Cuando Es Competitiva Una Nacion

  • April 2020
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Competitividad Nacional

Competitividad Nacional

¿CUANDO ES COMPETITIVA UNA NACIÓN? 1 ¿Es «competitiva» una nación con un gran superávit en su balanza comercial? Suiza ha equilibrado -poco más o menos--- su comercio e Italia ha arrastrado un déficit comercial crónico, pero ambas naciones han disfrutado de una renta nacional fuertemente creciente. Al contrario, muchas naciones pobres tienen equilibrada su balanza comercial, pero en modo alguno podrían considerarse competitivas. ¿Es «competitiva» una nación que tiene exportaciones crecientes? la participación en las exportaciones mundiales no indica todo lo necesario y puede desestabilizarse en cualquier mom,ento, dependiendo de qué se exporta. ¿Es «competitiva» una nación cuyos costes unitarios de mano de obra son bajos? Los bajos costes unitarios pueden lograrse mediante unos salarios bajos tales como los de India o México, pero esto no se asocia necesariamente con competitividad

Si no hubiera competencia internacional, el nivel de productividad alcanzable en la economía de una nación seria en gran medida independiente de lo que estuviera teniendo lugar en otras naciones. Sin embargo, el comercio internacional y las inversiones extranjeras brindan, por una parte, la oportunidad de elevar el nivel de productividad nacional, y por la otra, representan una amenaza para las empresas que no logren aumentarla o incluso mantenerla. El comercio internacional permite que una nación eleve su productividad al eliminar la necesidad de producir todos los bienes y servicios dentro de la misma nación. Ninguna nación puede ser competitiva en todo. El conjunto de recursos humanos y materiales de una nación necesariamente es limitado y lo ideal es que se apliquen a los usos más productivos que sea posible. El proceso afectará positivamente a aquellos sectores con una ventaja competitiva y hará que otros sectores dejen de ser competitivos. Incluso aquellas naciones con niveles de vida más altos tienen muchos sectores en los que las firmas locales no son competitivas. El empleo de subvenciones, medidas proteccionistas u otras formas de intervención para mantener a sectores que no tienen viabilidad, a la larga solamente ralentiza la mejora general de la economía y limita el nivel de vida a largo plazo.

Hay que formular la pregunta procedente. La búsqueda de una respuesta nos lleva al análisis de la productividad con que se empleen los recursos de la nación (trabajo y capital). La productividad es el valor de producto generado por una unidad de factor productivo. La productividad es el principal determinante, a la larga, del nivel de vida de una nación, porque es la causa radical de la renta nacional per cápita. La productividad es determinante tanto de la calidad y características de los productos (lo que determina los precios a que pueden venderse) y de la eficiencia con la que se producen. La elevada productividad no sólo genera altos niveles de renta, sino que brinda a los ciudadanos la opción de disfrutar de mejor calidad de vida. El crecimiento sostenido de la productividad requiere que una economía se perfeccione continuamente. Las empresas de una nación deben mejorar la productividad en los sectores existentes mediante la elevación de la calidad de los productos, la adición de características deseables, la mejora de la tecnología del producto y la superación de la eficiencia de la producción. Las empresas de una nación también deben adquirir las aptitudes requeridas para competir en segmentos cada vez más refinados de su propio sector, donde la productividad generalmente es mayor. Al mismo tiempo, una economía en vías de perfeccionamiento es aquella que puede competir con 'éxito en sectores completamente nuevos y refinados. Todo esto debe dejar en claro que la mano de obra barata y un tipo de cambio «favorable» no son condiciones significativas para la competitividad. El objetivo ha de ser soportar salarios altos y cobrar unos precios superiores en los mercados internacionales.

Aunque el comercio y la inversión internacional pueden dar lugar a importantes mejoras en la productividad nacional, también pueden representar una grave amenaza. Esto es así porque la exposición a la competencia internacional crea para cada sector un estándar absoluto de productividad, necesario para hacer frente a los rivales extranjeros, no sólo un nivel relativo de productividad en comparación con otros sectores dentro de su economía nacional. Incluso si un sector es relativamente más productivo que otros, será vulnerable a menos que también sea competitivo frente a los rivales extranjeros. Por ej., el sector norteamericano del automóvil consigue más producto por hora-hombre (y paga salarios superiores) que muchos otros sectores de EE.UU., pero ha experimentado un creciente déficit comercial (y una pérdida de empleos altamente retribuidos) porque el nivel de productividad en los sectores alemán y japonés ha sido todavía superior. Las empresas nacionales en una economía global, tienen que medirse cara a cara con rivales extranjeros, y pueden ser superadas en un creciente número de actividades y sectores. Si los sectores que están perdiendo posiciones frente a los rivales extranjeros son los relativamente más productivos de la economía, la capacidad de esa nación para mantener un crecimiento de la productividad está en grave peligro. Comprender por qué las naciones pueden o no pueden competir en sectores y actividades de vanguardia que entrañen una alta productividad resulta determinante para comprender la prosperidad económica. Los comentarios precedentes también dejarán en claro por qué es inapropiado definir la competitividad nacional como el logro de un superávit comercial o un comercio equilibrado per se.

1 Extractado de M. Porter : “La Ventaja Competitiva De Las Naciones”, para uso exclusivo como material docente en las clases del prof. Raúl Díaz en el Programa CONSULPYME.

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Para discusión en curso del prof. Raúl Díaz

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Lo que debemos comprender son los determinantes de la productividad y la tasa de crecimiento de la productividad. Para encontrar respuestas, debemos centrarnos no en la economía como un todo, sino en sectores y segmentos de sectores específicos.

es mano de obra no cualificada o semicualificada, y finalmente en aquellos otros en los que la tecnología es sencilla y ampliamente disponible. En muchos sectores, sin embargo, la ventaja comparativa en los factores ha sido durante mucho tiempo una explicación incompleta del tráfico comercial.

La ventaja competitiva en los sectores Nuestra tarea es explicar la razón de que empresas con sede en una nación sean capaces de competir con todo éxito contra rivales extranjeros en determinados segmentos y sectores. Para alcanzar el éxito competitivo, las empresas de la nación han de poseer una ventaja competitiva en forma bien de costes inferiores, bien de productos diferenciados que obtengan precios superiores. Para mantener la ventaja, las empresas han de conseguir con el tiempo ventajas competitivas más refinadas, mediante la oferta de productos y servicios de calidad superior o mediante un proceso de producción más eficiente. Esto se traduce directamente en crecimiento de la productividad.

La necesidad de un nuevo paradigma

Cambio tecnológico. Cada vez es mayor el número de sectores que en nada se parecen a aquellos que sirvieron de base para edificar la teoría de la ventaja comparativa. El cambio tecnológico se está produciendo por todas partes y de manera continuada. La tecnología ha dado a las empresas la facultad de poder salvar la escasez de factores mediante nuevos productos y procesos. Ha anulado, o reducido, la importancia de determinados factores de producción que en tiempos pasados eran de gran importancia. La automatización flexible que permite la fabricación de lotes de pequeño tamaño y los fáciles cambios de modelo, está reduciendo el contenido de mano de obra en los productos de muchos sectores. El acceso a las tecnologías más modernas está pasando a ser más importante que las bajas escalas salariales locales.

No obstante, ha habido un creciente convencimiento de que la ventaja comparativa basada en los factores de producción no es suficiente para explicar las estructuras de comercio.

El acceso a abundantes factores es menos importante en muchos sectores que la tecnología y las técnicas para procesarlos de forma efectiva o eficiente.

No es difícil encontrar pruebas prácticamente imposibles de conciliar con la ventaja comparativa en los factores.

Mundialización

La teoría de la ventaja comparativa en los factores también es frustrante para las empresas porque sus supuestos tienen muy poco parecido con la competencia real. Por ej., la teoría que pasa por alto el papel de la estrategia de la empresa, tal como mejorar la tecnología o diferenciar los productos.

Competencia cambiante Los supuestos en que se basa la ventaja comparativa en los factores eran más persuasivos en los siglos dieciocho y diecinueve, cuando muchos sectores estaban fragmentados, la producción era más Intensiva en mano de obra que en especialización de ésta y una gran parte del comercio reflejaba diferencias en condiciones de crecimiento, recursos naturales y capital. Muchas mercancías objeto de comercio eran productos tales como especias, seda, tabaco y minerales cuya disponibilidad estaba limitada a una o unas pocas regiones.

La competencia se ha internacionalizado en muchos sectores, no sólo en aquellos que se dedican a la fabricación, sino también y de forma creciente en los de servicios. Las empresas compiten con estrategias auténticamente mundiales que entrañan la venta a escala mundial, el aprovisionamiento de materiales y componentes a la misma escala y la ubicación de las actividades en muchas naciones para aprovechar las ventajas de los factores de bajo coste. Establecen alianzas con empresas de otras naciones para conseguir acceso a sus puntos fuertes. La mundialización de los sectores libera a la empresa de la servidumbre que pueda representar la dotación de factores de una sola nación. Las materias primas, los componentes, la maquinaria y muchos servicios se pueden conseguir prácticamente en cualquier lugar del mundo en condiciones comparables. Las mejoras en el transporte han rebajado los costes del intercambio de factores o de bienes dependientes de factores entre las naciones.

Los costes de los factores siguen siendo importantes en sectores dependientes de los recursos naturales, en aquellos otros en los que la parte dominante del coste total

El capital fluye Internacionalmente hacia naciones con buena solvencia crediticia y en las que la financiación no esté restringida a los fondos que puedan captarse localmente.

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Para discusión en curso del prof. Raúl Díaz

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Ventajas efímeras Las mismas fuerzas que han hecho que las ventajas en los factores sean menos decisivas, también han hecho que sean extraordinariamente efímeras. La ventaja competitiva que se basa en los costes de los factores es vulnerable a unos costes todavía más bajos de los mismos factores en algún otro lugar, o a la intervención de unos Gobiernos que deseen subvencionarlos. La fuente más barata para el aprovisionamiento de un recurso natural puede cambiar de la noche a la mañana en el caso de que una nueva tecnología pernita la explotaci6n de ese recurso en lugares que hasta entonces se hubieran considerado imposibles o antieconórnicos. ¿Quién habría pensado, por ejemplo, que Israel, terreno desértico en su mayor parte, podria llegar a convertirse en un eficiente productor agrícola? En sectores sensibles al coste de los factores, el liderazgo suele cambiar rápidamente, tal como atestiguan los sectores de la confección.

una ventaja competitiva mediante el cambio de esos límites. En lugar de limitarse al despliegue de una masa fija de factores de producción, un asunto más Importante es determinar la forma en que las empresas y las naciones mejoran la calidad de los factores, elevan la productividad con la que se utilizan y crean otros nuevos.

Las naciones en vías de desarrollo frecuentemente están atrapadas en este tipo de sectores. Si la ventaja comparativa en los factores no explica el éxito nacional en la mayoría de los sectores, las políticas basadas en alterar los costes de los factores resultarán ineficaces con bastante frecuencia. Una nueva teoría debe ir más allá de la ventaja comparativa y llegar a la ventaja competitiva de una nación. Una nueva teoría debe reflejar un rico concepto de la competencia que comprenda los mercados segmentados, los productos diferenciados, las diferencias en las tecnologías y las economías de escala. La calidad, las características y la innovación en los nuevos productos son determinantes. Una nueva teoría debe arrancar de la premisa de que la competencia es dinámica y evolutiva. Una nueva teoría debe reconocer como elemento central la mejora y la innovación en los métodos y la tecnología. En una vista estática de la competencia, los factores de producción de una nación son fijos. Las empresas los despliegan en aquellos sectores donde probablemente producinán los rendimientos más altos. En la competencia real, el carácter esencial es la innovación y el cambio. En lugar de limitarse a desplazar pasivamente los recursos allí donde los rendimientos sean mayores, la auténtica cuestión es cómo pueden aumentar las empresas los rendimientos que están consiguiendo mediante la incorporación de nuevos productos y procesos. En lugar de la simpJe optimización dentro de unos límites fijos, la cuestión es ver cómo pueden conseguir las empresas 5

Para discusión en curso del prof. Raúl Díaz

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