El Secreto Del Lenguaje Del Mar.docx

  • Uploaded by: Manuel Duarte
  • 0
  • 0
  • November 2019
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View El Secreto Del Lenguaje Del Mar.docx as PDF for free.

More details

  • Words: 469
  • Pages: 2
EL SECRETO DEL LENGUAJE DEL MAR El año nuevo llega y con él, el espectáculo de los fuegos artificiales. Siempre sentí mucha curiosidad por esa ciencia, la planificación de un estallido la dinámica de una explosión dentro de otra y otra como una mamushka de detonaciones celestiales. Mi mirada al cielo es la de los niños ante los trucos de magia: el tesoro preciado de una ignorancia que nunca quisiera perder. Mi tía se acerca con la copa en su mano. Levanta la vista. “A ver quién gastó más plata”, dice. Pero yo no quiero pensar en costos. Estoy cansado de que las cosas cuesten. Mi tío me abraza fuerte de costado. “Dos gotas de agua”, dice riendo, “dos gotas de agua” y sacude mis hombros tristes, tan diminutos en sus manos gruesas y pesadas. Hace exactamente el mismo chiste cada vez que nos vemos: él es gigante y panzón, y yo pequeño y flaquito. Conozco de memoria todas las anécdotas de mi tío. Las repite en cada reunión, “porque el público siempre se renueva”. Eso no es cierto. Por lo contrario, ya hace tiempo que somos los mismos y en realidad, cada vez somos menos. Pero tampoco es cierto que él se repita. Mi tío sabe, como pocos, el secreto íntimo del lenguaje del mar: que en la repetición de las olas emerge siempre el milagro mágico y casi imperceptible de una sutil diferencia, por la que cada nueva ola jamás se asemeja a las anteriores.

Me siento junto a mi primo, lleno su vaso de cerveza y prendemos unos cigarrillos. Me pregunta cómo estoy. De chicos éramos los dos muy apegados. En este patio jugábamos a la pelota, a las escondidas, y a todos esos juegos inventados por nosotros mismos. Luego nos distanciamos. Quizás éramos como dos fueguitos en un tren de hielo: o nos enfriábamos, o derretíamos el suelo. Y a nadie le gustan las caídas. “Estoy cansado”, le digo, “cansado de que las cosas cuesten”. Pero no quiero hablar de esto. Hablar las cosas está sobrevalorado. Puedo nombrar la soledad sin por ello perderle el miedo. (¿Llegará el momento, primo, en que por fin estemos sobrios? ¿Llegará?) Nos sirvo más cerveza y salimos los dos a la calle. Cada año nuevo, después de las doce, pasan unos seis o siete hombres disfrazados de bomberos, parados sobre la caja de una vieja camioneta roja. Festivos ellos gritan, tocan bocina y revolean chorros de sidra a todo aquel que se crucen. Así, borrachos y casi desnudos recorren el barrio en un ritual incorruptible como el abrazo de la muerte. Los vemos pasar y me veo a mi mismo en la camioneta. Veo a mi tío y a mi primo también. Creo que todos los que conocemos el secreto íntimo del lenguaje del mar deberíamos hacer algo juntos

Related Documents


More Documents from "Carlos Alberto"

Contractura.docx
November 2019 1
June 2020 23
November 2019 17