Cuento
Carrera de zapatillas Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron temprano porque ¡era el día de la gran carrera de zapatillas! A las nueve ya estaban todos reunidos junto al lago. También estaba la jirafa, la más alta y hermosa del bosque. Pero era tan presumida que no quería ser amiga de los demás animales, así que comenzó a burlarse de sus amigos: – Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta. – Jo, jo, jo, jo, se reía del rinoceronte que era tan gordo. – Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan larga. Y entonces, llegó la hora de la largada. El zorro llevaba unas zapatillas a rayas amarillas y rojas. La cebra, unas rosadas con moños muy grandes. El mono llevaba unas zapatillas verdes con lunares anaranjados. La tortuga se puso unas zapatillas blancas como las nubes. Y cuando estaban a punto de comenzar la carrera, la jirafa se puso a llorar desesperada. Es que era tan alta, que ¡no podía atarse los cordones de sus zapatillas! – “Ahhh, ahhhh, ¡qué alguien me ayude!” – gritó la jirafa. Y todos los animales se quedaron mirándola. El zorro fue a hablar con ella y le dijo: – “Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto, todos somos diferentes, pero todos tenemos algo bueno y todos podemos ser amigos y ayudarnos cuando lo necesitemos”. Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Pronto vinieron las hormigas, que treparon por sus zapatillas para atarle los cordones. Finalmente, se pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus marcas, preparados, listos, ¡YA! Cuando terminó la carrera, todos festejaron porque habían ganado una nueva amiga que además había aprendido lo que significaba la amistad. Fabula
La Gallina de los Huevos de Oro: Fábula infantil Dicen que la avaricia rompe el saco. Un buen ejemplo es del hombre que hubo una vez, cuya gallina todos los días le ponía un hermoso huevo de oro. Aquel hombre, feliz por ser el dueño de tan increíble animal, imaginó que se haría rico con el tesoro que aquella gallina debía albergar en sus entrañas. Ni corto ni perezoso decidió sacrificar al pobre animal para poder comprobar cuánto brillaba el tesoro de la gallina. Sin embargo, al abrirla pudo comprobar con sus propios ojos, como aquella gallina era igual por dentro que aquellas que no ponían ni un solo huevo extraordinario. Y de esta forma fue como el hombre de la gallina de los huevos de oro, se privó de su gran fortuna. Qué gran mensaje y lección para las personas egoístas…De la noche a la mañana, el rico se vuelve pobre por no conformarse con lo que gana.
Trabalenguas
R, con r guitarra;
Poquito a poquito,
r con r barril;
Paquito empaca copitos
qué rápido ruedan las ruedas
en pocos paquetes.
del ferrocarril.
A Cuesta le cuesta
¿Cómo quieres que te quiera,
subir la cuesta,
si el que quiero que me quiera,
y en medio de la cuesta,
no me quiere como quiero que me quiera?
¡va y se acuesta! Yo compro poco coco, El amor es una locura,
porque como poco coco,
que sólo la cura el cura,
como poco como,
y cuando el cura lo cura,
poco coco compro.
comete una gran locura.
Chistes
¡Policía! ¡Hay dos mujeres que se están peleando por mi! ¿Y que problema hay? ¡Pues que va ganando la fea!
Estaban tres niños jugando que se llamaban Nadie, Tonto y Ninguno. Uno de ellos se cae al agua, otro fue a pedir ayuda y otro lo intentaba rescatar. Llega Tonto a la policía y les dice: ¡Necesito ayuda! ¡Nadie se cayó al agua y ninguno lo está rescatando! El policía lo mira y le dice: -¿Usted es Tonto? -Si señor ¿cómo lo sabe?
Le dice una madre a su hijo: ¡Me ha dicho un pajarito que te drogas! -La que se droga eres tu que hablas con pajaritos!
¿Cuál es el pájaro que hace siempre sus nidos en las iglesias? El Ave María
Estaba un borracho orinando en la calle y pasa una señora que empieza a gritar: ¡Menudo desvergonzado! ¡Qué horror! ¡Que bestia! -Pasee usted tranquila señora, que lo tengo agarrado por la cabeza.
– ¡Soldado López! – ¡Sí, mi capitán! – No lo vi ayer en la prueba de camuflaje. – ¡Gracias, mi capitán!
Refranes 15. Al pan, pan y al vino, vino.
Con este refrán estamos queriendo llamar las cosas como son, sin rodeos ni muchas vueltas. 16. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
Este es de los refranes cortos que se puede usar de forma malintencionada, pero que en realidad explica que aunque tratemos de aparentar otra cosa, seguimos siendo lo que somos en nuestra esencia. 17. A caballo regalado no se le mira el diente.
Para las personas que no les gusta lo que les regalan y critican todo lo que les dan, la lección de este refrán es la gratitud. 18. Allá donde fueres haz lo que vieres.
Ahora que viajamos mucho más y conocemos nuevos países y nuevas culturas, este es un refrán de antaño perfecto para la vida contemporánea. Pues nos enseña que debemos respetar la cultura de cada lugar al que llegamos y sus normas mientras estamos allí. 19. A palabras necias, oídos sordos.
Hay que aprender a recibir las palabras que nos hacen bien y dejar ir inmediatamente aquellas palabras que buscan hacernos daño. 20. Barriga llena, corazón contento.
Nuestras abuelas son fieles creyentes de que por la barriga se gana el corazón de las personas y se llega a la felicidad. Muestra de eso es este refrán popular. Adivinanzas
1. Tengo agujas pero no sé coser, tengo números pero no sé leer, las horas te doy, ¿Sabes quién soy? Respuesta: El reloj. 2. Blanca por dentro, verde por fuera. Si no sabes, espera. ¿Qué es? Respuesta: La pera. 3. Antes huevecito, después capullito y más tarde volaré como un pajarito. ¿Sabes quién soy? Respuesta: La mariposa.