Los tres amigos estaban tan intrigados con la llegada de la chica nueva que, a la hora del patio la fueron a buscar. La encontraron sentada en las escaleras, comiendo tranquilamente su bocata de chorizo. - ¡Hola !- le dijo Jorge. - ¡Hola ! – contestó Ares. Los tres se quedaron mudos, pero Max le dijo: − Oye, que sepas que puedes contar con Jorge y conmigo para todo. Ares se sintió mejor sabiendo que ya tenía dos amigos. Y se pusieron a hablar, pero enseguida Jorge dijo: − Ares! Si lo que dijiste en clase es verdad, dinos, ¿cómo se llama la maga? − Tina – contestó Ares muy convencida. − ¿Y, hace magia? ¿A que jugáis? ¿Te enseña trucos? ¿Te ha convertido alguna vez en rana?... No se acababan nunca las preguntas. Por suerte para Ares sonó el timbre: ¡Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiing! Ares les dijo que les invitaba aquella tarde a merendar en su casa y les explicaría cosas y aventuras de ella y de su amiga Tina, pero con la condición de que no hablaran con nadie más del tema y que guardaran el secreto. Subieron del patio, y al llegar a clase todos estaban hablando, hasta que llegó Roco con unos papeles en la mano para dárselos al profesor, ya que tenía que repartirlos antes de las cinco de la tarde. Roco exigió silencio con mucha prisa. Estaba muy nervioso y gritaba. Y eso no era habitual en él. ¿Qué le pasaba? Qué raro! Aquella tarde al salir del “cole”, la mamá de Ares la estaba esperando. Era su primer día en la nueva escuela y su madre estaba algo preocupada. Cuando vio salir a su hija sonriendo y acompañada de Max i Jorge, pensó que Ares se lo había pasado bien. Ares le dijo: - Mama, ¿que puedo invitarlos a merendar y a jugar en casa ? La mamá le dijo que sí.
Al llegar a casa, prepararon unos zumos de naranja, pan con chocolate y pan con queso y fueron a la habitación de Ares. Max y Jorge estaban impacientes por conocer las aventuras de Tina y Ares, pero antes hablaron un poquito de Roco, ya que estaban muy extrañados de haberlo visto tan nervioso. Ares les dijo que hablaría con Tina para ver si podía saber qué le pasaba y, quizás, poder ayudarlo. Después, les explico que, una noche de verano, había ido al Valle de Ordesa con Tina cuando todavía no era maga, y que pasaron la noche en una tienda de campaña. El viento movía los árboles con mucha fuerza y pasaron mucho frío. Se oía el agua de las cascadas y los animales pasaban muy cerca haciendo ruidos extraños. Como no podían dormir, buscaron una cueva para acabar de pasar la noche y, cuando la encontraron, entraron y, allí, vieron una luz muy intensa con mil millones de colores que les impresionó mucho. Como Tina era muy atrevida se acercó y la tocó. Entonces un rayo de luz todavía más intenso teletransportó a Tina, la elevó al techo de la cueva, allí permaneció unos instantes, mientras Ares le gritaba: - Tina, Tina…!!! Baja, baja ahora mismo. No me gusta esta broma… Y, de pronto, desapareció la luz y Tina quedó en el suelo, inconsciente. Mientras Ares explicaba esta aventura, Max y Jorge, ni pestañeaban. Ares continuó diciendo que desde aquel día Tina ya no fue la misma. ¡Tenia poderes !. Ahora era MAGA, y por esto podría ayudar a Roco si es que tenía algún problema.