Primer espejo. Ojos que sienten. Son las cinco de la mañana; tengo la garganta seca, me duele, es el frío de la madrugada. Tengo ganas de un vaso de agua pero si me despego de las cobijas cuando vuelva van a estar fríos mis pies y no me voy a poder volver a dormir. Volví a dormir esa madrugada, escuchaba con mi mente el salpicado de las gotas en el techo, tuve un sueño con un tal Adrián el me agarraba el brazo con muchísima fuerza y de un momento a otro estábamos volando los dos cerca de Saturno, volábamos en una estrella fugaz y oí como dejo de llover. Abrí los ojos estaba mi cuarto, muy oscuro, más de lo normal, en el piso estaba el jeans y las medias, tenía un piquete en el pie que me incomodaba, me levante y mire la repisa que estaba llena de discos, sentía pereza de ordenar ese montón de mierdas, me puse de pie y me quite la blusa, sentí un escalofrío, me puse el jeans y deje las medias, abrí la puerta y vi un pasillo bastante largo, olía mal como a sudor con vómito, escuchaba un escándalo pitos, gente gritando. "Donde putas estaba" me dije, luego camine el largo pasillo había, muchas puertas, tenía sucio el cuerpo entero y el escándalo seguía solo quería preguntarle a mi mamá que había de desayunar. -Diay cabrona ¿Dónde se metió ayer?Mire atrás y un muchachillo me estaba hablando a mí, pero ¿donde estaba? Me preguntaba en cada instante, caminé rápido hasta llegar al final del pasillo había una puerta la abrí y daba a una calle principal iba entrando una mujer mal vestida y sucia. Empecé a sentir un poco de miedo, tal vez todo era un mal sueño. Caminé por la calle sin saber hacia donde me dirigía y paré a preguntar en una tienda dónde estaba. -Señor ¿qué día es hoy?- pregunte mirando a los ojos de un señor como de unos cincuenta años, me devolvió la mirada y se rió de mí se puso de pie y dijo bruscamente: -Jale, jale de aquí piedrera!- Corrí rápido, rápido hasta que los pies no me daban, llegue al Parque de La Merced. En mi cabeza habían muchísimas dudas, preguntas ¿Dónde estaba?, ¿Qué estaba pasando?, ¿Y mi novio?, ¿Mi mamá, mi papá, en que año estaba, que día, que mes? Maldita sea, me senté en la parada de Quesada Duran a llorar estaba desesperada. Mire a mi alrededor y me desvanecí. Segundo espejo. ¿Un café negro o con leche? Retumban en mis oídos los pitos de los carros ¿Qué hora es?, abro los ojos un montón de gente camina para arriba y para abajo, me siento y hay una fila a la par mía, una señora me ve a los ojos y rápidamente quita la mirada. Llegó el bus al fin, llevaba tiempo esperándolo me duelen los pies de el ejercicio y me muero por fumarme un cigarro, por ducharme con agua caliente y luego sentarme un gran rato a leer. En el bus me senté al final, donde siempre había tenido miedo de sentarme, ahora sentía más confianza en mí y creo que puedo defenderme bien. Había presas gigantescas, al cabo de una hora al fin llegue a mi casa tire el bolso en el cuarto, me quite los zapatos y el sostén "¡Que alivio!", me quite la blusa empapada en sudor, el short. Quedé en calzones y caminé hasta el balcón para dejar la ropa sucia en el cesto de ropa sucia. Luego fui por un cigarro lo prendí y fume hasta la tinta donde dice "Derby". Luego entre al baño y mire al espejo...Trague seco, parpadeé lentamente y volví a mirar, sentía como si me hubieran golpeado con un martillo en la cabeza, no era yo...no era mi cara, ¡no era mi cuerpo! Sentía miedo, profundo e infinito, ¿Estaba solo?, ¿Quién era?, ¿Dónde estaba?, ¿Sigo siendo yo? Me vestí rápidamente y cogí un bus para San José, me quería tomar un café en Manolos, estaba tan desesperada, no entendía mí alrededor, quería hablar en español pero las palabras solo me salían en rumano, caminé rápido hasta el local, no me importó mí alrededor y hasta sentí silencio en plena Avenida Central. Me senté en una mesa al final del local. -Edin Cafe molia- dije queriendo un café. La mujer con ojos amables me dijo: -Muchacha el café como lo quiere. ¿Negro o con leche?-. Me quede callada y saque un cigarrillo, la mujer se fue y al rato volvió con un café negro, me había entendido a la perfección. Me mire una vez más al espejo y no lo pude creer, mirando en lo profundo de mis pupilas me llego un recuerdo como si lo hubiera vivido, estaba tirada en la calle sin camisa... ¿que habrá sido?
Tercer espejo. ¿Yo? Recuerdos perdidos que me perturbaban, me sentía perdida y empezaba a sentir que todo el mundo era una pura mentira, no sé sinceramente estaba meditando seriamente en drogarme y simplemente escaparme de todo, de todos, de mi misma, pero no, no valía la pena, esa vida no era para mí los cigarros aun me provocaban excelentes momentos. Pero justamente ese día cuando vio el espejo y ese relámpago que atravesó su mente fue cuando empezó... Desperté una vez más, estaba soñando con los ojos abiertos imaginando como el día cuando al fin me gradúe del colegio, con todos esos idiotas compañeros míos, todos recibiendo el título y las grandes aspiraciones que todos iban a tener y ninguno podrá cumplir por mediocres. Pero al fin llego el fin de la lección de química, como detestaba esas lecciones...eran aburridas. Camine al baño para orinar, salí y camine hasta una banca estaba cansada, un poco mareada la verdad. Me senté, mire a mi alrededor, no había nadie cerré los ojos y mil imágenes pasaron por mi mente recuerdos, sensaciones increíbles en una fracción de segundos y un universo recorrido. Al rato me recosté sobre la banca y me dormí. -¿Profesora?-. Abrí los ojos y estaba viendo por una ventana en un quinto piso. -¿Profesora?-. Un muchacho sentado a mi lado me decía profesora, estaba en shock, trague y tenía la garganta seca. -Profe cuál es el siguiente promedio-, no entendía nada, ¿Qué pasa? Me dije, hace un momento estaba recostado en una banca. Miré al muchacho y le dije: -¿Usté como es que se llama?- hable gravemente como toda una señora con edad, el rió levemente y me dijo: -Cómo que como me llamo yo, profe usted me conoce de toda la vida soy Federico, solo falta que ahora me pregunte quien es usted jaja-. Me miro seguidamente y le saltaron los ojos: -¿Raquel Garnier Bolaños profesora de Ciencias Políticas le suena?-, lo mire y no lo podía creer ese no era mi nombre, yo no lo conocía, qué estaba pasando cuando cerré los ojos estaba viendo el cielo. Me levante de la silla y caminé rápido para salir de ese maldito salón, las paredes del pasillo estaban pintadas como las de mi colegio y el muchacho cuando salió del salón me gritaba con preocupación. Estaba convencida que esa no era yo y fui y me senté en una banca, mire a mí alrededor y suspire con desdicha, sentí como todas las moléculas de oxigeno recorrían todo mi cuerpo y dije con mi último suspiro: -De algo sirvieron las clases de química…- y me desvanecí. -¡April!- oía a lo lejos y sentía como aquella voz se iba intensificando hasta que abrí los ojos era Julián que me golpeaba la cara repitiendo mi nombre una y otra vez. -¿¿MAE??¿Qué le pasa?- y me miraba seriamente yo lo volví a ver extrañada y le dije: -¿Cómo que qué me pasa? ¡Di nada estaba durmiendo! y reí- El me volvió a mirar seriamente y me dijo: -Abri acaba de salir de la clase corriendo diciendo que quién era y montón de tonteras más... ¿Se siente bien?-. Yo lo mire y pregunte inmediatamente: -¿Yo? Cuarto espejo. Mirando de lejos. Estaba como asustada por el incidente de la mañana en clases, no sé era demasiado extraño haber actuado así y no recordar, haber visto sin ver, haber sentido sin sentir en realidad. Después del colegio fuimos a fumar Sergio y yo, era jueves él tenía que ir a la U. Mientras fumábamos hablamos de la vida, de la fiesta del viernes y de la gran borrachera que se pego Daniel y lo cerca que estuvo él de darse de vergazos con unos mal nacidos. Pero bueno tirando ya las 4:00 cada uno en San José agarro su rumbo y nos despedimos con un abrazó, pero Sergio me abrazó como si fuera a ser el último que me daría, se sintió extraño en un abrazo tantísimo sentimiento. Cuando me monté en el bus estaba vacío me senté en los asientos del medio, empezó a llover y de pronto empecé a oír un ruido, como si alguien golpeara mi asiento, se oía como un niño. Harta ya de los golpes me volví y vi directamente a la niña a los ojos, resultó ser mujer, una mirada perdida, me quede estática, se me fue el aliento, la niña me miraba como si estuviera mirando de
lejos y yo la veía con las pupilas expandidas, ¡NO ERA POSIBLE! gritaba en mi mente con fuerza y yo sin poder hablar. La niña era yo, era la misma niña que fui hace unos años, no lo creía. Me puse de pie y toque el timbre, casi me lancé del bus y empecé a correr por la acera, corría con miedo, sentía las gotas de lluvia grandes y pesadas golpear mi cara y seguía corriendo con mayor rapidez, quería correr hasta caerme, hasta desmayarme, hasta ya no poder más y olvidarlo. "Mae hoy tuve un día, estaba manejando el bus y en las últimas paradas eran como las 5:00 y algo ya solo quedaba una muchacha como de 16 o 17 años, jovencilla, atenta la doña, llevaba la mirada perdida por la ventana y de pronto como que empezó a golpear el asiento en lo que vuelvo a ver la doña estaba vuelta hacia el asiento de atrás viendo para atrás, como inquieta, casi como si estuviera viendo a alguien y de pronto me toco el timbre y yo abrí las puertas para parar y en lo que estoy parando se hace lanzado del bus y se va corriendo como si hubiera visto al diablo ahí sentado." Dijo el conductor a su compañero. Quinto espejo. El mundo desde la esquina. Confiada viendo el paisaje metropolitano, que terrible las calles se fueron de las manos de los gobiernos, ya ni la policía remedia el desastre...Me sentía triste, estaba en el colegio y me fui a caminar alrededor de la plaza, el zacate estaba delicioso, había brisa que corría todo el campo, el cielo tenía unas cuantas nubes pero estaba despejado, el Sol irradiaba con fuerza, me senté bajo un árbol no había nadie y de pronto... Abril estaba subida en el árbol y yo le empecé a hablar: -Detestable, que ganas de salir volando, simplemente despegar, ¡no volver! pido 5 minutos, maldita sea el vicio negado, el alma atrapada, el sombrero que tapa mi cara recostado en el muro con ganas de moverme pero estoy entre espada y pared, estoy entre drogas y caer peor. Camino por las calles, pobreza, humo, desastre, ¿EN QUÉ NOS HEMOS CONVERTIDO?, esta destruida la sociedad, mi vida, mi alma perdida sin causa, sin sueños. Me siento mal...Pero algo cambia siento como vuelo, siento como despego que sueño, que maravilla una vez mas las nubes se ponen de colores y ya ahora si estoy lejos de eso, eso que me tortura todos los días, estoy lejos de ella, de sus ojos que me conquistan, estoy lejos de su pelo, de su olor, mis sentidos están dormidos y ya no se siente nada mas que el alma, que se convierte en parte del universo y las estrellas fugaces son las ideas que viajan por mi mente, el universo, por mi cuerpo, el universo, por mi EL Universo! Y de pronto empecé a oír voces… -Se volvió loca, llamen al 911 la muchacha está delirando…Que terrible… Y Abril dijo bajando del árbol: -9:31 PM todo lo que usted ha descrito acerca del Universo, con sus colores y como se hace parte de él y como viaja en él, dan ganas de seguir su viaje, de meterse en su cabeza y poder observar con los mismos ojos todos aquellos colores, todas aquellas formas, sentir el alma y volar y poder soñar de esa manera. El Universo es algo inmenso, algo increíble, algo místico, algo impresionante, algo perfecto que yo creo que todo ser humano con sentimientos desearía conocer de esa manera, vivimos en el Universo, pero no de la manera que más nos gusta por todos los problemas que están pasando en el mundo en estos momentos. Pero usted hace que todo eso desaparezca y se vuelva un sueño, un sueño que nunca se quiere terminar, una milésima es un paraíso más, un sueño más, una risa más, una escapada más, usted hace que uno esté decidido a soñar y el Universo, es perfecto y aún más cuando usted habla de él con tanta seguridad, soñando… -¡Jue jamás me imagine que eso pasara! -Usted abre la mente y me hace desear más aún querer ir y tomar con mi mano todo lo que quiero en esta vida, quisiera tomar el mundo con mis manos y utilizarlo de miles de maneras buenas y poder llegar y abrazar lo que no se puede abrazar. -Usted sabe que me duele a mí, sabe que me hace volar, sabe que me hace salir simplemente soñar tanto, el gran deseo, la gran soledad de siempre desear lo imposible en mis sueños lo que nadie tiene es simplemente completamente mío, todo esa cámara aya en el cielo es mía, tan mía que yo la conozco como mi palma, la conozco tan bien que ahí estoy moviéndome de un lado al otro sin parar, moviéndome en la soledad, del jardinero sin rosas ni margaritas, porque ya todas las tienen los príncipes azules.
-¿Y no hay esperanzas de una nueva flor en su jardín? tal vez la estela de una estrella fugaz le tenga esa sorpresa -Solo El sol sabrá quien me la arrebatara, bueno estoy preparada hoy me voy a Saturno Abril se desprende del suelo y se va volando suavemente, la veo irse poco a poco y me quedo una vez más solo. Sexto espejo. ¡1, 2,3 respire! Fue como el primer suspiro que da el niño recién nacido, desperté de las clases de matemática, fue un cambio de lección, que fatiga sentía, creía que me iba a desmoronar ahí mismo en el salón, pedí ir al baño, me sentía mal, como si no fuera yo, presentía que algo andaba mal en mi organismo, algo andaba mal en mi y escuchaba un gran bullicio, muchas voces hablando y de pronto en el altoparlante se empezó a oír un suave zumbido. Entre rápido al baño me empezó a aturdir seriamente la cabeza y me dieron ganas de vomitar, tome un poco de agua del lavatorio y corrí al inodoro me arrodille y levante la tapa. Y sentí en mi pecho un latigazo, luego en mí estomago y vomité con toda mi fuerza cerrando los ojos, sentía que iba a votar hasta los intestinos y abrí los ojos y era pura sangre lo que vomitaba una y otra vez, me asuste, sentí como me caía el mundo en la cabeza, sudaba frío… Se oía cada vez que vomitaba más y más fuerte el sonido zumbido del alto parlante y de pronto empecé a oír una voz que decía: -1, 2,3 ¡Respire!, ¡Vamos Raquel respire, no se vaya, no se vaya, vamos! Me preguntaba pero ¿Qué es esa mierda? con los ojos llenos de lágrimas. Hasta que deje de vomitar y el ruido acabó, me levante del escusado y caminé hacia un espejo y antes de poder mirar bien mi cara, me desvanecí. "-¿Doctor cómo está Raquel? -Se recupera pero esta en estado de coma, no se sabe cuándo pueda volver en sí, tal vez hoy tal vez mañana, pero hoy casi la perdemos, estuvo muerta por unos cuantos segundos, pero por suerte pudimos hacer que su corazón volviera a latir, fue como un milagro." Séptimo espejo. ¿QUIÉN SOY? -¿Raquel? Vamos Raquel abra los ojos poco a poco, aquí estamos todos juntos, usted nos conoce y nosotros usted, tranquila y con calma. Abrí los ojos a la expectativa de saber qué está pasando, quién es Raquel, quienes son ellos, con quién estoy y dónde, Y los abrí… Primera impresión, sentada frente a una mesa larga, con una señora, tres señores y un muchacho como de unos 20 años, todos a mi alrededor, era una sala amplia, mire por la ventana era de noche y estaba lloviendo, no vi mi reflejo en la ventana, no me alteró nada hasta que la señora me ve a los ojos y me dice: -Ay Raquel como la extrañamos, ¿Se siente bien?, ¿Quiere algo de comer, de tomar? Di un vistazo a todos en el salón y rápido pregunte al señor que estaba a la par mía: -Dígame sin mentir ¿Dónde estoy y quién es Raquel? El señor agarró una carpeta, la abrió y me enseñó unas fotos y me dijo: -¿Sabe quién es esta muchacha? -Yo la vi detenidamente y no la reconocí ni la asocie con nadie que conociera. Luego el señor me pregunto si sabía como me llamaba yo y yo respondí seriamente: -Mi nombre es Abril Murillo Córdoba, nací el 1 de Abril de 1989. La señora se puso a llorar, el muchacho que estaba en la mesa se levantó y se fue, uno de los señores empezó a consolar a la señora y el señor que me pregunto que quién era pidió un espejo. Sentía intriga, un espejo ¿Para qué? Trajeron el espejo, el señor lo agarró y lo puso frente a mi cara. Me quedé paralizada, ya no podía hacer nada, no sentía mis brazos, ni mis pies, ni mi cabeza, me quería mover y llorar pero no podía estaba atado a una silla y le señor empezó: -Abril lamento que sea de esta forma pero usted no se llama así, usted es Raquel Garnier Bolaños y nació el 12 de marzo de 1950, fue profesora de Ciencias Políticas. Tiene un esposo, un hijo y
tuvo una hija que se llamaba Abril que murió el 1 de abril de 1989. Desde entonces entró en una especie de trance donde usted creía ser Abril, hablaba con personas que no existían como Sergio y ha tenido múltiples problemas en su organismo. Lleva en este hospital psiquiátrico 17 años… Mi mundo ya no existía ¿qué eran esos recuerdos, qué era esta vida? Nadie tenía las respuestas que quería oír solo quería poder volver a ver a Abril, solo quería recostarme y ver el azul del cielo, fumarme un cigarro, hablar con Sergio de la vida…Ya todo estaba perdido, y solo me quedaba una maldita pregunta dando vueltas en la cabeza. ¡¿Quién soy?!