Juego, bienestar y espiritualidad: Una propuesta desde la lúdica mapuche.Por: Patricio Sánchez Luengo.
La complejidad del ser. Teniendo presente todas las evidencias científicas de por medio es increíble constatar cómo algunos sistemas educativos todavía insistan en hacerse responsables de solo una parte del SER. Parcelan la existencia, priorizan sus partes y solo se encargan de algunas. La escuela es solo para la mente, con suerte para el cuerpo y escasamente para las emociones. Este tipo de priorización habla de cómo la sociedad concibe al hombre y de cómo se hace cargo de esta compleja existencia. Desde muy antiguo el hombre ha palpado la dualidad básica que lo constituye. La diada mente cuerpo se encuentra en los escritos religiosos y mitos ancestrales. Esta concepción fue predominante en casi todas las interpretaciones culturales y científicas de gran parte de la civilización hasta la modernidad. En el ámbito educativo desde la época clásica se conoce el concepto de “mente sana en cuerpo sano”. Incluso se incorpora a las emociones, como se evidencia en este aforismo atribuido a Aristóteles “educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto”. De hecho, si realizamos un análisis objetivo del tipo de instrucción en épocas clásicas o en antiguas civilizaciones encontramos que su abordaje es mucho más sintético e integral que en el diseño moderno. En el contexto de esas épocas encontramos también triadas que incorporan al espíritu como otra dimensión: alma (como principio vital), cuerpo (como materia) y espíritu (como lo inmaterial, la razón, lo trascendente). Estas triadas solo eran comprendidas por círculos herméticos de iniciados, por lo que nunca fueron accesibles al resto de la población. Existe una traza actual de eso en los colegios confesionales; pero superficial, equivoca y desprovista de toda sustancia original. Volviendo al punto, el equilibrio de esas dimensiones, mente-cuerpo-emociones es uno de los axiomas principales de las disciplinas que se dedican al bienestar humano. El gran aporte de la psicología en el siglo XX, por ejemplo, fue incorporar el mundo emocional en la interpretación de la conducta humana. En efecto, no todo es cuerpo y razonamiento, somos también las emociones. Nuestras conductas obedecen en gran parte al dominio emocional. Propuesta clave y recientemente validada por las ciencias del cerebro y que son base de la incorporación de la educación socioemocional en los sistemas educativos. La psicología como disciplina terapéutica también incorpora una dimensión trascendental y espiritual, pero sus postulados no han tenido una difusión amplia y validada, a pesar de que nacen, tempranamente,
junto a otras corrientes de la psicología que si han tenido ese esquivo reconocimiento público, vetado a lo espiritual. En suma, la multidimensionalidad humana ha sido reconocida desde hace mucho y por distintas disciplinas. Sin embargo, es difícil encontrar hoy en día una concepción del SER que permita aprehender esta unidad diversa que constituimos cada uno de los seres del género humano.
Parados sobre el saber sin saberlo. A veces estamos tan obnubilados mirando un horizonte lejano esperando un conocimiento que nos ilumine, que no nos damos cuenta que justo donde estamos parados se encuentra un conocimiento valioso esperando que lo descubramos. Eso fue exactamente lo que nos ocurrió al encontrarnos con la concepción del bienestar en la cosmovisión Mapuche. De acuerdo a esta ancestral cosmovisión Küme fellen (bienestar), es el equilibrio entre cuatro dimensiones del NGEN (Ser): piuke (corazón), rakizuam (pensamiento), Kalül (cuerpo) y Püllü (espíritu). Una amalgama clara y simple de la complejidad de lo humano. Un tamizaje para revisar tu existencia y evaluar que tan bien puedes estar. Una maravillosa forma de verse a si mismo. Los versos “küme rakizuam chegnean (que tenga buen pensamiento), külfül Kulen Chegnean (que tenga energía mi cuerpo), lif piuke Chegnean (que mi corazón este limpio) y Newen püllü Chegnean (que mi espíritu se inspire); son una extraordinaria forma de expresar la búsqueda del bienestar diario o desear al otro un estado de equilibrio y salud. Consideramos que para la práctica escolar y psicológica esta concepción de cuatro dimensiones podría convertirse en una herramienta extraordinaria. Desde esta cuádruple concepción es más sencillo tener presente cada una de estas áreas del ser humano. PIUKE, el corazón, sería el área de las emociones, como el amor, la pena, la rabia. También de la autorregulación que implica un conocimiento de sí mismo y la capacidad de expresar adecuadamente las emociones e impulsos. RAKIZUAM, el pensamiento, el área racional, analítica. La capacidad de entenderse y entender el mundo, de pensar, de razonar. KÜME, el cuerpo, la corporalidad con todo lo que eso implica en el bienestar; su cuidado, su exploración, su goce, su energía. PÜLLÜ , el espíritu, el más difícil de definir pero quizás el de mayor peso; la espiritualidad, la esencia luminosa del hombre conectada con el cosmos y su energía vital. Si todos los terapeutas y educadores pudieran acercarse a los demás desde esta multidimensionalidad, considerando también la propia, no dejando ninguna subordinada a los caprichos de otra y dándole la importancia que se merecen quizás todo fluiría de otra forma. No es difícil, con un poco de esfuerzo, creatividad y de la mano de los juegos puede avanzarse en ese sentido.
Homo Ludens El juego había sido olvidado por el hombre moderno, al parecer tan absorto se encontraba descubriendo el mundo y sus secretos entre los siglos XVII y XIX, que entre tanto libro, laboratorio y charlas eruditas olvidó una de las principales actividades del hombre. En el escenario intelectual occidental no fue hasta el año 1939 que Johan Huizinga ubica al juego como uno de los núcleos centrales del fenómeno humano. El hombre no es solo saber o hacer, también es juego. Al homo sapiens y al faber Huizinga propone el homo ludens, es decir, la actividad lúdica como distinción de lo humano, tan importante como las dos antes mencionadas. En su rupturista avanzada explora, entre otras, funciones placenteras, estéticas, bélicas y racionales presentes en el juego. Su obra cuestiona al mundo intelectual y abre sendas para otros que vendrán a construir nuevos caminos en torno a lo lúdico muchos años después. La psicología toma el desafío comenzando un camino de prácticas, investigaciones y de generación de tecnología. Al poco andar redescubren lo obvio, el juego es parte vital del desarrollo de la vida de un ser humano. En lo lúdico el Ser aprende a vivir. De hecho es la actividad de aprendizaje más importante en los primeros años de nuestras vidas. La mente y el cuerpo se nutren de los juegos y junto a él ellos crecen, también las emociones y las relaciones sociales se esculpen en estos espacios de interacción. Para la disciplina de la psicología infantil esto se convierte en una herramienta necesaria e invaluable para el trabajo con los niños. Mediante el juego el terapeuta logra el vínculo y la confianza necesaria para iniciar un trabajo individual con esos mundos íntimamente sagrados. Mediante la risa nos conectamos con emociones positivas cuando la tristeza abunda. Los dados dan la posibilidad de desafiar la mente distraída y desorganizada. Un tablero de colores se convertirá en un mundo de acogedor, protector y lleno de imaginación. O quizás algunas hojas de papel y unas plasticinas nos permitan crear el más maravilloso juego jamás inventado. Los terapeutas además utilizan el juego para reconstruir o reparar vínculos entre padres e hijos. En fin, la terapia psicológica infantil y lo lúdico son inseparables. Y su efectividad también se ha comprobado. Todo psicólogo que trabaje con niños o en contextos escolares sabe que el trabajo sería difícil o francamente imposible sin la maravilla del juego. No obstante, en el ámbito educativo la historia es distinta. Sin contar a los próceres disidentes de la educación del siglo XX, el juego ha tenido un papel segundario. Relegado a la preparación física, a la entretención, al tiempo libre, a lo extracurricular. Pocos lo han incorporado como herramienta educativa y menos como un contenido de aprendizaje en si mismo. En efecto, el aula escolar fue por mucho tiempo una miniatura de las aulas universitarias; mucha erudición, poco cuerpo y escaso juego. Aun hoy en muchos kínder garten y escuelas básicas el juego se encuentra proscrito de la clase. Algo de segunda categoría, relegado al recreo, que irreverentemente quiere arrebatarle el rol a la enseñanza de las cosas realmente importantes. Pero el juego reina y fluye en el recreo, surge libre y espontaneo. Cada toque de campana irrumpe con una vitalidad arrolladora, como todo lo que proviene del principio vital universal. El tropel de niños se levanta impregnados de una motivación que ya se la quisiera el profesor para su clase. Van a jugar, a reir y también a aprender.
En chile, aunque declarado en las leyes y orientaciones técnicas se subvalora el juego. Muy pocos lo incorporan o lo utilizan para el desarrollo integral de los niños en contextos escolares. Aun hoy, las propuestas y las prácticas son escazas. No obstante, arraigado en nuestra tierra, escondido en un rincón de nuestros genes y en un estante casi desechado por nuestra cultura resurgen propuestas rescatadas de antiguas enseñanzas ancestrales del mundo mapuche.
Kimeltün y Aukantun: regalos desde el wallmapu. Como ya se señaló, El juego es la actividad central y natural de la niñez. Su fuerza esencial es la diversión y es una actividad que involucra al niño, o adulto, en su totalidad. El Aukantun o juego en la cultura Mapuche tiene un sentido formativo y educativo, pues fortalece el aprendizaje y el desarrollo de la persona. Además, se lo entiende como método y contenido del Kimeltuwun, es decir, del sistema o formas de enseñanza mapuche. El sentido holístico del hombre antiguo prevalece en la concepción de educación mapuche y su relación con los juegos. Aprovechan su natural fuerza para traspasar cultura, valores, idioma, consejos, razonamientos, valores de convivencia, fortalecimiento del cuerpo, etc. Todo posible en una actividad. Es decir, tomando la concepción del GNEN, en el juego se estaría estimulando cada una de las cuatro dimensiones si es que es presentado dentro del Kimeltuwun. Y si es trabajado adecuadamente se convierte en una potente herramienta formadora e inclusiva. En efecto, considerando los seis principios básicos: Zapin, Yamuwün, Gülam, Azmuwün Mañummuwun e Inatuzungun se puede armar una estrategia pedagógica que cumpla adecuadamente con una formación integral, muy en sintonía y concordancia con la vanguardia en educación inclusiva y socioemocional. No podemos eludir la alegría que nos provoco conocer estas concepciones del ser, del juego y de la educación. Pues, son en esencia lo que necesita el ser humano para crecer y desarrollarse en plenitud. La vanguardia en la ciencia de la educación nos propone sistemas muy similares al del mundo mapuche, el rescate del juego en educación es valuarte de la inclusión, la neurociencia también nos está develando que el ser humano es mucho más que cuerpo y razón. Aprendamos de la sabiduría milenaria y agradezcamos que aun esta viva.
Algunos de los Textos consultados para realizar el ensayo:
Apuntes personales del Modulo Corporalidad y Lúdicas Mapuches. Magister en educación para la Inclusión. Universidad de Valparaíso.
Carolina Poblete G. y Jairzinho Panqueba C. Aspectos históricos, antropológicos y sociológicos de los juegos ancestrales y tradicionales de estos territorios. Este documento es elaborado por el y la autor/a en el contexto del un seminario y taller organizado por el Instituto de Educación Física de la Universidad de Antioquia, grupo de investigación PES (Prácticas corporals, sociedad educación-currículum) e INDER Medellín denominado Juegos ancestrales y juegos tradicionales. Fundamentos antropológicos y pedagógicos. Los días 25, 26 y 27 de Mayo del 2014 en cuidad de Medellín, Colombia.
Gastaldo, E. (2012) “Homo Ludens revisited: Huizinga y el deporte moderno” en revista Lúdicamente, año 1, N°1 (ISSN 2250-723X). Primera versión recibida el 13 de marzo de 2012; Versión final aceptada el 2 de junio de 2012 (Eds.)
Ministerio de Educación. (2015). Aukatun. Juegos mapuche para la educación parvularia. Junta Nacional de Jardines Infantiles. Región de la Auraucanía.-