Ebookforjaliderazgo.pdf

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fábulas e historias

que usamos en FORJA Consultores en nuestros cursos y talleres para promover la reflexión sobre liderazgo, gerencia, coaching y team building

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Introducción La especie humana existe desde hace 12.000 años, pero tan sólo hay vestigios que la aparición de la escritura ocurrió alrededor del 4.000 A.C. No hay duda que significó un salto en el desarrollo de la cultura humana, sin embargo, no podemos ignorar el desarrollo cultural antes de la aparición de la escritura. Una de las formas de comunicarse era oralmente. Las lecciones aprendidas, el bagaje cultural, las costumbres, las tradiciones, los mitos, los ritos eran transmitidos de boca en boca a través de las generaciones, pero tal cantidad de información era difícil de compilar, difícil de recordar, además se necesitaban formas de poder generar impacto, formas que la información fuera de fácil recordación, formas que fuese perdurable en el tiempo. A partir de esta coyuntura descubrieron que esa información podía tener símiles en los fenómenos naturales, podía tener conexiones con el comportamiento animal, podía tener similitudes con la vegetación, así nació la fábula. Al crear la fábula también descubrieron que el verbo es acción, que el verbo nos da la posibilidad de generar nuevos mundos, de descubrir nuevas fronteras, de despejar la polvareda que se cierne sobre los horizontes; descubrieron el poder de la oración que llama a comulgar a todos bajo los mismos fenómenos, bajo los mismos dioses. Este poder fue empleado por los esclavos pedagogos en Grecia para la enseñanza de la ética, cuestión nuclear para los ciudadanos griegos, es decir, en la formación de valores de la casta ciudadana, la fábula era la herramienta por excelencia. De aquí se decantaron las historias míticas, las historia de los dioses, las historias de lo que debe ser temido, lo que debe ser adorado, lo que debe ser respetado, por lo tanto las formas y costumbres de esa sociedad fueron moldeadas a través del cincel del cuento, a través de la fábula. Nosotros en Forja, desde hace más de 24 años hemos usado el cuento, la fábula, la anécdota como una estrategia potenciadora de nuevos horizontes, porque permite de una forma sencilla, pero muy directa y profunda, generar espacios de reflexión, donde se pueden ver nuevos horizontes. Por eso, queremos presentarte una recopilación de fábulas que frecuentemente usamos en nuestros espacios de aprendizaje, fábulas que para nosotros tienen un poder y una carga muy significativa en los temas que siempre abordamos. Esperamos que las disfrutes tanto como nosotros.

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Cómo usar este material El objetivo del método socrático es encontrar la “verdad” filosofal que subyace en cada historia, pero la verdad no es única, hay tantas verdades como personas hay en el mundo, pero la única forma de hallarla, según Sócrates es a través de preguntas. Aquí te entregamos una selección de fábulas que en FORJA Consultores usamos frecuentemente en nuestros cursos y talleres como herramienta de reflexión. Además, te planteamos las preguntas que a nosotros se nos ocurre, para encontrar la “verdad” de cada uno de los participantes. Esas son nuestras preguntas, pero no son las únicas, te invitamos a que tú también generes las tuyas. Nuestra recomendación es que leas una fábula a la vez, leas las preguntas y sueltes el material. No es necesario leer la siguiente si antes no te detuviste a ver que hay para ti en cada una de las respuestas a las preguntas. Detente a pensar que tiene que ver contigo. Cuando hagas las reflexiones a partir de las preguntas, te invitamos que nos las transmitas, nos gustaría que nos enviaras esas reflexiones tuyas para poder incrementar y potenciar las nuestras. Lo apreciaríamos mucho.

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Somos FORJA Consultores Los 24 años de existencia de Forja Consultores como empresa, sumados a la experiencia individual de cada uno de nuestros consultores, expertos en las más diversas especialidades, nos permite ofrecer una gama de servicios capaz de hacer aportes significativos de alto valor práctico a nuestros clientes, siempre tras el rescate del sentido humano del trabajo como condición para alcanzar resultados extraordinarios y trascendentes de desempeño. El intenso y exigente trabajo realizado con Petróleos de Venezuela (PDVSA) y todas sus filiales, nos han hecho merecedores del Reconocimiento a la Excelencia como empresa de adiestramiento a su servicio (1998). Además, empresas como Citibank, Kraft, Petrobrás, Cargill, JohnsonJohnson, Movistar, Cantv, Bayer, Digitel, Movilnet, Banco Federal, Banco de Venezuela, Unilever, Roche, Colgate Palmolive, y muchas otras, avalan con sólidas credenciales nuestro trabajo. Nuestras exitosas representaciones en México, República Dominicana, Costa Rica, Panamá y Argentina hablan, de nuestra expansión en América Latina. Nos honraría tu visita en nuestra página web www.forja.com, que es ante todo un lugar para el encuentro, el diálogo y el aprendizaje. Allí ampliarás la información sobre nuestra empresa, encontrarás un gran volumen de referencias y te mantendrás en contacto con los facilitadores de Forja, para asegurar de esta manera que el proceso de aprendizaje trascienda el momento donde tuvo inicio. Hoy es el mejor momento para desarrollar tu propia poderosidad y la de tu gente. Te esperamos desde ya, para nosotros será un privilegio seguir creciendo a tu lado. Eduardo Martí F

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Índice 07! 08! 09 ! 10! 11! 13! 14! 15! 16! 17! 18! 19! 20! 21! 22! 23! 24! 25! 26! 27! 28! 29! 30! 31! 32! 33! 34! 35!

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El elefante del circo El hombre del espejo El vuelo de los gansos Las grietas Rana del pozo El eco Un asunto de ranas La leyenda de la verdad Hágalo usted mismo Una extraña asamblea El náufrago Las tres bardas Crecer en las adversidades Nuestro más profundo temor Sentido de trascendencia Zanahoria, huevo o café Satisfactorio  vs.  Sobresaliente El resguardo del águila ¿Quién empaca tu paracaídas? Lo vacío causa más ruido El secreto es compartir Sabiduría del samurái El valor  que tenemos El florero de porcelana La parábola del caballo Los cuatro monos Salir de prisión Lava tus ventanas

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El elefante del circo Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales, en particular, los elefantes. Durante la función, la enorme bestia hacia despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal, pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿qué lo mantiene entonces?; ¿por qué no huye? Cuando tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a mi padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -¿Si está amaestrado... Por qué lo encadenan?. No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que, por suerte para mi alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: "El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño". Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque CREE QUE NO PUEDE. El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... Jamás ... intentó poner a prueba su fuerza otra vez. ¿Cuáles son tus estacas? ¿Qué estacas has podido arrancar del suelo? ¿Estás consciente de toda la fuerza que tienes para arrancar las estacas? ¿Para qué quieres arrancar estacas? ¿Estás creando la estaca de un elefante? w w w . f o r j a . c o m

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El hombre del espejo A veces en la vida uno cree que ha alcanzado o está en el camino de conseguir lo que busca. Recibe las felicitaciones y palmaditas en la espalda por parte de amigos, conocidos y demás. Tan pronto te sientas así, mírate en un espejo. Es el juicio del que tienes enfrente, el veredicto del que se ve reflejado, el más importante y el que verdaderamente tienes que pasar. No el de tus padres, amigos y conocidos. Tal vez el resto de las personas piensen que eres "genial", pero el hombre del espejo te dirá que eres un fracasado si no puedes mirarle directamente a los ojos. Que no te importe el juicio de los demás, porque él es el único que va a ser sincero contigo, hasta el final de tus días. Habrás pasado la prueba mas difícil de tu vida si el hombre del espejo es tu amigo. Se puede engañar al mundo e ir recibiendo palmaditas en la espalda, según se va pasando por los sitios, pero la recompensa final será amargura y lágrimas, si has engañado al hombre del espejo.

¿Qué es el reflejo? ¿El hombre del espejo te mira los ojos o el rostro? ¿Cuándo fue la última vez que hablaste con el hombre del espejo? ¿El hombre del espejo te dice, lo que los demás te dicen?¿por qué? ¿Qué te dice hoy el hombre del espejo?

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El vuelo de los gansos La ciencia ha descubierto que los gansos vuelan formando una V porque cuando cada pájaro bate sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al ganso que va detrás de él. Volando en V toda la bandada aumenta, por lo menos, en 71% más su poder de vuelo que si cada pájaro lo hiciera solo, deducción: cuando compartimos una dirección común y tenemos sentido de comunidad podemos llegar a donde deseamos más fácil y más rápido. Este es el beneficio de apoyo mutuo. Cada vez que un ganso se sale de la formación y siente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo y de inmediato se incorpora de nuevo a la fila para beneficiarse del poder del compañero que va adelante, deducción: si tuviéramos la lógica de un ganso nos mantendríamos con aquellos que se dirigen en nuestra misma dirección. Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar, deducción: obtenemos resultados óptimos cuando hacemos turnos para realizar los trabajos difíciles. Los gansos que van detrás producen un sonido propio de ellos, y hacen esto con frecuencia para estimular a los que van adelante a mantener la velocidad. Deducción: Una palabra de aliento produce grandes resultados. Finalmente, cuando un ganso enferma o cae herido por un disparo, dos de sus compañeros se salen de la formación y lo siguen para ayudar y protegerlo. Se quedan con él hasta que esté nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere, sólo entonces los dos acompañantes vuelven a la bandada o se unen a otro grupo, deducción: Si tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos uno al lado del otro ayudándonos y acompañándonos. ¿Cuándo fue la última vez que volaste en formación V? ¿Quién era el ganso líder en tu último vuelo? ¿Qué decían los gansos de atrás para animar?¿Qué decías tú para animar? Cuando fuiste ganso líder, ¿te relevaron o pediste el relevo? ¿Cuándo será la próxima vez que volarás en formación V?

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Las grietas Un cargador de agua en la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua. Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación. Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir." El aguador le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”. Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas, pero de todos modos se sentía apenada porque al final, solo quedaba dentro de si la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza". Cuando has sido tinaja con grietas, ¿qué te decía el aguador? Cuando has sido tinaja sin grietas, ¿qué te decía el aguador? ¿Con qué frecuencia riegas flores? ¿Con qué frecuencia transportas la totalidad del agua? ¿Qué te dicen, tus aguadores? ¿Cuándo fue la última vez que fuiste aguador? ¿Qué le dices a tus tinajas con grietas? ¿Qué le dices a tus tinajas sin grietas?

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Rana del pozo En un pozo profundo vivía una colonia de ranas. Allí llevaban su vida, tenían sus costumbres, encontraban su alimento y croaban a gusto haciendo resonar las paredes del pozo en toda su profundidad. Protegidas por su mismo aislamiento, vivían en paz y sólo tenían que guardarse del tobo que, de vez en cuando, alguien echaba desde arriba para sacar agua del pozo. Daban la alarma en cuanto oían el ruido de la polea. Se sumergían bajo el agua o se apretaban contra la pared. Allí esperaban, conteniendo la respiración, hasta que el tobo, lleno de agua, era izado y pasaba el peligro. Fue a una rana joven a quien se le ocurrió pensar que el cubo podía ser una oportunidad en vez de un peligro. Allá arriba se veía algo así como una claraboya abierta, que cambiaba de aspecto según fuera de día o de noche, y en la que aparecían sombras y luces, formas y colores, que hacían presentir que allí había algo nuevo y digno de conocerse. Y, sobre todo, estaba el rostro con trenzas de aquella figura bella y fugaz que aparecía por un momento sobre el brocal del pozo al arrojar el cubo y recobrarlo todos los días en su cita sagrada y temida. Había que conocer todo aquello. La rana joven dijo lo que pensaba y todas las demás se le echaron encima: “Eso nunca se ha hecho. Sería la destrucción de nuestra especie. El cielo nos castigará. Te perderás para siempre. Nosotras hemos sido hechas para estar aquí, y aquí es donde estamos bien y podemos ser felices. Fuera del pozo no hay más que destrucción. Que nadie se atreva a violar las sabias leyes de nuestros antepasados. ¿Es que una rana jovenzuela puede saber más que ellos?” La rana joven esperó pacientemente la próxima bajada del tobo. Se colocó estratégicamente, dio un salto en el momento en que el cubo comenzaba a ser izado y subió en él ante el asombro y horror de la comunidad batracia. El consejo de ancianos excomulgó a la rana prófuga y prohibió que se hablara de ella. Había que salvaguardar la seguridad del pozo. Pasaron los meses sin que nadie hablara de ella y nadie, tampoco, pudiera olvidarla, cuando un buen día se oyó un croar familiar sobre el brocal. Se agruparon abajo las curiosas y vieron recortada contra el cielo, en el borde del pozo, la conocida silueta de la rana aventurera. A su lado apareció la silueta de otra rana, y a su alrededor se agruparon siete pequeños renacuajos.

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Todas miraban sin atreverse a decir nada, cuando la rana joven habló: “Aquí arriba se está maravillosamente. Hay agua que se mueve, no como allá abajo. Hay unas fibras verdes y suaves que salen del suelo y entre las que da gusto moverse, y hay muchos bichos pequeños muy sabrosos y variados, y cada día se puede comer algo diferente. Además, hay muchas ranas de muchos tipos distintos, y son muy buenas. Yo me he casado con ésta que está aquí a mi lado, y tenemos siete hijos y somos muy felices. Y aquí hay sitio para todas porque esto es muy grande y nunca se acaba de ver lo que hay allá lejos”. Desde abajo, las fuerzas del orden advirtieron a la rana que, si bajaba, sería ejecutada por alta traición. Ella dijo que no pensaba bajar, y que les deseaba a todas que la pasaran bien, y se marchó con su compañero y los siete renacuajos. Abajo en el pozo hubo mucho revuelo, y hubo algunas ranas que quisieron comentar la propuesta, pero las autoridades las acallaron enseguida; y la vida volvió a la normalidad de siempre en el fondo del pozo. Al día siguiente, por la mañana, la niña de trenzas rubias se quedó asombrada cuando, al sacar el cubo con agua del pozo, vio que estaba lleno de ranas. - Tomado del libro “Salió el Sembrador” de Carlos Vallés, s.j.

¿Vives en un pozo? ¿En tu pozo hay ranas aventureras? ¿Has sido rana aventurera? ¿Has sido miembro del consejo de ancianos? Cuéntale a la persona que ves reflejada en el espejo sobre la última vez que saltaste al tobo. ¿Te han hablado desde arriba del pozo?¿Qué te han dicho? ¿Tú has hablado desde arriba del pozo?¿Qué has dicho?

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El eco Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, se lastimó y gritó: "!!!AAAyyyyy!!!". Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo, en algún lugar en la montaña: "¡¡¡ AAAyyyyy!!!” Con curiosidad, el niño grito: ¿Quién eres tú? Recibió de respuesta: ¿Quién eres tú? Enojado con la respuesta, grito: ¿Cobarde! Recibió de respuesta: ¡Cobarde! Miró a su padre y le preguntó: ¿Que sucede? El padre sonrió y dijo: Hijo mío, presta atención. Y entonces el padre gritó a la montaña: ¡Te admiro! La voz respondió: ¡Te admiro! De nuevo el hombre gritó: ¡Eres un campeón! La voz respondió: ¡Eres un campeón! El niño estaba asombrado, pero no entendía. Luego el padre explicó: "La gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA. Te devuelve todo lo que dices o haces. Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor. Si deseas más competitividad en tu grupo, ejercita tu competencia... Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida. La vida te dará de regreso exactamente aquello que tú le has dado”. Tu vida no es una coincidencia. Es un reflejo de ti. Alguien dijo: “Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa lo que emites”. ¿Para qué le gritas a la montaña? ¿Qué te dice el eco de la montaña? ¿Te agrada lo que recibes del eco? ¿Qué te dice el eco? ¿Le prestas atención al eco? ¿Lo que escuchas es eco o ruido? ¿Cuándo has dado la misma explicación del padre a otra persona?

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Un asunto de ranas Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo en que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez mas, la multitud de ranas le grito que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: ¿No escuchaste lo que te decíamos? La rana les explicó que era sorda. Ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.

Frecuentemente que tipo de rana eres: ¿la sorda, la que cayó y escuchaba, las que estaban arriba? Cuando caes al pozo, ¿qué tipo de ranas eres?, ¿qué escuchas? Cuando otras ranas caen, ¿qué le gritas cuando estás arriba? Cuando saltas y no llegas, ¿qué haces? ¿Para qué tienes que saltar cuando caes?

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La leyenda de la verdad Cuentan los que saben que hace muchos años había en un lejano e inhóspito paraje un espejo grande como un lago donde residía la verdad. Los que se enteraban de su existencia, hacían expediciones para hallarlo. Durante años tales misiones fracasaron una tras otra, ya porque los datos eran insuficientes, ya porque abandonaban demasiado pronto, o se perdían en pos de indicios falsos. Hasta que por fin, el guía de un grupo equipado con los instrumentos, la decisión y el empeño suficientes, divisó el ansiado brillo en la distancia. Los exploradores recobraron las fuerzas y corrieron. Todos tenían el mismo propósito: apoderarse del espejo. Al llegar se aferraron al cristal, lucharon y tiraron encarnizadamente hasta que se rompió, y cada uno pudo obtener sólo un fragmento, que guardó valioso como un trofeo. Al regreso, compartieron los pedazos con sus mujeres, y más adelante los dividieron para legarlos a sus hijos, que, a su vez, pasados los años, los desmenuzaron para cederlos a los suyos... hasta que todo el mundo tuvo una parte. - Pequeñas historias para grandes momentos. de Walter Salama ¿Dónde está la verdad? ¿Has buscado tu pedazo de espejo? ¿Te lo han dado? ¿Lo has recibido? ¿Qué escuchas cuando ves tu pedazo de espejo? ¿Qué dice tu pedazo de espejo, cuando escucha otro pedazo de espejo? ¿Quién tiene la razón? Cuando ves otros pedazos de espejo distintos al tuyo, ¿qué haces?

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Hágalo usted mismo Un viejo carpintero estaba listo para retirarse. Él le comentó al contratista que lo empleaba sus planes de dejar el negocio de la construcción de casas y vivir más placenteramente con su esposa, disfrutando de su familia. Él extrañaría el cheque de pago, pero necesitaba retirarse. Él podría manejarse. El contratista estaba apenado porque se iba su buen trabajador y le preguntó si podía construir una casa más como un favor personal. El carpintero dijo que sí, pero a medida que pasaba el tiempo era fácil ver que su corazón no estaba puesto en el trabajo. El utilizó mano de obra barata y materiales de inferior calidad. Fue una forma desafortunada de terminar su carrera. Cuando el carpintero terminó su trabajo y el contratista vino a inspeccionar la casa, tomó las llaves de la puerta principal y se las dio al carpintero diciéndole: -Esta es tu casa, mi regalo para ti. ¡Qué "shock"! ¡Qué vergüenza!, si sólo hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiese hecho de una manera muy diferente. Ahora tendría que vivir en el hogar que tan mal había construido.

Si tuvieras que construir algo de nuevo, ¿qué harías distinto? ¿Has jugado el rol del contratista con alguien? ¿Qué casas como el carpintero has construido? Si pudieras decirle algo al carpintero ¿qué le dirías? ¿para qué le dirías eso?

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Una extraña asamblea Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido y además, se pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo, explicó que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante esto el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: - Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos. La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad y orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos. Encontrar cualidades es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos. ¿Qué tipo de herramientas eres?¿cuáles son tus características? ¿Qué cualidades tienes? ¿Qué defectos tienes? ¿Qué quejas has tenido de otras herramientas? ¿Qué quejas has hecho a otras herramientas? ¿Quién ha sido carpintero contigo?, ¿qué cualidad sacó de ti? Cuándo has sido carpintero ¿Quiénes fueron herramientas?, ¿qué cualidades viste en ellos? ¿qué construiste?, ¿para qué lo construiste?

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El náufrago El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabitada isla. Él oró fervientemente a Dios pidiéndole ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar. Cansado, finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y almacenar sus pocas pertenencias. Pero entonces, un día tras merodear por la isla en busca de alimento, regresó a casa para encontrar su cabañita envuelta en llamas con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido, lo había perdido todo. Quedó anonadado, con tristeza y rabia. ¡Dios cómo me pudiste hacer esto a mí! se lamentó. Temprano al día siguiente, fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Había venido a rescatarlo “¿Cómo supieron que estaba aquí?”, preguntó el cansado hombre a sus salvadores. “Vimos su señal de humo” contestaron ellos.

Muchas veces vemos bendiciones y maldiciones en distintos hechos ¿con cuál te consigues frecuentemente?, ¿por qué crees que te consigues frecuentemente con ellas? ¿Cuándo se te ha incendiado la cabaña de madera, y luego has sido rescatado? ¿Cuándo has sido barco y has visto una señal de humo de rescate? ¿Cuándo oras esperas resultados? ¿Oras y accionas?, ¿accionas y oras?, ¿oras o accionas?

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Las tres bardas Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera: Maestro, quiero contarte como un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia. Sócrates lo interrumpió diciendo: espera ¿ya hiciste pasar a través de las Tres Bardas lo que me vas a decir? -¿Las tres bardas? Si -replicó Sócrates- La primera es la VERDAD, ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos? -No...lo oí decir a unos vecinos. Pero al menos lo habrás hecho pasar por la segunda barda que es la BONDAD? ¿Lo que me quieres decir es, por lo menos, bueno? -No, en realidad no; al contrario... !Ah! -interrumpió Sócrates- entonces vamos a la última barda.¿Es NECESARIO que me cuentes eso? -Para ser sincero, no; necesario no es. Entonces - sonrió el sabio - si no es verdadero, ni bueno, ni necesario... Sepultémoslo en el olvido.

¿Frecuentemente eres Sócrates o el discípulo? ¿Aceptas que otros vengan a hablarte mal de quien no está presente? ¿Estás dispuesto a poner límites y usar estas bardas?

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Crecer en las adversidades Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para dirimir el argumento, decidieron hacer una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre largó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante algún tiempo. Luego, al ver que llevaba mucha ventaja, decidió sentarse bajo un árbol para descansar un rato, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se durmió. La tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó, la superó y terminó primera, declarándose vencedora indiscutible. Pero la historia no termina aquí... La liebre, decepcionada tras haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció sus errores. Descubrió que había perdido la carrera por ser presumida y descuidada. Si no hubiera dado tantas cosas por supuestas, nunca la hubiesen vencido. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre corrió de principio a fin y su triunfo fue evidente. Pero la historia tampoco termina aquí... Tras ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. Como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr sobre una ruta ligeramente diferente. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. Mientras la liebre, que no sabía nadar, se preguntaba "¿qué hago ahora?", la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso y terminó en primer lugar. Pero la historia tampoco termina aquí... El tiempo pasó y tanto compartieron la liebre y la tortuga, que terminaron haciéndose buenas amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río con la liebre sobre su caparazón y, sobre la orilla de enfrente, la liebre cargó nuevamente a la tortuga hasta la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en un tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción de aquella que habían experimentado en sus logros individuales. Usualmente ¿compites o cooperas? Si tuvieras que identificarte con un personaje, ¿con cuál te identificas? Te ha tocado cargar y luego ser cargado ¿cuándo?, ¿por qué?, ¿para qué? ¿Quién es tu liebre?, ¿quién es tu tortuga? w w w . f o r j a . c o m

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Nuestro más profundo temor Nuestro más profundo temor no es que seamos inadecuados. Nuestro mas profundo temor es que somos poderosos mas allá de cualquier medida. Es nuestra Luz, no nuestra Oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, grandioso, talentoso, fabuloso? De hecho, ¿quién eres para NO serlo? Tú eres un hijo de Dios. Tu forma apocada de jugar no sirve al mundo. No hay nada iluminador en hacerse pequeño para que otra gente en torno tuyo no se sienta insegura. Nacimos para hacer manifiesta la gloria de Dios que está dentro de nosotros. No esta solamente en algunos de nosotros, sino en todos. Y conforme dejamos que nuestra propia Luz brille, inconscientemente damos a los demás permiso para hacer lo mismo. En la medida en que liberamos nuestro propio temor, nuestra presencia automáticamente libera a otros. Marianne Williamson (También atribuido a Nelson Mandela)

Tu luz que la emite ¿una vela?, ¿una linterna?, ¿un faro?, ¿el Sol? ¿Cuándo se apaga tu luz?, ¿Cuándo se prende? ¿A quién iluminas?, ¿A quién quieres iluminar?

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Sentido de trascendencia Tres albañiles estaban desempeñando la misma tarea, cuando un distraído transeúnte se acercó a ellos. El caminante le preguntó al primero, ¿Que está usted haciendo?. A lo que el albañil respondió, No ve, apilando ladrillos con un gesto molesto, consecuencia de una pregunta que este percibió como tonta y de respuesta obvia. El caminante repitió la misma pregunta al segundo albañil. La respuesta no se hizo esperar. Levantando una pared. El tercer albañil también respondió al particular interrogatorio, y con una amplia sonrisa de orgullo dijo Construyendo el hospital de niños del pueblo ¿En tu trabajo que haces? ¿apilas ladrillos? ¿levantas una pared?, ¿construyes el hospital del pueblo? ¿Con qué te conectas frecuentemente? ¿Qué haces ahora? ¿Para qué lo haces?

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Zanahoria, huevo o café Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impaciente. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en un plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?" "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: ¿Qué significa esto, padre? Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo, eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua. Sin agua caliente, normalmente quien eres ¿zanahoria, huevo o café? Cuando la adversidad llama a tu puerta: ¿cómo respondes? ¿A cual de los tres te quieres parecer? El grano de café es quien tiene la mejor lección que darnos ya que, cuando algo está mal hace que las cosas a su alrededor mejoren ¿Estás de acuerdo? ¿Qué situación estás viviendo donde puedes ser café? ¿Qué te lo impide?

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Satisfactorio  vs.  sobresaliente Marco trabaja dedicadamente en una empresa desde hace dos años. Siempre fue muy serio y puntual. Estaba orgulloso de no haber recibido una amonestación. Cierto día buscó al gerente para hacerle un reclamo: - Señor, trabajó en la empresa desde hace dos años con bastante esmero y estoy a gusto con mi puesto, pero siento que he sido postergado. Mire, Fernando ingresó a un puesto igual al mío hace sólo 6 meses y ya está siendo promovido a supervisor. El gerente, mostrando preocupación, le dice: - Mientras resolvemos esto, quisiera pedirte me ayudes a resolver un problema. Quiero dar fruta al personal para la sobremesa del almuerzo de hoy. En la bodega de la esquina venden fruta. Por favor, averigua si tienen naranjas. Marco se esmeró en cumplir con el encargo y en 5 minutos estaba de vuelta. - Bueno Marco, ¿qué averiguaste? - Señor, tienen naranjas para la venta. - ¿Y cuánto cuestan? - ¡Ah! No pregunté por eso. - Ok, pero... ¿Viste si tenían suficientes naranjas para todo el personal? - Tampoco pregunté por eso, señor. - ¿Hay alguna fruta que pueda sustituir la naranja? - No sé señor, pero creo... - Bueno, siéntate un momento. El gerente cogió el teléfono, mandó a llamar a Fernando y le dió las mismas instrucciones. En 10 minutos estaba de vuelta. Cuando retornó el gerente pregunta: Bien Fernando, ¿qué noticias me tienes? - Señor, tienen naranjas, lo suficiente para atender a todo el personal. Si prefiere también tienen papaya, melón y mango. Aquí tiene los precios y el descuento que dan si la compra es por cantidad. He dejado separada la naranja pero si usted escoge otra fruta debo regresar para confirmar el pedido. Muchas gracias Fernando, pero espera un momento. Se dirige a Marco, que aún seguía esperando estupefacto y le dice: - Perdón, ¿qué me decías? - Nada señor, eso es todo, con su permiso. Una sola pregunta ¿Eres Marco o Fernando? ¿Qué resultados estás obteniendo?

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El resguardo del águila El águila es una de las aves con mayor longevidad. Puede a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, debe tomar una seria y difícil decisión. A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a las presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo, se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. ¡Volar se hace ya tan difícil! Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durara 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más. En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación para continuar un vuelo de victoria, debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causaron dolor. Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.

El ser humano no tiene que retirarse 150 días para desprenderse de partes de su cuerpo, pero tiene que renovarse constantemente ¿estás de acuerdo? ¿Recuerdas que has renovado de ti en el pasado y que puedas decir que ahora eres mejor? ¿Puedes identificar eso que debes renovar para vivir plenamente los tiempos que te quedan? ¿Qué necesitas para iniciar esa renovación?

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¿Quién empaca tu paracaídas? Charles Plumb fue un piloto de jets de la US Navy en Vietnam. Después de 75 misiones de combates, su avión fue destruido por un misil tierra-aire. Plumb fue expulsado del avión y su paracaídas abrió y aterrizó ileso. Plumb sobrevivió la prueba y regresó a EE. UU. Un día, cuando Plumb y su esposa estaban sentados en un restaurante, un hombre en otra mesa se acercó y le dijo: !Tú eres Plumb! Tú piloteabas aviones caza en Vietnam desde el portaaviones Kitty Hawk. ¡Tu fuiste derribado! -¿Cómo es posible que tú sepas esto? preguntó Plumb. "Yo empaque tu paracaídas", le contestó el hombre. Plumb se quedó con la boca abierta por la sorpresa y agradecido. El hombre extendió su mano y dijo, Me imagino que funcionó. Plumb le respondió, -Seguro que lo hizo. Si el paracaídas no hubiese funcionado, no estaría aquí hoy. Plumb no pudo dormir esa noche, pensando en aquel hombre. Plumb dijo, Yo estuve imaginando como luciría él con un uniforme del Navy. Me imagino cuantas veces lo pude haber visto y no decirle Buenos días, ¿cómo estás? o algo más porque, como ven, yo era un piloto y el sólo un marinero". Plumb pensó en las largas horas que el marinero pasó en una mesa larga de madera en las entrañas del barco, empacando cuidadosamente cada paracaídas, teniendo en sus manos el destino de alguien que ni siquiera conocía.

¿Cuándo saltas en paracaídas, te preguntas antes de tirar el cordón, quién lo empacó? ¿Conoces a quienes empacan tus paracaídas? ¿Qué le dices frecuentemente? A partir de esta historia ¿tienes algo pendiente que hacer?

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Lo vacío causa más ruido Mi padre se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó: - Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más? Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: - Sí, estoy escuchando el ruido de una carreta. - Eso es -dijo mi padre-. "Es una carreta vacía. Pregunté a mi padre: -¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos? Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace. Hoy en día cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todo el mundo, inoportuna, presumiendo de lo que tiene (y lo más seguro es que no tenga nada), con actitud prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: - Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.

¿Estás de acuerdo con la interpretación que hace el joven sobre la enseñanza de su padre? ¿Tu carreta hace mucho ruido? ¿Qué tan frecuentemente te detienes a escucharla? De las carretas que están a tu alrededor, ¿cuales hacen ruido y cuales no? ¿Qué pudieras empezar a hacer distinto a partir de esta lección?

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El secreto es compartir En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso al mejor producto, año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos. -¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año? preguntó el reportero. -Verá usted, señor, dijo el agricultor. - El viento lleva el polen del maíz maduro, de un sembradío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz debo ayudar a que mi vecino también lo haga.

En tu vida, ¿donde identificas la polinización cruzada? En esos casos ¿compartes tus semillas?, ¿por qué? Actualmente, ¿qué semillas necesitas recibir? ¿las puedes pedir? Si fueras el reportero y tuvieras que identificar en tu comunidad al agricultor ¿quiénes serían? ¿por qué? ¿cuáles serían sus testimonios? Si un reportero de tu comunidad tuviera que entrevistar a los mejores agricultores ¿te entrevistaría a ti?, ¿por qué?, ¿cuál sería tu testimonio?

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Sabiduría del samurái Cerca de Tokio vivía un gran samurái ya anciano, que se dedicaba a enseñar a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario. Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba a que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero, jamás había perdido una lucha. Con la reputación del samurái, se fue hasta allí para derrotarlo y aumentar su fama. Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo acepto el desafío. Juntos, todos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven comenzaba a insultar al anciano maestro. Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante horas hizo todo por provocarlo, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró. Desilusionados por el hecho de que el maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron: ¿Cómo pudiste, maestro, soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usaste tu espada, aún sabiendo que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros? El maestro les preguntó: -Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio? -A quien intentó entregarlo- respondió uno de los alumnos. - Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-. Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los llevaba consigo. ¿Estás de acuerdo con la respuesta del samurái? ¿A menudo sueles reaccionar en automático ante las provocaciones de otros? Si fueras el samurái ¿qué pensamientos te habrían mantenido en calma?

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El valor  que tenemos Un orador inició su seminario mostrando al auditorio un billete de 50 dólares. Dirigiéndose a los 200 espectadores preguntó: ¿Quién quiere este billete?. Muchas manos se levantaron. Luego dijo: Se lo voy a dar a alguno de ustedes, pero primero permítame hacerle esto..., y lo hizo bolita dejándolo todo arrugado. Entonces insiste: ¿Quién todavía lo quiere?. Las manos volvieron a subir. -Bien- dijo- ¿Y si le hago esto?, y lo dejó caer al suelo y lo empezó a pisar contra el piso. Al recogerlo lo mostró al auditorio. Así, todo arrugado y sucio, preguntó "Y así, ¿todavía lo quieren?. Las manos se mantuvieron arriba. -Amigos, han aprendido una lección muy valiosa: no importa todo lo que le haya hecho al billete, ustedes de cualquier manera lo quieren porque su valor no ha disminuido. Sigue valiendo los mismos 50 dólares. Muchas veces en nuestras vidas caemos, nos arrugamos, o nos revolcamos en la tierra por las decisiones que tomamos y por las circunstancias que nos rodean. Llegamos a sentir que no valemos nada. Pero no importa lo que hayamos pasado o cuanto pueda ocurrirnos, nunca perdemos "el valor que tenemos". ¿Con qué frecuencia sientes que pierdes tu valor, que no sirves para nada? ¿Sueles darle el poder a otros para que te hagan sentir bien o mal? ¿La gente con que te rodeas a menudo, te da o te quita valor? ¿Cuando te hablas a ti mismo, es desde el agrado o desde el reproche? ¿Qué recurso o estrategia usas para protegerte del juicio tuyo y de otros?

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El florero de porcelana El gran maestro y el guardián dividían la administración de un monasterio zen. Cierto día, el guardián murió y fue preciso sustituirlo. El gran maestro reunió a todos los discípulos para escoger quién tendría la honra de trabajar directamente a su lado. - Voy a presentarles un problema -dice el Gran Maestro- y aquel que lo resuelva primero, será el nuevo guardián del templo. Terminado su corto discurso, colocó una pequeña mesa en el centro de la sala. Encima estaba un florero de porcelana carísimo, con una rosa roja que lo decoraba. - Este es el problema - dice el Gran Maestro. Los discípulos contemplaban, perplejos, por lo que veían: los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿qué representaba aquello? ¿qué hacer? ¿cuál sería el enigma? Después de algunos minutos, uno de los discípulos se levantó, miró al maestro y a los alumnos. Después, caminó resolutamente hasta el florero y lo tiró al suelo, destruyéndolo. Usted es el nuevo guardián - dijo el Gran Maestro. Al volver a su lugar el alumno, explicó: - Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un problema. No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado.

Al final de cuentas, ¿qué es más importante, observar o resolver? ¿Qué floreros tienes al frente, que, por más hermosos que sean, deben ser quitados del medio? ¿Alguna vez has tirado uno al suelo?, ¿cuándo?, ¿por qué?, ¿para qué? ¿Qué tan bellos eran?, ¿Sientes que valió la pena?

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La parábola del caballo Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía algunos caballos para que lo ayudaran en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil sacar el caballo de allí. El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación, asegurándose que el animal no se había lastimado. Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. Tomó, entonces, la difícil decisión: determinó que el capataz sacrificase al animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo. Y así se hizo. Los empleados, comandados por el capataz, comenzaron a lanzar tierra adentro del pozo de forma de cubrir al caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba subiendo hasta que finalmente, ¡consiguió salir! Frecuentemente ¿eres caballo o campesino? ¿Sabes que no toda la tierra que te cae encima es para mal, aunque esa sea la intención? Si el caballo pudiese hablar, ¿qué crees que le diría al capataz cuando este ordenaba que le echaran tierra encima? ¿Qué aprendió el campesino con esta historia?, ¿y el caballo?

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Los cuatro monos   Los profesores de comercio Gary Hamel y C. K. Prahalad han escrito sobre un experimento llevado a cabo con un grupo de monos. Es una historia real de fracaso. Cuatro monos fueron puestos en un cuarto que tenía un gran palo en el centro. Suspendido de lo más alto del palo había un racimo de bananas. Hambriento, uno de los monos empezó a subir por el palo para conseguir algo para comer, pero cuando estaba por alcanzar las bananas, se le lanzó un chorro de agua fría. Chillando, se bajó del palo y renunció a su intento de conseguir comida. Los demás monos hicieron esfuerzos similares y cada uno fue bañado con agua fría. Después de varios intentos, finalmente se dieron por vencidos. Entonces los investigadores sacaron del cuarto a uno de los monos y lo reemplazaron por otro. En el momento en que el recién llegado empezó a subir por el palo, los otros tres lo agarraron y lo bajaron. Después de haber intentado subir por el palo varias veces y de ser bajado por los otros, él finalmente se dió por vencido y no volvió a intentar subir al palo otra vez. Los investigadores reemplazaron a los tres monos originales, uno por uno, y cada vez ponían un mono nuevo, el que sería bajado del palo por los otros antes que pudiera llegar a las bananas. Llegó el momento en que el cuarto estaba lleno de monos que nunca habían recibido una ducha de agua fría. Ninguno trató de subir por el palo, pero ninguno sabía por qué. ¿Cuándo te has comportado como mono que recibió el chorro de agua fría? ¿Tus imposibles son de verdad imposibles? ¿Por qué son imposibles? ¿Te has comportado como mono persuadiendo a otros a no intentarlo? ¿Qué reglas, patrones, paradigmas debes romper porque limitan tus resultados?

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Salir de prisión Dos hombres habían compartido injusta prisión durante largo tiempo y habían recibido todo tipo de maltratos y humillaciones. Una vez libres, volvieron a verse años después. Uno de ellos preguntó al otro: - ¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros? - No, gracias a Dios ya lo olvidé todo, contestó. ¿Y tú? - Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas, respondió el otro. Su amigo lo miró unos instantes, y luego dijo: - Lo siento por ti. Si eso es así, significa que aún te tienen preso.

Sincérate: ¿de qué o quién sigues siendo un convicto? Cuándo has estado libre: ¿has estado libre detrás de barras? Cuándo has estado preso: ¿has estado preso fuera de barras? ¿Qué necesitas para estar permanentemente libre? ¿Qué resentimiento conservas aún? ¿Obtienes algún beneficio? ¿Qué y a quién necesitas perdonar?

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Lava tus ventanas Una pareja de recién casados se mudó para un barrio muy tranquilo. En la primera mañana en la casa, mientras tomaban café, la mujer reparó a través de la ventana que una vecina colgaba sábanas en el tendedero. Ella dijo: ¡que sábanas tan sucias está colgando en el tendedero! Quizás necesita un jabón nuevo... ¡Ojalá pudiera ayudarla a lavar las sábanas! El marido miró y quedó callado. Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al Sol y el viento. Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas limpiecitas, y dijo al marido: -Mira, ella aprendió a lavar la ropa! ¿Le enseñaría otra vecina? El marido le respondió: -No, hoy me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana.

¿Con qué facilidad sueles opinar sobre los demás? ¿Te detienes con frecuencia a pensar si estarás equivocado? ¿Sueles escuchar la opinión de otros, dejando de lado la tuya?

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