Sus investigaciones se basaron en que “la selección era la clave del éxito humano en la obtención de mejoras útiles de plantas y animales”. Percibió la presencia universal de la lucha por la existencia, se le ocurrió que las variaciones favorables tenderían
a
conservarse, mientras que las desfavorables desaparecerían con el resultado de la formación de nuevas especies. Su tesis se basó en que el hombre había aparecido sobre la tierra por medios exclusivamente naturales, planteando que todas las formas de vida se han desarrollado a través de un lento proceso de selección natural. La evolución humana se dio durante los últimos millones de años dentro de los grupos de los monos africanos, gracias a un rápido esfuerzo evolutivo. La evidencia molecular sugiere que nuestro último antecesor común con los chimpancés y gorilas vivió hace menos de cinco millones de años. Su “teoría evolucionista” provocó muchas controversias políticas y religiosas. En este año recordamos los doscientos años de su nacimiento y es importante destacar los inmensos aportes que realizó a la humanidad. Otro científico que, a través de su obra, trascendió a través de su legado.