EL CEREZO EN FLOR, VALLE DEL JERTE
¿Que siente el viajero al contemplar un valle completo cubierto de árboles en flor?. Algunos experimentan una sensación de paz, de serenidad, e incluso de alegría, otros hablan de esa nueva dimensión de la belleza. No son pocos los que han quedado maravillados por su efecto. Pero no es algo que se pueda contar, es algo que debe experimentarse. Viajar tranquilo, parando de cuando en cuando, sentarse al lado del camino, escuchar el suave murmullo de los arroyos. A nuestra cita anual con la floración no podemos ir con prisas, hay que dejarse llevar, perderse en la montaña recorriendo antiguos caminos de peregrinos y emperadores, buscar rincones escondidos donde comunicarse con la naturaleza y acceder a los innumerables miradores para respirar profundamente y extender la vista hasta el infinito. El espectáculo en verdad la merece. Todos los años, por esta época, los vallenses celebran la aparición de la flor organizando actividades en los distintos pueblos de la comarca. Es probablemente la única ocasión en la que el Valle entero está de fiesta. Se organizan multitud de exposiciones, degustaciones, verbenas, bailes regionales, rutas, carreras y otras muchas actuaciones. La fecha varia cada año, aunque suele coincidir con algunos días de la segunda quincena de Marzo. Acuden multitud de visitantes, por lo que conviene acudir con la "cuestión de la comida resuelta". Pero la naturaleza no atiende los caprichos de los humanos y no siempre la plena floración coincide con la fiesta del cerezo en flor. El clima influye notablemente y el retraso o adelanto pueden ser significativos. Si las temperaturas son altas la flor pronto se descubre. Si, por el contrario, el tiempo se mantiene frío, se puede producir un importante retraso. Conviene, pues, estar atento, ya que la plena floración suele durar unos pocos días, y es en ese preciso momento cuando hay que lanzarse a la aventura, sea fin de semana o día de diario. El cerezo en flor en el Valle del Jerte es algo más que un acontecimiento, un periodo temporal o una tradición, es una experiencia vital. El cerezo en flor rememora el ancestral rito en el que el hombre humilde, el agricultor, exterioriza su alegría y da gracias a la madre tierra por la inminente llegada de la próxima cosecha. Cada primavera, esa expresión de júbilo se acompaña de una auténtica explosión de belleza. La alegría se palpa en la gente, se palpa en la tierra.