer al locutor de un enunciado y al narrador de un texto literario. Para reconocer al locutor yo utilizo el criterio de la primera persona, mientras que Genette admite que pueda haber narradores que no usan el yo, que no hablan en primera persona. (Esto no implica una contradicción entre Genette y yo, puesto que un enunciado y un texto de cien páginas son cosas totalmente diferentes.) O. Ducrot, “La polifonía”, curso dictado en Buenos Aires, en junio de 1984. Versión completa en: H. Parret y O. Ducrot, Teorías lingüísticas y enunciación, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, UBA, 1995.

II. La referencia La realidad es muda mientras no sea el referente de un discurso y, si lo es, parece condenada a reflejarlo. (...) Pero apenas hay un decir, un acto de habla, ya hay una orientación necesaria para lo que no es el decir. Es esta orientación lo que podemos llamar “referencia”, llamando “referente” al mundo u objeto que el discurso pretende describir o transformar. El referente de un discurso no es, entonces, como a veces se dice, la realidad, sino su realidad; es decir, lo que el discurso elige o instituye como realidad. frase encontrada en un papelito: Si Dios pudiese contar la historia del Universo, el Universo sería ficticio. l