Cristianismo En Crisis - 15ladisminuciondedios

  • May 2020
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La disminución de Dios Si una cosa es deificar al hombre; otra muy distinta es disminuir a Dios. Y eso es precisamente lo que los maestros de la Fe han tratado de hacer. El Dios del movimiento de la Fe es un poco más que un criado cósmico atento al zumbido y llamado de su creación —un genio esperando que frotemos, para aparecer, la lámpara de Aladino de nuestra fe. La triste verdad que confesar es que los maestros de la Fe han incrustado al hombre en la imagen de Dios y a Dios en la imagen del hombre. Arbitro imponente Kenneth Copeland afirma que Dios es "como ninguna criatura, con 28 pies de estatura, y Sus manos, usted sabe, tan grandes como una pelota de baloncesto. No es que El sea así exactamente ... Se trata de un ser un tanto extraño ... aunque la manera en que El es se parece mucho a ti y a mí. Un ser que mide entre 6'2" o 6'3" y que pesa algo así como unas doscientas libras, quizás menos, y tiene una anchura en la palma de la mano de unas nueve pulgadas".1 ¿De dónde habrá extraído Copeland una monstruosidad como ésta? La respuesta es que él abusa de las palabras de) profeta Isaías. Cuando Isaías, usando una figura común, dice que Dios midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo (40:12), Copeland toma una regla, mide e] ancho de sus manos, descubre que mide 8 3/4 pulgadas, y especula que la mano de Dios debe ser al menos un cuarto de pulgada más grande que la de el. Copeland debe haber sabido que Isaías 40:12 no puede interpretarse literalmente. Si lo interpretáramos así, lo reduciríamos a un absurdo: Dios no puede tener partes corporales, pero El podría sostener un cesto lleno de polvo y hacerlo pesar como montañas en gigantescas pesas. Socios que se quieren Copeland no es el único maestro de la Fe que saca a Isaías 40:12 de su contexto. Jerry Savelle insiste en las enseñanzas de su mentor cuando dice: "Dios no tiene una estatura de 437 pies, ni pesa 4,000 libras ni tiene un puño del tamaño de este salón. El es grande, pero no es un monstruo. El ha medido los cielos con un palmo de nueve pulgadas. La distancia entre mi dedo pulgar y mi dedo pequeño no llega a nueve pulgadas. Así que sé que El es más grande que yo, gracias a Dios. ¿Amén? Pero El no es tan grande, tan imponente... no creo que El sea tan inmenso que pueda entrar a esta habitación, y al sentarse ocupe todas las sillas. Yo no sirvo a La Mole. Yo sirvo a Dios, y he sido creado a Su imagen y a Su semejanza ..."2 Savelle parece ignorar el hecho de que Isaías está usando un lenguaje figurado (véanse los versículo 2, 5-7, 10,11,22, 24) para poder comunicarnos lo que es la suprema majestad y la grandeza insuperable de nuestro Dios (vv. 18,25,26,28,29). Más que reducir a Dios a la dimensión de un hombre, Isaías se esfuerza en presentarnos de forma evidente las inmensas diferencias que existen entre el Creador y Su creación. Morris Cerullo, como Copeland y Savelle, también disminuye a Dios a la estatura del hombre. Más que ocuparse de utilizar textos para probar su posición, él asume una más directa exposición. Aludiendo a una de sus experiencias extracorporales, dice Cerullo: "Mientras yo yacía en el piso en esta condición, mi espíritu fue extraído de mi cuerpo y lo siguiente que supe, fue que estaba en los cielos ... Entonces, frente a una tremenda multitud, apareció la gloria de Dios. La forma que yo vi fue como la de un hombre de seis pies de altura, quizás un poco más, y más de una anchura doble de cuerpo humano, sin señales distintivas tales como ojos, nariz o boca".3 Benny Hinn lleva esta historia a un extremo mucho más caprichoso. No tan solo él enmarca a Dios en la figura de un hombre, sino que asegura saber qué es lo que Dios viste. Dice Hinn, "Yo pude casi ver claramente al Señor, y hasta puedo decirles cómo estaba El vestido". Jan Crouch, con aturdimiento ante la afirmación de Hinn, pregunta: "¿Fue eso el Espíritu Santo?". Anticipando que quizás pudiera caer en problema, la rotunda respuesta de Hinn es "sí".4 Hinn también adopta una herejía conocida como el triteismo —la creencia falsa en tres dioses—. Durante un sermón que fue televisado a un auditorio calculado en millones de personas, Hinn hizo la siguiente declaración, supuestamente, el resultado de "una sabiduría dada

por revelación": "Amigo, yo siento el conocimiento de la revelación que en estos momentos me llega. Levanta tus manos. Algo nuevo va a pasar aquí hoy. Yo lo he sentido así desde el mismo momento en que llegué aquí. Hazte cargo. Espíritu Santo, en el nombre de Jesús ... Dios el Padre, damas y caballeros, es una persona; y El es un ser trino en Sí Mismo, separado del Hijo y del Espíritu Santo. Dígalo, ¿qué es lo que hay que decir? Oigan esto, oigan esto, oigan esto. Ya saben. Dios el Padre es una persona, Dios el Hijo es una persona Dios el Espíritu Santo es una persona. Pero cada uno de ellos es un ser trino en sí Mismo. Si me permiten darles una sacudida —y de seguro lo haga—, hay nueve de ellos. ¿Qué? ¿Qué es lo que usted dice? Déjenme explicarles: Dios el Padre, señoras y señores, es una persona con su propio espíritu personal, con su propia alma personal, y con su propio cuerpo espiritual. Usted dirá "'Qué va! Yo nunca he oído eso". Bien, ¿y usted cree que está en esta iglesia para oir las mismas cosas que ha estado oyendo por los últimos 50 años? Usted no puede discutir con la Palabra, ¿se atreve usted? Y todo esto está en la Palabra".5 Cuando enfrentado por Christianity Today a esta herética declaración, Hinn respondió: "Esa fue una declaración muy torpe ... Yo le dije a mi iglesia, la semana siguiente, que esa declaración fue una equivocación".6 Yo estoy satisfecho de que Hinn haya admitido que su declaración fue una torpeza, pero, de todas formas, la misma propone un serio dilema: Hinn explícitamente afirmó que su declaración era una revelación de Dios. Así, que de acuerdo con El, Dios fue responsable de haber hecho una muy torpe observación. Después de más extensas preguntas, Hinn reconoció que Dios nada tenía que ver con la revelación que se le adjudicó. Más bien, dijo Hinn, se trataba de algo que él había leído en algún sitio.7 Usted debería confiar en que después de haber sido atrapado con las manos en la masa, Hinn eliminaría esta distorsionada declaración de su repertorio. En su lugar, sin embargo, dos años después de su "revelación" inicial, Hinn, otra vez, virtualmente vociferó su misma declaración. Fue así que lo dijo, "Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo —tres individualidades separadas. Una en esencia y una en trabajo—, y, puedo yo añadir, cada una de ellas posee su propio espíritu cuerpo. ¿No le gusta esto?". 8 No, a mí no me gusta, porque eso contradice la clara enseñanza de la Biblia. La afirmación de que cada miembro de la Trinidad tiene distinta identidad de espíritu cuerpo, conlleva que hay tres seres separados y distintos —en otras palabras—, tres Dioses. Esta antibíblica posición (triteismo) es netamente contraria al mensaje total de las Escrituras, la que afirma que existe un solo Dios revelado en tres Personas.9 ¿ Verdad o parodia ? En este momento usted puede estar tentado a decir: "Bien, Hinn, Copeland y compañía han dicho cosas verdaderamente extrañas, pero no hay por qué hacer un caso federal de esto. Después de todo, nosotros también tenemos nuestras propias herejías. Dejemos que sea Jesús el que resuelva todo esto en los cielos". Suena bastante tolerante, ¿no es así? Pero recuerde que a pesar de que la tolerancia en nuestras relaciones personales puede ser una virtud, cuando se trata de la verdad, podemos convertirla en una parodia. En este caso, los que creen que Dios está hecho a la imagen del hombre, no están creyendo en el Dios de Las Escrituras".10 Una doctrina que reduce a Dios al nivel de un hombre, destruye una verdad esencial de la fe cristiana histórica. Ningún cristiano debiera desentenderse de esto y decir que no importa. Una vez que permitamos que las enseñanzas sobre la naturaleza de Dios se perviertan a los extremos en que lo hace el movimiento de la Fe, estamos separándonos de la fe cristiana y estamos entrando en el reino de las sectas. La realidad es que el Dios de la Fe no es Dios. El puede, incluso, ser hasta más impotente que el dios del mormonismo. Si usted considera esta afirmación difícil de creer, considere estas trágicas palabras de Kenneth Copeland: "Yo me sentí sobresaltado cuando descubrí que el más grande de los fracasos en la Biblia, en efecto es ... El más grande de todos, en toda la Biblia, es Dios ... Ahora, la razón por la que usted no piensa en que Dios es un fracaso, es porque El nunca dice que lo es. Y usted no es un fracaso hasta que diga que en efecto lo es".11 Para añadir más insultos a la injuria, él añade:

"Adán cometió alta traición y en ese momento, todo el dominio y autoridad que Dios le había dado fueron transferidos a Satanás. Repentinamente, Dios quedó fuera del cuadro, mirando... Después de la caída de Adán, Dios se encontró a Sí mismo en una rara posición ... Dios necesitaba un camino de regreso a la tierra... Dios expuso Su proposición y Abraham la aceptó. Eso le dio a Dios acceso a la tierra y le dio al hombre acceso a Dios... Técnicamente, si Dios hubiera alguna vez roto su Convenio, El se hubiera destruido a Sí Mismo".12 La deidad de la teología de la Fe tiene muy poco parecido con el Dios de la Biblia. El Dios disminuido adquiere propiedades físicas, tales como peso y estatura. El no puede ser, por definición, el Dios de las Escrituras. Cono el mismo Jesús dijera, "Dios es espíritu" (Juan 4:24 cf; Deuteronomio 4:12). Por supuesto, afirmar que Dios es un fracaso es poner en juicio la declaración de Dios de que El es omnipotente. Si Dios es todopoderoso, ¿puede existir alguna circunstancia más allá de Su control? ¿Pudiera ser posible frustrar Su soberana voluntad? Claramente, la respuesta tiene que ser un resonante !No! Nada es demasiado difícil para el Dios de toda la creación (Jeremías 32:17,27), para quien todas las cosas son posibles. (Mateo 19:26). Nabuconodosor descubrió esta verdad por el camino difícil. El se atrevió a exaltarse a sí mismo al nivel de Dios y fue remitido a una dieta de yerba por siete años. Pero, al menos, aprendió su lección. Esto fue lo que él dijo después de siete años de estar en compañía del ganado: "... Bendije al Altísimo, y alabé, y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada... y no hay quien detenga su mano y le diga, ¿Qué haces?" Daniel 4:34,35 Dios no puede caer, no puede haber fallado y nunca fallará. Dios no tiene que negociar con ninguna de sus criaturas para lograr acceso a Su propia creación. Tales ideas son absurdas y niegan el inefable poder de Dios. Más ampliamente, el pensamiento de que Dios perdió el control implica que El fue atrapado mientras estaba desprevenido, que El ignoró algún factor vital que pudiera expulsarle de su asiento de piloto. Pero nada de esto puede pasarle al Dios de las Escrituras. Nuestro Dios es omnisciente (Salmo 147:5; Romanos 11:33; Hebreos 4:13), y nada puede tomarle por sorpresa (Isaías 42:9). El dios de Copeland puede, en efecto, ser un fracaso, dependiendo de las bondades de Su propia creación, pero este es un dios puramente imaginario. El Dios de las Escrituras existe por Sí Mismo, es trascendente e invencible, y Su conocimiento es absolutamente perfecto (Job 37:16). ¿Qué clase de dios es ése que no puede mantener ni una pizca de control en una situación cambiante? ¿Cómo puede ser tomado por sorpresa y perder el dominio sobre su propia creación? ¿Qué clase de dios es éste, que puede ser desterrado de un universo por El Mismo creado, y entonces verse obligado a negociar con sus criaturas para ganarse el derecho a volver a su propio mundo? ¿Puede un ser como éste seriamente igualarse al Dios de la Biblia, cuyo dominio es sempiterno y cuyo reino perdura por generaciones y generaciones, que puede hacer Su Voluntad en los poderes de los cielos y de la tierra y la gente que la habita y que no hay quien detenga su mano? No puede haber comparación. El llamado dios del movimiento de la Fe puede parecerse a los maestros que lo enseñan, pero de seguro que con el Dios de la Biblia no tiene el más mínimo parecido.

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