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Anatomia de la Hoja de Coca

Sacha Barrio Healey

Sacha Barrio Healey

ANATOMl'A DE LA HOJA DE COCA Erythroxylum coca

Anatomía de la 1Ioja de Coca

Sacha Barrio Healey

Propiedades medicinales y valor terapéutico de la Hoja de coca Las herejías que debemos temer son ¡as que pueden confundirse con la ortodoxia' Jorge Luis Borges. (Los Teólogos)

El antiguo Tawantinsuyo ha dejado obras paipaol; que maravillan al hombre, pero para otros lo que deslumbra los sentidos es la magia y filosofía del tejido invisible del sr.tiguo poblador andino, visión que necesariamente surge de una sociedad impregnada de religión. El propósito que guía el trabajo espiritual con la hoja de coca no es otro que ver el tejido invisible de la naturaleza y el hombre. Para los abuelos andinos la vida está entretejida dentro de una tela­ raña, dentro de un tejido que lo une y enlaza con la tierra, las estrellas, los animales, los hermanos, los ríos y las plan­ tas. Sobre esta metafísica, todos pueden instruirse sabiendo emplear la sagrada hoja de coca. El hombre que aprende a relacionarse con la hoja de coca aprende a corresponder con su propio ser, así como con la tierra y las estrellas. El ande nos dice que el universo está contenido dentro de una trama. Es simbólico que la escritura andina esté en forma de tejido, no me refiero a la que vemos en los quipus, me refie­ ro a eso mensajes misteriosos que están codificados en los tejidos antiguos. Es simbólico que el lenguaje esté entrete­ jido, como la vida misma, y las fibras que se enlazan, pues personifican cómo los actos de los hombres tenían que estar 7 ------

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entrelazados con los de sus hermanos, con la tierra, con la lluvia, con toda la vida, porque la vida está entretejida: no estamos separados de nada y de nadie. La coca despierta los rincones somnolientos de nues­ tras células, y por consiguiente acrecienta la conciencia y la energía física. Mucho se ha hablado del poder nutritivo de la coca, pero lo más meritorio de la disciplina del coqueo es crear un terreno vegetal propicio para la reflexión y para el compartir en grupo, una práctica que es parejamente medi­ cinal. Con la coca se mitigan los pensamientos y preocupa­ ciones, la percepción de la vida se hace con menos palabras y discursos. Nutrida con la coca el alma se sensibiliza, el espacio ocupado por el espíritu se torna intuitivo y profundo, el diálogo se vuelve sincero y lleno de compasión. El consu­ mo de la hoja de coca nos instruye en la filosofía del ayni, la reciprocidad. Cuando hay problemas y discordias entre las parejas, se puede poner sobre la mesa unas hojas de coca, mascar en silencio y escucharse plenamente, la coca nos obliga al diálogo sincero y con ella tan sólo podemos hablar nuestra honesta verdad. Entre los antiguos pobladores del ande prevalecía la idea de que cualquier actividad importante no prosperaría si no estaba acompañada de coca, la coca es la planta que ben­ dice y sacraliza las actividades del hombre, con la que sólo podían esperarse buenos augurios. Para acercarse al templo del sol, Koricancha, se con­ sideraba esencial que los devotos lo hiciesen con coca en sus bocas. Durante el equinoccio de otoño se realizaba el festival del fuego sagrado, sacrificios de coca se realizaban diariamente en el templo, el método era lanzar hojas de coca a las cuatro direcciones, y quemar las hojas en el altar. Las cenizas de la coca quemadas en el altar se ofrecen al río, se lanzan antes del atardecer desde un puente, en dos bol­

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sas llamadas pilculuncu partear uncu gente jubilosa seguía el sacrificio por las riveras del rio durante dos días, para así bendecir la tierra y sus cultivos. Los incas tenían mucho respeto por los muertos, a quie­ nes llamaban mallquis. Enterrar a un ser querido era un acto de afecto, se acariciaba el cráneo al punto de hacerlo des­ cansar, y no sólo el cuerpo de los soberanos se preservaba. Cada familia colocaba comida y objetos de uso diario sobre sus cadáveres, pero para entrar en el más allá, el alimento de fuerza era la coca, y la boca del fallecido tenía que estar llena de sus hojas. En las momias siempre encontramos una chuspa, y muchas hojas de coca esparcidas sobre el cuerpo. Se dice que el hombre próximo a morir debe poner hojas de coca en sus labios, así su alma entra al mundo de arriba llamado hananpacha. Desde la sombra de un sueño del cual no despiertan, los moralistas condenan la hoja sagrada con el apelativo de toxicomanía y adicción, aun cuando nunca en la historia se ha reportado adicción a la hoja de coca, pero aun así; ¿Es acaso condenable ser apegado a una planta nutritiva, sea hoja de coca, alfalfa o espárragos? Actualmente el alcohol corre por la sangre del ande (además de sangre Coca colada) donde, como nadie ignora, se deteriora el tejido social con violencia doméstica, personificando la principal toxicomanía y dejándonos infinidad de heridas so­ ciales. Por otro lado, la hoja de coca jamás ha sido asociada al crimen, al maltrato, ni a la depresión sicológica o la adic­ ción. Nunca en la historia se ha reportado caso alguno de ebriedad o intoxicación debido a la masticación de hojas de coca. El problema de la adicción a cocaína también encuen­ tra su remedio en la hoja de coca. Es interesante ver cómo una especie vegetal, rica en alcaloides energéticos, tiene a su vez la mayor concentración de calcio, magnesio, y el al­

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caloide de la reserpina, todos los cuales calman la ansiedad. Las personas adictas a la cocaína pueden romper con el vi­ cio, con ayuda de la hoja de coca, que contiene el antídoto químico de su adicción a la cocaína, de la misma manera que el tabaquismo se puede domar con parches de nicotina. El pirotécnico estímulo a los sentidos de la cocaína no es en nada comparable al suave y parejo despertar que se observa con la hoja de coca. Ahora que los fármacos sintéticos tienen precios tan altos y cada vez sabemos más de sus efectos adversos, la gente se está volviendo crítica a la autoridad científica de las industrias farmacéuticas que durante años vienen domi­ nando el mercado. Su poder curativo es cuestionado por un creciente grupo de usuarios, que se alarma justificadamente porque la medicación farmacológica en los sistemas de sa­ lud es actualmente la tercera causa de muerte en EE.UU., después de las enfermedades al corazón y el cáncer. Estos, son pacientes hospitalizados que fallecen debido a efectos nocivos no intencionados de los fármacos, de medicinas aprobadas y en sus dosis normales. Según el JAMA 1998 (1) aproximadamente más de 100,000 muertes anuales son reportadas en EE.UU. por reacciones adversas a fármacos, es decir al ingerir medicinas que deberían promover la sa­ lud. El mismo informe nos dice que el 7% de los pacientes hospitalizados sufren de severas reacciones a los fármacos, lo cual en muchos casos puede obligar a una prolongada hospitalización, y los discapacita gravemente. Se trata de personas que tomaron sus medicinas según las normalizadas instrucciones de su médico, la cifra no incluye a los cientos de miles de desafortunados que padecieron de una incorrecta administración de fármacos. Lo curioso es que muchísimas de las drogas alopáticas, sobre todo los analgésicos, como la procaína y lidocaína, son elaboradas a partir de la hoja de coca. La farmacéutica y la Coca cola, por no mencionar el narcotráfico, han acaudalado

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millones con nuestra materia prima, pero la hoja original y natural, la legítima medicina es peligrosa, se duda de la ino­ cuidad de una planta natural que milenariamente ha curado al hombre y se le convierte en planta condenada y prohibida. Recientemente ha cobrado fuerza la campaña por la erradicación de la coca, esta ingenua postura se presenta como la única política capaz de terminar de raíz con el nar­ cotráfico. Trasladando esta lógica tendríamos que pensar en erradicar a la uva, caña de azúcar y la cebada para acabar con el alcoholismo. No será más acertado fiscalizar los die­ ciséis insumos químicos con que se elabora el clorhidrato de cocaína.

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¿Se absorben alcaloides tóxicos con la ingestión de la hoja de coca? Algunos médicos y nutricionistas mal informados des­ virtúan a la hoja de coca, porque en la esfera de sus creencias razonan que a pesar de ser rica en nutrientes su uso se des­ carta como medicina porque contiene los efectos tóxicos de la cocaína, pero nunca han aclarado a qué efectos tóxicos se refieren exactamente. La ciencia nos dice que las trazas de cocaína presentes en la hoja de coca (la hoja de coca contiene 0.5-1% de alcaloide de cocaína) son desactivadas al contacto con la saliva de la boca, de ahí que el auténtico toxicómano nunca degluta el clorhidrato de cocaína. Más bien, trazas de cocaína presentes en la hoja de coca han demostrado ser muy útiles a la salud. Se ha visto que la cocaína se degrada en eegnonina, y en la sangre es precurso­ ra de ciertas sustancias que son muy útiles para combatir el hígado graso, se ha observado que ayuda a movilizar los triglicéridos en el hígado. Además de ejercer una acción sobre los lípidos hepáticos, la eegnonina también tiene un efecto sobre el metabolismo de carbohidratos y regula el nivel de glucosa en la sangre. La cocaína se reduce a benzoil egnonina y egnonina en el cuerpo. Esta degradación empieza con el contacto con la saliva, pero ocurre principalmente en el tracto digestivo, en las paredes intestinales ante la presencia de jugos digestivos. La última y completa degradación de la cocaína sucede en el hígado. Adicionalmente sabemos que las propiedades quí­ micas de la sangre con un pH de 7.3 a 7.4 no son favorables para la integridad del alcaloide. Existen diferentes grados de susceptibilidad a la cocaí­ na. La dosis letal para la cocaína es de 1200mg para adul­ tos. Las hojas de coca, contienen 0.5 a 1% del alcaloide de cocaína. Un mascador de hoja de coca puede usar entre 20

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a 80 gramos de hojas, lo cual corresponde a una ingestión de 0.16 a 0.64 Mg del alcaloide por día. Si hacemos el cál­ culo matemático, para llegar a una dosis letal con la hoja de coca tendríamos que consumir exactamente 150 Kg de hoja de coca. ¿Una persona que pesa en promedio 65kg podrá consumir 150kg de hoja de coca en un día? Aunque tenga la voluntad de hacerlo sería un suicidio imposible. Además ya hemos dicho que la cocaína se degrada en el cuerpo, y si fuera hipotéticamente posible ingerir 150kg de hoja de coca en el cuerpo ésta nunca llegaría al umbral de 1200mg en la sangre. Por otro lado, hay sustancias toxicas presentes en cada uno de los alimentos que consumimos a diario, por ejemplo la linaza y la almendra contienen cianoides, la leche de vaca contiene opioides llamados cáseomorfina, el trigo también presenta opioides (glúteomorfina) y además lectinas y ácido fítico, la soya tiene anti nutrientes como ácido fítico y el goitrógeno, la papa y la berenjena contienen alcaloides tóxicos como la solanina y la espinaca tiene ácido oxálico. En otras palabras, todas las plantas contienen antinu­ trientes y estos no representan mayor problema a la salud, y menos si lo contrarrestamos con los tóxicos de la agricultura o industria alimentaria. El trigo, por ejemplo, tiene dos anti­ nutrientes, la lectinas y la glúteomorfina, pero parejamente se cultiva con 13 agro-pesticidas diferentes, 4 agentes de fu­ migación usados en graneros, y unos 4 químicos diferentes usados en la panificación' y una lista de preservantes. Veamos una cita del científico Von Tschudi: "Dejando de lado todas las nociones extrava­ gantes y visionarias de la coca, claramente soy de la opinión que el uso moderado de la coca, no sólo es inocuo, sino que es conducente a la salud. Para apoyar esta conclusión, puedo referir numerosos ejemplos de longevidad entre los indios, Los cuales

A natom ía ck ¡a

desde niños han tenido el hábito de nn. a,\ tres veces al día, y los que en el curso de su v u i h a n consumido no menos de dos mil setecientas libras de coca cuando llegan a la edad de 130, habí ndo comenzado a masticar hojas de coca a los 10 años, una onza diaria, y aún así disfrutan de perfecta sa­ lu d ” La coca es una planta energética por excelencia, nos estimula mental y físicamente, como el café y el té, pero en lo que respecta a las virtudes nutricionales y su aplicación medicinal, comparativamente los beneficios largamente fa­ vorecen a la coca. En la sierra, ciertos trabajos son conside­ rados absolutamente imposibles de realizar sin el uso de la coca. Cuando un patrón negocia el salario de su peón, p m jamente tiene que negociar cuántas libras de hoja de coca le va a proporcionar. Conforme las propiedades de la co ;c mejor apreciadas, es natural suponer que con el tiempo ’ coca volverá a ser no sólo una hoja de consumo diario, pre­ sente en cada hogar, sino que también estará disponible a i, comunidad internacional como medicina activa.

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La coca como medicina constitucional Al intentar pugnar contra una enfermedad tenemos bá­ sicamente 3 posturas, centrar la atención en el paciente, cen­ trar la atención en la enfermedad o bien una combinación de ambas. En su versión clásica y ortodoxa, la escuela médica busca despejar las incógnitas dentro y alrededor de un agen­ te patógeno dado, llámese bacteria, virus, tumor o desorden metabòlico. Es sin duda un razonable punto de partida, pero al reflexionar más sobre la interdependencia entre enferme­ dad y sujeto enfermo, comprendemos lo importante que es estudiar la constitución del enfermo. Esto despeja el camino a un amplio campo de estudio, el estudio de las constitu­ ciones físicas que albergan las diferentes enfermedades, y no una cerrada obsesión por la enfermedad en sí, y de esta amplitud de visión se deduce que el tratamiento de la en­ fermedad será específicamente personalizado en cada caso, según la enfermedad (huésped) y según la constitución del paciente (hospedero). La milenaria medicina china con sus remotos años de ejercicio médico ha establecido que cada persona tiene una planta, es decir una especie vegetal que lo representa me­ dicinalmente, que dentro del abanico de sus funciones más se ajusta al equilibrio de su constitución física y mental. El hallazgo de la planta constitucional es más certero e impor­ tante en el proceso curativo que el hallazgo de la planta que cure la sintomatologia de la enfermedad, pero naturalmente podemos combinar ambas terapias, una terapia herbolaria profunda que modifique la raíz, y en simultáneo otra terapia dirigida a expeler las enfermedades transitorias que nos vi­ sitan.

Anatomía de la Hoja de Coca

Siempre que se estudian los alcaloides medicinales y principios activos de una planta, entramos en un árido terre­ no donde podemos despilfarrar mucho esfuerzo cerebral y aún así no llegamos a la meta de comprender plenamente a la planta. Saber que la hoja de coca es vaso constrictor, adrenérgico, no nos dice nada sobre el espíritu de la planta. Del mismo modo, si estudiáramos en detalle la química celular del Papa Juan Pablo II ¿acaso entenderíamos su dimensión humana y metafísica? En medicina herbolaria es necesario expandimos un poco más allá del culto a la farmacología, para buscar comprender al factor constitucional que se mue­ ve en la hoja de coca.

Constitución de persona Hoja de coca: • • • • •

Persona deprimida, fatigada, con letargo, somno­ lencia. Persona de contextura gruesa, piel gruesa, apatía en la conducta Insensible al medio ambiente, tosco, posiblemente egoísta y farsante. Osteoporosis, dolores articulares. Tendencia al frío, pulso lento y profundo, lengua pálida.

Especies vegetales estimulantes vs. tonificantes. Existen grupos de plantas con propiedades estimulan­ tes, entre ellos tenemos el café, el tabaco, y el té, otros esti­ mulantes más fuertes son los narcóticos. Las plantas estimu­ lantes tienen la propiedad de darnos súbitas liberaciones de energía, sin embargo, luego del estímulo inicial prosigue una caída de energía, sumada a un desgaste de la salud. Si pensa-

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mos que nuestro cuerpo tiene una batería humana con reser­ vas de energía, un estimulante cobrará un débito en nuestras reservas internas. Otro grupo de plantas igualmente naturales con ca­ pacidad de damos energía son las llamadas tónicas. Entre ellas tenemos el Ginseng, astragalus, maca, Guaraná, y el Noni entre otros. Estas plantas ofrecen un progresivo auge de nuestra vitalidad, la cual a corto y largo plazo va a ser fortalecida. Siguiendo la misma analogía, invertir en plantas tónicas es semejante a realizar abonos a nuestros ahorros. La pregunta honesta que tenemos que hacemos es sa­ ber en qué categoría está situada la coca, ¿como planta tóni­ ca o como planta estimulante? No pretendemos tener todas las respuestas a esta pregunta pero para comprender el tema veamos cómo se diferencian estos grupos. Planta Estimulante

Planta Tónica

Crea perjuicios en la salud

Trae beneficios a la salud

A largo plazo debilita la salud

Su uso prolongado fortalece la salud

Desgasta y corroe tejidos celulares

Edifica y regenera tejidos celulares.

Normalmente no aporta nutrientes

Normalmente son fuente de vitami­ nas, minerales y proteínas.

Crea oxidación celular

Fuente primaria de antioxidantes

Crean enfermedades degenerativas

Se usan para combatir enfermedades

A pesar de que se ha sugerido que la hoja de coca pue­ de presentar alcaloides tóxicos, (y quizá tengamos que espe­ rar los resultados de mayores investigaciones) hasta donde hemos llegado en los estudios científicos, la hoja de coca no ha demostrado tener efectos adversos a la salud ni presencia de anti nutrientes. En segundo lugar la coca provee, como nadie ignora, una generosa fuente de vitaminas y minerales. Investigaciones han demostrado que beber café causa

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una significativa pérdida de varias vitaminas y minerales, incluyendo vitamina C y B, calcio, hierro y zinc. Igualmente un estudio de 84484 pacientes ha demostrado la correlación entre fracturas de hueso y fuerte consumo de café. Entre to­ dos los usos medicinales la hoja de coca se utiliza máxima­ mente para la osteoporosis, lo cual está a contrapelo del café y su reconocido efecto sobre la densidad de los huesos. La cafeína aumenta la producción de las hormonas adrenales como el cortisol, la hormona del estrés, la cual causa contracción de vasos sanguíneos, agravando los sín­ tomas de la hipertensión arterial. La cafeína incrementa los niveles de adrenalina y un fuerte consumo de café nos lleva a un estado de agotamiento de la glándula adrenal haciendo que esta glándula ya no pueda responder adecuadamente al estrés. La hoja de coca también tiene un efecto adrenérgico pero, a diferencia del café, no aumenta la producción de hor­ monas adrenales y más bien hace que éstas tengan un ciclo vital ligeramente más prolongada. Al intimar con la hoja de coca, con asombro se recono­ ce en ella su poder anti-fatigante, esto ha llevado a muchos hombres a una vida de largas jomadas, imperecedero trabajo: chóferes y pescadores que pasan la noche en vigía, abusando de la ne­ cesidad de descanso del cuerpo. Naturalmente realizar este tipo de actos maratónicos desgasta a cualquier mortal y no va a ofrecer no entiendo esta frase los secretos favores de la hoja de coca.

Acullicu o ritual de compartir con la hoja de coca. El acullicu es la ceremonia de compartir de virtudes y aspiraciones. Además de formar un círculo para curar heri­ das sociales, es una terapia individual. Mientras que el vino vierte la sensibilidad hacia fuera,

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la coca la voltea para adentro. El pijchador, con cada boca­ nada de hojas ausculta su propio silencio y lo limpia. Más que una boca lenguada y ruidosa, en su hablar las palabras salen de más abajo, con un acertado orden de palabras, y más que palabras son los gestos y las buenas intenciones lo que se intercambia. Con la coca se nutre la vida síquica del círculo, los sen­ timientos cobran una facultad selectiva y de máxima aten­ ción, se da una sigilosa palpación de lo invisible, que corre en paralelo a la conversación, se mira sin ojos, y se escucha sin orejas, todos imbuidos en un colectivo auto examen de conciencia.

Filosofía de la hoja de coca. 1. El tejido invisible. El Ayni o la interdependencia es la primera lección que nos ofrece la hoja de coca, con esta ley vemos que el univer­ so está implacablemente encerrado dentro de un sistema de fibras entretejidas. Si tocamos una fibra vamos a repercutir en otro lugar cercano o lejano en tiempo y espacio. Nuestros actos y pensamientos tocan estos filamentos invisiblemente atados y rebotando asumen un comportamiento de causa y efecto.

2. Kallpa o Fuerza. El tamaño de esta lección lo vemos en la celebre frase “ama quella”, no seas ocioso. Esto quiere decir que en nues­ tra vida tenemos que ser enérgicos, infatigables y diligen­ tes como un hombre grandullón bendecido por la energía de

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mascar la coca. Se trabaja porque se ama hacerlo, sin esperar ninguna recompensa, y cuando se procede así casi no parecen trabajo, el cuerpo fornido es habitado por un vigilante ritual, es vivir con intensidad, ser productivo y entregarse a la comunidad. A cuenta gotas, cada acto se realiza con máxima vigilancia y así la fuerza, como riachuelos concluyentes, se va encauzan­ do en grandes ríos de voluntad inquebrantable.

3. Verdad Toda persona que siga el camino de la autenticidad con o sin la ayuda de la coca, irá desempolvando toda la mentira interior, y como consecuencia se irá aproximando a su pro­ pia verdad, lo cual con el tiempo será íntimamente cada vez más dulce. Ama Lulla, popularmente se conoce como no seas mentiroso, más exacto será abarcar la necesidad de ser au­ téntico y veraz consigo mismo. En nuestras relaciones, en el trabajo, la coca nos asiste en sacudimos de nuestra mentira interior, la cual está hondamente enraizada en el ucupacha o sub-mundo de la inconsciencia. Al estar en un círculo de pijchadores de coca, como bejucos invisibles se teje la urdimbre de los sentimientos, se crean lazos, se expresa amor en las relaciones, y al mismo tiempo el hombre y la mujer serán impecables con sus pala­ bras. Ser impecable con las palabras incluye decir la verdad, pero a veces la verdad duele, y para ello las hojas de coca implantan un colchón vegetal de amor sobre el que se amor­ tigua el impacto de la verdad. La coca nos enseña a hablar y ser impecable e impla­ cable con la verdad, sólo la verdad nos libera. Es muy difícil hablar sin hechizar, sin victimar, o amenazar, reprochar o

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propagar cualquier tipo de veneno emocional. Hemos hecho de la mentira un hábito en nuestra comu­ nicación y esta práctica la trasladamos a nuestra comunica­ ción interior, y con el discurso interno se va construyendo un ser lleno de falsedad, el camino a la verdad interna se va impregnando de oscuridad. Con esta sutil mentira la con­ ciencia es una mazamorra de ideas entrecruzadas, ilusiones idiotas, donde es improbable acceder a nuestra verdad. Sin embargo, con la coca avanza rápida la muerte de la mentira, se descartan senderos falsos, el jugo de la hoja va entibiando el alma, el valor se llena de ímpetu, y al mirarse a los ojos el cariño florece sin tardanza.

Principales usos terapéuticos de la hoja de coca. 1. Como suplemento de calcio, del cual es fuente su­ perior. 2. Como fuente de proteínas, contiene 19.6% de con­ tenido proteico. 3. Para combatir la artritis, osteoartritis, 4. Como antidepresivo de rápida acción. 5. Como tónico restaurador, en casos de fatiga cróni­ ca. 6. Como analgésico en condiciones de dolor. 7. Para mejorar las funciones digestivas, espasmos y cólicos intestinales.

Principales alcaloides de la hoja de coca. La búsqueda del secreto químico de la coca ha fascina­ do a los investigadores durante años. ¿Qué sustancia secreta es la que provee tanta chispa y energía al hombre? Cuando el Dr. Albert Niemann, en Alemania de 1850, descubre un

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alcaloide que nombra cocaína, la ciencia le atribuye las pro­ piedades ocultas de la coca, y el campo científico concentra sus investigaciones en este alcaloide. La fascinación de la ciencia con la cocaína se ha desarrollado a tal punto que ha llegado a cegar al hombre, a ignorar los 13 alcaloides restan­ tes y el juego? De sustancias en el que todos están actuando dinámicamente. Más aún, estos hallazgos de especialistas químicos y fisiólogos, abundan en conocimientos imperfec­ tos, y sus sesgadas declaraciones, son una autoridad que la­ mentablemente se arrastran en el tiempo. Una mente más amplia y menos fragmentada sabe que el secreto de la hoja de coca, en vano lo vamos a buscar en el análisis de alcaloides y sus respectivas propiedades. ¿Acaso la genialidad de Leonardo Da Vinci la encontraríamos en una de sus neuronas? ¿No sería más bien en la integración de todas ellas? De modo semejante, los átomos de la hoja de coca están mágicamente ensamblados para asociarse en moléculas de poder, los alcaloides con las vitaminas y mine­ rales conforman un versátil universo de incalculables posi­ bilidades químicas, asociaciones que se fijan variablemente según el consumidor. Biológicamente sabemos que cada pa­ ciente responde sensiblemente, de manera única y singular ante una misma planta medicinal. La medicina andina en su lenguaje mágico nos dice que la coca contiene un espíritu que sabe dónde y cómo curar. Hoy en día existe prueba fisiológica de que un alca­ loide aislado puede tener un determinado efecto, pero si lo acompañan sus alcaloides asociados su comportamiento es diferente. Por ejemplo, la cocaína es un alcaloide que es ex­ tremadamente soluble con la higrina, que es otro alcaloide de la hoja de coca, y una vez que tengamos la solución de los dos cuerpos es prácticamente imposible separarlos, son alcaloides asociados que trabajan en equipo. La coca tiene una gran cantidad de sustancias químicas que están actuando dinámicamente, por lo tanto un análisis

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aislado de cada alcaloide no es semejante al efecto de consu­ mirlo en conjunto. Aun así, observaremos cómo se compor­ tan individualmente algunos alcaloides de la hoja de coca. 1. cocaína 2. ecgnonina 3. benzoina 4. quinonina 5. reserpina 6. papaína 7. inulina 8. cocamina 9. globulina 10.piridina 11. higrina 12. atropina 13.pectina 14.conina Al parecer la hoja de coca contiene insulina también, pero este dato aún no está confirmado.

Cocaína Alcaloide de propiedades anestésicas y analgésicas. Se utiliza ampliamente en oftalmología y odontología. Para entender a la cocaína es necesario entender prime­ ro a la dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que actúa sobre el sistema nervioso simpático, produciendo un incremento en las pulsaciones del corazón y aumento de la presión arterial. La dopamina es precursora de la adrenalina y la noradrenalina. La cocaína actúa bloqueando los receptores que reab­ sorben dopamina en los espacios de sinapsis nerviosa, ha-

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ciendo que la dopamina tenga un prolongado y amplificado efecto sobre el tejido nervioso, por ello se le considera un neuroestimulante. En el cerebro la dopamina tiene cuatro grandes cami­ nos de acción, en los que facilita la transmisión nerviosa dentro del tejido nervioso cerebral. 1. Vía Mesolímbica: Une el área tegmental ventral al núcleo acumbens del sistema límbico. Un exceso de dopa­ mina en estos circuitos está asociado a la sicosis y esquizo­ frenia. 2. Vía Nigroestrialtal: Comunica a la sustancia nigra con el estriatum. Una falta de dopamina en este circuito trae problemas en la coordinación de movimientos. La destrucción de cé­ lulas que producen dopamina en esta parte del cerebro es lo que se conoce como enfermedad de Parkinson. 3. Vía mesocortical: Comunica al área tegmental ven­ tral con el lóbulo frontal. Este circuito está involucrado en la motivación y respuesta emocional. Frecuentemente involu­ crado en la depresión y la falta de motivación. 4. Vía tuberoinfundibular: Conecta el hipotálamo con la región infundibular. Regula la secreción de prolactina de la glándula pituitaria. Irregularidades en este circuito pueden traer desórde­ nes hormonales, dolores de cabeza y problemas menstruales. Según los científicos, la cocaína reduciría la producción de dopamina de modo que, cuando se la deja de consumir, se percibiría un bajo nivel de estímulo que solamente puede ser restaurado, rápidamente, mediante el consumo de más cocaína, generando la adicción. Hay un consenso, dentro de otro grupo de científicos que recalca que el uso crónico de la cocaína no produce dependencia fisiológica y dejar de consumirla repentinamente no produce efectos observables de privación o abstinencia. Sin embargo, la cocaína puede resultar en dependencia sicológica o habituación.

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Cocaína y masticación de hojas de coca: Para que la cocaína tenga un efecto estupefaciente debe ser ingerida por vía nasal, pulmonar o por inyección in­ travenosa. Aun cuando se utilice sustancias alcalinas, como la llipta o tocra usada tradicionalmente, o el bicarbonato de sodio, la cocaína se hidroliza en eegonina. Si bien la llipta, o cualquier otra sustancia alcalina, facilita la extracción de alcaloides de cocaína, lo hace a expensas de que se degrade el mismo no entiendo esta frase. La cocaína se hidroliza en la saliva, y continúa desdo­ blándose por el tubo digestivo. Un experimento in Vitro, de García (1956), muestra el porcentaje de descomposición de la cocaína en diferentes tejidos. 20.38% Por acción de la saliva 5.48% Por acción del jugo gástrico artificial 26.39% Por acción del jugo pancreático (de perro) 3 3.3 9%Por acción delj ugopancreáticoy bil is natural (de perro) 8.55% Por acción del jugo intestinal (de perro) 71.17% Por acción de la mucosa intestinal (de perro) Como vemos por los datos ofrecidos sólo el tracto di­ gestivo tiene la capacidad de convertir casi Va partes de la cocaína. Si se toma en cuenta que cada uno de estos pasos contribuye a la conversión de la cocaína en eegnonina, prác­ ticamente no hay probabilidad de presencia de cocaína en la sangre con la masticación de hojas. Más aún, este estudio no ha evaluado la degradación de la cocaína por el hígado; don­ de encontramos la cocaínaesterasa, la que enzimáticamente desdobla a la cocaína, y donde se da una completa hidrólisis de la cocaína en benzoil-eegonina y metanol. Se concluye que la masticación de hojas de coca no

Anatomía de la 1luja de Coca

ofrece las propiedades químicas de la cocaína. Por lo tanto, la eegonina, antes que la cocaína, es el principal alcaloide asociado al acto de mascar hoja de coca. Cuando se habla de masticación de hojas de coca no es correcto hablar de los efectos de la cocaína, y tenemos que enfocar la atención en la acción farmacológica de la eegonina, la cual lamentable­ mente no ha recibido la misma atención y curiosidad cientí­ fica que la cocaína. Desde que se descubrió a la cocaína en 1859 parecía estar resuelto el misterio de la hoja de coca, pero la hoja de coca ha demostrado ser mucho más versátil y compleja. C ocaína

á benzoil eegonina

á eegonina

"El hecho de que la cocaína no es el alcaloide central involucrado en la masticación de hojas de coca, debería, por lo menos, impulsar a los científicos en el futuro a tomar amplias precauciones y a dudar mucho de las conclusiones que puedan derivar de experimen­ tos que se conducen con clorhidrato de cocaína puro ya sea en ratones o humanos, e intentar generalizar es­ tos a la masticación de la hoja de coca, una situación que ha sido demasiado frecuente en el pasado. ” Roderick Buchard 1978

Ecgnonina La ecgnonina, toma su nombre del griego, exyovos, que significa hijo o descendiente. Se sabe que la coca tie­ ne un compuesto cristalizable y muy inestable que es la co­ caína, una segunda base que es cristalizable, y un producto intermedio la benzoil ecgnonina. La egnonina se obtiene de la hidrólisis de la cocaína con ácidos o álcalis y se cristaliza

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con una molécula de agua. La cocaína siendo un alcaloide sumamente frágil se hi­ droliza primero en benzoil eegonina, y luego en ecgnonina. Estos dos últimos son metabolitos de la cocaína pero igual­ mente están presentes en su forma natural en la hoja de coca. Otto Nieschulz ha mostrado que la eegonina es 80 ve­ ces menos tóxico que la cocaína, y que no tiene influencia sobre el sistema simpático, no posee propiedades anestési­ cas, ni eufóricas. La eegonina tiene propiedades de metabolizar grasas y carbohidratos, también de adelgazar la sangre. La principal virtud de la eegonina es elevar los niveles de glucosa de la sangre, y lo hace por un prolongado espacio de tiempo, por ello se dice que la masticación de hojas de coca suprime el apetito. Es probable que la eegonina asista al hígado en la conversión de glucógeno almacenado en glucosa. Elevar los niveles de glucosa en la sangre es importante en las condi­ ciones de hipoxia de la altura. Vega Godoy (1960) nos dice sobre la acción farmaco­ lógica de la eegonina: - Produce una hipotensión arterial discreta. - No influye en las glándulas salivares o sudoríparas. - Deprime ligeramente la frecuencia respiratoria. - No ejerce acción sobre el músculo estriado. - Produce moderada relajación muscular del intestino. - Produce ligera miosis (contracción pupilar) sin modi­ ficar el reflejo pupilar. La benzoil eegonina es el conocido metabolito de la co­ caína, y se forma de la hidrólisis de la cocaína en el hígado, donde se cataliza por las carboxiesterasas. Se excreta en la orina de consumidores de cocaína. En el año 2005 los cien­ tíficos encontraron grandes cantidades de benzoil eegonina en el río Po de Italia, y empezaron a usar esta concentración

Anatomía de la Hoja de Coca

para estimar el número de consumidores de cocaína en la re­ gión. En el 2006, un análisis similar al agua de desagüe se ha realizado en la ciudad suiza de ski Saint-Moritz, pudiendo estimar el consumo diario de cocaína de la población. Conina Potente anestésico.

Cocamina Analgésico. Pectina Es la sustancia enlazante de la pared celular de los ve­ getales y frutas. Es un polisacárido. Es absorbente y antidiarreico; junto a la vitamina E, regula la producción de la melanina para la piel. Reduce el colesterol. ^ P a p a ín a Este producto de proteína se encuentra en gran medi­ da en la papaya, su estructura química es muy similar a la pepsina humana, una enzima que degrada los alimentos, en la boca, estómago e intestino. Su fermentación acelera la di­ gestión. Se dice que posee actividad digestiva superior a la pepsina digestiva. Cicatrizante y digestivo. La papaína tiene fuertes propiedades proteolíticas, tie­ ne la característica de ablandar las carnes y disolver trombos de fibrina, es decir coágulos sanguíneos. Hoy se utiliza en la industria alimenticia como ablan­ dador de carnes y también en la clarificación de cervezas y otras bebidas. En la industria cosmética, se aprovecha su poder desmanchador y cicatrizante.

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Piridina Acelera la formación y funcionamiento del cerebro, aumenta la irrigación sanguínea a la hipófisis y las glándu­ las. Aumenta la circulación cerebral.

Reserpina La reserpina es un alcaloide natural presente en la hoja de coca y también en otras plantas, ha sido usado durante siglos en la India. En la actualidad se extrae de la raíz de Rauwolfia Vomitoria, planta que abunda en Africa. En medicina tradicional, de la raíz se elabora una de­ cocción y se usa para tratar la hipertensión, demencia, es­ quizofrenia, mordedura de serpiente y la cólera. El alcaloide purificado reserpina se aisló por primera vez en 1952, y se le considera el primer medicamento moderno para tratar la hipertensión arterial. La reserpina tiene múltiples mecanis­ mos de acción, pero se sabe que tiene la facultad de reducir las monoaminas en las neuronas y por lo tanto también la dopamina. Se une irreversiblemente a los receptores de neurotransmisores, especialmente, norepinefrina, serotonina y dopamina. El uso principal de este alcaloide es como sedante e hipnótico, y reductor de la presión arterial. Este alcaloide se viene utilizando como medicamento extensivamente para la demencia y la HTA. Está indicado para casos de ansiedad leve y enfermedades mentales crónicas. Hasta la década de los 50 la esquizofrenia se consideró como una enfermedad incurable, la única terapia era la elec­ tro convulsiva y los pacientes vivían encerrados en el hos­ pital. La primera droga que se empleó efectivamente para tratar la esquizofrenia fue la reserpina. La psiquiatría ensayó este alcaloide debido a que formaba parte de la materia mé­ dica tradicional Hindú, para curar el insomnio y la psicosis. I n compañía suiza Ciba, aisló el ingrediente activo de

Anatomía de la I loja de Cuca

la planta en 1954. y la reserpina fue la primera droga i nistrada en terapia para la esquizofrenia. Se encontró que ¿a reserpina tiene múltiples mecanismos de acción, entre ellos funciona bloqueando al neurotransmisor dopamina. En la década de los noventa, se produjo un nuevo gru­ po de drogas antisicóticas que fueron muy efectivas para ¿detener? ¿Suprimir? ¿Evitar? ¿Controlar? las alucinacio­ nes, pero el efecto secundario es que dejan al paciente vacio y sin motivación. La siquiatría moderna ha elaborado la hipótesis de la dopamina en la esquizofrenia, también llamada la hipóte­ sis de la dopamina en la sicosis. Esta teoría argumenta que el comportamiento anormal asociado a la esquizofrenia y la sicosis se explica en su mayoría por los cambios en las fun­ ciones de dopamina en el cerebro. Adicionalmente la reserpina ayuda con la formación de osteoblastos, que son las células que generan tejido óseo, por lo tanto es un alcaloide que combate la osteoporosis. Usos de la reserpina: a. Baja la presión arterial, permite la relajación de ve­ nas y arterias, baja el pulso del corazón. b. Usado para la hipertensión arterial c. Usado para tratar estados sicóticos tales como la es­ quizofrenia. d. Para aumentar densidad ósea.

Higrina La higrina deriva su nombre del griego, vypos, o lí­ quido, debido a que es un alcaloide líquido, siendo además altamente volátil. Estimula las glándulas salivares, regula la carencia de oxígeno, ayuda a combatir el mal de altura, cuando hay deficiencia de oxígeno en el medio ambiente. Mejora la circulación sanguínea. 30

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Quinolina Ayuda a prevenir la caries dental con la ayuda del fós­ foro y del calcio

Globulina Es un cardiotónico que regula la carencia de oxígeno en el ambiente, mejorando la circulación sanguínea, evita el mal de altura.

Inulina Regula la secreción de la bilis y su acumulación en la vesícula, refresca y mejora el funcionamiento del hígado, equilibra la formación de melanina evitando y limpiando las manchas de la cara; es diurético, ayuda a eliminar las sustan­ cias nocivas y tóxicas no fisiológicas. Aumenta la hemoglo­ bina. Es un polisacárido muy parecido a la vitamina B 12 que produce aumento de las células de la sangre.

Benzoina Acelera la formación de las células musculares y evita la putrefacción de los alimentos, de ahí sus propiedades te­ rapéuticas para las gastritis y las úlceras. Antifermentativo.

Atropina La atropina, interfiere con el sistema nervioso parasimpático, es una droga anticolinérgica, (inhibe producción de la acetilcolina), natural compuesta por ácido trópico y tropina, una base orgánica compleja con un enlace éster. Químicamente parecida a la acetilcolina por ello modifica los impulsos nerviosos transmitidos por la acetilcolina. Las

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drogas anticolinérgicas compiten con la acetilcolina en los receptores muscarínicos, localizados primariamente en el corazón, glándulas salivales y músculos lisos del tracto gas­ trointestinal y genitourinario. La atropina acelera el corazón, anestesia los nervios, dilata las pupilas, seca la piel, produce sequedad en el ár­ bol respiratorio, relaja los músculos lisos. En farmacología moderna se utiliza en diferentes productos antigripales para aliviar resfríos y asma, en casos de úlceras pépticas, para reducir la producción de ácidos en el estómago, la atropi­ na también se suministra antes de dar anestesia general para mantener libres las vías respiratorias. En dosis altas la atro­ pina causa delirio y alucinaciones y puede resultar tóxica. La atropina es el alcaloide activo presente en la Atropa belladona, conocida como Belladona, cardinal remedio en la medicina homeopática. En Europa medieval esta planta era conocida por sus efectos alucinógenos. Se dice que Cleopatra utilizaba esta planta para agran­ dar sus pupilas, de ahí su nombre belladona. La atropina está igualmente presente en la Datura stramonium, conocido como el floripondio. Indios nativos de Es­ tados Unidos han usado datura en prácticas de chamanismo, del mismo modo, usado por los sadhus o ascetas hinduistas como herramienta espiritual. En México las mujeres Yaqui utilizan datura para disminuir los dolores de par­ to.

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Principales mineralcsyvitaminasdelahojadecoca.(lOOgrs) Nitrógeno Grasa Carbohidratos Beta caroteno Alfa caroteno Vitamina C Vitamina E Tiamina (vitamina B 1) Riboflavina Vit. B2 Niacina Calcio Fósforo Potasio Magnesio Sodio Aluminio Bario Hierro Estroncio Boro Cobre Zinc Manganeso Cromo

20.06 Mg. 3.68 Mg. 47.50 Mg. 9.40 Mg. 2.76 Mg. 6.47 Mg. 40.17 Mg. 0.73 Mg. 0.88 Mg. 8.37 Mg. 2097.00 Mg. 412.67 Mg. 1739.33 Mg. 299.30 Mg. 39.41 Mg. 17.39 Mg. 6.18 Mg. 136.64 Mg. 12.02 Mg. 6.75 Mg. 1.22 Mg. 2.21 Mg. 9.15 Mg. 0.12 Mg.

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Principales M inerales de la coca. ¿El Calcio de la coca es absorbible? Hasta donde tenemos conocimiento no hay ninguna fuente de calcio superior a la hoja de coca. Nadie ha cues­ tionado el contenido de calcio presente en la coca, pero sí muchos han cuestionado si es absorbible o no. Primero debemos hablar un poco sobre los factores que mejoran la biodisponibilidad del calcio.

Factores que mejoran la bio-disponibilidad del calcio: 1. La vitamina D y K 2. Niveles apropiados pero no excesivos de proteína 3. Niveles adecuados o altos de acidez estomacal, el medio ácido del estómago vuelve a las sales más solubles, y por lo tanto más fáciles de absorber. 4. Ejercicio 5. La presencia de algunos nutrientes promueve la ab­ sorción del calcio como potasio, magnesio, zinc, y boro. Estos minerales ayudan a mejorar el balance de electrolitos, y previenen la pérdida de densidad ósea.

Factores que inhiben la bio-disponibilidad de calcio: 1. Altos niveles de grasa en la sangre 2. Compuestos llamados fitatos (fibra) y oxaiatos (ho­ jas verdes) 3. Baja acidez estomacal.

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4. El tabaco, azúcares refinadas, cafeína, alcohol y ex­ ceso de sal. 5. Dietas ricas en proteína, especialmente si viene de proteína animal. 6. Alto consumo de fósforo. Para que tengamos una fuente primaria de calcio es ne­ cesario que la relación entre calcio y fósforo sea mayor que 2 a 1, debido a que el fósforo inhibe la absorción del calcio. Por ejemplo, la relación entre calcio y fósforo en la leche de vaca es de 118mg a 97 Mg., es decir una proporción de 1.27 a 1, cada átomo de fósforo anula uno de calcio, por lo tanto sólo el 21.25% del contenido de calcio de la leche es disponible, siempre y cuando sea leche cruda sin pasteurizar. Cuando se pasteuriza la leche, la disponibilidad de calcio baja en un 50%. La coca contiene 2097mg de calcio y 412.67mg de fós­ foro, es decir que su relación de calcio / fósforo es de 5.08 a 1, por lo tanto es fuente primaria de calcio. TABLA DE ABSORCION DE CALCIO Lcche de vaca

Leche m aterna

Coca

A jonjolí

Calcio

118mg

42mg

2097m g

1116mg

Fósforo

97mg

18mg

4 l2 .6 7 m g

536mg

Proporción

1.27/1

2.35/1

5.08/1

2.08

% de disponibilidad

21.25%

100%

100%

100%

Adicionalmcnte al contenido de calcio en la hoja de coca tenemos el calcio provisto por la llipta. La llipta es una ceniza de dos semillas mezclada con agua, normalmente quinua y kañiwa para formar una pasta que se seca al sol, un

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pellizco de llipta se masca con la hoja de coca para potenciar el efecto de la misma. Sólo la llipta suple al consumidor de coca entre 200 y 500gr de calcio por día. La OMS recomien­ da 800 Mg. de calcio diarios.

Hierro, anemia y la hoja de coca La anemia y la asfixia celular, siendo la madre de todas las enfermedades, y endémica en los países del tercer mun­ do, encuentra un interesante equipo de remedios en la hoja de coca. 1. 2. 3. 4. 5. 6.

Altísimo contenido de hierro Alcaloide de Globulina Capacidad de adelgazar la sangre Capacidad de alcalinizar la sangre Contenido de clorofila de la hoja de coca Contenido de vitamina C y vitaminas del complejo B. B1,B2,B3.

Primero sabemos que la hoja de coca es el remedio por excelencia para la hipoxia, es decir facilita la oxigenación en terrenos carentes de oxígeno, como el altiplano. En primer lugar la coca, permite que la sangre tenga mayor alcalinidad, también adelgaza la sangre: una baja viscosidad de la sangre aumenta la capacidad respiratoria de los glóbulos rojos.

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Proteínas de la hoja de coca Como fuente de proteínas la coca también nos sorpren­ de, tiene un 19,6 % de contenido proteico. Estudios de la­ boratorio nos indican que los siguientes aminoácidos están presentes en la hoja de coca. Histidina, Alanina, Arginina, Prolina, Valina, Metionina, Leucina, Isoleucina, Cisteina, Fenilalanina, Triptofano, Tirosina y Lisina. Como sabemos son 8 aminoácidos esenciales en adul­ tos y 10 en niños, los aminoácidos esenciales en niños son la arginina y la histidina, ambos presentes en la coca. El único aminoácido esencial carente en la hoja de coca es la treonina. ALIMENTOS

Coca Quinua Trigo Maíz Arroz Cebada Kiwicha Papa Yuca Harina de Nabo

Proteínas (100 gr.)

19,90 14,00 8,60 8,40 6,10 6,90 12,90 2,10 0,8 2,90

Síntesis “Pero no ven que los vegetales son apenas el ex­ tremo visible de la cura. Los vegetales no son nada si no se hayan insertos

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dentro de su total, en la totalidad de conoceres, que nos han sido legados, en su infinita arquitectura de reali­ dades sagradas, cada una con sus puertas precisas. Ignoran que esas puertas son una sola, tínica, y que su llave es múltiple Cesar Calvo Las tres mitades de Ino Moxo

Una declarada propiedad de la medicina herbolaria es la incapacidad de definir puntualmente su mecanismo de ac­ ción, mucho se puede explicar e inferir desde sus componen­ tes químicos, pero en nada es comparable a la farmacología moderna, de ahí que se le cuestione y menosprecie. La cien­ cia “oficial” insiste en buscar el principio activo de la planta y se resiste a la imposible tarea de interpretar la interacción de miles de sustancias químicas presentes en cada hierba, un análisis combinatorio de eternas posibilidades. Sin embargo, la naturaleza es más inteligente que la capacidad de racioci­ nio del científico, y verificablemente las plantas son medi­ cina para el hombre, una medicina libre de riesgos además. Al médico no le corresponde la soberbia de figurarse más inteligente que la naturaleza, al médico le corresponde descubrir las leyes de la naturaleza, saber aplicarlas, dirigir la filosofía de la naturaleza hasta llegar a sanar, o debiéramos decir permitir que el paciente se sane. La humildad del médico debe de ser tal que siempre deje un pequeño espacio para el misterio, el verdadero y le­ gítimo científico siempre calcula incluyendo la variable del misterio. Tal vez hay un trozo de la naturaleza, cuya total comprensión nos el jde debido a su vastedad. Esto quizá no esté en concordancia con los tiempos modernos, donde se busca una matemática explicación de todo, para así obtener un elevado estatus de “ciencia” y es-

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■ l'li del oscurantismo. El problema es que la ciencia se ujv ' . liando se divorcia de la totalidad. Cualquier intento , ; frac*, lonar las partes de la hoja de coca para uso medici­ nal. o recreativo, está destinado al desencanto, su resultado siempre será un inseguro proyecto de neurociencia, o una droga. I n fin podemos decir que la coca contiene jugo de poderosas sustancias, que, como hormigas sobre una tela­ raña infinita, van haciendo un laborioso desdoblamiento de en/imas, acoplamiento de cadenas moleculares, reacciones químicas de oxidación y reducción de innumerables conse­ cuencias bioquímicas para nuestras células, diferentes para cada caso. El conjunto de alcaloides de la coca reajusta des­ equilibrios neuroquímicos, le pone remedio a la depresión, la coca nos pone en marcha y nos despierta del mar de léga­ ñas. nos da combustible, es decir: que produce en nosotros una microscópica revolución celular.

Resumen de la acción de usos de la coca. (W. G. Mortimer) Corazón Fortalecido Irregular Calor de la piel Incrementa Disminuye M ente Estimulada Deprimida Músculos Fortalecidos Debilitados

117 3 104 8 109 3 82 1

Nutrición Mejorada

85 39

Anatomía de la I loja de Coca

Dificultada 4 Sensaciones periféricas Disminuidas 6 Incrementadas 8 Pupilas Agrandadas 21 Contraídas 5 Movimientos intestinales Constipado 6 Relajado 17 Secreciones mucosas Incrementan 12 Reducidas 2 Actividad de la piel Incrementa 12 Disminuye 1 Orina Incrementa 45 Disminuye 5 Respiración Más profunda 14 Incrementada 40 Disminuida 3 Funciones sexuales Estimuladas 60 4 Disminuidas Sueño Impide 30 58 Mejorado Temperatura 14 Incrementa 3 Baja 3 No modificada Nervios 58 Estimulados 40

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Sedados Apetito Disminuye Aumenta Función digestiva Mejoradas Dificultada Presión sanguínea Aumenta Disminuye Circulación Estimulada Deprimida

21 27 113 104 8 88 2 107 0

Variedades y calidades de coca Los conocedores de coca seleccionan aquélla que sea aromática y de sabor dulzón, se dice que debe de tener un olor entre cacao y paja seca. El buen olor de la coca garantiza más su calidad que su aspecto, mientras más aromática mayor es la concentración de aceites aromáticos, y nutrientes. La calidad de la hoja es mejor, siempre y cuando no se presenten heladas a mayor altura. La altitud óptima es entre 450 y 1800 m .s.n.m. La temperatura óptima para cultivar coca debe de ser de unos 18o C, si el promedio de temperatu­ ra excede los 20° C la planta pierde su fuerza, y las hojas se resecan. La coca cultivada en la selva tiene un prolífico cre­ cimiento, es de hojas grandes pero nutricionalmente inferior, y carece del delicado aroma de la coca. La coca cultivada en altura es de hojas pequeñas y altamente aromática. Las variedades más finas de hoja de coca se encuentra en el este del Cuzco, en las provincias de Carabaya y Sandia, también en Paucartambo, y a lo largo del valle de Huánuco.

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La tierra más favorable para la coca es roja arcillosa, la cual es rica en minerales, formada por ácidos orgánicos, ba­ ses inorgánicas de tierras alcalinas y óxidos, principalmente el hierro. En el suelo de la selva la coca prospera pero carece del poder medicinal de la coca de altur?. La coca presente en el mercado se puede agrupar en dos variedades, la boliviana o Huánuco y la peruana llama­ da trujillense. La coca Boliviana es de hojas más gruesas, más amarga y relativamente contiene mayor concentración de cocaína. La coca peruana es más delicada y fragante, rica en alcaloides aromáticos, de hojas pequeñas, tiene mejores propiedades nutricionales y posee menor concentración de cocaína. En Brasil también crece la coca con el nombre de Ypadu.

Propuestas al problema social de la hoja de coca. El narcotráfico es quizá uno de los desafíos más gran­ des y urgentes que presenta Latinoamérica. En ella opera el gangsterismo, la corrupción, la criminalidad, la guerrilla, el secuestro y el homicidio. No se puede negar que los lados más oscuros del Perú y Latinoamérica incluyendo la corrup­ ción, involucran directa o indirectamente a la cocaína o al dinero que ella genera. Cuando reflexionamos sobre la des­ trucción del medio ambiente y la biodiversidad sabemos que el narcotráfico juega un rol protagónico. Es por eso que lo que unos consideran como “la planta divina de los Incas”, es vista por otros como un veneno que conduce a la degenera­ ción moral del hombre, y ambos están, desde su óptica, en lo correcto. El propósito más profundo y universal de la existencia humana es conocerse a sí mismo, otra meta igualmente no­ ble es parejamente poder compartir calor humano, alegría y compasión con los hermanos. La hoja de coca es un instru-

Sacha fiarrio Healey

:nento, un puente que nos ayuda a cruzar el camino hacia el misterio del hombre. IJn pijehador de coca va a las montañas y, mientras mastica en silencio, la hoja le va enseñando, ha­ blando e instruyendo sobre su camino y su destino, le revela cómo la naturaleza está entretejida en una telaraña, Históri­ camente los sacerdotes andinos han usado la coca para leer los mensajes del espíritu, y esta planta está entrañablemente asociada a la teología andina, de igual manera, la hoja pro­ picia un terreno de cultivo para el ayni o la reciprocidad, al entrar a una casa siempre se ofrecen hojas de coca, al buscar resolver una diferencia o conflicto se ponen hojas de coca sobre la mesa y mascando las hojas el hombre se sensibili­ za, la coca cohesiona la sociedad, se crea un tejido invisible donde la comprensión, el perdón y entendimiento es posible. La coca humaniza la sociedad, la cocaína la imbeciliza. Donde el ignorante ve la negrura del diablo, el sabio reconoce que está ahí, secreta, la más alta expresión de la di­ vinidad. Dios tiene maneras misteriosas de actuar, ha hecho que lo más sagrado y lo más profano coexistan a una mínima distancia, en una misma planta, este hecho no lo podemos cambiar: ahora y en la eternidad es y será así. La luz y la os­ curidad son inseparables, un cuchillo lo podemos usar para apuñalar al prójimo, mientras que un cirujano salva vidas con su bisturí; en la hoja de coca similarmente está conteni­ da, en potencia, la vida y la muerte de un pueblo. El futuro de nuestra sociedad depende del uso que le demos a la hoja de coca, y no vamos a poder evadir ese desafío. Las personas que caminan con Dios siempre llevan la sombra del diablo a su lado como fiel acompañante. En su moralidad, debe de andar lo suficientemente despierto para pisar el camino sin caerse. Querer exterminar a la hoja de coca, además de in­ genuo atenta contra las leyes naturales de la ética donde la luz \ la oscuridad de la moral son elementos coexistentes e inseparables.. 1lablar sobre la coca no es conocer la coca, es recoger

Anatomía de la Hoja do Coca

el polvo de los que verdaderamente la conocen, y ellos la co­ nocen mascándola. El conocimiento sobre la coca es presta­ do, otros lo han experimentado y un tercero piensa que debe de ser cierto, pero la sabiduría de la coca sólo llega a través de una experiencia propia con la hoja. Existen muchos es­ pecialistas sobre la coca, han leído todo sobre la coca, su química, su problema social, pero aun así no han comenzado a conocerla verdaderamente. El hombre blanco debe mascar la coca, y solo así la podrá comprender y valorar, y tendrá autoridad para hablar sobre ella, de lo contrario estará en la oscuridad, y ¿cómo va a poder opinar o acaso legislar so­ bre algo que no conoce? Sólo cuando el hombre blanco y el hombre andino se reúnan a mascar en un humilde acullicu, desde las hojas brotará el mensaje de un sensato manejo de la coca y paz social para todos. Desde temprano en la historia de la conquista nunca han faltado ofensivas contra la coca, lo cual proviene de pre­ juicios religiosos y estrechez de pensamiento mezclado con la discriminación racial prevaleciente. La lengua se pone sonámbula, con el bebedizo extraído de la masticación, así mismo los miembros de un círculo de acullicadores entran en un ensueño, época sin tiempo, tiem­ po de otro tiempo o llámese tiempo de indios. La coca nunca respeta el tiempo, cuando el pijehador se pone a mascar vive sin prisa, se esconden los años, para algunos les parece perezoso vivir con calma. Al que masca la coca lo desborda la sensibilidad y la tenue vivencia que la hoja le ofrece. Al mundo occidental moderno le interesa de sobre manera el tiempo, y sobre todo no perder el tiempo, vive continuamente temeroso de que el tiempo no se le esca­ pe, y sin embargo, son los que más pierden el tiempo. Si tie­ nen una vida de 60 años, 20 años o la tercera parte de su \ ida la pasa durmiendo, 20 años poseído por el sobresalto interno de tener que estudiar, primaria, secundaria, universidad y maestrías, y 20 años los pierden en infinidad de faenas y Ira-

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jincs improductivos, les aturden quehaceres domésticos, trá­ ficos automovilísticos, burocracias y sonambulismo laboral, y de pronto se acaba la vida, advierten su reseca existencia, advierten que ni siquiera han empezado a vivir. El que mas­ tica la coca nunca deja de vivir, porque reflexionar y meditar con la coca lo lleva a vivir más despierto, la oración encauza la sangre a entibiar el corazón y así atiende la vida sin nunca dejar de admirar los enigmas de cada inmenso segundo. Ninguna sociedad puede prosperar y evolucionar arras­ trando una desigualdad social tan marcada como la nuestra. Mientras que en Noniega la distancia entre el 10% más rico y el 10% más pobre es de 1.5 a 1, en España es de 8 a 1, pero en Latinoamérica es de 50 a 1. Esta desigualdad obviamente no es una enseñanza que nos deja la hoja de coca, la filosofía de las fibras de la coca es que la vida posee un tejido invisi­ ble y vivir con tal desigualdad social es deshonrar a nuestros coterráneos, es vivir sin ética, con el corazón anquilosado y muerto. De las arcas del dinero del narcotráfico un 5% chorrea hacia Latinoamérica, la desigualdad nuevamente se manifiesta. Liberada de sus restricciones actuales, no podrá ser la coca una fuente digna de ingresos para nuestro pueblo. No estará la solución al problema del narcotráfico intrínsicamente dentro de la hoja de coca ni tampoco en cultivos al­ ternativos, que históricamente han frustrado en sus intentos. Legalizar la hoja de coca con un carnaval de apologías fantásticas sobre su uso medicinal es perder nuestra objetivi­ dad irresponsablemente. Igualmente, ignorar el problema social de la hoja de coca es adoptar la actitud del avestruz. La modernidad nos dice que el futuro del mercado económico reside en el mer­ cado ético, en el mercado solidario, llamado Fair Trade. Anita Rodrick es una empresaria inglesa que ha revolu­ cionado el mercado de los cosméticos al crear el Bodyshop, una empresa transnacional que se dedica a vender cosméti­ cos Fairtrade, con materias primas pagadas a precio justo

Anatomía de la 1loja de Coca

obtenidas de países del tercer mundo, y vendidas en Europa en tiendas exclusivas con el incentivo adicional de ofrecer productos con sobresaliente calidad moral. En Europa el mercado del café y chocolate Fairtrade ha abierto inimagi­ nables proporciones del mercado en pocos años. Igualmente hay ahora en Europa banca ética, bancos comprometidos a no usar el dinero del cliente en armamentos, industrias quí­ micas o financiar cualquier proyecto que lastime el medio ambiente, bancos donde el mismo cliente puede decidir a qué proyectos destina su dinero y con qué tasa de interés. Bill Gates ha dejado de administrar su empresa para dedi­ carse a trabajos humanitarios, y Warren Buffet a donado el 75% de su dinero a organizaciones de caridad. Todos estos son ejemplos y desafíos para nosotros que habitamos dentro de una de las más grande desigualdades sociales del planeta. Sacha, lamento desilusionarle, Oxfam ha contratado a la vicepresidenta de comunicaciones de la Coca Cola , Fair Trade ya no les compra a las cooperativas ni a los artesanos sino a los industriales del tercer mundo que produzcan con la calidad que supuestamente quieren los europeos. Es más, por tener acceso a los anaqueles de supermercados les dan etiquetas de Fair Trade a multinacionales que explotan a los campesinos y les exigen transgénicos. Las organizaciones de comercio alternativo han crecido y son tan multinacionales y capitalistas en su accionar como cualquier otra multina­ cional. Oxfam ha decidido que hay 200 millones de pobres en el mundo por los que no se puede hacer nada, ‘so forget them ’ y su plan de trabajo se llama ahora Business Plan, sus beneficiaries son sus ‘clients’ y si no son productivos to hell with them. El 90% de los ingresos de las ONGs se queda en los sueldos de los funcionarios europeos de las ONGs, so much fo r fa ir trade! yolanda ¿No podremos crear una red de agricultores cocaleros socialmente responsables?, a quienes se les pague un precio digno, y que este producto orgánico sea accesible al merca­ 46

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do internacional, y el que compre este producto certificado tenga la certeza que su producto está destinado a erradicar los tres grandes males de Latinoamérica, la pobreza, la des­ nutrición y el narcotráfico. ¿Será posible que nuestras fuerza armadas puedan proteger la dignidad y pureza de este co­ mercio en vez hostigarlo? No será más acertado fiscalizar con fuerza los dieciséis insumos químicos con que se elabora el clorhidrato de cocaí­ na y proteger el cultivo de la hoja. Acaso seremos más efec­ tivos si golpeamos con fuerza al narcotráfico en los puertos del Callao, Pisco, Paita, lio, y no con nuestra política de fus­ tigar ineficazmente al empobrecido agricultor. PROYECTO COCACTIVA El proyecto cocactiva busca usar a la coca como ali­ mento energético que activa a la sociedad espiritual y físi­ camente. Por otro lado, queremos que la coca desempeñe un papel activo en la erradicación del narcotráfico, la pobreza y la desnutrición. La solución al problema de la coca no está necesariamente en la sustitución de cultivos alternativos, la solución al problema de la coca está intrínsecamente en la coca misma. Con el proyecto cocactiva queremos que el hombre an­ dino ponga a la coca en el lugar digno que le corresponde, que el hombre blanco aprenda los beneficios de la coca y la integre a su dieta, y aprenda a pijehar coca con los hermanos del ande, que se integren la costa y la sierra con una misma filosofía de ayni. El proyecto cocactiva busca usar el potencial comer­ cial de la coca, en los mercados nacional e internacional, y que cuando llueva el dinero de la coca, que la pobreza del ande sea la primera en mojarse. El proyecto cocactiva busca crear una organización de mercado solidario

Anatomía de la I loja de Coca

(Fair Trade), donde al cocalero se le paga un precio justo, un 15 % por encima del precio de mercado. El consumidor de esta coca tendrá la seguridad que la coca que consume no sólo es be­ néfico para su salud, tiene certificación orgánica, es libre de pes­ ticidas agrícolas y fumigaciones de policías antidrogas, sino que además su dinero estará destinado a la erradicación de la pobreza y narcotráfico. Con el dinero de la coca queremos ayudar a cons­ truir colegios, postas médicas y comedores populares. Queremos comprarle la coca al agricultor y asegurar un uso responsable del mismo, con el compromiso del agricultor, para ello usar los re­ cursos que se destinan a combatir el narcotráfico y los recursos obtenidos de la coca misma. No entiendo la frase, la redacción es un poco confusa, sobre todo la última parte. Con esto queremos crear una red de cocaleros solidarios, con responsabilidad social y con el respaldo de la comunidad. Es decir un consumidor de cocactiva tiene la garantía de: 1. Tener un nutriente energético de primer orden 2. Obtener coca certificada orgánica, libre de fumi­ gaciones y fertilizantes foliares. Obtener coca con certificación de Fair Trade (mercado solidario). Una compra que implica la erradicación de la pobreza y pago de precio justo al agricultor. 3. Una compra que implica estar activamente erradi­ cando el narcotráfico 4. Sabemos que actualmente el Perú produce 109’000 toneladas de hoja de coca, pero sólo el 10% es uti­ lizado para consumo tradicional. Aspiramos a que toda la coca se destine para consumo humano como alimento, y a cerrarle las puertas a la tolerancia al narcotráfico. Quizá es hora de tener una política inteligente y sana en la lucha contra la cocaína. La solución al problema de la coca está en la coca misma, la coca debe estar activa.

4,30

45

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* Vitamina A en UI: 11000 a 14000 Fuente: — Universidad de Harvard (1975) — Guyton. Tratado de Fisiología medica. 7° edición

32

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1

Anatomía de la I Ioju Jo Coca

La coca, la verdad y la mentira “Am a lliillanquichu ” No seas mentiroso Canon ético del ande

En la actualidad la población está en medio de informa­ ciones contrarias respecto a la coca. Tenemos documentada evidencia de que el centro “CEDRO” se encarga de preparar no la infusión sino la difamación de la coca, hablando con franqueza para nada han honrado la verdad cuando hablan de la coca. Muchos nos preguntamos cómo se financian tan holgadamente, tienen una gran cobertura en los medios de comunicación, incluyendo revistas, diarios y canales de te­ levisión. Se presentan al público como una organización de aire caritativo, y de hombres nobles dedicados a salvamos del infierno de las drogas, pero si los juzgamos por la veraci­ dad de sus declaraciones y manipulación de la información, nos quedamos con preguntas sobre la real naturaleza de estas personas. Por mi parte, prefiero alimentarme de plantas na­ turales antes que sostenerme de un sistema de falsedades y calumnias. Además del estudio enciclopédico y de selectas referencias bibliográficas, ¿no será necesario instruirse sobre la hoja de coca en carne propia para tener autoridad a hablar sobre ella? ¿No es la más vergonzosa ignorancia presumir de saber lo que no se sabe? La historia del Perú y la certidum­ bre empírica de millones de comensales y beneficiarios de la coca tiene mucho que decimos, y como hemos visto, prueba estar en correspondencia con los hallazgos del laboratorio. Con naturalidad queda flotando la pregunta de quién financia esta campaña de difamación, y es deducible pensar

Sacha Barrio Healey

en Devida, USAID, también es natural preguntamos si parte de los 96 millones de dólares de la DEA (Drug Enforcement Agency) llega a sus manos. Una cosa es vivir del problema, cobrar un salario gracias a la presencia del problema y otra cosa muy diferente es vivir para resolver el problema y ter­ minarlo. Pero de todas sus mentiras la que me más nos ha sor­ prendido es llegar a decir y repetidamente, lo siguiente “Una investigación realizada en el laboratorio de la Facul­ tad de Farmacia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, arrojo un hallazgo sorprendente: la hoja de coca no tiene propiedades nutritivas y su ingesta bajo diferen­ tes productos puede ser mortal para la salud” Este texto lo encontramos en la Revista Mundo Médico mes de setiem­ bre del 2005, publicación del Colegio Médico del Perú. Esta misma información, se divulga repetidamente en diferentes artículos, publicándose ampliamente, y la ubicuidad de estas divulgaciones es lo que ellos llaman “campañas informativas . Este tipo de alegatos se hace sin ningún tipo de sustento científico. Como prueba de que estas afirmaciones se hacen sin honor a la verdad tenemos una carta aclaratoria del Dr. Roger Ramos, tutor de la mencionada tesis, profesor de la Universidad San Marcos y médico farmacéutico de renom­ bre, con amplia experiencia en el estudio de la hoja de coca. También nos hemos tomado el trabajo de leer la tesis de grado de Adriana Cordero a la que hacen referencia los autores del artículo para hacer ese tipo de declaraciones. En esta tesis no encontramos por ningún lado, ni remotamente, ese tipo de conclusiones. Como sabemos las organizaciones de “CEDRO” y “Una alianza para un país sin drogas” continuamente utili­ zan el nombre de Coca para designar el estupefaciente que de ella obtenemos: la cocaína. Es así que vemos pancartas con publicidad y títulos como “La coca mata ”, esta campa­ tt

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Anatomía de la I Iqja de Coca

ña social ha estado presente durante años en nuestro país sin que nadie cuestione ese uso de lenguaje y deliberada progra­ mación social. Es nuestro parecer que, si bien es correcto ha­ cer campañas de información social para prevenir el uso de las drogas, debe informarse al público y utilizar el nombre de la coca y la cocaína cuando corresponde en cada caso. En nuestro país existe un auge en el interés de la coca como complemento nutricional, y visiblemente hay un po­ tencial grande para su industrialización, un potencial tan grande como la Coca Cola misma. Este tipo de artículo basa­ do en engaños seudo científicos y utilizando el renombre de instituciones como el Colegio Médico Peruano busca crear un sabotaje específico contra la industrialización de la harina de coca. Como sabemos la harina de coca no es apta para ser utilizada por el narcotráfico, tiene incuestionables virtudes medicinales y se presenta como una amenaza a los intereses extranjeros que buscan la erradicación de hoja de coca. Así mismo, lo que unos llaman el proyecto de erradicación de la hoja de coca, para otros, no es otra cosa que la regulación del precio del mismo. Buscar erradicar la coca hace que el precio de la cocaína suba exponencialmente, entre sus con­ secuencias está darle un generoso subsidio al narcotráfico.

La guerra a la hoja de coca y la secreta autodestrucción de los EE.UU. EE.UU. actualmente representa el 6% de la población mundial, sin embargo esta porción de la humanidad consu­ me más lácteos que todo el 94% restante del planeta, el dato curioso es que EE.UU. lidera el mundo en osteoporosis, junto con Dinamarca y Fin­ landia que son también naciones bebedoras de leche. El nor­ teamericano consume como promedio 1200 Mg. de calcio, aun cuando la OMS nos dice que los requerimientos diarios

Sacha Barrio Healey

son alrededor de unos 800mg, la China por otro lado consu­ me unos 500 Mg. de calcio como promedio pero aun así no padece de Osteoporosis. Como vemos no se trata tanto de la cantidad de calcio en la dieta como de la bio-disponibilidad del mismo. Entonces tenemos que hacemos la honesta pre­ gunta, ¿el alto contenido de calcio de la coca está disponible al ser humano? Esta pregunta la hemos respondido anterior­ mente, y concluimos que EE.UU. podría contar un alimento críticamente necesario para su pueblo. Del mismo modo, entre las propiedades de la hoja de coca tenemos: un efecto antidiabético, antidepresivo, anticolesterolémico, energetizante, adelgazante, es decir, asom­ brosamente la coca parece congregar todas las virtudes más críticamente necesarias en un pueblo epidémicamente afli­ gido por la diabetes, la obesidad, la fatiga, la depresión y la • osteoporosis.

La Coca como enemiga del tribalismo y nacionalismo. Debido a la fuerte ingerencia norteamericana en los asuntos Latinoamericanos en tema de tráfico de drogas, su­ mado a la desigualdad social entre sur y Norteamérica, se viene procreando una sensación de opresor y oprimido, de lo cual surge una instintiva antipatía contra los EE.UU. Si bien es cierto que los EE.UU. por medio de sus organizacio­ nes filiales se ha dedicado a difamar a la coca, con elegantes manipulaciones de información que vemos en los medios de comunicación, rodeándola de un oscuro velo de malignas propiedades, pareja y similarmente desde el sur se satani­ za al gran “diablo” yanqui del norte. Es común ver luchas populares en defensa de la coca, rodeada de sentimientos chovinistas y posturas indigenistas a ultranza, donde se lan­ zan todo tipo de calificativos desmesurados e irracionales. Ambas posturas son condenables, promueven una guerra

Anatomía de la I luja de Coca

xenofóbica, o una irracional demonización de la coca, y así se oscurecen las posibilidades de abrir un dialogo y una so­ lución al problema. La coca es enemiga del nacionalismo, enemiga de las banderas, himnos nacionales y escudos de la patria. Nacio­ nalismo y nación son palabras que proceden del latín natus o nacer y hace referencia a una raza o grupo étnico que cir­ cunstancialmente nace en un espacio dado, y muchos gru­ pos étnicos desarrollan sentimientos tribales, xenofobia, y las grandes naciones producen el fascismo y hostilidad hacia otros pueblos hermanos. Se engendran ideologías que fortalecen el ego, el indi­ vidualismo. Todo lo cual le aleja de una sano sentimiento de pertenencia cultural y proviene más bien de una inconsciente y enferma identificación con el, (el siempre frágil) ego. De allí surge la absurda posición de que mi tribu es superior a las demás, y eso parece justificar desde leves antipatías xenofóbicas hasta carnicerías holocáusticas como la de los Hutus y Tutsis en Ruanda. Todas estas expresiones son la lección opuesta que nos deja el uso benéfico y místico de la hoja de coca, para la cual no existen fronteras, y sólo existe la interdependencia y la hermandad. Si bien la respuesta al problema de la coca está intrínsicamente en la coca misma y no en cultivos sus­ titutos, el problema internacional de la coca reside también en EE.UU. y Europa, ¿acaso podemos ignorar que en ellos está uno de los mercados más amplios, y que dentro de su mercado hay un sector altamente sensible, socialmente soli­ dario, responsable y ecológico, (del cual deberíamos además aprender), y que en ellos está el más grande aliado de una salida sensata? Sólo cuando la coca ingrese al mercado oc­ cidental y se valore objetivamente a esta planta estaremos libres del estigma de la cocaína. Sabemos que el mercado in­ ternacional del Ginseng, del Guaraná, y el Noni, es de varios millones de dólares, y quizá el mercado de la hoja de coca

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podría ser tan grande como la Coca cola misma.

La medicina de cada pueblo La naturaleza sabiamente ha dado a cada pueblo la me­ dicina para su cuerpo y alma, en la Polinesia es sagrado el noni, en la China el ginseng, y la medicina del ande es la coca. Cuando la coca vuelva a correr por la sangre del pueblo se va a despertar el león dormido, vamos a tener el impulso, fuerza y poder curativo de la coca como parte de nuestra conciencia y cultura. Consumiéndola crecen profundas las raíces de nuestra sabiduría, se forma una telaraña de sincero intercambio social, y se diluyen los prejuicios, inseguridades y vergüenzas del pueblo. Es con la coca que el mundo andino ha podido soportar todos los vejámenes de la conquista y la colonia, reivindicar a la coca y traerla como alimento es revolucionar todo el ande, con un recurso que no sólo combate la desnutrición, sino que también erradica la pobreza, la conciencia fatigada del hombre se reemplaza con una sólida, sana identidad an­ dina, y un espíritu positivo. Estando en la Universidad de Buenos Aires para hablar en un foro internacional sobre la coca, sorpresiva y casual­ mente en el día del 39° aniversario del asesinato del Che Guevara, y sentado en la facultad donde estudió medicina, pude recordar unas célebres palabras de este emblemático opositor de Norteamérica que merecen nuestra reflexión. “Permítanme decirles compañeros, a riesgo de que­ dar en ridículo, que un verdadero guerrillero es movido por grandes sentimientos de amor ” No sabemos si estas palabras las dijo el Che estando en Cuba o en Bolivia, y si las dijo en Bolivia quizás habría mascado unas hojas de coca para inspirarse, y me atrevo a imaginar que si su vida no se hubiera detenido en el tiempo,

Anatomía de la Hoja de Coca

en Bolivia habría descubierto la coca, de la misma manera como en Sierra Maestra lo acompañó el habano de tabaco. Pero con la coca se habría instruido en la metafísica del Ayni y necesariamente habría abandonado las armas y el derra­ mamiento de sangre, y su guerra, implacablemente humana como la de Martin Luther King, estaría en el corazón del pueblo, alimentándose con hojas y curando heridas sociales. La revolución social de los alimentos, y entre ellos su­ perlativamente la hoja de la coca, es la única que nos puede ayudar a evolucionar. Antes de terminar quiero aclarar que este texto es in­ servible y carece de todo valor a menos que se conozca la coca directa y personalmente. Este texto será útil en la me­ dida que nos estimule a descubrir a la coca y nos permita curamos física y espiritualmente. Que me perdonen los ár­ boles que han sido sacrificados para imprimir este papel, que cercanamente limita con la inutilidad, y que el conocimiento logrado al final de la lectura sirva para ayudar a conservar a la naturaleza y al reino vegetal. No erradiquemos las plantas.

Sacha Barrio Healey

CRONOLOGIA DE LA HOJA DE COCA 2500-1800 AC En el Perú septentrional, donde se en­ cuentran las ruinas de Huanca Prieto, se descubre la presen­ cia de hojas de Coca. 2100 AC En la cultura Valdiviana, en Ecuador, en las cerámicas de las culturas Nazca y Mochica, en Perú (600360 AC), se encuentran evidencias del uso tradicional de la Coca. 1200-1475 Los Incas usaban una esencia de aceites, extraída de las hojas de Coca, para la cirugía de tumores cerebrales. 1499 Las propiedades de la hoja de Coca se conocen por primera vez en Europa, gracias al sacerdote Tomás Ortiz, mientras que Américo Vespucci encuentra unos objetos para el uso tradicional de la hoja de Coca, en la costa venezolana. 1567 El Segundo Concilio de Lima condena la Coca, “por ser una cosa sin utilidad y muy cerca del abuso y la superstición”. Juan de Matienzo la defiende, afirrmando que “se no existiera la Coca, no habría el Perú”. 1573 En las minas de Potosí, ciudad de grandes dimen­ siones en aquel entonces, se consumaban en el ámbito labo­ ral cantidades de hojas de Coca equivalente al valor de 450 kilos de oro; el uso de las hojas fue revalorado y difundido, para aumentar la resistencia al trabajo, sobretodo en las mi­ nas.

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Anatomía de la 1loja de Coca

1607 El Inca Garcilaso de la Vega dedica un capítulo de sus “Comentarios Reales al Tabaco y a la Coca”, afirman­ do que: “No hay motivo de mantener olvidada la planta que los indígenas llaman “Khuka”, principal riqueza del Perú. 1786 La planta de Coca es registrada en la Enciclope­ dia Botánica de Lamarck en la familia de las “Erythroxilaceae” del género “Erythroxylum”. 1794 Hipólito Unanue publica en el “Mercurio Perua­ no” su “Disertación sobre el aspecto, cultivo, comercio y virtudes de la famosa planta del Perú nombrada Coca” 1858 La hoja de Coca alcanza la fama en Europa gra­ cias al tratado “Sobre las virtudes higiénicas y medicinales de la Coca y sobre los alimentos nerviosos en general”, del médico-antropólogo italiano Pàolo Mantegazza . 1859 El químico Albert Niemann de Góttingen (Ger­ mania) aisla un principio activo alcaloideo desde la hoja de Coca ... lo llama “cocaína”. 1863 El químico de Córcega, Ángelo Mariani (18381914) produce un vino de Coca che recibe el aprecio de mu­ chas celebridades de la época.. 1880 La “Gazzetta Terapeutica” incluye la cocaína en la lista oficial de los medicamentos de Norte América. 1884 El doctor Sigmund Freud publica su primer artí­ culo “Sobre la Coca”. Se convierte en el primer consumidor de cocaína de la historia. 1884 El médico oftalmólogo alemán Karl Kóller usa la cocaína para anestesia en la cirugía de los ojos; el doctor

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William Hall (EE UU) la usa para anestesia dental, mientras que el doctor Halstead (EE UU) es el primero en injectar cocaína directamente en el sistema nervioso. 1884 La industria farmacéutica “Parke Davis & C. Manifacturing Chemist” de Detroit produce cocaína en peque­ ñas cantidades y más tarde en escala industrial. 1886 Una bebida a base di hoja de Coca y nuez de cola, derivada del famoso Vino Mariani, sin la componente alcò­ lica, se lanza en los EEUU, producida por el farmacéutico John Pemberton, que la llama “Coca-Cola”. 1889 En el Jardín Real Botánico de Kiew (U.K.), Mo­ rris identifica la Erythroxylum novogranatense. 1901 La medicina norteamericana reconoce las virtu­ des de la Coca en la monumentale obra “History o f Coca” (Mortimer, Perú)... 1905 Einhom sintetiza la “procaína” o cocaína sintéti­ ca. La cocaína natural es retirada del mercado y será prohi­ bida más tarde. 1912 A la Haya (Holanda), la Convención del Opio in­ cluye la cocaína y también la Coca per ser su materia prima. 1913 El Perú subscribe la Convención de la Haya. Ini­ cia la campaña de desprestigio de la planta de Coca, impul­ sada por los psiquiatrías peruanos (Valdizán,1913) 1914 La “Ley Harrison” (EE UU) prohíbe el uso legal de la cocaína.

Anatomía de la Hoja de Coca

1947 El Gobierno peruano solicita las Naciones Unidas a constituir una comisión de estudio sobre la hoja de Coca. 1950 La relación elaborada por la Comisión de las Na­ ciones Unidas, constituida para esa finalidad, provoca las protestas de Perú y Bolivia, por las fundamentaciones y los contenidos claramente prejudiciales. 1953 Una Comisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara que “el milenario uso tradicional de la Coca (“coqueo”, “pijcheo”, “aculliku”) debe ser considera­ do toxicomanía” 1961 El Gobierno Boliviano, durante el presidente Víc­ tor Paz Estenssoro, firma la Convención de Ginebra, base de toda la moderna legislación referente a “Coca, Opio y Canabis”. La Convención incluye la prohibición de la Coca y de su uso tradicional. 1961 En la Convención Única de los Estupefacenties (Nueva York, 1961) se emite un acuerdo sobre la destrucción de los cultivos de Coca; acuerdo que el Perú subscribe. 1971 Bolivia adhiere al plan de destrucción de los cultivos de Coca y el Presidente en poder, General Banzer, firma un acuerdo a Santa Cruz con el Secretario de Estado norteamericano, Henri Kissinger. 1976 La Universidad de Harvard publica un estudio sobre la composición y características de la hoja de Coca, que desde el punto de vista nutritivo es comparable con los mejores cereales y alimentos conocidos. 1978 Se emite en Perú el “Decreto Ley 22095” (Mar­ zo 1978), conocido como “Ley de las Drogas”, que mete al

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mismo canastón hoja de Coca, drogas, campesinos, fármacodependientes y narcotraficanties 1978 La revista “América Indígena” (4, Vol XXXVIII, México, 1978), del “Instituto Indigenista Interamericano” (México), asume la defensa de la Coca, en una estensa y completa publicación monográfica. 1988 En Bolivia está vigente la “Ley 1008”, sobre la Coca y las sustancias prohibidas, según la cual “todos son consumidores di droga, hasta que no se compruebe clara­ mente lo contrario....” (ignorando así el principio universal de inocencia hasta q se compruebe la culpabilidad). 1988 Después de unos años de transformación artesanal de la hoja de Coca en productos naturales de uso común y benéfico, se emite en Bolivia una ley para el control de la industrialización de la Coca. 1995 El 3 de Marzo se hacen públicas las conclusiones del “COCAINE PROJECT”, realizado por OMS-UNICRI, entre las cuales se encuentra el siguente punto: “El consumo de hoja de Coca no parece acarrear efectos negativos para la salud y cumple funciones terapéuticas, sagradas y sociales, positivas entre los pueblos indígenas andinos”. 1999 En Cusco (Perú) es operativa desde 1999 hasta 2005 la asociación civil K ’uychiwasi. fundada por la doctora italiana Emma Cucchi, que promueve los valores culturales y éticos y desarrolla un progetto piloto de transformación de la hoja di Coca en productos alimenticios y naturales de uso general. En el mes de Noviembre 2005 nace la microempresa “© The Coca Shop Company S.A.C.”, conducida por el grupo de jóvenes peruanos, herederos de K ’uychiwasi, lide­ rados por Christo Deneumostier Grill.

Anatomía de la Hoja de Coca

2005 En Bolivia, el 18 de Diciembre, el líder aymara, Evo Morales Ayma, jefe carismàtico de los cocaleros boli­ vianos, es elegido Presidente de la Nación,: una grande es­ peranza para el camino de la “Coca verde y sagrada” ... en el mundo.

ALGUNAS NOTAS SOBRE EL USO TRADICIONAL DE LA COCA ENTRE LOS INDIGENAS DE AMERICA

El conocimiento y utilización de las hojas de coca, así como de muchas otras plantas estimulantes, narcóticas y alucinógenas es muy antigua y difundida entre los indígenas americanos, a igual que en el resto de los pueblos del mundo de ayer y de hoy. Prueba de la antigüedad del uso de la coca en Sudamérica son los numerosos hallazgos arqueológicos, algunos con más de 5 mil años de antigüedad, que eviden­ cian lo arraigado de su uso entre los primeros pobladores del continente. Existen, por ejemplo, piezas de cerámicas halladas en las costas de Ecuador y Perú, las cuales representan un ros­ tro humano con las mejillas hinchadas por el “bocado” “co­ cada”, “acullico” o “chacchada”, a la manera tradicional. Estatuillas de oro colombianas, las cuales llevan en sus ma­ nos una vasija con ofrendas de coca; y hasta momias junto a las cuales se han encontrado saquitos de coca y algunas hojas dispuestas a su alrededor. En efecto se acostumbraba —y aun muchos pueblos andinos acostumbran— depositar hojas de coca entre los la­ bios de los muertos para protegerlos de los posibles peligros del más allá. Igualmente los caminantes arrojaban una hoja de coca sobre las tumbas que encontraban en su camino. Y hasta el propio camino se medía a base de la cocada, o sea, la

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duración de los efectos de un “acullico”, un bocado de hojas: unos 40 minutos, durante los cuales se pueden recorrer unos tres kilómetros en terreno llano, y dos, cuesta arriba. La difusión de esta planta también ha sido muy amplia, desde el sur de México hasta el norte de Chile y Argentina (Jujuy y los valles de Salta) siendo la zona de mayor difu­ sión la cordillera andina hasta la baja planicie del amazonas. En la actualidad, al norte de Perú y sobre todo en el Ecuador las plantaciones de coca han desaparecido. Por el contrario se haya presente en la Colombia meridional, en la Sierra Ne­ vada de Santa Marta, en la Sierra de Perijá y a lo largo de los afluentes del río Negro, Putumayo y Caquetá en la Amazo­ nia colombiana. Se le ha encontrado de manera silvestre en el valle del Catatumbo por Santiago Cortés y a las orillas del Cauca por E. André (Pérez de B., 1952: 46). La coca también llamada hayo es un árbol pequeño de hojas brillantes, lisas y flores pequeñas y blancas. Pertene­ ce a la familia de las eritroxiláceas según la mayoría de los botánicos, aunque para algunos, forma parte de las lináceas. Generalmente crece hasta 1400, metros de altura sobre el nivel del mar, aunque existen cocales a unos 2000 mts. Su cultivo requiere de una alta temperatura, bastante humedad atmosférica y terreno de laderas. Según el padre Aguado (considerado el primer historiador de Venezuela) la coca no se cogía en las tierras frías del Nuevo Reino de Granada sino en algunos valles calientes, como en el Cantón de Vélez donde “... crían grandes algodonales y hayares...” y hasta donde tenían que ir a comprarla. Es una planta que requiere muchos cuidados y que los indios no escatiman en prodigárselos. Se reproduce por se­ millas las cuales se siembran en almácigos. Luego de trans­ currir el primer año, se les transplanta en hileras, en tierra muy bien labrada, cuidando mucho la disposición de las raí­ ces y la limpieza del suelo, ya que de doblarse la raíces la nueva planta se secaría (en los Andes se siembra en un sis­

Anatomía de la Hoja de Coca

tema de terrazas a fin de garantizar la humedad que requie­ re la planta). La primera recolección de hojas (llamada en quechua j inchunchañá) se realiza a los dos años, pero como la planta está4ébil todavía, apenas se cosechan unas cuantas hojas a fin de evitar que muera. Tres o cuatro meses después, se realiza una verdadera cosecha arrancando con mucho cuidado la mayoría de las hojas. Esta tarea se repetirá cada tres meses o mit ’a, cuando las hojas tienen color verde. El número y épocas de cose­ chas al año varía según la zona. En Amazonas, al parecer las hojas se recolectan según se van necesitando. En los Andes, al otro día de la cosecha las hojas son extendidas al sol cui­ dando siempre que no se recalienten y ennegrezcan, a fin de que adquieran una consistencia específica, sin humedad y sin mucha resequedad, ya que de esto dependerá la calidad de la cocada. El modo de preparación y consumo de la coca, los in­ gredientes aditivos (alcalinos) y los instrumentos usados va­ rían en las diferentes zonas y pueblos. En Perú y en general donde se le llama coca, las hojas se secan al sol mientras que en los pueblos amazonenses — al igual que en aquellos de la costa que la llamaban hayo— las hojas se tuestan al fuego. En estas mismas zonas es co­ mún que se les agregue la cal obtenida de tostar y pulverizar caracoles terrestres. Mientras que en otras zonas de Perú y Bolivia se les agrega la llipía, una especie de bizcocho que se elabora con uno de los más antiguos cereales de los Andes: la quínoa; cuyas cenizas son embebidas en agua salada u orina hasta formar una pasta que luego se seca al sol. Al momento de usarlos los bizcochos obtenidos de esta preparación son ra­ llados o desmenuzados. Estas cenizas pueden ser sustituidas por las de otras especies vegetales, que a veces se amasan con puré de papas hervidas y sal, de las que se hacen peque­ ñas tortas o roscas, que luego se secan al sol.

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Los indios toman algunas hojas de coca las cuales mastican hasta lograr el tamaño deseado, luego le agregan la llipta, o la cal, que mezclan con la coca en su boca. La coca así consumida no es tóxica para el individuo, sino que posee un efecto cardiotónico y estimulante necesario para contrarrestar el efecto de la altura a que suelen vivir en los Andes, estimulando la respiración y aumentando la energía de las contracciones musculares. El mascar coca no tiene efectos estupefacientes sino estimulantes por lo que no debe confundirse la adición a la cocaína con el hábito de consumir coca de muchos pueblos indígenas. El carbonato cálcico, que se encuentra presente en las diferentes sustancias alcalinas con la que se mezcla la coca, aumenta por diez la concentración de cocaína (el alcaloide principal de la planta) en el plasma sanguíneo según investi­ gaciones de la Universidad de Yale a cargo de D. Paly. OJO revisar y tomar en cuenta el texto de BURCH ARD, según el cual si bien es cierto que estas sustancias alcalinas facilitan la extracción de los alcaloides de la hoja de coca, esto ocurre a expensas de que la cocaína se degrada y que el producto terminal del proceso de hidrólisis y metabolismo del bolo de coca es la ecgonina; la cual según Nieschulz es aproximadamente 80 veces menos tóxica que la cocaína que tiene poco o ningún efecto en el sistema nervioso simpático, no tiene propiedades anestéticas ni eufóricas. Además Nies­ chulz demuestra que la acción adictiva, eufórica y anestética de la cocaína sólo puede producirse cuando ésta está intacta (Burchard, 1978: 825-826). Por tanto la distinción que se ha hecho y debe hacerse entre cocaísmo y cocainismo está comprobada farmacológi­ camente (Burchard, 1978: 825-826) La coca (Burchard, 1978 : 809) pertenece al género Erythroxylon (familia Erythroxylaceae), el cual se encuen­ tra ampliamente distribuido en las regiones tropicales de Sudamérica principalmente el Bolivia y Perú y en menor

Anatomía de la Hoja de Coca

escala en Colombia, Brasil y Venezuela. El número de es­ pecies diferentes, que según se dice, pertenecen al género, va desde uno tan bajo como 75 especies diferentes hasta la tan elevada cifra de 250. En Perú las dos especies (o quizás variedades) más cultivadas son la Erythroxylon coca lam y la Erythroxylon novogratense. En Colombia se han citado en diversos estudios las si­ guientes especies: Erythroxylon novo granatense Erythroxylon hondense tiene como localidad típica Honda, en el Magdalena medio Erythroxylon areolatum la cual crece en los lugares arenosos de la costa atlántica Erythroxylon popayanense la cual crece en el valle de Popayán En las excavaciones de Azcón (Perú), se han encontra­ do en las tumbas, junto a numerosos recipientes y bolsas de cal, dos de los tipos de coca más utilizados en los Andes, la Erythroxylon coca y la Erythroxylon rigidulum. En Amazonas los indígenas utilizan un tipo de coca que aunque pertenece a la especie Erythroxylum coca, se diferencia un poco en su morfología y en su composición química de la comúnmente cultivada en los Andes. Este tipo de coca llamado con el nombre que se le da en Brasil Ipadú, fue recientemente descrita por T, Plowman 1981. El sabio venezolano Julio Cesar Salas [1870-1933] consignó en su obra “Tierra Firme” (1971 : 84), publicada por primera vez en 1908, algunos de los nombres con los que los indígenas conocían y aun conocen a la coca: Cuca por incas o quechuas Coca o chamico por los mayas Yaat en Nicaragua Yuyo por los cuerpia y thamí del Cauca (Colombia) Hayo por los chicha, quimbaya y pijao

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Coca, hayo o jayo güigüires (río Chama) y mucu de Mérida y cumanagoto del Oriente de Venezuela. Hay por los kaquetío Para algunos autores (Escohotado, 1989: 119) la pala­ bra coca o cuca deriva de la palabra aymará que significa planta o árbol. Su uso pudo originarse entre las culturas de las tierras húmedas y calientes de la amazonia donde me­ jor se da el cultivo de esta planta (Schultes- Raffauf, 19 : 98), aunque para otros (Burchard, 1978 : 109) la coca pro­ bablemente fue cultivada en la zona ecológica denominada montaña o yunga en las vertientes orientales de los Andes peruanos o bolivianos en un remoto pasado. Recientemente, (1971) Thomas Patterson demostró la existencia de cultivos de coca en las regiones intermedias de los valles costeros de las vertientes occidentales hace unos 4 mil años; donde además se cultivó de manera intensiva por lo menos hasta el siglo VXI (Rostwrowski). De allí, se propagaría hasta las tierras altas, en cuyos fértiles valles, de temperaturas más altas, se siembra aún hasta hoy día. Sin embargo algunos autores como Martin (1970 : 422) recono­ cen la plasticidad o adaptabilidad de esta planta en diferentes condiciones ecológicas. Aunque la mayoría de los estudios científicos recono­ cen a esta planta como propia de América, José Pérez de Barradas hace una interesante propuesta teórica sobre su ori­ gen, (1952 : 62-64), [de la que no he encontrado más nada] según la cual, la coca pudo tener su origen en la Melanesia donde sus más antiguos pobladores conocen y utilizan una planta de la misma manera que los americanos la coca. El mismo autor destaca, que ya los cronistas españoles habían señalado el parecido entre la coca y betel de los malasiopolinesio. Así vemos como el padre Blas Varela (cuyos escritos son citados ampliamente por Garcilaso Inca de la Vega en su obra) y el capitán y poeta Antonio de Ulloa, entre muchos

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otros, se expresan en los siguientes términos: “...[la coca] es lo mismo que el betel de los indios del Este...”. A lo que agrega Pérez de Barradas: “La planta, la hoja, la manera de usarla, sus cualidades, todo es lo mismo, y los indios del Este no son menos apasionados a su betel que los indios del Perú y Popayán a su hoja. La coca según el mismo autor, “ ... puede ser más que un caso de paralelismo una transfor­ mación en suelo americano del uso del betel. Es factible re­ lacionar su origen con las migraciones melanesio-polinesias a América e igualmente puede admitirse su origen múltiple; ya que sabemos que esta planta crece espontánea o silvestre­ mente en el valle del Cauca...” Continua afirmando que las culturas megalíticas sud­ americanas a las que según él, algunos estudiosos les atri­ buyen un origen melanesio -entre ellas la de San Agustín en Colombia y Chavín, Pukara y Tihuanaco en Perú-, fueron quizás su foco de origen y que de allí se extendió a las regio­ nes altas. Según este mismo autor su difusión entre guajiros y yukpa y barí (sierra de Perijá entre Colombia y Venezuela) y pueblos amazónicos es más reciente. Igualmente afirma que su amplia propagación en Perú tuvo lugar durante el imperio Incaico, a pesar de las restricciones que el mismo impuso a su uso. En el caso específico de Venezuela, su uso era bastante extendido tanto entre los indígenas de las tierras bajas, lla­ nos, costas y selvas húmedas como entre los de las tierras altas de las cordilleras y serranías. Son precisamente los in­ dígenas de Cumaná quienes ofrecieron a los recién llegados conquistadores españoles las primeras noticias que Europa recibirá sobre la existencia de la coca o hayo como la llama­ ban los naturales de estas tierras. Fue en 1499 cuando el sacerdote español Tomas Ortiz (quien participó en la expedición de Pedro Alonso Núñez y Cristóbal Guerra) señaló en una carta dirigida a sus supe­ riores el uso de una planta llamada hayo por parte de los in-

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dígcnas (cumanagoto) de la costa de Paria. El texto original reseñado por Pedro Mártir de Angleria en sus “Décadas del Nuevo Mundo” dice así: “Son las antes dichas hojas un poco más gran­ des que las del mirto suave como las del terehino y al tacto tienen la blandura de la lana o algodón. A ningún otro cultivo se dedican más estos chiribichenses que al de los árboles llamados hai ...E s digna de mención la manera que tienen de cultivar el polvo de estas hojas secas, se van a las selvas de los montes, donde hay innumerables multitud de conchas y caracoles... y reuniendo gran cantidad de ellas, y poniéndolas en un horno que preparan con madera dura, les prenden fuego y hacen una cal que mezclan con el mencionado polvo... ” Los cumanogoto, según Marc de Civrieux (1980 : 201) consideraban la coca como una planta de grandes poderes mágicos y medicinales, una especie de panacea universal, capaz de curar toda clase de males, por lo que a su vez tenía una estrecha relación con la actividad shamánica. Los cuma­ nagoto cuyas tierras eran algo secas, a decir de los españoles, obtenían las hojas de coca de los tumuza, quienes habitaban en la vertiente norte de las montañas húmedas de Cúpira y del río Tuy, donde tenían grandes cosechas de hayo o coca. Según el mismo autor, las fuentes históricas indican que el hábito de mascar hayo, era general entre los pueblos caribanos del norte de Venezuela, y que al igual que el taba­ co, éste era consagrado ritualmente por los shamanes, pero consumido también por los profanos y su uso se extendía a toda la comunidad. Sin embargo esta información parece contradecirse con la descripción que ofrece de los piazamos, piache o shamán el padre Matías Ruiz Blanco en su obra “Conversión de

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Píritu” (1965 : 41) publicada por primera vez en 1690, según la cual a estos piaches se les reconocía por que usaban: “...una faja ceñida por la cabeza, brazaletes de cuentas en los brazos y unas como lanchuelas de fuente que hacen de caracol; dos calabacitas, en una traen una hierba tostada que llaman ayo, que mascan, y es buena para la dentadura; y en la otra una calecilla conque ponen los dientes negros; y en el remate de un palo, con que aplican a los dientes, traen un idolillo sentado en form a de mono, que di­ cen es su dios... ” Evidentemente, la coca era una planta utilizada por mu­ chas naciones indígenas de Venezuela y otros países vecinos para quienes entonces al igual que ahora todos los aspectos de su vida están ritualizados e impregnados de una profunda religiosidad. Los wayuu o guajiros consumían coca o hayo, antes de que predominara en ellos el uso del tabaco. Al parecer además de la prohibición que pesaba sobre el consumo de la misma, por parte de la iglesia y otras autoridades, la desapa­ rición de muchas de las plantaciones de coca con motivo de una prolongada sequía (1886 ? ? ), iueron las razones por la cuales cayó en desuso en esta región. Al igual que los güigüires del río Chama, y muchos otros pueblos indígenas, los wayuu sazonaban la coca con cal viva, la cual sacaban con un palito del calabacito o jurur, la taguara o mascada de coca que llevaban en la boca. Los indios de la cordillera de Mérida (Salas, 1956 : 84) tostaban y molían las hojas de coca y le incorporaban cal he­ cha de conchas de caracoles terrestres, la cual guardaban en pequeños calabacitos que elaboraban de la variedad más pe­ queña del Crecentia cujete, que siempre llevaban con ellos y al que llamaban cuca y en otras zonas coporo o cajeta.

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Igualmente algunas naciones indígenas (Salas : 86) de los ríos Apure y Arauca utilizaban a también la coca, además del yopo. La cual ofrecían en sus prácticas religiosas y acos­ tumbraban mascar para resistir las fatigas corporales. Se trataba seguramente de los tunebo (al parecer em­ parentados lingüísticamente con los muisca de Colombia) quienes antiguamente ocupan las cuencas de los ríos Oíra y Cotufí (afluentes del Arauca, estado Apure) y a quienes la Comisión Venezolana de Demarcación de Fronteras del MRE, denominó pedraza, cuando en 1938 encontró sus asentamiento entre el alto Cotufí y el medio Oíra actual y entre los ríos Margua y Oíra propiamente dicho (Barandarian, 1981 : 9). Actualmente los tunebo ocupan principal­ mente el territorio ubicado entre los ríos Cubuón, Cobaría, Róyota y Satoca afluentes del Arauca del lado colombiano (en los llanos occidentales). A estos mismos indígenas, encomendados al adelan­ tado Gonzalo Jiménez de Quezada (1572?), se les exigiría como tributo entregar unas 70 cargas de coca (que aún cul­ tivan y consumen) de arroba y media c/u, además de yopo (alucinógeno) cuando todavía no cultivaban trigo a decir (Márquez, 1981 : 12) Los tunebo o úwa, como se reconocen a sí mismos, llaman en su lengua asa a la coca la cual siembran, en or­ denadas hileras, muy próxima a sus viviendas. Esto, según Márquez (1981 : 38) le da un aspecto pintoresco al paisaje, ya que el follaje de este arbusto es de una delicadeza y co­ lorido excepcional. La coca aparece registrada en los mitos de origen de este pueblo como una de las primeras plantas traídas a la tierra, siempre cercana a sus ancestros, quienes se cuidan de sembrar “bastante coca” en sus dominios. Aunque su uso es bastante generalizado entre los adul­ tos de ambos sexos, las mujeres jóvenes tienen prohibido consumirla ya que según sus creencias esto las esteriliza. Los tunebo, tuestan las hojas de coca en un fogón es­

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pecial ubicado en el interior de sus viviendas, para lo cual disponen igualmente de una vasija de boca ancha especial­ mente elaborada para ello y a la que llaman soía. Las hojas las revuelven un rato con la mano y luego las envuelven en hojas de bijao para guardarlas. Todos los hombres cargan la coca en una mochilita o ukua, tejida por la mujeres para tal fin, con una fibra especial que ellas mismas colectan y procesan y a la que llaman chibará . Dentro de la mochilita, además de la hojas tostadas, llevan el calabacito o kusa en el que depositan la cal con la que mezclan la coca, para esto utilizan un palito que rematan en un corozo y que sirve de tapa al calabacito.

MITOLOGIA Y CONSUMO DE LA COCA ENTRE OTROS PUEBLOS INDIGENAS EN LA ACTUALIDAD Escohotado señala que según la mitología de los yunga la coca les permitió vencer a un dios maligno, era el hombre y la coca frente a los dioses. Pero para la tradición incaica fueron los dioses a través de su creador, Manco Capac quien otorgó la bendición de mama coca a los hombres para ayu­ darlos a soportar el hambre y la fatiga. De la misma manera un mito amazonense narra como los dioses envían a poblar al mundo a una pareja que viajaba en una canoa arrastrada por una anaconda y que llevaban consigo tres plantas: la yuca, el yajé (un alucinógeno) y la coca. Uno de los episodios del mito de creación de los tukano (Reichel-Dolmatoff 1978 : 147 y 241) narra lo siguiente: “cuando el Padre Sol lanzó su vara sonajera contra el suelo, su extremo aguzado penetró muy adentro de la tierra, hasta el país de ahpikondiá. Con esta palabra (derivada de ahpikon = leche y diá + río) los indios designan el paraíso, el mundo subterráneo donde mora el Padre Sol y la fuente

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de donde nace toda vida y a donde vuelven después de el cuerpo las almas de los virtuosos. Este paraíso presidido por el sol, tiene un carácter uterino; es una región donde no exis­ te hambre ni miedo, bañada eternamente en una luz de un amarillo verdoso, del color de las hojas tiernas de coca. Es el “lugar de la coca” donde “no se siente hambre”. Entre los kubeo (río Kuduyarí, nordeste de la Amazo­ nia colombiana) la coca es cultivada por los hombres siendo el intercambio de hojas entre ellos un importante acto so­ cial, ya que prácticamente todos los hombres adultos mascan coca (Schultes, 1988: 26). Igualmente son los hombres quienes recolectan las ho­ jas de coca durante la tarde, una vez en su vivienda él o su mujer se dispondrán a tostar las hojas en unos enormes budares de barro cocido. Luego serán cuidadosamente tritura­ das dentro de un mortero hecho a base un pedazo de tronco ahuecado con una sola abertura, donde son mezcladas con las cenizas de las hojas de otra planta conocida como guarumo (Cecropia sciadophyllá). El rítmico sonido que produce la mano del mortero al anochecer es acompañado con los cantos míticos de uno o dos de los ancianos de la comunidad. Son cantos que gene­ ralmente narran como adquirieron la coca y que los ancianos opinan es la mejor medio para transmitir sus enseñanzas a los más jóvenes sobre éste y otros asuntos de importancia. (Schultes, 1988: 202) La mayoría de los pueblos de la Amazonia que consu­ men coca la llevan en calabacitas en la que introducen una cucharilla o paleta (generalmente hecha de un hueso de tapir o de tigre) que a su vez le sirve de tapa. Sin embargo los barasana (río Piraparaná del Vaupes) utilizan para consumir el polvo de coca unas pequeñas bolsas hechas de la corteza de un árbol en cuya boca, y a manera de pitillo o chupete, fijan un hueso de ave (garzas generalmente). Esta bolsitas la llevan durante el día prendida al cinto con que sujetan el

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guayuco (Schultes, 1988: 206). Entre los makuna (río Piraparaná Amazonia colombia­ na) la coca es cultivada por los hombres en una parcela de te­ rreno especialmente seleccionada para ello, lejos de las otras plantas alimenticias y curativas plantadas por las mujeres. Son los hombres también quienes se ocupan de recolectar sus hojas. Según Schultes (1988: 198) este aislamiento de la coca y el hecho de que sean los hombres quienes se ocupen de ella unido a la importancia que la misma tiene en los mi­ tos de origen puede ser interpretado como un indicio de la antigüedad del uso de esta planta sagrada en muchos de los pueblos indígenas del Amazonas. Los koreguaje (Nuevo Mundo, Caquetá) viven al pie de los Andes donde la coca no se da tan abundantemente como en las tierras cálidas y húmedas de la Amazonia, por lo que el consumo entre ellos es menor. Generalmente plantan la coca cerca de sus viviendas de donde se proveen lo nece­ sario para el consumo diario. (Schultes- RaíTauf, 102). En San Agustín (Alto Huilia, Colombia) donde, como ya señalamos, se encuentran admirables ruinas arqueológi­ cas de una antigua y desarrollada cultura prehispánica, no existían en 1937 campos dedicados al cultivo de la coca (se­ gún Pérez de Barrada). Sin embargo ésta se cultivaba alre­ dedor de cada casa o “rancho”, con lo que se cubrían las necesidades domesticas. Sólo si había exceso de producción se llevaba al mercado donde, junto al mambe (una especie de cal viva) se vendía como un artículo de primera necesidad. Los nassa mejor conocidos como páeces quienes ha­ bitan en una región montañosa de las estribaciones de la Cordillera Central de los Andes, surcada por el río Páez y sus afluentes, acostumbran al igual que los kogí e ijka de la Sierra Nevada de Santa Marta a llevar colgado al cuello su bolsito tejido de lana con adornos de colores llamadas gigra, en la que llevan las hojas de coca y un calabacito con polvos de cal llamado mambero. Según Pérez de Barradas (1952

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: 55) en Colombia también mascan coca los guambiano al igual que los yukuna (río Kubiyú, Vaupés) quienes consu­ men grandes cantidades de coca diariamente (Schultes- RaíTauf, 99) Entre los kogi la coca se siembra en un terreno espe­ cialmente preparado para ello cerca de los centros sociales y de los centros ceremoniales. Cada familia posee varios sem­ bradíos de coca, los cuales son cuidados con esmero. Se les poda y limpia constantemente y durante la época de sequía se riegan los cocales gracias a un sistema de riego de canales artificiales. El hombre se encarga de la preparación del te­ rreno y de la siembra, mientras que la mujer — a la que le es prohibido su consumo— se ocupa del cuidado de la planta y de la recolección de las hojas (Ochiai, 1978 : 45). El ideal kogi es no comer nada fuera de la coca, abste­ nerse totalmente de sexo, no dormir y hablar sólo de los an­ tiguos. Para alcanzar este ideal, la coca significa una ayuda imprescindible. Al joven kogi le es permitido consumir coca por pri­ mera vez durante la ceremonia de su iniciación a la vida de adulto. Es la única manera de entrar y pertenecer al mundo kogi. Durante esta ceremonia el mama (máxima autoridad política y religiosa) entrega al iniciado la coca y el poporo con la cal, el cual representa a una mujer. El joven, simbó­ licamente, se “casa” con esta “mujer”. El palito de madera con el que perfora el poporo -como si se tratara de una des­ floración- y que luego usará para sacar la cal del mismo, representa el órgano sexual masculino. La introducción del palito al poporo y los movimientos de frotación alrededor de su abertura, lo interpretan como un coito. Muchas expre­ siones culturales de los kogi manifiestan que toda actividad sexual debería reprimirse y expresarse sólo en el uso de la coca y el pequeño instrumente del que se sirven para ello, el cual representa para el kogi “comida, “mujer” y “memoria” (Ochiai, 1978 :46)

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En los Andes peruanos el uso de la coca, hasta en sus aspectos más rutinarios está rodeado de ceremonia, aunque las costumbres varían de región en región. En el departa­ mento de Cusco o Qosqo el runa — campesino de habla que­ chua— pone mucho énfasis en las ceremonias y rituales que impregnan casi toda su vida. Prácticamente todas sus inte­ racciones personales están gobernadas por formas de etique­ ta altamente estilizadas y estandarizadas; sus conversaciones están “marcadas” por saludos expresivos, agradecimientos y despedidas, junto a expresiones de mucha estima. El hallpay es un rito de carácter religiosos con el que se conoce el acto de mascar coca. En la sierra la coca es muy escasa, se tiene que compa­ ra en el mercado o traerla de la selva, con mucho trabajo y gastos. Un runa por tanto usa la coca mesuradamente y lleva solo una pequeña cantidad en su chuspa — si es hombre— o unkuna — si es mujer— donde también lleva la llipta que más bien parece un pedazo de carbón. Las primera hojas de la nueva compra son quemadas en el fogón en ofrenda a los dioses que tutelares y a los espíritus ancestrales de la Tierra, los cerros, y otros lugares sagrados. El hallpay se realiza por lo menos seis veces al día después del desayuno, a media mañana, después del almuer­ zo, a media tarde, después de finalizar el trabajo diario y después de la comida. Sin embargo el hallpay es apropiado en cualquier momento al empezar o terminar un trabajo o a! encontrar cualquier amigo, aunque sea de paso en el camino. El elemento básico de la etiqueta de mascar coca es el k ’intu —un puñado de dos o tres hojas seleccionadas, cuida­ dosamente puestas una encima de la otra y agarradas entre el pulgar y el índice— . El k ’intu es la manera de ofrecer la coca. El runa extrae cuidadosamente el k ’intu de su chuspa y lo coloca delante de su boca soplando sobre él mientras hace un llamado a los dioses. Después de meterlo a la boca toma otro k ’intu y lo ofrece a uno de sus compañeros con la

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tradicionales frases de invitación las cuales nunca debe ser rechazadas y que a su vez quien recibe deberá repetir. El hallpay significa detenerse unos 15 a 20 minutos mientras se masca la coca tranquilamente — a la cual se le ha agregado la llipta— hasta obtener la bocada deseada . Una o dos horas después la bocada se retira de la boca y se bota; nunca se escupe pues es de muy mala educación. El acto de intercambiar k ’intu expresa el alto sentido de reciprocidad que existe en todas las relaciones sociales entre los runa, una reciprocidad que se extiende y se comparte con los dioses.

LA COCA, LOS CRONISTAS Y PERU En 1553 Pedro Cieza de León ofrecerá en sus obras in­ formaciones más detalladas sobre el cultivo y uso de la coca en Perú señalando, por primera vez, que la misma infunde vigor y aleja el hambre. "por todas partes de las Indias que yo he an­ dado he notado que los indios naturales muestran gran deleitación en traer en la boca raíces, ramos o hierbas. Y así, en la comarca de la ciudad de Antiocha algunos usan traer la coca menuda...En los mi­ ñas pueblos de los que están sujetos a la ciudad de Cali y Popayán traen en la boca la coca menuda ya dicha, y de unos pequeños calabazos sacan cierta mixtura o confección que ellos hacen que es manera de cal ,y lo ponen en la boca. En el Perú en todo él se usó y se usa traer esta coca en la boca, y desde la mañana hasta que se van a dormir la traen sin echar della. Preguntando a algunos indios porque causa traen siempre ocupada la boca con aqueta hierba (la cual no comen ni hacen más que traerla en los dientes) dicen que sienten POCA hambre (el su­

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brayado es mío, nótese que no dicen que la coca les quite el hambre como luego se ha difundido) y que se hallan en gran vigor y fuerza. Creo yo que algo lo debe causar, aunque más me parece una costumbre aviciada y combeniente para semejante gente que estos indios son. En los Andes, desde Guamanga hasta la villa de la Plata, se siembra esta coca, la cual da árboles pequeños y los labran y regalan mu­ cho para que den la hoja que llaman coca, que es a amanera de arrayán, y secánla al sol, y después las ponen en unos cestos largos y angostos, que tendrá uno de líos poco más de una arroba... ” (Cieza de León, cap. X C V I: 249-250) Según Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdez [14781557] cronista e historiador español quien escribió su obra “Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme de la mar océano” en 1668, destaca la importancia y múlti­ ples usos que los indígenas hacían de la coca: “ Tienen asimesmo otra idolatría o hechice­ ría entre aquellos indios: que no hacen camino, ni aceptan guerra, ni hacen cosa alguna de importan­ cia, sin saber cómo les ha de suceder en tal negocio, o a lo menos procuran de lo inquerir (de saberlo o adivinarlo). Y para eso tienen dos hierbas que ellos consumen, que llaman yop y osea, las cuales acaba­ das de tomar, cada una de por sí desde allí a ciertas horas o espacios, dicen ellos que les dice el sol lo que deben hacer en aquellas cosas que le pregun­ tan... ” (Fernández de Oviedo, 1851-55 V.2 : 403) Y añade más adelante

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"... No solo se usa esto (la coca ) en aquella tierra sino en la mayor parte de las Indias y con diversos nombres ese hayo y la cal. ” (Fernández de Oviedo, 1851-55 V.2: 408) El cronista Bernardo de Vargas Machuca (1892, V.2 : 81-82) escribe en su obra “Milicia y descripción de las In­ dias” publicada por primera vez en 1599, lo siguiente: “Mascan hayo o coca y jopa y tabaco, con que pierden el juicio y entonces les habla el diablo.. ” Para los españoles no existía diferencias entre los efec­ tos de la coca, el tabaco y un alucinógeno como el yopo. En el sentido que a todos se les vinculaba con el diablo al igual que las prácticas mágico religiosas de los indios. En la “Historia natural y moral de las Indias” de José Acosta publicada en 1590 se puede leer : “Había algunas cosas de más estima que co­ rrían por dinero, y hasta el día de hoy dura entre los indios esta costumbre ...con ellas rescatan lo que quieren. En el Pirú se sirven de la coca, que una hoja que los indios precian mucho ... (p.144)...Que es otra superstición harto mayor y parece cosa de fábula. En realidad de verdad en sólo Potosí monta más de medio millón de pesos cada año la contra­ tación de la coca ” (en Potosí donde están ubicadas las más ricas minas de plata conocidas para enton­ ces en esta región un cesto de coca valía casi el do­ ble que en Cusco... Es pues la coca tan preciada una hoja verde pequeña que nace en unos arbolillos de obra de un estado de alto: críase en tierras cali­ dísimas y muy húmedas; da este árbol cada cuatro

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meses esta hoja, que llaman allá tres mitas. Quiere mucho cuidado en cultivarse, porque es muy delica­ da y mucho más en conservarse después de cogida. Métenla con mucho orden en unos cestos largos y angostos, y cargan los carneros de la tierra, que van con esta mercadería a manadas, con mil, y dos mil y tres mil cestos. El ordinario traerse de los Andes, de valles de calor insufrible, donde lo más del año llueve y no cuesta poco trabajo a los indios, ni aun pocas vidas, su beneficio, por ir de la sierra y tem­ ples fríos a cultivarla y benefialla, y trae lia.... (es de hacer notar que esto último solo ocurría desde la instauración de la dominación española, ya que los enco­ menderos obligaban a los indios a trabajos forzados en sus plantaciones y la coca que fue también un gran negocio para algunos españoles no se escapo de ello, además aquí también se evidencia otra técnica utilizada por ellos para debilitar la resistencia indígena: el desarraigo, separar a los indios de su familia y de su tierra) Los conocimientos que para el siglo XVI se tenían so­ bre la coca están reunidos en la obra “Comentarios Reales de los Incas” de Garcilaso Inca de la Vega [1539-1616] sobrino de Huascar el último Inca y escrita en los últimos años de su vida. En este y muchos otros escritos de la época se mencio­ na, reiteradamente, que los indios apreciaban más la coca que el oro y la plata. Sin embargo en palabras del mismo Garcilaso se puede leer: “No será razón dejar en olvido la hierba que los indios llaman cuca y los españoles coca, que ha sido y es la principal riqueza del Perú para los que

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lan manejado en tratos y contratos; antes será justo se haga larga mención de ella, según lo mucho que los indios la estiman, por las muchas y grandes vir­ tudes que de ella conocían... ” En la obra “Las costumbres Antiguas del Perú y la His­ toria de los Incas” del padre Blas Valera citada por Garcilaso se puede leer: “Es tan agradable la cuca a los indios que por ella posponen el oro y la plata y las piedras precio­ sas: plántala con gran cuidado y diligencia y cógenla con mayor [diligencia] “ La cuca preserva el cuerpo de muchas enfer­ medades y nuestros médicos (españoles) usan de ella hecha polvo para atajar y aplacar la hinchazón de las llagas; para fortalecer los huesos quebrados ; para sacar el frío del cuerpo o para impedir que entre; para sanar las llagas podridas. Pues si a las enfermedades de afuera hace tanto beneficio, con virtud tan singular, en las entrañas de los que la co­ men ¿no tendrá más virtud y fuerza? Desde entonces se propagó el mito de que la coca quita el hambre lo que no es igual a mitigar. Lo que ocurre por otra parte, es que por experiencia, el indígena sabe que si ingiere alimentos antes o durante la realización de un trabajo que implique un esfuerzo corporal, la altura producirá en su organismo efectos negativos. Así vemos como una vez con­ cluido el trabajo cotidiano, apartan de su boca la mascada de coca y comen según su apetito y tan abundantemente como se lo permitan sus medios económicos.

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COMERCIALIZACION DE LA COCA DURANTE LA COLONIA Los españoles nunca vieron en el uso de la coca y otras plantas por parte de los indígenas el profundo el significado religioso que estos le daban. Sin embargo muchas de esa plantas como el tabaco y la coca adquirieron gran importan­ cia para la economía colonial. Su importancia fue tal, que según Pedro de Cieza de León (pág. 250) en Perú la coca se convirtió en el principal renglón que debían tributar los indios y es así como: “...algunos están en España ricos con lo que hubieron de valor desta coca mercándola y tornán­ dola a vender y rescatándola en los tiangues o mer­ cados a los indios ”. Esto muy a pesar" de que la iglesia reunida en el segun­ do Concilio Lima en 1567 declaró el uso de la coca inútil y peligroso, verdadero talismán del diablo, prohibiendo su consumo. Dos años más tarde el 18 de octubre de 1569, por presión de la iglesia, un decreto real confirmaba la prohibi­ ción señalando que la coca “ no era más que idolatría, una obra del demonio. Fortifica solo en apariencia y por volun­ tad del Maligno. No posee ninguna virtud benéfica y por el contrario, cuesta la vida a gran cantidad de indios” (Leonzio, 1971 .140). Sin embargo en 1583 según la Obra de José de Acosta “Historia Natural y Moral de las Indias” (1590 :180-82), sólo en la región del Potosí el comercio de la coca generó más de medio millón de pesos de oro, por consumirse entre noventa y cien mil sacos de ella al año. Al respecto señala Acosta: “A sí hubo grandes disputas y pareceres de

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letrados y sabios, sobre si arrancarían todas las chácaras de coca; en fin han permanecido. Los in­ dios la aprecian de sobre manera y en tiempo de los reyes ingas (incas) no era licito de los plebeyos usar la coca sin licencia del Inga o gobernador.... Los señores ingas usaban la coca por cosa real (di­ vina) y regalada y en sus sacrificios era la cosa que más ofrecían, quemándola en honor a sus Ídolos... ” (p. 181 -82) Esto queda confirmado por el padre Blas Valera quien durante los muchos años que vivió en Perú pudo comprobar la importancia de la coca en la economía regional. Encomenderos de minas y plantaciones se convirtie­ ron en los principales defensores de la coca por lo que su consumo en vez de disminuir aumentaba, hasta el punto de llegar a circular como dinero, lo que aún hoy día sucede en los Andes peruanos. “ Tiene también otro gran provecho y es que la mayor parte de la renta del obispo y de los canóni­ gos y de los demás ministros de la Iglesia Catedral de Cuzco es de los diezmos de las hojas de coca; y muchos de los españoles han enriquecido y enri­ quecen con el trato y contrato de esta hierba; em­ pero mucho ignorando todas estas cosas, han dicho y escrito contra este arbolillo, movidos solamente de que en tiempos antiguos los gentiles, y ahora algunos hechiceros y adivinos ofrecen y ofrecie­ ron la cuca a los Ídolos por lo cual dicen se debía quitar y prohibir del todo. Ciertamente fuera muy buen consejo si los indios acostumbraran a ofrecer al demonio solamente esta hierba. Pero si los anti­ guos gentiles y los actuales idolatran sacrificaron

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y sacrifican las mieses, las legumbres y frutos que encima y debajo de la tierra se crían y ofrecen su brebaje y el agua fría y la lana y los vestidos y el ganado y otras muchas cosas, en suma todo lo que tienen y como todas no se les deben quitar, tampoco aquella... ” (Garcilaso :298) “...Y como abominan los españoles todo cuan­ to los indios comían y bebían, como si fueran idola­ trías particularmente el comer cuca, por parecerles cosa vil y baja... ” El mismo Inca Garcilaso, según José Pérez de Barradas (1952 : 48) fue dueño de uno de los cocales más antiguos de Havisca, sobre las márgenes del río Tunu, afluente del Beni, el cual según algunos autores tendría para entonces más de 1000 años. Lucas Fernández de Piedrahita [162^-1688] cuya “His­ toria General de las conquistas del Nuevo Reino de Grana­ da” apareció publicada el mismo año de su muerte, (p. 65) reitera en ella lo dicho por otros cronistas e introduce un ele­ mento que ha sido uno de los más discutidos con respecto al uso de la coca entre los indígenas del Perú: la incorporación de la cal. “El jugo del hayo es de tanto vigor y sustento para los indios, que con el no sienten sed ni hambre, antes lo alienta para el trabajo ...y así mismo deben ser muy provechoso para conservar la dentadura, por lo que se experimenta aun en los indios más an­ cianos. De antes usaban mascar esta yerba simple pero ya la mezclan con cal de caracoles que han introducido algunos españoles y llaman poporo, y con aúna, que es otro genero de masa que embriaga

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los sentidos... y es de tanta estimación que con ella ahúman los jeques sus ídolos... ” Según Salas (87) ni Garcilaso ni el Padre Valera con­ signan el uso de la cal por parte de los incas. Quizás por ins­ trucciones expresas del inca la coca se consumía sola luego de ser secada al sol ya que así se sigue consumiendo en al­ gunos sitios del Perú, donde también se prepara en infusión. Sin embargo las tendencias prohibicionista se anotaron un triunfo en Ecuador donde la Iglesia Católica y las autori­ dades civiles tomaron medidas extremas desoyendo hasta los eminentes médicos que abogaban por que se les permitiera el uso de la hojas para fines curativos. Los clérigos aseveraban que aun reconociendo sus propiedades médicas, el más mí­ nimo relajamiento de las prohibiciones de uso representaba un peligro para los nuevos cristianos -los indios- ya que los shamanes que aún practicaban secretamente, aprovecharían cualquier oportunidad para adquirir las hojas y utilizarlas en sus ritos páganos. El clero quiteño veía la prohibición de la coca tan seriamente que los usuarios eran objeto de exco­ munión, aunque aseguraran que sólo obtenían las hojas para fines médicos. Es así como el cultivo de la coca y su consu­ mo virtualmente desapareció en esta región hacía principios del siglo XVIII. El hecho de que no haya desaparecido en otras regio­ nes de los Andes como sucedió en las costas de Venezuela y Ecuador se debió principalmente a factores económicos. Es así como su efectividad en contrarrestar los efectos del mal altura (registrado en como su principal característica o pro­ piedad en la mitología yunga Tiahuanaco) (Fabrega, 1988: 85), que tanto afecta el rendimiento de los trabajadores en la minas y el apego que los indios tenían y tienen por ella fue aprovechado por los españoles para maximizar sus ga­

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nancias: La coca les garantizaba el trabajo de los indios en las minas como en el Potosí aun proporcionándoles escasos alimentos y su comercio, en esta y otras zonas, les ofrecía jugosas entradas de dinero.

APARICION DE LA COCAINA EN EUROPA Y NORTEAMERICA Aunque la coca era conocida por muchos naturalistas y botánicos europeos, en 1986 Manuel Anastacio Fuentes en su “Mémoire sur la Coca du Pérou ” , Editada en París resalta las cualidades medicinales de la coca en un intento por llamar la atención de la “eminencias” de Francia hacia la “planta prodigiosa” “poderosa reparadora de las fuerzas vitales”. Pero según Baldomero Cáceres (1978 : 772-773) lejos estaba Fuentes de imaginar que nada iba a resultar más perju­ dicial para la imagen de la coca, por excelencia “la planta del Perú”, que la atención de los científicos occidentales, quie­ nes con su habitual método desintegrador separarían en 1885 uno de los elementos contenidos en la hoja el erythroxylon de Gardeke, llamado más tarde cocaína por Niemann, al cual arbitrariamente se redujo todos sus efectos. Juzgada como el principio activo de la coca este alca­ loide centralizó la atención llamando a su uso y abuso. Fueron Albert Niemann y Friedrich Gédoke, químicos alemanes quienes aislaron, independientemente el uno del otro, (1855 y 1859) la cocaína la cual será sintetizada por Wilhelm Lossen en 1862. Desde entonces, se han aislado por lo menos catorce diferentes alcaloides de las variedades cultivadas de la hoja de coca (Martin, 1980 : 422). Estos pertenecen a la serie del tropano tales como la atropina y la escopolamina que se obtiene de los géneros de solanáceas Datura, Hyposcya-

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mus, Atropa, etc. y que son una combinación de eegoninas, tropeínas e higrinas. Los derivados de eegonina son metilbenzoilecgonina (cocaína), metilecgonina, y cinamilcicaína y los de las tropeínas e higrinas son otros tantos, además se lia reportado la presencia de nicitina; sin embargo desde que se aislaron los alcaloides de la cocaína, los efectos farma­ cológicos y en el comportamiento de los seres humanos del clorhidrato de cocaína ha servido [supuestamente de manera errada] como modelo para explicar el uso de la coca en Perú y otros lugares. Aparte de la cocaína, la coca contiene otros alcaloides entre los cuales se producen combinaciones y se alteran por la acción de la luz solar, del calor o del tiempo. Así las hojas secadas al sol contienen un 40% de alcaloides y secadas a la sombra un 60%. Cuando las hojas son viejas se produce por acción de la cocaína la cinOmilcocaína. Además la hoja con­ tiene salicilato de metilo, un aldehido y un aceite esencial llamado higrina ( Pardal, 1937 : 293) La propiedad farmacológica más destacada de la co­ caína es su eficacia como anestésico local (la cual conocían los indígenas hace miles de años), la cual fue redeseubierta en 1884 por un estudiante de medicina, Karl Koller, reco­ mendándola para su uso en cirugía. Una segunda propiedad farmacológica es que la cocaína es vasoconstrictor; debido a lo cual ésta no se elimina rápidamente del lugar de aplica­ ción y así su efecto anestésico se mantiene por casi una hora. Es así como la cocaína comenzó a utilizarse en cirugía ocular y maxilar (Fabrega, 1988: 87). Su éxito fue tal que la misma se impuso como un fármaco importante y de moda a fines del siglo pasado. Comercializada en Europa por los laboratorios E. Merck de Darmstadt, Alemania, la cocaína tendrá en Sigmund Freud un entusiasta usuario y propagandista, quien encontró en ella un recurso para el tratamiento de depresio­ nes, trastornos digestivos, y para deshabituar a opiómanos,

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a la vez que destaca sus efectos anestésicos. En 1884 en un escrito titulado Uber Coca, (se consigue en español) Freud sin hacer distinción entre coca y cocaína, expondrá sus opi­ niones sobre la misma recomendándola para el tratamiento de enfermedades como la fatiga, nerviosismo y pequeños achaques. Así lo reitera en una carta enviada a Johann Jakob von Tschudi “Felicidad masiva con la coca, no solo 110 es perjudicial, sino que para la salud es muy benéfica...” Pero también aparecieron los comerciantes inescrupu­ losos quienes tanto en Europa (el francés Angelo Mariani) como en los Estados Unidos (el boticario John Styth Peterson) crearon y comercializaron una serie de productos o pa­ naceas a base de cocaína. Peterson en 1885 quizás tratando de imitar el éxito de Mariani, registró un producto que llamó “Vino Francés de Coca, Tónico ideal”. En 1886 le quitó el alcohol y agregó nueces de Kola (usada como estimulante por los aborígenes de Africa occidental) las cuales contienen cafeína, cambió el nombre del producto y en 1988 sustituyó el agua común y corriente por agua y dióxido de carbono por ser este más medicinal. En 1891 otro boticario, Asa Gris Candler, compró a Peterson los derechos y un año más tarde íúndó la compa­ ñía Coca-Cola cuyo producto inicialmente se vendió como tónico de buen sabor. Para 1906 cuando la opinión pública se tomaba cada vez más adversa a la cocaína la compañía la sustituyó por cafeína. Luego de que en 1914 se prohibiera en Estado Unidos el uso de la cocaína mediante la Harrison Act, la cual res­ tringía su uso sólo a situaciones médicas y con receta, esta ley es ratificada a nivel internacional en 1914 y más tarde 1919. VER ANEXO DOCUMENTO DE LA COMISION DE ESTUDIO DE LAS HOJAS DE COCA: NACIONES UNIDAS En 1922, la coca fue calificada como narcótico, pena­ lizándose su tráfico y posesión. Ampliar esta información

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donde y quien. Es así como a principios de siglo el uso social de la coca y de la cocaína, que hasta ahora no se habían diferen­ ciados toman rumbos distintos. Reavivándose, pero con nue­ vos matices, la antigua polémica sobre el uso de la coca, polémica que continua hasta nuestros días y que recrudece con los planes de sustitución de cultivos de coca en impues­ tos por el Gobierno de Estados Unidos en Bolivia y Peni desde los años 50, como sacrosanta solución al problema del narcotráfico. Lester Grinspoon y J.B. Bakalar en su obra “Cocaines: A drug and its social evolution”. Basic Books, Inc. New York, 1976 destacan tres factores (América Indígena, 1978(4): 1004-1005) por los cuales la popularidad de las preparaciones con coca o cocaína comenzaron a declinar hasta que su uso en tónicos fue prohibido. Estos factores son los siguientes: Io) Comenzaron a conocerse graves casos de intoxi­ cación con cocaína. Uno de ellos fue el de Emst von Fleischl un amigo del mismo Freud a quien este había tratado su adicción al opio, por lo que Freud se vio obligado a retrac­ tarse de su opinión sobre el uso de la cocaína. 2o) Los tónicos popularizados por Mariani y Peterson eran antisintomáticos, no curativos pero gustaron tanto que se consumían en exceso. El uso de cocaína se tomó cada vez más usual entre personas de todos los niveles sociales, por lo que la idea de que las clases populares tuvieran acceso ilimi­ tado a la cocaína la podía incitar su potencial de violencia, causo alarma entre los círculos del “establishment”. 3o) el más importante de estos factores sería, según los autores, el proceso de institucionalización de la profesión

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médica. De manera que en la medida en que se incrementa­ ra el conocimiento científico de la medicina sobre vacilios, virus, etc. crecía la idea de cada enfermedad sólo tenía una causa específica y por tanto una sola cura. Las drogas debían usarse solo para curar y no para otros propósitos. El alcohol, el café y el tabaco fueron desterrados de la farmacopea y adscritos a la categoría social de estimulantes que dan pla­ cer sin peligro, mientras que los opiatos y la cocaína fueron proscritos totalmente, al mismo tiempo que se hacía la gue­ rra a los charlatanes productores de tónicos. Según los mismos autores [y según yo], quienes tam­ bién analizan el contexto social en que se usan las drogas, en las sociedades andinas, en las cuales el uso de la coca es considerada un elemento esencial de la vida cotidiana y ritual, las cantidades de coca ingerida están controladas por una serie de mecanismos inmersos en el complejo tejido de las relaciones sociales. Dichas sociedades no solo conside­ ran peligrosos para la salud y el bienestar social abusar de la coca sino que además es mala educación. Este control social sobre el consumo de coca siempre existió en las sociedades indígenas, siendo, según las infor­ maciones de los cronistas, más determinantes en las antiguas sociedades prehispánicas particularmente en la Inca. Según Hugo Leonzio (pág..l42 ) entre los incas la coca siempre tuvo funciones médicas y religiosas. Su uso se establecía según reglas precisas las hojas de coca se consumían diaria­ mente a horas fijas y aquellos que abusaban de los medica­ mentos para embriagarse eran estrangulados o despellejados. El cráneo de la víctima era convertido en copa, los huesos en flautas.. La piel de todo el cuerpo, junto con los vestidos se tensaba sobre un aro de tambor dispuesto de forma que , bajo el impulso del viento, la piel del vientre recibiese los impulsos de las manos, mientras la cabeza se balanceaba; así se construía una estatua-tambor que daba la impresión de es-

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lar animada. MOSCA CON ESTA CITA QUE NO SEÑALA LA FUENTE Sin embargo, tal como lo señala Johannes Wilbert en su obra “Metafísica del tabaco entre los indios de Suramérica” (1976 :181-235) con respecto al tabaco, es posible que con la conquista al resquebrajarse el orden social imperante, esas restricciones se debilitaran y por el mismo interés de los españoles se extendiera el uso de la coca en Perú, lo cual acarreo una creciente secularización de sus funciones antes confinadas a lo ritual. La diferencia entre el concepto e importancia que los indígenas le dan a la coca así como a otros elementos de su cultura con respecto al de otras sociedades donde solo im­ porta su precio o la ganancia que se pueda obtener de ella se evidencia en lo siguiente: Las organizaciones indígenas Colombianas como el Criva ( Consejo Regional Indígena del Vaupés) y la UDIC ( Unión de indígenas cúbeos) creadas en la década de los setenta, se dispusieron, desde sus inicios, enfrentar el tráfico de estupefacientes que ya se convertía en una fuerte amena­ za para los mismos. Los líderes tradicionales visitaban sistemáticamente sus comunidades recalcando que el cultivo intensivo de la coca y la marihuana atentan contra el orden público y por tanto contra la seguridad social de ellos mismos. Los más proclives a caer en este tipo de tentaciones son aquellas co­ munidades que por diversas razones se encuentran alejadas de su vida tradicional. (Frieddemann, Arocha, 1982 : 97-98) Pero según Baldomero Cáceres el debate en tomo a la coca debe ser profundizado, son millones de personas — se­ gún algunas estimaciones más de 8 millones de indígenas mastican hoy las hojas mezcladas con cal (Fabrega, 1988 : 86)— quienes desde el norte de argentina hasta el extremo Nororiental de Colombia, pero especialmente en Bolivia y Perú, conservan una lealtad milenaria a la sagrada planta. La

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cual no se manifiesta sólo en el hábito de chacchar o acu­ llicar, sino también en todo ámbito de su vida social y eco­ nómica. Más allá aun, la coca es elemento central de la cosmovisión, de la religión y del mundo ritual andino. Pretender erradicarla sería una señal del final de un mundo andino. Y según yo, de un mundo que por su propia dinámi­ ca y naturaleza se opone y ofrece una tenaz resistencia a la penetración cultural del imperio. No debemos desestimar la lucha ideológica que mantiene Estados Unidos, a través de sus múltiples agentes, entre ellos los misioneros evan­ gélicos, para convertimos en sus aliados incondicionales, dóciles consumidores de sus productos, de sus programas sociales y televisivos — que son casi lo mismo— , y de sus políticas. No hay que olvidar tampoco que es sobre nuestros países donde se sustenta su poder económico y político. Esto y el poder económico y político adquirido por los grandes carteles de la droga — fuera de las reglas del juego impuestas por el Pentágono— son las claves para entender su obsesión en erradicar la coca si no, si es la salud de sus contribuyentes lo que les preocupa por que no impedir el consumo de alcohol, de cigarrillos y de tantas drogas disfra­ zadas de las que se abusa en USA Los documentos emana­ dos de las naciones Unidas al respecto son claro ejemplo de una práctica colonialista que no solo no toma en cuenta la opinión de los gobiernos implicados — en virtud de acuer­ dos internacionales sobre la autodeterminación de los pue­ blos— , sino que para nada, al igual que el antiguo reino de España, toma en cuenta la opinión de los cientos de pueblos y culturas que consumen coca desde miles de años antes de la existencia de USA como nación. Esto puede ser muy interesante explorarlo más a fondo o por lo menos mencionarlo , ya que el parque arqueológico de San Agustín es visualmente muy atractivo dada la monumentalidad de muchas de las obras que allí se encuentran. Por otra parte éste ha sido ampliamente estudiado en Colom­

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bia por lo que existe mucha información sobre el mismo.

HARINA DE COCA Historia Existen referencias que indican que desde épocas pre­ incaicas la planta coca ha sido utilizada para una serie de actividades laborales, sociales, rituales religiosos y medici­ nales. Sin embargo, muy pocos saben que hace más de cien años existió un millonario imperio europeo desarrollado con la coca andina. Pero el auge comercial e industrial de la coca y su intemacionalización comenzó en Europa después de 1860 en que se aisló su alcaloide cocaína, con la cual se pre­ pararon decenas de medicinas, cremas, bebidas infusiones, lociones, pastas, harinas, alimentos, energizantes, pomadas y anestésicos que hicieron aun más famosa a la descubierta cocaína hasta que se evidenciaron reacciones tóxicas y adictivas por su mal uso o por su uso exagerado o inadecuado, por lo que la cocaína se retiró de los mercados farmacéuti­ cos. Decenas de productos a base de hojas de coca se ven­ dían libremente y una gran industria y un variado e inter­ nacional comercio fue desarrollado por muchas personas, cuyas máximas expresiones fueron el famoso Vino Mariani y la bebida no alcohólica Coca Cola, que es la única sobre­ viviente de aquella época de oro. A más de 100 años de esa historia que parece cuento de hadas, sólo existe una tími­ da industria, en gran parte artesanal y limitadamente mo­ derna industrial en Bolivia (Coincoca), Colombia (Coca Sek) y Perú, especialmente en la línea de mates y mixturas aromáticas, emolientes, galletas y golosinas diversas como

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caramelos y toffees, chocolates, licor de coca, cremas, jabo­ nes, lociones, bebidas energizantes harina de coca, cápsulas energizantes de coca conteniendo harina de coca micropulverizada, multicereales reportenciados con harina de coca, y últimamente un desarrollo de productos fundamentalmente a base de harina de coca. A ello hay que añadir la artesanía de joyas que utiliza hojas de coca decorativas y la industria bibliográfica sobre la coca y sus derivados. Lo que es evidente y debe tomarse en cuenta es que “toda transformación de la hoja de coca rinde más ganan­ cias que la compra-venta de la coca ” y que "nada está per­ dido si se puede recuperar”. Esto indica que cualquier pro­ ducto a base de coca podrá incrementar las ganancias del agricultor y del industrial si ellos mismos la transforman. Para ello necesita conocimientos científicos sobre la coca y sus alternativas industriales. Asimismo necesita tecnología moderna para elaborar productos de calidad, especialmente ahora que se está promocionando y desarrollando la indus­ tria de la Harina de Coca,

Origen de la harina de coca Si bien la planta coca es más conocida por sus hojas, usadas para el tradicional chacchado e infusiones y para los modernos mates de coca en que se muelen las hojas y se ponen en infusión, últimamente se está desarrollando la in­ dustria de la planta coca a base de la molienda de sus hojas. La harina, o polvo, de coca, es un derivado de la mo­ lienda de las hojas o de otras partes de la planta coca. Si bien no existen muchas referencias históricas sobre el preparado ni uso de la harina de coca, con las hojas de coca se pueden desarrollar productos que contengan cocaína (coca natural cocainizada) y otros sin cocaína (descocainizados o desalcaloinizados). El primer grupo servirá para la industria y el

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comercio nacional en Bolivia, Colombia y Perú, y países que no se han adherido a la Convención Unica de 1961 (como Snd Africa que últimamente ha importado mate de coca de l;NACO), sin restricciones, salvo para la extracción de co­ caína (alcaloide) para preparados con cocaína (base, crack, clorhidrato o sulfatos de cocaína), los que deberán estar re­ gulados y prohibidos para uso industrial y comercial, salvo aplicaciones médicas y de investigación especificas. Dece­ nas de productos cocainizados para uso exclusivo oral y dér­ mico pueden entrar rápidamente al mercado nacional. Para diseñar una industria adecuada a base de coca es necesario conocer bien la composición química de la coca de la región que se usará y eso incluye conocer los nutrientes, aceites y el porcentaje de alcaloides, especialmente la cocaína, que con­ tiene. Sabemos que las cocas que contienen más cocaína son de las del Cuzco y Huánuco en el Perú y Chapare y Yungas en Bolivia (Erythroxylum coca con 0.6% a 1% de cocaína) y las que contienen porcentajes más bajos son las de Truji11o en el norte peruano y Cauca en Colombia (Erythroxylum novogranatense, con menos de 0.6% de cocaína.. No tene­ mos datos químicos sobre estudios de la coca tipo Ipadú que crece en los límites de Brasil, Colombia y Perú, que es una variante amazónica de Erythroxylum coca.

La harina o polvo de coca: definición Entre los productos a base de coca, se puede preparar harina o polvo de coca. La más conocida y preparada es la harina de coca de las hojas, pero también se puede preparar harina de coca de los productos residuales, que pueden ser­ vir para alimentación animal e inclusive humana cuando se necesite administrar mucha fibra. De acuerdo al diccionario Larousse (1995), la palabra Harina deriva del latín femenino fariña, que se define como “semilla reducida a polvo” (ha-

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riña de maíz, de trigo, de mandioca). El diccionario Ranees (Sopeña 1882), la define como: “Polvo resultante de moler granos, semillas, legumbres, etc.” Hay que diferenciarlo de otras moliendas en que los granos o semillas no son reduci­ das a polvo, como en el caso de las hojas de coca molidas que se envasan en las bolsitas de mate de coca. Por lo tan­ to, la Harina de Coca es el polvo resultante de la molienda de las hojas de coca, especialmente en un molino de bolas, a temperatura ambiente ligeramente elevada por el proce­ so mecánico de la molienda y que da como resultado una sustancia de consistencia polvorienta (hojas de coca micropulverizadas), integral (con todos los elementos químicos y nutrientes de la hoja de coca natural), de acuerdo a lo infor­ mado por la Dra. Silveria Dongo, Química de ENACO.

Análisis químico de la harina de coca En la actualidad se está promocionando el uso masivo de la harina de coca. Algunas de las harinas de coca que se producen artesanalmente presentan consistencia muy irregu­ lar tanto en el tamaño del molido (heterogéneo), como en la cantidad de residuos (fibras), lo que limita sus aplicaciones y pueden bajar la calidad del producto final. Desgraciadamen­ te la mayoría de esos productos alimenticios, entre los que se puede encontrar hasta panetones de coca, no cuentan con licencia de Digesa ni del Ministerio de Industria, lo que hace imposible garantizar su calidad La harina de coca preparada y expendida por ENACO SA, ha sido analizada en laboratorios de química y el prome­ dio de sus especificaciones técnicas es el siguiente: “Polvo de hoja de coca, áspero al tacto, de color verde con aroma y sabor propio a hoja de coca, humedad entre 8 y 12%, límite máximo de alcaloides de 1.2 g% (70-80% de cocaína), cenizas 8.5%, acidez 1.46 g/100, subproducto

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obtenido de la molienda de hoja de coca empleada para fil­ trantes. Vida útil de ionizado de 2 años en condiciones de al­ macenamiento adecuadas, frescas y secas. Se puede envasar en bolsas de polietileno a granel, o bolsas de aluminio bilaminado”. Asimismo, muestras de harina de coca sometidas a análisis microbiológicos y fisicoquímicos, indicaron ausen­ cia de salmonellas y los otros elementos (mohos, bacilos, levaduras, enterobacterias), estuvieron dentro de los rangos permisibles.

Principios farmacológicos de la harina de coca Los efectos farmacológicos del uso de la Harina de Coca por vía oral sigue los principios de la farmacología de la cocaína oral. Los efectos de la cocaína oral (y por vía dérmica), son muy diferentes a los efectos por las vías na­ sal, pulmonar o intravenosa. Su uso intramuscular es raro. Por vía oral, como la consumen los chacchadores y los be­ bedores de infusiones, incluyendo los mates, la cocaína se absorbe muy lentamente por el intestino y se destruye muy rápidamente al entrar a la sangre y en el hígado, por lo que nunca alcanza velocidades violentas de ingreso ni concen­ traciones lo suficientemente altas como para excitar al con­ sumidor. La cocaína por vía oral “estimula” pero no excita, algo similar a lo que ocurre con el café. Por vía dérmica la cocaína anestesia, pero no estimula ni excita. Por vía nasal, pulmonar o endovenosa, la cocaína se absorbe muy rápida­ mente y alcanza niveles altos en poco tiempo, llevando a la excitación del sistema nervioso y otros órganos, desarrollan­ do trastornos de conducta y distrés. Por esas evidencias y diferencias farmacológicas los usuarios de cocaína oral no presentan trastornos significativos de la presión, pulso, res­ piración, clínicas, hematológicas, ni conducta adictiva pato­ lógica y más bien dan respuestas favorables para compensar

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el estrés. Múltiples estudios han demostrado estas afirmacio­ nes, como los trabajos de Siegel y colbs. (Cocaine in Herbal Teal, 1986), Rush y colbs (Acute physiological and beha­ vioral effects o f oral cocaine in humans, 1999), y Walsh y colbs.(modulation o f cocaine intravenous effects by chronic oral cocaine in humans,2000), este último con clorhidrato de cocaína por vía oral. Entre los estudiosos peruanos men­ cionaremos a T. Moreno y Maíz, C. Monge, H. Unánue, F. Cabieses, R. Ramos-Aliaga, C. Collazos y colbs., L. López, T. Llosa y L.M. Llosa.

Valor nutritivo de la harina de coca Uno de los argumentos más alegados en la defensa del uso de la coca es su valor nutritivo. Varios estudios lo han confirmado, entre los que sobresalen los de Collazos, Urquieta y Alvistur (Lima, 1965), Duke, Aulik y Plowman (Bolivia, 1975), Cárter y Mamani (Bolivia, 1978), Marina Escobar (Cusco, 1993), Cáceres, Flurtado y Pinares (Cusco, 1993), y Serrano (1993), en el Cusco, quiénes analizaron los componentes y las cantidades de nutrientes que poseen las hojas y desarrollaron productos alimenticios experimentales como los elaborados por Rosa Urrunaga y Marina Escobar (1994) en el Cusco. Las hojas de coca integrales contienen todos sus componentes naturales: hidratos de carbono, pro­ teínas, caroteno, tiamina, riboflavina, vitamina C, niacina, calcio, fósforo, hierro, sodio, potasio y alcaloides naturales entre los que se encuentra la cocaína. De la planta se pueden obtener aceites saborizantes para caramelos y perfumes, en­ tre otras aplicaciones. Sin embargo en la práctica la industria alimenticia es la que menos ha utilizado estos potenciales, siendo muy curio­ so que no exista ninguna “comida” típica a base de coca que se venda en los restaurantes, como existen comidas típicas

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en cada región (papa a la huancaína, rocoto relleno, causa limeña, empanadas salteñas en Bolivia o caldudas en Chile, etc), ni jugos o concentrados similares a la chicha morada o de jora. Se venden galletas, tamales, bizcochos, pero en forma muy limitada y con muy baja demanda. La idea y la práctica general es que la coca no se come sino se chaccha y se bebe. Es necesario averiguar el por qué no se desarrolló una industria alimenticia a base de coca du­ rante el Imperio Incaico ni en la época republicana, no sólo humana sino tampoco animal. En algunas zonas amazónicas limítrofes se come amasado de coca tostada que se prepara en ollas de cerámica y se ingiere en ceremonias. Se requiere realizar estudios sociológicos modernos.

Absorción de los nutrientes de la harina de coca Mucho se está hablando sobre los valores nutritivos de las Hojas de coca (naturales, molidas, en harina o infusio­ nes). Algunos autores han referido que los elementos nutriti­ vos de la coca no son asimilables. Sin embargo estudios más modernos han dejado sin lugar a dudas que las cantidades altamente significativas de nutrientes de la coca se absorben adecuadamente, inclusive algunas como la tiamina, al 100% , como lo demostró el estudio Collazos en 1964. Hay que tomar en cuenta que generalmente las proteí­ nas de todas las hojas de las diversas plantas se absorben en bajo porcentaje y que las proteínas vegetales se obtienen mayormente de los cereales y menestras. Sin embargo, todos sabemos que la mejor fuente de proteínas son las carnes ani­ males., como comenta el antropólogo Trigo. “Ninguna pro­ teína vegetal es completa; ninguna tiene todos los aminoáci­ dos esenciales completos. Las fuentes proteicas vegetales se buscan en los cereales y menestras”. En su investigación. Collazos, Urquieta y Alvistur rea-

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uso industrial, tanto a nivel alimenticio como agroindustrial y medicinal. En el Perú en la actualidad existe un mercado limitado de venta y uso de de la harina de coca, que se pre­ senta en frascos o bolsas (Andina Real, Kaita, Santa Natura, Kallpa), en galletas, panetones, alfajores, rosquitas, tamales, barras energética, turrones integrales (Productos Maná In­ tegrales), galletas, helados, mate de coca de harina, tamales (iCoca Shop), multicereales instantáneos (Mixtura Andina), mixturas energéticas (Campos de Vida), en bolsitas sin eti­ quetas que se venden en las ferias regionales y varios pro­ yectos experimentales como tamales, galletas, bizcochos, algunos realizados por los mismos agricultores y otros en Universidades como la de San Antonio Abad, del Cuzco (Dra. Rosa Urrunaga) y la Química Paula Falcón, del IIMA de la Universidad Santiago Antúnez de Mayolo, Huaraz. Agro industrias Chaska (productos Kallpa), en coordi­ nación con Coca Médica ha iniciado la industrialización de productos a base de extractos y harina de coca, para preparar cremas dermatológicas para las irritaciones y quemaduras, licores de coca, harina de coca reforzada y cápsulas de coca, para fines energizantes y moduladores del estrés (deportis­ tas, gimnastas, trabajadores, estudiantes) y para la terapia de cocalización del Dr. Llosa, en la que se administra harina de coca encapsuladas para controlar la adicción a la cocaína y a la pasta de coca. Las cápsulas contienen harina de coca coca micropulverizada integral y sin aditivos procesadas por ENACO. Cada cápsula transparente (cápsula cero), que aparece como color verde-coca contiene 450 mg de coca del Cuzco, con promedio de 2.5 mg de cocaína y las cápsulas doble cero, contienen 800 mg, con promedio de 4 mg de cocaína alcaloi­ de (UNMSM,2005), además de otros alcaloides y nutrientes. Estas últimas no requieren usar llipta para su absorción in­ testinal. Paralelamente se están haciendo estudios en pacien­ tes adictos al clorhidrato de cocaína con fines de determinar 102

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la efectividad de controlar la apetencia y reducir las recaídas, dentro de los principios de la terapia agonista de sustitución denominada terapia de cocalización/cocainización propulsa­ da por el Dr. Llosa desde la década de los 1980s con de­ mostrados resultados benéficos en el control de la apetencia cocaínica, que cuenta además con la ventaja del bajo costo del tratamiento y la reducción significativa de las hospita­ lizaciones, lo que reduce aún más el costo del tratamiento integral. Dichos datos se pueden leer en Internet ingresando como Teobaldo Llosa, cocaína oral, harina de coca, mate de coca, etc.

Estudios toxicológicos con cocaína oral (hojas, infusiones) No existen estudios toxicológicos publicados, realiza­ dos con harina de coca. Este es el primer estudio. Para ello hemos tomado como punto referencial los estudios toxicológicos realizados con cocaína oral contenida en las hojas bajo la modalidad de chacchado, infusiones de mate de coca, tabletas y últimamente con cápsulas de coca conteniendo ha­ rina de coca (Llosa, 1996)(Llosa, 2002, Llosa et al,2004), y los realizados en USA con mate de coca (Siegel et al, 1986) (Jackson et al,1991)(Jenkins et al, 1996), y clorhidrato de co­ caína en cápsulas (Rush et al,1999)(Walsh et al,2000). En dichos estudios, los controles vitales siempre se mantuvie­ ron dentro de los límites normales. En otro estudio se de­ muestra que el chacchado reduce la fatiga y estrés laboral en mineros chaechadores en comparación con mineros no chacchadores (López y Llosa, 2004). Al respecto, en chacchadores crónicos y tradicionales, nadie ha negado, que los efectos antifatigantes o el aumento de la resistencia laboral se deban no sólo la cocaína, sino también a los nutrientes de las hojas ingeridos en el jugo al succionar las hojas. El resultado de las investigaciones realizadas en USA, llevaron 103

Anatomía de la Hoja de Coca

a la conclusión de que el uso de cocaína oral hasta en dosis de 400 mg al día, no producen trastornos, e inclusive son recomendados para estudios clínicos bajo supervisión mé­ dica. Los niveles de benzoilecgonina en orina encontrados en chacchadores crónicos tradicionales pueden ser tan altos (200,000 ng/ml), o superar los niveles de benzoilecgonina de los consumidores habituales (entre 20,000 y 200,000 ng/ mi), con clorhidrato de cocaína por vía nasal. Recordemos que el promedio de benzoileegnina en orina luego de ingerir una taza de mate de coca preparada con 1 gramos de hojas molidas, indica cantidades entre 2,000 y 5,000 ng/ml, tan­ to con coca boliviana como peruana. Nuestros pacientes en tratamiento de cocalización con harina de coca en cápsulas, presentan niveles de benzoilecgonina en orina inferiores en comparación a los que siguen el tratamiento con dosis equi­ valentes bajo la modalidad de mate de coca

Usos médicos de la harina de coca Mucho se promocionan los beneficios de la harina de coca en la salud humana. Sin embargo esta nueva modalidad de usar las hojas de coca que, aunque hayan algunas mencio­ nes anecdóticas de su uso en el incanato, no ha sido estudiada adecuadamente ni con casuísticas*clínica ni estadísticamente válidas. Por eso mencionamos aquí algunos datos técnicos para tomar en cuenta cuando personas no médicas recomien­ den el uso indiscriminado de la harina de coca, recordando sin embargo, que son muy raras las contraindicaciones del chacchado de las hojas de coca, por lo que su uso bajo la modalidad de harina de coca no debería presentar mayores problemas para la salud. El problema está en la dosisifeación, que en la mayoría de casos no ha sido médicamente calculada y en su administración a aquellas personas de alto riesgo, como los hipertensos descontrolados, las embaraza­ 104

Sacha Barrio Healey

das, niños pequeños o personas con glaucoma y alérgicas a alguna proteína u otro componente de la coca. Tratamiento de la adicción a cocaína y pasta de coca: hay estudios con pacientes adictos a cocaína y pasta de coca que ingieren harina de coca contenida en cápsulas de gelatina. Son los únicos tratamientos con protocolos clínicos y de laboratorio, realizados con harina de coca y publicados. Tratamiento de la hiperactividad: no hay estudios, pero hay observaciones anecdóticas. Se está diseñando un Protocolo de investigación en adultos, pues los comentarios de los usuarios de harina de coca son favorables en la focalización de la atención laboral y académica. . Tratamiento de enfermedades infantiles: no hay es­ tudios ni se sabe de algún Protocolo de investigación con harina de coca en niños. Tratamiento de enfermedades de la ancianidad: no hay estudios, aunque hay muchas menciones anecdóticas, pero no existe un Protocolo de investigación en ningún as­ pecto de la ancianidad, como déficit de memoria o Alzhei­ mer, en los que probablemente puedan tener efectos benéfi­ cos, tipo nicotínico. Tratamiento de mujeres gestantes: no hay referen­ cias ni estudios sobre uso de harina de coca en gestantes, ni durante la época de lactancia. No hay referencia de su uso en las gestantes del incanato. Tratamiento de la osteoporosis: no hay estudios, pero hay observaciones anecdóticas. No sabemos si existe algún Protocolo de investigación en desarrollo. Sin embargo se­ ría muy conveniente que las entidades de salud desarrollen protocolos con harina de coca, pues es la harina natural que contienen la mayor cantidad de calcio entre todas las plantas andinas. Tratamiento de la desnutrición: no hay estudios, sino referencias anecdóticas. Debería haber estudios sobre los efectos nutritivos de la harina de coca, ya que su contenido 105

Anatomía de la Hoja de Coca

altamente nutritivo y su buena absorción han sido demostra­ dos en varios estudios nacionales y extranjeros. Tratamiento de la coagulación bucal-odontológica: no hay estudios con harina de coca (*) Tratamiento de la fatiga laboral, académica y de­ portiva (modulador del estrés): no hay estudios con harina de coca. Sí hay estudios con hojas de coca en actividades deportivas. Tratamiento de los estados de ánimo (modulador): no hay estudios con harina de coca. Tratamiento de la obesidad y bulimia: la coca, las infusiones de coca y la harina de coca controlan el apetito sin desnutrir y sus efectos son conocidos de antaño. Sin embar­ go no hay estudios clínicos controlados que demuestren la correcta dosificación y consecuencias hematológicas y pon­ derales a largo plazo.

(* ). E n el 2 0 0 5 la o d o n tó lo g a D a n itz a E s p in o z a d e m o s tr ó la re d u c c ió n del tie m p o d e sa n g ra d o e n las e x tr a c c io n e s d e n ta le s a p lic a n d o p a ñ o s de e x tra c to s de c o c a d e s c o c a in iz a d a en las e n c ía s y c a v id a d e s d e n ta le s d e lo s p a c ie n te s . E n e s e c a s o es p o sib le a trib u ir la c ic a triz a c ió n al ta n in o c o n te n id o e n la s h o ja s . S i la c ic a triz a c ió n se h ic ie se co n h o ja s in te g ra le s, lo ló g ic o s e rá p e n s a r a q u e se d e b e a lo s e fe c to s v a s o c o n stric to re s d e la c o c a ín a q u e c o n tie n e n las h o ja s . L a h a r in a d e c o c a p u e d e u sa rs e c o n ig u a le s y p o s ib le ­ m e n te m e jo re s r e s u lta d o s p a r a r e d u c ir el tie m p o d e s a n g ra d o e n o p e ra c io n e s d e n ta le s , e s p e c ia lm e n te si se m e z c la c o n u n a s u s ta n c ia a lc a lin a .

106

Sacha Barrio I Iealey

ASPECTOS LEGALES La historia de las restricciones del uso de la “coca” son más antiguas que las de la cocaína porque se menciona que su consumo estaba restringido para la nobleza, como comen­ tan Hernández de Ovidio y Valdéz en 1547 y Garcilazo de la Vega en 1609. La restricción a la “cocaína” apareció entre 30 a 50 años después de descubrirla y aislarla de la planta coca (1860), cuando se presentaron evidencias de que su uso pro­ ducía reacciones y conductas adictivas (por uso intramuscu­ lar y nasal) o tóxicas (sobredosis dérmicas). En Bolivia y Perú, firmantes de las Convenciones de 1961 y 1988, se presenta la ambivalencia legal respecto a la regulación de la compra y consumo de coca y cocaína, ya que en cualquier mercado se puede adquirir sin limitación de cantidad ni edad varios kilos de coca molida y varios gramos de cocaína contenida en dichas hojas, tal como es el caso de los mates de coca y sus mixturas y actualmente contenida en la harina de coca, además en los diversos vinos, aguardien­ tes, tónicos o dulces que se expenden en Bolivia y Perú. La pregunta es por qué los adictos no compran o agotan tales productos en los mercados y la respuesta es simple, pues la cocaína por vía oral estimula con lentitud pero no excita con prontitud que es lo que buscan los adictos. Pero también la compra-venta de los mates y sus mixturas han bajado en la población general y posiblemente se deba a las campañas en contra de las hojas de coca y a la deficiente publicidad de los comerciantes de los productos de coca, que no aprovechan la legalidad local para diseñar y fabricar productos de calidad a base de hojas de coca. Al igual que las hojas de coca, la compra de harina de coca está regulada por Enaco, que con una mentalidad más globalizada y realista, basada en parte en argumentos cien107

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Anatomía de la Hoja de Coca

tíficos y financieros, está propiciando su venta. Es deseable que los requisitos sean muy exigentes para los que tienen antecedentes de mal uso de la coca, pero no a los industria­ les y comerciantes que no son transformadores de la harina sino “envasadores”, ya que no están manipulando la compo­ sición ni transformando la harina de coca comprada a Enaco. El precio de la harina de coca (promedio de 4.50 dólares el klio), es mayor que el de las harinas nutritivas comunes (tri­ go, cebada, camote, maiz), lo cual indudablemente encarece el producto final, pero indudablemente bajará cuando haya una distribución más racional. Asimismo, el consumo de harina de coca aún en dosis pequeñas arrojará resultados positivos al metabolito benzoilecgonina de la cocaína, en promedio 3 días, por lo que hay que tener esos datos en consideración cuando se realicen exámenes de orina para aspectos deportivos o laborales. Las pautas de los exámenes toxicológicos son equivalentes a las de la toxicología del chacchado y a la ingesta de infusiones (mates) de coca.

Observaciones La Industria médica de la coca no es una novedad. Como lo demuestran la historia y los productos que sobrevi­ vieron especialmente la famosa coca cola, que inicialmente se promocionaba como tónico para los nervios y dolores de cabeza. Aunque la industria de la coca nunca desapareció, si se redujo a una industria artesanal y escondida a causa de las prohibiciones y políticas erradas de los gobiernos andinos. Sin embargo las investigaciones científicas de los efectos de chacchado y beber hojas de coca continuaron en diversos laboratorios nacionales y extranjeros, demostrándose que el uso de la cocaína por vía oral en dosis muy superiores a las consumidas por los chacchadores tradicionales y por los 108

Sacha Barrio Healey

bebedores de infusiones de coca, incluyendo los mates, no producía trastornos psicológicos ni de conducta, ni llevaba a enfermedades. Más bien, se demostró una vez más que consumir hojas de coca aumenta la resistencia al trabajo y mejora el ánimo, reduce el estrés laboral y el de la vida diaria, siendo un mag­ nifico natural energizante natural. En los últimos años, los defensores del buen uso de la coca y sus derivados, entre ellos científicos, sociólogos y actualmente industriales, han reiniciado la elaboración de productos a base de coca integral, de sus extractos o de su harina, gracias a la presión que muchos industriales artesanales han hecho para popularizar los productos a base de coca, pero también se están incrementando el número de industrias que han obtenido licencias para industrializar y comercializar las hojas de coca bajo su forma de harina o extractos. Sin embargo, no todos los promotores de la harina de coca poseen la información o conocimientos fundamentales del contenido y de los efectos del uso de la harina de coca, por lo que se ha creado mucha confusión y exageraciones o deformaciones sobre sus bondades o perjuicios. Hay perso­ nas que recomiendan la harina de coca para todo, sea cáncer, sida, osteoposrosis y también para el uso en niños. Eso no es correcto si no hay evidencias tradicionales ni científicas. Ad­ ministrar regularmente harina a los niños no tiene un funda­ mento científico probado, ni tradicional, ya que los incas no les administraban habitualmente harina a sus hijos. Recién cuando empezaban a trabajar (12 a 14 años) se iniciaban en el chacchado de las hojas, usando una sustancia alcalina a base de cenizas de plantas o sus semillas (llipta). Sin embar­ go nunca se demostró el por qué usaban sustancias alcalinas (llipta). Algunos afirmaban que era para bajar el sabor fuerte de la coca y otros más acuciosos decían que era para extraer mejor la cocaína de las hojas. Ambas hipótesis eran válidas,

Anatomía de la Hoja de Coca

pero la segunda era la verdaderamente científica.

PRIMER ESTUDIO PSICOFISIOLÒGICO Y TOXICOLÓGICO DE LA HARINA DE COCA

Resumen del Protocolo de Investigación Habiéndose incrementado el consumo de harina de coca (HCC) y en vista del aumento de la publicidad e indi­ caciones de su uso, se ha desarrollado una sobreinformación sobre la harina de coca, que si bien en gran parte es correcta, muchas veces no son lo suficientemente claras y precisas, ya que la mayoría de personas que compran harina lo hacen para tratar malestares o enfermedades y la mayoría de los que la venden, “recetan” la harina de acuerdo a sus criterios, sin ser médicos. Es práctica común que los vendedores son los que “recetan” la forma y cantidad a usar. Si bien el con­ sumo de hojas de coca, mate de coca y harina de coca casi no tiene contraindicaciones, no se debe dejar de lado advertir a las personas hipertensas, con glaucoma o embarazadas so­ bre su uso. Una de las recomendaciones más populares es el uso de la harina para el tratamiento de la osteoporosis. Los vendedores alegan que la harina no hace daño y más bien es un gran complemento de calcio. Es cierto, pero también es cierto que generalmente las personas que presentan osteopo­ rosis son personas mayores y a esas edades hay riesgo de ser hipertensas o sufrir de glaucoma y por eso es necesario una evaluación médica previa. Ello se practica con los adictos a cocaína y pasta de coca, quiénes antes de iniciar el uso de harina de coca, realizan evaluación clínica, hematológica y psiquiátrica a fin de determinarlas dosis recomendables y descartar contraindicaciones. 110

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En vista de esa situación, nuestro equipo decidió rea­ lizar un primer estudio psicofisiològico y toxicológico utili­ zando harina de coca en 4 voluntarios y en diversas prepara­ ciones, que describimos a continuación: Los voluntarios, 2 hombres (50 y 66 años), y 2 muje­ res (19 y 43 años), no habían ingerido ningún producto que contiene coca los últimos tres días. Al inicio del estudio sus orinas fueron negativas para cocaína (benzoilecgonina) con el QuikScreen (CLIAwaivedJnc), sensibilidad 300 ng/ml. Ninguno reunía criterios de exclusión. Los controles fisioló­ gicos de base (presión arterial, pulso, respiración, diámetro pupilar), estaban dentro de límites normales estándares, así como los niveles de Ansiedad (Hamilton Anxiety Scale-17) y apetencia cocainica (test de Apetencia, adaptado). Asimis­ mo, tomó como referencia dos voluntarios, masculinos, en tratamiento por adicción a clorhidrato de cocaína, que in­ gieren hace más de tres meses, 5 gramos diarios de harina de coca en cápsulas. La harina de coca que se utilizó fue la preparada por Enaco S.A., y las cápsulas de gelatina que contenían harina de coca fueron las preparadas por Agroindustrias Chaska. que poseen registro sanitario de Digesa (coca Kallpa). El estudio se llevó a cabo en la Torre de Consultorios Anglo Americana y los análisis toxicológicos fueron realiza­ dos en el laboratorio Medlab, por la técnóloga médica Diana Castillo, con inmunoensayo ADx/Axsym, cuya sensibilidad es 30 ng/ml, de Abbott Laboratorios, bajo la supervisión del patólogo Dr. Alejandro Colichón, Director de Medlab. Nuestro equipo estuvo conformado por el Dr. Teobaldo Llosa, investigador principal, el Dr. Ernesto Chang, pediatra, el industrial Esteban Flores, fabricante de las cápsulas de coca, el Dr. Luis Mariano Llosa, Consultor, la Psicóloga Luz Marina Luna y le Técnica médica Betty Acosta. Para pesar la harina de coca se usó la balanza digital marca Clever, con sensibilidad 0.01 gramos a 625 gramos. El método estadís­ 111

Anatomía de la Hoja de Coca

tico fue el t-Student. Los voluntarios no habían consumido ninguna sustancia que contenía cocaína (hojas, infusiones, mate, harina), los últimos tres días, ni café, ni tabaco el día anterior. Los exámenes toxicológicos de base (al inicio del es­ tudio y minutos antes de ingerir la harina de coca), arrojaron negativo para benzoilecgonina en orina. Las muestras se co­ lectaron a las 4 horas de haber ingerido la dosis de harina de coca. Control de acidez-alcalinidad en líquidos (DF Univer­ sal, test paper, colorímetro, pH 1-14): a.- 1 gramo de harina de coca en 46 mi de agua fría: pH 4.5b.- 1 gramo de harina de coca con 1 gramo de bicar­ bonato, en 46 mi de agua fría: pH 9.0 c.- Todas las muestras de orina de los voluntarios parti­ cipantes indicaron al ingreso pH < 7

Ingesta de Harina de Coca: 1 sujeto (HCC1TLL) ingirió 5 gramos de HCC sumer­ gida en 200 mi de agua hervida durante 5 minutos 1 sujeto (HCC2TLL) ingirió 5 gramos de HCC mez­ clada con 1 gramo de sustancia alcalina (harina tostada de quinua), en 200 mi de agua fría. 1 sujeto (HCC3TLL) ingirió 5 gramos de HCC en 200 mi de agua fría 1 sujeto (HCC4TLL) ingirió 5 gramos de HCC en cáp­ sulas (7 cápsulas), con 200 mi de agua fría

Sujetos de control externo: ------ 112

Sacha Barrio Healey

Código HCC5TLL, ingiere 5 gramos diarios en cápsu­ las, dividido en tres tomas (2,2,1 gramos) cada 4 horas, con 200 mi de agua fría, hace 3 meses Código HCC6TLL, ingiere 5 gramos diarios en cápsu­ las, dividido en tres tomas (2,2,1 gramos) cada 4 horas, con 200 mi de agua fría, hace 5 meses

Datos referenciales. El pH de la harina de coca (Enaco) es de 4.5 a 5.5, se­ gún informa la Dra. Dongo (Enaco,2006) La acidez (g/100 gramos de muestra, expresado como ácido sulfúrico), de la harina de coca es 1.46 (Laboratorio de la UNALM, noviembre del 2005) El pH de la leche animal (incluida la materna) es 6.66.7

Resultados Estudio toxicológico Código Código Código Código

HCC1TLL: HCC2TLL: HCC3TLL: HCC4TLL:

31142 27100 6003 7769

ng/ml ng/ml ng/ml ng/ml

de benzoileegonina de benzoileegonina de benzpileegonina de benzoileegonina

PH pH pH pH

4 7.5 5 5

Estudio psicométrico con harina de coca Se midió niveles de ansiedad (Hamilton-17) y apeten­ cia a cocaína (Ilalikas, modificado). Se aplicaron al inicio, a las dos horas, a las 4 horas (toma de la muestra de orina) y a las 8 horas, cuando terminó el estudio. Los resultados estu­ 113

Anatomía de la Hoja de Coca

vieron dentro de parámetros normales al inicio y no variaron significativamente durante el estudio (p > 0,5).

Estudio fisiológico con harina de coca Se midió la presión arterial, el pulso, temperatura, diá­ metro pupilar y respiración al ingreso, a las dos horas, cuatro horas y ocho horas. Los valores estuvieron dentro del rango normal al inicio y durante todo el estudio y no hubo varian­ tes estadísticamente significativas ( p > 0.5).

Análisis estadístico Por las características de las muestras se usó el t-Student, (programa Excel, Office 2003). Las variantes en todos los análisis de las diversas muestras no fueron estadística­ mente significativos (p: > 0.5).

Estudio del grupo control (control externo) Los controles fisiológicos y psicométricos del grupo control estuvieron dentro de límites normales y no hubo di­ ferencias estadísticamente significativas (p > 0.5), con los sujetos en estudio. Los resultados de los exámenes toxicológicos fueron los siguientes: Código HCC5TLL Código HCC6TLL

1200 ng/ml de benzoilecgonina 3675 ng/ml de benzoilecgonina

pH 6 pH 5

C O N CLU SIO N ES Y C O M EN TA R IO S 114

Sacha Barrio I Iealey

1. Se demostró por primera vez que los incas y las poblaciones andinas actuales utilizaron y utilizan actualmente sustancias alcalinas (llipta) para ex­ traer mejor la cocaína de las hojas de coca cuando mastican y absorben el jugo de las hojas (chaccha­ do, accullico, picchado). La proporción observada es una relación de 1 a 5 en promedio, para los que no usan y sí usan llipta. 2. Se demostró que la cocaína oral se libera mejor de las hojas en un medio alcalino (pH >7), que en un medio neutro (pH =7), o ácido (pH < 7). 3. Se demostró que la sustancia alcalina (llipta) puede ser reemplazada por agua hirviendo, obteniéndose resultados similares en porcentajes de liberación de la cocaína, que cuando se usan sustancias alcalinas. 4. Se demostró que sin sustancia alcalina (llipta) y también disuelta en agua fría, la cocaína no es ex­ traída adecuadamente de la harina de coca. 5. Se demostró que en los sujetos que absorbieron ma­ yor cantidad de cocaína, los controles de la presión arterial, el pulso, la respiración, temperatura, el diá­ metro pupilar y los niveles de ansiedad, no se alte­ raron y se mantuvieron dentro de rangos normales, similares a los que absorbieron cantidades menores de cocaína. 6. Ningún sujeto durante el estudio presentó signos ni síntomas de intoxicación. 7. Se evidenció que el consumo de harina de coca por vía oral, en cualquier forma de preparación, indica resultados positivos a cocaína (benzoilecgonina) en orina. Es necesario tomar en consideración la investigación de Collazos y colaboradores, quiénes observaron que en los sujetos de su estudio la tiamina se extrajo 100% tanto en el 115

Anatomía de la Hoja de Coca

grupo de chacchadores que utilizó cal como en el sujeto que no la utilizó. Sería conveniente realizar estudios de extrac­ ción de los diversos nutrientes de la harina de coca prepa­ rada con sustancia alcalina y con agua hirviendo, a fin de determinar si hay diferencias en el porcentaje de extracción, tal como ocurre con la extracción de la cocaína al variar la acidez. También es necesario diferenciar entre el chacchado (masticado y chupado) y el ingerir (comer, tragar) la harina de coca. En el chacchado no se ingiere la parte sólida de las hojas, en cambio la harina de coca se ingiere completa. En ese caso las enzimas sanguíneas y hepáticas extraerán o continuarán extrayendo los nutrientes de la harina de coca ingerida, haya sido ingerida con cal o sin cal (llipta). Los resultados demuestran y justifican el por qué los incas utilizaron sustancias alcalinas cuando chacchaban ho­ jas de coca. Asimismo el por qué actualmente la siguen uti­ lizando los agricultores y mineros durante la jomada labo­ ral. También demuestran que la ciencia tradicional empírica puede ser tan científica y lógica como la ciencia de labora­ torio moderna. Estos hallazgos pueden tener aplicaciones prácticas de acuerdo a las necesidades del uso de la harina de coca. Si la persona desea absorber los nutrientes de la harina de coca sin absorber mucha cocaína, deberá disolver la harina en agua fría o tomarla en cápsulas. Si desea más los efectos estimulantes que los nutritivos, deberá ingerirla con alguna sustancia alcalina o hervirla durante 3 a 5 minutos en agua caliente. Por ejemplo, para fines de complemento nutritivo en el tratamiento de la osteoporosis, no será necesario usar sus­ tancias alcalinas ni hervir la harina de coca. Para disminuir el estrés laboral, mejorar la concentración o el rendimiento académico y deportivo, será conveniente usar alguna sustan­ cia alcalina o hervir la harina de coca. Para disminuir y la 116

Sacha Barrio Hcalcy

apetencia y las recaídas durante el tratamiento de la adicción al clorhidrato de cocaína, crack y a la pasta de coca, se podrá ingerir la harina de coca contenida en cápsulas (cápsulas de coca), con o sin sustancias alcalinas, o en su variante, acom­ pañadas de una taza de mate de coca, preparada con una o dos bolsitas en infusión de agua hervida por tres a cinco mi­ nutos. Para mejorar el estado de ánimo, la concentración y memoria también se deberá usar esta modalidad. Para el tratamiento inicial de la terapia agonista (tera­ pia de cocalización del Dr. Llosa) es recomendable iniciar la ingesta de cápsulas acompañada de alguna sustancia alca­ lina (para obtener niveles más altos de cocaína), o tomar la harina de coca disuelta en agua hirviendo por unos minutos (en este caso no necesitará la sustancia alcalina). Para man­ tenimiento de la abstinencia, luego de un período mínimo de tres meses, se podrá ingerir las cápsulas directamente sin sustancia alcalina. Al inicio del tratamiento, si el adicto tiene caídas esporádicas, de no muy alto consumo (menos de 1 gramos por sesión), se podrá iniciar el tratamiento con cáp­ sulas de harina de coca sin necesidad de sustancia alcalina. Pero debe quedar claro que para mejorar el estado de ánimo o buscar un complemento nutricional, no se necesita de receta médica. Sin embargo, para usos médicos especí­ ficos, su uso deberá ser consultado al médico especialista, ya que algunas personas cuya presión arterial es muy alta, tienen glaucoma o están embarazadas, no deberían usar in­ discriminadamente harina de coca y deberían consultar a su médico antes de usarla. En niños no hay estudios. Sin embargo, la tradición (que es la ciencia de la experiencia popular), ha demostrado que los hijos de los incas no chacchaban hojas de coca, ni las embarazadas. Infusiones de coca para diversas molestias estomacales si son usadas en medicina tradicional, inclusive en niños, pero sólo pasajeramente mientras dura el malestar. Estamos desarrollando Protocolos de estudio para ver 117

Anatomía de la Hoja de Coca

los efectos en niños y adultos con déficit de atención e hiperactividad, a fin de utilizar la harina de coca como reemplazo o alternativa terapéutica a medicinas similares a la cocaína o anfetaminas, o al metilfenidato, que son las que más se usan actualmente. Si se determinase que los niños pueden ingerir diariamente harina de coca sin presentar problemas de sa­ lud, se podrá administrar la harina en cápsulas sin sustancia alcalina ni preparada en agua hirviendo, a fin de no liberar mucho la cocaína a ingerir. Por otro lado, es necesario que los industriales de pro­ ductos a base de harina de coca se preocupen por elaborar productos de alta calidad. El industrial que desee incursionar en la industria médica de la coca deberá asumir la responsa­ bilidad de que está trabajando con una materia prima muy cuestionada, por lo que tiene el reto de hacer un buen pro­ ducto y no solamente algo a lo que se le ha “añadido harina de coca”. Elaborar un producto de coca sin control de cali­ dad y sin licencias que garanticen su calidad, es atentar con­ tra la industria de la coca y contra la salud de los usuarios. Asimismo, los industriales que presenten nuevos pro­ ductos para uso médico a base de harina de coca deberán fundamentar los beneficio de sus productos en las tradicio­ nes probadas o en estudios científicos modernos de absor­ ción y efectos nutritivos y energizantes de la harina de coca en el organismo animal y humano, como el uso del calcio contenido en la harina de coca. Si una persona desea usar la harina de coca como esti­ mulante, deberá usarla en dosis estándares con o sin llipta. Pero si la va a usar como tratamiento, deberá consultar a un médico conocedor de los efectos psicofisiológicos y farma­ cológicos de la harina de coca. Por último, este estudio es preliminar, pero altamente significativo. Sin embargo, deberían hacerse estudios toxicológicos y farmacológicos en sangre, de la cocaína ingerida en la harina de coca, en las mismas preparaciones usadas en 118

acha Barrio Healey

el presente estudio.

A

Sacha Barrio Healey Urna 11 de octubre de 2006

,

Apenaice

M i terapia con la coca Por Enrique Bustamante Galindo Voy a tratar de hacer un resumen de mi recorrido, antes de empezar con el uso de la hoja y la harina de coca en mi trata­ miento, para poder hacer una comparación. Con esto no pretendo quitarle mérito a ninguna de las terapias previas a la que me re­ ceta Sacha Barrio con la Coca , es sólo que considero que de esta manera se podrá entender mejor la importancia que tiene incluir su uso en las terapias que llaman alternativas. Mi problema de salud empieza con la manifestación de dolor en la articulación femoral derecha, articulación que quedó afectada por un accidente hace catorce años, que en los últimos dos años empeora. Esto generó un dolor que no me permitía ca­ minar sin cojear. El dolor se incrementa, por lo cual empiezo a te­ ner que usar un bastón. Finalmente, quedo sin poder apoyar peso en esa pierna, el dolor que se producía no me lo permitía. A raíz de ese dolor, me hago ver por un traumatólogo, el cual me pide sacar radiografía de la articulación. Viendo el doctor la radiografía, diagnostica principio de artrosis en esa articula­ ción. Me hice ver por otro traumatólogo que me dijo lo mismo y que para resolver el problema tendría que operarme y poner una prótesis reemplazando la cabeza del fémur. El me aseguraba, que con esa prótesis tendría mejor calidad de vida, que el dolor y las molestias quedarían atrás. Lo irónico es que en quince años o menos, tendría que ope­ rarme nuevamente y colocarme una prótesis nueva, debido a que una prótesi jasta y no se reconstituye. ¿Es eso calidad de vida? Para mi no ¡u era, así que opté por la medicina “alternativa”. 110

Anatomía de la Hoja de Coca

Cuando le pregunté al último traumatòlogo que vi, por una terapia que ayude a la reconstitución del tejido de la articulación, él me dijo que el tejido óseo que rodeaba a la articulación afee i;» da, se encontraba con poca irrigación y que en las zonas dañadas, ya era como un tejido necròtico. Tejido que jamás se reconstituiría. Esa idea jamás la consi deré válida, y fue por ello la decisión por un enfoque medico dife­ rente. Empecé con la medicina nutricional llamada macrobiótica orientado por un terapeuta que conocí por una eventualidad de la vida, a la par, empecé tratamiento con un terapeuta que veía pro­ blemas de articulaciones, recomendación que me hizo el primer traumatólogo, con el fin de tratar las inflamaciones de la articu­ lación y los problemas musculares originados en esa pierna, por estar tanto tiempo cojeando, a raíz del dolor que tenía. Casi paralelamente, se originó en mí un problema de artritis que se fue extendiendo por todas las articulaciones, empezando por la muñeca derecha, luego la izquierda. Era un dolor que limi taba el movimiento de las muñecas y no me permitía cargar ami hija de 5 meses mucho tiempo, al sumarse los codos, que dolían también cuando estiraba o flexionaba mucho el brazo, limitándo­ me en otro tipo de trabajos comunes. Luego fueron las articula­ ciones de los dedos de las manos también, sin poder cerrarlas, e hinchándose los dedos. Luego rodillas, que no me permitían agacharme. El dolor en los hombros hacía que no llegue a levantar los brazos hasta arriba ni poder dormir bien. En la cama cuando dormía, en la única posición que lograba coger sueño era la fetal. Pero el apoyar parte del peso de mi cuerpo en un hombro, hacía que me despierte, porque el hombro se entumecía y era imposible mantener ese lado por el dolor, pero el moverme en la cama ya era otro problema. A esas horas de madrugada todos los dolores aumentaban, eran también los codos, las caderas, muñecas, cuyo peso no podía soportar al apoyar mis manos sobre la cama para tratar de moverme. Eso fue en el periodo de dos meses mientras continuaba con la terapia y la macrobiótica. Al ver que aumentaba el problema de la artritis, decidí ha cer un cambio. Me hice ver por un naturista, Dr. Casanova, funda dor de la escuela hipocrática en Sudamérica, con el que mi patire se curó la tifoidea. Mientras tanto continuaba con el tratamiento terapéutico, con el cual sentía mejoras y se estaban eliminando las contráctil 120

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m usculares que tenía. I I tratam iento con el naturista, con sistía en una dieta cruda V vegetariana. A d em ás incluía un tratam iento llam ado hiperterm ia, que i o n slitu ía en un baño en tina con agua ca lien te y su bien d o la tem I" i.ilura del agua gradualm ente con la ayuda de una enferm era. I o lograba subir la temperatura del cuerpo hasta 4 0 ° centígra­ do logrando con esto generar fiebre en el cuerpo. Terapia m uy usada por este Doctor. Pasados tres m eses co n el tratam iento, sig u ién d o lo riguro­ sam ente y al no sentir resultados satisfactorios, d ecid í hacer otro t am bio. Fui a ver a otro Dr. el cual en fo c ó el problem a de mi . 11 li ilis m ás hacia una causa sicosom ática, recetánd om e que tom e unas gotas de llores de B ach. Junto a e so m e recetó continuar con l«*s baños de hiperterm ia, pero su girió u n os ca m b io s a la dieta, in clu y en d o algo co c id o , co m o arroz integral, papa, cereal a base trigo, etc. Para ese en ton ces, el problem a de la artritis no m e per­ mitía agacharm e siquiera. Para resum ir la historia, es por querer terapia cráneosacral que voy a ver a Sacha, esta terapia m e la recom ien d a el últim o Dr. que m e atendía, pero Sacha al hacerm e un ch eq u eo m e d ice que mi ca so no requería esa terapia. E ntonces y o le pregunto “ ¡que es lo que n ecesito en ton ces para curarm e!”, y él m e recetó las hier­ bas ch inas, algo típico en sus terapias, algu n os p eq u eñ os cam bios cu la dieta y la m aravillosa hoja de coca. Él m e recetó dos cucha­ radas diarias de harina de coca, pero que d eb ía em pezar por una m charadita en el d esayu no y otra en el alm u erzo, si quería podía ser otra en la noche con la cena. T am bién m e recetó el chajchar hojas de coca. M e d ecía que no habían m ed id as estrictas y era cad a paciente el que debía ir vien d o la d o sis que le iría pidiendo su cuerpo. Pero era recom endable em pezar gradualm ente, por ser una hoja con con tenid os de alcaloid es. Yo no sabía nada al respec­ to, así que em pecé co m o él lo indicaba. Al día siguiente ya había p odido co n seg u ir la harina de coca y tam bién hojas, así que le apliqué m edia cucharadita de harina a la ensalada de fruta en la m añana y lu eg o en el alm u erzo le apli­ qué m edia a mi plato de com id a, en el transcurso del día chajehaba algunas hojas, al m en os e so creía y o , pero lu e g o m e inform é sobre las técnicas de ch ajcheo con un libro que com pré, titulado M A M A C O C A , de A n th ony H enm an y m e enteré que m is intenm i

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(o s

del chajcheo era

no

solo

eso

lo que estaba haciendo

y o con la hoja no se le podía llam ar ch ajcheo propiam ente, lo que hacía era rumiar la hoja, el chajchado trataba de otra cosa, de m a­ nera que así fui in vestigand o. C on la harina de co ca probé de distintas m aneras, pero real­ m ente e so era lo de m en o s, m e refiero en si com erla o tom arla con el ju g o o con agua, lo im portante era ser constante e ir incre­ m entando la d o sis gradualm ente, hasta llegar a las d os cucharadas diarias. A lo s d os días de haber em p ezad o, podía notar una reduc­ ción del dolor del fém ur dañado. P en sé que era una idea m ía, pero con form e pasaban lo s días sentía m en o s dolor. Pasaron d os sem anas y sen tía no necesitar el bastón para andar en casa. C osa que días antes era im p osib le. A la tercera sem ana fue mi cu m p leañ os e hice una reunión en casa, m e sentía m ejor y ap rovech é el m om en to para contar a los am igos invitados sobre m i exp erien cia con la co ca y el valor curativo que tenía. A d em ás le s m ostraba m is técn icas de “chaj­ ch eo ”, pero tod avía para ese en ton ces no había leíd o nada al res­ pecto y lo que hacía era rumiar.... D e igual form a servía co m o com p lem en to en el tratam ien­ to, era tan só lo que no era el ch ajch eo tradicional lo que estaba practicando. L os d olores de la artritis d ism in u yeron , pero aún continua­ ban. A l m en os yá no tenía e s e d olor en lo s hom bros que no m e dejaba dorm ir bien. H abían d ism in u id o tod os en gen eral, unos m ás que otros, pero allí estaban todavía. R ealm en te era m uy poco tiem po toda­ vía, pero se p odía sentir m ejora, co n las terapias anteriores no fue así. Lo que y o sí creo es que aq u ellas terapias fueron un ex celen te com p lem en to p revio, adem ás la terapia con la coca va atada con un cam bio m uchas v e c e s con sid erad o radical con la dieta. A ctualm en te y a lle v o se is m e ses con el tratamiento con la coca y sigu ien d o rigurosam ente m i dieta. Con la dieta uno en tien ­ de finalm ente que no se trata de a lg o eventual, llega a ser la forma de vida de uno que cam bia, lo s co n ce p to s de lo que es la com ida tom an otra form a y es en to n ces en tend ido com o la causa para la salud. S e encuentra que la c o c a para e so juega un papel v a lio sí­ sim o. U n o encuentra en la co c a no só lo una m edicina o co m p le­ m ento nutricional, e s tam bién un vigorizan te, un energizante, un estim ulante, llega a sentir uno un respeto por ella, una am istad con la hoja. Puede sonar rom ántico, pero esa es mi experiencia

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y es cu estión que cad a uno tenga la propia. N o tem o en hacer la afirm ación.... A ctualm en te m i m ejora es sign ificativa en general. D igo esto por tratarse no só lo d e una m ejora puram ente física y ener­ gética. Se trata tam bién del asp ecto em o cio n a l, síq u ico, m ental. En una de las con v ersa cio n es que he p odido tener, en una oportunidad en una reunión en casa de un prim o, co n o cí a un am igo su yo que e s doctor. Yo le contaba de la co c a y de m i exp erien cia, él m e dijo que debía tener cuidado por ser una planta que genera dependencia, hubo p olém ica en el tem a y finalm ente y o le dije que no m e pre­ ocupaba m ucho la d ep en d en cia que m e podía estar generando. Al fin y al cabo es un e x c elen te alim en to, ad em ás perfecta m edicina, ¿que podía estar m al allí? D añ o no m e hacía, todo lo contrario. D epend ien te de alg o que h ace b ie n ..... En esto s m o m en to s se sabe por estu d io s h ech os por gente m uy reconocida, co m o el Dr. Fernando C a b ieses, que la hoja de co ca no genera ad icción y que con el con su m o de la hoja de una manera integral, tan só lo entra en el sistem a san guín eo, 5 nanogram os de cocaína. Para que puede ser con siderad o una droga, d ecía él, tiene que pasar lo s 90. M is d olores artríticos se han redu­ cid o en un 95% , m i lesió n en la articulación del fém ur ha m ejora­ do notablem ente. N o m e he sacado radiografías nuevam ente, e s­ toy esperando un año para ello . L e podría parecer m ucho tiem po quizás a alguien o a algu n as personas, pero n os encontram os con d os p atologías a las que la e sc u e la m éd ica ortodoxa no les da una real solución. L os p rob lem as de artritis para e llo s no tiene cura y d escon ocen su origen, en cam b io y o lo e sto y curando. A mi arti­ cu lación hay que darle m ás tiem p o tam bién, pero existe una real mejora. S ólo m e queda agradecerle a Sach a Barrios por haberme acercado a la MAMACOCA.

Por M aría Y olanda Sala B áez N ací el 13 de n oviem b re de 1950 en L im a, Perú y viv o en B élg ica desde 1998. E pisodio causante d el Parkinson, P resum o que sea que en 1990, cuando hice lim p ieza general de mi casa que había estado cerrada todo el verano. E staba llen a de in se cto s y durante 48 ho­

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ras puse Baythroid y B a y g o n en p len o Febrero, con las ventanas cerradas, tom ando p oca agua y co m ien d o só lo fruta. Es m u y pro­ bable que sufriera un en ven en am ien to y tuve problem as diarreico s y v ó m ito s varios días m ás. A fin es del 2003 tuve un grave problem a fam iliar y en e n e ­ ro del 2 0 0 4 em p ecé a notar que m e tem blaba la m ano y el pie izquierdo al despertarm e, y cada v e z que tenía una situ ación e s ­ tresante por m o tiv o s em o cio n a les. El m éd ico de fam ilia, doctor Johan T hielen m e en v ió al n eu rólogo, Dr. E.Tack en la ciudad d onde v ivo. El doctor m e e v a ­ luó co n ejercicio s de coordin ación , vién d om e caminar, p id ién d o ­ m e que m oviera una m ano y sujetando la m uñeca de la otra, etc. M e inform ó que tenía Parkinson y m e recetó Prolopa pero al m es siguiente en la evalu ación y o tenía problem as de tem blor en la v o z, p o co su eñ o y falta de con centración , todo lo cual afecta mi trabajo (so y intérprete sim u ltánea y traductora). El doctor Tack m e ind icó que tenía que cam biar m i tratamiento a Prem ax 3 x 0 ,7 m g/d ía pero que para e llo tendrían que internarme y evaluarm e durante al m en o s 3 días. M i e sp o so y y o con sid eram os que el tratam iento no era adecuado y p ed im o s una segu n da opin ión a nuestro m éd ico de fam ilia q uien n os recom end ó ir al p o liclín ico de N e u ro lo g ía del H ospital U n iversitario de G ante. A hí m e vio el catedrático prin­ cipal doctor Patrick Santens y la evalu ación prelim inar la h izo un interno. El doctor Santens m e e x p licó que el Parkinson es una enferm edad d egen erativa e incurable y que por mi edad prefería seguir un tratam iento conservador y gradual dándom e la d opam ina que n ecesito y m e recetó Prolopa de 2 5 0 /5 0 M g., m edia p asti­ lla tres v e c e s al día. M e dijo que si por el stress de mi trabajo y o sentía la n ecesid a d de aum entar la d o sis no era problem a, y podía regresar a una d o sis m enor d espués. Fui aum entando la d o sis hasta tomar !4 Prolopa cada 3 h o ­ ras cuando trabajo y cada 4 en con d icion es norm ales. El Parkin­ son aum entaba, dorm ía p oco, tenía su eñ os m uy vivid os, em p e cé a producir e x c e s iv a sa liv a ció n (n o babeaba pero sí tenía m ucha sa­ liva en la b oca). N o té que ya no podía cantar (perdí la en ton ación y desafinaba, co sa que nunca m e había ocurrido antes), quería decir una palabra y d ecía otra, no podía concentrarm e, m e c o s ­ taba m u ch o trabajo recordar lo que quería hacer, perdí la n oción de fech a s o días d e la sem ana. El p ie izquierdo se m e agarrotaba

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co m o un garfio y al tratar de estirarlo no sentía los ded os de los pies. L os d ed os de la m ano izquierda se ponían rígidos y tenía c|iie aflojarlos con la otra m ano. Perdí m u ch ísim o cab ello, estaba perm anentem ente cansada. L os tem blores aum entaban al trabajar y lleg u é a tom ar P rolopa cada d os horas en m is interpretaciones. E m p ecé a tom ar M em fit, unas vitam inas con gink go biloba, para la m em oria y por p rescripción del gin ecó lo g o : un L ivial al d ía para la m en op au sia y una pastilla de C alcio S teovit D3 de 500 M g. para prevenir la o steo p o ro sis. A d em ás tom aba 3 pastillas de ajo al día por sus e fe c to s vitam ín icos. La interna que m e v io en mi control trimestral en la U n iver­ sidad de G ante d ecid ió cam biar m i tratam iento y darme Stalevo porque en su o p in ión P rolopa era ya dem asiado suave para mí. El resultado fue atroz, p esad illas esp an tosas, no podía dor­ mir, lloraba todo el día, d ep resión aguda, no quería hablar con nadie, rehuía con tacto te le fó n ic o y personal con la gente, incluso con m i fam ilia. D orm ía m áxim o 3 horas diarias siem pre con pesa­ d illas h om icid as y lleg u é a considerar la posib ilid ad del suicidio. La doctora m e in d icó que y o no estaba p oniendo de mi par­ te y que debía ser m ás p o sitiv a hacia el n u evo tratamiento, luego m e dijo que m e daría un m ed icam en to m ás contra los tem blores, Jo cual m e provocaría im a falta de coordin ación al caminar, si y o sentía que m e inclinaba al andar o m e d ecían otras personas que y o m e ‘resbalaba’ hacia un lado debía tom ar otro m edicam ento, que podría causarm e ja q u eca s para lo cual m e daría otro m ed i­ cam ento que m e podría causar vértigo para lo cual m e daría otro m edicam en to.... En esa m ism a é p o ca m i hija m e h izo llegar un docum ento en p d f con el tratam iento de un australiano que con puro sen ti­ do com ún y control m ental se curó so lo de varios m ales, inclu­ yen d o el Parkinson y lo le í con m ucho interés. A pesar de tener una orientación relig io sa (y o soy atea) el d ocum ento m e pareció sum am ente útil y sen sato. Puedo com partir ese docum ento que espero sea de utilidad para otros pacientes. El autor sugiere el realineam iento de las vértebras para poder dormir bien y com ba­ tir el Parkinson, ejerc ic io s de relajación, autoestim a, respiración, d isciplina, etc. A cu d í al fisioterapeuta y efectivam en te, tras dos sem anas de m asajes en la nuca y esp ald a recuperé la posibilidad de dor­ mir hasta 6 horas sin interrupción, lo que m e pareció un m ilagro.

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V iajé al Perú en m ayo d el 2 0 0 6 y fui al instituto naturista, por recom end ación de una co leg a que m e habló del doctor Sacha. E lla sigu e un tratam iento de alim en tación y hierbas para varios problem as que van en vías de solu ción . Sacha m e ex p licó que y o estaba tom ando m u ch os m ed ica ­ m entos que podían ser perfecta y saludablem ente rem p lazados por la harina de Coca: a saber, el ca lcio , el m em fit, el Iivia) y las vitam in as de ajo. S egu í su con sejo y m e lim ité a tomar la harina de co c a en la m añana y al m edio día y la Vi Prolopa cuando tenía tem b lores. En el Perú la m ejoría fue evid en te en d os sem anas pero y o tenía que regresar a B élg ica donde no se puede com prar co ca ni en harina ni en otra forma. Por ello traje p astillas de harina de co c a (A n d in a Real y vien en en P om os plásticos con 120 cap s de 5 0 0 M g .) y co m en cé tom ando d os pastillas de 5 0 0 M g. al día (d esayu n o y alm u erzo), la Vi pastilla para la tiroides y el Prolopa cuando em ­ pezaban lo s tem blores. El resultado fue francam ente asom broso. Fui a m i control en enero y ni la interna ni el profesor Santens lo podían creer. L os tem b lores m e daban cada 6 horas (cuando trabajo) y cada 7 cuando no trabajo, las pruebas de coordin ación y rapidez fueron casi norm ales, el pie ya no se agarrotaba, las uñas las ten g o fuer­ tísim a s, el p elo no se m e cae, la m em oria funciona p erfectam en te, nunca m e eq u iv o co en las palabras, ten go salivación norm al y he recuperado m i buen humor, sin ponerm e eu fórica ni m u ch o m en os. Lo m ejor es que duerm o 7 u 8 horas, con su eñ o s in ten sos pero no p esad illas. L os m éd icos b elgas recom endaron segu ir con ese tratam iento “ no se cam bia al equipo ganador” fueron su s pa­ labras. Sin em bargo co m en cé a notar que mi corazón se acelerab a dem asiad o y lo atribuí a la coca, quise consultar con el d octor S a­ cha pero lam entablem ente se encontraba de viaje. A cu d í al doctor H ugo R eátegu i, a quien co n o zco d esd e hace m u ch os añ os y que tam bién tuvo exp eriencia laboral en IPIFA. El radica ahora en A requipa y gracias al Internet retom am os con tacto por e-m a il. Le co n su lté sobre las palpitaciones y m e recom endó bajar la d o sis y tom ar interdiario d os cápsulas de coca e interdiaiio una. v s e ­ guir co n el Prolopa, ejercicios de respiración, m editación contra el stress y control m ental. También m e dijo que, co m o en todo tratam iento con hierbas, era recom endable que cada tres m e se s

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su spend a la co c a por una sem ana si el cuerpo lo toleraba sin pro­ blem as. En enero de este año después de un viaje con m ucha cam i­ nata, co m en cé a sentir un dolor m uy intenso en el pie izquierdo. El traum atólogo m e ord en ó radiografías y d iagn osticó lo que lla­ m an aquí esp o ló n en el talón, una calcificación que presiona los n ervios de la planta d el p ie y que había producido una inflam a­ ció n aguda. El dolor es insoportable, co m o si pisara en cim a de la punta de una espada. L os calm antes m e causaban pesad illas atroces, aceleraban el corazón y m e hacían sentirm e som n olienta todo el día. M e h icieron unas plantillas ortopédicas con una parte m ás su ave en el talón d ond e ap oyo, m asajes y ultrasonido tres v e ­ c e s por sem ana, rep oso ab solu to y no cam inar durante dos m eses, parches de Voltarén todas las n och es y ejercicios de flexión y e s ­ tiram iento cada d os horas. El dolor no se calm aba y m e pusieron una in y ecció n d o lo ro sísim a que tocó hasta el h ueso, duró com o 10 m inutos, fu e un d olor peor que el del parto. El tratam iento finalm ente ha ido m ejorando el pie, pero p uedo tener recaídas sin m otivo que son muy d olorosas. N o tom o n in gú n calm an te para evitar las palpitaciones y he notado que d esd e que em p ezó el d olor del p ie ha aum entado m i necesid ad de D op am in a, ahora tom o lA Prolopa cada 4 horas en co n d icio n es n orm ales y cada 3 ó 2 en co n d icio n es de stress cuando trabajo en cabina. El pie n u evam en te se em pieza a agarrotar y tengo fuertes tem b lores antes e inm ediatam ente después de tom ar Prolopa. En sum a, tem o que este ep isod io tan d oloroso del pie pre­ v a lece, al m en o s tem poralm ente, sobre las bondades de la coca. Las p alp itacion es se presentan: I) cuando tom o el calm ante para el d olor (Ibuprofen EG de 4 0 0 M g .) 2 ) cu an do tom o vin o tinto (m uy esporádicam ente, una v e z al m es, 3) cuando co m o ch ocolate (diario) ó 4 ) d esp ués de una com id a pesada. Por el problem a d el pie tam bién ha dism inuido mi actividad física (y o cam in ab a 1 hora en el bosque todos lo s sábados, nadaba to d o s lo s d o m in g o s Vi hora y andaba en b icicleta a todas partes al m en o s 3 v e c e s por sem ana), he aum entado d os k ilos de p eso, esto y un p o co m ás rígida y m e estreso m ucho más. F elizm en te el su eñ o está bien, hasta 7 horas sin interrup­ cio n es, su eñ o s in ten sos pero no pesadillas, la m em oria funciona m uy b ien , so y coh eren te, no tengo ex c eso de salivación , puedo

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cantar, el ánimo varía por influencia del dolor y puedo trabajar en condiciones estresantes aunque el cansancio posterior es mucho más intenso. Actualmente estoy recibiendo tratamiento con láser en el pie y el dolor está amainando notablemente. Espero que una vez que el dolor sea historia pasada la noble coca me ayude a dismi­ nuir el consumo de dopamina, y no dejo de dar gracias por su innegable aporte en mejorar mi calidad de vida. Estoy convencida de que la Coca posee muchísimas pro­ piedades terapéuticas y nutritivas. Además de su connotación re­ ligiosa y su papel de comunicadora con los espíritus tutelares en la cultura andina, es el resultado de un trabajo milenario de agro­ nomía a cargo de gente muy sabia. Para quienes deseen más información sobre esos procesos culturales tan importantes para nuestros pueblos recomiendo la lectura del libro 1491, el autor, Charles Mann, es un escritor nor­ teamericano que trabaja para National Geographic y otras publi­ caciones científicas, su especialidad es redactar en lenguaje com­ prensible los complicados hallazgos científicos. Así, ha tenido y tiene acceso a documentos e informes muy serios sobre la situación de las Américas antes de la invasión eu­ ropea. Harto de ver que a su hijo le enseñan en la escuela las mis­ mas mentiras que él aprendió a esa edad, decidió escribir este libro que se encuentra traducido a muchísimos idiomas, se puede comprar en Lima o por internet de Amazon u otros proveedores. Es un libro que debería ser libro de texto de historia en el Perú, en todas las Américas y en todos los cursos de Historia Uni­ versal.

Sacha Barrio Healey

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La búsqueda del secreto químico de la coca ha fascinado a los investigadores durante años. ¿Qué sustancia secreta es la que provee tanta chispa y energía al hombre? Cuando el doctor Albert Niemann, en ln Alemania de 1850, descubre un alcaloide que llama cocaína, la ciencia le atribuye las propiedades ocultas y el campo científico concentra sus investigaciones en este alcaloide. Hasta el momento se lian encontrado 13 alcaloides más en los estudios de la Universidad de Harvard, mientras que el doctor Evans ha encontrado IXen sus estudios. 4 V,

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H oy en día existen pruebas fisio ló g ic a s de que un alcaloid e aislado puede tener un determ inado efecto , pero si lo acom pañan sus a l c a l o i d e s a s o c i a d o s su c o m p o r t a m ie n t o e s d if e r e n t e . La hoja de co ca tien e una gran cantidad de sustancias q uím icas que están actuando d inám icam ente, por lo tanto, un análisis aislado de cada a lca lo id e no es sem ejan te al efecto de con su m irlo en conjunto. Es co n v en ien te hacer un claro d eslin d e entre la cocaín a y la m asticación de las hojas de coca. Para que la cocaín a tenga un efecto estu p efacien te d eb e ser ingerida por vía nasal, pulm onar o por in y ecció n intravenosa.

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HOJA DE COCA Sacha Barrio Healey

A le ja n d r o S a c h a B a rrio Healey nació en París y fue e d u c a d o en I n g l a t e r r a , Venezuela y Perú. Sus estudios universitarios los realizó en la Universidad Nacional Agraria La Molina, luego partió a Venezuela a estudia Medicina Complementaria y obtuvo una licenciatura en el International College o f Oriental Medicine, en Sussex; posteriormente, en Londres estudia Osteopatía Craneosacrál en el College of Craniosacral Therapy. Recientemente culminó sus estu d io s de po stg rad o en m edicina herbolaria en la Uni vers i dad de Medi ci na Tradicional China de Nanjing. Actualmente labora en el centro internacional de Terapia e Investigación Herbolaria en Lima.

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