LUCILA JUSTINA SARCINES REYES DE HENRY Lucila Justina Sarcines Reyes de Henry, más conocida con el nombre de Lucha Reyes, nació el 19 de julio de 1936 en el jirón Sechura, distrito del Rímac. De padres limeños y condición muy humilde, Lucha conoció la pobreza junto a sus 15 hermanos. Su padre falleció cuando ella tenía solo seis años. Diez años más tarde, Lucha Reyes se casó con un sargento de la Guardia Civil de la Policía Nacional. El matrimonio fracasó debido a los episodios de violencia que vivió la cantante. De esta relación nacieron sus hijos Humberto y Alejandro. Para sobrevivir, Lucha Reyes vendía periódicos, lavaba ropa, cocinaba y lavaba platos. Con esta última labor entró a trabajar al club criollo llamado 'El sentir de los barrios', donde descubrieron su gran talento para el canto. Lucha Reyes debutó en la década de los años sesenta en el teatro Pizarro, ubicado en la plaza Italia. Poco después, fue presentada con Augusto Ferrando y formó parte de su elenco en radio Victoria. La criolla sufrió de diabetes y artereosclerosis, enfermedades que la hicieron internarse por periodos largos en el hospital Hipólito Unanue. En una de sus tantas visitas, Lucha Reyes le pidió a su amigo y compositor Pedro Pacheco que le creara un vals a manera de despedida y así nació Mi última canción. En 1970 lanzó su primera placa en el hotel Crillón. El disco se llamó La morena de oro del Perú y entre sus interpretaciones resaltaron canciones como Tu voz, José Antonio, La flor de la canela y Regresa. Este último vals fue compuesto por Augusto Polo Campos. Logró un éxito total con su magnífica interpretación del vals Regresa junto a músicos como César Silva. Otras de sus canciones fueron Carta al cielo, Propiedad privada, El último brindis, Jamás impedirás, entre otras. La mujer tierna y bondadosa que conmovió miles de corazones con la pasión que le impregnaba a sus canciones murió de un paro cardiaco a los 37 años, el 31 de octubre de 1973, en el Día de la Canción Criolla, como ella tanto añoraba. El velorio de Lucha Reyes fue multitudinario, casi como una procesión. Las personas se opusieron a trasladar a 'La Morena de Oro del Perú' en carroza fúnebre y el ataúd fue cargado por mujeres hasta el cementerio El Ángel, donde descansa hasta hoy.