Ángel Abner Sánchez Hernández A01150398 Grupo #5 Terror en el lago Bodom. I. Agradable Ignorancia. Aun recuerdo aquella ominosa noche de 30 de abril de 19… la cual acude a mi mente solo de contemplarme al espejo ya, ya que no creo que haya rostro humano en el planeta que haya tenido la desdiche de enfrentar horror alguno como el que yo enfrente, cuan ansioso estoy de que en aquel fatídico momento, se hubiera creado, en mi ahora torturada mente, una misericordiosa laguna, sin tratar de de hacer más largo mi relato y llegando al grano de este narrare lo sucedido en aquel demoniaco momento. Corrían los últimos días de abril y yo como buen turista, disfrutando de mishasta ese momento- agradables vacaciones me hallaba recorriendo el norte de Europa, para ser exacto en el hermoso país de Finlandia, tenía previsto visitar a unos parientes lejanos que vivían en aquel gélido lugar. Me detuve a hacer un poco de turismo en la ciudad de Helsinki, ya que es una ciudad que desde pequeño me gustaba visitar cada vez que nos dirigíamos a Europa. Cuando estaba a punto de abandonar esta ciudad para ir a mi siguiente parada que sería la ciudad de Espoo, oí hablar por casualidad a un viejo borracho, con ojos desprovistos de vida y con la mirada perdida en el horizonte, andrajosas ropas y barba blanca que le daba aspecto de gastado y decaído que susurraba cosas raras para el mismo como “aquel demoniaco lugar”, “el pandemónium en la tierra” y cosa igualmente de extrañas, y no sé qué repugnante fuerza me empujo a escucharlas, movido por la curiosidad de aquello le pregunte al dependiente de la boletería que quien era aquella persona. Me respondió que era el viejo Zadok, que desde hacía varios años se encontraba así y que nadie sabía porque, que solo se sabe que su locura comenzó desde una noche en la que acampo en el lago Bodom, que desde entonces comenzó a hablar de cosas así de raras que parecían una retahíla de cuentos de terror de la edad media, pero movido por la rareza de estas cosa y por la curiosidad que siempre impero en mi le dije al boletero que me diera un boleto en dirección al lago Bodom, este se extraño por mi cambio de decisión tan repentina pero no dijo nada y solo se limito a darme el boleto. Una de las causa que me motivo a tomar la decisión de visitar aquel lugar, solo después de escuchar hablar de este lugar por vez primera fue que se me hizo raro que nunca antes se hubiera sabido de que alguien hubiera tenido malas experiencias sobre este lugar, al menos nunca habían llegado a mis oídos, y de que un tiempo para acá la gente parecía repudiar el lugar, razón: no la sabía, solo parecían mostrar una extraña aversión por este lugar. Indagando entre los lugareños me termine por convencer ya que todos coincidían en que el lago era un
lugar muy hermoso, pero no sé si mi paranoia me hacía notar que nadie me daba datos sobre este lugar de cómo lucia a la luz de las hermosas estrellas. Tuve que esperar pacientemente a la salida de mi autobús ya que su partida era a las 7 de la noche y mientras llegaba el momento me puse a hacer un poco de turismo por la ciudad, a pesar de que ya la conocía a la perfección. Durante algunos instantes un sentimiento de arrepentimiento me invadió por haber tomado aquella decisión, pero me dije para mis adentros que eso no tenía que ser posible, así que decidí investigar más sobre aquel lugar con el viejo Zadok ya que era la única persona en haber pasado una noche en aquel lugar. Conseguí una botella de whiskey, al llegar a la central, que era el lugar en el que lo había visto por primera vez, vi que iba saliendo, así que las cosa parecían facilitarme, como pude llame su atención haciendo que me siguiera por las calles de la ciudad hasta que logre tenerlo en un lugar en el que al vernos a ambos no llamara atención. Ya ahí no le pude sacar demasiado, ya que solo se limitaba a decirme que no visitara aquel lugar que si lo hacía me iba terminar arrepintiendo, a pesar de su estado de ebriedad no pude dejar de notar la sinceridad de sus palabras así como la de su mirada, y no pude contener un extraño escalofrió al verme contemplado en aquellos ojos que durante un instante reflejaron un extraño e innominable terror. Como vi que no le iba a poder sacar nada de información que me pudiera terminar de motivar o desilusionar decidí mejor empezar a dirigirme a la central ya que la hora de mi partida se acercaba. II. Un Terror Oculto. Ya estando en el camino al lago contemplé por última vez aquel paisaje sin sentir repugnancia y terror por aquellos lugares, el verde de los arboles se extendía hasta el horizonte solo interrumpido por las cadenas de montañas, el camino estaba lleno de curvas en forma ascendente hasta que después de unos 20 minutos, el trayecto se volvió más recto, sin demasiadas curvas, al ver por la ventana se podía contemplar la parafernalia de la creación de la madre Naturaleza. Al pasar media hora de salir de la central me encontraba ya en la central de Espoo, de ahí pensé dirigirme a pie al lago ya que se encontraba a unos cuantos kilómetros de esta ciudad y pensé que recorrerlo a pie sería divertido y entretenido con la única compañía de los gélidos rayos de la pálida luna y los arboles meciéndose por el suave y frio viento que se sentía en las noches. Después de unos monótonos 20 minutos, en los que me dedique a divagar en lo que podría hacer en lo que me restaba de vacaciones, llegue al lago, creo que la palabra “hermoso” se le quedaba corta ya que era más que eso, sobre todo con la luna y las estrellas en lo alto del firmamento reflejadas en sus cristalinas y tranquilas aguas, rodeado de un vasto bosque de pinos mecidos por el frio aire, pero no se qué extraño sentimiento de supervivencia me dijo que este no era lugar para pasar
la noche, no hice caso y creo que ni Orfeo, ni la esposa de Lot pagaron tan caro su desobediencia por solo seguir el instinto de curiosidad que impera en nosotros los humanos. Busqué un lugar adecuado para poder asentarme y pasar la noche después de eso prendí una pequeña fogata y me prepare una pequeña cena con lo poco que llevaba, como para las 11:30 pm me dispuse a dormir. Después de cómo 2 horas, en las cuales no pude dormir porque soñaba con grandes ciudades de una belleza que te encantaba pero que ni una mente tan enferma como la de un Lovecraft o un Poe pudieran alguna vez describir, pero así como te creaban sentimientos de fantasía, también los creaban de un terror indescriptible y los seres que en mis sueños que veía que por ellas caminaban eran de una naturaleza que no creo que lengua humana alguna vez pudiera describir ya que su monstruosidad rebasaba los límites de la imaginación humana, se podría decir que no pertenecían a este mundo, y hablaban en un idioma que no podría tampoco precisar ya que no encontraba similitud con lengua alguna conocida en este tiempo o en el pasado, otra cosa que note fue que parecían nunca mover lo que a mi parecer debería ser la boca pero que cuando los escuchaba con la mente, ya que parecía solo se podían comunicar con el pensamiento, estos eran capaces de crearte los más agradables pensamientos de tranquilidad y despreocupo, pero esto era muy irracional ya que una monstruosidad no podía ser poseedor de este tipo de habilidades y virtudes, pero su apariencia no me despertó profiriendo un alarido de terror con sudor frio después de una pesadilla de este tipo, sino fueron las aparentes pisadas de algo que se movía en la oscuridad, me incorpore y pude ver a pesar de la oscuridad que reinaba, gracias a una gran nube que obstruía la luz de la luna, que una persona se encontraba parada en una orilla, como a un kilometro de mi posición en línea recta, no dije nada espere unos momentos para ver que es lo que podría estar haciendo una persona a tan altas horas de la noche en un lugar tan solitario, pero después este mismo me hizo tener un vago recuerdo de lo que había soñado y un escalofrió como nunca había tenido antes recorrió toda mi espina dorsal. Transcurridos uno minutos no se como del bosque comenzaron a salir legiones de seres que hasta ese momento sólo había visto en mis sueños y que el miedo que me embargo en aquel momento me hizo proferir un alarido alguno como el que no creo que garganta humana haya proferido alguna vez, en ese momento lo único en lo que pensé fue en correr pero mis piernas no me lo permitían, la extraña fuerza del miedo no dejo que las moviera, quise pensar que era parte todavía de mi sueño pero el suave roce del frió viento sobre mi cara me decía lo contrario, que era parte de la cruda realidad y que me encontraba ante una de las más grandes abominaciones de la tierra, uno de los seres noto mi presencia y me volteo a ver con unos ojos que despertaron en mi los más escalofriantes y
terroríficos sentimientos pero a la vez una melancolía que no podría describir, una melancolía venida desde un tiempo inmemorable extrañando pasados eones. El ser que noto mi presencia me invito a ir con hablándome con el pensamiento con una suave y dulce melodía que debió de ser su voz, pero en lo que el realizaba esto los demás seres entraban en el lago para no surgir más internándose en las profundas aguas de este, comenzó a caminar con dirección a mi insistiéndome en que lo siguiera, en ese momento no sé de donde pero tuve la fuerza suficiente para echar a correr, pegando unos alaridos de terror y pidiendo ayuda, corrí y me di cuenta que no era solo el sino miles de monstruosidades que me seguían por doquier queriendo atrapar, cuánto tiempo huí no lose porque me parecían eones lo que dure corriendo, hasta que vi un puente derruido a punto de caerse que la oscuridad que creaba era propicia para poder ocultarse, como pude me oculte y espero a que pacientemente mis perseguidores se fueran de largo, al pasar pude contemplarlos mejor, gracias a un pálido rayo de luna que se colaba de entre las nubes, al verlos pensé que no iba poder contenerme a proferir otro alarido, pero como pude me contuve, la razón de mi espanto era que mis perseguidores eran los mismos seres que había contemplado en mis sueños, lo que si no pude evitar fue desmayarme pues pensé que jamás humano alguno hubiese contemplado algo así. Desperté pasando apenas el medio día con una suave caricia de rayos solares, el sol se encontraba en lo más alto del firmamento, decidí mejor regresar a la ciudad y dar parte a las autoridades aunque sabía que no me creerían. Los meses siguientes fueron de constantes redadas pero nunca se encontró nada, a mi me tomaron como un loco y me encerraron en un hospital psiquiátrico, pero tiempo después me dieron de alta ya que no encontraron pruebas suficientes para poder constatar que deberás padecía trastorno psicológico alguno. La verdad creo que solo la muerte sería un acto misericordioso hacia mí existencia, como quisiera que lo que viví fuera tan solo la continuación de aquel loco sueño que empecé a tener después de quedarme dormido pero todos los detalles con los que lo recuerdo me dice lo contrario acudiendo a mi mente cada vez que contemplo algún lago o me veo en el espejo, creo que no hay en el mundo una mayor fortuna que nuestra placida ignorancia, y espero que sigamos así.