El MALTRATO ANIMAL Al momento de analizar la relación entre personas y mascotas, hay que tener en cuenta un punto de partida ineludible: los animales dependen de sus amos. Se acepta la idea de traer un perro o gato a casa porque de alguna u otra forma, se tiene la ilusión de cuidar, alimentar y consentir a estos peludos que, a fin de cuentas, no pueden valerse por sí solos. En un mundo ideal, el ser humano es precisamente el ‘protector’ de sus animales. No obstante, lo anterior no siempre se cumple y cada vez son más los casos en los que hombres y mujeres agreden a sus mascotas.
El perfil del ‘mal amo’ Por lo general, las personas que abusan de un animal carecen de educación o, peor aún, pueden padecer desordenes de personalidad”, explica el médico veterinario Carlos Riaño. Además, quienes someten a sus mascotas a diferentes tipos de agravio son, usualmente, individuos que también han padecido maltratos en su infancia. Así lo explica la directora de la Asociación Defensora de Animales ADA, Marta Ciro, “el que patea o golpea a un animal, lo ha vivido. Ha sido víctima en casa de violencia intrafamiliar. Lo peor es que primero maltratan animales, pero después lo pueden hacer con seres humanos. El abandono es otra de las manifestaciones del maltrato y, quizá, la más frecuente. Esto también habla de la psicología de quien lo elige como ‘solución’: “Las personas que dejan a sus mascotas carecen del sentido de la responsabilidad. Se dejan llevar por la emoción del momento. Cuando adquieren o adoptan al animal no son conscientes de todas las implicaciones que conlleva. No se preguntan si de verdad podrán cuidarlo todos los días o si tendrán recursos para la alimentación y la salud del animal y al primer obstáculo se deshacen de él”, comenta Marta, quien además confiesa una cifra alarmante: el refugio de ADA recibe a diario alrededor de 10 solicitudes de dueños que quieren dejar a su mascota en el lugar. El lugar no soporta toda la demanda, pues solo tienen cabida para 50 gatos y 50 perros.
Tipos de maltrato Además de los golpes, existen numerosas maneras de causarle daño a un animal, que van precisamente desde abandonarlo hasta dejarlo encerrado o no brindarle la asistencia necesaria en un momento oportuno. El médico veterinario Carlos Riaño explica las más comunes:
Encierro con fines de comercio, especialmente en especies silvestres. Es un maltrato al que estamos acostumbrados porque lo vemos a diario en las tiendas que no siempre cumplen con las normas establecidas. Esto altera el ecosistema del país.
Sacarlos de su ambiente natural. Es un maltrato de gran magnitud, pues es muy difícil para las especies silvestres adaptarse a nuevas formas de vida que por lo general responden a hábitos citadinos que nada tienen que ver con su cotidianidad.
No suministrar la alimentación adecuada y el agua necesaria: las mascotas dependen de nosotros para sobrevivir. Saltarse este paso es también una forma de maltrato y muchos lo desconocen.
Dejar al animal a la intemperie con frío, sol o lluvia: ya sea en el patio de la casa, encerrado en el carro, o inclusive, en fincas o guarderías con condiciones precarias. No hay que olvidar que ellos también sufren de frío y de calor, que la lluvia les incomoda y que a muchos los rayos los asustan.
Descuidar su salud, no vacunarlos, no suministrarles medicamentos, no darles su dosis mínima de ejercicio diario ni permitirles socializar. Todas estas son prácticas negativas que dejan consecuencias psicológicas en las mascotas.
Secuelas del abuso de poder Aquellos animales que han sufrido algún tipo de maltrato terminan siendo agresivos o temerosos. Ambas conductas se evidencian con frecuencia en los perros y gatos adoptados. Muchas veces llegan a nuevas casas con amos dispuestos a brindarles su amor y protección, pero las consecuencias de un daño anterior no se hacen esperar, lo cual hace que algunos se vean obligados a devolverlos. El círculo se vuelve, entonces, vicioso e interminable. Es importante que los dueños sepan corregir a sus mascotas y que nunca acudan a formas violentas para hacerlo. Como afirma Carlos Riaño, “maltratar no es la solución frente a un acto de indisciplina. Demostrar el poder con órdenes es una de ellas, quitarles algo que les guste mucho también puede funcionar El acompañamiento a propietarios de perros adoptados es vital en la recuperación de los mismos. “Hay que practicar un examen médico veterinario para solucionar cualquier tipo de lesión física apenas se adopta un perro o gato. Los nuevos dueños deben encargarse de darle el afecto necesario y de acudir a especialistas para que su nuevo amigo se olvide del maltrato al que fue sometido”, afirma Riaño.
Y la legislación, ¿qué? El maltrato animal está contemplado en la Ley 84 de 1989 que corresponde al estatuto nacional de protección animal. Su primer capítulo señala el objetivo de los 60 artículos: “a partir de la promulgación de la presente Ley, los animales tendrán en todo el Territorio Nacional, especial protección contra el sufrimiento y dolor, causados directa o indirectamente por el hombre.
Esto está supuestamente ‘claro’; sin embargo, capturar a los responsables no es posible: en primer lugar porque la agresión no se considera ‘delito’ y en segundo, porque la ciudadanía teme denunciar. “Lo que siempre se recomienda cuando alguna persona es testigo, es que avise a la policía. No se debe tratar de solucionar el problema porque esto puede desencadenar más violencia”, afirma Carlos Riaño. El caso de Alfonso Peñaloza, un habitante del sector de Bosa, en Bogotá, que fue asesinado por un vecino que maltrataba a su perra, ejemplifica este tipo de conductas desmedidas. Peñaloza observaba desde la ventana de su casa cómo el agresor pateaba al animal y salió a defenderlo, pero en el camino recibió una bala que acabó con su vida. Esta tragedia deja claro que muchos abusadores de animales no están plenamente en sus cabales y que lo mejor es enfrentarlos con la ayuda de las autoridades. Si un ciudadano quiere tomar medidas sobre algún caso en particular en un conjunto residencial o barrio, “el primer paso es informar al comité de convivencia, pues son ellos los encargados de sancionar al residente. Si se trata de un caso de maltrato que se presenta con un perro callejero, hay que acudir a un inspector de policía pues son los representantes de la Alcaldía, y, como miembros del Estado, deben responder por los animales de la calle”, afirma Marta Ciro.
Un gran aliado Otros casos, como el de ‘Muñeca’, la perrita que sufrió un accidente a manos de funcionarios de Aseo Capital, por el que perdió tres de sus extremidades y una fracturada, sirve para poner sobre la mesa un actor muy importante en la lucha contra el maltrato animal: las redes sociales. Manifestantes interesados en no dejar pasar por alto este flagelo convocaron una marcha y la aceptación fue tal que el evento se realizó en 16 ciudades diferentes del país. Sin embargo, entidades oficiales como la Fundación Defensa Animal de Colombia no avalan esta convocatoria. “Cuando no sabemos quién organiza el evento, por cuestiones de ética preferimos abstenernos. Sin embargo, Claudia Roca, activista de la protección de los animales, afirma “más que ejecutar castigos, debemos concentrarnos en concientizar a los ciudadanos que consumen información constantemente en los medios”. Ahí es donde radica el verdadero cambio.
En la guerra Los animales para uso militar son criaturas que han sido usadas por el ser humano para la guerra. Hay aplicaciones específicas para animales de trabajo, por ejemplo caballos y perros. Recientemente se ha cuestionado el uso de animales en la guerra, y prácticas tales como usar animales para pelear, usarlos como bombas vivientes (por ejemplo, el uso de burros con explosivos) o en pruebas militares (como los experimentos atómicos del atolón Bikini) han sido criticados como crueldades. En 2008 un vídeo de un Marine de Estados Unidos de América lanzando un cachorro hacia un barranco durante el conflicto en Iraq fue popularizado como un fenómeno de Internet y atrajo varias críticas porque las acciones del soldado fueron calificadas como acto de crueldad. Asimismo,
como ha indicado en un estudio sobre el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, Oscar Horta, otros casos que podrían ser también considerados de crueldad hacia los animales vinculados al ámbito militar y bélico sería el de su uso en experimentos para fines bélicos y el de la muerte de animales víctimas de los bombardeos y del uso de armas de fuego en los conflictos armados.
En experimentos científicos
A monos y conejos se les obliga a fumar hasta que mueren de cáncer pulmonar. Se somete a animales a descargas eléctricas hasta que quedan sin poder valerse. A conejos sin protegerles los ojos, les ponen en éstos maquillaje para los ojos y tintes para el cabello hasta que los ojos se les ulceran. A monos se les deja morir de hambre, o se les obliga a correr dentro de ruedas y se les somete a radiación. El tiempo que, como promedio, duran en esto hasta que mueren: 37 horas. A gatos se les ciega y castra y se les destruye el sentido del olfato, se les cortan nervios de los órganos sexuales, y entonces se les somete a pruebas para ver cómo responden en sentido sexual. A los animales se les destruyen las cuerdas vocales para que no puedan gritar.
MALTRATO ANIMAL: ANTESALA DE LA VIOLENCIA SOCIAL En la actualidad vivimos, de manera constante, en un clima de inseguridad e incertidumbre. La violencia se expresa de formas relacionadas entre sí. Diariamente nos vemos sacudidos por hechos dramáticos que nos preocupan y conmueven.
El maltrato animal es, a la vez, un factor que predispone a la violencia social y, al mismo tiempo, una consecuencia de la misma. Forma parte de la cascada de la violencia que nos va alcanzando a todos como individuos y como sociedad. La violencia es “un acto intencional que puede ser único o recurrente y cíclico, dirigido a dominar, controlar, agredir o lastimar a otros. Casi siempre es ejercida por las personas de mayor jerarquía, es decir, las que tienen el poder en una relación, pero también se puede ejercer sobre objetos, animales o contra sí mismo”. La violencia inhibe el desarrollo de las personas y puede causar daños irreversibles, adopta diferentes formas de expresión que pueden variar desde una ofensa verbal hasta el homicidio. La crueldad es “una respuesta emocional de indiferencia o la obtención de placer en el sufrimiento o dolor de otros, o la acción que innecesariamente causa tal sufrimiento; ha
sido considerada un disturbio sicológico. La crueldad de los niños, que incluye a los animales, es un signo clínico relacionado a desórdenes antisociales y de conducta.
NO AL ABUSO INFANTIL
Es difícil imaginar que alguien pueda lastimar intencionalmente a un niño. Sin embargo, cerca de un millón de niños son maltratados cada año sólo en los Estados Unidos. Y estos son tan sólo los casos que se denuncian; hay muchos otros casos que nunca se denuncian o pasan desapercibidos, ya que por lo general los niños tienen temor a decirle a una persona que los pueda ayudar. En la mayoría de los casos, los niños conocen a los autores del abuso, y el abuso ocurre en el hogar. Esto hace que al niño le resulte difícil hablar sin temor. Es posible que se sientan atrapados por el afecto que sienten por estas personas o por temor al poder que estos abusadores tienen sobre ellos. Por lo tanto, mantienen el silencio. Por eso es fundamental saber identificar las señales del abuso infantil.
¿Qué es el abuso infantil? El abuso infantil ocurre cuando un padre o cualquier otro adulto causa un daño físico o emocional a un niño. En los Estados Unidos, la ley que define el abuso infantil varía de un estado a otro. Pero en términos generales, el abuso de niños puede tomar varias formas:
abuso físico abuso sexual negligencia o abandono abuso emocional o psicológico
Los casos más serios de abuso infantil pueden resultar en la muerte del niño. Es posible que aquellos que sobreviven el abuso, sufran emocionalmente aún cuando las lesiones físicas se hayan superado. Los niños que han sido abusados suelen tener dificultades estableciendo y manteniendo relaciones con otros a lo largo de sus vidas. También es más probable que sufran de poca autoestima, depresión, pensamientos suicidas u otros problemas de salud mental.
Abuso físico
Cuando la gente piensa en el abuso de niños, inmediatamente lo asocia con el abuso físico, como por ejemplo, pegar, patear o sacudir. El abuso físico también incluye:
mantener a un niño sumergido en el agua atar a un niño quemar intencionalmente a un niño con fuego o con agua hirviendo lanzar un objeto contra el niño o utilizar un objeto para golpearlo hacer pasar hambre a un niño o no proporcionarle comida
El traumatismo de cráneo, o el síndrome del niño zarandeado, es una forma específica de abuso físico. Es la causa principal de muerte en los casos de abusos infantiles en los Estados Unidos. La mayoría de los incidentes sólo duran unos pocos segundos, pero es suficiente para causar daño cerebral y hasta producir la muerte del bebé.
Abuso sexual El abuso sexual ocurre cuando un niño es violado u obligado a realizar un acto sexual. Pero también es cualquier tipo de contacto sexual con un niño o cualquier comportamiento que tenga como fin excitar a la persona que comete el abuso. Por lo tanto, no sólo se considera abuso sexual mantener relaciones sexuales con un niño, tocar los genitales de un niño o hacer que el niño le toque los genitales a otra persona; el abuso sexual también significa:
hacer que un niño pose o esté involucrado en acciones para fotografías pornográficas o videos contar chistes o historias con connotación sexual mostrar material pornográfico a un niño obligar a un niño a desnudarse "exponerse" ante un niño o mostrarle los genitales
Negligencia La negligencia es cualquier acción, o inacción, de la persona a cargo del cuidado de un niño que causa un daño físico o emocional en un niño. Por ejemplo, no proveer de comida, calefacción, abrigo (durante los meses de invierno) o una vivienda adecuada, es considerado un acto de negligencia. Básicamente, cualquier cosa que interfiere con el desarrollo y el crecimiento del niño es considerado un acto de negligencia. Esto también incluye:
no proporcionar atención médica cuando el niño está lesionado o enfermo encerrar a un niño en una habitación o un placad
colocar a un niño en una situación de peligro donde pueda lesionarse físicamente u ocasionar la muerte El abandono es un tipo de negligencia. Esto ocurre cuando se deja a un niño solo durante un período de tiempo prolongado o cuando sufre un daño serio ya que nadie lo estaba cuidando.
Abuso emocional El abuso emocional o psicológico es un patrón de conducta que tiene un efecto negativo en el desarrollo emocional y en la autoestima del niño. Ignorar al niño o no demostrar sentimientos de amor, apoyo u orientación es considerado abuso emocional. También lo es amenazar, atemorizar, denigrar o criticar constantemente a un niño. Los siguientes son ejemplos de abusos infantiles como consecuencia del abuso de sustancias prohibidas.
permitir que un niño tome alcohol o drogas prohibidas fabricar, ingerir o distribuir drogas prohibidas delante de un niño exponer a un feto a los efectos de drogas prohibidas u otras substancias durante el embarazo.
Perfil de la persona que comete un abuso Sería muy simple si las personas que cometen abusos tuvieran un perfil determinado y fácil de reconocer. La realidad es que la persona que abusa de niños proviene de diferentes condiciones sociales y culturales. Pueden ser padres, otros miembros de la familia, maestros, entrenadores y amigos de la familia. Prácticamente, cualquier persona que tiene acceso a un niño puede maltratarlo. Afortunadamente, la mayoría de la gente no lo hace. A veces, los individuos que abusan a niños muestran un cierto comportamiento. Por ejemplo, es posible que los padres que abusan a sus hijos eviten relacionarse con otros padres del barrio, no participen en actividades escolares, o se perciban incómodos al hablarles de lesiones de los niños o problemas de conducta. Los adultos que abusan sexualmente de los niños, conocen a los niños de antes. Es muy raro que la persona que comete el abuso elija un niño al azar. Es posible que el autor del abuso utilice esta relación a su favor, pidiéndole al niño que mantenga la relación en secreto o diciéndole que le pasará algo malo si se lo dice a alguien.
Muchas veces, los individuos que abusan de niños han sido abusados de niños. Suele ser difícil quebrar este círculo vicioso de abusos de una generación a otra dentro de una familia.
Señales de abuso A veces es difícil diferenciar entre las raspaduras y golpes comunes de los niños y las raspaduras y golpes que surgen como resultado de un abuso. Los moretones múltiples, o los que ocurren constantemente, los ojos con hematomas o huesos rotos son definitivamente señales evidentes de abuso –de la misma manera que lo es la salud emocional. Las siguientes son algunas de las reacciones de un niño que ha sufrido abusos:
Estar triste o enojado. Los niños que están siendo sometidos al abuso suelen estar retraídos, temerosos, deprimidos o tener poca autoestima o hacerse daño, como por ejemplo cortarse. Los niños más deprimidos pueden contemplar el suicidio o intentar suicidarse. Algunos niños se dedican a intimidar a otros y tienen problemas pare controla su agresividad y otras emociones. Muchos de ellos tienen pesadillas o problemas para dormir.
Problemas de relación. Los niños que han sido abusados tienen problemas para relacionarse con otros y mantener relaciones. Por lo general no son capaces de amar o confiar en otros, especialmente cuando se trata de adultos. Una señal preocupante es cuando el niño no busca el consuelo de un padre o de la persona a cargo de su cuidado.
Mal comportamiento o conducta arriesgados. Los niños que sufren abuso por lo general se comportan mal en clase y tienen problemas de disciplina. Es posible que pierdan interés en las actividades de las que antes disfrutaban y que no se concentren en la tarea escolar y que como consecuencia de ello, sus calificaciones empeoren. El uso de drogas y alcohol, y la promiscuidad sexual, son también comunes.
Es posible que otros niños no tengan problemas típicos de disciplina, pero que eviten regresar a sus casas después de la escuela o hacer actividades que requieran pasar tiempo a solas con la persona que los abusa.
Además de los niños que son abusados, aquellos que son testigos del abuso (pero que no son las víctimas directas, como por ejemplo hermanos) también pueden presentar síntomas similares.
Sin embargo, la presencia de estos síntomas no necesariamente significa que se trate de abuso. Los niños que están pasando por situaciones estresantes, como la separación o el
divorcio de los padres, una mudanza familiar, o la pérdida de un amigo o miembro de la familia, suelen sufrir cambios de humor o en su disposición.
Si usted sospecha abuso El abuso no es un problema familiar privado, si bien por lo general ocurre dentro de las familias y se mantiene como un secreto familiar. Una vez que usted sospeche que existe abuso infantil, tiene que tomar medidas para que este daño no continúe. No importa si usted está equivocado: es mejor estar equivocado que lamentarlo más adelante.
Esto es lo que debe hacer:
Si usted sospecha que un niño está siendo abusado, es su responsabilidad ponerse en contacto con la agencia local de servicios de protección de niños, la policía, un hospital o una línea telefónica de emergencias. De ser necesario, usted puede mantenerse anónimo. La seguridad del niño es el problema más urgente: Usted puede salvarle la vida retirándolo de una situación peligrosa lo antes posible.
Si piensa que usted ha abusado de su propio hijo, o si está preocupado de haberlo hecho, asegúrese de que su hijo esté en un lugar seguro lejos de usted, y luego hable con un amigo, un familiar o un profesional de la salud. Es posible que usted simplemente necesite alguien con quien hablar o que desee consultar con un terapeuta. Hablar con un profesional entrenado en el tema puede ser una manera efectiva de entender y sobrellevar las razones por las cuales usted lleva a cabo el abuso.
Si sospecha de alguien que usted conoce, como una niñera o un proveedor de cuidados de niños, mantenga al niño alejado de esta persona hasta que las autoridades hayan sido notificadas. Si usted sospecha que la persona puede abusar del niño nuevamente, asegúrese de que el contacto entre esta persona y el niño se haga bajo la supervisión de otra persona. Nunca amenace a una persona o trate de hacer justicia con sus propias manos. Deje que el sistema judicial penalice a la persona que perpetró el abuso.
Los pediatras recomiendan que los niños de los cuales se sospecha abuso deben concurrir al hospital para ser evaluados y comenzar un tratamiento. Los hospitales son el lugar perfecto para los niños que han sufrido abuso, especialmente para aquellos niños que necesitan radiografías o cultivos con el fin de realizar un diagnóstico. Las radiografías pueden identificar huesos rotos. Ésta es la única señal de abuso de los bebés o niños pequeños, ya que no pueden hablar para comunicar lo sucedido. También se recomienda el apoyo psicológico. Sin éste, los niños que han sido abusados pueden sufrir problemas emocionales o repetir el patrón de abuso con sus propios hijos.
Romper el silencio Si bien no todas las acusaciones y las sospechas de abuso de un niño terminan siendo reales, todas merecen atención. El abuso infantil puede robarles a los niños la dicha de crecer y afectarlos de manera negativa durante años. El abuso no tiene que arruinar la vida del niño, si el maltrato se detiene y el niño se trata. Cuanto antes se identifique y detenga el abuso, menos destrucción creará. Curar las heridas del abuso y conllevar las repercusiones también puede comenzar antes. Por lo tanto, tome en serio cualquier acusación hasta que sepa con certeza si es verdad o mentira. Todos los niños merecen ser escuchados, protegidos y ayudados.