El Amilenarismo Y La Nueva Izquierda Latinoamericana

  • July 2020
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El amilenarismo y la nueva izquierda latinoamericana Por Fabio Carballo Sendas victorias son las que han obtenido los partidos políticos de izquierda en los últimos años en Latinoamérica. Con el triunfo de Mauricio Funes en el Salvador, serían seis los países de la región con gobernantes socialistas. Bolivia con Evo Morales, Brasil con Luis Ignacio Lula da Silva, en Chile Michelle Bachelet, en Ecuador Rafael Correa, en Nicaragua Daniel Ortega y Hugo Chávez Frías en la República Bolivariana de Venezuela. Todos estos mandatarios han tomado una postura diferente a la del gobierno cubano respecto a variados temas, por esa razón, hablo de “la nueva izquierda latinoamericana”, apartada de los viejos paradigmas marxistas, leninistas y maoístas. Específicamente quiero hablar de la posición de esta “nueva izquierda” frente a la libertad religiosa. El pasado domingo 15 de marzo, el presidente electo de El Salvador, Mauricio Funes, comenzó su discurso de victoria diciendo “Quiero abrir esta noche agradeciendo a Dios por su protección, ya que sin su voluntad no estaría este día en la posición en que me encuentro”. Muy diferente al “Compatriotas de toda Cuba, por fin hemos llegado a Santiago”. Más adelante Funes recuerda las palabras del asesinado arzobispo Óscar Romero “Hago mío el mensaje profético de nuestro obispo mártir, monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien en un claro apostolado dijo que la Iglesia tenía una opción preferencial por los pobres, esa será la ruta de mi accionar, buscando siempre favorecer en forma preferencial a los pobres y excluidos” y aseguró la “defensa del régimen de libertades y el respeto escrupuloso a la crítica, a la libertad de expresión y los cultos religiosos”. El Salvador tiene una población de, aproximadamente, seis millones de personas. Algo así como el 21 % de población se declara de tendencia religiosa evangélica, o sea que, más o menos un millón doscientos sesenta mil salvadoreños son protestantes. Resalta en esta estadística, la iglesia Tabernáculo Bíblico Bautista Amigos de Israel (TBBAI), que según su página web cuenta con sesenta y cinco mil miembros. El TBBAI es la iglesia más grande del Salvador y la iglesia Bautista más grande de Latinoamérica. Su pastor, el doctor Edgar López Bertrand, conocido también como “el hermano Tobi”, es, al parecer, un impulsador de las campañas políticas del actual partido gobernante Alianza Republicana Nacional (ARENA). El ARENA perdió las elecciones con el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Excluyendo a la señora Bachelet y a Evo Morales, los otros tres mandatarios (y el próximo presidente Funes) han mostrado, a las claras, sus convicciones religiosas de corte “cristiano”. Es bien conocido que el señor Lula da Silva hizo campaña política en iglesias cristianas evangélicas y que recibió apoyo de los pastores de la Asambleas de Dios y de la Iglesia de Dios Universal, conocida en Colombia con el nombre de ¡Pare de Sufrir! Pero bueno,

Brasil es caso aparte en América Latina. Es latino porque el portugués viene del latín, pero es un país bien distinto a los demás. El presidente Chávez, a pesar de su guerra casada con la jerarquía católica venezolana, juró en su posesión por “Cristo, ¡el más grande socialista!” y de vez en cuando pide oraciones por los mártires políticos caídos. Con toda claridad, el presidente Chávez es un católico populista que utiliza las armas de la religiosidad popular y de los teólogos de la liberación. El mismo camino de Chávez lo sigue Daniel Ortega, quien se caso por la iglesia Católica en el 2005 y ahora, dice algún medio de comunicación nicaragüense, tiene cardenal propio. Por su parte, el presidente Rafael Correa y el futuro presidente Funes son bien católicos (y eso que Funes va por su tercer matrimonio), el primero estudio con los hermanos lasallistas (En Colombia, los colegios de la Salle) y el segundo con los jesuitas (En Colombia, colegios de San Ignacio). Ellos parecen ser unos católicos más ilustrados, pero al fin y al cabo ¡católicos! En Colombia el panorama es semejante. Angelino Garzón, antiguo militante del partido comunista y actual embajador de Colombia en Suiza maneja excelentes relaciones con la iglesia católica. Cuando el senador Gustavo Petro expuso en el senado el tema de la Farc-política, en alguna parte de su discurso aludió a la “Gracia de Dios”. El senador Jorge Robledo, de la línea dura del Polo Democrático Alternativo, tiene a sus hijos en colegios jesuitas (claro que, estos colegios son muy disciplinados). Y no me extraña que en la lista de colombianos y colombianas por la paz aparezcan dos jesuitas: el padre Gabriel Izquierdo y el historiador (y también clérigo), Fernán Gonzales. En la Universidad de Antioquia resalta este grafiti: “Es deber de todo cristiano hacer la revolución”. La Unidad Cristiana Universitaria (UCU), influenciada por el estadounidense y ex fundamentalista Juan Stam, utiliza el mismo lenguaje que el presidente Chávez, encuentra en el apocalipsis mensajes anti imperialistas y plantean la unión con los marxistas sin ningún sonrojo. Concluyo con esto, la maniobra amilenarista de la Iglesia Católica se sigue moviendo. Con sigilo, pero se mueve. Se involucra en todas partes. Sigue en lo más alto de los gobiernos latinoamericanos. Y lo seguirá haciendo. El catolicismo piensa que la levadura de la mujer en Lucas 13: 21 es la iglesia, y que necesitan seguir leudándolo todo. Y todo es todo. Desde lo más alto. Sea con el Opus Dei, sea con los jesuitas, sea con los franciscanos, como sea, pero meterse en todo. ¡Aún en las iglesias evangélicas! Algunos creyentes se asombran al ver una monja en un concierto de Marcos Witt o a un franciscano estudiando en la Universidad Bíblica Latinoamericana (Costa Rica). Pero eso no es nada. Eso es sólo parte de una estrategia global, ellos conocen su juramento de obediencia. Es la forma como buscan que llegue su reino. Claro, el reino de la iglesia romana, no el de Dios.

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