El Poder de la Gratitud Un Mensaje Biblico por Bayless Conley Derechos de Autor 2005 Answers with Bayless Conley Hoy mi mensaje se titula, “El Poder de la Gratitud.” La Sagrada Escritura nos dice en Efesios 5:20, “dando siempre gracias al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.” Debemos siempre dar gracias. Debemos siempre mantener y guardar un corazón agradecido. Esto es de mucho interés, porque en 2 Timoteo 3:1, San Pablo escribe y hace notar que una de las señales que estamos en los últimos días será que la gente en general será malagradecida y habrá una disposición de ingratitud que satura la sociedad. Sin embargo, nosotros que somos hijos de Dios deberíamos estar en una posición de contraste total a esa actitud. Todos deberíamos ser personas con corazones agradecidas. Hoy, les quiero hablar sobre dos cosas: La primera que trataremos será como podemos expresar la gratitud, y la seguna será sobre la importancia de mantener un espíritu agradecido y porque es importante que expresemos gratitud. En primer lugar, ¿como deber expresarse la gratitud? Vamos a mirar el pasaje de 2 Crónicas el capítulo 5. Existen muchos pasajes en la Sagrada Escritura de los cuales podríamos sacar la misma conclusión, pero en especial, me gusta la forma en que este pasaje expresa lo dicho. Número uno: La gratitud se puede, y debería ser expresado verbalmente. En 2 Crónicas 5:13, leemos: 13 cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre; entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová. 14 Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios. Para Dios, había algo muy atractivo en la forma en que los Israelitas le estaban alabando, y además, estaba complacido con el agradecimiento que estaban expresando de corazón. A causa de todo esto, Dios decidió aparecer de forma muy inusual. Yo me alegro mucho al poder decirles que la Biblia nos cuenta que tú y yo tenemos un mejor pacto, uno establecido sobre mejores promesas. Como creyentes del Nuevo Testamento, nosotros tenemos el derecho de experimentar aun más de la presencia de Dios en nuestras vidas. Pero tomemos nota de lo escrito: Nos dice que estando en ese espíritu de gratitud, dando gracias a Dios, estaban unánimes, y cantaron y alabaron a Dios a una voz. La gratitud debería ser algo que se escucha! Deberíamos de elevar nuestras voces a Dios tal como
nos instruye las Escrituras. Ya sea si lo cantas, o lo gritas, debería ser algo que se puede escuchar. Como es de esperar, alguna gente dice, “Bueno, yo tengo alabanza en mi corazón. Estoy agradecido para con Dios en mi corazón y no hace falta que lo diga en voz alta.” Sin embargo Jesucristo dijo que de la abundancia del corazón, la boca habla. Si en verdad tienes un corazón lleno de gratitud, entonces esa gratitud debería encontrar su expresión en algo vocal, algo que sale de tu boca. Si no está saliendo de tu boca, mas te vale que averígües la fuente de esa gratitud. Debemos de expresar nuestra alabanza tanto verticalmente a Dios como horizontalmente los unos a los otros. Es de suma importancia que verbalicemos nuestra alabanza. Por ejemplo, puede que tengas unos sentimientos fuertes y cálidos hacia tu familia. En tu corazón aprecias a tu esposa y todas las cosas que ella hace y su labor de amor hacia su familia. O si eres la esposa, puede que aprecies de corazón y tu esposo, o estás agradecida por algo que tus hijos hayan hecho por tí. Sin embargo, si nunca se los dices, si nunca verbalizas esa gratitud, ellos nunca podrán sacar el beneficio de tu agradecimiento. De hecho, nadie saca un beneficio en lo más minimo, ni reciben el ánimo que podrían recibir. Quizá te veas como una persona que aprecia a otros, pero si tu gratitud no se expresa, entonces no es una gratitud verdadera. Digamos que eres un supervisor y tienes un equipo de personas que trabajan para ti. Ves a uno de tu equipo y piensas, “¡vaya, no se que haría si ella no estuviese en mi equipo!” Pues ¿que esperas para decírsela? No es suficiente que sólo lo pienses en tu corazón. La gratitud no es una gratitud verdadera hasta que se exprese. La razón de esto es que la gratitud es algo que se usa para bendecir a otros. Además de esto, necesitamos aprender a verbalizar nuestra gratitud para con Dios, como también el uno al otro. Cada uno de nosotros tenemos una lista muy larga de personas a la cuales necesitamos expresar nuestra gratitud, y una larga, pero muy larga, de cosas por las cuales deberiamos expresar nuestra gratitud a Dios. Pienso en mi mismo. Esta mañana desperte en mi sano juicio. En mi caso, no siempre fue así. Tengo muchísimas cosas por las cuales estoy agradecido, y es mi deber comunicar ese agradecimiento a otros. La gratitud, no es una gratitud verdadera hasta que se exprese. Nùmero dos: La gratitud es algo que se puede expresar a través de actos de servicio. El día en que Jesús sano a Bartimeo de su ceguera, la Sagrada Escritura nos dice que él siguió a Jesús en el camino. Dios le dijo al Faraón, “Pon en libertad a mi pueblo para que me sirvan.” La expresión natural de un corazón que ha sido liberado, es el querer servir a Dios. Al encontrarse con Jesucristo en el camino a Damasco, el apóstol San Pablo, anteriormente conocido como Saulo de Tarso, le hizo dos preguntas. Y a partir de ese momento en el que hizo esas dos preguntas, su vida entera giró entorno a una búsqueda para poder descubrir una respuesta progresiva y más profunda a cada una de las
preguntas. La primera pregunta fue: “Señor, ¿Quién eres?” y la segunda pregunta fue: “¿Qué quieres que haga?” O en otras palabras, “¿como te puedo servir? ¿Que puedo hacer con mi vida ahora que Tú me has liberado y me has rescatado?” ¿Estás agradecido por lo que Dios ha hecho en tu vida? Si lo estás, entonces sírvele. Sirve a su familia. Sirve a la iglesia. Sirve a los necesitados, tanto los que están en la iglesia como los que están fuera de la iglesia. Jesucristo dijo, “si lo has hecho al menor de estos mis hermanos, me lo has hecho a mí.” La eternidad no será lo suficientemente larga para que yo derrame mi vida en servicio ante Él en gratitud por todo lo que Él ha hecho por mi. Algunos de ustedes han oido parte de mi testimonio, pero no se imaginan lo mal que realmente estaban las cosas. Yo tengo muchísimo por el cual estar agradecido. Y una de las maneras que yo expreso esa gratitud, es en decirle, “Señor, aquí me tienes.” Cada uno de nosotros tenemos ciertos dones y habilidades. Cada uno de nosotros tenemos cosas que Dios ha depositado en nuestras vidas. Deberíamos de encontar el camino para servir a otros y a Dios, usando los dones que hemos recibido. La gratitud es algo que se expresa por medio de un servicio de amor. Mucha gente quiere servir a Dios, pero solamente en una capacidad de consejero, diciéndole lo que debería hacer. Dios no necesita consejeros. Hace ya tiempo que leí una historia sobre un acueducto que los romanos contruyeron en el año 109 A.D. Este acueducto suministraba agua a la ciudad de Segóvia, España. Durante un período de 1,800 años, ese acueducto romano bajaba agua fresca de las montañas a la ciudad calurosa de Segóvia. Más de 50 generaciones de hombres bebieron agua de ese acueducto. Pues una generacion reciente dijo, “¡Pero si esto es una maravilla! Tenemos que preservar la integridad del acueducto para nuestros hijos y las generaciones venideras, para que todos puedan disfrutar de esta maravilla.” Y fue así que cortaron el flujo de agua que corría por el acueducto, dándole un descanso de los miles de años de labor que había hecho. Enterraron tuberías modernas y empezaron a suministrar el agua a la ciudad por medio de estas tuberías, en vez de usar el acueducto. Para sorpresa de todos, en muy poco tiempo el acueducto empezo a desmoronarse y deteriorarse. Después de 1,800 años de servicio, empezo a caerse. Porque sin el fluir de agua a través de sus canales, el mortero expuesto al sol se calentó y se secó. Subsecuentemente, empezó a derrumbarse. Algunos de ustedes han perdido la vitalidad de la vida. Han perdido esa chispa que aviva la vida. Yo quiero sugerir que puede ser a causa de que han dejado de servir. Yo creo que la vitalidad y la salud espiritual se mantiene por medio del servicio. Conforme dejamos que la vida de Dios fluya a través de nosotros a otros, es entonces cuando mantenemos la vitalidad, el celo y esa frescura que viene con el servicio. Pero en el momento que dejamos de servir, nuestras vidas espirituales se empiezan a desmoronar. Eso es lo que les ha sucedido a muchos cristianos. Te has secado espiritualmente y es a causa de que ya no estás sirviendo. Sirve a Dios y sirve a otros como una expresión de tu gratitud por todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Número tres: La gratitud se puede, y debería ser expresado por medio del dar regalos y apoyo material.
Esto lo podemos aplicar al pago de nuestros diezmos, que es el honrar a Dios con la décima parte de tus entradas. Esto es muy interesante, porque la primera mención que tenemos de diezmos en la Biblia, es en la historia de Abraham, cuando el trajo los diezmos a Melquisedec. Es muy obvio en la historia que Abraham no estaba saldando un deuda, ni estaba cumplienda de mala gana con una obligación. Mas que nada, era sencillamente una expresión de gratitud por parte de Abraham a Dios, por todo lo que Dios había hecho por él.
Hay una cosa que los catedráticos de la Biblia llaman, “La Ley de la Primera Mención.” Al presentarse un tema en las Sagradas Escrituras por primera vez, se establece un patrón por medio del cual se debe interpretar esa escritura y esa verdad. Ese patron debe ser usado para interpretar esa verdad cada vez que aparece o se menciona en versículos subsecuentes. Por favor tomen nota de esto. La primera vez que se menciona el diezmo, se menciona como una expresión de gratitud. La segunda vez que se menciona sigue siendo en el libro de Genesis, pero ahora es en conexión con Jacob, el nieto de Abraham. Aquí tenemos un hecho del mismo sentimiento. El diezmo se usó como una expresión de gratitud hacia Dios por las bendiciones que había traido a su vida, y así debería ser con nosotros también. Vamos a mirar un pasaje en el libro de Números 31:48. Esta es una historia muy intrigante. Los Israelitas habían librado una gran batalla contra los Madianitas. Los Israelitas habían enviado a 1,000 guerreros de cada tribu, así que su ejercito se componía de 12,000 guerreros valientes acometidos en una batalla feroz. Despues de haber ganado la victoria, los capitanes de Israel y los líderes empezaron tomar un censo y a contar las tropas para ver quien quedaba después de la batalla. Quedaron atónitos ante los resultados. Empezamos la lectura en Números 31:48 y leemos: 48 “vinieron a Moisés los jefes de los millares de aquel ejército, los jefes de millares y de centenas, 49 y dijeron a Moisés: Tus siervos han tomado razón de los hombres de guerra que están en nuestro póder, y ninguno ha faltado de nosotros. 50 Por lo cual hemos ofrecido a Jehová ofrenda, cada uno de lo que ha hallado, alhajas de oro, brazaletes, manillas, anillos, zarcillos, y cadenas, para hacer expiación por nuestras almas delante de Jehová.” ¡Estos jefes y líderes estaban bastante conmovidos por lo que Dios había hecho, protejiéndoles a todos! Al empezar la recuenta de sus tropas, se empezaron a dar cuenta que no habían perdido ni un solo soldado de ninguna de las 12 tribus. Se dieron cuenta que Dios los había protejido de forma sobrenatural. Quedaron tan conmovidos, que en respuesta, le trajeron una ofrenda generosa a Dios. Fue una expresión de gratitud que salía de sus corazónes. Nosotros tenemos a filigreses de nuestra congregación que están en el servicio militar. Recientemente, algunos de ellos destinados al medio oriente, regresaron a casa sanos y
salvos. También tenemos a personas en nuestra congregación que han peleado sobre otros campos de batalla en otras partes del mundo, tal como Vietnam, y la guerra Koreana. Otros aquí han sobrevivido a la segunda guerra mundial y otras batallas en el extranjero. Una respuesta apropiada, si uno siente la inclinación, sería el de traer una ofrenda a la casa de Dios. ¿Hay alquien aquí presente que en algún momento de sus vidas, salieron ilesos de un accidente automovilístico? ¿Te ha protejido alguna vez la mano de Dios de forma milagrosa? ¿Has sufrido una enfermedad grave, solo para recuperarte sin consecuencias? ¿Ha protegido Dios a un ser querido tuyo? Pues si alguna de estas cosas es ciertas en tu vida, una de la formas que puedes expresar gratitud hacia Dios es en darles una ofrenda. No estamos hablando de pagarle a Dios por su misericordia y sus bendiciones. Esas cosas no se pueden comprar. Es meramente una expresión de un corazón lleno de gratitud. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 28, tenemos la historia del naufrágio de San Pablo y sus compañeros en la Isla de Malta. Al quedar náufragos en la isla, los naturales de aquella isla les demostraron mucha gentileza, cuidando de ellos. El jefe de la isla era un hombre llamado Publio, y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fierbre y de disentería. La Biblia nos dice, “ y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó. Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados.” El siguiente versículo dice, “los cuales también nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de la cosas necesarias.” Les trajeron regalos y presentes como expresión de su gratitud por lo que había acontecido. No fue un pago por las sanidades, sino ellos simplemente querían expresar su gratitud. Ahora, bien, sé que han habido algunos que se han hecho expertos en la manipulación de de las emociones de otros, usando algo que Dios hizo por ellos como un movil para sacarles una ofrenda. Sin embargo, no podemos permitir que el payaso eche a perder todo el desfile. Simplemente porque alguien haya manipulado, empujado, obligado, engañado a la gente, malusando algo que Dios hizo para sacarles una ofrenda, no podemos permitir que eso nos aparte de un principio real que vemos en las Sagradas Escrituras. Habrá aquellos momentos en que sea apropiado, y puede que Dios te lo ponga sobre el corazón como expresión de agradecimiento y gratitud, el responder de esta forma. Podemos leer más de este tema en Gálatas 6:6, donde dice, “El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.” Una vez más, lo que Dios está diciendo es “Expresa tu gratitud a cualquiera que te ayuda.” Es algo normal, el querer expresar la gratitud. Por ejemplo, hubo un niño que fue el primero en compartir el evangelio de Cristo conmigo. Él y su familia fueron muy instrumentales en ayudarme encontrar al Salvador. No faltaba semana en que yo no iba a visitarles. ¿Y sabes que? Nunca falté en ir primero al supermercado antes de ir a su casa. En esa época, yo no tenía mucho dinero, pero siempre aparecía con algo en la mano, si solo un queso o una botella de leche. Mi corazón quería bendecirles, y me parecía la cosa natural que debería hacer. Como ellos
fueron el movil que me llevó a la salvación, yo quería, de alguna manera, el devolver el favor. Era sencillamente una expresión de gratitud de mi parte. Mi padre y yo antes íbamos muy a menudo de acampada. Aun después de irme yo de casa, el continuaba yendo con sus amigos, o a veces iba sólo y se quedaba una semana o más en las montañas acampando y haciendo excursionismo. Pues en una de esas ocasiones, el estaba regresando a casa en su combi, conduciendo por una carretera muy estrecha en las montañas que de un lado tenía un precipicio muy profundo. De repente se le averió su combí y tiro de golpe hacía el lado izquierdo en vez del lado derecho. Esa fue pura providencia, porque si hubiera ido hacia la derecha, se hubiera ido por el precipio, seguramente matándose. Pero al ir a la izquierda, acabó conta el lado de la montaña. En eso pasó un hombre que lo remolcó al valle y le arregló el coche. Este mecánico le hubiera podido cobrar una pasta, pero lo trató honestamente, no cobrándole de más. ¿Sabes lo que pasó? Cada año despúes del accidente, mi padre pasaba por el garaje de ese hombre en su subida a la montaña, y se paraba para darle un regalo. El hombre ni se acordaba de mi padre. El preguntaba, “¿por qué está usted haciendo esto? ¿Quién es usted? Mi padre le contestaba, “Bueno, una vez fuiste muy bondadoso conmigo, y sólo quería darte las gracias de nuevo.” Cada uno de nosotros deberíamos ser el tipo de persona que sabe expresar gratitud. Debería ser algo natural en nosotros.
Número cuatro: La gratitud también se puede expresar por medio de la oración. Mira el pasaje de 2 Timoteo 1:16. Aquí vamos a leer una oración que está subiendo a la superficie en el corazón de Pablo al estar hablando con Timoteo: 16 Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas, 17 sino que cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló. 18 Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuanto nos ayudó en Efeso, tú lo sabes mejor. Ahora bien, la casa de Onesíforo había traido gran bendición a Pablo. Al estar otros avergonzados de sus cadenas, Onesíforo no lo estaba. Alguna gente no quería asociarse con un hombre que se encontraba en cadenas. Y cuando ellos vinieron a Roma, nos dice, “me buscó solícitamente y me halló.” No sé si lo sabes o no, pero en aquel día, Roma era una ciudad muy grande. El encontrar a un hombre solitario, era un acontecimiento en si. Pero lo hicieron. Pablo dijo, “porque muchas veces me confortó.” Aquí Pablo está diciendo, “Hombre, fueron muy bondadosos conmigo. ¡Que Dios les bengida! Dios concédeles Tu bondad. ¡O Dios, demuestra Tu misericordia a esa casa.” Fue una expresión natural del corazón de Pablo hacia la casa de Onesíforo. Escucha lo que Pablo dijo en Efesios 1:16. “no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones.” Una persona con un corazón agradecido, no facilmente se olvida de las misericordias y las bondades que le han sido demostradas.
Una forma que nosotros podemos expresar esa gratitud hacia alguien quien nos ha demostrado bondad, es por medio de nuestras oraciones. Ora lo siguiente, “¡Dios, yo pido que bendigas a fulano hasta no poder aguantar la bendición! Dios, bendice a sus hijos. Dales victorias en sus vidas. Haz algo sobresaliente en sus vidas. Señor, demuestrales misericordia. Ayúdales y guíales en todo.” Es una expresión de gratitud cuando oras por aquellas personas que te han ayudado. ¿Por qué es tan importante para nosotros expresar la gratitud? Te voy a dar varias razones por la cual es importante el expresar la gratitud: Razón número uno: Te mantendrá con un corazón tierno y sensible hacia Dios. Si te conviertes en una persona agradecida, te guardará el corazón tierno y sensible hacia Dios. En Romanos 1:21 dice, “ 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios. Lo que llevó a esta gente a tener un corazón entenebrecido, y a que se envanecieran en sus razonamientos, fue la ingratitud y el malagradecimiento. De hecho, si sigues leyendo el resto de este capítulo, encontrarás que usando esta ingratitud como plataforma, esta gente entra en un espiral descendiente que les lleva de un pecado a otro pecado, eventualmente acabando en un rechazo total de Dios. Pero todo empezó con un corazón malagradecido e ingrato. De hecho, el libro de Romanos apunta a un corazón de ingratitud como la raiz y la causa principal de toda decadencia moral, y de la desintegración de la cultura. Ahora, si el tener un corazón desagradecido tiene el potencial de producir un corazón entenebrecido...o sea, un corazón que no percibe, un corazón que no entiende la luz, ni que puede ser guiada por Dios...piensa lo que le pasaría al corazón de una persona que sí tiene una actitud de gratitud. Ese es un corazón lleno de luz, un corazón sensible a las cosas de Dios, un corazón que discierne, un corazón que ve. A alguna gente les cuesta mucho oir a Dios. Algunos hijos de Dios no pueden oir cuando Él les habla, porque sufren de sordera espiritual, producto de una falta de agradecimiento. Están en la oscuridad a causa de su ingratitud, y hasta que cambie ese aspecto de su corazón, no podrán salir de la oscuridad a la luz donde pueden percibir, entender y recibir la guianza que Dios quiere darles, y que ellos necesitan. Razón número dos: El tener un corazón agradecido, fortalece las relaciones. No solo fortalece nuestra relación con Dios, sino que es una fuente de fortaleza en nuestras relaciones con otros. Es muy dificil estar al lado de una persona desagradecida. Nadie quiere ser amigo de aquel que es ingrato.
Yo tengo unos amigos que abrieron su casa a una persona para que se quedase con ellos un par de semanas. La razón por la cual hicieron esto, es que el hombre estaba pasando por una mala racha, y el quisieron ayudar. Al finalizar el tiempo de su visita, yo hablé con mis amigos y me dijeron, “¡Bayless, no podemos esperar hasta que se vaya este tipo!” Al preguntarles el por qué, ellos respondieron, “ Él es una persona totalmente desagradecida. No da las gracias por nada que le hagas ni le des. Nos trata como si nos estuviera haciendo un favor al quedarse con nosotros. Demanda cosas continuamente. Él espera que le demos todo, y no aguantamos más. No podemos esparar hasta que se largue este señor.” La gratitud atrae. La ingratitud repela. Esto es verdad de Dios como también es verdad de la gente. El demostrar gratitud en nuestras vidas, atrae a Dios. Si regresamos a una lectura que encontramos en 2 Crónicas 5, dice que al levantar sus voces la gente, y a verbalizar su gratitud para con Dios, de repente Dios apareció de forma inusual. En el Salmo 22, Dios establece su trono sobre las alabanzas de su pueblo. Al demostrar nosotros una gratitud verdadera hacia Dios, Él se acercará a nosotros. Pero si no sabemos demostrar gratitud y somos ingratos en nuestra respuesta a Él, eso lo repelará de nosotros. Es verdad de Dios como tambien es la verdad en cuanto a otra gente. La razón por esto es que la gratitud es una expresión de dependencia y de humildad. Mientras que la ingratitud es una expresión de auto-suficiencia y egoismo. En el Salmo 138:6 nos dice, “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos.” Dios conoce al altivo, pero lo conoce de lejos. El egoismo no es más que una expresión o el resultado de un corazón desagradecido, y eso repelará a Dios de tí. Las personas tambíen sienten lo mismo al enfrentarse con la ingratitud. Sin embargo, son atraidos por una persona que tiene un corazón agradecido. Hay algo divinamente atractivo en un corazón agradecido. La gratitud fortalece las relaciones. Razón número tres: La gratitud es una de las formas en que podemos expresar nuestra fe. De hecho, la gratitud es una manera importante en la cual demostramos or expresamos nuestra fe. La mayoría de nosotros conocemos por memoria el versículo de Filipenses 4:6, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” En otras palabras, al estar presentando nuestras peticiones delante de Dios, si queremos que la ecuación sea completa, debemos también ofrecerle acción de gracias. Al hacer esto, estamos diciendo, “Dios, te doy gracias que has oido mis peticiones. Te doy las gracias de antemano por haberme concedido mis peticiones. Quizá no los vea, ni los sienta, y quizá las cosas no parecen haber cambiado. Pero Señor, yo creo que me has escuchado porque así lo prometiste. Gracias te doy.” Esa es una expresión de la fe. Al estar Cristo delante de la tumba de Lázaro en el capítulo 11 del Evangelio según San Juan, Lázaro se encontraba muerte y sepultado en la tumba. Jesús tuvo en ese momento la osadía de decir en el verso 41, “...Padre, gracias te doy por haberme oído.”
Nosotros debemos aprender el secreto de dar las gracias, de gritar nuestra alabanza y de cantar nuestros cánticos, aún cuando los muros de Jericó siguen de pie. Debemos aprender como decir, “Padre, te doy las gracias por haberme escuchado”, aún cuando nuestro Lázaro sigue sepultado en la tumba. Al estar enseñando sobre la fe en Marcos 11:22, Jesús dijo “Ten fe en Dios.” Luego, en el versículo 23, habló sobre como la fe funciona en conjunto con las palabras que salen de nuestra boca. El habló sobre el “decir a esta montaña.” En el verso 24, el siguió su enseñanza con la verdad de como la fe funciona en relación con nuestras oraciones: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.” La Biblia en la traducción Amplificada dice, “Cree que se te ha concedido, y lo recibirás.” Al orar, necesitas creer que ya se ta sido concedido. Al orar...no cuando las cosas cambian de parecer, no cuando los sentimientos cambian. Al orar...cree que Dios te ha escuchado y que te ha concedido lo que has pedido, y lo recibirás. Ahora mucha gente, prefiere recibirlo primeramente y luego creer que lo han recibido. Pero eso está al revés. Tienes que creer primeramente para poder recibir. Tienes que creer que se te ha concedido, antes de poder tenerlo. La fe pone todo en el tiempo pasado. ¿Y sabes que? Si ya crees que Dios te lo ha concedido, la respuesta apropiada de tu parte es el decir, “Señor, Gracias.” No hace mucho tiempo, mi hijo Spencer, recibió su cinturón negro. Él había estado practicando el kárate por mucho tiempo. Pues yo le había dicho antes de que recibiera su cinturón negro, “Hijo, has trabajado tan duro en esto, y tu mamá y yo queremos que sepas cuan orgullosos estamos de tí. Al recibir tu cinturón negro, tú y yo vamos a ir a la tienda, “The Guitar Center”, y yo te voy a comprar una guitara nueva. ¿Que marca de guitarra quieres?” él contestó, “ Papá, yo quiero una Schecter.” “Muy bien” le dije, “te voy a llevar a comprar una Schecter nueva. Trato hecho.” ¿Sabes lo que él contestó? “Gracias papá.” En cuanto a él se refiría, ¡era un trato hecho! Él tenía mi promesa en la mano. Él dijo, “Gracias” de antemano. Estaba demostrando una fe en la palabra de su padre, en la palabra falible de su padre. Pues querido amigo, nuestro Padre Celestial es un Dios infalible. El que no puede mentir, lo ha prometido. Una de las maneras importantes en el cual expresamos nuestra fe, es a través de nuestra gratitud. Al no ver ningún cambio en nuestra situación; cuando las cosas no aparentan cambio alguno..,de hecho, cuando a veces las cosas aun parecen empeorar después de que hayamos orados, tenemos que seguir firmes y decir, “Padre, te doy las gracias porque sé que me has oido. Yo creo de corazón que me has concedido la respuesta y has enviado a los ángeles y cosas ya están en movimiento para traerme esa respuesta. ¡Gracias de doy Dios!” Eso es la fe.
Razón número cuatro: Desata y pone en acción a la ley del sembrar y el segar Miremos el libro de 2 Samuel 2. En el Nuevo Testamento, en el libro de Gálatas, dice, “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Lo que tu siembras, eso vas a segar. De hecho, Jesucristo hizo la siguiente declaración: “Dad y se os dará, medida buena, apretada y remecida darán en vuestro regazo. “ Por favor tome nota que el contexto en el cual estaba hablando Jesucristo era del amor y el perdón. Si das amor, si demuestras el perdón, recibirás las mismas cosas de otros, en buena medida, apretada, remecida y rebosando. Al expresar la gratitud....ya sea de forma verbal, o si es a través de actos serviciales, o si es dando un ofrenda de apoyo o regalando algo, o si es por medio de tus oraciónes....al hacer estas cosas, pones en acción una ley inviolable, y todo esto se te será dado en buena medidad, apretada, remecida y rebosando. Entonces, sabiendo eso, vamos a la historia que tenemos aquí en 2 Samuel 2. A mi me encanta este relato. Este principio Bíblico lo podemos encontrar a lo largo de la Biblia, pero a mi en particular me gusta el ejemplo que tenemos aquí en 2 Samuel 2:4 4 Y vinieron los varones de Judá y ungieron allí a David pór rey sobre la casa de Judá. Y dieron aviso a David, diciendo: Los de Jabes de Galaad son los que sepultaron a Saul, dándole sepultura. 5 Entonces envió David mensajeros a los de Jabes de Galaad, diciéndoles: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis hecho esta misericordia con vuestro señor, con Saúl, dándole sepultura. 6 Ahora, pues, Jehová haga con vosotros misericordia y verdad; y yo también os haré bien por esto que habéis hecho. Para poder entender el impacto de todo esto, tenemos que regresar aún más en la historia. Los hombres de Jabes de Galaad se encontraron sitiados en su ciudad por el rey Amonita, y se dieron cuenta de que realmente no tenían ninguna defensa contra los Amonitas. Entonces le preguntaron al Rey Amonita, “¿Que podemos hacer nosotros en cuanto a una tregua con ustedes, para que no nos maten?” A eso respondió el Rey Amonita, “Voy a sacar el ojo derecho de cada hombre de la ciudad, y luego os dejaré en paz.” Bueno, ¡esa opción realmente no era una buena opción! Los hombres de Jabes de Galaad entonces enviaron mensajeros a Saul. El Rey Saul respondió con un ejército de hombres y así liberó a los de Jabes de Galaad de las manos del Rey Amonita. Los hombres de Jabes de Galaad estaban muy agradecidos por este acto bondadoso. Más tarde en la historia, el Rey Saul y su hijo Jonatán, fueron muertos a manos de los Filisteos. Los Filisteos les cortaron la cabeza a Saul y Jonatán y luego clavaron sus cuerpos a uno de los muros de su ciudad. Los hombres de Jabes de Galaad estaban tan agradecidos por lo que Saul había hecho por ellos, que un grupo de ellos entró en la ciudad filistea y tomaron los cuerpos de la pared. Luego, los llevaron a Israel de nuevo y les dieron un entierro digno de su posición. Todo esto lo hicieron porque estaban agradecidos. Entonces les dijo David, “Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis hecho esta misericordia con vuestro señor, con Saúl, dándole sepultura. Ahora, pues,
Jehová haga con vosotrso misericordia y verdad; y yo también os haré bien por esto que habéis hecho.” David estaba agradecido por lo que ellos habían hecho. Aquí ocurrió un efecto de dominó, poniendo en acción una ley. Los hombres de Jabes de Galaad hicieron algo porque estaban agradecidos. David vió lo que habían hecho y propuso el bendecirles por su espíritu dador. Y ahora, la persona que estaba en fila para recibir la bendición era David. La misma ley puede funcionar en tu vida, como también puede funcionar en la mía. Nosotros desatamos los engranajes que mueven esta ley. Yo sé que algunas pesonas sienten como si nadie les apreciara. ¿Aprecias tú a otra gente? ¿Puedes expresar ese aprecio? ¿Eres una persona que sabe y puede expresar gratitud? Si lo haces, es una ley inalterable. Siempre recibirás la recompensa devuelta. Y cuando la bendición te cae a tí, te caerá en cantidades mucho más grandes de lo que diste tú. Sin embargo, tú eres el que tienes que iniciarlo. Razón número cinco: Te ayuda a guardar lo que ya tienes, y abre la puerta para que recibas más todavía. ¿Hay algunos padres aquí en la reunión? ¿No es esto verdad? ¿Si tu hijo o hija es agradecido y demuestra esa gratitud por lo que le has dado o por lo que has hecho por él, ¿no te da aun más ganas el querer darle más? Pero si ellos son unos malagradecidos, dándote el entender que se los debes, entonces esa actitud te causa el querer cortar el suministro de bienes y bendiciones, ¿no es así? Creo que Shakespeare lo dijo muy bien: “Más agudo que el colmillo de una serpiente, es el tener un hijo desagradecido.”
Quiero leerles algo. Esto viene de la traducción de la Biblia que se titula, “La Biblia al Día”. Es la historia de Ezequías, empezando en el 2 Crónicas 32:24. Dice así, “Pero en ese tiempo se enfermó Ezequías a muerte, y el oró al Señor, y el Señor le respondión con un milagro.” Sin embargo, Ezquías no respondió con una gratitud verdadera y con alabanza, dado el hecho que era soberbio, y así vino la ira de Dios sobre él y sobre todos los de Jerusalén y Judá. Pero después de un tiempo, tanto Ezequías como el pueblo de Israel se humillaron, y así no cayó la ira de Dios sobre ellos durante la vida de Ezequías.” Dios hizo algo milagroso a favor de Ezequías; pero Ezequías, a causa de su soberbia, no respondió a la bondad de Dios con agradecimiento y gratitud. ¿Y saben que? Él perdió la bendición que podría haber recibido. Necesitamos ser personas de corazónes agradecidos. Aquí tienes un versículo...es muy interesante. Algunos ya conocen el capítulo 28 de Deuteronomio, donde nos da una lista de todas las maldiciones de las cuales nos redimio Cristo, y de todas las bendiciones que nos llegan al obedecerle. Al final del capítulo, en el verso 47, en La Biblia Amplificada, dice, “Porque no serviste al Señor tu Dios con gozo de corazón (y de mente) en gratitud por la abundancia de todo con lo cual Dios te ha bendecido, tendrás que servir a tus enemigos.” Quiero que pienses en eso. Dios dijo, “Porque no serviste al Señor tu Dios con gozo y alegría de corazón por la abundancia de todo lo que has recibidio, ahora tendrás que servir a tus enemigos.” ¡Yo no quiero servir
a mis enemigos! Por consiguiente, voy a ser agradecido por la abundancia de las cosas que Dios me ha dado. Yo quiero ser agradecido para con Dios, y ¿sabes que? También tengo mucha gratitud por las personas que tengo en mi vida....el equipo que trabaja conmigo en la iglesia, los amigos que tengo, la congregación...Yo tengo muchísimo por el cual estar agradecido. Todos lo tenemos. Si quieres guardar lo que Dios te ha dado, necesitas mantener un corazón lleno de gratitud. Y si quieres que la puerta siga abierta, para poder recibir más todavía, entonces debes mantener y guardar un corazón agradecido. Razón número seis: Trae la presencia de Dios a tu vida..o te lleva a tí a la presencia de Dios. El Salmo 100:4, “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza.” Sin la gratitud, ¡ni podrás pasar por las puertas! Recientemente, yo fuí a jugar al golf con un amigo que vive en una comunidad cerrada que tiene un campo de golf privado. El me dijo, “Bayless, cuando llegues a la entrada de la comunidad, habrá una caseta de guardia. Al salir el guardia, sólo tienes que darle mi nombre. “ Así que llego a la caseta y sale el guardia y le digo, “Yo soy el invitado de fulano.” El guarda entonces respondió, “¡Está bien!” La puerta se abrió, yo sonrié y pasé con mi coche a la comunidad. Bueno, ¿pues sabes qué? Dios tiene una puerta. Y va a salir un guardia de la caseta y te va a decir, “¿sabes la contraseña?” Y te hago la misma pregunta, ¿sabes la contraseña? La contraseña es “¡GRACIAS!” ¡Nosotros entramos por sus puertas con acción de gracias, y as sus atrios con alabanza! Si quieres ver más de la presencia de Dios en tu vida, entonces empieza a demostrar más gratitud hacia Dios. Razón nùmero siete: La gratitud es la expresión normal del corazón que ha sido perdonado. El que ha sido perdonado mucho, ama mucho. Ella que ha sido perdonada mucho, demuestra mucha gratitud. Cada uno de nosotros tenemos antecedentes. Cada uno de nosotros tenemos una historia. La historia de mi esposa es muy distinta a la mía; tu historia será muy distinta a la de tu vecino. La gracia de Dios se ha cruzado con nuestras vidas, y Él ha hecho algo verdaderamente maravilloso. Yo llevo casi 30 años caminando con mi precioso Salvador, y aun así, sigo atónito cada vez que pienso en Él, en lo que es, y en lo que ha hecho por mí. No se porque, pero no me entra del todo el hecho de que yo conozco al Creador. A mí me toca el poder caminar y hablar con el Creador de universo. ¡aleluya! ¡Es una cosa muy buena! Aunque el perdón ya se ha dado, y el indulto es absoluto, si no respondemos a él, ningún beneficio podremos sacar de lo que Dios hizo. Permítame leerte lo siguiente. Voy a leerlo de la Biblia Amplificada. En 2 Coríntios 5:19, dice, “Fue Dios el que estaba
personalmente presente en Cristo, el quien reconcilió y restauró al mundo a un lugar de favor con Él, no contando ni guardando contra los hombres sus pecados , sino cancelándolos por completo.” ¡Esas sí son buenas nuevas! Tus transgresiones ya han sido canceladas. Dios no está contando tus pecados en tu contra. El preció ya se ha pagado. Tus deudas han sido borradas. ¿Pero sabes que? Yo podría depositar un millón de dólares en tu cuenta chequera. Aunque legalmente el dinero es tuyo, si no haces un retiro de fondos, no te aprovechará en absoluto. Legalmente, Dios ya hizo todo el trabajo por nosotros. Su hijo murió por todos y cada uno de tus pecados. Jesucristo, al colgar sobre al cruz, se convirtió en tu sustituto, y en mí sustituto. Pero si no respondemos a el, nunca llegará a ser parte de nuestras vidas. A mí no me entra en la cabeza como una persona que ha sido limpiado de todos su pecados, que ha caminado a la presencia de su Creador, que tiene una relación real con el Dios de universo, pueda ser una persona ingrata y desagradecida. No lo puedo entender, ni aunque me lo dibujen. Para mí, eso es inconcebible, ya que recuerdo bien lo que era, y donde me encontraba cuando Cristo llegó a mi vida y me rescató. Yo creo que la gratitud es la respuesta natural de un corazón que ha sido perdonado y hecho nuevo.