Buenas Nuevas Marzo_2009_ipuc_central

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BOLETÍN IPUC CENTRAL BOGOTÁ

Edición Nº 55 Marzo

2009

Buenas Nuevas Un misionero que ha peleado la buena batalla de la fe 


Solamente una mujer

Felicidades a todas las mujeres Editorial / John Anzola / Comité Prensa 2009 / IPUC Central de Bogotá

Pastor: Carlos Urrego Delegado de la Junta: Rodolfo Palacios

E

s para nosotros un completo honor dedicar unas líneas de nuestro boletín —pocas para todo lo que se merecen, a las mujeres de nuestra iglesia— El libro de Proverbios es el producto de cientos de años de la sabiduría real. Salomón y otros reyes dejaron plasmados sus más íntegros pensamientos; el antepenúltimo versículo de proverbios dice:

“La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada” Con el respeto que todas se merecen, éste es nuestro objetivo, manifestar unas palabras de reconocimiento y admiración. Ante todo damos gracias a Dios por ustedes. Cada mujer de nuestra iglesia es un regalo del cielo y estamos seguros que temen a Dios, Él es lo principal en sus vidas, le aman, le sirven, lo honran. Siguiendo el proverbio no caeríamos en error al permitirnos presentar unas modestas palabras de alabanza. Son respetuosas, honradas, recatadas, sencillas, dedicadas, consagradas, justas, sabias, comprometidas, sensatas, prudentes, diligentes, responsables, amables, sensibles. Son mujeres. Es imposible encontrar éstas y otras cuali­ dades en otro ser creado por Dios. Para ustedes nuestra admiración y respeto. Siguiendo esta idea, en la presente edición recordamos a una mujer que fue, es y será ejemplo para todos, una mujer que actuó como actuaría cualquier mujer dedicada, cualquier mujer temerosa de Dios. Además de unos mensajes de hombres de nuestra iglesia para las damas, citamos también, en esta ocasión, algunos artículos escritos por ellas, el perfil de una anciana querida por todos y noticias de nuestra iglesia. Esperamos que esta edición sea de bendición para todos nues­ tros habituales lectores, y siempre rogamos a Dios que este medio de comunicación escrito sea una herramienta válida para que la “Palabra de Dios corra y sea glorificada”. 2

Director: Ricardo Meneses Secretaria: Ofir Duque Tesorero: John Anzola Vocales: Juliana Londoño Rafael Flórez Felipe Pachón Colaboradores: Magali Duque Ximena Ávila Alexandra Martínez Ma. del Pilar Castro Armando Calderón Orlando Aguillón Orlando Molina Diseño y Diagramación: Ricardo Meneses Impresión: Rafael García S. Correo electrónico:

[email protected]

Ministerio

Un misionero que ha peleado la buena batalla de la fe 
 Por: Alexandra Martínez Ávila / Comité de Prensa 2009 / IPUC Central Bogotá

53ministerio de

años

A

México y, últimamente, en Cuba.

finales de enero pasado tuvimos la visita de un hermano que durante 53 años le ha servido fielmente al Señor Jesucristo y no se ha cansado de predicarle a las almas perdidas; además, ha escudriñado la Biblia para preparar­ enseñanzas con la unción que sólo otorga Nuestro Señor Jesucristo. Se trata del hno. Eliseo Duarte, quien inició su ministerio misionero­ en Barranquilla en 1958 y aún continúa ofreciendo enseñanzas en los Estados Unidos, lugar donde llegó en 1989 y hasta hoy ha seguido trabajando­ allí para la honra y gloria de Nuestro Dios.

Cada versículo que escuchamos del hno. Eliseo Duarte, su paciencia para ministrar la palabra a la Iglesia, así como el don de enseñar que Nuestro Dios le ha regalado, nos permitió hacer la reflexión de que para servir al Señor Jesucristo no hay edad; que para ir hacia algún lugar del mundo para darles las buenas nuevas a los cautivos no hay limitaciones, ni excusas de ninguna índole. Por ello, el ejemplo de nues­ tro hermano Eliseo, un anciano que ha conocido lo que es batallar en su ministerio, siempre quedará guarda­ do en nuestra memoria. Oremos, entonces, para que las nuevas generaciones de jóvenes que se pre­ paran para salir a predi­ car a las almas logren sobrepasar cada obs­ táculo, y así perseverar y alcanzar la corona de vida que Dios ha prepa­ rado a quienes le aman.

En la semana que el hno. Eli­ seo Duarte nos acompa­ ñó en la Iglesia Central pudimos escuchar ense­ ñanzas sobre el poder de Nuestro Dios, de la Palabra y escuchamos el testimonio de cómo el Señor Jesucristo les dio la visión a los her­ manos directivos de la obra en los Estados Uni­ dos para extender hace un tiempo la predicación hacia países como: Canadá, 3

Consejo

Vidas juntas, rumbos diferentes Por Hna. Maritza Arias de Barrera / Esposa del Hno. Jairo Barrera / IPUC Las Orquídeas

“Pero Jehová había dicho a Abram: V

ete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande y te bendeciré y engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gn. 12.1–3).

H

oy estamos juntos entre hermanos, compar­ timos, reímos, lloramos, trabajamos en pro de la obra de nuestro Dios, pero con seguridad, en algunos meses, o un par de años, algunos de los que hoy están se habrán ido del lado de nosotros y del Señor, o les vemos con un final triste… ¿por qué?…

Dios escoge a Abraham para una labor muy especial. Pero como condición le exige que se ale­ je de su familia y de su tierra, para ir a un país desconocido. Abraham obedece, claro, no del todo como debiera, pues se llevó a su sobrino, pero aún así podemos decir que el Señor ve la obediencia de Abraham.

Los capítulos 12 al 19 del libro del Génesis nos presentan a dos personajes que son como mode­ los o ejemplos de conducta en los cuales nos po­ demos reflejar. Convendría que nos examináse­ mos a nosotros mismos para saber con exactitud a quién de los dos nos parecemos más. Pudiera ser que creamos ser más como Abraham, pero en realidad nos parecemos más a Lot, siguiendo in­ conscientemente a nuestro corazón y, por tanto, engañándonos a nosotros mismos.

Si Abraham no hubiera obedecido, Dios no lo hubiera bendecido. El Señor fue tolerante con Abraham en este punto posiblemente porque comprendía que Abraham no le había desobede­ cido intencionalmente. Aunque no sabemos exac­ tamente qué fue lo que pasó, es posible que fuera Lot quien insistiera en acompañarlo y que Abra­ ham no se armara de valor para rechazarlo, sea debido al cariño que le tenía, sea por los fuertes lazos familiares que los unían. 4

Consejo / Anuncio Abraham terminó su vida a los 175 años, en honor y respeto general, siendo enterrado por sus hijos junto a su mujer Sara (Gn. 25.7–10); y después del hecho vil que comenta la Escritura, no volvió a hablar de Lot, como si se hubiera des­ aparecido.

Como haya sido, Lot fue también prosperado de paso, porque andaba con Abraham. La gracia que se derramaba en el mayor alcanzaba al me­ nor. Ésta fue la oportunidad para Lot de almace­ nar en su corazón todo lo que podía aprender de Abraham. En el libro de Proverbios leemos: “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no aña­ de tristeza con ella”. La bendición con que Dios honraba la obediencia y fidelidad de Abraham se derramaba también sobre su sobrino.

Vidas juntas… rumbos diferentes… Hoy estamos juntos, mañana vendrán las dificultades, las pruebas, las tenta­ ciones, y entonces se sabrá quién es quién delante de Nuestro Dios; es una invitación para no engañarnos, sino depo­ sitar en nuestro corazón el tesoro preciado que nos ha dejado el Señor Jesucristo, para no terminar con un rumbo diferente del que Él nos trazó.

Pero con el tiempo llegaron las dificultades y cada uno sacó de lo profundo de su corazón lo que realmente había: en el corazón de Abraham había almacenado: temor, respeto, tolerancia, mientras que en el de Lot se almacenó: avaricia y una ignorancia completa sobre el peligro en el que se colocaba él y su familia… El final…

CLASES: » Técnica vocal: 1:00 P.M. » Organeta: 2:30 P.M. » Guitarra: 3:30 P.M. » Batería: 4:30 P.M. » Valor de las clases: 5.000 pesos c/u » Duración: 12 clases » Coro infantil: 4:00 P.M.

Escuela de música:

5

Reflexión

Solamente una mujer Por: John Anzola / Comité de Prensa 2009 / IPUC Central Bogotá

E

n una casa, a orillas del Mar Mediterráneo, se encuentra Jesús con sus discípulos tomando un tiempo de descanso. Se encontraba escondido en una casa en la región de Tiro. Su intención era clara, no quería que nadie le molestara. Por co­ sas de la vida, y como siempre sucede cuando una persona importante decide esconderse, la noticia de la estancia de Jesús en aquel lugar fue de co­ nocimiento de algunas personas, entre ellas, una mujer que es la protagonista de nuestra historia.

algo por ella para que dejara de molestar. Jesús, como buen judío, únicamente, dijo: “Sólo he sido enviado a las ovejas de Israel”. La mujer había na­ cido en Fenicia, lo que la dejaba en una situación muy lamentable. Jesús no puede hacer nada por ella, ni por su hija. ¿Qué hubiera hecho un padre? ¿Daría media vuelta y se marcharía a su casa a esperar el dece­ so de su hija? Las mujeres nunca se dan por ven­ cidas. Esta mujer, al escuchar semejante negati­ va, lo único que pudo hacer fue correr a los pies del Maestro, postrarse ante Él y rogarle que la socorriera. Uno pensaría que después de ver se­ mejante insistencia y tal actitud, Jesús decidiría pasar por alto la ley antes mencionada y sanar la hija de la mujer. Pero no, Jesús, en cambio, es más radical. Haciendo uso de una metáfora agria has­ ta lo sumo le dice: “No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos”.

Su sentido maternal la había llevado al límite. Desde hace algunos años su hija era otra. La niña sonriente, educada, inocente e infantil había que­ dado en el pasado, luego que un demonio había venido sobre ella y la atormentaba. Esta mujer está desesperada y no es para menos. Una parte de su vida, de su corazón, estaba a punto de mo­ rir. Ella debía hacer algo. Cuando se entera de que Jesús está en su ciu­ dad y bajo la presión de semejante problema, la mujer decide ir donde el Maestro y rogarle que sane a su hija. Desde hacía algún tiempo había escuchado hablar de Jesús, había escuchado que era el Mesías, que los judíos habían estado espe­ rando durante tantos años. Había escuchado que Él hacía milagros, y también que había resucita­ do a una niña. Así que estaba segura que él podía liberar a su hija.

Alguien diría que lo último que se pierde es la dignidad. Ya Jesús le ha dicho a esta mujer que no puede hacer nada por su hija, ahora la com­ para con un perrillo. ¿Qué significa eso? Dígale que no, pero no la trate de esa manera. Si la his­ toria hubiese quedado en este punto, hubiésemos perdido una de las enseñanzas más grande de la Biblia. Si Jesús le hubiera dicho eso al padre de la niña, seguramente no hubiera insistido más; si hoy Jesús nos hubiera dicho eso a alguno de nosotros, muchos daríamos media vuelta y nos iríamos a casa. Después de semejantes palabras, lo único que debe quedar es algo de dignidad.

Cuando la mujer ve a Jesús, expresa unas pa­ labras con el corazón en la mano: “¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es grave­ mente atormentada por un demonio”. Automáti­ camente pareciera que estas palabras molestan la comitiva. Los acompañantes del Maestro, sus discípulos, cuando la escucharon, se acercaron a Jesús y le pidieron que la despidiera, que hiciera

Pero las mujeres no dan un pie atrás: esta mujer, utilizando el mismo recurso de Jesús, sus mismas palabras, acepta la tesis del Maestro, nunca la niega, no la discute. Por el contrario,

6

Reflexión

hecha mano de su sabiduría, de su sentido de ma­ dre, de su sentido protector, y le dice a Jesús: “Sí, Señor; pero los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores”. ¿Quién se hu­ biera imaginado semejante respuesta? ¿Qué hom­ bre hubiera sido capaz de responder algo similar? Esta respuesta sorprendió al mismo Jesús quien, luego de alabar su fe, le concede su petición.

cidieron dejar­ una línea en blanco, simplemente señalaron: una mujer. Qué tal si hoy le damos a esta mujer el nombre de nuestras mujeres, de nuestra madre, nuestra novia, nuestra esposa. Ellas son así, son capaces de hacer eso y más, sólo basta recordar lo que alguna mujer ha hecho por nosotros. Hoy únicamente hay tiempo para recordarlas, para homenajearlas, para alabarlas. Hoy sólo hay tiempo para reconocer que cuando Dios pensó en el hombre, pensó en una mujer, un regalo, una maravilla de la creación. Hoy para ustedes, muje­ res, nuestro respeto, amor y admiración. No nos queda más que dar gracias a Dios y amarlas para siempre.

Nuestras madres, hermanas, amigas, novias, esposas, abuelas, tías, etc., son así: nunca se dan por vencidas, nunca dan un pie atrás. Dios las ha creado con una sabiduría, con una osadía, con una valentía, con un amor, con una entrega sin par. El nombre de la mujer de nuestra historia hasta hoy lo desconocemos. Los evangelistas de­

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Cumpleaños

“Deseamos que el Señor JESUCRISTO los colme de bendiciones”

Cumpleaños marzo: Rocío Guerrero

1

María Alicia Valencia

11

Alfredo Cerero

22

Patricia Hurtado

2

Yuranni Domínguez

11

Blanca León

24

Sandra Solanilla

2

Tatiana Ramírez

12

Lored Meléndez

25

Reinaldo Ortiz

3

Erika Latorre

12

María Melba Moreno

26

Fair Cabezas

3

Isbelia Álvarez

12

Flor Linaresa

26

Cristina Calle

3

Luz Miriam Ortiz

13

Héctor C. Álvarez

27

Janeth Bejarano

4

Luis A. Gordillo

17

Alejandro Berbeo

27

José G. Montenegro

5

Patricia Lasso

17

Nelson Ramírez

28

Luz Marina Rodríguez

5

Gladys Lozano

17

Gladys Moreno

28

Orlando Aguillón

5

Angélica Berbeo

17

José Vicente Sánchez

28

Álvaro Rivera

6

Ofelia Sánchez

18

Augusto Jaramillo

28

Betty Velasco

7

Jésica Sánchez

19

José Arnulfo Vasallo

29

9

Carlos M. Campos

22

Hernán Bejarano

31

Carlos Quiroga

22

21

Álvaro Trivino Hilda García

10

Cumpleaños abril: Henry Maldonado

3

Martha C. Herrera

10

Camilo Carmona

María B. Pulido

3

Esther Oviedo

11

Marina Urrego

21

Reinaldo Orozco

3

Dilsa Machado

13

Álvaro Rivera

22

Ana H. Monroy

5

Cecilia de Urrego

14

Lorena Villabona

22

Emilia Trujillo

5

Rodolfo Gracia

14

Carmenza Valencia

24

Fabiola Matallana

5

Cecilia Súa

16

Mariana Niño

24

Fredy Ramírez

5

Adriana M. Gómez

17

Flor Alba Peña

25

Yeison Corchuelo

5

Martha L. Mancipe

17

Jhon E. Domínguez

27

Guillermo García

7

Esperanza Gálviz

18

Martha U. Duarte

27

Jonathan Fandiño

7

Gladys Llano

18

José Daniel Daza

28

Diego F. Mahecha

8

Diego Alexander

19

Pedro A. Jiménez

28

Marleny Balcárcel

8

Maggier Tirado

19

Rafael E. Florez

28

Alfonso Prieto

9

Manuel D. Páez

19

Carlos E. Almanza

29

Stella Daza

9

Pastora M. Morales

19

Lina P. Maldonado

30

Angie L. Gracia

21

Arturo Giraldo

30

Hedy J. Gaitán

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Entrevista Entrevista con Hna.

Elvira Rosa Sanjuan » Miembro de la Iglesia Central de Bogotá, desde hace 38 años. Fue diagnosticada con cáncer en enero de 2008 «

Por: Armando Calderón y Ximena Ávila / Comité de Prensa 2009 / IPUC Central de Bogotá

“Yo nunca le pedí a Dios que me sanará, sufrí lo que tenía que sufrir…” De mi conversión: en mi bautismo, a los 37 años de edad, estaba muy enferma, no podía caminar, necesitaba una operación en la matriz y sólo le pedí a Dios la salvación de mi alma; no obstante, en la misma semana de mi bautismo, quedé sana.

decir: “Después del bautismo, Dios me regaló 40 años, ‘horas extras de vida’. Por eso, no tengo derecho de pedir nada a mi Salvador”. Después de la última quimioterapia, el 20 de noviembre, en la cita de control todo salió bien, los exámenes médicos me salieron bien, del cora­ zón, pulmones, huesos, todo... Gracias a Dios para ese momento ya no había rastros del linfoma.

Me puse en las manos del Señor: El día que me diagnosticaron cáncer, estaba sola. Le conté a mis hijos que la cosa era grave. Me puse en las manos del Señor. Le dije a mi DIOS, que si quería me sanara, si no que me llevara.

Reacción ante la sanidad: Mi familia estaba muy contenta. Como dato curioso, me pasó algo hace poco, le testifique a una señora en la buseta lo que me había sucedido y ella me dijo que tenía que testificarlo, porque eso no se ve todos los días. Me siento complaci­ da porque durante mi enfermedad, pude asistir todos los domingos a culto, sólo me perdí de 5 dominicales. Todo lo sucedido se lo agradezco a DIOS, pues desde que me bauticé, no esperaba lle­ gar a esta edad, mi enfermedad no la vi como un castigo, sino como una experiencia, no sólo para mí, sino para los míos.

Mi enfermedad como una etapa de la que aprendí mucho: Fue algo que para explicarlo uno no encuen­ tra las palabras. Yo nunca le pedí a Dios que me sanara, sufrí lo que tenía que sufrir… No me voy a morir porque esté enferma, sólo será porque Dios lo quiera así. Durante mi enfermedad no sentí dolor del cáncer, no sentí dolor en mi cuer­ po, no sentía nada malo… pues yo conozco el do­ lor del cáncer por otros familiares. Me hicieron tratamiento y me sometí a todo, sólo perdí el cabello por la quimioterapia.

La venida del Señor: La venida del Señor está muy cerca, como lo dice la Palabra de Dios. Quiero aconsejarles a mis hermanos que se agarren de la mano del Señor, que sean sinceros con Él, todos los niños, adoles­ centes y ancianos, ¡adelante!, ¡la vida tiene que seguir, proyectándonos como si se demorara y vivir como si viniera en este momento!

Me enteré que fui sana: El 22 de septiembre de 2008, cuando tuve la última quimioterapia, estaba cumpliendo 40 años de bautizada, y para ese momento pude 9

Dedicaciones

Mensajes a las mujeres Por: Hermanos de la IPUC Central de Bogotá

“Como el lirio entre los espinos, así es mi amiga entre las doncellas”. (Cantates 2:2.) Ignacio Súa.

La mujer es el ser más lindo que Dios haya podido crear, es el regalo para cada esposo y para cada hijo. Ella es quien nos cuida, vela por nuestra salud, está pendiente de nuestro alimento y, lo más importante, nos da consejos en el momento en el que lo necesitamos. Por eso, a todas las mujeres en este día tan especial, quiero decirles que Dios las bendiga siempre y que tengan presente en su cora­ zón el Proverbio donde dice: “La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada”. Gracias a todas ustedes por los consejos y cuidados que nos brindan. La mujer es maravillosa, única, jovial, especial y recordada por siempre. Camilo Moreno.

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Dedicaciones “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”. Proverbios 31:10:

Tú eres la mejor mujer de todo el mundo, eres la que sobrepasa las piedras preciosas más bellas de todo el mundo. Jibsan Súa Baute.

La mujer es uno de los complementos de la perfecta y magnífica obra de Dios. Hoy queremos desearles muchas bendiciones de parte de Dios y no olviden que… ¡El tiempo no se mide por los años que hayan vivido, sino por el bien que hayan hecho, la alegría y el ca­ riño que han impartido a todos, y la forma en que se interesan por todo! John Jairo Waldo

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Pasatiempo

¡Investiga! 1. El ángel Gabriel le dijo a María:

5. En 15:16 Jesús dijo, “No me elegisteis vo­

“...porque ________ hay

sotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros...”

imposible para ________”. (1:37)

Verdadero o Falso

2. En 18:4 Jesús dijo: así que, cualquiera que 6. Jesús dijo en 14:27,

Van a:

“La paz os dejo, mi paz os doy; Yo no os la doy como el mundo la da...”.

a. Ése es el mayor en el reino de los cielos.

Él continuó diciendo:

b. Perder a sus amigos.

a. ”No se turbe vuestro corazón”.

c. Tener problemas para llevarse bien con los demás.

b. “Ni tenga miedo”.

d. Ser infantiles e inmaduros.

d. Sólo tendremos paz cuando estemos en el cielo.

se humille como este niño...

c. Ambas a y b.

3. En 3:25 Jesús dijo que era la luz del mundo.

Verdadero o Falso

4. y les dijo: id ___________ ___________ mundo _____________________(16:15).

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