EL BUQUE
José González Parada-. Durante los meses de agosto hasta diciembre, al recorrer la carretera desde Puerto Real hacía San Fernando y deslizar la mirada a la derecha hacía La Carraca, se puede ver la silueta de los cuatros palos cuyos nombres es en honor de otros buques escuelas españoles – el palo mayor proel, de nombre Blanca; el trinquete, de nombre Almansa; el palo mayor popel, de nombre Asturias; y el palo mesana de nombre Nautilus- del Goleta-Bergantín, hoy Buque Escuela Juan Sebastián ELcano. Cuando uno se acerca al muelle, se puede apreciar la elegancia de este buque; en el combés, donde se encuentra el Palo Mayor, se puede contemplar el puente de mando, los cuartos de derrota, la estación de radio, la cocina, la enfermería y, bajo esta cubierta, los comedores y sollados de marinería. Más a proa, se contempla, en el mismo castillo de proa, los chigres donde se realizan las maniobras de izada del ancla, y más a proa, los dos cañones de salvas y el bauprés donde, adosada a él está la diosa Minerva mirando y guiando el rumbo a esta buque Escuela por todos los mares de la tierra. El palo mayor popel, preside el alcázar, siendo éste punto del buque donde tiene lugar gran parte de la vida social de a bordo, las formaciones, los relevos de la guardia e incluso, los conciertos musicales. En el palo mesana, o sea, en el Nautilus, es donde se encuentra la chimenea del motor diesel de 1.500 caballos de potencia que ayuda en sus travesías a los 3.000 metros cuadrados de vela repartidos entre los Estay, Escandalosas, las Cangrejas, los Velachos alto y bajo, los Foques -Foque volante, Petifoque, Contrafoque- y Trinquetilla, y junto a la caseta del servo timón, las lumbreras de la sala de máquina, el acceso a la cámara del comandante y los pescantes de los botes de remos. Este buque, botado el 5 de marzo del 1.927, entregado a la Armada Española el 28 de febrero de 1928, que en principio se le puso el nombre de “Minerva”, y que hoy es la diosa que lleva como mascaron de proa, va a cumplir 81 años navegando por todos los mares del mundo llevando como cadetes a todos los marinos que hoy llevan el destino de nuestra Armada, inclusive a nuestro Rey y su hijo el príncipe Felipe. Como tripulantes, cumpliendo la “mili”, han pasado cientos y miles de españoles desde el principio y, se puede decir que, han sido muchos los sanluqueños que, queramos o no, se sintieron orgullosos de haber navegado con él por los cinco mares y que con cariño, se sienten todavía subido en sus palos durante las largas travesías pasando frío y sueños. Hace algún tiempo, Pedro Pizarro, el fotógrafo, había conseguido un permiso especial para realizar la travesía por el Mediterráneo a bordo del Buque Escuela Juan Sebastián Elcano, realizando una serie de fotografías inéditas de todos los rincones del Buque Escuela y cuya ilusión, desde el principio, fue sido poderlas exponer en Sanlúcar. Han transcurrido varios años de estos y hasta hoy podemos decir que nuestras autoridades le han dado de lado, posiblemente por considerar que para ello este tipo de exposición no tiene ninguna importancia, prefiriendo otro tipo de eventos sin tener la consideración de que cualquier sanluqueño de aquellos que navegaron en el mismo
en el transcurso de los años se sentiría muy orgulloso de volver a ver todos aquellos rincones en los cuales pasaron grandes momento de alegría y tristeza durante aquellas grandes travesía por todos los mares del mundo. Pizarro siempre quiso exponer estas fotografías en algún lugar de Sanlúcar para que todos nosotros nos recreáramos, e incluso nos viéramos en ella reflejados y navegando, pero aquí en Sanlúcar no se quiso exponer, no sabemos los motivos, pero si sabemos que esta exposición ha sido expuestas en muchas ciudades española donde han tenido grandes éxitos demostrando la inteligencia de sus autoridades que sintieron que la misma era digna de ser vista por sus ciudadanos. Es una pena que ésta no haya obtenido el beneplácito de nuestras autoridades y hasta la fecha no se hayan podido exponer en nuestra localidad, esperamos que recapaciten de su error y se den cuenta que hay que hablar con Pizarro para que estas fotografías sean expuesta en algún lugar de Sanlúcar durante, por lo menos varios días o semana, como mejor se quiera, para que todos nosotros podamos volver a recordar aquellos años que ya pasaron y que no queremos que vuelva, pero si recordar aquella juventud en este buque. Desde al año 2007, Pizarro trata de que éstas fotografías sean vista por nosotros, pero la última palabra la tiene nuestra concejal de cultura que parece no sentir este tipo de evento o, que todavía no se ha enterado de que ésta existe y posiblemente no pueda ser disfrutadas por nosotros, cuando ese fue el primer pensamiento que Pizarro tuvo cuando efectuó estas fotografías, exponerla primeramente en Sanlúcar, y después continuar por todos aquellos lugares de España que quisieran verlas, y que son muchas las ciudades que esperan poderlas contemplar. 21 de febrero de 2009.