PRIVATIZACION CONCEPTO: La PRIVATIZACIÓN se puede definir como la transferencia de recursos del sector público al privado, mediante diferentes mecanismos como fusiones, liquidaciones y ventas, con la finalidad de hacer eficiente la economía de un país a través del saneamiento de sus finanzas públicas. La privatización de empresas públicas es un fenómeno que se inicia a nivel mundial en la década de los ochenta, basta recordar a países como el Reino Unido, quien es considerado como una de las primeras naciones precursor de la privatización en el mundo, cabe destacar que la privatización en Reino Unido, inició como un programa experimental y más tarde fue consolidándose hasta asumir un papel esencial en la economía de Gran Bretaña. Una de las razones de la privatización en Reino Unido, fue el hecho de que las empresas públicas presentaban índices de rentabilidad y productividad demasiado bajos, debido a las injerencias políticas que se mantenían en esos momentos. Sin dejar de tomar en cuenta, también a Chile, país en el cual su política de privatización buscó provocar un cambio radical en la economía y buscar la eficiencia del Estado. En México la privatización de empresas públicas inició en 1983, en el sexenio de Miguel De la Madrid Hurtado, como consecuencia del gran tamaño que había alcanzado el aparato estatal en 1982. sin embargo, durante los primeros años el proceso de privatización de empresas públicas se implementó a un paso lento. Aunque existe una generalidad mundial del fenómeno de privatización, cada país ha implementado su propio programa de adelgazamiento del estado, esto es, en función de las necesidades de cada país en particular y de acuerdo a las
condiciones políticas, económicas y sociales, imperantes en el momento en que se decide privatizar. En México, fue necesario redefinir el papel del estado en la Economía y para ello, desarrollo su propio programa de desincorporación, pues el proceso o el hecho de iniciar con las privatizaciones, no fue mas que el resultado de la ineficiencia de los gobernantes y a la falta de una planificación administrativa para el Estado al permitir el aumento del aparato estatal, que a la larga de nada serviría para el desarrollo del país. He de señalar que el propósito principal de vender empresas públicas es con la finalidad de mejorar la eficiencia y el desempeño de la compañía involucrada, y crear de ese modo mejores condiciones para gobiernos, consumidores, empleados e inversionistas. Sin embargo, los responsables del proceso a menudo tienen metas políticas adicionales y sensibilidades que pueden complicar la decisión de vender. En este sentido la privatización se puede tomar en cuenta como un tema netamente político. En este contexto, resulta necesario hacer un paréntesis y regresar un poco a la historia de nuestro país, para analizar la enorme participación del Estado en la economía, y, buscar explicarnos como fue que el sector público llegó a tener 1155 empresas públicas y que participara en 63 de las 73 ramas de actividad económica, que tiene clasificadas INEGI en México, para 1982. Cabe destacar, sin duda alguna, que no existe el tamaño óptimo y de excelencia para que el Estado pueda operar con eficiencia, esto dependerá de las condiciones económicas, sociales y sobre todo políticas del país. La Constitución de 1917, marcó el inició de la expansión e intervención del sector público en la actividad económica, al reservar para el estado diversas
áreas o asuntos económicos y los sectores estratégicos, con el fin de proteger los intereses públicos frente a la invasión de compañías extranjeras, restringiendo de esta manera la participación del sector privado. Llegó a considerarse que el Estado fuese el principal eje del crecimiento económico, debido a la dispersión y escasez de las actividades productivas, uno de los principales mecanismos de intervención, fue la creación de una infraestructura institucional, que sirviera de base para los proyectos que requería el desarrollo nacional, y es así como se empiezan a crear diversas instituciones públicas tanto para regular el sistema financiero como para contrarrestar los efectos de las gran depresión económica. Para el período del Presidente Lázaro Cárdenas, el sector paraestatal era ya, el pilar del desarrollo económico, se crearon y nacionalizaron empresas estratégicas, se empezó a participar en la generación de energía eléctrica, sin dejar de mencionar la expropiación petrolera. Más tarde y aprovechando que los mercados internacionales atravesaban por situaciones poco estables debido a la segunda guerra mundial, la economía nacional se inserta en una dinámica de mayor competencia, la sustitución de importaciones, llegó a ocupar un lugar de importancia, pues los excedentes generados como resultado de la reducción de la compra de bienes en el exterior, permitió canalizar ese excedente a otras áreas del sistema económico. Los grandes avances en el sector secundario (industrial), modificó las condiciones de vida en la ciudad, lo que obligó al Estado proporcionar un mayor número de servicios públicos y de esta forma gran parte de la inversión pública se destinó al sector transporte y comunicaciones, sector que representó enormes inversiones de recursos, escasa rentabilidad y por ende, no hubo un grupo privado que quisiera invertir en esta área.
Para 1955 la inversión se dirigió a algunos sectores productivos (energéticos), más tarde el Estado se hace cargo de la petroquímica básica y el sector industrial se convierte en el eje dinámico con el objetivo firme de industrializar al país. Las empresas paraestatales creadas en estos años, tuvieron como objetivo, asegurar el abastecimiento de productos y servicios, como energía eléctrica, aceros y bienes intermedios. Para 1970 en adelante, existían ya, serios problemas tales como; ineficiencia en la esfera productiva, inflación, crecimiento muy bajo, pero el gobierno con la finalidad de solucionar estos problemas, empezó a crear fondos y fideicomisos en gran magnitud, lo que seguía ocasionando el engordamiento del aparato estatal, es pues en la década de los setenta cuando el estado intensifica en gran manera su crecimiento no planeado, participa en la producción de bienes y servicios y recibe compañías privadas al borde de la quiebra, con el fin de evitar que la desaparición de dichas compañías, provocará desempleo y desajustes en la planta productiva. Error inmenso por parte del gobierno al recibir empresas privadas que prácticamente no eran rentables, y, peor aún el hecho de rescatarlas por temor a un desempleo desmedido, hecho que al final de cuentas sucedió. lo más lógico pudo haber sido, en lugar de invertir cantidades bestiales en la reestructuración de las compañías privadas y salvarlas, empezar a hacer carreteras y de esta manera generar empleos e impedir el crecimiento del Estado. Sin embargo, había decisiones e injerencias políticas que limitaban en mucho el poder del Estado para actuar en consecuencia. En la segunda mitad de los setenta, el sector público se concentró en expandir la plataforma petrolera y la industria de bienes de capital , gracias al despegue del precio del crudo en los mercados internacionales. Como todos sabemos el precio del crudo es muy volátil, hoy puede estar muy caro y mañana puede amanecer muy por debajo de lo presupuestado, cosa que tampoco se planeó, el
país empieza a endeudarse para poder producir el petróleo, pensando que la venta de éste, pagaría la deuda, digamos hasta ese momento préstamo, sin embargo no sucedió así, como lo comentaba anteriormente el precio del crudo se desploma, y, mientras la deuda crecía, el precio del crudo no se recuperaba, he aquí el origen de la tan conocida deuda externa. Es así como el Estado creció exorbitantemente llegando a constituirse por 1155 empresas paraestatales para 1982. sin embargo, el estado justificaba la creación de éstas empresas por necesidades de tipo coyuntural, pero la instrumentación de medidas de política económica de corto plazo, generó grandes problemas, tales como; rezago tecnológico, productividad baja y duplicidad de funciones. Las entidades paraestatales, presentaban problemas financieros severos, ya no respondían a criterios de rentabilidad, mantenían exceso de personal y el costo de producción por ende, eran elevados, no había agilidad en los trámites burocráticos,
rotación
frecuente
de
personal
directivo,
restricciones
presupuestales y cargas impositivas enormes, lo que las hacían menos eficientes, falta de asignación de recursos, lo que provocaba que se endeudaran, se requería el establecimiento de medidas de ajuste, inversiones en planta, innovación tecnológica y toda una serie de modernización que el Estado ya no podía o no quería realizar. Debo entender que mucho de lo ocurrido hasta 1982, gran parte era resultado de decisiones políticas, pues mas que ayudar, entorpecían la labor del Estado en su afán por mejorar el desarrollo económico y social. Con todo este panorama, podemos observar que el Estado participó en la actividad económica de manera extensiva mas que selectiva, lo que dificultó la coordinación y asignación de recursos a tantas paraestatales para su operación y pensando además en la situación en la que se encontraba el país para 1982,
donde existían severos desequilibrios económicos, acumulación excesiva de deuda externa, estancamiento en la actividad productiva, inflación y el desplome del precio del crudo, todo esto llevo consigo a que se adoptaran medidas que transformarán de manera definitiva la estrategia económica en México, lo que llegó a denominarse como el redimensionamiento del Estado. En 1982, el proceso de Nacionalización de empresas se invierte como consecuencia de la situación económica y social que atravesaba el país, es así como
surge
una
fuerte
corriente
privatizadora.
México
planteó
el
redimensionamiento del aparato estatal, la desincorporación y enajenación de empresas, así como la venta de activos y de unidades industriales y la tesis bajo la cual sustento su programa fue dejar en manos del Estado únicamente las empresas estratégicas (se refiere a sectores en los que el Estado tiene participación exclusiva. Recursos
no
renovables,
servicios
públicos o
infraestructura), y, las prioritarias (son aquellas que otorgan un amplio beneficio social como: servicios de salud, vivienda, educación, entre otras.). La crisis de 1982, nos otorgó una enseñanza puso en evidencia que un estado más grande no es necesariamente un estado más capaz y que ser más propietario no significa ser más justo.1 En este sentido, podemos imaginarlos la gran dimensión que tenia el Estado, para esos momentos y la necesidad urgente de elaborar políticas públicas tendientes a replantear el papel del Estado en la economía e iniciar así su adelgazamiento, pues se necesitaban grandes transformaciones en la esfera nacional y concentrar esfuerzos para crecer y ser más productivos, eficientes y eficaces.
1
Carlos Salinas De Gortari. “Primer Informe de Gobierno”, 1989
Era prácticamente imposible continuar con las tendencias del proteccionismo y expansionismo, hechas evidentes en los periodos de 1940-1982, pues mientras el Estado administraba desde la industria siderúrgica, aerolíneas, hoteles, fábricas de bicicletas, hasta un equipo de fútbol, por mencionar algunas, por otro lado había una población que demandaba a gritos, agua potable, salud, educación, vivienda, justicia, inversión en el campo, mejor alimentación, etc., era en esos momentos impresionante como el estado, hizo a un lado el desarrollo social del país, pobreza extrema en varios Estados, carencias en todos los sentidos, basta con recordar a los tarahumaras en Chihuahua, los indígenas de Chiapas y Oaxaca, así como también las sierras del Estado de Veracruz, por mencionar algunas. Porque podemos preguntarnos, qué hacia el Estado con un equipo de fútbol, con un hotel, de que se trataba todo esto, cuando las actividades estratégicas y prioritarias estaban descuidadas totalmente, injerencias políticas, tal vez, pero porque llegar a tanto. En este contexto, desde 1983 la economía mexicana experimenta un cambio de rumbo, una serie de reformas económicas con el firme propósito de frenar la inflación y recuperar el crecimiento para mejorar los niveles de vida de la población. La administración del Presidente Carlos Salinas de Gortari, orientó sus esfuerzos hacia la modernización de la vida nacional en todos sus ámbitos se instrumentó
un
programa
de
modernización
que
comprendió
desincorporación de entidades paraestatales no estratégicas ni prioritarias. La
modernización
económica
sería inconcebible
sin
la
modernización de la empresa pública..., la empresa pública se sujetará a un profundo proceso de modernización estructural, y
la
se concentrará en las áreas estratégicas y prioritarias para el desarrollo de su actividad.2 Es necesario mencionar que el Estado se retiró de muchas áreas de actividad, pero esto, no significó que se hallá debilitado o que éste hubiera renunciado a regular y conducir el desarrollo nacional; por el contrario es un Estado que se fortaleció y promovió la iniciativa privada para que participará más en el bienestar social y que el Estado se dedicara única y exclusivamente a las áreas estratégicas y prioritarias. Cosa que no ha sucedido hasta la fecha, pues uno de los objetivos por los que se llevó al cabo la privatización de la banca, fue con el compromiso que ayudará al desarrollo nacional y más tarde vimos, como la mayoría de los bancos empezaron a fusionarse con organismos extranjeros y actualmente todos pertenecen a la inversión extranjera. Se debe entender que cuando hablamos de desincorporación, estamos haciendo referencia a las distinta alternativas que existen para que una entidad deje de pertenecer al Estado, estas son; liquidación o extinción, fusión, transferencia y enajenación o venta. Pues bien, los objetivos mas importantes que llevaron al Estado a adelgazar su aparato, fueron entre otros los siguientes: •
Fortalecer las finanzas públicas.
•
Canalizar los recursos del sector público a las áreas estratégicas y prioritarias.
•
Eliminar gastos y subsidios injustificables.
•
Promover la productividad de la economía, transfiriendo parte de ésta al sector privado.
•
Mejorar la eficiencia del sector público.
Así inicia el proceso de privatización en México y quien se encargó de llevar a cabo la venta de las empresas, fue en principio la SHCP. Más tarde se creó la
2
“presentación”, en Plan Nacional de Desarrollo, 1989-1994
Unidad de Desincorporación de Entidades Paraestatales con la finalidad de que continuará con esta función. las privatizaciones en México tuvieron su apogeo de 1983 a 1993. pero el proceso de privatización más significativo y complejo fue entre Diciembre de 1988 y Noviembre de 1994, ya que se privatizó Telmex, la minera cananea, Mexicana, Aeroméxico y la privatización del sistema bancario. Se siguió un proceso de venta que fuera transparente y apegado al marco jurídico y formativo, la mayor parte de las paraestatales vendidas han sido por licitación pública. Cabe destacar que un porcentaje elevado de empresas sujetas a privatización poseían un gran potencial de crecimiento, lo cual las presentaba atractivas para los inversionistas, aunque también requerían la aplicación de grandes recursos para modernizarlas y volverlas eficientes. Este fue el caso de Telmex, pero si estudiamos a fondo el caso, podemos conocer que más bien Telmex fue digamos un obsequio del Presidente Carlos Salinas al Sr. Carlos Slim, por haberle apoyado en su campaña como candidato a la Presidencia de la República. Pues le dio seis años de gracia para pagarla, esto quiere decir, que el Gobierno pudo haber obtenido un crédito, modernizar la empresa Telmex y en poco tiempo la misma empresa pudo haber pagado el préstamo. Cosa que sucedió cuando el señor Slim la obtuvo, la modernizó administrativa y tecnológicamente y la empresa terminó siendo rentable y de las ganancias obtenidas en los primeros años, se le pago al Gobierno por la venta de la empresa Telmex. Empresas como Telmex no debieron haberse privatizado por el alto índice de crecimiento que tenía, pero además no debemos olvidar las injerencias políticas que mucho tuvieron que ver en ese proceso y en muchos otros. En fin, muchas veces y en la mayoría de los casos esas decisiones políticas están mas allá del desarrollo económico y social del país.
La idea básica que genera todo este proceso de privatización, es que el mercado y la empresa privada debían sustituir el intervensionismo del Estado, que había conducido hacia la conformación de monopolios en la economía y era causa de ineficiencia y de límites a la competencia, así como de formación de relaciones corporativas y patrimonialistas, y de prestación de servicios públicos deficientes. Hasta 1993, el Estado había reducido sus dimensiones de manera considerable, en Diciembre de 1982 existían 1155 empresas paraestatales y para Mayo de 1993 sólo existían 213. Vayamos ahora al tema de la privatización de PEMEX. Y debo expresar en ejercicio de mi libertad de expresión, mi postura en contra de la privatización de la paraestatal, debido a muchas causas: •
La expropiación petrolera es un acontecimiento histórico.
•
Es uno de los más grandes apoyos a la economía del país.
•
Ayuda al desarrollo social.
•
Constituye una de las principales riquezas de la nación.
Es también cierto que tiene desventajas como: •
Enorme carga tributaria (principalmente).
•
Programas viciados.
•
Rezago tecnológico.
•
Bajo nivel de competencia de sus productos.
•
Exceso de personal.
Como combatir esas desventajas: •
Reducir la carga tributaria.
•
Reestructuración de estructuras y rediseños de procesos administrativos.
•
Modernización administrativa.
•
Capacitación y sensibilización al personal.
•
Acuerdos con el sindicato para reducir la planilla laboral.
•
Innovación en los procesos tecnológicos.
•
Dejar las injerencias políticas por un lado.
•
Que la Administración Pública se ponga a trabajar.
•
Que se implante un verdadero proceso administrativo.