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La división del trabajo
Este texto de Emile Durkheim constituye un excelente análisis de la división del trabajo a través de las sociedades y su inserción en el desarrollo de la racionalidad humana. El capítulo primero que constituye el objeto del presente análisis permite entender la manera en que aparece la división del trabajo y la necesidad de la misma puesto que cumple con los objetivos centrados en la categoría de civilización. En primera instancia, lo que hace el autor es determinar la metodología que habrá un utilizar a lo largo del libro, y particularmente el del primer capítulo. Aceptar la palabra función porque es mucho más explícita en otros términos porque le permite explicar la función de la división del trabajo, y no necesariamente como otros conceptos como objetivo que no explica claramente el papel que desempeña la función del trabajo en las sociedades. Una vez que el concepto de función es determinante en el análisis se propone, de inmediato aparece una de las premisas que habrá de probar a lo largo del texto y que afirma que la división del trabajo aumenta a la vez la fuerza productiva y la habilidad del trabajador, y como consecuencia de lo anterior, es la fuente de la civilización. Bajo esta idea de civilización trata de determinar las fronteras de lo que debe entenderse por tal concepto y atribuye un carácter de naturaleza moral. Y lo afirma después de de elaborar una serie de argumentos en los cuales están presentes algunas de las ideas más importantes de este autor, en las cuales la ciencia tiene un contenido moral como desarrollo del ser humano, porque la división permite crear una serie de papeles de los sujetos que viven en sociedad, y de una u otra manera conlleva a entender la dinámica moral en la que se mueven todos los avances científicos. Una vez determinado lo anterior estamos en presencia de las cuestiones metodológicas de inmediato Durkheim coloca el énfasis sobre los elementos de atracción de los sexos y lo analiza desde la perspectiva de lo económico, y a la vez describe el estado de la mujer en los tiempos históricos como un ser mucho
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más fuerte de lo que es ahora. Y que además se encuentra que hombres y mujeres son iguales, no solamente desde la perspectiva de derechos, sino también de lo físico, que se ven acompañadas con igualdades funcionales. Los roles de ambos sexos no se encuentran separados, sino que al contrario se hayan en sentido de que ambos realizan las mismas funciones, para el efecto que puedan desarrollarse como especie. Con esta idea el matrimonio es algo nuevo en la historia de las civilizaciones, porque en los primeros tiempos tampoco existe fidelidad conyuga. Y cuando aparece las reglas no tienen rigor alguno en ser aplicadas. Y adelanta una hipótesis en medida que se utiliza el matrimonio también existe una división del trabajo. Y con la división sexual del trabajo, también aparece un valor que se llama solidaridad, y que tiene que ver directamente con el apoyo que se va a dar la pareja para subsistir como especie y como unidad de los sujetos que se encuentran en ella. Un paso siguiente, en el pensamiento de Durkheim se encuentra en el rol que desempeña el derecho que está vinculado con el sentido de la solidaridad. Y el sentido externo de la solidaridad lo es el derecho y se mantiene con efectos sensibles sobre toda la población. Y con una serie de argumentos bastantes sólidos afirma que todo el sentido de la solidaridad se desenvuelve en instituciones de carácter jurídico, lo que permite visualizar de forma completa el sentido dinámico en que las instituciones normativas del derecho se desarrollar en la sociedad. Pero aparte, para entender lo anterior afirma que la solidaridad es un espacio de la sociología y que para explicar la anterior afirmación no sirven las viejas clasificaciones del derecho. Para finalizar el capítulo propone una clasificación de derecho de acuerdo a las sanciones la primera que lleva al dolor y la segunda que lleva a la reparación del daño y las mismas se encuentran relacionadas con diferentes clases de solidaridad de la sociedad.