El Plan Bolonia

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Contra el proceso de Bolonia En el año 1999 se firma en Italia por parte de los ministros europeos de educación, el llamado “Espacio Europeo de Educación Superior”, comúnmente conocido como proceso o declaración de Bolonia, por el nombre de la ciudad italiana donde tuvo lugar el encuentro. En dicha declaración se produce lo que podríamos calificar como la más grave agresión del neoliberalismo contra la enseñanza publica. A través de diferentes tácticas y mecanismos que -si no lo remediamos- servirán en apenas unos años (en el 2010 debe estar totalmente aplicado a nivel europeo) en bandeja la universidad publica a las empresas y privatizarán, como ya lo llevan haciendo desde hace unos años, los pocos espacios públicos de critica, reflexión y cultura que aun quedan hoy en día. En esta declaración, las agresiones neoliberales vienen dadas en diferentes ángulos que cabría repasar brevemente por separado; En primer lugar; esta declaración es un proyecto clara y abiertamente mercantilista, que no apuesta lo mas mínimo por una pedagogía mas cercana a la mayoría de l@s estudiantes. Hay una visión muy clara y evidente de que la universidad se ponga al servicio exclusivo de los intereses de las empresas privadas, ignorando la formación critica y autónoma de l@s alumn@s, y por ello, que se atienda únicamente a la formación de profesionales solicitad@s, para desempeñar puestos concretos y convertir la universidad literalmente en una fábrica de mano de obra, barata, precaria y joven para las citadas empresas. Ello se ve claramente en casos prácticos que ya se ven hoy día en muchas universidades, observando como Endesa ofrece cátedras en la universidad politécnica de Cataluña, Audi financiando doctorados en Alemania, Caja Duero ofreciéndose a pagar cursos en las universidad, o más clara y recientemente, la O.M.C. ofreciéndose a abrir una cátedra en la facultad de derecho de la universidad autónoma de Madrid, o los recientes foros de empleo de la UAM en los que en todas las facultades (salvo en Filosofía y Letras y Magisterio, carreras reflexivas y críticas que no interesan económicamente) hemos podido ver puestos de diferentes empresas (incluida CCOO) ofreciéndose y metiéndose ya directamente en nuestras facultades para venderse como un producto más, en lo que ell@s consideran un nuevo mercado en auge: la Universidad. Así se ve como claramente se menosprecia y rechaza otro tipo carreras y especialidades que no les resultan tan rentables, y destacando los intereses docentes puramente económicos para, como ya se dijo antes, la adquisición únicamente de una sólida formación teórica en las especialidades solicitadas por las empresas a la universidad. Así, la relación mutua es clara; la universidad cede mano de obra y la empresa dinero; el negocio es por tanto redondo para ell@s. De esta forma, se concluye que la adaptación forzosa de los estudiantes al mercado laboral y al circuito neoliberal cuanto antes, va a ser la única y exclusiva finalidad de la formación universitaria, para la adquisición de “habilidades, destrezas y competencias”, vaciando totalmente de contenido reflexivo, crítico y formativo, lo que actualmente son las licenciaturas (aprendizaje en lugar de enseñanza).

Esto se demuestra ya, hoy en día, en los pasillos de nuestras facultades; cafeterías pertenecientes a empresas privadas, publicidad de Coca-Cola y otras empresas neoliberales hasta en la sopa, centros de recursos informáticos (Universia) financiados por entidades bancarias, privatización de recursos básicos como impresoras, y carnets universitarios (por supuesto, financiados por bancos o empresas, y que son básicos a la hora, por ejemplo, de sacar libros para las asignaturas) venta en los mismos pasillos de las facultades de ordenadores y recursos informáticos patrocinados por los bancos, o la presencia de puestos de los periódicos del estado (ABC, El País, La Vanguardia…) son ejemplos de la, cada vez mas creciente presencia de lo privado y del neoliberalismo en el día a día de nuestras universidades. Estas ideas, se ven claramente especificadas en el llamado “Proyecto Tuning” un proyecto creado con la exclusiva finalidad de crear las técnicas concretas de aplicación para crear en cada sitio concreto, el espacio de créditos europeos. En el citado proyecto se refuerza, desde sus propias palabras, el marco clarísimo de actuación de la nueva reforma educativa y la finalidad de esta, diciendo que el EEES favorece la movilidad por Europa, lógicamente, se presupone a aquellos que puedan permitirse ese gasto y a la vez estudiar. Así pues, el proyecto, dice textualmente que “se trata de diseñar los perfiles profesionales y académicos en función de la demanda del mercado, y así lograr un amplio reconocimiento por parte de empresas e instituciones no académicas”. Es decir, que ell@s mism@s reconocen que se vende la universidad pública al neoliberalismo. De esta forma, las empresas crean un marco perfecto para recibir mucho y no dar nada, para que todo este proceso les salga lo mas rentable económicamente posible, con el apoyo y beneplácito de rectores de todas las universidades públicas del Estado. Así, lógicamente, no se hace un estudio serio sobre las necesidades económicas de la universidad, que con tanto gasto, lógicamente se verán financiadas y patrocinadas por las empresas privadas y por tanto ajustadas a sus necesidades (quien paga, manda). Así, se reduce considerablemente cada vez mas la financiación publica a la universidad, dejando prácticamente este asunto en manos de las empresas privadas, de forma que como dijimos, imponen sus intereses docentes orientados al futuro mercado laboral, decidiendo en la práctica real ell@s -y no un organismo académico- que titulaciones son rentables y por tanto interesantes y cuales no lo son. En segundo lugar cabría ver esta iniciativa del sistema de créditos europeos, como un proyecto abierta y marcadamente elitista e impositivo. Con este sistema, indirectamente (por supuesto eso es algo que el liberalismo jamás ha reconocido y jamás lo hará) se acentúan cada vez mas las diferencias socio-económicas de la población, en lo referido al acceso y estudio en la educación superior universitaria. Así, la nueva formación educativa se divide en dos ciclos claramente diferenciados; el grado y el postgrado (a veces aparece como grado y pregrado).

El grado, serviría a grandes rasgos para la introducción y adaptación al mercado laboral, fomentando una flexibilidad de los estudios a las necesidades del mercado. Es lo que actualmente equivaldrían a las licenciaturas, y son los conocimientos básicos y mínimos de una determinada materia que, una vez cumplidos, la universidad y las empresas los ven como suficientes para empezar desde jóvenes a precarizarse en el futuro empresarial. Así, es la formación suficiente para empezar a trabajar, pero insuficiente de conocimientos como para acceder a un puesto estable y bien remunerado, con lo cual se fomenta la inestabilidad (apoyadas por las ETTS) y precariedad laboral de l@s jóvenes. Así, será lógicamente este grado el que más interese a las empresas al ser de donde sacan más provecho económico, y poniendo énfasis económico en que la mayoría de alumnos se queden aquí. El postgrado, por su parte, implica una mayor especialización de los estudios, y sostenido a base de masters y doctorados como complemento a las licenciaturas o grado base. Solo con ambos niveles se reconoce una formación plena y satisfactoria. El problema está en que, normalmente, estos postgrados implican un gasto de tiempo y dinero que no todos l@s alumn@s tienen y por tanto, no tod@s pueden acceder a él, ni tener una formación plena, únicamente por motivos económicos, siendo esta la autentica cara de la Europa del capital. Ya en algunas carreras se han llegado a ver masters de 6000 euros (Historia de América) lo cual supone un despropósito para aquellos que no posean una situación económica acomodada (que es la que promociona el sistema de créditos europeos, y al modo de las universidades estadounidenses donde como todos sabemos, sus alumn@s no suelen pasar por dificultades económicas). Así, es aquí donde se muestra mas claramente la segregación y elitismo social, de forma que a lo que va a optar la mayoría, el grado, es un mero pase al mercado laboral, y el postgrado es el que realmente marca la diferencia de cualificación, formación y especialización, y solo para aquellos que puedan pagárselo. Esto es, con Bolonia no tod@s vamos a tener las mismas oportunidades y retrocedemos 40 años el nivel de calidad de la educación pública en el Estado español. Además, para acentuar aún más este asunto, no sólo está el caso de pagar los masters para una formación plena, si no que no tod@s van a poder acceder casi ni al grado base, por muy bajo en precio que se suponga. La razón va a ser la falta de tiempo, que ya se está viendo en carreras piloto como Historia en Madrid. De esta forma, se estima por parte de las autoridades académicas un valor estimado de trabajo personal de unas 40 horas semanales de estudio, y esto durante 40 semanas, lo que hacen unas 1600 horas de trabajo personal en casa a lo largo del semestre. Cualquiera con dos dedos de frente y una calculadora a mano se da cuenta que esto es imposible a menos que se tenga una dedicación plena y absoluta al estudio mañana y tarde. Por ello, automáticamente se hace una criba y se saca fuera de la universidad a l@s alumn@s con dificultades económicas que se vean obligad@s a trabajar mañanas o tardes para pagarse sus estudios. Así pues, algun@s alumn@s no podrán acceder al grado por falta de tiempo y dinero, ni al postgrado por falta de dinero, de forma que la gente que pueda acceder a ambos ciclos, serán una minoría selectiva que será, a fin de cuentas, quienes se hagan con los mejores puestos y sueldos; la clase dirigente del mañana. Además, ya se sabe que en el caso de algunas carreras, como económicas o derecho, las prácticas en las empresas durante el periodo base de formación, no serán remuneradas, con lo cual estaremos regalando tiempo y dinero a las empresas ya desde la universidad,

lo que supone una escandalosa situación de total dependencia y servilismo a las entidades no académicas. Por si esto fuera poco, se denota como el disponer de una economía personal acomodada, podrá hacer que una persona estudie cualquier tipo de master indistintamente si tiene formación previa o no. L@s estudiantes que paguen podrán acceder a un postgrado que tenga o no que ver con el grado previo de formación básica estudiado, por lo que se puede dar fácilmente el caso de que un/a alumno/a que no haya dado medicina en su vida, pueda acceder a un ciclo de especialización, mientras aquell@s que han estudiado un grado de formación previa, si no tienen una base económica adecuada, se queden sin completar su ciclo formativo y no puedan continuar con sus estudios. En este caso, la ANECA, que se encarga de gestionar el sistema de créditos en cada licenciatura da el visto bueno a esta situación y no pone pegas a ello. Además, cabe analizar este proceso de reforma educativa como algo totalmente impositivo, ya que se ha aplicado en la universidad con una ausencia total de debate previo sobre si sería bueno o no su aplicación con las profesoras y profesores y estudiantes afectad@s. Todo ello, ha sido redactado por un comité de “sabios e intelectuales” que han decidido que ello era lo mejor para la universidad, y a su vez ha sido impuesto a la CRUE (Conferencia de Rectores de la Universidades Españolas) que si bien se han posicionado favorablemente al respecto, no han tenido capacidad de decisión en el tema. El sistema pues, al ser una decisión impuesta autoritariamente por la Unión Europea sin consenso, ni debate, no debería poseer ningún tipo de legitimidad a la hora de su reconocimiento ni aplicación. Así, esta nueva reforma anti-educativa, no solo va a afectar a l@s alumn@s que vamos a sufrir este despropósito, si no también a l@s docentes, y eso es algo que ell@s también deben ver. No solo la solidaridad con el alumnado debería ser clave para ceder su apoyo si no que ell@s también se ven afectad@s. Las maneras de dar clase y el contenido de estas varían sustancialmente. No sólo se eliminan las clases presenciales o se reducen considerablemente (que sería en parte positivo si fuesen sustituidas por tutorías coordinadas en grupos pequeños de alumn@s, (algo que de momento en carreras piloto como Historia no se ha dado y ha mostrado una total incapacidad de gestión de este nuevo sistema) si no que además, la psicopedagogía, marcará y homogeneizará a todas las disciplinas por igual, ignorando las peculiaridades propias de cada materia. De esta forma se elimina materia y se reduce la enseñanza presencial simplemente a saber como estudiar y aprender. De esta forma, el profesor será valorado ampliamente no por sus conocimientos, si no por su capacidad de adaptación a la pedagogía del “aprender por aprender” quitando todo contenido analítico, crítico y reflexivo a la disciplina en sí. Una gran cantidad de materias y especialidades, a lo largo de estos años de aplicación van a ser directamente eliminadas, consideradas como no útiles. Se ha dado la cifra por parte del MEC (ministerio de educación y cultura) del paso de las actuales 140 a 77 titulaciones según el nuevo modelo educativo. De esta forma, ya no se valora la actividad presencial del alumno, si no su trabajo fuera del aula, en seminarios, estudios y trabajos, lo cual estaría bien si no fuese porque se impone un modelo único e invariable de estudios a todo el alumnado, generando una fuer-

te desigualdad entre ell@s. La competitividad crece y las oportunidades son cada vez mas escasas. Se fomenta el ser capaz, flexible, y adaptable (siguiendo el modelo laboral del proyecto de constitución europea) al mercado de trabajo y siendo la universidad la cantera que moldea poco a poco ese tipo de estudiante modelo que tanto agrada a Europa y a los Estados Unidos. Ello, además, como es lógico, no solo afecta a la universidad, si no también a la enseñanza básica escolar, ya que, nos tendremos que adaptar a la nueva realidad académica sesgada impuesta por Europa, y el profesorado al nuevo modelo de pedagogía única impuesta por las reformas educativas. Así pues, la escuela y la universidad pública, se dirigen a una inminente e imparable elitización y mercantilización. Se hacen escuelas y universidades de primer y segundo grado, en función al tipo de alumn@s mas o penos pudientes, mas o menos adaptables, mas o menos capaces, donde lo importante ya no es lo que sepas, si no cuán productivo económicamente resultes al mercado y a las empresas. Es la nueva realidad europea y mundial, fruto de la globalización económica que se impone a pasos agigantados en nuestro mundo. Colocar empresas, crear una mentalidad competitiva y selectiva, eliminar materias, seleccionar estudiantes y estudios, generar desigualdad.........todo ello nos evidencia la nueva realidad economicista que amenaza a la enseñanza pública. Nos encontramos pues, ante productos enlatados a imagen y semejanza del ineficaz modelo educativo estadounidense (recordemos que son incapaces de localizar determinados países en un mapa del mundo). Se deja de ser personas para pasar a ser elementos meramente productivos que generan dinero y a la vez consumen en el ciclo productivo neoliberal que se retroalimenta. El Estado español sólo invierte en aquello que le interesa, como son las armas y el ejército, viendo en ello, el presupuesto anual gastado por los sucesivos gobiernos desde la época de la transición a nuestros días. O más bien, durante toda la historia del estado, encuadrándonos a la cola de Europa y a nivel muy bajo en el mundo en cuanto a financiación de la enseñanza pública. El estado siempre ha renunciado y renuncia a la enseñanza del pueblo, a favor de otras cuestiones más productivas, por aquello de que conviene más un pueblo ignorante que obedezca sin rechistar. Se pierde y fomenta la perdida de la capacidad critica, reflexiva y la memoria histórica, a favor de lo que más convenga a los bolsillos de un@s poc@s (a quienes tomarán relevo l@s hij@s privilegiados de Bolonia) que son l@s que siempre se benefician de este tipo de reformas anti-educativas y totalmente antipopulares. Si, a través de una lectura critica y reflexiva del sistema de educación superior, con sus cosas positivas (que se podrían sacar como la autoformación o movilidad) y sus amplios aspectos neoliberales negativos, no se analiza y se frena este proceso, de aquí en apenas 2 años, los servicios públicos se irán reduciendo cada vez mas a la nada. Si ya la educación también va a dejar de ser pública, solo falta que caiga también la sanidad y estaremos en un modelo neoliberal al mas puro estilo estadounidense. No es una resistencia incoherente y gratuita, es simplemente un aviso alarmante, ante la gravedad de la situación y la cada vez mayor presencia del agresivo mercado laboral que poco a poco se va introduciendo en los lugares donde lo público tenia primacía.

Sólo con la lectura, la reflexión y la lucha activa, entre tod@s podemos hacer que al menos se cree una conciencia colectiva que pueda frenar este sistema, como se frenó entre todos el proyecto de Constitución Europea de marcado carácter militarista, y neoliberal. Entre tod@s se puede.

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