Dulce luna. Una sola mirada...eso fue suficiente para calibrar la situación. Ese breve, fugaz y rápido gesto bastó...no hizo falta más. Aunque la verdad pocas opciones había, como para no darse cuenta de cual era la solución. Todo empezó un tiempo atrás, cuando el mundo parecía derrumbarse bajo sus pies, y hasta la percepción del tiempo cambió. Había entrado en una caída libre y sin red, que sin lugar a dudas, terminaría estrellándole en lo más profundo del abismo en que se había convertido su vida. Los días ya no tenían el mismo ritmo de siempre. Se hacían eternos los segundos, interminables los minutos y agónicas las horas. Sin saber porque, el miedo a que llegara el minuto siguiente, y resultase peor que el anterior, le conferían a todo un aire de desesperación nada saludable. ¿A que ese miedo? No recordaba el momento exacto en que todo empezó a tornarse de un gris oscuro, cuando siempre su vida era de grandes luces con apenas alguna sombra pasajera. O quizá es que nunca prestó atención a esas sombras, que pasaban como esas nubes bajas que se forman anunciando una gran tormenta, pero que no notas su presencia a menos que escuches el sonido de los truenos. Lo que si recordaba nítidamente, era que antes todo era diferente, y que echaba de menos esa luz que siempre le había acompañado. Llevaba una vida de lo más normal, mundana y discreta. Nunca le gustó destacar demasiado, aunque a veces era inevitable por su manera de ser. Pero de un tiempo a esta parte, algo en su interior no dejaba sosegar su espíritu. Todo había perdido sentido. Hacía mucho ya que su relación no la consideraba como tal. No soportaba mas mentiras en su vida, y su pareja era un constante martilleo en su orgullo personal...demasiadas mentiras. Su trabajo ya no le reportaba ese extraño placer interior, entre el masoquismo, la satisfacción, y esa fuerza que da, estar haciendo aquello que te gusta..el sueldo ya no compensaban esas horas que ahora consideraba perdidas y sin sentido. Sus amigos ya no le reconfortaban cuando mas lo necesitaba, andaban demasiado absortos en sus vidas y nunca tuvo por costumbre pedir calor humano, su familia se mostraba mas que distante y apenas notaba su presencia. Necesitaba luz en su vida, o por lo menos darle algún sentido... Iba a dar el primer paso hacia la salvación, sabía perfectamente que es lo que no quería en su vida...más mentiras. Cogió el teléfono... marcó aquel numero que le producía tanto malestar últimamente...y dejo las mentiras atrás. Primer paso dado, y parecía sentirse algo mejor, o al menos empezaba a notar el aire en sus pulmones. Noto como algunos nudos tensos en su cuello se relajaban...y parecía pesar cinco kilos menos, era el buen camino...y siguió con el plan. Se presentó en su puesto de trabajo, el segundo paso seria quitar las cosas que no tenían sentido de su vida. Y así lo hizo. Tras una breve charla con sus superiores solucionó esa cuestión sin apenas inmutarse. Había pensado que el segundo paso resultaría más liberador, pero no fue así. Seguía sin aparecer esa luz que disipara tanto gris en su vida. No tenía un tercer paso en mente, ya que pensó que solucionando esos dos puntos de su vida, el fogonazo que se produciría, llenaría todo de colores otra vez, y sería suficiente...pero no hubo fogonazo, apenas unas chispitas que dejaban entrever todo ese mundo que no conseguía recuperar…y adoraba el mundo. Llegó a su casa, ya sin pareja y sin trabajo, sintiéndose algo mejor...pero sin encontrarle aún sentido a todo aquello. Se sentó a fumarse un cigarro tranquilamente en el sofá que tenia frente a una ventana que daba al mar. Lo encendió y miro al horizonte...
Era una noche veraniega, con una luna llena enorme clavada en medio de un firmamento adornado en exceso de estrellas. El sonido de las olas del mar llegaba hasta sus oídos...empezó a relajarse algo mas…y se dejo llevar por la belleza de ese universo que tenía justo ante sus ojos... Paseo la mirada por cada estrella, por el rojo brillo de Marte, el frío azul de Venus y todas las pequeñas y desconocidas estrellas que iluminaban la noche...finalmente se fijo en la luna…llena, grande, imponente...con un extraño brillo azul, y esa orla exterior que tanto la adornaba aquella noche...le encantaba la luna, y parecía que se había confabulado con las estrellas para ofrecerle aquel espectáculo cósmico inigualable… Tras un buen rato contemplando aquel regalo casi divino, se fue a dormir, esperando que el nuevo día le trajera más luz... Tras unos cuantos días levantándose esperando ver esos colores perdidos…se planteó la posibilidad de que su vida se había vuelto daltónica. Comía, dormía, hablaba, caminaba…pero no lograba salir de aquel gris que lo llenaba todo. Una vez incluso echó a andar horas y horas con la esperanza de que en algún punto del camino, daría con algo de color...solo consiguió unas cuantas ampollas en los pies y un ligero dolor muscular.. Una tarde, cuando toda esperanza estaba perdida ya, cuando ya no buscaba aquellos colores ni esa luz que tanto añoraba...escucho una risa, que le recordó al sonido de un arroyo entre unos árboles bajando ladera abajo entre piedras y musgo..se sorprendió muchísimo...recordaba el color del musgo! casi podía verlo escuchando aquel sonido...y prestó mas atención a aquella risa.. Volvió a escucharla, y esta vez sin lugar a duda, le evoco el sonido de las olas, en una playa de arena blanca, golpeando suavemente las rocas...ese azul del mar…recordaba el azul del mar! Con mucho cuidado echo un vistazo a su alrededor, buscando la fuente de aquella risa... Miró con cierta timidez y miedo, sin hacerse muchas ilusiones, ya que podría haber sido una alucinación evocar esos colores, o pura necesidad para no perder la estabilidad mental… Una sola mirada le bastó, no habían mas opciones…vio el azul del mar en sus ojos, salpicados con el brillo de mil estrellas y algo que le recordaba a aquella orla casi perfecta de la luna…esa luna que tanto adoraba, ese mar que tanta paz le daba…y pensó en mil colores…esos increíbles ojos le miraron, y la sonrisa que apareció debajo de ellos, sacudió el mundo bajo sus pies…y volvió la luz... y todo ese mundo que tanto había añorado... Se levantó muy despacio...y caminó hacia la salvación.. A mi salvación…mi luna...mi dulce luz…