Benjamin Tucker

  • June 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Benjamin Tucker as PDF for free.

More details

  • Words: 3,041
  • Pages: 6
Una de las frases favoritas de Margaret Thatcher era "no hay otra alternativa", refiri�ndose a otra alternativa a su econom�a de libre mercado. Los textos econ�micos tienden a dar la misma impresi�n - describen variaciones del modelo "cl�sico" de mercado y poco m�s. Los m�s arriesgados dedican una p�gina o dos al Marxismo, pero esa es la �nica alternativa que se supone que podemos considerar. Obviamente, la econom�a est� limitada a ser algo as� como el capitalismo contra el socialismo. Desde que el capitalismo de libre mercado y el socialismo de estado son los �nicos modelos econ�micos sobre los que la gente tiene conocimiento, es muy f�cil hacerse pasar por un experto en las alternativas econ�micas. Para qu� pregonar algo cuando el 99,9% de la gente no sabe nada sobre esta materia. Y uno est� efectuando un importante servicio p�blico, porque obviamente la gente necesita ser informada sobre las alternativas econ�micas que hay disponibles. Hay unas cuantas cosas que tienes que tener en cuenta antes de empezar a pregonar tus revolucionarias ideas. Primero, cuidado con entrar en un terreno que la mayor�a de la gente considere como exc�ntrico. La econom�a se supone que es una materia seria, por lo que no des oportunidad a que la gente se r�a. Segundo, evita las ideas que puedan parecer amenazadoras, como la abolici�n de la propiedad privada o el comercio libre. T� lo que quieres es convencer y seducir, no asustar a la gente. Hay cientos de ideas econ�micas que se salen del terreno de las ideas capitalistas y socialistas convencionales. La dificultad principal es filtrarlas y encontrar las mejores. Como punto de partida para la gente a la que esta materia sea nueva, he seleccionado un pu�ado de mis ideas favoritas, satisfaceiendo cada una de ellas mi criterio de no ser ni exc�ntricas ni amenazantes. Salario B�sico El Salario B�sico es un sueldo pagado a todos los individuos, sin requisito de que trabajen ni condicionantes sobre su patrimonio. La gente es libre (pero no est� obligada) a completarlo con ingresos de otras fuentes, ya sea con su propio negocio o como empleado. En los dos �ltimos siglos, esta idea ha sido propuesta de forma independiente bajo una gran variedad de nombres - Salario Ciudadano, Beneficio Universal, Paga del Estado, Cr�dito Social o Dividendo Nacional usualmente con la intenci�n de remediar problemas sociales como pobreza o desempleo. Varios caminos han sido propuestos para instaurar un Salario B�sico. El premio N�bel James Meade propuso un dividendo social proveniente del rendimiento de los activos productivos p�blicos. Un ejemplo real de Salario B�sico instituido de esta forma es el esquema de dividendos de Alaska, que provienen de los rendimientos de los amplios yacimientos petrol�feros de dicha regi�n. Algunos economistas piensan que los fondos deber�an venir de un impuesto redistributivo sobre los ingresos o de un impuesto sobre la tierra. Estas ideas no son nuevas - en 1796, Thomas Paine promovi� un ingreso universal proveniente del estado para compensar la poco equitativa divisi�n de la tierra, que a su juicio pertenec�a a todo el mundo. Por supuesto, la tecnolog�a nos ha proporcionado grandes incrementos de la riqueza nacional desde la era de Paine, haciendo que la idea de un salario universal parezca ahora m�s asequible. El concepto del Salario B�sico sirve bien como cebo en una conversaci�n econ�mica. El no iniciado, picando en el anzuelo, contestar� que eso suprimir�a el incentivo a trabajar, y nutrir�a a una clase de holgazanes. De hecho, comparado al estado del bienestar existente, el Sueldo B�sico provee un fuerte incentivo financiero para la actividad productiva y creativa. Con el Salario B�sico, es m�s financieramente atractivo el pasar del desempleo a un trabajo - porque mantienes

tu Salario B�sico, mientras de otra forma perder�as tu subsidio. Muchas formas comunes de trabajo - como trabajos mal pagados, a media jornada o autoempleos incrementan tus ingresos disponibles bajo un esquema de Salario B�sico, mientras que los ingresos de ese trabajo son descontados de tu subsidio bajo el actual sistema. Muchas actividades valiosas - educaci�n de adultos, trabajo voluntario, empezar un nuevo negocio, etc - son penalizados o incluso criminalizados bajo el actual estado del bienestar, porque interfiere con la condici�n de "continua disponibilidad a trabajar". Muchas actividades creadoras de valor empiezan modestamente, quiz�s al principio no generando lo suficiente para que una persona sobreviva. El Salario B�sico nutre esa actividad, mientras que el estado del bienestar la aborta. Salario Garantizado El Salario Garantizado es a veces confundido con el Salario B�sico, pero la diferencia es que tiene en cuenta el patrimonio de cada persona. A cada individuo se le garantiza unos ingresos m�nimo (por encima del umbral de la pobreza) - si tus ingresos caen por debajo de este nivel, autom�ticamente recibes un complemento del gobierno, pero cuando tus ingresos personales aumentan, el complemento disminuye. El Salario Garantizado, como el Salario B�sico, no est� condicionado al trabajo. Varias variaciones del Salario Garantizado han sido propuestas, siendo la mejor conocida el esquema de Robert Theobald en 1964 para una "Seguridad Econ�mica B�sica". Theobald estaba preocupado acerca del efecto de la tecnolog�a y la creciente automatizaci�n - el pens� que era hora de disolver el tradicional v�nculo entre ingreso y salario, dado que la mayor�a del trabajo ser�a alg�n d�a automatizado. Las propuestas de Theobald fueron tomadas seriamente por las administraciones estadounidenses de Lyndon Johnson y Richard Nixon. De hecho, Nixon adopt� las propuestas de Salario Garantizado como parte del presupuesto de su "Plan de Asistencia Nacional" (que desafortunadamente fue rechazado en el senado). Impuesto Negativo Sobre la Renta Una variaci�n del Salario Garantizado es el Impuesto Negativo Sobre la Renta, que proveer�a complementos del gobierno, por medio del sistema fiscal, a aquellos bajo un cierto nivel de ingresos. Se podr�a puntualizar a aquellos que ven esta idea como "suavemente" de izquierdas, que el Impuesto Negativo Sobre la Renta fue propuesto por Milton Friedman, a quien muchos sit�an en la derecha del espectro econ�mico. Las intenciones de Friedman eran crear un sistema que costara menos que el actual sistema de bienestar, pero evitando los aspectos degradantes de dicho sistema. Deseo de trabajar? Muchos esquemas de los denominados de "importe m�nimo garantizado" restringen la cobertura de entre los desempleados, a aquellos que deseen trabajar - una condici�n similar a la del actual sistema del bienestar-. El te�rico pol�tico belga Philippe Van Parijs argumenta que cuando afirmamos nuestra voluntad para trabajar, deber�amos hacer la distinci�n entre trabajos insignificantes y sin perspectivas y trabajos �tiles y que conlleven una autorrealizaci�n - y que las mejores personas para hacer esta distinci�n son las que desarrollan estos trabajos. Esta es una aproximaci�n diferente de los economistas m�s convencionales, que tienden a ver todos los trabajos creados por el mercado como trabajos buenos y que merecen la pena. Los empleadores pueden explotar el supuesto del "deseo de trabajar" ofreciendo lo que Van Parijs llama "trabajos precarios", los cuales la gente se ve forzada a aceptar. Por otro lado, �c�mo sin el supuesto del "deseo de trabajar", se conseguir�a que la gente aceptase trabajos que son esencialmente decentes pero mal

pagados? Bajo un esquema de Salario Garantizado, hay muy pocos incentivos financieros para aceptar trabajos mal pagados. Van Parijs concluye que la mejor soluci�n ser�a un esquema de Salario B�sico sin la condici�n del "deseo de trabajar". Esto eliminar�a la coerci�n para aceptar "trabajos precarios", pero manteniendo los incentivos para aceptar trabajos mal pagados pero decentes, dado que los incluso los trabajos peor pagados incrementar�an significativamente los ingresos personales bajo un esquema de Salario B�sico. Tipo de inter�s Cero Un tipo diferente de redistribuci�n "no coercitiva" de la riqueza proviene del viejo Anarquismo Individualista (como contraposici�n al Colectivista), cuyo acercamiento se basa en permitir al comercio libre el bajar el "coste del dinero prestado". Esta idea fue promulgada por los primeros anarquistas como PierreJoseph Proudhon, Josiah Warren y Benjamin Tucker. En el comercio libre se supone bajan los precios a trav�s de la competencia, pero seg�n Proudhon, Warren y Tucker, hay una imperfecci�n fundamental en el actual sistema: una falta de competitividad en la emisi�n de moneda. El actual monopolio de emisi�n de moneda, reforzado por ley (ej: el Banco de Espa�a o la Reserva Federal) mantiene el inter�s a un nivel artificialmente alto - si se permitiera la libre competencia en la creaci�n y distribuci�n de monedas alternativas, el coste de cr�dito, en teor�a, caer�a a una tasa por debajo del 1% (el coste de administrar el cr�dito; el inter�s real ser�a cero). Como Benjam�n Tucker explica: "Si mil hombres que desempe�en diferentes l�neas de negocios se unen para formar un banco de emisi�n; y se este banco de emisi�n se une con otros bancos similares con prop�sitos compensatorios; y si dicho banco presta su bien conocido cr�dito circulante� �costar�an los pr�stamos de este banco m�s que los sueldos del director y asistentes, alquiler del edificio, gastos de papel e impresi�n, p�rdidas por depreciaci�n de valores, y gastos diversos?�No est�n de acuerdo economistas y estad�sticos que un descuento del 0,5% cubre los gastos antes referidos?" A la pregunta de por qu� la gente de negocios se ver�a motivada a lanzar su propia divisa a un coste que no excediera los gastos operativos y p�rdidas accidentales, Tucker responde que al formar una red con estos bancos, la gente de negocios establecer�a un cr�dito colectivo con poder de circulaci�n, permiti�ndoles prestar dinero a menos del 1% - lo cual, �l asegura, ser�a suficiente motivaci�n. La belleza de �sta idea en las discusiones econ�micas es que sigue la teor�a del "libre mercado" hasta llegar a conclusiones l�gicas. Es un buen argumento para utilizar contra opiniones tipo "d�jalo todo al mercado". Consigue hacerles ver que un monopolio de divisa est� en contra de la filosof�a de libre mercado, y entonces puntualiza que el genuino libre mercado, sin ning�n monopolio, es la receta econ�mica para la utop�a del Anarquismo Individualista. Con el cr�dito de inter�s cero, el alquiler de casas casi por completo desaparecer�a, porque nadie le dar�a dinero al casero, ya que comprar ser�a m�s barato. En efecto, los anarquistas proclaman que el tipo de cambio cero eliminar�a todas las formas de usura, incluyendo el "beneficio", de las transacciones econ�micas. El principio de Adam Smith de "el trabajo como verdadera medida del precio" se har�a efectivo mediante la libre competitividad eliminando todos los componentes de usura del precio. Los trabajadores ser�an por fin completamente compensados por su trabajo, y sin Colectivistas o Marxistas a la vista. Divisas Alternativas Aunque esto es normalmente ilegal, ha habido cientos de intentos para emitir divisas alternativas. El gobierno brit�nico suprimi� un intento para distribuir divisas de bajo inter�s en las colonias americanas (antes de la revoluci�n), e

impidi� un intento similar por parte de los bancos escoceses - para preservar el monopolio del Banco de Inglaterra. Hay datos publicados sobre experimentos para emitir divisas privadas por parte de los Anarquistas Individualistas Americanos (ej True Civilization por Josiah Warren y Mutual Banking por William Greene), y por supuesto experimentos que no sabemos por su secreto. Sellos Moneda En 1891 un hombre de negocios y economista argentino llamado Silvio Gesell fue un paso m�s adelante que los Anarquistas Individualistas proponiendo un sistema de divisas con inter�s negativo. La forma mejor conocida de esta divisa fueron los "sellos moneda", los cuales requer�an un sello que se estampaba en la parte de atr�s del billete cada mes, para revalidarlo. Gesell cre�a que el dinero est� bien como medio de cambio, pero que tiende a ser usado como un instrumento de poder, capaz de dominar y distorsionar el mercado. Por ejemplo, el dinero puede ser atesorado - sacado temporalmente del mercado con prop�sitos especulativos - sin que el que lo posea sea expuesto a p�rdidas. Los bienes materiales reales, por otro lado, no pueden ser atesorados sin costes significativos - bien por el deterioro natural o por el coste de almacenaje. Con el prop�sito de estimular la circulaci�n natural de la riqueza en vez del atesoramiento especulativo, Gesell propuso los "billetes oxidables" (una met�fora para el dinero con inter�s negativa), para traer una "reforma org�nica" del sistema monetario. Con el dinero comport�ndose como la riqueza material "real", las distorsiones en el sistema causadas por el atesoramiento y otras formas de usura ser�an suprimidas. Esto, argumentaba, resultar�a en gente recibiendo las ganancias completas de su propio trabajo, y permitir�a a grandes sectores de la poblaci�n a librarse de la esclavitud del salario y trabajar de una forma aut�noma en negocios privados y cooperativos. Un experimento exitoso con las teor�as de Gesell tuvo lugar en la ciudad austriaca de W�rgl en 1932, durante la depresi�n. W�rgl efectivamente se qued� sin dinero, por lo que el alcalde imprimi� el suyo propio. La divisa resultante, el sello moneda de W�rgl, fue dise�ado para generar autom�ticamente inter�s negativo. Cada mes sus tenedores ten�an que pagar una tasa del 1% del valor del sello moneda, por lo que la gente gast� el dinero lo m�s r�pido posible. Esto result� en un enorme incremento en la "riqueza real" - nuevas casas, un nuevo sistema de agua, calles pavimentadas, un nuevo puente, un salto de esqu�, etc. Pero cuando cientos de otras ciudades austriacas elaboraron planes para copiar el esquema de W�rgl, en el banco central cundi� el p�nico, por la amenaza a su monopolio, y pronto se volvi� ilegal el emitir una divisa alternativa en Austria. La Econom�a Digital Aparte de la posibilidad de divisas electr�nicas alternativas, la "econom�a digital" no ha conllevado un revolucionario impacto econ�mico. En efecto, la mejor respuesta a los entusiastas del comercio electr�nico es una respuesta tajante. En muchos casos su propaganda de la econom�a digital es econom�a Reaganiana o Thatcheriana est�ndar, disfrazada de tecno-tonter�as. Unos pocos hechos y datos hist�ricos nos ayudar�n a justificar nuestro cinismo hacia la econom�a digital. El primer sistema de comercio de dinero electr�nico fue inaugurado por Reuters en 1973, poco despu�s del desmantelamiento del patr�n oro y el sistema de Bretton Woods (el cual regulaba las divisas internacionales). Desde los primeros datos hasta entonces, el 90% de las transacciones estaban relacionadas con la "econom�a real", siendo el 10% restante especulaci�n. Hacia 1995, se hab�a dado la vuelta a la tortilla - comercio e inversi�n aportaban el 5%, y la especulaci�n a corto plazo, un 95%.

Las redes de comercio electr�nico han desarrollado una econom�a virtual en la cual la mayor�a del dinero es creado no a trav�s de la inversi�n real, sino a trav�s de transacciones en una especie de riqueza abstracta. Por ejemplo, unos gigantescos beneficios pueden ser hechos de un rumor acerca de una futura transacci�n - pero la futura transacci�n no tiene necesariamente que producirse para que los beneficios sean realizados. De lejos, los grandes beneficios vienen de la especulaci�n de divisas, ayudados por supercomputadoras que realizan transacciones lo suficientemente r�pidas para explotar microfluctuaciones en los tipos de cambio. Muy pocos de estos beneficios econ�micos virtuales producen nada de valor en el sentido de la "riqueza real" - ej: cosas de utilidad real para las vidas humanas. Las especulaciones financieras tienden a crear econom�as de gran beneficio, baja inversi�n, bajo crecimiento y bajos salarios, en otras palabras, es perjudicial para las vidas de la mayor�a de la gente. Tenemos extra�as nociones sobre la respetabilidad de ciertos tipos de ingresos. Cuando la gente pobre recibe modestas pagas sin producir nada de valor, son etiquetados como par�sitos, pero cuando los especuladores adquieren grandes sumas gracias a la econom�a digital, sin producir nada de valor, nos admiramos de sus habilidades. La Tasa Tobin James Tobin, un premio N�bel de econom�a, predijo los efectos perjudiciales de la creciente especulaci�n sobre divisas durante los 70. Propuso un peque�o impuesto sobre las operaciones de divisas que pondr�a "arena en las ruedas" del sistema internacional especulativo, y por lo tanto ayudar�a a prevenir la inestabilidad en el sistema financiero global. Una gran ventaja de la Tasa Tobin es la cantidad de ganancias que generar�a. Los especuladores de divisas operan aproximadamente con 1,8 billones de d�lares cada d�a. Con el impuesto a la menor tasa propuesta de 0,1 a 0,25%, un total estimado de entre 100.000 y 300.000 millones de d�lares por a�o ser�a generado, dependiendo de la f�rmula usada. Los seguidores de la Tasa Tobin dicen que estas ganancias se podr�an usar para paliar los problemas sociales y medioambientales del mundo. Y es interesante que en 1997 el Banco Mundial y Naciones Unidas cifraron en 225.000 millones de d�lares al a�o el coste de erradicar la pobreza del mundo. Enga�ar a la Autoridad Econ�mica La mayor�a de las ideas econ�micas alternativas - incluso aquellas tan benignas y sensatas como la Tasa Tobin - han estado flotando alrededor por d�cadas sin ser llevadas a cabo. Por ello, somos a veces expuestos a argumentos como "si esta es una idea tan buena, �por qu� no ha sido ya llevada a cabo? Es importante darse cuenta que la gente haciendo estas objeciones nunca son convencidas por razonamientos l�gicos. S�lo la aceptaci�n por parte de una autoridad convencional les convencer�a. Una buen argumento, por lo tanto, es citar a autoridades extranjeras - los pa�ses europeos en particular parecen m�s abiertos a nuevas ideas econ�micas. Por ejemplo, los parlamentos franc�s, belga y canadiense han votado ya a favor de la Tasa Tobin; el gobierno irland�s ha considerado seriamente un esquema de Salario B�sico, etc. O se puede citar a autoridades intelectuales. Por ejemplo, el concepto de inter�s negativo de Silvio Gesell fue apoyado por John Maynard Keynes, quien dijo "Yo creo que en el futuro aprenderemos m�s del esp�ritu de Gesell que del de Marx". Con un poco de ingenuidad, es posible conectar a un economista premio N�bel con cualquier teor�a econ�mica. Si no tienes autoridades que citar, siempre puedes basar tu argumento en la compasi�n. Por ejemplo, si el Salario Garantizado cuesta menos que el estado del bienestar y humilla a los receptores menos que dicho estado, qui�n, que no sea un s�dico total, no considerar�a un esquema as�. Si el inter�s cero proporciona salarios m�s altos para trabajadores, porque no pensar seriamente sobre ello. Si

la Tasa Tobin puede, literalmente, salvar millones de vidas, quien puede ser tan inhumano como para quejarse acerca de la m�nima impractibilidad de la idea. Y si eso no funciona, deber�as recurrir a la s�tira

Related Documents

Benjamin Tucker
June 2020 16
Tucker
May 2020 13
Benjamin
November 2019 41
Benjamin
June 2020 30
Benjamin
December 2019 39
Benjamin
May 2020 35