El desarrollo espiritual
La experiencia espiritual común, al igual que la de los santos, confirma los datos bíblicos sobre el crecimiento espiritual. Éste se presenta como un progreso en el tiempo, no lineal porque los pecados pueden turbar el proceso, pero en general constante, especialmente en los que cultivan sinceramente su vida espiritual. Esquema general del tema: -
El tiempo del alma.
1) Los momentos principales de la vida espiritual. 1.1)
El comienzo de la vida espiritual.
1.2)
La noción de conversión: tipos de conversión.
2) La noción de itinerario espiritual. 2.1 El itinerario de san Juan de la Cruz. 2.2 Incipientes, avanzados, perfectos. a) Los incipientes. b) Los avanzados. c) Los perfectos.
El tiempo del alma: ¿Qué es el tiempo espiritual? En líneas generales, un cambio rápido impresiona a la conciencia y despierta la atención de los otros; es, por tanto, el momento de manifestación en que se percibe, más fácilmente. El cambio espiritual presenta siempre un aspecto de irreversibilidad: no se puede ya obrar como si no hubiera parado nada.
San Gregorio de Nisa define el desarrollo de la vida espiritual como el paso de un comienzo a otro comienzo hasta el comienzo sin fin de la vida eterna. San Juan de la Cruz dice: el hombre si dispone a la acción divina; y es esta disposición activa la que debe considerarse como la preparación para acceder a un estado espiritual más elevado. Más claramente todavía, si se considera sólo el terreno espiritual se tiene que afirmar que todo el esfuerzo consiste en disponerse a recibir nuevas gracias. Estas gracias pueden ser recibidas en los ejercicios espirituales, estos tienen como 1
finalidad no ya la autoconstrucción de la existencia, sino propiciar una disposición favorable a la acción iluminadora de Dios; Dios por su parte, está siempre dispuesto a comunicar su gracia.
Los momentos principales de la vida espiritual El comienzo de la vida espiritual: cualquier vida cristiana se remonta al bautismo, sin embargo puede ser que por la falta de conciencia no se llegue a comprender, por consiguiente la vida espiritual personal pertenece normalmente a la adolescencia o a la juventud más que a la niñez. Para adquirir esta vida espiritual personal resulta provechosa la práctica de los ejercicios espirituales, en un clima de soledad y libertad se puede considerar su proyecto de vida en presencia de Dios. La noción de conversión: paso del estado ordinario al de los incipientes en la vida espiritual personal, luego al de los avanzados y finalmente al de los perfectos. Modo de concebir el nuevo camino y de imprimir en él una nueva dirección que a la transformación ya realizada. Tipos de conversión: 1) conversión preliminar: cuando de la increencia se pasa a la fe. 2) primera conversión: cuando la persona decide considerar toda su existencia a la luz de la fe. El sentido vital cambia y, poco a poco, va tomando forma la vida espiritual. 3) segunda conversión: la persona se somete por completo a la acción de Dios y se propone por completo a la acción de Dios y se propone seguir siempre la moción divina para llegar a la plenitud de la vida espiritual, presenta tres aspectos, a saber: es universal, sincero, sólido y constante.
La noción de itinerario espiritual: describir este desarrollo de forma concreta, con una doble finalidad: teórica: lograr cierta compresión de la vida espiritual. Práctica: ayudar a los padres espirituales a dirigir a las almas que caminan hacia la plenitud de la vida cristiana.
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Itinerario de san Juan de la Cruz: Las articulaciones de esenciales de este esquema son las siguientes: después de una doble purificación, de los sentidos y del espíritu, se llega al estado de unión; la purificación presenta no solamente un aspecto activo, que es el momento ascético reconocido por todos, sino más bien un aspecto pasivo, la descripción de este aspecto es lo más original de san Juan de la Cruz.
a) Incipientes: de quienes se inician deliberadamente en la vida interior e intentan conocer y cumplir la voluntad de Dios sobre su existencia, lo hace mediante el recogimiento del alma y la práctica de la oración, sobre todo mental. b) Avanzados: después de cierto tiempo, el alma accede a un estado espiritual más apaciguado, en el que la iluminación se hace más intensa y no se le concede nada o casi nada el pecado, incluso al venial. Su finalidad es iluminar la mente y conformar a la persona con Cristo interiormente y en la acción. c) Los perfectos: un estado sin posibilidad de un progreso ulterior, sino más bien un estado en el que se posee de forma estable las condiciones para un progreso continuo. Jesús G.H.
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