El juego del laberinto De Santis, P. Buenos Aires Alfaguara. Serie roja. 2011
Después de ocho años de la aparición de El inventor de juegos, Pablo De Santis publica la esperada segunda parte de la historia. Nos reencontramos con Iván Dragó en Zyl, donde vive con su abuelo, el gran fabricante de rompecabezas. Ha transcurrido más de un año de los episodios narrados en la primera parte. Morodian, el antagonista en la historia anterior, desapareció y, aparentemente con él, los males que acechaban a este pueblo de inventores de juegos… Pero Iván recibe una carta que lo invita a participar de un juego organizado por el misterioso Club Ariadna. Y un jardinero reparte extrañas semillas que convierten a Zyl en un intrincado laberinto de mágicas plantas que alteran la topografía del lugar, invaden la vida de sus habitantes y dejan intrigantes mensajes. Pese a las advertencias sobre la perversa invitación, el joven decide participar de ese juego para salvar, nuevamente, la ciudad. De esta manera, él mismo será presa de un intrincado laberinto cuyos obstáculos permanentes deberá vencer sólo con la ayuda de algunos objetos que lleva en su mochila, la compañía de Anunciación, su amiga de la primera parte y su astuta valentía de inventor de juegos. Se trata de una muy atractiva segunda parte de la historia en la que relatos y personajes clásicos (el Minotauro, Ariadna, Aracné y las peripecias de Odiseo para regresar a su patria) se entrecruzan con el humor, la amistad y el amor y traman esta nueva aventura en la que el protagonista adolescente continúa con su aprendizaje sobre el mundo: “…Qué haríamos si lo único que existiera fuera el tatetí y el juego de la oca. Necesitamos laberintos. Necesitamos jugar a los peligros del mundo…”
Raquel Piccio (junio de 2012)