El Maltrato Diapositivas

  • November 2019
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  • Words: 939
  • Pages: 13
El maltrato…

Miles de mujeres acaban arrastradas y maltratadas en calles o en sus propias casas todos los años…

Ellas también tienen derecho a vivir…

NO dejes que te levante una mano nunca más. NO accedas a todo lo que él te pide, sólo quiere manejarte. NO permitas que sus palabras terminen dañando todo tu ser.

NO aceptes sus perdones y déjale claro que asistirás a su entierro con la mejor de tus sonrisas. NO consientas humillaciones cuando no te las mereces. NO toleres que tome el control de tu propia vida, y acabes desmotivada para seguir viviéndola.

ALEXIA. ALEXIA Caritas como la de ésta niña son las que nos hacen reflexionar..y saber que ningún hombre merece nuestras lágrimas y mucho menos la de esos seres tan pequeñitos que (a veces) llevamos dentro durante 9 meses… Ella, sufre los mismo golpes que sufro yo, a ella también le chilla y tengo que reconocer que seguro que a ella le duele más que a mí, por que cuando su papá alza la voz, ella da pataditas sin querer… y por ello sé que está sufriendo, e intento acariciarla con lo más profundo de mi alma y trasmitirle que: “no pasa nada cariño, aquí estará mamá para pagar por los golpes de papá aunque no los merezca y tranquila que yo no permitiré que ningún hombre te haga esto nunca, te lo juro”.

Al principio..ardía de deseo por ti…!!, pero aun así..me cubría la cara para que nadie notara nada..

DESEO

Hasta vergüenza de respetarte me daba… y ahora que ya no lo hago, mira cómo me has dejado… RESPETO

ASCO

“Orgullosa” de tu persona, jamás quise desvelar nada… y situaciones como en ésta, tuve que aguantar tu hipocresía cerca de mi cara después de haberme arrastrado por el suelo y dejarme completamente inútil..

DOLOR

Una y otra vez… una y otra vez.. el mismo error de siempre, te perdono, pero lo vuelves a hacer..

Mis últimos días. Toda una vida pensando que eras lo mejor de mi vida y que relativamente encontraría mi felicidad junto a ti… Llevábamos cinco años juntos, ya me había dado tiempo de conocer a tu madre, a tus hermanos, a tus abuelos… todos ellos me trataban como una hija más, generalizando, como alguien más de la familia. Tú trabajabas en un buffet de abogados y yo como una simple hostelera, matándome día a día para poder ponerte un plato decente de comida encima de la mesa, y tu gastándote el dinero que te daban por defender a un par de personas, en Mercedes de última gama o en mujeres de la noche. Durante estos cinco años, dos de ellos tengo que decir que fueron un verdadero infierno a tu lado, ya que todas las estafas en tus partidas de póker o en la mercancía que traficabas, eran pagadas conmigo por que venías cargado de impotencia. Como toda mujer enamorada siempre esperé lo mejor de ti, y pensé que como éramos felices el uno con el otro, iríamos los domingos a ver a tu madre, me irías a recoger al trabajo a altas horas de la noche y me llevarías al mejor restaurante

Ese mismo día, no ocurrió nada de lo que tú perfectamente sabías que esperaba con gran ansia. Salí de trabajar, llegué a casa deseando tener la cena preparada y la ducha con agua caliente para relajarme, y poder tener el día de mi veinticinco cumpleaños completamente tranquilo. Pero las cosas empezaron a cambiar cuando me senté a comer y me contabas que no sabías que hacer por que tu mejor amigo maltrataba a su mujer, y él ya estaba harta de ella. Cada palabra que tú, “el amor de mi vida”, pronunciabas relativa a ponerle la mano encima a una mujer, se te abrían los ojos como si de algo que te gustase se tratara. Yo no hacía más que darle vueltas a la comida e intentar ordenar todas estas cosas en mi cabeza, y cada porción de comida que me metía en la boca, era un mal trago. Pronto reaccioné y dije: “se me ha quitado el apetito, me voy a la cama, ¿vienes?”. Y como no, tú me dijiste como incontables veces que ibas a dar una vuelta y una vez más yo cerré mi boca, me abrigué y me fui a dormir por que al día siguiente me esperaba un duro día de trabajo como siempre. Sabía que irías a visitar a aquellas mujeres que de milagro no habían recibido ningún golpe o amago de desprecio. Pasaron las horas y aunque el sueño me podía, no dormí hasta que él no llegó.

Eran las cinco de la mañana, y oí como a tientas intentabas abrir la puerta, como era de costumbre venías borracho y molesto por otra estafa en tus juegos nocturnos. Yo sabía lo que me esperaba. Algo tenía esa noche que me estaba dando muy mala espina, alcohol y rabia…¡¡UNA GRAN MEZCLA PARA RECIBIR UN PAR DE GOLPES!! . Aunque eran las cinco de la mañana, yo aún pensaba que estaba cumpliendo años y desgraciadamente también esperaba algún detalle por tu parte. Cambiaste una sonrisa por una cara llena de morados que dejaban constancia de tu superioridad, cambiaste un ramo de flores por un bate de béisbol y dejaste que en vez de poder darte un beso, tuvieras que pagarme un hospital, tras lo que me estabas haciendo. Ahora… en esta camilla rodeada de luces y médicos, con las costillas rotas, desfigurada y con pocas horas de vida, sé que esta noche desde hace cinco años, puedo sonreír y decir que dormiré tranquila. Celeste.

FIN Celeste Pero-Sanz Quesada.

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