24 LA VANGUARDIA
LUNES, 20 OCTUBRE 2008
Tendencias En la transición demográfica
Deseando vivir solas Cuando convivir con la pareja no beneficia a las mujeres pleno derecho sin un hombre. Han sabido hacerse respetar, cosa complicada, ya que siempre sale la vena cuidadora, apunta iempre he tenido claro que vivo más a gusto soTorns. “El problema es si estamos la, sin tener que dar excopiando el modelo masculino plicaciones de cada code vida pública y si eso se tradusa que hago, y llegar a ce en no saber estar con una miscasa cansada y encontrar ma y estar todo el día disa un señor que me espera ponible laboralmente”. para cenar. No necesito El actual contrato soni que me mantengan ni cial hombre-mujer que me protejan, sólo una –ellos deben estar disporelación de cariño y comnibles laboralmente y plicidad; de igualdad. Y ellas, para cuidar, tengan eso se puede sostener eso no trabajo remuneratando cada uno en su cado– es aún el que llevó sa”. / Rita, 52 años impícito el Estado de bienestar contemporáEl crecimiento del núneo tras la Segunda Guemero de hogares uniperrra Mundial. Se distribusonales, símbolo de nuesyó la riqueza, pero pentra transición demográfisando en masculino: usca –a pesar del impedited trabajaba, pagaba sus impuestos y el Estamento que supone la burdo le protegía, a usted y buja inmobiliaria–, no se su familia. Hijos y mujer debe únicamente al envedependían del cabeza de jecimiento de la poblafamilia. Este contrato ya ción, la fecundidad baja no es real, pero simbólio a una tasa de divorcios camente persiste, aun creciente. El fenómeno LAT ( “living apart togecuando las parejas son ther”), es decir, juntos hoy de doble ingreso ecopero cada uno en su canómico. Ellos siguen consa, que emergió hace un siderándose cabeza de faXAVIER CERVERA lustro (véase La Vanmilia. Y la institución esguardia 4/I/2004), es un Irse antes que adaptarse. Las mujeres han tá mejor vista cuanto modelo elegido cada vez descubierto que pueden ser autónomas más emule el modelo. más por las mujeres, poco o nada atraídas por la convi- U N C O N T R A T O S O C I A L C A D U C O o aspiro sólo a vivir con vencia tradicional, que beneficia alguien por tener compamás al hombre. Renovar y nego- “El pacto social entre ñía y cuatro cosas en cociar constantemente un viejo con- los sexos persiste mún, busco algo más. Mantuve un trato social de convivencia suporelación LAT y estoy acostumbrane un desgaste. La opción de vida simbólicamente”, da a hacer lo que me da la gana. individual pasa ahí de ser algo te- señala Teresa Torns Con la edad te vuelves más exigenmido a ser algo deseado. te. Sé que mi independencia asus“Es un fenómeno muy incipienta a los hombres y, como no soy la te en nuestro país. Es cierto que E L T E S T I M O N I O que inicia la relación, sólo me atala decisión de independencia en “No acostumbro a dar can los casados o los que sienten la pareja suelen tomarla ellas. Almorbo por una mujer de 40. Esta gunas tienen una criatura y asegu- explicaciones y sé que es una sociedad que lo concibe toran que no quieren cuidar de dos. mi independencia do en pareja, no hemos evolucionaPero no todo es bonito: sobrevido. En las cenas de trabajo se inviven peor económicamente y, a la asusta a los hombres” ta también a la pareja: ir sola me MARICEL CHAVARRÍA Barcelona
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larga, el riesgo de salud y pobreza es mayor, pues ganan menos y tienen menor pensión”. Así lo indica Teresa Torns, profesora de Sociología de la UAB, para quien, en sentido positivo, esta opción de vida demuestra que las mujeres han sabido ser ciudadanas de
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La mitad de las mujeres que viven solas son viudas HOGARES UNIPERSONALES EN BARCELONA 2001 26,2%
1981 13,6%
1991 18,1%
POR SEXOS Datos del 2001
Hombres 33,8%
Mujeres 66,2%
Viudas 33% Solteras 23% Separadas y divorciadas 6%
Si no hay igualdad, puerta. Convivir desgasta a mujeres que han de negociar constantemente el contrato clásico de convivencia
HOGARES NUCLEARES SIMPLES MADRE CON HIJOS
PADRE CON HIJOS
2001 7,7%
1991 7,3%
convierte en la rara. Y luego están las amistades: tienen familia y, al ver que llevas otro estilo de vida, te marginan”. / Esther, 45
1981 4,9%
0,9%
1,3%
1,5%
FUENTE: Isabel Pujadas y Cristina López (UB)
LV
El sexismo social ve a esa mujer que no se comporta según el ideal o bien como una frustrada o como una comehombres. No es ni una gran profesional ni una adicta al trabajo, como se dice del hombre, ni se contempla que se
BIBLIOGRAFÍA RECIENTE PARA DESMITIFICAR
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TENDENCIA S
LUNES, 20 OCTUBRE 2008
‘Les dones i el treball a Catalunya’
‘Género’ (‘Gender’)
‘No kid’
Les dones i el treball a Catalunya: mites i certeses, un estudio coordinado por la socióloga Teresa Torns (UAB) y editado por el Institut Català de les Dones
La transexual Raewyn Connell cuestiona los roles masculinos en una edición en inglés de Paperback
Un alegato de Corinne Maier contra la glorificación de la maternidad en un texto que incluye cuarenta buenas razones para no tener hijos (Península)
¿Vocación de madre? Las políticas públicas ignoran a las mujeres que no desean tener hijos M. CHAVARRÍA Barcelona
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XAVIER CERVERA
pueda ser una buena compañía para sí misma. “Tampoco al resto de las mujeres les gusta que rompan moldes, pues las enfrentan con lo que no quieren, no pueden o no se atreven”, apunta la psicóloga Carme Freixa. No obstante, sí se ha diluido la idea de que una mujer sola deshace parejas, pues en las infidelidades ellas ya no son las malas. “La decisión de vivir sola se reafirma en la treintena –añade Freixa–, cuando esas mujeres intuyen que no quieren esa convivencia para siempre y que adaptarse es dejar de estar en consonancia consigo mismas. Otro punto a favor es que las que rompen esquemas cuentan hoy con mayor red social”.
L A C O NS U L T A
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ntre las numerosas transformaciones que el cambio social ha producido en las últimas décadas, el fenómeno de las mujeres que optan por vivir solas es uno de los que más desconcierto producen. Las solteronas de antaño ridiculizadas hasta el hartazgo eran objeto de cierta displicencia por las que estaban felizmente casadas (¿?). Pero actualmente muchas mujeres eligen vivir solas por motivaciones muy diferentes.
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e casé con un hombre aparentemente bohemio pero en el fondo muy convencional, y no fui capaz de romper y ser coherente. Exigía que me quedara, sus convenciones le impedían empezar otra vida, y yo no era económicamente solvente. El día a día fue duro. No creo que llegue a convivir más. La coherencia conmigo misma y mi libertad son ahora básicas. / Sonia, 61 Mientras las estadística indican aspectos como que se divorcian más las mujeres con mejor trabajo y con recursos humanos, los estudios cualitativos revelan motivos emocionales. La demógrafa Montserrat Solsona, inves-
tigadora del Centre de Estudis Demogràfics de la UAB, ha observado, entrevistando a personas divorciadas, que el motivo de la separación suele ser que la pulsión para adaptarse a la vida en pareja es tal, que poco a poco uno se va negando a sí mismo. “Hombres y mujeres tienen distinta concepción de la familia: ellos tienen una idea normativa basada en la responsabilidad, y ellas la definen por los lazos afectivos, por la estima y el cuidado, de modo que pueden incluir amistades entre la familia, cosa que no sucede para ellos”, señala Solsona.c LEA UNA VERSIÓN MÁS COMPLETA DE ESTA INFORMACIÓN EN LA WEB www.lavanguardia.es
i ya es difícil que la sociedad admita que una mujer no conviva de forma continuada con una pareja, más lo es que esta verbalice que no quiere ser madre, pues, según el imaginario colectivo, esa sigue siendo su vocación principal. Por mucho éxito que tenga en su carrera, se pretende que a toda mujer debe sonarle ese supuesto despertador biológico que le recordará que no puede escapar a su destino. “Las presiones son sutiles, pero a esa mujer que decide no ser madre se le advierte que está rompiendo las normas”, señala la psicóloga Carme Freixa. “No importa que la neurología, la psicología, la medicina o el feminismo hayan desmentido el mito y descubierto que sexo y roles son dos concepciones distintas: al orden social le conviene seguir adelante con la mitificación de un rol que le soluciona muchos problemas”. Para Freixa, hemos entrado en una peligrosa explicación social según la cual muchas mujeres han renunciado a la maternidad porque no podían compaginarla con la profesión. “Pensar que por no tener ayuda de la administración han renunciado a ser madres es hacer un análisis sexista. Lo que esconde es una realidad que no gusta, y es que cada vez hay más señoras que pasan de cumplir con su supuesta función en lo universal”. Las políticas públicas sobre natalidad e igualdad tienden a diseñarse para familias tradicionales. La ley de Conciliación del gobierno de Aznar,
por ejemplo, presenta a las mujeres como madres que también tienen que trabajar y a las que debe ayudarse a conciliar, porque les sale de natural quedarse en casa a cuidar bebés. “Se nos hace responsables de conciliar trabajo y vida familiar, y no así a los hombres, para los que no se pretende un permiso de paternidad individual y no transferible, igual al de las mujeres”, indica Emanuela Lombardo, investigadora Ramón y Cajal de la Universidad Complutense. La ley del Gobierno socialista de los 2.500 euros por bebé relaciona el concepto de mujer con el de maternidad y cui-
“Es sexista pensar que se renuncia a ser madre por falta de ayudas sociales”, dice Carme Freixa dado, como si fuera una condición natural. Y aunque pone mayor énfasis en la corresponsabilidad, el permiso de paternidad sigue siendo mucho menor, recuerda Lombardo. Paradigmática resulta también la ley del Matrimonio Homosexual, que confiere derechos por el hecho de ser pareja y no por ser individuos. “Esta ley se olvida de todo lo que se considera una sexualidad no tradicional, disruptora del orden sexista –concluye Lombardo–. Las políticas públicas no tutelan las elecciones de vida individual y la variedad de elecciones vitales, que ya no son tan nuevas”.c
¿Por qué hay cada vez más mujeres que viven solas? La crisis de los modelos de género estereotipados contribuye a poner en entredicho los beneficios de la convivencia. La complementareidad de roles tradicional se ve atravesada por las múltiples variaciones que ofrece el espectro actual. De que la pareja no es ya un refugio fácil de idealizar da prueba un entorno donde las separaciones y los divorcios van extendiéndose en progresión imparable. De allí que algunas mujeres opten por vivir sin el
fantasma de la ruptura de pareja como una pesadilla que las puede dejar en un estado emocional devastador como lo han visto en muchas de sus amigas. Se preservan intentando evitar el doloroso proceso de la decepción y el tránsito, muchas veces prolongado y peligroso hacia la recuperación de sí mismas, después de haber sido arrasadas por el desamor. También para algunas mujeres la convivencia se equipara (fantasía antes predominantemente masculina)
con la muerte de la pasión. El dilema pasión intensa (y, por lo tanto, inseguridad, ocasionalidad, etcétera) o convivencia (buen rollito, pero un poco siempre lo mismo) ya se oye en las treintañeras que han disfrutado de una vida sexual activa y con adrenalina garantizada. Pero el argumento de más peso es el que gira en torno a la pérdida de libertad. Mujeres que se han acostumbrado a tomar decisiones sobre su cotidianidad, a administrar su econo-
mía, a planear su presente y su futuro, en suma..., a vivir sin que nadie se sienta con derecho de pedirles explicaciones... si ellas no están dispuestas a dársela. Prefieren ocuparse del ejercicio de identificar sus deseos y necesidades, de sobrellevarse a sí mismas y atravesar sus propias crisis existenciales sin la sobrecarga de saberse depositarias del bienestar del otro, que es para lo que el formato de género las ha entrenado. NORA LEVINTON, psicoanalista