Central Nuclear Laguna Verde.docx

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Central Nuclear Laguna Verde La Central Nuclear de Laguna Verde es la única central nuclear de generación eléctrica de México. Se encuentra en el municipio de Alto Lucero de Gutiérrez Barrios, ubicado en el Estado de Veracruz. Cuenta con una capacidad de 1640 MW instalada en dos unidades generadoras de 820 MW eléctricos cada una. Está certificada por el organismo regulador nuclear de México, la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias. La Secretaría de Energía otorgó las licencias para operación comercial a la unidad 1 el 29 de julio de 1990 y a la unidad 2 el 10 de abril de 1995. La central es propiedad de la CFE (Comisión Federal de Electricidad), y es operada y administrada por la misma a través de la Gerencia de Centrales Nucleoeléctricas. Además, está sujeta a la supervisión de organismos nacionales e internacionales, que tienen como objetivo asegurar que cumpla con las regulaciones necesarias para operar de forma segura. Ubicación La central nuclear está sobre la costa del Golfo de México en el km 42.5 de la carretera federal Cardel-Nautla, en la localidad de Punta Limón, municipio de Alto Lucero de Gutiérrez Barrios, estado de Veracruz. Cuenta con una superficie de 370 hectáreas; está a 60.8 km al noreste de la ciudad de Xalapa, 72 km al noroeste de la Ciudad de Veracruz y a 272 km al noreste de la Ciudad de México. El centro urbano más cercano a la central, vía terrestre, es Palma Sola, Veracruz. Funcionamiento y seguridad La central Nucleoeléctrica de Laguna Verde cuenta con dos reactores de agua hirviente (o en ebullición) General Electric (BWR-5), que utilizan uranio enriquecido al 4 o 5%. La fisión se crea a partir del uso de neutrones que chocan con los átomos de uranio (en este caso). Al llevarse a cabo la reacción, denominada reacción en cadena, se libera energía en forma de calor, esta energía calienta el agua dentro del reactor y provoca que se convierta en vapor. Este a su vez fluye a través de tuberías y conductos hasta llegar a las turbinas, las cuales se mueven y transfieren el movimiento al generador que se encarga de producir electricidad, la cual se conecta a la red nacional de electricidad. El vapor de salida de las turbinas se descarga en el condensador, condensándose por efecto de la refrigeración del mismo mediante agua de mar. Una vez en forma líquida en el condensador, el agua se re-circula al reactor para volver a iniciar el proceso nuevamente. El reactor cuenta con sistemas de seguridad redundantes. Para controlar la reacción dentro del reactor se utilizan barras de control tipo cruciformes. Estas barras de control se introducen y se sacan del reactor de acuerdo al uso y necesidad de energía. Las barras contienen carburo de boro que se encargan de absorber neutrones y detener la reacción en cadena. En caso de que las barras no se introdujeran de manera adecuada, el reactor cuenta con un sistema que se encarga de apagar el reactor de manera alternativa a las barras de control.14 Este sistema utiliza una solución de pentaborato de sodio, el cual es inyectado al

reactor para detener las reacciones de fisión de manera controlada, permitiendo así el apagado del reactor de forma controlada. Riesgo e Impacto Ambiental No se puede negar la importancia que tiene la generación de energía eléctrica; es un servicio necesario en todos los sectores sociales, desde lo doméstico hasta lo industrial. El objetivo de esta central es precisamente éste. Sin embargo, existen investigaciones y testimonios que dan a conocer que desde su apertura hubo irregularidades que dañaron al ambiente y muy probablemente a las personas que viven a los alrededores. En el capítulo diez (“La Revolución verde: El movimiento ambientalista mexicano”) del libro La defensa de la tierra del jaguar. Una historia de conservación en México (1999), Lane Simonian aborda el negro historial de la Central Nuclear de Laguna Verde: “El 25 de noviembre de 1989 y el 27 de abril de 1990 (13 días después de la apertura de la central) se escapó vapor radiactivo, conteniendo Cesio 137 y Estroncio 90, debido a una fisura en la tubería de circulación principal. En diciembre de 1989, 130 mil litros de agua radioactiva fueron descargados en un lago de agua salada cercano. Los pescadores de Veracruz alegaron una caída en la producción de camarón en él. Eso sin contar los efectos sobre la salud que puede ocasionar estar en contacto con esos compuestos químicos. A través de los años hubo distintas protestas para que la central cerrara. Los protestantes ambientalistas alegaban que representa un peligro para la vida humana y no humana. También cuestionaron el hecho de que se haya construido la planta en un lugar con una falla geológica, en una de las regiones más densamente pobladas de México. Además, existía el complicado asunto de como disponer de los desechos radioactivos. Desde su inauguración, la central nuclear se ha caracterizado por esconder información e ignorar el descontento de la población y las organizaciones no gubernamentales que ponen en duda su buen funcionamiento. Se han documentado muchas fallas a lo largo del tiempo. Estas fallas fueron documentadas en el informe elaborado por la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO, por sus siglas en inglés), elaborado a finales de 1999. Autoridades de Laguna Verde se han negado a difundir este documento, sin embargo, Greenpeace obtuvo una parte del informe. Entre las tantas observaciones que se destacan en el informe WANO se destaca las siguientes: No se reconoce la cultura de la seguridad como un tema en la planta; el Programa de experiencia en Operación no es una barrera efectiva para prevenir eventos en la planta; no existe un programa para identificar los problemas de desempeño humano; los administradores no tienen un método estandarizado para priorizar su trabajo y resolver las necesidades de la planta. En abril del 2000, el británico John Large, director de la consultora Large and Associates, especializada en estudios sobre seguridad nuclear para diversos gobiernos europeos y asiáticos, realizó un análisis del informe WANO. En él se señala: “Los informes de campo de WANO identifican varias áreas de administración y organización débiles y/o

descuidadas en Laguna verde, de manera que, de esta planta de energía nuclear, de sus estructuras de organización y administración corporativa podría considerarse que están al borde de falla institucional. La falla institucional está allí donde los factores y eventos causativos relacionados se combinan y actúan de tal manera que derrumban el sistema completo”. El juicio de John Large es claro: “Los informes de campo de WANO sugieren que Laguna Verde no está simplemente empantanada, sino profundamente encaminada hacia una falla institucional”. La falla institucional, explica Large, causó los accidentes nucleares de Windscale (1957), la Isla de Tres Millas (1979) y Chernobyl (1986). En los últimos meses, Laguna Verde ha registrado dos incidentes. A fines del 2005 se produjo un pequeño incendio en el tejado del edificio donde se encuentra uno de los dos reactores, que tienen uranio enriquecido. Mientras el 5 de marzo de 2006, se cerró uno de los dos reactores, después de que se dañó un cable eléctrico que va al motor, según informó el subsecretario de protección civil de Veracruz, Ranulfo Márquez Hernández. Pese a todas las evidencias en su contra, Laguna Verde sigue funcionando e incluso cuenta con la certificación internacional de calidad ISO 9001, otorgada por el gobierno mexicano. No sólo eso, recientemente, el secretario de energía, Fernando Canales Clariond, informó que se invertirán 800 millones de dólares para ampliación de la planta nuclear, en donde también se construirá un depósito de residuos tóxicos. La planta nuclear sólo genera 3.6 por ciento de la electricidad de México. Es evidente que si la planta sigue en funcionamiento a pesar de todos éstos informes que comprueban sus irregularidades y peligros para el medio ambiente y la sociedad, es porque se ha valido de certificaciones corruptas por parte del gobierno en turno; quienes han demostrado siempre un nulo interés por la vida, por su conservación y su cuidado; anteponiendo sus intereses monetarios.

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