Discurso de Shavuot 5768 Por Mijael García Como lo vemos en nuestra Torá: Sinaí es un monte, pero Sinaí es también un desierto. En la actualidad Sinaí es una península. Del Monte Sinaí, de donde se dice que fueron dados los hazeret haDivrot, mejor conocidos como Diez Mandamientos, nadie sabe con exactitud su ubicación. En ambos lugares, monte y desierto, según nuestra tradición escrita, fueron dadas algunas de las leyes que están escritas en el Séfer, y son las que han regido por siglos el caminar del pueblo judío. Se nos ha enseñado por siglos que fue en el Monte Sinaí, donde sucedieron los hechos que conocemos como Matán Torá – La Entrega de la Torá: el 6 de Siván del año 2448 del calendario judío. Tres meses después de que Israel salió de la esclavitud de Egipto. A diferencia de las otras fiestas, ésta, la que nos ocupa, no se da con una fecha exacta. Hay que contar siete semanas completas para llegar a ella, y hacer una celebración especial al día siguiente después de dicho conteo. De principio el nombre de esta festividad era Jag haBikurim – Fiesta de las Primicias, una fiesta agrícola que celebraba el fin de la cosecha de los cereales, fecha en que el pueblo hebreo exteriorizaba su gratitud al Todopoderoso y se traían al santuario las primicias de sus productos, ofreciendo una fiesta a los trabajadores y a los amigos del dueño de la finca, en donde también se repartían dádivas a los pobres 1 . Josías convirtió a ésta y otras fiestas, en fiestas de peregrinación al Templo de Jerusalem con el fin de consolidar el reino bajo el régimen de un solo Dios y un solo Templo. Shavuot no es el nombre propio de esta festividad, sino el tiempo que se contaba desde el segundo día de Pésaj, hasta el día cuarenta y nueve, que son siete semanas completas, y en el día cincuenta se fijó entre disputas de los líderes religiosos la fiesta de Shavuot, que sólo significa Semanas, una fiesta religiosa sobre una festividad agrícola, al igual que Pésaj y Sucot. La disputa consistía en que el texto de Levítico 23: 15 literalmente, en el idioma hebreo, habla de contar – Siete Sábados íntegros…y una semana empieza el domingo, y termina el sábado, y si en Levítico está escrito que se deben contar siete sábados, y no solamente cuarenta y nueve días, tomando una semana como siete días solamente, sin tener que contarlas de domingo a sábado, entonces shavuot caería siempre en domingo, porque el día en que la Torá ordena mecer la gavilla al siguiente día del sábado, se estaría refiriendo al sábado semanal, y no al sábado 15 de Nisán, el primer día de Pésaj, que es considerado también un sábado, un sábado anual. No hay duda, este pensamiento tiene sus bases para pensar que el ofrecimiento de la gavilla tendría que ser el primer domingo después de la fiesta de Pésaj, y a partir de ese domingo empezar a contar siete semanas completas hasta llegar al día cincuenta, que obligadamente caería también el primer día de la semana: hoy conocido como domingo. Pero la fiesta ocurre el seis de Siván. Y es así como la celebramos ahora. Ganaron aquellos que decían que el día después del sábado se estaba refiriendo al día siguiente de Pésaj, pues el primer día de Pésaj es considerado un sábado anual. Hay por lo menos dos pasukim que se pueden entrelazar y que se utilizaron para arribar a esta segunda conclusión: Y pan, y grano tostado, y grano tierno no comerán hasta el día en que presenten esta ofrenda a Adonay2. Ni grano tostado, ni tierno se debería comer hasta el día en que era ofrecida la gavilla el día siguiente después del sábado. Esa era la ley. Ahora comparemos con lo que hizo Yoshúa – Josué. Yoshuúa hizo celebrar Pésaj por primera vez en la tierra prometida, y al día siguiente de la Pascua comieron ya los productos del país, panes sin levadura y espigas tostadas a partir de ese día3. Con esta base, los que opinaron que el día siguiente del sábado, la Torá se 1
Ruth 3 Levítico 23: 14 3 Josué 5: 11 2
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refería al día 16 de Nisán, día en que se debería empezar a realizar la Sefirat Omer, la cuenta del omer y arribar así al seis de Siván para celebrar el Jag haBikurim: la Fiesta de las Primicias. Pero los rabinos le dieron otro nombre: – Atzeret - Conclusión. Para los rabinos talmúdicos esta festividad no era una fiesta independiente, sino la conclusión del festival de Pésaj, Pascua. De ahí el conteo de los días desde el segundo día de la Pascua hasta el día cuarenta y nueve, para celebrar Shavuot el día seis de Siván, el día cincuenta. El libro de Devarim que se hizo aparecer en tiempos del rey Yoshiyahu – Josías, le da el nombre de – Jag Shavuot – Fiesta de las Semanas4. Hasta aquí, nada se hablaba de festejar Matán Torá, la Entrega de los Diez Mandamientos. Con el transcurrir del tiempo el carácter agrícola de la fiesta quedó ofuscado completamente. Dejó de ser un Jag Habikurim. Y fue sólo hasta después de la destrucción del segundo templo de Jerusalem el carácter de la fiesta cambió y de una fiesta agrícola, ligada a la naturaleza, los líderes religiosos de ese tiempo la ligaron a otro evento que hasta entonces no tenía fecha: la entrega de los Diez Mandamientos en las faldas del Monte Sinaí, denominada como Matán Torá, la entrega de la Torá. Sin embargo, hoy en día se trata de recuperar el origen de la festividad, sobre todo en los kibutzim5 en Israel. Actualmente en Israel, los niños toman parte activa en la organización de la fiesta. Hay desfiles escolares donde los alumnos se visten de blanco, cargan simbólicamente los productos del campo, y las niñas se adornan la cabeza con coronas de flores. En canastas ellos mismos entregan cebada, trigo, uvas, higos, granadas, olivos y nueces al Keren Kayemet L´Israel, la organización judía que se encarga de la forestación del pueblo de Israel. En las sinagogas se lee el libro de Ruth, por su conexión con la cosecha en tiempos antiguos, en la noche se hace Tikún Leil Shavuot, para reparar la noche anterior a Matán Torá, en que se quedaron dormidos. Ruth es una mujer no judía que se convierte al judaísmo y se alinea con las leyes del pueblo y del Dios de su suegra, a la que tanto amaba, respetaba y sostuvo en su vejez. Esta es sin duda, una hermosa historia que realza la fe y la devoción humana de una conversa. Se dice que David el tercer rey de Israel desciende de ella. Pero esta fecha no deja de ser una fecha simbólica. Una fecha que nos indica que tenemos un conjunto de historias y de leyes sociales y religiosas que se han ido recogiendo a través de los siglos denominadas en su conjunto Torá. La Torá es en sí, la experiencia del pueblo de Israel con su Dios. Analizando la Torá misma, nos podemos dar cuenta de que las leyes se dieron en tiempos distintos. Por ejemplo: las leyes de Rosh Jodesh – o Nuevo Mes, y las leyes de Pésaj se dieron en Egipto. Otras leyes se dieron en Mara, y muchas otras en otros tiempos lejanos a la fecha del seis de Siván. ¿Significa esto que no debemos celebrar esta festividad? ¡Claro que no! No necesariamente debemos acomodar una fecha a un evento que no tiene fecha, pero sí, podemos y debemos celebrar que tenemos Torá. Que tenemos una ley de convivencia humana que narra no sólo el recuerdo de nuestro pueblo, sino que nos indica el rumbo que deberían de tomar después de ser liberados de la esclavitud de Egipto, cuyas metas siguen siendo un ideal, un trabajo para todos nosotros de recomponer el mundo por medio de la justicia hasta llegar a la paz universal.
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Deuteronomio 16: 10 Granjas Agrícolas con un carácter comunitario
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