El cuervo The Raven de Edgar Allan Poe
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Poe, Edgar Allan nació en Boston (EE UU) el 19 de enero de 1809 y murió en Baltimore (EE UU) 7 de octubre de 1849. Primea edición publicada en 1845. Obra en dominio público. Traducción de Santiago Pastrana con licencia GFDL. Edición bilingüe.
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El cuervo
A medianoche de un día cualquiera, meditaba fatigado sobre algunos curiosos libros de tradiciones olvidadas. De pronto, oí un golpecito mientras, somnoliento, cabeceaba como si alguien a mi puerta suavemente, suavemente llamara. «Es una vista —me dije— la que llama a la puerta de mi cuarto, sólo eso y nada más». ¡Ah!, recuerdo claramente que era un diciembre desapacible cuando cada brasa sobre el suelo como un espectro se extingue. Esperando impacientemente el alba, en vano buscaba ayuda en mis libros para olvidar la pena, —la pena por la pérdida de Leonor— por la extraordinaria doncella a quien los ángeles llaman Leonor. Y aquí nadie llama ya. El sedoso, triste e incierto susurro de las cortinas púrpura me estremecía. Me invadían fantásticos temores desconocidos. El corazón martilleaba en mi pecho, y me repetí erguido: «Es una vista que quiere entrar y llama a la puerta de mi cuarto; una visita a deshora que quiere entrar y llama a la puerta de mi cuarto; eso es, y nada más». Al poco, el valor acudió a mi alma y no lo dudé más, «señor» —dije— «o señora, me tendréis que disculpar pero lo cierto es que estaba transpuesto, y llamasteis tan suavemente, tan suave llamasteis a la puerta de mi cuarto, tan suavemente que no estaba seguro de haberos oído». Y abrí la puerta de par en par… Oscuridad, y nada más. Me quedé mirando la más profunda negrura, impasible, sin miedo, dudando, evocando inmortales y nunca antes imaginadas quimeras; pero el silencio no se rompió, la quietud era completa. Una sola palabra, como un susurro, quedó resuelta, «¿Leonor?» fue lo que balbucí, y el eco lo repitió muy quedo, «¡Leonor!» Simplemente eso, y nada más.
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Once upon a midnight dreary, while I pondered, weak and weary, Over many a quaint and curious volume of forgotten lore, While I nodded, nearly napping, suddenly there came a tapping, As of someone gently rapping, rapping at my chamber door. " 'Tis some visitor," I muttered, "tapping at my chamber door; Only this, and nothing more." Ah, distinctly I remember, it was in the bleak December, And each separate dying ember wrought its ghost upon the floor. Eagerly I wished the morrow; vainly I had sought to borrow From my books surcease of sorrow, sorrow for the lost Lenore, For the rare and radiant maiden whom the angels name Lenore, Nameless here forevermore. And the silken sad uncertain rustling of each purple curtain Thrilled me---filled me with fantastic terrors never felt before; So that now, to still the beating of my heart, I stood repeating, " 'Tis some visitor entreating entrance at my chamber door, Some late visitor entreating entrance at my chamber door. This it is, and nothing more." Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer, "Sir," said I, "or madam, truly your forgiveness I implore; But the fact is, I was napping, and so gently you came rapping, And so faintly you came tapping, tapping at my chamber door, That I scarce was sure I heard you." Here I opened wide the door;--Darkness there, and nothing more. Deep into the darkness peering, long I stood there, wondering, fearing Doubting, dreaming dreams no mortals ever dared to dream before; But the silence was unbroken, and the stillness gave no token, And the only word there spoken was the whispered word, Lenore?, This I whispered, and an echo murmured back the word, "Lenore!" Merely this, and nothing more.
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Regresé a mi cuarto con el alma alarmada. De pronto oí el golpe, esta vez de manera más clara. «Seguramente —dije—, seguramente que hay alguien en mi ventana». Veré, pues, lo que es, y aclararé este misterio. Me tranquilizaré un momento y aclararé el misterio. ¡Es el viento, y nada más!» Al abrir la ventana, con un fuerte aleteo y revoloteando, se coló un cuervo majestuoso, como los de santos días de antaño. No hizo la menor reverencia. No se detuvo ni quedó parado; pero con aires señoriales, se posó sobre la puerta de mi cuarto, sobre el busto de Palas que hay sobre la puerta de mi cuarto. Se posó, se sentó, y nada más. Entonces, este pájaro de ébano, hizo sonreír mis tristes fantasías por el grave y severo decoro del semblante que mantenía «aunque te hayas rapado la cresta, —le dije— te das cierto aire, cuervo lúgubre, adusto y viejo; nómada del filo de la noche. Dime, ¿qué señorial nombre tienes en las plutónicas noches?» Y dijo el cuervo: «nunca más». Mucho me sorprendió oír la descortesía de esta ave descarada, aunque su respuesta tuviera poco significado y poca relevancia; porque estaremos de acuerdo en que ningún humano vivo, fue dichoso viendo un pájaro sobre la puerta de su cuarto, un pájaro o bestia sobre el busto que hay sobre la puerta de su cuarto, con un nombre como «nunca más». Mas el cuervo, sentándose solitario sobre el plácido busto, solo dijo aquellas palabras, como si la vida le fuera en esas palabras que dijo. Nada más pronunció. Ni una pluma movió, hasta que por fin musité, «ya antes otros amigos han volado. Por la mañana se marchará, como mis esperanzas han volado». Entonces el pájaro dijo: «nunca más».
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El cuervo
Back into the chamber turning, all my soul within me burning, Soon again I heard a tapping, something louder than before, "Surely," said I, "surely, that is something at my window lattice. Let me see, then, what thereat is, and this mystery explore. Let my heart be still a moment, and this mystery explore. " 'Tis the wind, and nothing more." Open here I flung the shutter, when, with many a flirt and flutter, In there stepped a stately raven, of the saintly days of yore. Not the least obeisance made he; not a minute stopped or stayed he; But with mien of lord or lady, perched above my chamber door. Perched upon a bust of Pallas, just above my chamber door, Perched, and sat, and nothing more. Then this ebony bird beguiling my sad fancy into smiling, By the grave and stern decorum of the countenance it wore, "Though thy crest be shorn and shaven thou," I said, "art sure no craven, Ghastly, grim, and ancient raven, wandering from the nightly shore. Tell me what the lordly name is on the Night's Plutonian shore." Quoth the raven, "Nevermore." Much I marvelled this ungainly fowl to hear discourse so plainly, Though its answer little meaning, little relevancy bore; For we cannot help agreeing that no living human being Ever yet was blessed with seeing bird above his chamber door, Bird or beast upon the sculptured bust above his chamber door, With such name as "Nevermore." But the raven, sitting lonely on that placid bust, spoke only That one word, as if his soul in that one word he did outpour. Nothing further then he uttered; not a feather then he fluttered; Till I scarcely more than muttered, "Other friends have flown before; On the morrow he will leave me, as my hopes have flown before." Then the bird said, "Nevermore."
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El cuervo
Me sobresaltó la calma, sólo rota por tan certera respuesta, «Si duda —dije— que eso es todo lo que aprender pudiera de algún desdichado maestro, a quien un desastre desgraciado alcanzó más y más rápidamente, hasta que sus canciones aburridas, hasta que las endechas de su melancólica fueron la desesperanza aburrida del «Nunca, nunca más». Pero el cuervo, por quieto, hizo que mi triste alma se volviera risueña. Sin más, volví el sillón y me senté en ante el pájaro, el busto y la puerta. Entonces, decaído entre el terciopelo, me traicioné encadenando fantasía tras fantasía, pensando que este siniestro pájaro ancestral; que este lúgubre, desgarbado, horrible, descarado y siniestro pájaro ancestral, quería decir al graznar: «nunca más». Así, me senté a cavilar y engranar fantasías, sin pronunciar palabra, sobre el ave, cuyos ardientes ojos ahora queman mi corazón. Sobre eso y más meditaba sentado, con la cabeza cómodamente reclinada sobre el sillón forrado de terciopelo, iluminado por una lámpara, pero ¡para quién ilumina el terciopelo violeta la lámpara ¡Ella no podrá tocarlo, ay, nunca más! Entonces, poco a poco el aire quedó perfumado por un oculto incensario mecido por serafines cuyos pasos resonaban sobre el suelo arrugado. «¡Miserable! —grité— ¡Tu dios viene a verte! Estos ángeles que envía te dan una tregua, ¡descanso y un olvidadizo para la memoria de Leonor! ¡Bebe! ¡Oh! ¡Traga esa dulce droga y olvida a la malograda Leonor! Y dijo el cuervo: «Nunca más» «¡Profeta —dije— cosa horrible, hierático profeta, pájaro o diablo!, si te envía el Tentador, o si la tempestad te arrojó a estas costas desoladas, no te desanimes aún, por este desierto encantado, por esta casa encantada por el miedo, dime la verdad, te lo suplico, ¿hay…, hay un bálsamo en Galaad? dímelo, dímelo, te lo suplico». Y dijo el cuervo: «Nunca más».
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El cuervo
Startled at the stillness broken by reply so aptly spoken, "Doubtless," said I, "what it utters is its only stock and store, Caught from some unhappy master, whom unmerciful disaster Followed fast and followed faster, till his songs one burden bore,--Till the dirges of his hope that melancholy burden bore Of "Never---nevermore." But the raven still beguiling all my sad soul into smiling, Straight I wheeled a cushioned seat in front of bird, and bust and door; Then, upon the velvet sinking, I betook myself to linking Fancy unto fancy, thinking what this ominous bird of yore -What this grim, ungainly, ghastly, gaunt and ominous bird of yore Meant in croaking "Nevermore." Thus I sat engaged in guessing, but no syllable expressing To the fowl, whose fiery eyes now burned into my bosom's core; This and more I sat divining, with my head at ease reclining On the cushion's velvet lining that the lamplight gloated o'er, But whose velvet violet lining with the lamplight gloating o'er She shall press, ah, nevermore! Then, methought, the air grew denser, perfumed from an unseen censer Swung by seraphim whose footfalls tinkled on the tufted floor. "Wretch," I cried, "thy God hath lent thee -- by these angels he hath Sent thee respite---respite and nepenthe from thy memories of Lenore! Quaff, O quaff this kind nepenthe, and forget this lost Lenore!" Quoth the raven, "Nevermore!" "Prophet!" said I, "thing of evil!--prophet still, if bird or devil! Whether tempter sent, or whether tempest tossed thee here ashore, Desolate, yet all undaunted, on this desert land enchanted-On this home by horror haunted--tell me truly, I implore: Is there--is there balm in Gilead?--tell me--tell me I implore!" Quoth the raven, "Nevermore."
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El cuervo
«¡Profeta —dije— cosa horrible, hierático profeta, pájaro o diablo!, por el cielo ante el que nos inclinamos, por el dios al que adoramos, dile a este alma hecha a las penas, si en el Edén lejano podré abrazar a la santa doncella, a quien los ángeles llaman Leonor…, abrazar a la extraordinaria doncella, a quien los ángeles llaman Leonor». Y dijo el cuervo: «Nunca más». «¡Esas palabras serán nuestra despedida, pájaro o demonio!» Chillé «¡Vuelve a la tempestad y al filo de la noche plutónica! ¡No dejes ni una pluma como recuerdo de la mentira de tu alma odiosa! ¡Deja mi soledad intacta! ¡Deja el busto de mi puerta! ¡Aparta tu pico de mi corazón y aléjate de mi puerta!» Y dijo el cuervo: «Nunca más». Y el cuervo, no voló más, está sentado inmóvil, está sentado inmóvil sobre el pálido busto de Palas. Justo encima de la puerta de mi cuarto. Y sus ojos tienen el aspecto de un demonio que está soñando. Y la luz de la lámpara proyecta su sombra sobre el suelo. Y mi alma suspendida sobre las sombras tendidas en el suelo no podrá levantarse… ¡nunca más!
Fin de «El cuervo»
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El cuervo
"Prophet!" said I, "thing of evil--prophet still, if bird or devil! By that heaven that bends above us--by that God we both adore-Tell this soul with sorrow laden, if, within the distant Aidenn, It shall clasp a sainted maiden, whom the angels name Lenore--Clasp a rare and radiant maiden, whom the angels name Lenore? Quoth the raven, "Nevermore." "Be that word our sign of parting, bird or fiend!" I shrieked, upstarting-"Get thee back into the tempest and the Night's Plutonian shore! Leave no black plume as a token of that lie thy soul hath spoken! Leave my loneliness unbroken! -- quit the bust above my door! Take thy beak from out my heart, and take thy form from off my door!" Quoth the raven, "Nevermore." And the raven, never flitting, still is sitting, still is sitting On the pallid bust of Pallas just above my chamber door; And his eyes have all the seeming of a demon's that is dreaming. And the lamplight o'er him streaming throws his shadow on the floor; And my soul from out that shadow that lies floating on the floor Shall be lifted---nevermore!
The end of «The Raven»