Revista de estudios de Europa sudoriental
nº 1 (2000)
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Página inicial Artículos VEIGA, Francisco. Exilios y éxodos en los países balcánicos a
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lo largo del siglo XX VEIGA, Francisco. La situación de los estudios de ciencias
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sociales sobre Europa oriental: El panorama español Debates en la lista Balkan Balcanes: el fenómeno del transfuguismo (cambios de chaque-
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ta)
ISSN 1697- 2864
Balcanes: polémica Taibo-Mendiluce
39-48
Antigua Yugoslavia: claves de una transición fallida
49-57
Antigua Yugoslavia: minorías nacionales
59-77
Rumanía: Eliade y el fascismo
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Grecia: elecciones de 2000
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Participaron en los debates Saša Cvijetiæ, Joaquín Garrigós, José Luis Hernangómez, José-Miguel Palacios, Montserrat Pin, Roberto Rodríguez, Dalibor Soldatiæ y Francisco Veiga.
Varios Reseña de libros
103-113
REDACCIÓN
Prof. Dr. Francisco Veiga Dr. José-Miguel Palacios
http://www.estudiosbalcanicos.org
Página inicial
Balkan (Revista de Estudios de Europa Sudoriental) nace con el objetivo de recoger los análisis, opiniones o trabajos de todos aquellos interesados en un amplio abanico de materias relacionadas con los Balcanes: historia, política, cultura e incluso derecho o economía. Lanzamos esta propuesta con plena conciencia de que con ello no sólo abrimos las puertas de esta revista electrónica al trabajo interdisciplinar, sino también a una gran variedad de colaboradores potenciales. En efecto, Balkan está pensada para acoger los artículos de los expertos reconocidos, pero también a todos aquellos que empiezan su andadura como interesados en los Balcanes. Por lo tanto, Balkan recogerá y publicará vuestras contribuciones en diversos niveles de autoridad académica, incluso el de la simple opinión siempre que cumpla unos mínimos niveles de seriedad. Nuestros objetivos son ambiciosos pero intentamos que sean a la vez realistas para lo cual contamos con ir cumpliéndolos y modificándolos gradualmente, en función de las circunstancias y de la experiencia. Por ello hemos pensado en una propuesta estructural que extraiga lo mejor de las posibilidades que ofrece una revista electrónica. El marco global es el de una publicación periódica, pero planteamos esta propuesta como una mera forma de agrupar vuestras contribuciones y de facilitar su conservación, referencia y archivo. En la práctica, cada uno de los números se irá formando a medida que los artículos son aceptados e incorporados a la red. El número se cerrará al final de cada año y, en ese momento, se fijarán las versiones definitivas de los artículos y contribuciones y se elaborará una versión paginada en formato .PDF. Hasta el cierre de cada número, cualquier artículo ya publicado podrá ser puesto al día por sus autores. Por lo tanto, vamos a intentar que Balkan combine de la mejor manera posible la vocación de permanencia de las publicaciones tradicionales con el dinamismo que caracteriza a Internet. Pretendemos que para nuestra revista la red no sea tan sólo una forma de aumentar su difusión, sino también, y sobre todo, en entorno de trabajo que le permita tener una agilidad que las revistas en papel nunca podrán tener.
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Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX Un ensayo de categorización Prof.Dr. Francisco Veiga, UAB Ponencia presentada en el congreso sobre "Los exilios en el mundo del siglo XX", Departament d´Història Contemporània, Facultat de Gª i Història, Universitat de Barcelona, 23-26 de octubre 2000 .
A lo largo de la edad contemporánea, la península balcánica ha contemplado desplazamientos poblacionales de gran amplitud, movimientos forzosos debidos en la mayor parte de los casos a enfrentamientos bélicos o a políticas de expulsión masiva. Sin embargo, en los países respectivos que pueblan los Balcanes son muy escasas las posibles comparaciones con la importancia política y cultural que tuvo la emigración republicana española. Las mayores semejanzas se encuentran en Grecia, que a lo largo del siglo XX sufrió avatares bélicos y políticos como la Guerra Civil (1946-1949) o la dictadura de los coroneles (1967-1974) que generaron un volumen importante de exiliados. De todas formas, ni aún teniendo en cuenta este marco general de similitudes se puede concluir que la fenomenología del exilio político y cultural griego se corresponde con la española tras la Guerra Civil. En realidad y a efectos de precisar las características ideosincráticas de las diversas oleadas de exilios en los Balcanes, debemos aplicar forzosamente un abanico de categorizaciones que, de entrada, distinga entre "exilio" y "éxodo", aludiendo el primer término al destierro de un grupo determinado de personas, y el segundo a la emigración o salida en masa de un pueblo. Por lo tanto, el éxodo conlleva forzosamente el exilio pero no a la inversa; algo a tener en cuenta considerando que el objeto de estudio de esta ponencia es el exilio político y cultural con su mayor o menor capacidad de generar modelos y aportar ideas susceptibles de revertir en la cultura del país originario. Además de ese distingo global debe tenerse muy presente que en los Balcanes también suele confundirse exilio con emigración, entendida ésta en un sentido netamente apolítico y encaminado a obtener un progreso social o económico en el país de acogida. Como se verá más abajo, los acontecimientos políticos en los Balcanes a lo largo del siglo XX hicieron que los términos "exilio" y "emigración" pudieran intercambiarse en ambos sentidos.
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En definitiva, la mejor forma de clarificar tales categorías consiste en encuadrarlas dentro de unos límites que no deben entenderse en un sentido rígido, sino como propuestas para posteriores discusiones.
A) Exilio de personajes políticos clave El denominado golpe de los coroneles en Grecia, acaecido el 21 de abril de 1967, encamina hacia el exilio a un volumen importante de personalidades políticas, lo que hace de este acontecimiento el más significativo de la categoría que nos ocupa. Por un lado se exiliarán políticos de influencia que una vez en el extranjero renovarán o modernizarán sus puntos de vista. De todas formas, como el régimen apenas dura siete años, esos exiliados no envejecerán ni fallecerán en el exilio: tendrán tiempo de regresar en bloque e influir decisivamente en la nueva era política de su país, reimplantar lo aprendido en el extranjero. Por otra parte, el muestrario ideológico de los exiliados es amplio: hay representantes de diversos partidos políticos que han huido en bloque ante la rapidez con la que se consuma el golpe. Con todo, el exilio griego de los sesenta y los setenta no será comparable al español republicano posterior a la guerra civil: nunca llegará a tener la fuerza cultural y la influencia política de éste. Tampoco en Grecia se demostrará la misma autocomplacencia hacia los retornados y sus importaciones culturales. Los nombres clave de esta oleada de emigración fueron dos personajes de gran talla que pronto iban a renovar el panorama político griego: Constantinos Caramanlís -que de hecho había abandonado el país por propia voluntad en 1963(1)- y Andreas Papandreu, cada uno con su correspondiente entourage. Ambos lanzarán sus respectivas opciones políticas que marcarán la historia de Grecia en los años venideros: el partido Nueva Democracia, y el PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico). El lugar de exilio común fue París, fuente inspiradora en la que beberán con avidez. Tras once años estudiando a su modelo de cerca, Caramanlís regresará a su país convertido en un gaullista "a la griega", dispuesto a organizar un movimiento parecido al Rassemblement du Peuple Français(2). A Papandreu se le suele relacionar con el ámbito político y cultural norteamericano, a partir de sus largos veinte años de estancia en los Estados Unidos. Sin embargo, el exilio en el París de 1968 tuvo que influirle poderosamente, y más en concreto la actitud de un François Mitterrand y de un socialismo francés renovado y radicalizado por los acontecimientos de mayo. Ese -6-
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fue el espíritu que inculcó al PASOK y que no se explica fácilmente por relación a otros modelos inspiradores, y menos en el ámbito político norteamericano. Un capítulo especial en esta categoría de personalidades exiliadas es el de los diversos monarcas balcánicos que abandonaron el trono como resultado de la instauración de regímenes comunistas en sus respectivos países: Yugoslavia, Rumania, Bulgaria y Albania. Grecia fue un caso aparte, pues el rey Constantino, implicado en un proyecto de golpe de estado antidemocrático y en otro, fallido, contra la dictadura de los coroneles (diciembre de 1967) se exilió a Roma y Londres; esta situación terminó en diciembre de 1974 con la abolición de la monarquía en Grecia como resultado de un referéndum(3). Debido a circunstancias históricas comunes a todos los Balcanes, las monarquías en el exilio no fueron restauradas a partir del hundimiento de los regímenes comunistas en 1989(4). Una razón importantes para explicarlo fue la juventud de las dinastías, con raíces que no iban más atrás del siglo XIX, y la ausencia de una aristocracia que ni por su exiguo número ni por su peso social podía tener influencia en la política de los países respectivos. Por otra parte, la institución monárquica, por su propia naturaleza, no podía mostrarse como un factor de renovación a partir de las influencias políticas recibidas en el largo exilio. A la inversa: los medios de comunicación y la mayor parte de los partidos políticos de los respectivos países, solían reprochar a los reyes su desconexión con respecto a las realidades del país. El exilio había servido para desconectarlos, sus hijos y herederos no conocían apenas el idioma, como aristócratas convertidos en hombres de negocios sus intereses estaban en los países de acogida. Por último, ninguno de los monarcas en el extranjero destacó como figura intelectual capaz de imponerse en su país por propios méritos(5).
B) Exilio político masivo El golpe de estado de 1967 en Grecia no sólo provocó la huida de políticos señeros. Actores, cantantes o artistas como Melina Mercouri o Georges Moustaki se convirtieron en personajes bien populares en Occidente durante la década de los sesenta y los setenta. De todas formas, el golpe no generó un exilio masivo, sino más bien selectivo. Otra cosa fue el final de la guerra civil griega. Contienda extremadamente cruel, los vencedores aplicaron una represión durísima e indiscriminada que generó una enorme masa de
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refugiados: se calcula en unos los 80.000 exiliados que escaparon a través de las montañas del norte en dirección a Yugoslavia, Bulgaria o Albania, aunque contando los efectos acumulados de la guerra mundial más los de contienda civil, el resultado era que el 10% de la población griega era refugiada, es decir, desplazada de su residencia habitual(6). De paso, los vencedores aprovecharon para reprimir a la población de origen eslavo en la Macedonia griega -lo que terminó en una verdadera limpieza étnica.- en base a la teoría de que constituían un caballo de Troya de las vecinas repúblicas comunistas y apoyo de los insurgentes derrotados. Muchos de los exiliados de la guerra civil griega permanecieron en la Yugoslavia titista -lo que en el futuro iba a contribuir a acercar mucho a ambos países, especialmente durante las guerras de secesión de la ex Yugoslavia- pero otros terminaron en las repúblicas socialistas de Europa central -Checoslovaquia, por ejemplo- o incluso en la Unión Soviética. En cualquier caso, la influencia de este exilio fue, en lo político, bastante limitada en su país de origen. En parte, eso se debió a la lentitud de su regreso a Grecia: tardaron muchos años en volver -algunos no lo harían ya nunca más- y lo hicieron dispersos. Además, la gran mayoría de los exiliados estaban en la línea ideológica comunista, fuera como simpatizantes o como militantes. El largo periodo de permanencia en el bloque del Este, y eso durante los años más candentes de la guerra fría, acentuó más las posiciones políticas dogmáticas y tanta lejanía física e ideológica les distanció enormemente de Grecia(7). A ello contribuyó el hecho de que el exilio contó con escasos intelectuales. Habría que hablar más de esa categoría social tan característica del ámbito balcánico que mucho autores denominan intelligentsia y que integraba los cuadros del KKE de la época. Ahora bien, no sólo en Grecia se dan exilios masivos. Existen ejemplos muy característicos en otros países balcánicos, que incluyeron además personajes de gran relevancia política y cultural. En líneas generales hay dos momentos de exilio: ·
b.1. Tras la Segunda Guerra Mundial.
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b.2. Durante el periodo de los regímenes comunistas.
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b.1. En este primer momento, quienes se exilian son en su mayoría personalidades políticamente identificadas con la derecha e incluso con la ultraderecha fascista. Los exiliados, entre los que no faltan prominente intelectuales, terminan en España, Alemania o América Latina, (donde van a parar muchas veces con ayuda del Vaticano en base al proyecto para inyectar "población cristiana anticomunista" en determinadas repúblicas latinoamericanas. Es el caso muy conocido de la emigración croata ustacha y católica. Pero también de muchos fascistas rumanos, militantes de la Guardia de Hierro que reciben ayuda del Vaticano a pesar de ser ortodoxos(8). Algunos de esos exiliados acaban trabajando activamente para la CIA y otros servicios de inteligencia occidentales activamente implicados en operaciones tras el Telón de Acero(9), pero otros muchos se establecen en los países de acogida y terminan organizando capillas que se hostigan o combaten entre sí(10). Es el caso característico de los de los denominados "simistas" y "antisimistas" del dividido exilio ultranacionalista rumano. Lógicamente, la producción intelectual de algunos de estos exiliados, aún de moda a fines de los años cuarenta, tendrá crecientes dificultades para ser aceptada en Occidente a lo largo de los sesenta. Es el caso del rumano Vintila Horia, que tras obtener el Premio Goncourt en 1960 por su obra Dios ha nacido en el exilio ve cómo la izquierda francesa desata una campaña contra él acusándolo de fascismo por haber escrito algunos poemas de trasfondo antisemita en su juventud.. Horia nunca había militado en la Guardia de Hierro ni había sido un activista del fascismo rumano(11) pero el ambiente intelectual de mediados de los sesenta ya no podía aceptar ni la más leve sospecha de un pasado mínimamente comprometido con el bando perdedor en la Segunda Guerra Mundial. La presión fue tan intensa que Vintila Horia renunció al premio. Como en el caso de los exiliados comunistas griegos, pasan muchos años hasta que cae el Muro y los derechistas balcánicos pueden regresar a sus países de origen. También como en el caso mencionado, muchos se quedan por el camino: mueren o regresan muy viejos. Eso contribuye a que los exilios del Este tengan dificultades para influir en al realidad política o cultural de sus respectivos países una vez desaparecidos los regímenes comunistas. Las dictaduras han ejercido un control muy estricto, y el único medio de estar presente en los pequeños universos culturales de la disidencia es a través de los programas de propaganda radiofónica emitidos desde Occidente, en los cuales los viejos intelectuales -9-
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de pasado ultraderechista, o simplemente derechista, no tienen cabida, y apenas llegan a ellos las escasa figuras del lejano mundo político anterior a la Segunda Guerra Mundial. Con todo, hay excepciones. Por ejemplo, en Bulgaria, donde no se llegó a articular un movimiento fascista estructurado y con influencia social, la hija del agrarista G.M. Dimitrov, Anastasia Mozer, se exilió a los EEUU y a partir de 1989 conquistó un cierto protagonismo en la política búlgara. O bien Ivan Stanchov(12), que tras exiliarse en Londres terminó como ministro de Asuntos Exteriores en Bulgaria. Existe una gran excepción en este panorama de escaso alcance cultural del exilio balcánico en los años de la inmediata posguerra: es el "triángulo dorado" de los rumanos Mircea Eliade(13), Eugen Ionescu(14) y Emil Cioran(15). En sentido estricto, y excepto en el caso del judío Eugen Ionescu, Eliade y Cioran flirtean en su juventud con el ultranacionalismo allá por los años 1936-37, pero es algo que no contamina su producción intelectual en el exilio, y que logran esconder durante muchos años, hasta el punto de que cualquier debate sobre ese aspecto de su pasado crea apasionados rechazos por parte de sus admiradores, especialmente los de Mircea Eliade(16). Los tres autores rumanos triunfan en el exilio, crean escuela más allá incluso de sus países de acogida, y se convierten en grandes mitos culturales del siglo XX. Tras la caída del régimen comunista en Rumania, también adquieren gran predicamento en su país de origen. Pero en buena medida tienen éxito porque reniegan de su condición de rumanos, o al menos no la sitúan en primer plano, y suelen negar la influencia cultural que recibieron en su país de origen. Devienen figuras intelectuales de alcance universal, con un aura un tanto apátrida o decantada hacia el país de adopción. El caso más llamativo es el de Ionescu, quien negaba cualquier posible influencia en sus obras por parte de la prolífica escuela del surrealismo rumano de los años veinte e insistía en sus raíces puramente francesas(17). Defendida con menor pasión o incluso obviada, esa era la postura de Mircea Eliade o Emil Cioran que a partir de 1947 se juró escribir sólo en francés y hacerlo mejor que los propios franceses.
b.2. El grupo de los exiliados que abandonan sus países respectivos en los años cincuenta a ochenta, ya bajo el régimen comunista, es otro muy diferente. Lo conforman básicamente,
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intelectuales o profesionales que desertan a Occidente. Lógicamente es un grupo de amplia pero a veces vaga identidad ideológica que sólo tienen en común su anticomunismo. En algunos países del Este el fenómeno fue más notable y numeroso que en otros, pero como regla general, esta nueva hornada de exiliados obtuvieron más notoriedad e influencia en sus países de origen que el grupo de los años cuarenta. En Bulgaria destacaron intelectuales Julija Krasteva o Tzvetan Todorov, que alcanzarán gran notoriedad en Francia. Especialmente éste último, que además de prestigioso director del Centre Nationale de Recherches (CNRS) en Paris, adquiere gran renombre universal explorando el estructuralismo francés y el posestructuralismo, la semiótica, el formalismo ruso y el posformalismo(18). Una vez más los rumanos se destacaron como activos creadores de revistas literarias -especialmente en Alemania- y lograron establecer un cierto universo cultural del exilio. Sin embargo, tanto ellos como sus colegas de los Balcanes e incluso de toda la Europa del Este estaban lógicamente muy limitados por el contexto cultural de acogida donde vivían y trabajaban, extraño y a veces incluso hostil. Eso marcaba una importante diferencia con el exilio español en Latinoamérica, que se desenvolvía en su propia lengua y en un mundo cultural muy afín. Un caso aparte pero muy llamativo dentro de este grupo de exiliados, lo conformaron aquellos que trabajaban para las emisoras de propaganda anticomunista financiadas por las potencias ocicdentales, destacando muy en especial Radio Free Europe o Voice of America, aunque las emisiones en onda corta de BBC International, Radio France o Deutsche Welle también tuvieron cierto protagonismo. Los intelectuales exiliados que hablaban cada noche por esos micrófonos terminaron convirtiéndose en verdaderos popes, escichados y seguidos seguidos con fervor por una parte importante de las poblaciones balcánicas. En Bulgaria, el siempre apolítico Viktor Paskov o el ex diplomático Petar Uvaliev fueron dos de estos personajes, aunque éste último se había exiliado ya en 1944(19) Y lo mismo ocurrió con el escritor Velko Vedrin(20). En Rumania fueron muy importantes Monica Lovinescu y su marido Virgil Ierunca(21), crítico literario, dos verdaderos fenómenos en sí mismos. Virgil Tnase, mucho más tardío (llegó a Francia en 1976) pero muy activo, se convirtió en un verdadero pope en lo referente a cuestiones literarias(22). En realidad, desde Radio Free Europe se llegó a mediar muchas veces en las disputas entre escuelas o autores, tanto en el interior de Rumania como en el exilio.
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Por supuesto, estos núcleos no limitaron su activismo al mero debate literario. En torno a ellos y con el apoyo de las emisoras de propaganda se organizaron estructuras de apoyo y organizaciones de movilización muy características de los años setenta, en el espíritu surgido de la Conferencia de Helsinki. Así, los rumanos lograron movilizar al sindicalismo francés en apoyo del muy clandestino Sindicato Libre de los Trabajadores Rumanos (SLOMR) fundado en 1979, o crearon el Comité francés para la defensa de los derechos humanos en Rumania, y consiguieron que el Pen Club apoyara al disidente Paul Goma hasta conseguir su traslado a Rumania en 1977, gracias a la firma de importantes intelectuales(23)
C) Éxodo político disfrazado o confundido con emigración Es un caso particularmente doloroso, muy característico de la Europa oriental en su conjunto, y que no es tan reciente como parece. Se trata de grupos poblacionales que aparentemente dejan el país por motivos económicos, pero que en realidad están siendo víctimas de una limpieza étnica encubierta o de presiones importantes. Ya fue éste el caso de los judíos que dejan varios países comunistas (Polonia, Rumania), víctimas de pogroms encubiertos o de un ambiente hostil a fines de los años cuarenta, coincidiendo con la política antisemita del stalinismo tardío. Los turcos que abandonan Bulgaria en varias oleadas -por ejemplo en los años setenta- son víctimas de presiones de todo tipo, como por ejemplo, las campañas de eslavización. Los albaneses de Kosovo salen en importantes cantidades de su región víctimas del paro y la miseria imperantes, pero también porque la emigración masiva es un importante negocio en el que están compinchadas mafias serbias y albanesas, con cierto protagonismo de las autoridades de Belgrado, a las que les conviene mantener esta vía de salida como una válvula de seguridad para las tensiones en la zona. Unos y otros sacan beneficio de la venta de documentación, transportes, visados, recolocación y una largo etcétera. A veces los mecanismos de presión son más sinuosos, como la "venta" de la minoría alemana de Transilvania a la República Federal Alemana, que se convierte en un lucrativo negocio para las autoridades rumanas en la década de los setenta y ochenta, y que desertiza pueblos enteros de viejos colonos asentados en esos territorios desde hacía varios siglos. - 12 -
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Es evidente que esos exilios no suelen ser la cuna de intelectuales destacados, pero sí que en algunos casos generan sus propias manifestaciones identitarias e incluso algo parecido a lobbies de presión política: los griegos del denominado Épiro Norte, situado en el sur de Albania poseen sus propias asociaciones culturales y ejercen su particular influencia política en Grecia(24). Lo mismo ocurre con los macedonios en Bulgaria, los arrumanos en Rumania o, en un caso bien peculiar, los serbios que abandonaron Kosovo en la década de los setenta y los ochenta, que se erigieron en agentes activadores de la política nacionalista en Serbia. Pero esos grupos también son manipulados en ocasiones por los regímenes de los países de origen o acogida -caso de los húngaros de Transilvania que emigraron a la madre patria- o sencillamente, son marginados y tratados como un estorbo.
D) Emigración que se convierte en exilio político Tampoco es raro el fenómeno totalmente opuesto: el de los emigrantes que parten de sus respectivos países en busca de una mejora en la calidad de vida para terminar convertidos en exiliados políticos. La razón de que se dieran muchos casos similares tenía su lógica. Aquellos emigrantes que lograban más éxito económico y terminaban convertidos en hombres con fortuna eran, por principio, opositores al sistema comunista del que habían salido. De hecho en diversos países del bloque oriental donde antes de la segunda guerra Mundial el desarrollo capitalista había sido escaso, terminó desarrollándose una mentalidad que asociaba enriquecimiento con inmoralidad, y que cosechó amplio apoyo social. Dado que el emigrante enriquecido era perfectamente consciente de esta situación, era fácil que diera el paso de entrar formalmente en política. Tras la caída de los regímenes comunistas, en 1989, más de un "indiano" regresó a la madre patria con la ambición de destacar en la política aplicando la mentalidad competitiva del país anfitrión para aleccionar y gobernar a sus compatriotas. En Rumania, Ion Raiu, con su cerrado acento angloamericano, luchó con escaso éxito en los comicios de 1990-1991, donde su imagen en smoking y sus lujosos automóviles chocaban frontalmente con la realidad del país. Y en Serbia, el multimillonario farmacéutico Milan Panic, también con un marcado deje yanqui, logró conquistar la presidencia yugoslava con el apoyo de Milosevic. Pero éste logró apearlo del cargo cuando en 1992 se atrevió a desafiarlo públicamente en la conferencia de Londres para la pacificación de Bosnia. - 13 -
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Pero al margen de las figura señaladas, hay algunas emigraciones transformadas en exilios que colectivamente jugaron un importante papel en la reciente historia de los conflictos yugoslavos. En primer lugar, la emigración croata, que durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial se transformó en la incubadora de ese nacionalismo, muchas veces teñido de fascismo ustacha, aunque no siempre. El gobierno yugoslavo invirtió muchos esfuerzos en controlar la enorme masa de emigrantes que generaba el país, y en más de una ocasión, unidades especiales de los servicios de inteligencia castigaron duramente a los croatas más significados del exilio y la emigración. Por eso, cuando en 1990 Croacia inició el camino hacia la independencia, la emigración aportó una importante ayuda económica y de consejería para que Franjo Tudjman y el HDZ ganaran las presidenciales de 1990(25). Algo similar sucedió en BosniaHerzegovina, pero en este caso, la emigración musulmana crió en su seno algunos de los que más tarde serían jóvenes estadistas reclutados por el SDA y catapultados a veces en un rápido ascenso hacia el poder(26). La emigración albanokosovar fue otro ejemplo similar. Durante las últimas décadas miles de jóvenes albaneses salieron de la región para trabajar como emigrantes en países desarrollados. Con el tiempo, esta corriente terminó siendo beneficiosa para el régimen de Belgrado, que de esa manera "purgaba" a Kosovo de excedentes poblacionales en paro crónico, con lo cual prevenía el malestar social. A la vez, los emigrantes remitían divisas desde el extranjero destinadas a sus familiares, con lo cual contribuían de forma importante a paliar los efectos de la deficitaria economía de Kosovo. Grupos mafiosos albaneses y serbios también obtenían beneficios de la emigración, a la que facilitaban documentos, reasentamiento en el país de destino y hasta trabajo(27). Pero en el extranjero también residen importantes organismos del autoproclamado Estado kosovar. Por ejemplo, el gobierno clandestino presidido por Bujar Bukoshi y establecido en Suiza. O líderes nacionalistas más radicales y oscuros, que a lo largo de 1996, finalizada la guerra de Bosnia y firmada la paz de Dayton, comenzarán a apostar por una línea política centrada en la acción armada. Antes y después, estas estructuras recaudarán dinero e intentarán ejercer su influencia sobre los emigrantes albanokosovares. Y muchos de estos terminarán entrando en la lucha política. Cuando estalla abiertamente la guerra en Kosovo, a comienzos de 1998, más de uno
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regresará a su país para combatir en las filas del UÇK, la organización guerrillera independista. Este fenómeno entronca a su vez con otro más antiguo y bien conocido: la importancia de los lobbies nacionales radicados en América del Norte en algunos de los procesos de autodeterminación europeos o en la capacidad de movilización de las grandes potencias a a favor de una causa nacionalista determinada. Tal es el caso del denominado lobby griego, de reconocido peso en algunas decisiones de la diplomacia norteamericana, incluyendo algunas de las últimas disputas entre griegos y turcos en torno al conflicto chipriota, en el curso de las cuales lograron ganarse el apoyo de la Secretaria de Estado, Madeleine Albright. De hecho, para actuar en ese país balcánico y desde fines de los años cuarenta, Washington designó en muchos casos a oficiales de los servicios de inteligencia, diplomáticos o políticos de origen griego, tal el vicepresidente Spyro Agnew, que será una de los escasas personalidades norteamericanas que visite públicamente la Grecia de los coroneles(28). Dentro de este apartado se puede señalar todavía una última categoría: la de los emigrantes que se podrían denominar "a tiempo parcial". Se trata de aquellos personajes que habiendo descollado en el extranjero, pueden entrar y salir del país, a pesar del régimen, al que incluso apoyan desde su poderosa posición. Un ejemplo muy conocido es el del tenista rumano Ilie Nastase, que termina siendo uno de los muy escasos ciudadanos millonarios de la República Socialista de Rumania, que además de poseer una lujosa villa en Bucarest, podía entrar y salir del país sin cortapisas. Era evidente que la explotación de su figura como deportista de éxito, le reportaba al régimen de Ceauescu irrenunciables beneficios políticos en el interior y exterior. Un caso similar y también rumano fue el de Constantin Dragan, quien en su juventud fue militante de la Guardia de Hierro(29), luego diplomático en Roma y terminó convertido en multimillonario hombre de negocios. Dragan, que residía en Italia y ocasionalmente en Mallorca y Madrid, hizo su fortuna con el petróleo y ayudó al régimen de Ceauescu a introducirse en los mercados africanos. Su amistad con el dictador rumano fue pública, hasta el punto de haber sido agasajado en la prensa del régimen.
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E) Exilio político que se convierte en emigración Aparentemente esta posibilidad ya fue mencionada más arriba, pero en realidad existe una diferencia de matiz que termina por hacer de esos casos algo con personalidad propia. Se trata de aquellas personas que inicialmente parten de su país por motivos políticos pero terminan convirtiéndose en emigrantes que cosechan importantes éxitos económicos hasta el punto de arrinconar o abandonar la opción ideológica inicial, incluso hasta dejar de lado toda referencia política. En parte, ese el caso de Constantin Dragan, antes mencionado, aunque éste personaje siempre conservó inquietudes políticas que incluso pretendían ser originales(30). Abundan en este grupo los que se podrían denominar "exiliados pasivos", o personas que han sido represaliadas por pertenecer a un colectivo. Por ejemplo, entre los que han sido víctimas de la limpieza étnica pero terminan aceptando su destino y permanecen en el país de acogida, integrándose hasta el punto de abandonar toda inquietud política. Se da este caso en algunos exiliados comunistas griegos en Europa del Este que tras la caída del Muro incluso se integran sin problemas en el nuevo sistema capitalista, fundan empresas en sus países de acogida y aprovechan para ello sus contactos en el país de origen. De todas formas, uno de los ejemplos más importantes, que inaugura esa tendencia en la edad contemporánea y por ende tiene muy importantes repercusiones en el país de acogida, es el fenómeno de los desplazados griegos de Asia Menor. Tras la derrota en la guerra que Grecia mantuvo con Turquía entre 1919 y 1922, y por el tratado de Lausanne firmado en enero de 1923, ambos países se intercambiaron sus respectivas minorías étnicas. Fue uno de los casos más flagrantes de lo que años más tarde se denominaría "limpieza étnica concertada" pues en total Grecia envió al país vecino 400.000 turcos, y Turquía remitió 1.300.000 griegos de Asia Menor. La avalancha de refugiados saturó a Grecia, que por entonces sólo contaba con una población de 4.500.000 habitantes. Los griegos de Asia Menor serían tratados con suficiencia por sus hermanos de la madre patria, lo que se refleja en los motes que aún les aplican a sus descendientes: turkóspori (esporas turcas, o sea, hijos de turco) o yaurtovaptismeni ("bautizados con yogur", en referencia a la tradición de la cocina de Asia Menor, que utiliza mucho el yogur). Debido a su peso electoral en Grecia también se hablará de la oglukratía (el poder de los - 16 -
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"oglu", desinencia de muchos apellidos de origen de Asia Menor, y de anterior origen turco). Algunos de estos apelativos siguen utilizándose hoy en día, y sin embargo, los griegos de Asia Menor "rehelenizaron" Grecia al renovarla culturalmente en muchos aspectos e introducir un nuevo cosmopolitismo. Aportaron nuevas técnicas industriales y agrícolas, renovaron la música y la cocina, contribuyeron al crecimiento de Atenas y de la cultura urbana griega, introdujeron una mano de obra barata pero de gran calidad y marcada conciencia de clase artesana y técnico profesional; incluso sanearon las costumbres higiénicas del común de los griegos. Desde ese primer gran intercambio de poblaciones, de origen político pero con resultados de cambio social hasta cierto punto despolitizado, llegamos casi hasta hoy, pasando por el exilio de miles de cuadros técnicos profesionales de Europa oriental a partir de 1945, que junto con la emigración de mano de obra barata del sur contribuyen al "milagro europeo" de la posguerra. El último capítulo de esas historias de desplazados a las que hoy denominados "limpieza étnica" pero que son tan características de la historia europea(31) son los miles de exiliados bosnios(32) y más tarde albaneses de Kosovo. Muchas de las víctimas de estos éxodos por motivos políticos han intentado, con mayor o menor éxito, forjarse un futuro como simples emigrantes. Concluidas las guerras se aplicó sobre muchos una política de repatriación forzosa silenciada por los políticos y la prensa occidentales, siendo en Alemania donde alcanzó mayor intensidad -con redadas nocturnas de la policía en algunos albergues- debido al crecido número de refugiados que acogió este país, muy superior al de cualquier otro de Europa.
F) Los falsos exilios Para terminar, no se puede dejar de mencionar una última categoría: el de los exilios fraudulentos. Que se sepa, no existen documentos o estadísticas sobre estos casos ni en el pasado ni en la actualidad, aunque sí queda memoria y datos aislados sobre casos recientes de las últimas guerras en los Balcanes. El autor de estas líneas supo, en el invierno de 1999, de la existencia de refugiados presuntamente albanokosovares que en realidad eran albaneses, pero que la infraestructura (y la buena voluntad) de las ONG de acogida no pudo o supo detectar. Algunos llegaban a Barcelona con una curiosa carta en un mal castellano en la que se pedía asilo político a las autoridades de la "República Española". En cierta - 17 -
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ocasión, un abogada le pidió consejo sobre la forma en que un joven rumano podía declararse refugiado político bien entrado ya el año 1997, cuando hacía meses que en su país de origen existía un gobierno de centroderecha que contaba con todo el apoyo de las potencias occidentales. La única forma de alegar alguna forma de persecución política era declarándose homosexual, puesto que por entonces estaba penada por las leyes rumanas, pero el supuesto "refugiado" no quiso saber nada de tal opción. Al margen de las pinceladas de cosecha propia que delatan un componente fraudulento en los exilios supuestamente políticos que siempre existió y existirá, algunos autores nos dan pistas que constituyen en sí mismas documentos de mayor volumen cuantitativo. Dos periodistas franceses, muy críticos con los aspectos más engañosos de la acción humanitaria y más especialmente con la gestión del entonces ministro francés de esa cartera, Bernard Kouchner, dejaron un relato sorprendente sobre los campos de concentración serbios en Bosnia durante la primavera, el verano y el otoño de 1992. El 1º de octubre de 1992 el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) organizó la evacuación hacia Croacia de 1.500 prisioneros del centro de Trnopolje. Para su sorpresa, en los días que siguieron, el campo se volvió a llenar de prisioneros, pero esta vez los serbios no tenían nada que ver. Los nuevos inquilinos eran musulmanes bosnios que entraban en las instalaciones por su propia voluntad. El motivo era el siguiente: se había extendido la noticia de que los prisioneros habían sido evacuados hacia Croacia para pasar después a ser acogidos en Alemania y otros países occidentales Ante la tardanza en orgnaizar un nuevo convoy, los prisioneros voluntarios la emprendieron con el personal y vehículos de la Cruz Roja, acusándoles de haberlos engañado(33).
A modo de conclusión Es evidente que la clasificación establecida en las páginas precedentes es artificiosa y resulta difícil de aplicar al conjunto de los diversos exilios generados por las crisis balcánicas que se han ido sucediendo desde 1821. También es problemático referirse una tipología de exilios específicamente balcánica. Pero en relación a lo dicho aquí, si se pueden extraer algunas conclusiones generales. Es bien conocido que las colonias de emigrantes -exiliados o no- en Occidente constituyeron potentes núcleos de renovación - 18 -
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cultural y política que en algunos casos llevaron incluso a organizar el proceso de independencia -Grecia- o ayudaron a la construcción del estado -Serbia. Por otra parte, las guerras, la pobreza y los frecuentes cambios de frontera hicieron de los países balcánicos focos destacados de emigraciones masivas, éxodos o exilios. A partir de 1923, la masiva llegada a la madre patria de los griegos de Asia Menor aún contribuyó a renovar de forma apreciable la cultura de un país de la zona. Pero con el tiempo eso fue menos frecuente. La Segunda Guerra Mundial trajo la destrucción de las comunidades judías y alemanas y una serie de movimientos internos de población; pero los focos de influencia cultural estaban cada vez más lejos: Viena, Budapest, Estambul o San Petersburgo ya no eran para los exilios balcánicos aquellas fuentes inspiradoras de un siglo atrás. La guerra Fría terminó por convertir a los Estados Unidos en el gran modelo y la nueva esperanza, reforzada por el rechazo que se sentía en casi todos los Balcanes -exceptuando Bulgariapor la influencia soviética. De otro lado, los exiliados que había huido de los nuevo regímenes comunistas no pudieron regresar o restablecer el contacto con sus países de origen en mucho tiempo y los que les siguieron más tarde fueron pocos, y aunque algunos terminaran convirtiéndose en nuevos popes culturales, no lograron renovar en profundidad los foros que habían nacido y crecido en los países comunistas. A eso contribuyó el afán de muchos por integrarse completamente en los países de acogida, hasta renunciar incluso a su nacionalidad de origen. Y, por supuesto, la dificultad por mantener mundos culturales más o menos compactos en países de acogida con una lengua y un tejido cultural completamente ajenos. Una vez más debe recordarse la ventaja inicial que tuvieron los exiliados republicanos españoles en Latinoamérica o incluso los exiliados africanos o asiáticos que fueron a parar a cualquiera de las antiguas metrópolis europeas, donde muchas veces lograron imponer la idea de que los antiguos colonizadores les debían algún tipo de compensación por haber soportado el antiguo yugo; o donde incluso jugaron a darle la vuelta, en su favor, al viejo discurso de la afinidad sentimental entre colonizador y colonizado. Los intelectuales balcánicos en Alemania, Suecia, Francia o Gran Bretaña no gozaron de esa ventaja. Y en Norteamérica, a pesar de la existencia de grupos nacionales compactos o hasta de lobbies, el american way of life y la distancia geográfica los convirtió pronto en ciudadanos del Nuevo Mundo, borrando total o parcialmente los vínculos con la lejana tierra de origen.
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Las recientes guerras y catástrofes balcánicas no han cambiado mucho las cosas, a pesar de las cifras de refugiados que se manejan. El desconcierto ha sido la tónica generalizada. Un chiste de 1995 cuenta que dos musulmanes bosnios, uno que intenta salir de Sarajevo y otro que proviene de Alemania e intenta entrar en la ciudad, se encuentran de repente e inesperadamente en la cima del monte Igman. La pregunta que se lanzan cara a cara es unánime: "¡¿A dónde vas, imbécil?!". La agudeza de humor bosníaco, célebre en la antigua Yugoslavia, tradujo muy bien esa sensación de que ni los que se habían quedado ni los que se habían exiliado estaban realmente en su lugar. La imagen de una Europa rica a la que no resultaba tan fácil acceder y que a la postre tampoco era el paraíso soñado, comenzó a imponerse en toda Europa oriental desde mediados de los años noventa, aunque siguió sin afectar a sectores poblacionales especialmente pobres o marginados(34) . Por su parte, los exilios políticos o intelectuales fueron perdiendo la escasa influencia que tenían en sus países de origen cuando se comprobó que, una vez completadas las respectivas transiciones, no se producía el retorno de algunas figuras y que otras personalidades, realmente amenazadas, habían permanecido en su patria. Con el tiempo comienza a comprobarse que algunos de los directores de cine, escritores o periodistas han sobrevivido y hasta prosperado elaborando productos a la medida de lo que sus congéneres occidentales querían ver y consumir: una determinada imagen de los Balcanes, un tanto de pandereta, organizaciones intelectuales o de ayuda, "think tanks" que ofrecían sesudos análisis sobre las crisis balcánicas, entre otras muchas posibilidades; y en ocasiones, simple venta de imagen y poco más. No todos los personajes de los sucesivos exilios balcánicos en los últimos diez años han ido por este camino, pero debe reconocerse que la presión de los medios de comunicación, los mil y un organismos multinacionales con todo tipo de fines, así como las diversas industrias multimillonarias surgidas en Occidente generaron un espectáculo mediático de tal calibre en torno a las crisis balcánicas, que no sólo facilitó el que muchos exiliados se subieran al carro alegremente, sino que incluso hizo muy difícil la resistencia de los más conscientes. Los que ofrecieron productos de mejor calidad han conservado una influencia que nunca perdieron, porque sus conciudadanos suelen estar orgullosos de que uno de los suyos "venda" en los países occidentales. Los mediocres o aprovechados desaparecieron con rapidez desde el final de las guerras de Bosnia o de Kosovo y hoy malviven en Occidente sin considerar la posibilidad de aceptar un regreso que se contempla como una insoportable pérdida en el nivel de vida, la incapacidad de - 20 -
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luchar en primera línea por la mejora de sus países respectivos o la simple humillación de verse arrinconados frente a los que se quedaron y se lo jugaron todo en situaciones difíciles.
notas 1. Los tortuosos vericuetos de la política griega habían llevado a Caramanlis al "autoexilio". Sin embargo, es a partir del golpe militar cuando se convierte en un actor decisivo del exilio griego. El 29 de julio de 1974 Caramanlís formará un gobierno nacional con representantes de todo el espectro político. Previamente la junta militar le había entregado el poder llamándole de su exilio parisino. Una repetición del regreso de De Gaulle durante la crisis de Argelia de 1958. 2. Agradezco al profesor Roberto Rodríguez Milán, colaborador académico de la Universidad de Patrás, las indicaciones y fuentes referidas a los exilios griegos. Igualmente se han incorporado en esta ponencia algunas de las ideas que incorpora en su tesis doctoral en curso sobre la historia de Nueva Democracia y la derecha griega. Para los exiliados búlgaros me han sido de gran valor las pistas e indicaciones de Svetla Berova en Sofía y Daniela Pavlova en Madrid. En Barcelona, Stela Brtescu me transmitió algunas ideas importantes sobre el exilio cultural rumano. 3. El régimen de los coroneles destronó al rey Constantino II. La monarquía será definitivamente abolida como consecuencia de un referéndum tras la reinstauración de la democracia. 4. Desde Madrid se apoyó activamente a los diversos monarcas exiliados en España para impulsar restauraciones que tomaran la transición española como modelo y le dieran a este país un ascendiente político directo en esos países. Los intentos se centraron en Rumania, Bulgaria y Georgia; no poseo noticias de que la monarquía yugoslava o la albanesa recibieran ese tipo de respaldo. 5. Juan Balansó, Los reales primos de Europa: quién es quién en el mundo de los tronos ocupados o vacíos, Ed. Planeta, Barcelona, 1992. 6. T. Boatswain y C. Nicholson, Un viaje por la historia de Grecia, Celeste Eds., Madrids, 1991; vid. pag. 251. 7. Todo ello queda bien retratado en la obra de Theo Angelopoulos, Retorno a Citerea (Taxidi sta Kithira), 1984. 8. De hecho, unos pocos se convirtieron al catolicismo, y hasta se dio el caso de una ordenación sacerdotal. 9. Existe un relato inacabado de las operaciones organizadas por los servicios de inteligencia norteamericanos con algunos exiliados de la Guardia de Hierro, todo ello conectado con la resistencia anticomunista en el interior de Rumania, pero por desgracia está inacabado: Filon Verca, Parautai în România vândut. Rezistena român, 1944-1948, Editura Carpaii - Traian Popescu, M adrid, 1987. La operación más importante, que terminó en un sonado fracaso, tuvo lugar en octubre de 1953: los agentes lanzados en paracaídas fueron capturados o muertos. 10. Un catálogo gráfico del exilio legionario en los diversos países de Occidente, entre ellos España, es la obra: Legiunea în imagini, Editura Micrii Legionare, Madrid, 1977. 11. Había sido consejero cultural en la Embajada rumana en Roma bajo el reinado de Carol II, y luego volvió a ostentar un cargo diplomático en tiempos de la dictadura militar de Antonescu. La renuncia de Vintila Horia al Premio Goncourt es relatada por Alexandru Cioranescu en una entrevista concedida al "Jurnalul literar",
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX marzo 2000. Agradezco el dato a Joaquín Garrigós. El autor de estas líneas entrevistó a Vintila Horia en Madrid, el 25 de mayo de 1983. 12. Ivan Stanchov, nacido en 1929, provenía de una estirpe de diplomáticos. En 1945 toda la familia emigró a los EEUU., aunque en 1971 se trasladó a Gran Bretaña. Tras el final del régimen comunista regreso en Bulgaria y entre 1991 y 1994 fue nombrado embajador de en Londres. Por un corto periodo (21.10.199426.01.1995) era ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno provisional de Reneta Indzova. Actualmente reside en Gran Bretaña. 13. Mircea Eliade (1907-1986) fue uno de los mayores expertos mundiales en filosofía de las religiones, sobre todo en el intento de esclarecer el simbolismo y los significados últimos de los mitos primordiales que proveen las bases para el fenómeno místico. A tal efecto inventó el concepto de hierofonías (en el sentido de manifestaciones del mundo sagrado) que se pueden aplicar a cualquier experiencia religiosa, tanto en las sociedades contemporáneas como en las tradicionales. En 1956 fue nombrado profesor de Historia de las Religiones en la Universidad de Chicago. 14. Eugen Ionescu (1909-1994) es bien conocido como dramaturgo, ensayista, crítico literario, poeta, periodista, pero sobre todo como uno de los padres del denominado "teatro del absurdo". Vid. una interesante biografía en Internet: http://www.users.skynet.be/olsen/biographie-en.html. 15. Emil Cioran (1911-1995) filósofo, ensayista, moralista, fue íntimo amigo de Samuel Beckett y está considerado uno de los mejores escritores en francés. Existe una muy completa página dedicada a su obra en Internet: http://www.aupelf-uref.org /olympiades/joliescoeurs/Frontpages/EmilCioran.htm. 16. Para un estudio sobre los contactos de Eliade con la Guardia de Hierro, vid.: Francisco Veiga, "L´experiència ultradretana de Mircea Eliade", en: "L´Avenç", nr. 94, Juny 1986, pags. 20-24. Para la militancia de Cioran en la Guardia de Hierro, vid. una página web actual del Movimiento Legionartio rumano, d o n d e s e m u e s t r a , a d e m á s , u n a f o t o g r a f í a d e l j o v e n filó s o fo c o n C o d r e a n u : http://pages.prodigy.net/nnita/cioran.html. Ni siquiera Eugen Ionescu se libra de un cierto pasado turbio: durante los años de la ocupación fue agregado cultural de la Embajada de Rumania (por entonces una dictadura aliada del Eje encabezada por el mariscal Antonescu) ante el gobierno colaboracionista de Vichy. 17. Entrevista del autor a Eugen Ionescu, Vilanova i la Geltrú, 28 de octubre, 1985. En el citado encuentro el dramaturgo omitió relatar que entre 1945 y 1949 tradujo las obras completas de Urmuz, el gran autor surrealista rumano de comienzos de siglo XX, uno de los grandes padres universales de la literatura del absurdo y la anti-prosa. Es también significativo señalar que Ionescu lanza su teatro del absurdo precisamente a partir de 1950. 18. Sobre las circunstancias del peculiar exilio de Tzvetan Todorov y la mentalidad del exiliado en general, vid. su obra: El hombre desplazado, T aurus, Madrid, 1998, en espceial las págs. 13-31. Su padre, Todor Tsvetanov Todorov, alias Todor Borov - era un celebre bibliógrafo y profesor de literatura; fundador del Instituto Bibliográfico búlgaro y director de la B iblioteca Nacional. Por su parte, Julija Krasteva (o Julia Kristeva, como suele transcribirse en castellano) es profesora de lingüística en la Universidad de París y en Columbia University. Vive en Francia desde 1969. Escribió diversos estudios sobre temas de la teoría de la literatura, culturológicos, semióticos y sicoanalíticos. Las obras de ambos están ampliamente traducidas al castellano. Resulta muy útil comparar las disgresiones de Todorov sobre la mentalidad del exiliado con la obra de Leon y Rebeca Grinberg, Psicoanálisis de la emigración y del exilio, Alianza Editorial, Madrid, 1984.
19. Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno búlgaro lo envió a su Embajada en Roma, pero poco después fue capturado e internado por los alemanes. Tras la contienda el nuevo régimen búlgaro lo destinó a la embajada de Londres. Pero no le validó su matrimonio con Ivalja Valkova, hermana de Viktor Valkov, líder agrarista y antiguo ministro de Asuntos Exteriores. Ésa fue una de las razones que le llevaron a exiliarse en Gran Bretaña y a trabajar en los programas búlgaros de Radio BBC Internacional como guionista y ensayista. Colaboró, pero también fue muy crítico con el disidente Gueorgui M arkov, que se haría celebre internacionalmnete al ser asesinado en 1978 por un agente armado con un paraguas cuya punta había sido envenenada (vid.: ttp://www.rferl.org/nca/features/1996/09. F.RU.960918155306.html para este incidente tan singular). En 1972 visitó Bulgaria como miembro de una delegación británica que participaba en un congreso mundial de Filosofía. Ese primer reencuentro con su país le sirvió para relacionarse con algunas
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Balkan (REES), 1 (2000) figuras del régimen de talante más aperturista, como la célebre Ljudmila Zhivkova, hija del estadista búlgaro Todor Zhivkov. Publicó en francés numerosos ensayos sobre teoría de las tendencias estéticas, bajo el seudónimo de Pierre Rouve. En 1992 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Sofía, pero murió en Londres a finales de 1998, con 83 años de edad. Uvaliaev fue un exiliado muy polémico y de hecho muchos extremos de su vida y motivaciones no están claros. En Bulgaria corrían rumores de que en realidad era un agente del régimen. 20. El verdadero nombre de Velko Vedrin es Dimitar Inkjov. En 1965 huyó de Bulgaria hacia la República Federal de Alemania, donde trabajó para la emisora Free Europe. Ademas de periodista es escritor de libros para niños. 21. Monica Lovinescu sigue teniendo protagonismo en el mundo cultural rumano; pueden leerse sus comentarios en la prestigiosa revista "România Literar", incluso en edición electrónica. Para un comentario interesante sobre sus años en Radio Free Europa, vid. la crítica al reciente libro de memorias del padre de Monica, Eugen Lovinescu (Trecut au anii...,) publicado recientemente por la Editorial Humanitas: "Autoportret din anii sraci", en: "România Literar", nr. 32, 16 de agosto de 2000; se puede leer en: http://romlit.sfos.ro/www/texte00 /rl32 /pop. htm. 22. En 1982 Tnase se convirtió en la pieza de una operación organizada por los servicios de inteligencia franceses para capturar a un agente rumano, Matei Pavel Haiducu. Éste había llegado a Francia con la misión de asesinar a Tnase y Paul Goma, pero confesó sus propósitos a la DST a cambio de refugio en Occidente para él y su familia. La "desaparición" temporal de Tnase conmocionó al exilio rumano y le granjeó fama de ser, en realidad, un agente secreto rumano. Tnase devino así un sospechoso de doble juego, como había ocurrido con Uvaliev y otros exiliados de los tiempos de la Guerra Fría. Vid.: Christian Duplan et Vincent Giret, La vie en Rouge, vol. 2: Les insoumis (1968-1989), Seuil, Paris, 1994, pag. 416-419. 23. Entre los firmantes figuraron nombres como Louis Aragon, Roger Garaudy, Jean-Paul Sarte o Emmanuel Le Roy Ladurie. Vid.: .: Christian Duplan et Vincent Giret, op. cit., pag. 207. En sus dos volúmenes, esta obra hace un seguimiento bastante detallado de la trayectoria política de Paul Goma y otros disidentes y resistentes rumanos, algunos de los cuales terminaron en el exilio. 24. Hay diversas web en Internet creadas por nacionalistas griegos dedicados a mantener vivas las reivindicaciones en el Epiro Norte. Vid., por ejemplo: "Youth for the Northern Epirus Struggle" en: http://virtuals.compulink.gr/nepirus/. O también: http://www.epirusnews . gr/. De todas formas, un buen punto de partida para obtener numerosas direcciones de grupos culturales, nacionalistas o de presión es: http://www.hellas.org/index.htm. 25. Tudjman estrechó lazos con la emigración nacionalista croata en varios viajes que hizo a lo largo de los años ochenta. En febrero de 1990, las personalidades de la emigración fueron invitadas al Congreso del HDZ en Zagreb. Para las elecciones de abril, la emigración donó cuatro millones de dólares. Vid. : Silber, Laura, and Little, Allam, pag. 90-91. Uno de los asesores más estrechos del presidente Tudjman fue Gojko Šušak, quien antes de 1990 había fundado una cadena de pizzerías en Ottawa y cuya fortuna personal contribuyó no poco a la victoria electoral del HDZ. 26. Vid. para un breve pero incisivo estudio sobre las familias en el poder bosniomusulmán: "Sacirbej, Sacirbej & Sacirbej, Ltd.", por Draena Perani en: "Balkan W ar Report", nr. 32, March 1995, pag. 12. 27. Vid.: Dejan Lui, Tajne Albanske mafije. Teror koji još uvek traje, GIP "Kultura", Beograd, 1990. 28. Michael Dukakis, gobernador de M assachusetts y candidato a la presidencia norteamericana en 1988, será otro conocido político norteamericano surgido de la emigración griega, John Katsimatides, magnate grecoamericano y amigo personal de los Clinton, financiador habitual del partido Demócrata. 29. Dragan escribió algunas obras de divulgación en italiano sobre el ideario legionario. Vid.: Il corporativismo romeno. Cenni sulla dottrina legionara. Estratto dalla Rivista "Conquiste d´Impero", nr. 3-4, 29 Nov. 1940, Stamperia Romana, Roma, 1940. 30. Incluso creó una Fundación Constantin Dragan, que tuvo su sede en Palma de Mallorca.
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX 31. Los iniciadores históricos de las limpiezas étnicas contra poblaciones musulmanas en los Balcanes no fueron los serbios, sino el Imperio Habsburgo, cuando en el siglo XVII reconquista Hungría, Eslavonia y Dalmacia. Vid.: Xavier Bougarel, Bosnie. Anatomie d´un conflit, Eds. La Découverte, Paris, 196; vid. pag. 14. 32. En el otoño de 1995, el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados evaluaba en dos millones la cifra total de bosnios desplazados por el conflicto, de los cuales, 1.300.000 no habrían salido del territorio patrio, mientras que 700.000 habrían terminado en el extranjero. Vid.: X. Bougarel, op. cit., pag. 12 33. Michel Floquet et Bertrand Coq, Les tribulations de Bernard K. En Yougoslavie, Albin M ichel, Paris, 1993; vid. pags. 192-193 34. La gran excepción parece haber sido Albania. Según recientes investigaciones de Geneva Anderson, hasta el 41% de los graduados universitarios dejaron el país a lo largo de la última década. Estos resultados fueron presentados en un seminario sobre las consecuencias de la emigración de las élites intelectuales albanesas organizado por el Center for the Study of Refugees. La información citada aquí proviene de un mail enviado el 26 de diciembre de 2000 por Geneva Anderson a la Balkan Akademic List, una lista de distribución dirigida por Florian Bieber y cuya dirección electrónica es: http://www.seep.ceu. hu /balkans/ Lo cierto es que con el discurrir de los años, la presencia en occidente de novelistas como Ismail Kadaré o Bashkim Shehu no obedece ya a motivos políticos.
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La situación de los estudios de ciencias sociales sobre Europa Oriental: el panorama español 1
Prof.Dr. Francisco Veiga Departamento de Historia Contemporánea, Universidad Autónoma de Barcelona Título original: "The situation of research in the social sciences on Eastern Europe: A Spanish overview". Presentado en el VI ICCEES Congress "Social Science in Eastern Europe" Tampere (Finlandia), julio 2000.
En España, el paisaje de los estudios sobre ciencias sociales relacionados con Europa del Este viene a ser como un desierto con algunos oasis aislados. En parte, las razones para esta situación son comprensibles. España no ha mantenido contactos fluidos con Europa del Este en su pasado histórico cercano: no existieron relaciones comerciales fluidas, ni influencia política, ni relaciones culturales, ni implicaciones estratégicas. Tampoco hay en España colonias significativas de población inmigrante procedente del Este de Europa, o al menos no existe todavía un arraigo histórico. La última década trajo consigo un nuevo interés en esos países, debido a la caída del Iron Curtain, las guerras en Yugoslavia y la participación del Ejército Español y las NGO´s, que se vieron envueltas en algunas de las crisis. Pero, desgraciadamente, el impacto de esos acontecimientos fue demasiado turbador para una sociedad desinteresada durante largo tiempo en la mitad oriental del continente europeo. Además, durante el cambio de los ochenta a los noventa, en nuestro país estaba muy activo el debate sobre el "modelo español de transición" desde la dictadura de Franco a la democracia. Así, la extendida discusión en diversos países occidentales sobre el significado político e histórico del colapso del sistema soviético, o la importancia del fenómeno nacionalista en las guerras de Yugoslavia se mezcló en España con el debate sobre el papel de los partidos de izquierdas y el nacionalismo en las autonomías. El resultado de esta intensa politización fue la proliferación de autoproclamados expertos en Europa del Este o asuntos rusos, y una frecuente confusión entre el debate académico y la apasionada opinión política. Diez años de transición política en Rusia, no siempre fácil de interpretar, la tranquila y progresiva integración de Europa central en las estructuras comunitarias, y las confusas guerras en la ex Yugoslavia, han templado muchas pasiones y han traído un nuevo desinterés. La campaña de la OTAN contra Yugoslavia y el nuevo protectorado en - 25 -
VEIGA, F. Situación de los estudios de ciencias sociales sobre Europa Oriental: el panorama español
Kosovo no han contribuido a reactivar el perdido interés. En consecuencia, buena parte de los inexpertos entusiastas de la primera mitad de los noventa se dedican ahora a otras campos de análisis, más de moda actualmente. Su deserción ha desmoronado instituciones ambiciosas pero un tanto vacías, como el Instituto de Europa Oriental, dependiente de la Universidad Complutense de Madrid y fundado en 1989 por el rector Gustavo Villapalos. El IEO se desmoronó en 1996 y con él desapareció la revista "Cuadernos del Este", que se alimentaba de traducciones más que de la producción intelectual de los académicos españoles2. En la actualidad no existe ningún centro académico español específicamente dedicado al estudio de la Europa oriental. Sólo un puñado de profesores universitarios continúan dedicados plenamente al estudio de ese ámbito y forman a nuevas generaciones de especialistas. Son los restos de la "primera generación" de estudiosos surgida a fines de los años ochenta. En nuestros días un pequeño grupo de licenciados y doctores constituyen ya la "segunda generación", que comenzó a hacerse visible en la segunda mitad de los noventa. Por zonas, existen tres núcleos principales: Madrid, Barcelona y Valencia, con alguna actividad en Oviedo y Santiago de Compostela. En Madrid, la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) es el principal "pool" de estudios sobre Europa Oriental a través del Departamento de Ciencias Politicas. El curso de doctorado dedicado a las transiciones políticas en Europa del Este y la antigua Unión Soviética3 contiene hasta ocho asignaturas especializadas en Europa oriental. Los coordina la profesora Carmen González, que comenzó especializándose en la transición húngara a comienzos de los años noventa4 y ahora está centrando su atención en los problemas de minorías nacionales en Europa del Este. En la actualidad dirige dos proyectos de investigación sobre minorías étnicas en Europa del Este. El primero, financiado por la CICYT, sobre las minorías húngaras en los países vecinos a Hungría y el segundo sobre mecanismos para la resolución de los conflictos de minorías en Europa del Este y la antigua URSS, financiado por el Instituto Gutiérrez Mellado. Esta institución, dependiente asimismo de la UNED no se dedica específicamente a Europa del Este, pero está financiando investigaciones en este terreno5. Otros profesores de Ciencia Política de la UNED que imparten sus cursos de doctorado o segundo ciclo son: Jesús de Andrés, centrado en la transición rusa, e Ignacio Torreblanca, que sigue la ampliación de la Unión
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Europea a Europa del Este. Jaime Pastor, que dirige varias de las tesis del centro no tiene una especialización concreta sobre Europa Oriental, y proviene de la generación de personalidades políticas interesadas en el tema6. La Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha perdido mucho protagonismo en el campo que nos ocupa desde la desaparición del Instituto de Europa Oriental, pero su Departamento de Economía Aplicada continúa teniendo un gran peso en el análisis de los procesos de transformación de las economías postsocialistas de Europa Central y Oriental. Los profesores Fernando Luengo7 y Enrique Palazuelos8, dos de los grandes nombres de la "primera generación" de especialistas españoles y fundadores del Instituto de Europa Oriental, imparten, respectivamente, las asignaturas: "La
inserción exterior de las
economías de Europa Central y Oriental" y "El sector energético en la economía de la Federación rusa"9. Además, al margen de este polo de actividad investigadora, la Complutense cuenta con algunos profesores e investigadores no adscritos a centros concretos, como Juan Carlos Monedero, del
Departamento de Ciecias Políticas,
especializado en la antigua RDA, o Mercedes Herrero, de Ciencias de la Comunicación, que investiga sobre actualidad política en Polonia. En la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Departamento de Ciencia Política, trabaja el profesor Carlos Taibo, uno de los más relevantes académicos de la "primera generación", autor de una tesis doctoral sobre el Ejército Rojo10 y director del Programa de estudios rusos, fundado hace diez años y hoy prácticamente inactivo por falta de financiación. Aunque inicialmente experto en sistema político sovietico, el profesor Taibo ha trabajado asimismo en el campo de las transiciones en Europa Oriental11 y repúblicas ex soviéticas. Ha editado asimismo una ingente obra de divulgación sobre los recientes conflictos balcánicos, aunque más bajo una óptica política que puramente académica. En el núcleo valenciano el Departamento de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho ha venido impulsando contactos
interdisciplinares entre los diversos
especialistas de España en Europa Oriental. El Primer Encuentro Español de Estudios sobre la
Europa Oriental celebrado en noviembre de 1998 abrió una importante
perspectiva, pues por primera vez desde la desaparición del Instituto de Europa Oriental politólogos, juristas, historiadores y economistas de todas las generaciones trabajaron en un ambiente francamente interdisciplinar. El impulsor de esta experiencia fue el doctor - 27 -
VEIGA, F. Situación de los estudios de ciencias sociales sobre Europa Oriental: el panorama español
Carlos Flores, profesor de Derecho Constitucional con amplia experiencia en el estudio de las estructuras jurídicas de la Europa oriental. Sus casi 50 se han centrado en especialmente en el estudio comparativo de los procesos electorales la formación de sistemas de partidos y los procesos de la arquitectura institucional en las nuevas democracias de Europa del Este12. También en la Universidad de Valencia existe la Unidad de Investigación Formacions Socials en Transició13 (UIFST) adscrita al Departamento de Economía Aplicada. Liderada por el profesor Antonio Sánchez Andrés y contando con un plantel de profesores valencianos y rusos muy cualificados14, la U.I. Formacions Socials en Transició analiza los procesos de transformación que se iniciaron a finales de los años 80 en las antiguas economías con planificación centralizada, aunque su principal centro de atención es la Unión Soviética y la actual Federación rusa15. La UIFST trabaja en estrecha colaboración con el denominado Grup d´Anàlisi de la Transició Econòmica (GATE) radicado en Barcelona. Aunque no se dedica explícitamente a estudiar las transiciones en Europa oriental, cuenta con algunos veteranos investigadores de la primera generación, como Benjamín Bastida, él mismo director del GATE y Teresa Virgili; ambos se especializaron en las transiciones económicas de los países de la Europa Central y Oriental. Además, Xavier Martí trabaja sobre la transición económica en Polonia, mientras Carles Batlle lo hizo sobre Checoslovaquia. También en Barcelona destaca el CIDOB16 (Centro de Información y Documentación de Barcelona), que es una institución de investigación, formación y documentación dedicada a las relaciones internacionales y los procesos de desarrollo. Se constituyó en 1973 como una asociación sin derecho a lucro y en 1979 se convirtió en una fundación privada en cuya plantilla se encontraban tanto
investigadores y profesores como
instituciones. Las áreas geográficas que abarca son: Latinoamérica, la cuenca mediterránea,, el mundo árabe, África subsahariana, Asia Central, el Este de Europa y la antigua URSS. La responsable de investigación es Carmen Claudín, ella misma una experta en la antigua URSS, que estudió en Moscú y es asimismo la directora de estudios en Europa Central y Oriental y la antigua URSS. El CIDOB tiene sus propias bases de datos, servicio hot line y biblioteca. Dentro de los seminarios y conferencias que se imparten cada año en
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el CIDOB, al menos uno está dedicado a cuestiones de actualidad en Europa Oriental o Rusia. También en Barcelona trabaja Francisco Veiga17, el autor de esta comunicación. Uno de los muy escasos historiadores españoles expertos en Europa Oriental, imparte dos asignaturas especializadas
en el Departamento de Historia Contemporánea de la
Universidad Autónoma de Barcelona: "Historia de Europa Oriental, 1919-1945" y un curso de doctorado: "De Yalta a Dayton y Rambouillet, 1944-1999: Pautas para el estudio de Europa oriental en la segunda mitad del siglo XX". En 1987 leyó su tesis doctoral sobre el fascismo en Rumanía18 y posteriormente escribió dos libros sobre las crisis políticas y sociales en los Balcanes entre 1989 y 199919; dos de esas obras han sido publicadas y traducidas en rumano y búlgaro20. Es miembro del Consejo de la Fundación CIDOB y colabora como experto en política balcánica en varios medios de prensa españoles, como "El País" la BBC (programa en español). Actualmente, el profesor Veiga dirige varias tesis sobre cuestiones relacionadas con la historia o la política de Europa Oriental y los Balcanes21. Junto con los tres núcleos principales también hay que tener en cuenta otros dos, menores: Galicia y Asturias. En la Universidad de Santiago de Compostela, el profesor Xosé M. Núñez Seixas lleva ya tiempo estudiando la cuestión de las nacionalidades centro-europeas y por tanto, el desarrollo nacional checo. Su tesis, presentada en 1992 en el European University Institute de Florencia se titula: El problema de las nacionalidades en la Europa de entreguerras. El Congreso de Nacionalidades Europeas (1925-1938). Desde entonces, el profesor Núñez Seixas ha elaborado diversos trabajos de investigación de gran calidad sobre los nacionalismos y las doctrinas nacionalistas derivados del resultado de la Gran Guerra22. Otro historiador pero profesor de Ciencia Política en la misma universidad es Raimundo Viejo, un brillante académico de la segunda generación que actualmente trabaja en una tesis doctoral sobre la reunificación alemana. El Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de
Oviedo
(Asturias) se ha convertido en un núcleo organizador de conferencias y cursos sobre Europa Oriental, gracias al cual cada verano los investigadores españoles pueden reunirse de vez en cuando y encontrarse con otros colegas procedentes de esa zona. Bajo la dirección del profesor José Girón, la Universidad de Oviedo ha organizado desde 1990 al - 29 -
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menos seis cursos sobre transición política, evolución económica, conflictos étnicos y guerras en Yugoslavia, con la participación de profesores y expertos españoles y de Europa Oriental. Parte de esas contribuciones han sido recogidas y editadas por la misma universidad23. Aunque la enumeración de las instituciones y los investigadores
españoles
especializados en Europa del Este haya servido para llenar las seis páginas de esta comunicación, la situación no es satisfactoria. España es un país de 39 millones de habitantes, miembro de la Unión Europea, con más de cuatro grandes ciudades y un total de 74 universidades. A pesar de eso, no existe ni una sola institución dedicada plenamente a los estudios de ciencias sociales sobre Europa Oriental. De hecho, prevalecen los investigadores aislados que, por desgracia, persisten en seguir aislados unos de los otros. Muchos de ellos sólo confían en la financiación pública, y las instituciones y compañías privadas que trabajan en Europa del Este no los tienen en cuenta. En definitiva, como no hay dinero, no hay proyectos de envergadura. No hay indicios de que la situación mejore y de hecho habrá que esperar bastante antes de volver a disponer de un Instituto de Estudios en Europa Oriental. Y quizás aún más para ver a los profesores e investigadores de las diferentes ramas de la ciencias sociales trabajando conjuntamente.
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notas 1. Estoy en deuda con Ruth Ferrero y Roberto Rodríguez por su valiosa ayuda para la elaboración de esta comunicación. 2. El IEO dependía especialmente del Departamento de Economía Aplicada de la UCM y su actividad se centraba en esta disciplina académica. 3. http://www.uned.es/guias/g3cd/d151.htm 4. Crisis y cambio en Europa del Este: La transición a la democracia Investigaciones Sociológicas-Siglo XXI, 1993. Madrid. 402 páginas.
en Hungría. Ed. Centro de
5.
[email protected] 6. Algunas de las tesis doctorales en curso de la UNED son las de: Ruth Ferrero sobre minorías nacionales en U crania, Eslovaquia y Rumanía y Pedro Chaves, sobre ampliación de la Unión Europea a Europa Oriental. 7. http://www.ucm.es/info/eid/html/luengo.html 8. http://www.ucm.es/info/eid/html/palazuelos.html 9. El profesor Pedro Gómez Serrano, único experto en Economía balcánica (ex Yugoslavia y Albania) hace cinco años que abandonó esa línea de investigación. 10. Publicado con el título: Las fuerzas armadas en la crisis del sistema soviético (1993) 11. Las transiciones en la Europa central y oriental ¿Copias de papel carbón?, Los Libros de la Catarata, Madrid, 1998 12. Ha sido becario Fulbright (1993-94) y profesor visitante (1994-95) en la Universidad de California-San Diego, así como investigador invitado en las universidades de Veszprém and Budapest (1992), Virginia y Trieste (1996) y en el RFE/RL Research Institute de Munich (1993). Ha publicado: Las nuevas instituciones políticas de la Europa Oriental (Madrid/Valencia, 1997) así como: Derechos y libertades en las nuevas democracias de la Europa del Este (Pamplona, 1998-9) 13. http:// www.uv.es/uifst 14. Destacan el profesor José Mª March, autor con el profesor Antonio Sánchez Andrés de varios libros sobre transición socio-económica en Rusia, algunos traducido a ese idioma. También: las profesoras Isabel Plà y Vicenta Fuster. Gracias a la estrecha relación que el centro mantiene con la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, han trabajado en la UIFST los profesores rusos Nikolay A. Shkolyar y Gyennadiy I. Martyuschyev 15. Como excepción destaca el profesor Raúl de Arriba, que ha investigado y publicado sobre la transición económica en Bulgaria. 16. http://www.cidob.org/ 17. http://blues.uab.es/historiamc/cvfveiga.htm 18. Francisco Veiga, La mística del ultranacionalismo. Historia de la Guardia de Hierro. Rumania, 1919-1941. Eds. de la universidad Autónoma de Barcelona, Bellaterra, 1989. 19. Francesc Veiga, Els Balcans. La desfeta d´un somni, 1945-1991, Universitat de Girona and Vic, Eumo, 1993 and 1994; Francisco Veiga, La trampa balcánica. Una crisis europeoa de fin de siglo, Grijalbo, Barcelona, 1994 20. Francisco Veiga, Istoria Garzii de Fier, 1919-1941. Mistica ultranationalismului, Ed. Humanitas, Bucuresti, 1993 and 1994; . , , Aac´c K, OO, Sofía,1999 21. El profesor Roberto Rodríguez Milán, que reside e investiga en Atenas, trabaja en una tesis sobre el Partido Nueva Democracia y en la derecha griega contemporánea. Hay que destacar también las investigaciones de Teodora T oleva sobre las relaciones diplomáticas entre Bulgaria y el Imperio Austro-Húngaro a comienzos del siglo XX. 22. Está a punto de publicar el libro: Entre Ginebra y Berlín. La cuestión de las minorías nacionales y la política internacional en Europa, 1914-1939 (Madrid: Akal).
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VEIGA, F. Situación de los estudios de ciencias sociales sobre Europa Oriental: el panorama español 23. José Girón (ed.): La transicion democratica en el centro y este de Europa, 2 tomos, Ed. Universidad de Oviedo, Oviedo, 1997. José Girón y Slobodan Pajovic (eds.): Los nuevos Estados de la antigua Yugoslavia, Ed. Universidad de Oviedo, Oviedo, 1999.
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El fenómeno del transfuguismo (cambios de chaqueta)
El punto de partida del debate lo constituyó la aparición de una Historia Moderna de Croacia, obra del historiador croata Dusan Bilandzic, en tiempos miembro destacado de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia y autor de dos obras capitales sobre la Yugoslavia socialista. Los argumentos utilizados pueden agruparse, en general, en dos líneas: gran parte de las adhesiones al antiguo régimen se debían tan sólo al oportunismo; la actuación de las personas "ideológicamente flexibles" es muy importante para conseguir que la transición se realice manteniendo un cierto grado de continuidad con el pasado, lo que resulta importante para la estabilidad.
25 Feb 2000 10:50:24 +0100 Sasa Cvijetic Dusan Bilandzic is well-known in Croatia as a person who changes his coat very easily from ideologist of the Communist Party of Yugoslavia to Tudjman's Vice-President in 1990-1991. He is now speaking as if he never wrote all those books in 1980s. He even distanced himself from the SDP, because they were not "national" enough for him in 1990s. However, after recent changes (and SDP in power), we might see the new book... Fortunately, I must admit that this phenomenon (of people chaning their coat and becoming ardent nationalists) was not so widespread among intellectuals in Croatia as in some other former Yugoslav republics (notably in Serbia). However, Bilandzic is one example of those and his books, both then and now, should be taken with reserve.
25 Feb 2000 18:57:43 +0100 José-Miguel Palacios Hay, por supuesto, muchos ejemplos interesantes. Kosta Cavoski (Facultad de Derecho de Belgrado) es, en general, visto como un intelectual muy sensible a los temas nacionales. Pues bien, en una recopilación de artículos suyos de los años 80 (Maquiavelismo revolucionario) se pueden encontrar obras suyas negando que Alija Izetbegovic fuera fundamentalista islámico, o defendiendo a Paraga (Sasa nos lo puede decir mejor, pero creo que sigue siendo un nacionalista bastante radical en Croacia). - 33 -
El fenómeno del transfuguismo (cambios de chaqueta)
Hablando de Alija, hay una entrevista suya en Delo (Ljubljana) en 1989 (concedida a Nadezda Gace) en la que defiende la idea de que no eran soberanas las repúblicas, sino las naciones yugoslavas. En aquel momento se quejaba de que no había musulmanes en la Presidencia yugoslava (el puesto de BiH estaba ocupado por Bogic Bogicevic, serbio). Tres años después cambió de idea, y defendió la autodeterminación de las repúblicas, no de las naciones.
25 Feb 2000 23:16:00 +0100 Dalibor Soldatic Interesantes los comentarios de J.M. Palacios y S. Cvijetic. Creo que Bilandzic se los merece por haber sido lo que ha sido, pero eso no le quita el mérito de ser un historiador que conoce la materia. Recuerdo que en su tiempo publicó una serie de artículos en la revista Start de Zagreb en los que trató la historia posbélica yugoslava de un modo bastante ortodoxo para aquella época. Luego, claro, sucedió lo que sucedió y de miembro del CC de la LC llegó a ser representante de Tudjman. De todos modos, sus visiones de la historia posbélica no dejan de ser interesantes, sobre todo porque fue participante en muchos eventos, ocupó puestos bastantes altos como para estar bien informado y tuvo acceso a archivos buenos. En cuanto a las opiniones políticas eso es otra cosa. Después de todo, los cambios de camisa política sobre el territorio de la anterior Yugoslavia son normales. Hay que tener en cuenta que el sistema político era unipartidista. Muchos consideraron que la única manera de recibir promociones era militar en las filas del PC. Cuando desapareció el PC se sintieron libres de manifestar ideas políticas que querían. Casos de cambios de camisa son numerosos. La única excepción vienen a ser los que fueron verdaderos disidentes. Kosta Cavoski se cuenta entre ellos. Vean solamente a los líderes de la oposición democrática en Yugoslavia. Vuk Draskovic fue jefe de gabinete de Mika Spiljak en la época en la que éste era presidente de la confederación de Sindicatos. Ahora es uno de los que más hablan de la "pandilla roja". Momcilo Perisic, del Movimiento para la Serbia Democrática, fue hasta prácticamente ayer Jefe del Estado Mayor General del Ejército. Vuk Obradovic, de Socialdemocracia, fue general del Ejército y portavoz del Ejército a fines de los ochenta. Nebojsa Covic, de - 34 -
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Acción Democrática, fue militante del Partido Socialista y alcalde de Belgrado. No hay que olvidar que Vojislav Seselj fue comunista y su primer conflicto político en Bosnia fue cuando perdió la elección para secretario de la LC en la ciudad de Sarajevo. De Nikola Milosevic, que como político no hizo gran cosa militando en el Partido Liberal, pero que sí es un intelectual de prestigio, dicen las malas lenguas que en 1968 fue quien pidió que la Universidad de Belgrado cambiara de nombre y se llamara Universidad Roja Carlos Marx. Simplificando las cosas yo inclino a decir que todos fueron a la misma escuela política y luego se fueron reciclando. Así es la vida y hay que acostumbrarse a ello. Aunque nos cueste esfuerzo creer que todos son sinceros hay que aceptarlo como es (Yo digo que mintieron en el pasado o mienten ahora). Lo que sí viene a ser más peligroso son los cambios que se producen con la alternancia de los grupos políticos en el poder. Estamos viendo el fenómeno en Croacia y no cabe duda que sucederá lo mismo en Serbia si la oposición gana las elecciones. El error más grave es que ciertas estructuras no se profesionalizaron y dependen de las fuerzas políticas gobernantes. Ése es el caso de la policía, del ejército, del servicio exterior y de tantos servicios más. Los que ocupan cargos en esos servicios saben muy bien que con el cambio de gobierno se van todos. Eso convierte el juego político casi en un duelo a vida o muerte. Demasiada gente ve amenazada su existencia profesional y entonces se aferra por todos los medios a lo que considera seguro. Si en Belgrado con la victoria de la coalición de la oposición llegó a cambiar hasta el director del centro Deportivo Tasmajdan se imaginarán cómo van las cosas en sectores más vitales. Y cuando cambia el poder todos buscan la salvación. Y si es necesario, cambian de camisa. Lamentable, pero realista. Deprime verlo, pero para muchos la alternativa es aún más deprimente.
27 Feb 2000 17:54:27 +0100 José-Miguel Palacios Después de todo, los cambios de camisa política sobre el territorio de la Yugoslavia anterior son normales. Hay que tener en cuenta que el sistema político
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El fenómeno del transfuguismo (cambios de chaqueta)
en vigor era de un solo partido. Muchos consideraron que la única manera de recibir promociones era la de militar en las filas del PC. Quizá esto nos lleva al gran tema de quiénes pueden ser los dirigentes en un proceso de democratización. Parece que en muchos casos es imprescindible contar con este tipo de individuos de cualidades algo "camaleónicas". Y ello por varios motivos: a) ningún régimen prevé su propia desaparición, sino, por el contrario, intenta garantizar su supervivencia. En este contexto, no es extraño que alguien haya dicho que la clave de las transiciones es el "fraude legal", es decir, la "violencia" sobre las reglas del juego anteriores para que permitan un movimiento que, en principio, estaba excluido. Por supuestos, que no todo el mundo sirve para hacer un "fraude legal". Los muy convencidos, o muy fieles, o muy leales, es difícil que acepten representar ese papel. Ni un Ligachev o un Ahromejev en la URSS, o un Stipe Suvar en la antigua Yugoslavia, valían para ello. b) hay un segundo motivo específico de las sociedades postcomunistas. Para dirigir un estado es necesaria una capacitación técnica. En algunos regímenes autoritarios lo que se exigía a los ciudadanos era, básicamente, que se mantuvieran fuera de la política, por lo que en caso de transición siempre era posible encontrar un buen número de técnicos capaces no comprometidos con el régimen anterior. En los regímenes de Europa del Este sí se buscaba un compromiso político expreso (aunque fuera formal), así que no hay elección: o te pones en manos de excomunistas, o lo haces en manos de inexpertos (quizá, incluso, de incompetentes). Es un problema similar al que hubo de hacer frente la URSS durante los años veinte. Al cabo de una década, el problema empieza a desaparecer, ya que el nuevo régimen puede formar sus propios cuadros con jóvenes no contaminados ideológicamente por el régimen anterior.
27 Feb 2000 18:49:05 +0100 Francisco Veiga Se me ocurren las siguientes reflexiones: - ¿Se puede decir que los continuismos en las transiciones balcánicas han sido más beneficiosos que las rupturas prematuras? Siempre recuerdo el caso de Bosnia, donde en
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1990 ganan las elecciones políticos que no pueden ser considerados continuístas. No lo era Izetbegovic (quizá si lo es más Fikret Abdic, que es quien realmente acapara al mayoría de votos por el SDA), ni lo era buena parte de su staff procedente de la emigración bosniaca, no lo era Karadzic y recordemos que durante la guerra tiene tentaciones monárquicas; sinceramente, no sé si Franjo Boras o Stjepan Kljujic eran ex comunistas. En cualquier caso, las elecciones bosnias de 1990 son las únicas para esa fecha tan temprana en las que no gana una opción continuista (partidos socialistas herederos de partidos comunistas). Y el resultado es una expoliación de poderes tan traumática y mal llevada que conduce a la guerra (con esto ya os indico que según mi modo de ver las cosas, la clave étnica es relativa a la hora de entender varios de los conflictos en la ex Yugoslavia). En Macedonia, donde el peligro potencial era parecido al de Bosnia se libran, quizá, gracias a una transición protagonizada por Gligorov y los socialistas. En Rumanía, el nuevo régimen surgido de las elecciones de 1996 (coalición de centroderecha) ha sido catastrófico; no es que el régimen de Iliescu fuera una maravilla, pero la ruptura no ha sido tan dura como ahora. Se quiera o no, "los que estaban" se conocen los mecanismos del poder y aunque no actúan por filantropía, al menos se gana un tiempo precioso para organizar el traspaso de poderes a todos los niveles. O, como dice Soldatic, para profesionalizar las estructuras de poder. Quizás (eso es algo que Sasa Cvijetic y Dalibor Soldatic deberían decir) el mérito del HDZ fue permitir y fraguar una mezcla política dispar que agrupaba un poco de todo, incluyendo a los croatas de la emigración. No pretendo defender al HDZ, sólo hablo desde un punto de vista puramente politológico, no sobre los efectos sociales o políticos de ese régimen sobre Croacia. - Creo que el transfuguismo no siempre puede ser presentado como un viraje de 180 grados. O, dicho de otra manera, el viraje puede ser de 360 grados y volver más o menos adonde estabas. Por eso comenté el caso de "România Mare" en Rumania. Vadim Tudor y otros casos similares son ejemplos más o menos depurados de socialismo-nacional duro, que no es sino continuismo postcomunista al que se le ha añadido un componente socialista que ya estaba presente en el régimen no sólo durante la segunda mitad de los ochenta, sino antes. De hecho, los nacionalistas ultras actuales en los Balcanes no pueden serlo en estado puro durante mucho tiempo. Es decir, no pueden jugar todo el tiempo la carta nacionalista
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al cien por cien, sin intentar añadir en algún momento algún componente social en el discurso. Bueno, pueden prescindir de hacerlo, pero entonces su futuro político no va mucho más allá de la última crisis bélica.
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Polémica Taibo-Mendiluce El artículo que publicó Carlos Taibo en El País con ocasión de la caída de Slobodan Milosevic (6 de octubre de 2000) provocó una contundente respuesta del eurodiputado José María Mendiluce en las páginas del mismo periódico. La polémica entre ambos estuvo durante algunas semanas en el centro de los debates politológicos españoles y tuvo también su reflejo en la lista Balkan.
Yugoslavia: Dudas y certezas José María Mendiluce
Cuando en abril de 1992 (regresando de entrevistarme con Milosevic en Belgrado y cargado de la frustración y la rabia que siempre provocaron en mí los encuentros que mantuve con el criminal), me dirigía de regreso a Sarajevo, los serbios radicales ya habían iniciado su política de tierra quemada en la zona fronteriza de Bosnia con Serbia, a lo largo del río Drina. Fui detenido por el ejército federal en el lado serbio del puente de Zvornik. Pero dado mi cargo y la bandera azul desplegada en mi vehículo, logré convencer a los militares de que me dejaran paso. Me siguieron algunos periodistas y sus testimonios gráficos dieron la vuelta al mundo. Fue un poco suicida, pues los alrededores de Zvornik estaban siendo bombardeados por intenso fuego artillero y por algunos aviones. La ciudad de mayoría musulmana, prácticamente tomada por los paramilitares serbios, conocía un tiroteo constante en los suburbios y una intensa actividad en el centro: docenas de barbudos cargaban cadáveres de hombres, ancianos, mujeres y niños en camiones, mientras otros desvalijaban casa por casa, cargando otros camiones con lo que fueron propiedades de los muertos y de los huidos. Los charcos de sangre a medio coagular hicieron patinar mi vehículo. Allí fui detenido y entregado a un comandante manchado de sangre ajena que no apreció tenerme de testigo. Fueron necesarias más de tres horas para convencerle de que era amigo, que venía de ver a Milosevic y me dirigía a una reunión con Karadzic. Y también algunas llamadas en las que, según mi chofer/intérprete, se discutió seriamente qué hacer conmigo, con una preocupante limitación de opciones: liquidarme o dejarme ir. Cuando finalmente se me permitió, a mi propio riesgo, atravesar las barricadas instaladas en la carretera que conduce a Tuzla y había recorrido algunos kilómetros, me encontré con una columna de varios centenares de civiles bosnios destrozados (escasamente protegidos por algunos hombres mal armados) que me rodearon llorando, gritando, expresión pura del horror vivido. Logré comunicar por radio con Sarajevo, los declaré bajo mi protección y esperé con ellos la llegada de camiones y autobuses, mientras se acercaba el fuego serbio. Logramos llegar a Tuzla. Ese día fue clave para mí el resto de la mal llamada guerra: comprobé la implicación directa del Ejército Federal en las masacres (la artillería y aviación serbias bombardea- 39 -
Polémica Taibo-Mendiluce
ban Zvornik desde territorio serbio). Comprobé que la línea de mando estaba en Belgrado, pues era allí donde consultaba el comandante sobre mi vida o mi muerte. Constaté que las informaciones que nos llegaban sobre la brutalidad criminal de los radicales serbios no era exagerada, sino que reflejaba muy pálidamente lo que esa misma tarde califiqué, en masiva rueda de prensa en Sarajevo, como limpieza étnica, teniendo el triste honor de haber sido el primero en usar esa calificación de los crímenes. Y también comprobé que nuestra misión humanitaria era necesaria, pero también una trampa para lavar las conciencias de Occidente, pues poco se podía hacer por las víctimas si no se paraba a los asesinos: en algunos casos, como el que relato, ayudar con transporte a la limpieza étnica. Es posible que alguien piense que me dejé impresionar y es cierto, aunque para mi desgracia, y muy especialmente para la de las víctimas, yo no era un novato en la visión del dolor ajeno. Un año y medio más tarde, exhaustos y horrorizados, mis colegas y yo habíamos acumulado información para varios juicios. Y nuestros testimonios (no nuestras opiniones o análisis) ante el Tribunal en la Haya están siendo decisivos: No puedo olvidar Srebrenica, versión ampliada de la masacre de Zvornik y allí, ante los cascos azules. Desde que en abril de 1993 este periódico me sacó en portada de su dominical, con un titular de “Yo acuso”, he tenido el honor de publicar en este medio más de treinta artículos sobre esa región del mundo llamada ex Yugoslavia. Espero que éste sea el último. E incluso pensé en ahorrar al periódico y a los lectores el esfuerzo de su publicación y lectura. Pero algunas opiniones aparecidas en estas páginas durante la maravillosa demostración de voluntad ciudadana que ha puesto fin (de manera parcial, pero cada día más irreversible) al poder del criminal, me han llevado a abusar de nuevo de ustedes. El profesor Carlos Taibo (con el que no he logrado estar de acuerdo a lo largo de tres guerras y una sublevación), en un artículo en el que refleja su indudable conocimiento sobre la región y sus actores internos y externos, vuelve a demostrar algo que me ha venido preocupando seriamente por años: es posible saber mucho y no entender casi nada ( en algunos casos, hasta puede acontecer que te sitúes del lado equivocado, en términos éticos y políticos). Sobre todo cuando al conocimiento (que nunca es neutro), se le añaden algunos prejuicios post-ideológicos de los que parecieran perdurar con insistencia tan admirable como inútil en nuestro país. Dícese de algunos que se la cogen con papel de fumar, y de eso hablamos. Porque cuando algunos deciden escribir la historia con el trazo grueso de las bombas, de las violaciones masivas, de la destrucción sistemática y de las fosas comunes; cuando resulta ya impensable que la terca realidad de destrucción física y moral, constatable y constatada (aunque nos falten todavía varios miles de cadáveres por exhumar de las fosas) pueda ser cuestionada por disquisiciones históricas, por la credibilidad que se otorga a las mentiras de los asesinos, a las medias verdades de los diplomáticos y a las prèt a porter de un modelo de político demasiado abundante, me parece patético que se siga matizando constantemente hasta perderse, en vez de tomar partido hasta mancharse. Y a trazo grueso, porque hay momentos en que se exige de nosotros esa capacidad de mojarnos y sólo desde una clara posición (a uno u otro lado de la barricada), podremos dedicar el tiempo que nos quede a la matización y a la crítica de aquellos con los que compartimos resistencia o combate. Y creo haber aprendido a no dudar desde la razón, cuando no hay escapatoria ética, en qué lado situarme.
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En el artículo del profesor Taibo, “El hervidero yugoslavo” (EL PAIS, 06.10.00) se evita cuidadosamente calificar a Milosevic como lo que es, es decir, un genocida y dictador, pero si se nos advierte contra la sospechosa “prisa” de Kostunica cuando “se inclinó por no concurrir a la segunda vuelta electoral y puso las cosas difíciles a los sectores del régimen inclinados a admitir, antes o después, la victoria del candidato opositor” y eso cuando todavía le faltaba “un 1% para alcanzar la mayoría absoluta”. El profesor nos pide comprensión y tiempo para un régimen de ideología parafascista, mientras reclama las condiciones de una trucada legalidad para cuestionar la legitimidad de un proceso histórico. Y denuncia como “nada saludable y mucho de injerencia” las declaraciones de los gobiernos occidentales que anunciaban el levantamiento de las sanciones que pesaban sobre Serbia si ganaba la oposición al régimen. La verdadera injerencia nada saludable ha sido la que, en forma de genocidio aplicó Milosevic a los otros pueblos de Yugoslavia y prefiero, en casos como este, las calificaciones de la ONU o del Tribunal Penal, que las opiniones personales. Y saludo la celeridad con que Europa ha respondido a los cambios emprendidos, demostrando que de serbofobia, nada. Algo de antifascismo saludable, por fin. Pero no acaba aquí la confusión. Ahora sigue el insulto a las conciencias. “Llevados de un deseo al parecer irrefrenable, el de sacarnos de encima a Milosevic, muchos de nuestros analistas se han dejado cautivar por una patética idealización de Kostunica”. Francamente, es inadmisible que quién tiene el privilegio de crear opinión en el diario más importante de nuestro país, al día siguiente de la fiesta y del triunfo democrático del pueblo serbio, se atreva a plantear que el deseo y el derecho a exigir primero, y a celebrar después, la caída del dictador sea motivado por una “patética idealización” del actual presidente de Yugoslavia y por un sospechoso y acelerado deseo de substitución del dictador. Desde las cátedras de ciencia política no se puede pedir paciencia a los pueblos de los Balcanes que ya han sufrido por bastante tiempo la tiranía del pirómano de los Balcanes y las contagiosas consecuencias de los odios desatados. Cuando triunfa la democracia, puede ganar alguien que no nos guste. A mi no me gusta Aznar, pero no confundo mis deseos con los derechos. No es aceptable tampoco que se coloque al mismo nivel la política de un genocida y sus crímenes, que los errores que puedan cometer aquellas democracias que tratan de frenarlos. La OTAN será lo que sea, pero no es “una oscura alianza militar” ni sus errores expresan una voluntad de exterminio de los serbios. Bastará el cambio democrático en Serbia para constatarlo. Si algo han hecho mal y muy mal nuestros dirigentes europeos y occidentales, es haber dudado oficialmente de la implicación directa del sátrapa en la conducción de los horrores en Croacia y Bosnia, salvarlo en Dayton y esperar a que se lanzara al genocidio en Kosovo para actuar tarde, mal y a medias: esa actitud ha hecho más daño a los serbios que los ataques de la OTAN. Y aprovecho para, no sin pudor, pedir que se utilicen cifras, porque los anuméricos contribuyen siempre a la confusión de lo importante. En definitiva, el profesor no deja casi títere con cabeza. La única que queda es la de Milosevic, ya que para Taibo no merece ni una sola línea su responsabilidad en los crímenes y por tanto, ante el Tribunal Penal Internacional (ICTY). Pero quizá aplauda a Garzón por Pinochet, como yo lo hago, sólo que prefiero una Corte Internacional - 41 -
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competente que un juez, aunque sea mi amigo, y que se juzgue a todos, no sólo a nuestros enemigos. El pensamiento de Taibo siembra la duda sobre todos: Kostunica, la oposición serbia, los centenares de miles de serbios en la calle, los gobiernos occidentales, la OTAN y los que no pensamos como él. Sus recelos intelectuales no empañarán la alegría de los que, viendo y viviendo la tragedia de los pueblos yugoslavos, sentimos una emoción profunda, de respeto por las víctimas y de esperanza en medio de los nubarrones que quedan por despejar, pero que no nos impiden ver el firmamento. Sus análisis llegan tarde ante el juicio de la historia. Kostunica resuelve las dudas con hechos. Y con toda prudencia, pero sin pausa, se suceden las dimisiones y las iniciativas. Casi siempre la historia va por delante de los historiadores. Como la realidad del Derecho. Pero no debe ir por delante de la política. Algunos esperan apalancados en la duda. Otros apuestan por los sueños y trabajan para que se hagan realidades. El sueño de una Serbia democrática, reintegrada a la única Europa posible, vale la pena de ser trabajado. Y con los actores elegidos a pesar de las trampas y de los engaños. Sólo la justicia imprescindible permitirá, a un amplio espectro de nuevos negacionistas, por activa o por duda sistemática, conocer la verdadera dimensión y naturaleza de los planes puestos en cruel práctica por el más repugnante espécimen de humano que ha gobernado en Europa la última década, frente al cual, la suma de errores de nuestras democracias, son, ellos sí, casi cuestión de matices. Pero en ningún caso, en ninguno, elementos para descalificaciones tan rotundas como injustas y cargadas de prejuicios. No me da ninguna vergüenza estar del lado de las democracias. Y luego, y desde aquí, ya hablaremos de lo que ustedes quieran. 3 Nov 2000 16:44:57 +0100 José-Miguel Palacios Hace diez días, Paco Veiga nos sugería que debatiéramos sobre la discusión que han mantenido Carlos Taibo y J.M. Mendiluce en las páginas de EL PAÍS. A pesar del tiempo transcurrido, creo que el tema sigue estando vivo, y no tanto por la posible actualidad de los hechos que en los artículos de ambos se comentaban (ya no es tanta; muchos de los interrogantes de entonces ya han encontrado respuesta), sino porque ilustra bastante bien uno de los problemas más importantes con los que nos enfrentamos en el análisis político: el de la perspectiva ética.
¿Es posible mirar a los acontecimientos "desde una perspectiva ética" y llegar a unas conclusiones mínimamente válidas? ¿Es decente adoptar la postura contraria, y pretender mantenernos equidistantes entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal, concederles de entrada una misma credibilidad? - 42 -
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Creo que el problema de muchos de los "análisis éticos" radica en que la toma de postura suele ser previa al conocimiento veraz y detallado de los hechos, y que luego la actividad investigadora está guiada por nuestro "prejuicio ético", lo que se traduce en búsqueda de datos que demuestren que los buenos son buenos, y los malos, malos; y menosprecio de aquellos otros que pudieran abonar la tesis contraria. No sé si es posible llegar a la "perspectiva ética" desde el conocimiento profundo y desapasionado de los hechos. Supongo que el conocimiento nos aleja, en general, de actitudes maniqueas, nos hace detestar éticamente a los malos (que haberlos, haylos) y simpatizar sin reserva con esa gran mayoría de sufridores, buena gente en general, que en todo conflicto componen el núcleo de cualquiera de los bandos.
9 Nov 2000 22:28:51 +0100 Francisco Veiga Hace unos días y a raíz de la polémica Mendiluce-Taibo en "El País", José Miguel planteaba el tema de la perspectiva ética como el anteojo que han venido utilizando algunos analistas para entender los conflictos balcánicos. Sin embargo, a mi modo de ver, la cuestión va más allá y nos devuelve a la temática central de nuestra lista. Para decirlo clara y rápidamente, los conflictos balcánicos han, generado desde 1821, una legión de analistas y comentaristas de base "ética" o "bienintencionada" empeñados en impartir justicia y extraer lecciones. ¿Por qué los Balcanes han de ser tan "aleccionadores"? Que conste que la pregunta la planteo desde una perspectiva académica, como tema para un ensayo en toda regla, algo que en parte ya hace Maria Todorova en su ya clásico libro Imagining the Balkans (Oxford: Oxford University Press, 1997). Hace pocos días el pasado 4 de noviembre, Hermann Tertsch nos ofrecía una última muestra de esa tendencia a extraer moralejas universales y hasta filosóficas de los acontecimientos políticos en los Balcanes: "Cambios políticos traumáticos, como golpes de Estado, revoluciones y derrocamientos palaciegos o no, suelen ofrecer magníficas oportunidades para reflexionar sobre la naturaleza humana. Virtudes y miserias, en la vida cotidiana atemperadas, brotan nítidas de las actitudes de los individuos. La caída de
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Milosevic tras la victoria electoral del candidato presidencial de la coalición Oposición Democrática de Serbia (DOS) no es en este sentido una excepción" ("De virtudes y miserias", Hermann Tertsch, "El País", 4.11.2000, pag. 10) Tras estas profundas y sentidas reflexiones que parecía iban a terminar el latín, Tertsch nos ofrece una disgresión más bien banal sobre el conocido fenómeno conocido en España como "chaqueteo" y que él, por supuesto, olvida aplicarse a sí mismo, relegando al olvido aquellos años en los que sus simpatías por la causa croata le hacían negar con pasión en sus artículos, excesos que hoy ya han sido condenados formalmente en el TPI de La Haya. En fin, como podéis ver por el tono que va tomando mi comentario, es fácil caer en el ataque personal cuando el articulista "atacado" no está haciendo referencia a hechos concretos, datos o hipótesis sobre los acontecimientos sino a conceptos digamos "éticos", e insiste en extraer moralejas o dar lecciones al lector. Ahí está, a mi manera de ver, el origen del furibundo ataque de Mendiluce sobre Taibo. Éste es un autor que suele enfocar sus artículos de opinión en clave de militancia política, anteponiendo una óptica de izquierda radical española a los acontecimientos que analiza. Por cierto, que él mismo lo admite en el artículo de réplica a Mendiluce. Su pieza era, por lo tanto, presa fácil para el furibundo eurodiputado sobre la base del argumento: "No condenas a Milosevic porque estás próximo a la izquierda comunista y te duele íntimamente su caída". Ahora bien ¿por qué Mendiluce decide redactar un artículo tan agresivo? El marco explicativo global es prolijo, porque conecta con las tendencias de la opinión política española sobre las crisis en la ex Yugoslavia. Pero la razón concreta para el artículo que nos ocupa es, a mi modo de ver, fácil de adivinar. Los sucesos de octubre que llevaron a la caída de Milosevic supusieron que por primera vez en los Balcanes los media occidentales extendieron el certificado de "bondad" a todos los protagonistas. Sin Milosevic en activo y con un Kostunica fervientemente respaldado por las potencias occidentales, se terminaron las historias de buenos y malos (a no ser que busquemos las vueltas a todos los protagonistas, para lo que es necesario estar bien informado). Tras más de siete años de artículos sobre esa temática (buenos frente a malos)
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y con un desconocimiento notable de los entresijos políticos de Serbia (y el resto de los Balcanes) después de una larga ausencia de la zona, Mendiluce se encuentra sin la posibilidad de redactar sus habituales artículos en base a la conocida plantilla. Entonces, y por lo tanto sin enemigo que batir, recurre a ese mecanismo tan propio de los exilios políticos e intelectuales: el camarada de ayer es el traidor de hoy. ¿Pudo haber evitado Mendiluce la publicación de su artículo? Por supuesto, perdió la oportunidad de haberse callado. Pero al fin y al cabo, ésta no es sino una historia más de antropofagia política como muchas que se dieron a lo largo de estos años entre compañeros de causa en los partidos, en las ONG´s o en los medios académicos, con los Balcanes como pretexto. Y como dije al principio, es un granito más de arena en la playa de los enfrentamientos políticos generados en Europa desde hace casi dos siglos, en base a las supuestas lecciones que dan los Balcanes.
14 Nov 2000 20:33:47 +0100 Montserrat Pin Estoy totalmente de acuerdo con el análisis de Francisco Veiga sobre ambos artículos. Pero después de habérmelos leído unas siete veces, buscando dónde estaba la polémica, creo que he llegado a la conclusión de que Mendiluce no se leyó el artículo de Carlos Taibo. O tan sólo se fijó en la palabra "Milosevic", desencadenándose en su interior el habitual discurso, fruto de su dolorosa experiencia personal de la guerra de Bosnia. A mi parecer lo único que Carlos Taibo pretendía era advertir que los entusiasmos son peligrosos, que no se puede santificar a nadie sin un examen previo: se trata, simplemente, de tomar las naturales prevenciones y precauciones a la hora de hacer un análisis serio y de empezar a trabajar. Yo no veo en eso una crítica a Kostunica; al revés, le hace un favor. Debe ser muy incómodo que te tomen un santo y no poder cometer errores. Lo que me parece muy curioso es que Mendiluce tome las presuntas críticas a Kostunica como un apoyo a Milosevic. Con eso cae en el mismo discurso que el demonizado Slobo: si me criticas es que estás en mi contra. Ese camino ya se sabe a dónde llega.
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En cuanto a la ética y las moralejas, si dejamos a un lado los crímenes a juzgar por el TPI o por la Justicia Divina cuando les toque a los encausados, sigo compartiendo tu opinión de que ser un conejillo de indias de la moral internacional ha perjudicado más que beneficiado a los Balcanes. ¿Buenos versus malos? ¿Y quien es cada cual en su pueblo? ¿Por qué no nos dejamos de tonterías y nos limitamos a facilitar que cada cual pueda ganarse el pan y relacionarse en paz con sus amigos y vecinos? Convivir normalmente, vamos. Lo del choque de civilizaciones que se quede para los teóricos de salón: lo importante es llevarte bien con tu vecino del tercero izquierda, sea quien sea. Claro que el problema llega cuando el del tercero izquierda tiene un AK-47 encima de la repisa de la chimenea. Volvemos a lo mismo: la necesidad urgente de pragmatismo y análisis serio. Lo demás, sobra.
15 Nov 2000 00:02:39 +0100 Francisco Veiga Sí, efectivamente, yo estoy con Montserrat Pin en que Mendiluce no se leyó el artículo de Taibo o lo hizo muy por encima. De alguna manera ya lo dejaba caer en el anterior comentario: Mendiluce "entró a trapo" en la imagen de Taibo, en la forma habitual que tiene de enfocar los problemas balcánicos, más que en la temática precisa de aquel artículo en concreto. Las circunstancias en que tuvo lugar el "affaire" (permitidme la ironía) refuerzan esa sensación. Por lo que sé, a partir de la tarde del día 5 de octubre, quizás el 6, desde la sección de "Opinión" de "El País" intentaron conectar con Taibo y con otros (entre ellos yo mismo) para que hiciéramos algún artículo de urgencia sobre lo que estaba ocurriendo en Serbia. Conmigo (y con otros) no dieron a tiempo, pero sí con Taibo. Éste, por su parte, salía para dar unas conferencias sobre trotsquismo en no sé qué lugar la misma tarde del encargo. Por lo tanto, deprisa y corriendo porque perdía el avión, redactó un artículo de opinión en el que, lógicamente, procuró comprometerse lo menos posible. Además, y esto era comprensible, había muy poca información real sobre lo que estaba ocurriendo. ¡Y a
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pesar de eso recibió la embestida de Mendiluce! O quizá fue por eso, porque se trataba de un artículo intuitivo. Yo me inclino a pensar que el eurodiputado le tenía ciertas ganas a Taibo por su reciente producción teórica sobre los problemas de la izquierda comunista española. Recordad, por ejemplo, ese "Todo a cien" que había publicado el profesor hace unos meses. Y también por su inquina claramente expresada en relación a la actuación de la OTAN en Yugoslavia. De todas formas, el problema que sigue subyaciendo es, a mi modo ver, la tremenda politización con la que se contemplaron desde Occidente las crisis balcánicas, cosa que no ocurrió, por poner un ejemplo más, con la guerra civil argelina, horrorosa y espantosa y a sólo una hora y media de Barcelona (por sacar a relucir una de las célebres frases referidas a Sarajevo). O con la guerra del Líbano, los kurdos, los palestinos, las tragedias del África Negra o la situación en Austria. Todos son problemas de vecinos que se llevan mal y deberían llevarse bien y cosas así, potencialmente indignantes. Pero todo eso queda aparcado y olvidado y no da lugar a Taibos ni Mendiluces. Y que conste que en España hay muy buenos africanistas o expertos en mundo árabe. ¿Cuándo leemos sus valiosas aclaraciones en las páginas de opinión de los periódicos? En muy contadas ocasiones. Volvamos por un momento a Mendiluce. Es hasta cierto punto normal que se haya endiosado hasta ese punto. Durante un tiempo se convirtió en una baza política para el partido del gobierno. Una baza política surgida de la situación en los Balcanes, pero destinada a ser explotada en España. Hasta cierto punto, lo entiendo. Le aplaudían cualquier discurso vacío o demagógico, le editaban con reverencia cualquier artículo hecho deprisa y corriendo a base de tópicos y santa indignación. Publicó un libro en el que su foto aparecía en la cubierta y en la solapa al mismo tiempo. El hombre llegó a creerse un genio apuesto e incontestable. ¡Incluso se metió a novelista y quedó finalista del Premio Planeta! Sólo le faltaba estrenarse como cantante o actor (de hecho ya posó como modelo de ropa en una conocida revista). Entiendo que su discurso basado en el denominado "pensamiento impecable" y secundado por la maquinaria mediática de una opción política determinada le sirvieron de parapeto. Pero es que nadie intentó ponerle proa, ni siquiera entre los partidos de la oposición, a la derecha o la izquierda. Esto me resulta incomprensible. En Francia un par de periodistas
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escribieron un libro poniendo en la picota a Kouchner, que de hecho es un Supermendiluce, e incluso llegó a tener su propio ministerio de asuntos humanitarios. Y sin embargo, Michel Floquet y Bertrand Coq se atrevieron con su libro: Les tribulations de Bernard K. en Yougoslavie. ¿Una operación del "lobby serbio", el "oro de Belgrado en acción"? Bueno, el libro fue publicado por Albin Michel, una editorial bien seria de Paris y los autores criticaban sobre datos concretos, dado que ambos reporteros habían cubierto al político en sus desplazamientos por Yugoslavia. Realmente es fuerte que Kouchner se atribuya modestamente haber ideado el "derecho de injerencia" y que él mismo lo califique de "idea política del siglo". Pero en fin, Floquet y Coq le echaron valor y no pasó nada, no se desplomó el mundo. De hecho, Kouchner siguió con su carrera política y ahí está, en Kosovo. ¿Por qué no ocurrió eso aquí?¿Por qué la "emocionalidad balcánica" generó un personaje tan intocable como Mendiluce? Al fin y a la postre, creo que esas reacciones perjudican a las mismas causas que dicen defender, porque tarde o temprano llega el anticlimax. El ahora eurodiputado llegó a ser un buen gestor de ACNUR y creo que cualquier profesional de entonces lo reconocería. Pero eso, ahora, parece tener escasa importancia.
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Claves de una transición fallida
Este debate se centró en considerar lo ocurrido en la antigua Yugoslavia como una transición, más que como un conflicto étnico, y en estudiar qué causas impidieron que, a diferencia de lo que ocurrió en otros países comunistas, la transición yugoslava no tuviera éxito.
la estatalidad 28 Feb 2000 21:56:13 +0100 José-Miguel Palacios Quizá por eso el mérito del HDZ fue permitir y fraguar una mezcla política dispar que agrupaba un poco de todo, incluyendo a los croatas de la emigración. No pretendo defender al HDZ, sólo hablo desde un punto de vista puramente politológico, no sobre los efectos sociales o políticos de ese régimen sobre Croacia. Me parece que el argumento de Paco sobre la ventaja comparativa de los continuistas es muy sólido y está confirmado por la experiencia de muchos países. En el caso concreto de Croacia, creo que hay algunas particularidades que tener en cuenta, y que nos ayudan a explicarnos por qué la primera alternancia en el poder tiene lugar sólo diez años después de las elecciones fundacionales: a) En 1990 Croacia no era un país independiente, y gran parte de las decisiones que afectaban a la vida de los ciudadanos se tomaban en el nivel federal o podían ser atribuidas a él. No importaba, pues, tanto si los nuevos Ministros eran un desastre (no digo que lo fueran), ya que siempre se le podía echar las culpas al bueno de Ante Markovic. b) Muy pronto el tema de la estatalidad desplazó al de la democratización, lo que siempre favorece la homogeneización nacional. El estallido de la guerra estimuló aún más ese proceso (todos unidos contra el agresor), lo que facilitó el que HDZ pudiera disponer de especialistas procedentes del antiguo sistema.
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Claves de una transición fallida
c) Mientras no ha quedado definitivamente resuelto el problema de la estatalidad no se han dado las condiciones para que se reemprendiera el (interrumpido) proceso de democratización. En Croacia está ocurriendo ahora un cambio que, en condiciones normales, debería haber tenido lugar hacia 1992-94.
La pobreza 2 Mar 2000 10:05:05 +0100 Montserrat Pin 1. Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. Es la letra de una canción de un grupo rock español, y creo que es muy expresiva de lo que ocurre en zonas de bajo desarrollo económico y pocas perspectivas de mejora. Los responsables de dirigir los destinos de los países de la zona, tras el derrumbe del sistema soviético fallaron (por falta de visión, por ineptitud, por su propio deseo de poder o cualesquiera otros motivos) en transmitir a la ciudadanía, la confianza y tranquilidad imprescindibles para acometer las reformas, que se sabían necesarias y dolorosas. A partir de ahí, de la percepción de no futuro, se trata, usando la expresión del Alto Representante para Bosnia-Hercegovina, de un juego de suma cero: si mi vecino gana, yo pierdo. Es la lucha por la supervivencia en un entorno inestable y de recursos escasos. 2. La cuestión étnica es gasolina en el fuego. Los agravios históricos, si es que existe tal cosa, igual. O, peor, son, como la búsqueda de un enemigo exterior, cortinas de humo desplegadas para ocultar los auténticos problemas de la comunidad, causados, culpablemente o no, precisamente por quien las esgrime. 3. Los cambios de chaqueta intelectuales no son los únicos, en un escenario de jungla como el descrito. Sería muy interesante ver quién estaba aliado con quién a la hora del abastecimiento de armas y suministros en las diferentes y sucesivas guerras de la región. ¿Los enemigos de hoy fueron nuestros proveedores de ayer y viceversa?; y ¿de dónde hemos sacado el dinero?
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Lucha por el poder entre las élites republicanas 3 Mar 2000 00:20:54 +0100 Francisco Veiga Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. Es la letra de una canción de un grupo rock español, y creo que es muy expresiva de lo que ocurre en zonas de bajo desarrollo económico y pocas perspectivas de mejora. No me parece la clave para los conflictos en la antigua Yugoslavia. Bosnia era pobre en algunas zonas, no en todas o en las ciudades), Kósovo lo es, pero no era el caso de Croacia o Serbia en 1991, ni mucho menos. Al revés: tenían un más que aceptable nivel de vida, superior al de algunas regiones españolas. Y en su conjunto, Yugoslavia era un país bastante rico a comienzos de los ´90. Por otra parte, Macedonia es una república pobre, y sin embargo no se ha producido ninguna guerra. Y lo mismo es válido para Albania. Me temo que pobreza y guerra no suelen ser asimilables. En Antropología nos enseñaban que muchas sociedades primitivas muy pobres no recurrían a la guerra con sus vecinos porque no podían permitirse el riesgo de perder fuerza de trabajo o bienes de producción. Por otra parte, un repaso a la Historia nos confirma que guerras muy cruentas han sido libradas por países ricos, que se han matado con saña, entre sí o con el vecino (los Estados Unidos de 1861 no eran pobres, y sin embargo vivieron una cruenta contienda civil). Más abajo, Montserrat añadió: La cuestión étnica es gasolina en el fuego. Los agravios históricos, si es que existe tal cosa, igual. O, peor, son, cómo la búsqueda de un enemigo exterior, cortinas de humo desplegadas para ocultar los auténticos problemas de la comunidad, causados, culpablemente o no, precisamente por quien las esgrime. Yo diría que las cuestiones étnicas fueron gasolina en el motor; y no en todas las confrontaciones. Las cuestiones históricas fueron muchas veces la sustitución de un "lenguaje de madera" marxista por otro historicista. Y en eso jugaron un gran papel los occidentales, que buscaron recursos rápidos y fáciles para que los lectores de periódicos, televidentes o votantes "comprendieran" fácilmente lo que ocurría. Personalmente creo que el origen último de las confrontaciones yugoslavas fue una lucha por el poder entre las elites republicanas que se desarrollaron mucho a partir de la - 51 -
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Constitución de 1974. Pero no todo son turbios personajes moviendo los hilos desde las sombras. En Yugoslavia había muchas armas al alcance de los civiles, consecuencia de la denominada doctrina de la defensa territorial, que preveía movilizar a buena parte de al población en caso de invasión extranjera, formando guerrillas en las montañas, entrenando a saboteadores, etc.. Lo mismo existía en Rumania y en Albania. Y no deja de ser interesante que aquellos países de Europa del Este donde hubo disparos en las transiciones fueron: Yugoslavia, Rumania y Albania. Si una parte de al población civil tiene un acceso fácil a las armas, las confrontaciones verbales pueden convertirse fácilmente en violencia. En relación con el transfuguismo político e intelectual, las posibilidades de tocar el tema son enormes. Aquí y hasta el momento nos referimos al fenómeno en su vertiente política e intelectual y creo recordar que no lo ligamos a las guerras de secesión yugoslavas, ni siquiera a Yugoslavia en concreto. En las guerras de secesión yugoslavas hubo muchos militares que cambiaron de bando, funcionarios, etc.. Pero aquí le dimos algunas vueltas al cambio de bando protagonizado por los "suministradores de ideologías", que pueden ser más peligrosos que los suministradores de armas. Se ha dicho muchas veces que la crisis económica tuvo mucho que ver con la desintegración de Yugoslavia. Sin embargo, una amiga belgradense que debe de tener cincuenta y pico años todavía hoy no entiende bien lo que ocurrió. Ante Markovic estaba arreglando eficazmente la economía yugoslava en 1990. Muchos ex yugoslavos tienen un buen recuerdo de ese periodo en el que más de uno iba a comprar ropa a Italia. Pudo haberse intentado una transición por la vía socialdemócrata. Y sin embargo, tuvo lugar el peor escenario posible.
El cambio brusco de sistema se reveló fatal 5 Mar 2000 00:20:06 +0100 Dalibor Soldatic Creo que las últimas contribuciones a la lista plantean uno de los problemas clave de los Balcanes y es el de la transición. Una vez más , perdónenme las comparaciones pero resulta interesante el caso de España. España tuvo después de Franco un Gobierno de derechas que facilitó la transición y una Monarquía que supo gestionar el período de democratización. - 52 -
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Luego vino Felipe González con los socialistas y se mantuvo largo tiempo en poder. Los socialistas perdieron las elecciones cuando el electorado se cansó de su larga permanencia en el poder y cuando empezaron a manifestarse las primeras señales de degeneración del aparato gubernamental administrativo en manos de los socialistas, a pesar del hecho, si mal no me acuerdo, que los resultados económicos fueran buenos, muy buenos. Vino el Gobierno Aznar para afirmar en definitiva el proceso de la democratización española y la posibilidad de cambiar a los gobernantes cuando así lo quiera el electorado. ¿Qué pasa en los países del Este europeo? El sistema político social se desplomó en unas cuantas semanas. Recuerdo que algunos periodistas, testigos de la caída del muro de Berlín me contaban que Alemania del Este se había detenido por completo, como por orden de un deus ex-machina quien dio instrucciones de parar todo. En Yugoslavia no se produjo ese tipo de fenómeno, pero Serbia se mantuvo por bastante tiempo fuera del juego democrático con una visión un poco particular de una especie de "pluralismo sin partidos". Era una interpretación un tanto especial de las ideas de Tito, basadas en la existencia de la Liga de los Comunistas como único partido político, y de la Alianza Socialista del Pueblo Trabajador, su complemento. La Alianza era como una especie de Frente Popular que podía reunir en sus filas a todos quienes estuvieran a favor de la construcción del socialismo, en una interpretación bastante ligera del término, que equivaldría más bien a tener cuidado de no decir nunca que estás en contra del socialismo, de la Liga o de Tito. Ésas eran las reglas del juego. Sea como sea Serbia, tuvo sus elecciones pluripartidistas en 1990 y los vencedores absolutos fueron el Partido Socialista de Serbia (ex-Liga de los Comunistas) y Slobodan Milosevic. ¿A qué se debe este fenómeno? Recordemos que en Europa del Este los comunistas ganaron elecciones pluripartidistas solamente en Bulgaria y Rumanía (con Iliescu). La singularidad serbia se explica, en parte, por la especificadad del comunismo yugoslavo, bastante más democrático que el de los demás países de la región. El sistema autogestionario, más allá de sus deformaciones absurdas, permitía a la población participar activamente en la gestión de su propia vida, desde el consejo de inquilinos en la casa hasta el consejo obrero en la empresa. Hasta qué punto el sistema era democrático puede discutirse, pero es hecho es que una dosis de democracia existía. De allí que hubiera pocos auténticos
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disidentes. Creo que salvo Djilas, los profesores de filosofía del Grupo de la revista “Praxis”, el escritor Dobrica Cosic, el estudiante Vlada Mijanovic (época del 68) y el comunista ortodoxo, rusófilo, Vlada Dapcevic, pocos más podrían ser considerados disidentes. Una transformación "más democrática" de la Liga, por lo tanto, podría haber prometido al electorado un futuro democrático y una vida mejor. No olviden que todo eso ocurre en la época en la que a la cabeza del Gobierno Federal se encuentra Ante Markovic, que con sus reformas está modernizando la economía el país. Y, gracias al sistema de la autogestión, una economía planificada desde la base y menos centralizada, un juego de mercado, el concepto de propiedad social y no estatal, la economía del país estaba más cerca del sistema de una economía de mercado que la de los demás países de Europa del Este. Paradójicamente , los nacionalismos brotaron, según lo había previsto Tito, justo con los procesos de democratización. ¿ Por qué? Porque las elecciones pluripartidistas se llevaron a cabo en primer lugar en las repúblicas. Y los programas electorales en las repúblicas no podían no tocar las cuestiones nacionales y los programas nacionales. Resultaría muy largo tratar de ver quién fue el primero en empezar, pero es lógico que un nacionalismo fomente otro nacionalismo. Y así fue como se llegó a la desintegración sangrienta en Yugoslavia. El éxito de los partidos ex-comunistas en Yugoslavia se puede interpretar en parte porque abrazaron la causa nacional o nacionalista, insistieron en los valores nacionales como valores colectivos y en la voluntad de proteger la nación cueste lo que cueste. De no haberlo hecho, hubieran perdido las elecciones en competencia con los partidos de la derecha, todos los cuales habían abrazado la causa nacionalista. Un libro interesante sobre el tema es el de Vladimir Goati Izbori u SRJ od 1990. do 1998. (Elecciones en la RFY de 1990 a 1998). En todo caso, Kucan en Eslovenia , Gligorov en Macedonia, Milosevic en Serbia, Bulatovic y Djukanovic en Montenegro, todos ellos fueron líderes comunistas. Tudjman fue general, pero ya en 1971 se distanció definitivamente del régimen por su nacionalismo. La única excepción a esta regla fue el caso de Bosnia, donde los tres líderes nacionales, Izetbegovic, Boban y Karadzic, carecían de antecedentes notables de militancia en el Partido Comunista.
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Eso en cuanto a la transición política. El único cambio que se produjo en el campo de la política fue el paso de una ideología marxista a una ideología nacional o nacionalista, con todos los peligros que eso lleva consigo en los Balcanes. Segundo punto: la transición económica. No hay que olvidar que, según las estimaciones objetivas del Gobierno de Ante Markovic, el valor total de la economía yugoslava que debía privatizarse llegaba a 76 millardos de dólares. Ciertamente, en el país no había personas o instituciones con tanto capital como para poder adquirir las empresas. Una privatización radical significaba abrir las puertas de par en par al capital extranjero, y es discutible hasta qué punto era recomendable. Ya sabemos cómo se ha desarrollado la privatización en la mayoría de los países de Europa del Este y el modo en que se han comprado compañías completas por sumas de dinero ridículas. Hubo un caso en que se adquirió una fábrica por 100 mil marcos. La fábrica tenía una planta de producción de 1500 metros cuadrados de superficie, maquinaria, dos camiones, dos autobuses , un automóvil de pasajeros Mercedes y dos FIAT. Sólo los vehículos valían ese dinero. Quién compraba las fábricas. Generalmente los antiguos líderes, miembros de la nomenclatura. O se aplicaba otro sistema más hábil: se dejaba a la empresa ir a la deriva hasta su quiebra intencionada y luego se compraba por poco casi nada. No hay otra manera de explicarse la quiebra de grandes sistemas que desaparecieron del mercado fuera de toda lógica. Sé que hubo varias modalidades de privatización en distintos países de Europa del Este, pero ninguno ha mostrado hasta la fecha grandes resultados ni ha traído estabilidad. Muchos de los países siguen viviendo prácticamente en la miseria. Eso puede tener efectos muy negativos sobre el plano de la política, pues tarde o temprano esa situación produce demagogos sociales y políticos que tienen arraigo entre las masas. No olvidemos que las masas en el estadio de Pristina en 1981 clamaban E-Ho, aplaudiendo a Enver Hoxha, y que muchos de los grupos albaneses que formaron parte del ELK y que actualmente están asumiendo el poder en Kosovo son de origen marxista leninista o pertenecen a la extrema izquierda. Lo que quiero decir, en conclusión es que más allá de los errores de la comunidad internacional, de las políticas de dobles raseros, de la aplicación brutal de la política de los intereses propios en determinadas áreas, el paso brusco de un sistema político a otro, de un sistema económico a otro, sin fases intermedias se ha revelado ser fatal.
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Un “defecto de fábrica”: el nacionalismo institucionalizado 6 Mar 2000 21:10:41 +0100 José-Miguel Palacios 1) Hablamos de crisis balcánicas y problemas balcánicos, pero en realidad estamos nos estamos refiriendo a los de la antigua Yugoslavia. No es lo mismo. Los cinco estados sucesores de la ex-YU y los países balcánicos tienen mucho en común, como países excomunistas y como países que, situados en la misma región, comparten en gran medida su historia y otros condicionantes. Pero los dramáticos acontecimientos que han llamado nuestra atención tuvieron lugar en la ex-YU, en la práctica totalidad de la ex-YU, y en ningún otro país de la zona, fuera de la ex-YU (parcial excepción: Albania). ¿No nos sugiere esto que el problema está relacionado con características particulares de la antigua Yugoslavia o de su régimen? 2) Las élites nacionales han intentado explotar en su beneficio las nuevas-antiguas circunstancias y, en particular, los "agravios históricos" y otros mitos nacionalistas. Pero ello no quiere decir que hayan inventado el proceso, o lo hayan puesto en marcha. Baste recordar que las nuevas élites de Bosnia-Hercegovina, Kósovo y Croacia (en su mayor parte) no proceden de los antiguos círculos gobernantes, sino de sus oposiciones, y llegaron al poder como resultado de los cambios (no es que pusieran en marcha ellas mismas las nuevas reglas del juego, nacionalistas). 3) ¿Cuál es ese famoso "defecto de fábrica" de la antigua Yugoslavia? Hipótesis tentativa: es el nacionalismo institucionalizado, incorporado como uno de los componentes del régimen socialista autogestionario. En su momento, probablemente, se pensó que en habiendo socialismo el nacionalismo era inofensivo, y que era mejor tenerlo controlado "dentro del sistema" que habérselas con él en calidad de enemigo abierto. Lo malo es que con la desaparición del socialismo no quedaba, apenas, otro referente que ese nacionalismo institucional.
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12 Mar 2000 13:16:55 +0100 José-Miguel Palacios El pluralismo sin partidos fue, creo, una opción bastante extendida en Europa del Este hasta 1989. Es decir, mientras se mantuvo la idea de que existía un sistema socialista mundial, alternativo al capitalista, y potencialmente viable. En Yugoslavia hay una experiencia muy interesante de pluralización dentro de las estructuras del sistema (Liga de los Comunistas y Alianza Socialista) en el caso de Eslovenia durante los años 80. Y también una aplicación práctica en el terreno electoral (elecciones serbias de 1989, por desgracia muy poco estudiadas). En la URSS, las reformas gorbachovianas de 1988 estaban basadas en la idea del pluralismo no partidista, y fue ese espíritu el que animó los procesos electorales de 1989 y 1990. Sea como sea Serbia tuvo sus elecciones pluripartidistas en 1990 y el vencedor absoluto fueron el Partido Socialista de Serbia (ex-Liga de los Comunistas) y Slobodan Milosevic. ¿A qué se debe el fenómeno? Recordemos los comunistas ganaron las elecciones pluripartidistas en Europa del este solamente en Bulgaria y Rumania (con Iliescu). Quizá Paco Veiga y otros nos puedan dar las claves para los casos búlgaro y rumano. Por lo que se refiere a Serbia, las elecciones tienen lugar en una fase muy tardía, en la que la cuestión estatal había desplazado por completo a la democratización como tema estelar del proceso político. En Serbia, como en Croacia, Eslovenia, BiH o Macedonia, los electores votaron por la opción que les ofrecía más garantías en la defensa de la idea estatal a la que se daba preferencia (mantenimiento de la RSFY, creación de estados independientes, etc.). Es curioso que en Serbia la antigua oligarquía comunista tuviera más credibilidad que los nuevos partidos opositores como defensora de los intereses nacionales. Una hipótesis, por supuesto abierta a cualquier idea contraria: la superposición en Belgrado de las competencias de la administración federal y de la republicana permitió a los líderes serbios representar ante la población un papel de "oposición", a pesar de que formaban parte del poder.
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Minorías nacionales La cuestión de las minorías nacionales, si no la causa, sí parece haber sido uno de los factores que más han contribuido al trágico desarrollo de la historia de la antigua Yugoslavia a lo largo de los últimos diez años. Pero estas minorías no sólo existen en el Este de Europa, sino también en el Oeste. Se plantea así la cuestión de si el problema tiene o no caracteres similares en ambas partes del continente. Eventualmente, puede surgir la cuestión de si la experiencia ex-yugoslava podría repetirse en otras partes.
17 Feb 2000 21:23:30 +0100 Dalibor Soldatic Correré el riesgo de ser acusado de muchas cosas pero he entendido nuestra participación en la lista BALKAN, además de servir para el intercambio de informaciones útiles, también como un tribuna abierta para discutir ciertas cuestiones. En ese sentido me parece que el IV informe sobre las minorías redactado por la ACNUR y la OSCE y distribuido el otro día en la lista es un tema ideal en este momento, porque en él se ha establecido que los serbios son una minoría en Kósovo. Si en Croacia la transformación de los serbios de nación constituyente en minoría nacional podía prestarse a diferentes interpretaciones, en el caso de Kósovo el asunto se está haciendo más serio. Entre yugoslavos y españoles cuando menos podemos intercambiar opiniones sobre el tema de las minorías nacionales, pues sabemos bien le sensible que puede ser esa cuestión. ¿Un español de Castilla pertenece en Barcelona a una minoría nacional o no? Sé muy bien que la cuestión nacional es en España distinta, pero a la hora de complicarse las cosas por un tantito más puede plantearse de la misma manera. ¿Qué es un español de Asturias en el País Vasco? Minoría. A ver cuál sería la reacción. No estoy tratando de forzar paralelos, sino que estoy tratando mostrar con cuánta ligereza se están resolviendo cuestiones muy serias. Y lo más peligrosos del caso es que las consecuencias de esas actitudes son más que graves. En casos como el de Yugoslavia, en el que no hay elementos aglutinadores como la Unión Europea, que nolens volens hace insignificante la cuestión de las fronteras, es como jugar con gasolina en un polvorín.
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El hecho es que Kósovo fue históricamente un territorio serbio. Con el tiempo y, sobre todo, durante los últimos cincuenta años, fue disminuyendo el numero de serbios, mientras aumentaba el de albaneses como resultado de una explosión demográfica sin igual en Europa. Y ahora los serbios se convierten en minoría. Es algo preocupante la interpretación de las cosas que nos está dando la comunidad internacional. Creo que el caso de la desintegración de Yugoslavia ha planteado a los teóricos de los sistemas políticos bastantes interrogantes. Las respuestas prácticas parecen haber sido más que dolorosas para los pueblos de las antiguas repúblicas yugoslavas. ¿Dónde comienza y dónde termina el derecho a la autodeterminación? ¿Cuándo tenemos una nación dominante y cuándo declaramos a las demás naciones minorías nacionales? ¿Qué entendemos por el concepto de nación constituyente? etc. etc. No estoy tratando de proponer soluciones ni definiciones admisibles. Sólo planteo interrogantes que me parecen interesantes para ser discutidos entre los que seguimos la situación.
19 Feb 2000 21:28:13 +0100 José-Miguel Palacios Ralf Dahrendorf decía que tras la caída del muro de Berlín se había producido la reunificación del lenguaje político. Palabras como "democracia", "derechos", etc., que durante décadas habían tenido distinto significado en el Este y en el Oeste, pasaron, de repente, a significar lo mismo. Al menos, eso nos pareció. Quizá "minoría" sea la excepción que confirma la regla. ¿Por qué en la antigua Yugoslavia resulta tan problemática? Es evidente que los serbios son en Kósovo muy pocos, y, por tanto, minoritarios. ¿Dónde está el problema de reconocerlo? Ser minoría, en principio, no tiene que significar otra cosa que el disfrute de una protección especial para no estar discriminado de hecho ante la mayoría. Se entiende que, de derecho, no lo estarás nunca.
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20 Feb 2000 20:14:51 +0100 Dalibor Soldatic Me temo que nuestro amigo José Miguel Palacios está idealizando el asunto y observa de un modo simplificado el tema de las minorías nacionales. Si el problema de las minorías fuera tan sencillo no habría sido la causa de tantos problemas en Europa y otras partes del mundo. Estoy de acuerdo en que pertenecer a una minoría no debería constituir mayor problema, pero eso en sociedades avanzadas, con sistemas político-sociales altamente desarrollados, con normas de comportamiento democrático altamente consolidadas. Desafortunadamente, en países subdesarrollados las cosas no son así. Ése es el primer punto. El segundo es que a nadie le gusta tener algo o ser algo y de repente perderlo. De no tener importancia, no habría minorías y mayorías nacionales. Probablemente sea una cuestión psicológica, pero las cosas son así. Porque, de no serlo, ¿por qué los albaneses insistirían tanto en no ser considerados minoría nacional? Y, una cosa que todos olvidan al debatir sobre el tema de Kósovo: los derechos de los que gozaban los albaneses en Kósovo en su Provincia Autónoma de Kósovo hasta 1981, cuando de todos modos salieron a las calles pidiendo ser República, con lo que tendrían derecho a la secesión. Por lo tanto, la cuestión no es tan sencilla. Me gustaría que lo fuera. Y seguimos sin respuesta a los interrogantes. Sobre todo porque las realidades de Kósovo siguen siendo brutales. Más de 1000 serbios asesinados desde la llegada de la Kfor a Kósovo, 350.000 personas expulsadas o desterradas, como quieran decirlo; más de 50.000 casas serbias destruidas; más de 80 iglesias destruidas, algunas de las cuales son patrimonio cultural de la Edad Media. No quiero que esto se convierta en propaganda. Lo que quiero decir es que resulta evidente que ni las autoridades yugoslavas en el pasado, ni ahora la comunidad internacional, la Kfor o la UNMIK han sabido hallar la receta que solucione el problema de Kósovo y traiga la convivencia pacífica entre serbios y albaneses. Kósovo parece ser un pantano o arena viva en la que todo el que entra está condenado a hundirse. Y no creo que el problema de las minorías y mayorías nacionales sea cuestión de nivel de conciencia política de alguien. Si no, ¿por qué seguimos con el problema de Irlanda, con los vascos, los catalanes, con Córcega, el Alto Addige etc. etc.
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21 Feb 2000 23:54:01 +0100 José Luis Hernangómez La historicidad de Kósovo como territorio serbio está fuera de toda duda, y los derechos de los serbios sobre dicha zona me parecen incuestionables, como me parecen incuestionables ciertas obligaciones de las que Belgrado hizo dejación y que condujeron, con el paso del tiempo, muy poco tiempo, a una situación límite en la antigua provincia autónoma. Y me refiero al abandonismo de los gobiernos yugoslavos que consintieron que se alterase de forma drástica y -en términos históricos- de la noche a la mañana el equilibrio de poder en Kósovo, es decir, en su propia casa. Rasgos del abandonismo: 1. No fomentar una política de "equilibrio" o movilidad de la población yugoslava, no convirtiendo en atractivo para los serbios un territorio que ya de por sí es la cuna del nacionalismo serbio, aspecto este último en el que no me voy a extender salvo para resaltar que resulta muy curioso que el día de exaltación patria coincide con el aniversario de la gran derrota serbia a manos de los turcos, aunque lo cierto es que algo de común tiene ese nacionalismo con muchos otros en el mundo: ese sentimiento victimista y nostálgico de algo perdido (aunque algunos nacionalismos sueñen con la recuperación de algo jamás poseído salvo en el imaginario de la misma nostalgi). Es decir, si tanta importancia tiene Kósovo para Serbia... ¿por qué Belgrado no fomentó más presencia de la sociedad civil serbia en aquella zona? 2. La pasividad de la sociedad y de los poderes serbios frente a la imparable explosión demográfica albanokosovar; frente a la paulatina creación de estructuras paralelas albanokosovares, que no era sino un expansionismo que sólo podía terminar de la manera que ocurrió: con la suspensión de las prerrogativas provinciales. Y esa suspensión fue el inicio del desastre, porque las soluciones a un problema, cuando se aplican a destiempo, ya no son soluciones. La falta de una visión política adecuada y de la articulación de una política interior consecuente, permitió que la mayoría serbia se convirtiera, en un muy breve espacio de tiempo, en una minoría dentro de su propio estado. Y aunque ese estado contaba con una estructura legítimamente constituida, no sirvió para proteger in extremis los derechos de los serbios. No entro en el asunto de las responsabilidades; tampoco pretendo juzgar, sino - 62 -
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sólo analizar. El caso es que los serbios -las autoridades serbias y la población yugoslava, serbia en su mayoría- dejaron que las reivindicaciones albanokosovares subieran de tono y rebasaran los límites considerados como aceptables en cualquier estado debidamente articulado y consolidado. A propósito de "minorías repentinas", pensemos, por ejemplo, en Irlanda del Norte: allí, la mayoría protestante podría convertirse -en el caso de una hipotética y hoy por hoy no reclamada oficialmente reunificación de la isla- en una minoría entre católicos. De otro modo: la minoría católica de la provincia y de la Unión forma parte de la mayoría social de la isla. Salvando todas las distancias, porque no pretendo establecer similitud alguna, pensemos en la minoría serbia de Kósovo siendo parte integrante de un estado mayoritariamente serbio. No es el caso que Dalibor plantea cuando se refiere a un español de Castilla cuando se encuentra en Cataluña, o uno de Asturias en el País Vasco. No son "minorías repentinas": ni por emigración; ni por crecimiento demográfico de la población de acogida. En España, antes de la implantación del modelo autonómico, no había identidades particulares fuertes más allá de la identificación con la "patria chica" de cada cual, con excepciones vasca y catalana, más o menos singulares y complejas. En general, al margen de unas pocas regiones en las que se vivía de forma más o menos acusada un sentimiento identitario propio, fue tras la adopción del modelo autonómico cuando comenzaron a forjarse procesos de integración y vertebración regionales mediante la creación de economías regionales, de opiniones públicas regionales, de unos sistemas educativos adaptados a la región... es decir, que el proceso normal siguió el patrón de, primero, crear -artificialmente en muchos casosde una realidad regional, y, después, generar y consolidar la conciencia colectiva regional. En todo caso, los sentimientos regionales no han sido nunca sentimientos de una minoría en pugna contra el conjunto del estado, a excepción hecha de cierto sector nacionalista vasco y en menor medida catalán y gallego. En Cataluña, por ejemplo, el catalanismo ha sido un elemento aglutinador y modernizador tanto de Cataluña como de España. El nacionalismo vasco es, por el contrario, hoy día de forma muy evidente, el elemento que más profundamente divide a los propios vascos, y además su componente étnica es, entre otras cosas, retrógada.
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¿Cuál es el caso de un castellano afincado en Cataluña, o de un asturiano en las provincias vascongadas? Tampoco puede hablarse, creo yo, de minoría. Aunque se sientan "en minoría", esos colectivos "minoritarios" no tienen conciencia de minoría “nacional”; la sociedad "de acogida" tampoco tiene conciencia de mayoría “nacional”, aunque sea una población mayoritaria. Evidentemente, y en general, hay determinadas actuaciones de los poderes públicos regionales que -en la tarea de construir artificialmente su identidad colectiva- adoptan determinadas medidas que complican la existencia real, el día a día, a quienes llegaron a esas tierras desde otras partes de España. Estas actuaciones "regularizadoras" son tanto más osadas cuanto menos consistencia y más pretensiones autodeterminacionista tenga el nacionalismo que las inspira. Los ejemplos son múltiples: no hay problemas de "adaptación" en el caso de un castellano en Extremadura, de un andaluz en Cantabria, o de un vasco en Murcia; la cuestión se complica si un valenciano se instala en Galicia o un castellano-leonés en Cataluña; y se agrava de forma extraordinaria si cualquiera de los anteriores, excepción hecha del vasco (y no siempre), se va a vivir al País Vasco. En el caso vasco, el origen de las dificultades o problemas para ese ciudadano español no vasco es bien curioso: estos problemas no le vienen desde la sociedad civil en la que se instala, sino de la acción del partido -nacionalista- que parece controlar al gobierno según los usos y costumbres de algo que va sonando ya muy lejano; y si no, piénsese si el partido nacionalista controla al gobierno regional como el Partido Comunista en la antigua URSS controlaba al ejecutivo de la Unión. Debe ser el único caso en la historia actual. Es decir, volviendo a lo anterior: desde Azaña, como recogía la Constitución de 1931, o desde el inicio de la transición y la promulgación de nuestra Constitución actual en 1978, las regiones o nacionalidades tuvieron razón de ser en el marco de la españolidad, y nunca fuera de ella. La solución a los equívocos a los que da lugar el derecho a la autodeterminación queda magistralmente consensuada en la última Carta Magna, y no cabe pensar en minorías nacionales de españoles dentro de España. Y termino. ¿Dónde comienza y dónde termina el derecho a la autodeterminación?, preguntaba Dalibor Soldatic. Yo le devolvería la pregunta con muchas preguntas: ¿cuál es el límite la atomización de un estado? Supongamos que diferentes fracciones van - 64 -
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"autodeterminándose", y que cada una o alguna de las entidades resultantes vuelve a ejercer ese derecho, pretendiéndose autosuficiente, y deseando establecer sus relaciones exteriores según sus nuevas necesidades. ¿Cuál es el límite viable de esta dispersión? Se llegaría a un punto en el que la propia supervivencia de una de las entidades sería en extremo dependiente de los recursos de las limítrofes. ¿Quién o qué garantizaría la inmunidad ante una eventual agresión exterior (política, económica, militar, etc.), agresión inevitable si una entidad necesita vitalmente algo de lo que carece y que lo posee la entidad vecina y tal vez más débil? Tal vez, tras una atomización así, fruto de un secesionismo que parece no tener límite para un número casi sin límite de reclamantes, se volvería a una agrupación por intereses, y las entidades que no se agrupasen inicialmente, lo tendrían que hacer después para sobrevivir ante las que ya se habían erigido en entidades de orden superior. Y así, entraríamos en un fenómeno cíclico de integración-desintegración, hasta que de nuevo alguien o alguna entidad decidiese plantear su singularidad y su identidad exclusiva consigo mismo. El ciclo parece a todas luces traumático. Bien es cierto que la definición exclusiva de lo propio es una consecuencia lógica de la generalización y de la pérdida de ciertas señas de identidad colectiva, pero tal vez esa pérdida de identidad colectiva particular sea el precio a pagar por el reporte de beneficios superiores en términos de estabilidad y de desarrollo.
22 Feb 2000 01:57:01 +0100 Dalibor Soldatic La cuestión de los errores cometidos por Yugoslavia en el caso de Kósovo no ha sido considerada ni analizada suficientemente ni en Yugoslavia, sobre todo Serbia, ni en el extranjero. Será porque el tema suscita inmediatamente demasiadas pasiones y las pasiones sobre el tema provocan casi siempre por estas latitudes respuestas en blanco o negro. Volvamos por lo tanto, al "pecado original". 1. Después de la derrota de las fuerzas del Eje en la Segunda Guerra Mundial se acaba la esperanza en la posibilidad de crear una "Gran Albania". Una buena parte de la población albanesa de Kósovo había contribuido al esfuerzo bélico de las fuerzas fascistas en la esperanza de poder realizar ese sueño. Terminada la guerra, los partisanos yugoslavos victoriosos tuvieron muchos problemas en Kósovo con los así llamados "balistas" y, si mi - 65 -
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memoria de las clases de historia me sirve bien, los últimos incidentes se registran por el año de 1954. Curioso, sin embargo, el hecho de que todos los serbios y montenegrinos expulsados antes y durante la Segunda Guerra Mundial no reciben el permiso de volver a sus casas. Hasta hay un Decreto Ley que lo estipula claramente. Allí ya comienza a romperse el equilibrio demográfico en la provincia. 2. La explosión demográfica de los albaneses en Kósovo es interpretada por algunos como parte de una estrategia nacional de los chauvinistas albaneses. No creo mucho en esas cosas, pero uno de los elementos seguros de la explosión es la mejora del nivel de vida de los albaneses, mejores servicios médicos después de la II Guerra Mundial, y la disminución de las tasas de mortalidad de los neonatos y de los niños en general. Ésos son factores que en su momento los yugoslavos presentábamos con orgullo por el mundo. Pocos analizaron el problema del desequilibrio que ello provocaba. 2. Fuera de toda lógica, Serbia resultó ser la única República de la Federación yugoslava con dos provincias autónomas en el momento de constituirse la federación yugoslava después de la guerra. Hubo otras regiones que con la misma lógica pudieron ser designadas como provincias autónomas, Dalmacia entre ellas, pero no fue el caso. Algunos historiadores serbios lo explican por la línea política de la Komintern, que supuestamente seguía Tito, según la cual una fuerte Yugoslavia podía sostenerse solamente sobre la base de una débil Serbia. No comento ni sostengo esta tesis, pero la idea merece atención y ser tomada en consideración. 3. El alto grado de autonomía del que disfrutó Kósovo mostró ser más que fatal para el futuro de la provincia. Disponer de un sistema de educación en lengua albanesa a todos los niveles, hasta el doctorado, Academia de Ciencias y Artes, Biblioteca Nacional, Teatro Nacional, TV y Radio en lengua albanesa, diarios en lengua albanesa, etc. sirvió para encerrar a los albaneses en un ghetto nacional, por más noble y positiva que haya sido la idea de constituir esas instituciones. Siendo la provincia de Kósovo la más subdesarrollada del país, su economía e instituciones no podían absorber tantos titulados universitarios. Y qué puede hacer un albanés licenciado en derecho en Belgrado, Zagreb o Sarajevo si habla solamente la lengua albanesa. O un médico. La Constitución Española prevé justamente que el español es la lengua oficial del estado y que todos los españoles tienen el deber de
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conocerla y el derecho a usarla. Las constituciones yugoslavas nunca dieron la formulación de una lengua oficial y por lo tanto el albanés podía limitarse, si quería, al conocimiento del albanés. Por otra parte el sistema autogestionario predominante en la economía no estimulaba mucho la movilidad de la mano de obra, sino su permanencia. Creo que ésos fueron los elementos iniciales que prepararon las situaciones que conducirían paulatinamente a las explosiones posteriores. Por otra, observando los procesos de desintegración yugoslava, desafortunadamente "in vivo", y sintiendo sus consecuencias en piel propia, hay que hacer notar que las cosas nunca van a la grande sino que empiezan por cosas pequeñas. El terreno ideal para sembrar los gérmenes de la resurrección de los nacionalismos fue el idioma. Claro que no se lanzaron en el aire grandes proyectos de reformas de los sistemas de la enseñanza, ni de la Constitución , sino que se empezó por las asociaciones artísticas, asociaciones de escritores etc. etc. Se siguió luego con cosas inofensivas, como el deporte, el arte, la cultura. Luego se pasó a los sistemas que se consideran aglutinadores como la policía, el ejército y el servicio exterior. Y un día nos despertamos con que el país se está desintegrando. Estoy de acuerdo con que esos procesos son reversibles y que en el caso de Yugoslavia y, creo también en el de la ex Unión Soviética, después de los procesos de absoluta desintegración se volverá a los procesos de una paulatina integración. Claro que sobre bases diferentes, con intereses diferentes y reglas de juego diferentes. Dudo mucho que Europa esté dispuesta a aprobar y fomentar procesos de desintegración mientras al mismo tiempo la Unión Europea está haciendo desaparecer las fronteras entre los países occidentales. El problema es que esos procesos van a tomar su tiempo, durarán probablemente diez o más años, y a veces serán dolorosos. Y, como diría un amigo nuestro, ¿qué son diez-quince años para la historia? Casi nada, es cierto. El problema es que son mucho para nuestras vidas. Es por eso, sin querer forzar ningún tipo de paralelos, por lo que admito que la Unión Europea, como entidad mayor y superior, ofrece la vía de la salida. Al ver, por ejemplo, que hay una selección de fútbol catalana, que hay bandera catalana en los eventos deportivos, que el Athletic de Bilbao orgullosamente no tiene jugadores extranjeros etc. etc. no puedo no recordar manifestaciones similares por Yugoslavia y cómo todos creíamos que eso estaba bien y no llevaba en
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sí ningún peligro.
22 Feb 2000 04:45:24 +0100 Francisco Veiga Recuerdo un chiste que decía los siguiente: "¿En que se parece una pulga a un portaaviones? Respuesta: en nada, ¡pero la comparación es impresionante!". La reflexión que nos planteaba Soldatic nos lleva un poco por ahí. La cuestión es la siguiente: ¿Se puede comparar la cuestión de las minorías en Yugoslavia (la ex y la actual) con el sistema autonómico español o con supuestas minorías españolas? Por supuesto que sí. Si mal no recuerdo, el gobierno de Belgrado incluso recurrió a un experto griego (A. Kofos, de ELIAMEP) a fin de que que elaborase un plan político para Kósovo inspirado en el sistema autonómico español. ¿Puede ocurrir que el día de mañana radicales vascos se lancen a "liberar" el Goyerri siguiendo el modelo UÇK? Podría ser, dentro de unos años, pero ¿por qué no?. Al fin y al cabo parece ser que se produjeron contactos entre ETA y UÇK y hasta es posible que los radicales vascos hayan comprado algunos remanentes bélicos a los albanokosovares a través de Alemania durante estos meses de tregua. Mientras escribo estas líneas me entero de que ETA ha hecho estallar un coche bomba en Vitoria, lo que nos lleva a escenarios tácticos más propios de Beirut en los ochenta. ¿Pueden acabar diversos países de la Europa occidental como la ex Yugoslavia de 1990? Puede ser, claro. Como historiador sé que eso es posible; podría funcionar mal la experiencia de la UE y entonces ya veríamos ¿Podría darse una secesión de Texas, o de Miami? También podría ser. Casi todo es posible, casi todo es comparable. Incluso decir que las Brigadas Internacionales de la guerra civil española fueron la primera ONG de la historia, como hizo nuestro ex alcalde Maragall. Y fue muy aplaudido. Y no caigamos en el error de que nuestra propia historia nos da argumentos para impedir que tal o cual cosa ocurra. Si algunos pueblos han sido absueltos de sus horrorosos pasados y aquí no ha ocurrido nada, la fuerza de los hechos actuales puede borrar los supuestos derechos históricos con la mayor facilidad. Lo digo como historiador y me tiro piedras en mi propio tejado. Pero es que la historia no es una ley y no siempre provee de derechos inalienables.
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El problema aquí es si el tipo de comparaciones expuestas arriba sirve para algo. Cualquiera que haya pasado por Serbia en los últimos años puede encontrarse fácilmente con el argumento que nos comentaba Soldatic y que expresado de la forma más concreta posible viene a decir: "Los occidentales no sabéis lo que estáis haciendo. Estáis abriendo la Caja de Pandora. Lo que nos ocurre ahora os puede pasar mañana, porque casi ningún estado occidental es un verdadero estado-nación, excepto Portugal, Holanda y pocos más." Sinceramente, creo que este argumento es síntoma de uno de los errores clásicos de las autoridades serbias en los últimos años: una cosa es tener razón en algunos puntos; otra, explicar esa razón convincentemente, otra hacerse entender; y otra, vender la idea. El argumento de que mañana o pasado mañana España o Italia pueden ser nuevas Yugoslavias no nos aclara nada sobre lo ocurrido en la ex Yugoslavia de 1990, ni sobre lo que puede pasar en España o Italia dentro de unos años. Deja bastante insatisfecho. Pero sobre todo, es una idea con poco poder disuasorio. ¿Alguien puede imaginar a nuestro presidente de gobierno renunciando a enviar tropas o aviones para intervenir en los Balcanes porque eso puede crear malos precedentes en España? "No, miren, no vamos a despachar tropas a Kósovo porque eso puede sublevar a los vascos". Haría falta un gobierno realmente débil o atolondrado para hacer eso, aunque realmente fuera a ocurrir. ¿Dejaron de intervenir los británicos por mucho que el proceso de paz en Irlanda del Norte estuviera en el alero? Pero es que el argumento tampoco ha servido para que un número importante de ciudadanos españoles minoritarios o no, se identificaran con la causa serbia. Se han producido solidaridades, sí, pero más a partir de posiciones políticas que nacionalistas. Y ahora centrémonos en Kósovo. Personalmente me da la impresión de que no hay que ir muy atrás para entender lo que está pasando ahora. En 1996 estuve en Kósovo y luego en Belgrado, y nadie veía lo que se les venía encima: ni albaneses, ni serbios ni, mucho menos, diplomáticos occidentales acreditados en la capital serbia. La atención todavía estaba focalizada en las consecuencias de lo ocurrido en Bosnia. Kósovo era un pozo oscuro al que nadie quería prestar mucha atención después de la tragedia bosnia. Un grupo conocido como UÇK daba algunos golpes aislados contra comisarías o albaneses tildados de "colaboracionistas" pero el común de las personas con las que hablé en Prishtina decían no saber quién era aquella gente, haciéndose eco de la postura oficial del LDK. La prensa
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occidental argumentaba que todo eso era una creación de la policía secreta serbia. Y Demaçi hablaba de "Balkania". No es cierto que el gobierno serbio no hiciera absolutamente nada. Recuerdo que se estaban intentado buscar inversores para relanzar la infraestructura industrial y artesanal de Kósovo y se intentaban caminos para negociar con Rugova y la LDK o con los clanes más dialogantes. Ya circulaban las características soluciones radicales surgidas de la Academia de las Ciencias y las Artes para partir Kósovo entre serbios y albaneses, pero también se trabajaba en sistemas de autonomías federalizadas. Por otra parte, la tan temida oleada de refugiados serbios de la Krajina no había llegado a Kósovo. Recuerdo un hotel bastante miserable en las afueras de Prishtina reconvertido en alojamiento para refugiados, pero poco más. Por lo tanto había como una especie de confianza en que el asunto kosovar se iría remediando poco a poco, más o menos, pero sin grandes sobresaltos. ¿Qué ocurrió entonces, de forma inesperada que lo trastocó todo?
23 Feb 2000 02:23:25 +0100 Dalibor Soldatic Creo que uno de los problemas que tenemos los yugoslavos es retroceder siempre demasiado en la historia tratando de ver la solución de los problemas. A veces me digo que esto resulta ya imposible. Mientras sigamos contando los muertos de la historia nunca tendremos la oportunidad de enfocar el futuro. Por lo tanto mis planteamientos, si bien podían parecerse a una provocación, tenían un objetivo positivo, tratar de enfocar el problema de Kósovo y el de las minorías con un enfoque nuevo, distinto. ¿Cuál? No lo sé. Lo que sí sé es que parece que estos problemas parecen no tener solución posible, y los acontecimientos de Kosovska Mitrovica lo siguen confirmando, lamentablemente. F. Veiga plantea muy bien la pregunta: ¿qué fue lo que pasó? Nadie de nosotros sabe decir exactamente, al menos desde la perspectiva de aquí, cuál fue ese momento en que las cosas se escaparon a todo control y metieron a todo el país en una espiral de la violencia. Y no sirve para nada ahora hacer preguntas por el estilo de quién armó al UÇK, quién dejo que - 70 -
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circulara todo ese dinero de Europa Occidental hacia Kósovo como ayuda al UÇK. Menos aún me voy a poner en el papel de aquél que dice: “pues bien, señores, si se bombardeó Serbia a causa de la limpieza étnica en Kósovo, ¿lo van a volver a hacer ahora cuando los serbios son víctimas de la limpieza étnica en Kósovo por parte de los albaneses?. Por no hablar de los golpes bajos a la política de la UE, haciendo mención del caso de Chechenia y Rusia (por favor no me acusen otra vez de comparaciones forzadas). En fin, al escribir el primer mensaje dije que era del riesgo de que me acusen de algunas cosas, y de algunas cosas sí me han acusado, discretamente, pero sí. Pero, cuando vuelvo a leer los mensajes intercambiados sobre el tema hasta ahora, me doy cuenta de una cosa: paulatinamente, probablemente desde posiciones distintas, o al menos desde puntos de partida distintos, estamos llegando a una conclusión. Es que en el mundo contemporáneo no han cambiado solamente los conceptos de la democracia y de la soberanía nacional. Está cambiando el concepto teórico de autodeterminación, de derecho a la secesión, de las mayorías y minorías nacionales, es decir los derechos humanos. Para bien o para mal, el tiempo lo dirá. La gran interrogante, a mi modo de ver, es si se pueden aplicar esos conceptos así desarrollados, para no decir modificados, a todos los países simultáneamente, es decir, de la misma manera a países con diferentes niveles de desarrollo económico, político etc. etc. Yo creo que no. Pero no me vayan a acusar de negar los derechos a las minorías nacionales o a cualquier minoría. Lo único que digo es que no podemos aplicar los mismos criterios de valor a ciertas cuestiones en todos los países. Y lo que sí creo, en definitiva, es que solamente con aperturas podrán irse resolviendo problemas como el de Kósovo. Una de las respuesta a la pregunta de Francisco Veiga es que el aislamiento total en el que está viviendo Yugoslavia durante todo un decenio ha hecho del país entero un terreno explosivo sobre el cual todo problema se convierte en crisis potencial de consecuencias imprevisibles. Aperturas totales, con libre circulación de ideas, incorporación de Yugoslavia a los proyectos de desarrollo, de investigación etc. etc. es la única manera de traer la normalidad.
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Kósovo fue siempre una bomba de tiempo planteada en Yugoslavia. Todos sabíamos que iba a estallar cualquiera de estos días. Kósovo fue el detonador de la desintegración yugoslava. Esperemos al menos que el ciclo se cierre con lo que ocurrió en Kósovo.
23 Feb 2000 18:47:55 +0100 Francisco Veiga Uno de los problemas capitales de la actual situación en Kósovo y en general de todas las guerras que siguieron a la desintegración de Yugoslavia es que, por parte de las potencias occidentales, no se están extrayendo conclusiones globales, ni siquiera directrices políticas claras. Y por supuesto, sobre el terreno no se está aplicando nada parecido. En esto creo que estoy completamente de acuerdo con Dalibor Soldatic cuando escribe: La gran interrogante, a mi modo de ver, es si se pueden aplicar esos conceptos así desarrollados, para no decir modificados, a todos los países simultáneamente, es decir, de la misma manera a países con diferentes niveles de desarrollo económico, político etc. etc. Yo creo que no. Yo tampoco. Los dobles y triples raseros se han exprimido hasta el no va más. Pongamos por ejemplo una entrevista a Ralf Dahrendorf publicada en "El País" el pasado 5 de octubre de 1998 (pag. 12) y titulada, muy significativamente: "No tenemos ni idea de lo que queremos en los Balcanes". Dahrendorf argumentaba, muy lúcidamente, que desde 1991 Occidente ha dado unos virajes demasiado cerrados con respecto al destino de la ex Yugoslavia. A comienzos de la década, la postura oficial en muchas cancillerías occidentales era aquella de que serbios, croatas, musulmanes, macedonios, etc., "no podían vivir juntos", que Yugoslavia era un error histórico y que lo mejor que se podía hacer era bendecir y bautizar legalmente todas aquellas repúblicas que fueran naciendo.
Después llegó la guerra de Bosnia, y la diplomacia occidental "descubrió" que era un pecado permitir la división de la república y que había que preservar la convivencia - 72 -
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interétnica entre serbios, croatas y musulmanes fuera cual fuera el precio. De ese planteamiento, diametralmente opuesto al de 1991, surgieron los acuerdos de Dayton. No pasa mucho tiempo y estalla la crisis kosovar ¿Y cuál es la postura oficial? Problema a la vista: si se argumenta que serbios y albaneses no pueden convivir juntos, se están tirando piedras contra el tejado de "Daytonland", es decir, la Bosnia posterior a 1995. Entonces sólo queda insistir en que Kósovo debe ser multiétnico, por lo cual serbios y albaneses deberán convivir en una nueva entidad, un "algo" jurídicamente indefinido. El dilema es muy serio, pero se intenta resolver por medio de la "Realpolitik". Lo malo es que ese recurso no puede funcionar una y otra vez. Tanto va el cántaro a la fuente, que al fin se rompe. El resultado es el Kósovo de febrero de 2000. O sea: un desastre político, jurídico y humanitario. Insisto: me da la impresión de que las potencias intervencionistas abonaron profusamente este campo, al evitar, ya en Rambouillet, un compromiso político claro sobre lo que sería de Kósovo una vez desgajado de Serbia (cosa que se sabía iba a ocurrir). En una burda imitación de los acuerdos de Dayton, se soslayó una definición mínimamente precisa de lo que devendría Kósovo, resuelto todo en una sopa de negaciones: no sería un estado independiente, no seguiría siendo una provincia serbia de pleno derecho, no se constituiría en entidad federal, no formaría parte de Albania. Sin esta definición básica, Kósovo carece de un aparato administrativo mínimamente operativo o unas leyes propias, todo lo cual favorece la ingobernabilidad y abona la desconfianza de los inversores potenciales e incluso de los donantes de ayudas básicas. Y por supuesto, así las cosas, es imposible poner orden y evitar los abusos (y recuerdo, cosa que evitan nuestros diarios, que las minorías bosniacas, turca y croata en Kósovo, también han sido parcial o totalmente erradicadas). Para mí, y vuelvo sobre lo mismo, esta indefinición institucional y política aplicada inicialmente por las potencias intervinientes, respondía a la necesidad de no contradecir en Kósovo la política aplicada en Bosnia (favorecer la convivencia interétnica), aunque era imposible que eso diera resultado al no permitir que las partes en conflicto mantuvieran un parecido nivel de poder militar: la retirada absoluta de las fuerzas serbias propició la victoria aplastante de los albanokosovares sobre la población civil serbiokosovar y a partir - 73 -
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de ahí, la negociación en pie de igualdad se hizo imposible. Una medida que había dado mejores resultados en Bosnia, donde todas las partes conservaron una fuerza similar, se dejó de lado en Kósovo. En definitiva, en Kósovo no se han tenido en cuenta principios generales sobre minorías u otros problemas políticos y sociales porque a las cancillerías occidentales no les interesa en absoluto. Insistir en esa dirección sería lo deseable, pero ninguna voz política o mediática importante se va a meter en ese asunto, porque equivaldría a reconstruir la arquitectura política de buena parte de los Balcanes, revisar la política occidental en Turquía en relación a los kurdos, y en China, en Rusia... en escenarios donde las potencias occidentales no se van a meter frontalmente, al menos de momento. Cabe decir que el doble rasero no es una nueva arma. En los Balcanes lleva aplicándose desde hace cerca de doscientos años. En general, muchas de las iniciativas emprendidas por los pueblos o estados balcánicos han estado inspiradas en modelos occidentales. Pero lo que desde Occidente se ha tolerado en otras partes de Europa o el mundo, ha sido desautorizado en los Balcanes. La implicación serbia o montenegrina en los levantamientos de Bosnia, en 1875-78 recordaba mucho la política del Piamonte en la guerra de unificación italiana (¡incluso acudieron garibaldinos a luchar en Bosnia!). Pero desde Occidente eso se consideró una injerencia intolerable y se envió a las tropas austrohúngaras a pacificar Bosnia. La guerra balcánica de 1912 era una prolongación política de la guerra italo-turca de 1911, y a su vez estaba basada en la política de hechos consumados de las potencias occidentales durante el periodo imperialista. Pero, una vez más, desde Occidente se consideró que eran contiendas demasiado "balcánicas" y por lo tanto, condenables. Por supuesto, y para cerrar esta tremenda parrafada, esa manera de actuar me parece condenable. Por muchas razones pero sobre todo porque perpetúa el problema al propiciar que también los políticos balcánicos jueguen a esa nefasta "Realpolitik". De hecho, como hemos visto en los últimos diez años en los Balcanes, quien se maneja mejor en esos términos, gana.
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24 Feb 2000 00:31:45 +0100 José Luis Hernangómez F. Veiga ha seguido de forma muy elocuente y clara lo que Soldatic apuntaba en cuanto a la actuación de la comunidad internacional y la política del doble o triple rasero. Desde luego que no ha habido, y creo que no hay, política definida alguna de las potencias occidentales hacia la región. Parte de las pruebas y evidencias de la praxis occidental las exponía Veiga de forma muy clara. Propongo que entremos en el paso siguiente, que es preguntarnos ¿porqué? ¿porqué los principales países occidentales -tanto los europeos como Estados Unidos- no han tenido una idea clara de la arquitectura a adoptar en los Balcanes? Y en el caso de que hubieran dado con ella, ¿porqué no la han aplicado? Rusia es un actor clave de esta función; entonces creo que debemos extender estas preguntas también a Moscú. Se me ocurren algunas respuestas. 1. La denominada comunidad internacional es -lo ha sido, por el momento- una amalgama de intereses nacionales parcialmente coincidentes, pero en ocasiones completamente contrapuestos. Hay potencias occidentales tradicionalmente implicadas en la zona, y que han liderado ciertas actuaciones "comunes" que han sido seguidas por otras potencias menos o nada interesadas, simplemente por la estrategia política de ser incluido entre los "grandes", a modo de defensa más a largo plazo de los intereses nacionales (lo cual es muy loable, dicho sea de paso). 2. Esta comunidad internacional -sin el estatuto ni las características propias que una entidad "nacional" necesita para hacer sentir su acción exterior y defender unos intereses comunes desde una posición de fuerza, incluso militar- ha carecido hasta la fecha de los instrumentos y de la coordinación necesarios como para abordar una misión de semejante envergadura. En clave europea, esto está cambiando, pero la situación aún es embrionaria. 3. Hay una gran variedad de esfuerzos -multitud de organizaciones, instituciones y autoridades políticas, económicas y de seguridad- escasamente coordinados entre sí para conseguir la unidad de acción occidental en la región.
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4. Las tres anteriores consideraciones quedan recogidas en L'Europe et ses nations (1990), del polaco Krysztof Pomian, para quien la historia de Europa ha sido la lucha entre la unificación y la fragmentación, y que entre los siglos IV y XX, las triunfadoras de esa tensión habían sido las naciones. Y no soy euroescéptico. 5. Los países occidentales conocen perfectamente las dificultades (otra cosa es que actúen como si no) balcánicas, aspecto también aplicable a Rusia, aunque Rusia bastante tiene con solucionar los importantes problemas internos que padece y que repercuten de modo inequívoco en su política exterior y de seguridad. No obstante, ese mismo conocimiento, unido a los puntos anteriores, ha contribuido al hecho de que esas potencias no se hayan atrevido hasta la fecha a implicarse en un escenario muy complejo y próximo a la Europa próspera. 7. Sin entrar en las consabidas comparaciones, cualquier decisión en cualquier sentido tiene un efecto "espejo" en cada una de las potencias implicadas. Éstas lo saben. Y hay algunas potencias europeas temerosas de sufrir, tarde o temprano, un incremento de las tensiones entre las diversas entidades que componen el estado-nación respectivo, debido a nacionalismos radicales (por tanto, desintegradores). Estas potencias saben que una actuación en el exterior, demostrativa de su voluntad inquebrantable de mantener las fronteras actuales y la legalidad vigente, restaría ímpetu a los eventuales movimientos secesionistas; y también podrían temer, por el contrario, que una actuación desde el exterior apoyando esas secesiones y movimientos de fronteras podría servir de estímulo a las reivindicaciones objeto de preocupación para algunos ejecutivos europeos. Y como la comunidad internacional, movida por el equilibrio o lucha de intereses internos y exteriores entre las principales naciones, ha seguido una política algo errática en ese sentido, su crédito en la zona puede que esté ciertamente en entredicho. De ahí, la duda y la incertidumbre acerca del modelo político a establecer en los Balcanes. 8. En el caso kosovar, la secuencia de los hechos ha sido como una de las conocidas recomendaciones acerca del modo de iniciar una conferencia, esto es, aclarando en primer lugar lo que no se va a hablar, lo que no se quiere decir. En efecto, las potencias occidentales se apresuraron a dejar claro que no habría estado independiente, ni provincia
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serbia de pleno derecho, ni entidad federal, ni territorio anexionado a algún país limítrofe... En Kósovo se ha pretendido que no entrase en conflicto (¿contradicción?) la política aplicada en Bosnia Herzegovina, algo así como el sostenella y no enmendalla de Las mocedades del Cid, de Guillén de Castro. A pesar de este panorama, creo que hay razones para un moderado optimismo. La UE está echando a rodar su difícil política exterior y de seguridad común; la Unión es plenamente consciente de que los Balcanes son Europa (una obviedad), tanto desde el punto de vista geográfico como "funcional", y así los Quince han comenzado a ofrecer perspectivas de integración a los países de la región; Bruselas está diseñando -aquí aparece el nudo gordiano- una estrategia común hacia la zona; la Unión ha reconocido que necesita implicar a Rusia en la solución del problema balcánico, y Rusia quiere hablar de Balcanes con los europeos; el Club europeo es consciente de que Washington tendrá cosas que decir, pero la voz cantante es de los europeos y esto también lo dicen, aunque nada convencidos, los propios americanos; incluso el último relevo de Kfor a cargo del Eurocuerpo resulta muy significativo. Eso sí, todas estas consideraciones y tomas de posición, que en términos económicos han tomado forma rápidamente, están aún en estado inicial en términos políticos. Preguntas acerca del futuro estatuto de Kósovo y de la Voivodina; de la evolución de las relaciones entre Montenegro y Serbia; y desde luego acerca de la posición que adoptará la comunidad internacional en cada caso concreto que pueda producirse, al margen o en el marco de las consideraciones de atención global a la zona... todas estas preguntas permanecen sin respuesta clara.
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Eliade y el fascismo Joaquín Garrigós y Francisco Veiga debatieron en nuestra lista la cuestión de si Mircea Eliade, uno de los intelectuales rumanos más brillantes del siglo XX, fue o no simpatizante del fascismo.
27 Feb 2000 19:24:50 +0100 Francisco Veiga Hace unos días me escribió Joaquín Garrigós, uno de los mejores expertos en literatura rumana que tenemos en España, para comentarme un documento sobre el pasado político de Mircea Eliade. Ahora Joaquín Garrigós está en Balkania y no estaría de más aprovechar para tocar el tema. Como sabréis, Mircea Eliade era uno de los mejores expertos internacionales en Historia y Antropología de las religiones. Una breve reseña: Mircea Eliade nació en Bucarest en 1907. Cursó estudios de Filosofía en Bucarest y Roma. Viajó por la India entre 1928 y 1932 (recomiendo su deliciosa novela: "Medianoche en Serampor", publicada en España por Anagrama, hace unos quince años). Allí aprendió sánscrito y escribió su tesis doctoral sobre las técnicas del yoga. A partir de 1940 pasó a vivir en Inglaterra, Portugal y Francia. En 1956 se fue a los EEUU, donde enseñaría Historia de las Religiones en las Universidad de Chicago. Murió en 1986. La obra de Eliade fue realmente fecunda y tiene una enorme corte de admiradores en todo el mundo. De ahí que cuando comenzaron a aparecer rumores sobre sus posibles simpatías y hasta militancia en la Guardia de Hierro, arreciara la polémica. Dado que mi tesis doctoral versó precisamente sobre la Guardia de Hierro y el fascismo rumano en los años de entreguerras, me topé con el "affaire Eliade" y sobre él escribí en "La Vanguardia", creo recordar que en 1984 ó 1985. Inmediatamente me gané la dura respuesta de un grupo de "eliadistas" catalanes y otra de Mario Muchnik (el editor) en sentido contrario, es decir por haberme quedado corto.
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Antes que nada (no voy a meterme ahora en detalles sobre el pasado político de Eliade) he de decir que siempre me llamó la atención el rechazo que existe ante la posibilidad de que el historiador y antropólogo hubiera militado en la Guardia de Hierro. Tampoco sería tan inusual ni tan inconfesable. La cultura europea abunda en ejemplos parecidos. Aunque parezca mentira, Malraux fue un reconocido admirador de Maurras en los años veinte. Y en el mundo anglosajón, intelectuales como Chesterton, Yeats, Bernard Shaw, Ezra Pound, Wyndman Lewis y T.S. Eliot simpatizaron con el fascismo en algún momento (bueno el caso de Ezra Pound fue notorio, dado que se pasó la Segunda Guerra Mundial en Italia, haciendo propaganda de la causa fascista desde Radio Roma). En realidad, y hasta el que el nazismo alemán demostró lo que era realmente, el fascismo era un fenómeno político bastante desconcertante, sobre todo en los años veinte y en la primera mitad de los treinta. No digamos en Rumania, donde la Guardia de Hierro era un movimiento muy sui generis.
1 Mar 2000 00:25:32 +0100 Joaquín Garrigós Me sorprende la reacción que tuvo la mención de Eliade en el libro del prof. Veiga pues apenas lo cita dos veces y de pasada. Sobre el tema Eliade se podría escribir mucho y no se si será este el lugar adecuado ni si será un tema de interés. Si produce rechazo la imputación es porque él nunca fue miembro de la Guardia de Hierro ni ideólogo del sistema ni antisemita. Evidentemente, es difícil probar en negativo. Es más, un viejo aforismo dice que probatio incumbit cui afirmat non cui negat. Hasta ahora nadie ha aportado textos antisemitas o doctrinarios fascistas con la firma de Eliade. Sí hay muchos en sentido contrario. Cuando alguien los aporte hablaremos. Si algún día se traduce su obra integral y su correspondencia, saldrán muchas cosas. En esto hay mucha gente, en España y fuera, que habla de oído (no es el caso del prof. Veiga, evidentemente) pues no saben rumano y no han acudido a las fuentes. Eliade, no negó haber tenido simpatías y, como otros muchos de su generación, se dejó seducir por el contenido mistico del movimiento legionario y por la influencia de su maestro Nae Ionescu. No vio que, además, eran un puñado de mamporreros y racistas hasta
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que mataron a Calinescu, a Iorga, etc. Se le puede acusar, sí de miopía y entre los años 3638 o 39. A partir de ahí se alejó. De todas formas, para mí es una cuestión bizantina. A un escritor se le valora por su obra no por lo que en un momento dado haya podido pensar. ¿Quién se acuerda hoy si Dante fue güelfo o gibelino? Y en este punto voy a discrepar del prof. Veiga. Medianoche en Serampor es una obra menor de Eliade. Para leerlo por primera vez vale la pena empezar por una de sus grandes novelas, como por ej. Los jóvenes bárbaros, novela realista ambientada en los años 30, sobre la juventud intelectual rumana de la época, sus frustraciones y ambiciones, donde puede palparse todo el ambiente que condujo a la hecatombe de la guerra. Fue publicada por Pre-Textos en el 98.
6 Mar 2000 01:16:53 +0100 Francisco Veiga Hace unos días, Joaquín Garrigós atendía a la polémica sobre Mircea Eliade comentando que mientras no se pudiera demostrar lo contrario, no se le podían atribuir al desaparecido intelectual rumano tendencias prolegionarias en su juventud. Sin embargo, también cabe decir que "si el río suena, agua lleva". En los últimos años no han dejado de aparecer en la prensa rumana polémicas a favor y en contra, recuerdos y testimonios sobre lo que hizo y no hizo Eliade, y el asunto, al parecer, no ha quedado resuelto. O no se ha querido admitir, que es diferente. En principio, la prueba del contexto da positivo. En los años treinta del pasado siglo XX, las universidades europeas -y en ellas las rumanas- tenían poco que ver con las de los cincuenta y, sobre todo, las de los sesenta y décadas sucesivas, hasta hoy. Desde hace ya unos cuarenta años, el acceso a la universidad es mucho más interclasista y no faltan estudiantes provenientes de clases populares. En los años de entreguerras, las aulas eran para los hijos de las clases altas y medias, no era barato enviar a un hijo a la universidad. Lógicamente, la universidad de esa época era de derechas. En todo caso, la gama iba de la derecha conservadora a la radical, pero pocos estudiantes y muy pocos profesores eran de
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izquierdas, y menos aún bolcheviques (con algunas excepciones, como la Universidad de Belgrado). La universidad rumana no era una excepción. Las publicaciones culturales y literarias de la época eran de matiz nacionalista, derechista, conservador y a veces algo más. La gran revista "Gândirea" buceaba en las esencias místicas de lo rumano y más de un artículo rondaba lo "políticamente incorrecto" por la derecha; "Vremea" iba bastante más allá, con algunas piezas prodictatoriales y antisemitas de lo más intransigente. Entre sus colaboradores duros estaba entonces el que después devendría célebre filósofo Emil Cioran, del cual conservo entre mis papeles algunos artículos claramente antisemitas. En "Vremea" Cioran fue uno de los detractores de Mircea Eliade, quien solía ser tildado por entonces de "joven pornógrafo", por su novela "Maitreyi" (1933). Pero desde 1932 Cioran decía ser amigo de Eliade, y el filósofo acabaría en el grupo "Criterion" fundado por Eliade. Prosigamos. El gran maestro de Mircea Eliade e ídolo de los estudiantes de la época fue Nae Ionescu, profesor de Lógica y Metafísica en la Universidad de Bucarest. Era ciertamente un hombre brillante, una especie de Ortega, quizá con algo de Marañón (por cierto, tengo un librito con escritos de Leon Degrelle, el nazi belga, prologado por Marañón, pero eso es otra historia). La relación entre Eliade e Ionescu no era de pasillo: en 1933 el prestigioso profesor nombró como ayudante suyo al joven discípulo. Por entonces, Nae Ionescu no era sólo un brillante académico: estaba implicado en política hasta el fondo. Y en la ultraderecha más dura. Había pertenecido a la por entonces denominada "camarilla" del rey Carol, pero en 1933 las relaciones con el corrupto monarca se habían deteriorado debido a las opiniones claramente dictatoriales de Nae Ionescu. Tras un viaje a la Alemania nazi, en el verano de ese mismo año 1933, regresó encantado, alardeando haber encontrado la horma de su zapato ideológico y haciendo ostentación de sus amistades en Berlín. El 29 de diciembre, un comando de la Guardia de Hierro asesinó al primer ministro liberal Ion G. Duca. Entre los detenidos como cómplices o inductores del asesinato estuvo Nae Ionescu. En mi libro sobre la Guardia de Hierro argumenté que Nae Ionescu pudo haber sido, realmente, el inductor del magnicidio. El libro se publicó en Rumania y hasta hoy nadie me ha llevado la contraria.
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Por lo tanto, el profesor que le dio a Eliade su primer cargo académico en 1933, su mentor intelectual, era un Nae Ionescu abiertamente admirador de los nazis, relacionado con la Guardia de Hierro hasta el cuello (tengo publicaciones legionarias de Nae Ionescu) y amigo personal de un rey pro dictatorial pero no tanto como él mismo. No está mal. Como mínimo Eliade parece que supo nadar y guardar la ropa ese difícil año. Dejo para el próximo día las pistas concretas sobre las actividades políticas de Mircea Eliade, lo que averigüé y encontré mientras hacía mi tesis.
6 Mar 2000 23:24:54 +0100 Joaquín Garrigós Las afirmaciones del prof. Veiga sobre Eliade me producen estupor. No lo esperaría de un investigador, acostumbrado a verificar hechos. Ya dice el adagio que contra facta non valent argumenta. Y, de momento, los hechos no los veo. A él le toca proporcionarlos. Creo que decir eso de que el río suena, el clima de la epoca, la figura de Nae Ionescu (que no está en discusión) para tachar a Eliade, o a quien sea, de antisemita, fascista, etc., lo puede hacer cualquiera menos él. Y precisamente sorprende porque ha dado pruebas en su libro de rigor científico, tanto que a Eliade sólo lo cita dos veces y de pasada, ergo no tendría tanta importancia su figura en la actuación de la Legión. Por otro lado, recordarle que en "Criterion" también estaban algunos como Lucretiu Patrascanu, jerarca del PCR; no era, pues un nido de fascistas. Me parece que debería leer con atención la carta de Eliade a Scholem y, en todo caso, refutar de modo concluyente, con documentos, como le corresponde a un investigador, las exculpaciones de Eliade. Por otro lado, y aunque no sea objeto de la polémica, sí me gustaría puntualizar que la universidad en la Rumania de entreguerras, aun reconociendo el carácter mayoritariamente elitista, como en todo el mundo, tenía una presencia importante de lo que llamaríamos clases bajas debido al excelente sistema de becas que había en la época. Desde luego, era mucho mejor que en la España de entonces y a años luz de sus vecinos balcánicos. Puede leerse las memorias de Iorgu Iordan, no legionario precisamente, o las de Alexandru Cioranescu, o el libro Cultura si nationalism in Romania Mare, de Irina Livezeanu. Grandes figuras de la cultura rumana son de origen modesto, como Iordan, hijo de - 83 -
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campesinos, Cioranescu y Blaga, de maestros de escuela rural o el propio Cioran, hijo de cura rural. Dudo que estos hubiesen podido ir a la universidad en la España de entonces ni tampoco en la de muchos años después. Para su época, era un sistema modélico. El cómo funcionara será más discutible.
7 Mar 2000 17:09:34 +0100 Francisco Veiga Ya advertí que el pasado de Mircea Eliade levanta pasiones incomprensibles para profanos. Proporcionalmente más que los actuales conflictos interétnicos en los Balcanes. Antes de acudir al médico para intentar atajar un reticente resfriado, me gustaría volver brevemente sobre algunos de los datos apuntados el otro día sobre el joven Mircea Eliade, a efectos de que quedaran bien claras la conclusiones: a) ¿Fue nombrado Mircea Eliade ayudante del prof. Nae Ionescu en 1933, el mismo año en que éste alardeaba públicamente de su admiración por el Tercer Reich, era bien conocida su filiación pro-legionaria y fue detenido bajo la acusación de haber estado implicado en un atentado terrorista perpetrado por un comando de la Guardia de Hierro? Respuesta: sí. b)¿Fue el mismo profesor Ionescu quien nombró a Eliade ayudante suyo en ese "excitante" año de 1933? Respuesta: sí. c) Luego ¿había una relación intelectual y académica íntima entre Nae Ionescu y Mircea Eliade en 1933? Respuesta: sí. d) ¿Rechazó Mircea Eliade el cargo, manifestó su protesta ante el comportamiento político de su maestro, lo contradijo públicamente, dimitió a posteriori? Respuesta: no. e) ¿Significa eso que Mircea Eliade simpatizaba con las ideas políticas de su maestro Nae Ionescu? Yo no he dicho nada de eso. Pero me temo que, como mínimo, Eliade no le hizo ascos al nombramiento viniendo de quien venía y en el año en que ocurrió. Y creo que eso es interesante tenerlo en cuenta porque es un dato objetivo. No le dediqué demasiado espacio a Eliade en mi tesis porque por entonces (años 19331938) era un joven prometedor pero no una figura de peso (todavía) en el panorama cultural - 84 -
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rumano. Esto puede estar sujeto a discusión, y lo admito. En todo caso, mi tesis no versaba sobre el mundo académico o cultural rumano, sino que incorporaba aquellas pistas que podían explicar desde ese ángulo el fenómeno legionario. Y por supuesto, caso de que Eliade hubiera sido militante en la Legión de San Miguel Arcángel-Guardia de Hierro no tuvo un papel relevante. También es cierto. Pero no comenzamos discutiendo eso, sino la simple militancia de Eliade en la GH, tuviera o no peso en su momento.
8 Mar 2000 03:18:02 +0100 Francisco Veiga He pasado una tarde desempolvando viejas carpetas del tiempo de mi tesis, lo que me ha hecho regresar por unas horas a mi juventud. En relación a Mircea Eliade tenía documentación un tanto dispersa pero interesante y bastante concluyente. Continuemos brevemente con la relación Mircea Eliade-Nae Ionescu (se me olvidó decir que éste fue nombrado por los alemanes, además, presidente de la delegación rumana de la I.G. Farben, lo que demuestra su nivel de implicación con Berlín). ¿Fue ésta una relación circunstancial y con el tiempo Mircea Eliade desterró a su viejo profesor del recuerdo? Parece que no. Entre mis papeles encontré una edición de Roza venturilor, 1926-1933 con artículos de Nae Ionescu escritos en el periodo citado. La obra fue editada originariamente por la Editura Cultura Nationala, pero fue reeditada por la Colección Omul Nou (Hombre Nuevo) en 1973. Omul Nou era una de las editoriales del exilio legionario, radicada en Munich. Pues bien, la obra está prologada por Mircea Eliade. Supongo que Eliade escribió esa introducción en la obra original, pero aun así, parece demostrar una continuidad afectiva de Eliade hacia Ionescu no afectada por los acontecimientos. De todas formas, ésta no es mi línea argumental principal. Hace unas semanas, Joaquín Garrigós me remitía fotocopia de un cruce de cartas entre Scholem y Eliade. Corría el año 1972 y el historiador había sido acusado desde Yed Vashem de antiguos ligámenes con la Guardia de Hierro. No era poca cosa, y Scholem se dirige con tono preocupado a Eliade para que desmienta tales acusaciones. ¿Por qué? Porque Gershom Scholem, profesor de la Universidad de Jerusalén había participado en un volumen de homenaje a Eliade en 1971 y desde Israel lo habían criticado muy duramente. - 85 -
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Para mi sorpresa, la respuesta de Eliade en la carta es muy poco concluyente. Lo que hace es "tirar balones fuera", negar pura y simplemente los hechos y, desde luego, no remite ninguna contraprueba documental. Una de las acusaciones más contundentes es un artículo firmado por Eliade y publicado en "Buna Vestire", órgano legionario, el 17 de diciembre de 1937 (según otras fuentes: el 19 de diciembre) titulado: "Por qué creo en la victoria del movimiento legionario". En su respuesta a Scholem, lo que hace Eliade es negar que lo hubiera escrito o, en todo caso, insinuar que en el periódico alguien pudo "escribirle" el artículo a partir de alguna entrevista. La explicación es confusa y poco convincente, porque en 1937 Eliade no tenía tanta importancia como para justificar un montaje tan sutil por parte de los legionarios (lo que por otra parte no excluiría, según él mismo, alguna entrevista en la que se mostraba favorable a la Guardia de Hierro). Personalmente no llegué a leer el artículo, dado que cuando hice la tesis resultaba difícil consultar ciertas fuentes en la RSR. Lástima de no tener algún suscriptor de "Balkan" en Bucarest, lo que haría muy sencillo obtener hoy esa pieza. En cambio, sí que encontré otros artículos de Eliade que, en mi modesta opinión, dejan pocas dudas sobre sus simpatías políticas en 1936-37. En la Biblioteca Alessandrina de Roma consulté la colección de "Vremea" correspondiente al año 1936. Allí escribía un buen plantel de intelectuales rumanos, todos de derechas. Entre ellos, como ya dije, Emil Cioran y también Mircea Eliade. En el nº 434 del 26 de abril de 1936 encontramos un artículo de Mircea Eliade titulado: "Mântuire, Istorie, Politica" en el que denunciaba la disolución de los objetivos "políticos" ( y más propiamente de los "politicastros") bajo los que había vivido la "vieja Rumania" y su sustitución por nuevos destinos históricos que implicaban el advenimiento de "un nuevo destino espiritual". ¿Resulta poco explícito? Quizá. Pero en diciembre de ese mismo año, "Vremea" publicó un número especial de Navidad dedicado a uno de los grandes debates de moda en la época: "¿Democracia o dictadura?". En él participó Eliade con un artículo titulado: "La democracia
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y el problema de Rumanía". Allí podía leerse lo siguiente (traduzco directamente del original rumano): "Nadie pone en duda el hecho de que la democracia no ha hecho de la moderna Rumanía un Estado potente (...) Me es completamente indiferente que Mussolini sea o no un tirano. Sólo me interesa una cosa: Que este hombre ha transformado a Italia en quince años, haciendo de un Estado de tercera mano, una de las potencias del mundo actual. También me es completamente indiferente lo que suceda en Rumanía tras la liquidación de la democracia. Si dejando atrás la democracia Rumanía se convierte en un Estado potente, nacional, armado, consciente de su fuerza y su destino, la historia tendrá en cuenta este acto". Y concluía: "De hecho no se habla aquí de un regreso a la tiranía, sino de una revolución nacional". Esto lo escribía Eliade en diciembre de 1936; me cuesta creer que alguien se lo redactó sin su consentimiento. Y es un documento consultable por cualquiera que se acerque a la Alessandrina. Pero hay más pistas y tienen una cierta coincidencia cronológica. Las primeras o más sonadas acusaciones contra Eliade partieron de Israel en 1972. Yo conozco las recogidas en "Toladot", la por entonces recién nacida revista cultural de la comunidad rumana en Israel. Cito la fuente: "Toladot", nr. 1, Ianuarie-Martie 1972; vid.: "Dosarul Mircea Eliade" en págs. 21 a 27. Entre otras, se citaban las siguientes fuentes que, según "Toladot", probaban la militancia más o menos intensa o prolongada de Eliade en la Guardia de Hierro: - El profesor Miron Constantinescu, presidente de la Academia de Ciencias Sociales y Políticas de Rumania explicaba el asunto en "Magazin Istoric", V, 1, Bucuresti, ianuarie 1971, pag. 75. - Lucretiu Patrascanu (integrante de "Criterion", como nos recuerda el mismo Garrigós) en su obra más célebre: Sub trei dictaturii, Bucuresti, 1970, pag. 54.
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Pero sobre todo, se transcribían párrafos enteros de las memorias de Mihail Sebastian, otro joven intelectual, muy brillante, amigo de Eliade y discípulo también de Nae Ionescu. Hasta entonces, las memorias de Sebastian habían permanecido absolutamente impublicadas, en manos de su familia y con órdenes del mismo Sebastian de no ser editadas. Por lo tanto, no se puede hablar de una campaña difamatoria orquestada por Sebastian "post mortem". Es más, hace algunos años conocí a un colega suizo, el Dr. Albert von Brunn, de Zurich, experto en la obra de éste intelectual rumano. Pues bien, por lo que me contaba, tenía serios problemas para sacar a la luz los cuadernos de Sebastian y hasta había recibido alguna que otra amenaza. No me dijo de quién. Sebastian da muchos detalles de la creciente simpatía de Eliade por la Guardia de Hierro y coinciden con ese periodo de los artículos en "Vremea". El 27 de noviembre de 1936, anota una discusión con Eliade en la que éste se muestra muy categórico sobre sus simpatías políticas. Le dice, por ejemplo, que todos los grandes creadores "son de derechas"; arremete contra el célebre ministro de Asuntos Exteriores Nicolae Titulescu (muy antifascista) en relación con la actitud de éste, muy desfavorable para con Mussolini. En la guerra civil española, por entonces en curso, Eliade se declara partidario de Franco y en política interna se dice ser adepto a Corneliu Codreanu, creador y líder de la Guardia de Hierro. Pocos meses más tarde, cuando mueren en el frente de Madrid tres voluntarios rumanos de la Guardia de Hierro, Eliade guarda luto por ellos y no se presenta a las clases, y lo mismo hace Nae Ionescu. Por entonces, dice Sebastian, los artículos de Eliade (trabaja en "Cuvântul", diario de Nae Ionescu) son "netamente legionarios". El 2 de marzo de 1937 tiene lugar una nueva discusión entre Eliade y Sebastian. "Ha estado -dice éste- lírico, nebuloso, lleno de exclamaciones, interjecciones y apóstrofes". De toda la discusión, Sebastian retiene lo siguiente: "Ama a la Guardia, confía en ella y espera su victoria". Además, pretendía que los voivodas (príncipes) rumanos Ion Voda, Miguel el Valiente, Esteban el Grande y los intelectuales nacionales Balcescu, Eminescu, Hajdeu fueron "legionarios" en su tiempo. Después hablaron del estudiante Gogu Radulescu -
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comunista y futuro ministro- que había sido secuestrado y apalizado. Mircea Eliade fue del parecer que se había hecho bien, porque eso era lo que había que hacer con los traidores. Hay más detalles y no creo conveniente alargarme. El problema para Sebastian era su origen judío, que fue alejándole de Eliade conforme éste comenzó a manifestar, siempre según el propio Sebastian, un creciente antisemitismo. En las elecciones de 1937, cuando la Guardia de Hierro tenía ya 272.000 militantes, Eliade participa en la campaña encuadrado en un equipo compuesto por la artista Marieta Sadova, Aic Acterian (director del Teatro Nacional durante el breve régimen de la GH) y Misu Polihroniade, uno de los intelectuales más implicados en la GH. Y Sebastian también menciona el artículo "Por qué creo en la victoria del movimiento legionario" publicado en "Buna Vestire" el 17.12.1937, del cual cita algún párrafo. Pues bien, toda esta cuestión del diario de Mihai Sebastian la ventila Eliade en su carta a Scholen sin dar ninguna explicación. Habla de la ruptura de su amistad con Sebastian, de malentendidos, etc., pero no desmiente ni aclara absolutamente nada. ¿Hay más pistas sobre este tema? Mientras elaboraba la tesis, salió el "affaire Eliade" en entrrevistas a viejos militantes legionarios, todos "camisas viejas" o intelectuales. No recuerdo que ninguno negara la militancia puntual de Mircea Eliade. En la edición italiana de las "Circulares y manifiestos" de Codreanu (Parma, 1980), Ion Marii dice que Eliade llegó a formar parte de un "nido", unidad básica de la estructura organizativa legionaria. Quien me dio la información más exacta fue el también legionario y filósofo Horia Stamatu, según el cual Eliade había participado en un equipo de propaganda electoral en diciembre de 1937, pero poco más. ¡Ah! Otro detalle: Eugene Ionesco, testigo privilegiado, quien me dedicó un ejemplar de Rinoceronte (inspirado en el ascenso del fascismo en Rumanía), también me confirmó las simpatías filolegionarias de Eliade durante una visita que hizo en 1982 a Vilanova i la Geltrú, donde tenía un influyente grupo de admiradores. Y más: mi colega Armin Heinen, autor de una documentada historia de la Guardia de Hierro (Die Legion Erzengel Michael in Rumänien. Soziale Bewegung und politische Organisation. München: R. Oldenbourg Verlag, 1986) habla también de la actitud de - 89 -
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Eliade con respecto a la GH (aportando sus propias fuentes) en las pags.: 174-176, 186 y 353. En definitiva, me da la impresión de que a lo largo de 1936 y 1937 Eliade se dejó llevar por el sarampión legionario, como otros muchos jóvenes intelectuales rumanos de la época, pero se echó atrás cuando las cosas se pusieron duras. En febrero de 1938 el rey Carol dio un golpe, proclamó un gobierno de emergencia que pronto se transformó en dictadura e ilegalizó la Guardia de Hierro. Codreanu fue ejecutado aplicándole la ley de fugas y los mandos legionarios fueron ejecutados en una sola noche, en septiembre de 1939 (252 personas) tras un atentado contra el primer ministro de la dictadura carolina. Está claro que Eliade se libró de la purga y se distanció de los legionarios, pero cuando en octubre de 1938 fue ejecutado Codreanu, hizo por radio una apología de Parsifal que muchos oyentes rumanos entendieron como una comparación simbólica con el desaparecido líder. ¿Alguna pista más? Una y muy curiosa: durante el breve y caótico periodo del régimen legionario (septiembre de 1940-enero de 1941) apareció la Enciclopedia Cugetarea, 4 vols.(Material românesc. Oameni si infapturi. / Cugetarea - Georgescu Delafras, Bucuresti, 1940). Consulté un ejemplar rarísimo, conservado en Freiburg i. Br. Como es fácil entender, nadie que no fuera "políticamente correcto" para los legionarios fue incluido en la obra, que exaltaba a sus mártires, héroes y militantes señeros. ¿Figuraba Eliade? Desde luego que si. Más tarde obtuvo cargos diplomáticos bajo el régimen de Antonescu y no dejó de demostrar su simpatía por las "revoluciones nacionales". En 1942 publicó Salazar y la revolución en Portugal (Ed.Munca si Lumina). Pero eso, en cierta manera, ya es otra historia.
10 Mar 2000 00:06:59 +0100 Joaquín Garrigós Quiero puntualizar algunas afirmaciones del prof. Veiga en su último mensaje. Muy breve y sin profundizar, pues daría para mucho. 1.- Veiga insiste en lo mismo: que sea Eliade el que pruebe que no ha sido legionario. Creo que esto está discutido y no vale la pena volver sobre ello. La prueba negativa es absurda, - 90 -
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en todo caso que pruebe el que acuse. La mera vinculación con Nae Ionescu no basta. Ahí que ver los escritos de uno y de otro. No acepta la negativa que hace Eliade de la autoría del famoso artículo. Recientemente, el semiólogo Sorin Alexandrescu ha hecho un estudio del texto y rechaza que Eliade pueda ser su autor. 2.- Lamentablemente Veiga cae en algo que me temía: echar mano para reforzar la acusación de los testimonios de Miron Constantinescu y de Lucretiu Patrascanu, dos estalinistas, jerarcas de PCR, partido que no pasará a la historia por su defensa de los valores democráticos, de los derechos del hombre y de la libertad. Si no temiera aburrir al foro yo mismo haría las citas de estos dos personajes y se vería una excelente muestra de lo que se llamó el lenguaje proletcultista. Yo prefiero las conclusiones del investigador americano Mac Linscott Ricketts, que analiza muy rigurosamente la personalidad de Eliade y su obra y milagros en su libro Mircea Eliade, the Romanian roots, en dos volúmenes, N.Y. 1988. Descarta las acusaciones de antisemitismo y el que Eliade hiciese política en el seno de la Legión. Por otro lado, resulta curioso que durante toda la vida del régimen comunista personajes como Nae Ionescu y Cioran estuvieran totalmente proscritos. De Eliade, en cambio, se levantó la prohibición en el 67 y a partir de ahí el régimen quiso atraérselo, a lo que él siempre se negó. 3.- Se equivoca el prof. Veiga al considerar a Eliade una personalidad de segundo orden en el mundo cultural rumano de los años 30. Eliade era una figura de primerísimo orden, era considerado por detractores y partidarios como el líder indiscutible e indiscutido de la joven generación. A los 30 años tenía una docena de libros en la calle, centenares de artículos y fue el primero en Rumania en trtar materias como filosofía oriental, yoga, etc. Era el escritor de moda de los años 30. Hubiese sido un lujo para cualquier partido contar con él. Pero la importancia de alguien se mide tmbién por lo que de él se escribe. De momento van publicados dos tomos con escritos sobre Eliade solo en los años 30. 4.- El caso de Sebastian merecería un monográfico aparte. Sólo voy a decir que la grandeza pero también el defecto de un Diario es su subjetividad. Se actúa en la inmediatez de los hechos y el sujeto los consigna tal y como los siente y la impresión que se lleva. Sebastian era un hombre acorralado, que vivía en el terror, lo que le lleva a distorsionar a veces las cosas. Además de que en su diario se encuentran algunos errores objetivos de Eliade o
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Cioran, por ej. Es decir, su facultad de raciocinio estaba muy mediatizada por todo lo que le estaba pasando. Pero ya digo que esto merecería un tema monográfico. Esperemos que algún día se publique su diario en español. 4.- Cargos diplomáticos: Fue nombrado en uno de los gobiernos anteriores a la Legión. El profesor Rosetti, destacado hombre de izquierdas, fue el que logró su nombramiento. Eliade nunca ostentó ningún cargo nombrado por la Legión. 5.- Como conclusión, el prof. Veiga nos dice lo que ya sabíamos: que Eliade simpatizó con la Legión y que es de derechas. Eso lo dice el propio Eliade en su Autobiografía, no hace falta acudir a hemerotecas. Tuvo un periodo de aproximación entre los años 36-38, en lo que se refiere al mensaje de misticismo que la Legión difundía y que él, de buena fe, aunque con evidente torpeza y miopía se creyó. De ahí a hacerlo antisemita o cómplice como se le ha hecho de los que mataban judíos, de crímenes, o como ideólogo del movimiento, etc., hay un abismo. Yo diría que en España, de los que rebasan la cuarentena, el que no haya cantado puño en alto La Internacional que tire la primera piedra. ¿Significa eso que somos cómplices (yo incluido) de los crímenes de Stalin y de Ceausescu? Sin embargo, alguna vez hemos apoyado, de buena fe, es evidente, un sistema que ha causado mucha más sangre, sudor y lágrimas que la Legión, y ninguno lo veíamos. Quizá eso me hace ser benévolo a la hora de juzgar el pasado ajeno. De todas formas, es curioso que nunca se perdona a nadie un pasado más o menos totalitario de derechas pero el caso contrario casi se exhibe con orgullo. 7.- Por último, yo también voy a hacer un par de citas. Una de Eliade y otra de un intelectual legionario al que cita Veiga, Mihail Polihroniade. La primera dice así: "Los comunistas que incendian iglesias son unos bárbaros, lo mismo que los fascistas que persiguen a los judíos. Miren a la derecha: en Alemania hombres decapitados, en Italia pensadores acosados, sacerdotes cristianos torturados; en Alemania judíos expulsados. Miren a la izquierda: en Rusia los sacerdotes cristianos son llevados ante el pelotón de ejecución, la libertad de expresión penada con la muerte; en París los comunistas lo arrasan todo". (14-2-34, "Credinta"). No parecen frases de un antisemita. - 92 -
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La otra: "En fin, el Sr. Eliade declara que su rumanismo sufrió cuando fueron expulsados 'dos grandes sabios, Moses Gaster y Lazar Saineanu'. Le creemos y le compadecemos pero, al propio tiempo le pedimos que sufra también con nosotros sabiendo que en Maramures el 60% de la tierra y el 90% de los bosques están en manos de los judíos". M. Polihroniade, 1-10-33, "Axa". En fin, todo esto es arqueología y vale más que nos ocupemos de temas modernos.
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Grecia: elecciones de 2000 Análisis de los resultados de las elecciones griegas del año 2000.
8 Apr 2000 22:45:49 +0200 Francisco Veiga Aunque a un nivel diferente de las anteriores convocatorias, cuando el PSOE gustaba de trazar paralelismos con el triunfante PASOK griego, las elecciones en ese país han atraído la atención de varios medios de comunicación españoles. La novedad de la actual convocatoria consiste en que ahora Nueva Democracia parece disponer de unas expectativas de victoria que no tenía hace tan sólo unas semanas. ¿Le afectó más de la cuenta al gobierno Simitis el reventón bursátil que han sufrido -y pagado- los griegos recientemente?¿Le ha dado una inesperada inyección de moral a ND la victoria del PP en España? Grecia es un país balcánico que parece estar en el limbo para los analistas occidentales, cuando de hecho es un posible modelo político para los países ex comunistas de la zona, se inspira en los de la política mediterránea occidental y tiene un pasado político reciente muy sugerente.
10 Apr 2000 00:12:51 +0200 Roberto Rodríguez En relación con los interrogantes que plantea el profesor Veiga sobre las elecciones generales griegas, tan sólo apuntar unas líneas generales: - En efecto, como apunta el profesor Veiga, el reventón bursátil ha supuesto un duro revés para el Pasok en vísperas de las elecciones; el pequeño inversor que se había jugado -porque de "jugar" a la bolsa se trataba- lo que tenía y lo que no tenía se encontraba de repente con un montón de papel mojado en la mano y con que el gobierno "no hace nada al respecto".
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- Otro de las flancos débiles del Pasok es el de la Educación: el alumnado se ha pasado en año escolar en las calles, en vez de en las aulas, protestando contra la ley de reforma educativa. El ministerio correspondiente no ha logrado remontar la crisis y el primer ministro Costas Simitis tampoco ha convencido de que es sensible a la inquietud social que genera la reforma. - Un tercer punto que explica el ascenso de Nueva Democracia es el Estado de Bienestar pendiente. De hecho, la generación de dicho Estado de Bienestar ha sido en esta ocasión una de las grandes promesas electorales del Pasok. Pero, claro, han pasado cuatro años y nada se ha visto al respecto: ¿Por qué habríamos de esperar a ver si es verdad en la próxima legislatura?, se preguntará el electorado del Pasok. - Otro factor, aunque más "marginal", es que una parte de los votantes del Pasok ha votado a ND por venganza: el Pasok de Simitis no ha repartido favores -por lo menos no tantos como en los tiempos de Papandreu- y hay mucho desairado que no les va a votar sin haber recibido nada a cambio. - El impacto de la victoria del PP en España ha sido más para consumo interior de ND y para proyección de imagen de centro que otra cosa. Kostakis Karamanlís ha encontrado en el "modelo Aznar" (?) una consigna capaz de dar ánimos a las filas del partido -si ellos pueden, nosotros también-, vendiendo de paso la imagen de "partido de centro" capaz de alejar el tufillo a "derechona" que desprenden ND y numerosos de sus representantes. - Lo más llamativo de las elecciones griegas no es el espectáculo generalizado que suponen, fenómeno ante el cual, en efecto, las elecciones en España pasan desapercibidas para un observador heleno. Creo que lo más llamativo son los resultados: tanto el Pasok como ND reúnen más del 40% de los votos cada uno, el 80 y pico por ciento entre ambos.
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Wed, 12 Apr 2000 02:29:41 +0200 Francisco Veiga La cuestión de las elecciones griegas aún colea. Roberto Rodríguez Milán tuvo la amabilidad de analizar breve pero agudamente los resultados de los comicios. Por mi parte, el lunes día 10 organicé un mini-debate en mi clase de doctorado, dado que este año tengo la suerte de contar con dos alumnos griegos. Uno de ellos introdujo un argumento novedoso para explicar el auge inesperado de Nueva Democracia: la importancia que están cobrando en Grecia los negocios relacionados con los próximos Juegos Olímpicos, dado que muchas de las empresas de construcción están ligadas a ND. En una palabra, se trata de la "diaplekómena" (que me excuse el profesor Rodríguez Milán si lo escribo mal) argumento final tan socorrido en muchos países balcánicos.
Thu, 13 Apr 2000 11:41:59 +0200 Roberto Rodríguez En efecto, puede justificarse el apoyo de determinados sectores económicos a ND con la esperanza de luego obtener sustanciales beneficios con las obras de los JJ.OO. y demás. Pero el mismo argumento puede aplicarse, con la misma lógica, también al ascenso del Pasok, que obtuvo el 41,49% de los votos en 1996 cuando Simitis se presentaba como candidato por primera vez, y que ahora ha obtenido el 43,79%. Por otra parte, este tema de los "intereses creados" se relaciona con la terminología tan al gusto greco-balcánico de otras épocas de "teorías de la conspiración". Con la misma lógica podría aportarse el argumento de que, puesto que los EE.UU. (y la U.E.) apostaban por una continuidad de Simitis y su política exterior (dirigida por Jorge Papandreu), seguramente también han "metido mano" en el asunto. ¿Que el Pasok es de izquierdas y cómo puede ser que los EE.UU. lo apoyen en vez de a la derecha representada por ND? Pues porque el Pasok esta haciéndoles la vida muy fácil en las cuestiones turca (chipriota inclusive), kurda y serbia. Ya está. En otras palabras, si bien la cuestión de los intereses creados no es mentira (pero ¿dónde lo es?), tampoco es la verdad; mucho menos esa verdad que pueda explicar los muy positivos resultados electorales de ND. El único descalabro político se ha producido en los pequeños partidos de la periferia política griega. - 97 -
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Insisto en la argumentación aportada hace unos días: en su voluntad modernizadora, el Pasok ha dejado descuidados flancos sensibles (Estado de Bienestar, cuestión agraria, educación, tema bursátil), y son lo primero de lo que el Pasok quiere ocuparse en esta legislatura (To Vima, miércoles 12/4/00). Los votos del "centro" se han movido entre ambos partidos mayoritarios, Pasok y ND, y la derecha ha recuperado una parte de este voto que se le había ido en las anteriores elecciones (ello es palpable en el carácter de los diputados de ND elegidos: un buen número responde a la caracterización de "derecha moderada"). El Pasok ha mantenido su posicisn en el centro y ha absorbido el voto de los partidos que estaban a su izquierda (Dikki y Synaspismós); el ascenso de ND que mostraban los sondeos en vísperas de las elecciones sin duda ha llevado a muchos votantes de estas izquierdas al "voto útil" favorable al Pasok. El comportamiento político griego de la década de los 90 ya no puede, ni debe explicarse en términos caducados de tipo "balcánico" (conspiración, intereses creados, el factor extranjero, etc.), tan a menudo aportados por los mismos países de la región. Grecia es un país balcánico que se ha europeizado, se ha convertido en uno más entre los miembros de la UE, dejando atrás el folclore de otros tiempos. La prensa española, sin ir más lejos, ha tocado el tema de las elecciones griegas como si de cualquier país de Europa occidental se tratara. Lo que se olvida en esta misma prensa es su importancia regional: siendo, como es, un país también balcánico, puede convertirse en modelo de transición para las sociedades de la zona (es uno de los objetivos prioritarios de la política exterior griega del Pasok respecto a Turquía: "ayudarla" a modernizarse para ser digna de la U.E.). !Espero que nadie vea en esto último la mano siniestra de los EE.UU.
15 Apr 2000 21:44:26 +0200 Francisco Veiga No quisiera dejar el tema sin puntualizar un par de cuestiones. La afirmación de que el auge de la expectativa de negocios millonarios relacionados con los Juegos Olímpicos haya tenido que ver en el crecimiento del voto obtenido por Nueva Democracia no es, de entrada, un argumento "maquiavelista". Otra cosa es el comentario con el que mi estudiante remató el asunto: "diaplekómena". Me gustaría que se entendiera la diferencia, más de actitud que - 98 -
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otra cosa. Si mi estudiante no hubiera recurrido a ese malentendido guiño de complicidad, la hipótesis inicial habría mantenido un cierto peso. Quizá nosotros, en un foro académico como es "Balkan" podamos aclarar y remendar un poco lo que pueda haber de aprovechable en la idea. De entrada nos falta una distribución geográfica de los votos emitidos en las últimas elecciones. Si Nueva Democracia obtuvo mayoría en las islas y perdió en Atenas es una cosa. Si le llovieron en Salónica y no sacó nada en el Peloponeso o el Epiro es otra, etc, etc. Yendo al grano: si la mayor parte de su nuevo aluvión de votos le vino a ND de Atenas y Salónica, quizá podríamos pensar que efectivamente las "conexiones inmobiliarias" de la derecha griega han jugado un cierto papel. En unas Olimpiadas se mueve mucho dinero y las posibilidades de obtener beneficios millonarios, aunque no siempre muy limpios, son realmente importantes. Tal cosa ocurrió, por ejemplo, antes de la Expo de Sevilla cuando el partido del gobierno español se metió en negocios poco claros a base de cemento rumano. El profesor Rodríguez Milán recordará algunas de las anécdotas que viví en directo en la misma Bucarest, pero los suscriptores de Balkan pueden leer lo ocurrido en el grueso libro de José Díaz Herrera y Ramón Tijeras, El dinero del poder. La trama económica en la España socialista, Ed. Cambio, Madrid, 1991 (vid. cap. VIII, pags. 191-197: por cierto que en los negocios cementeros del PSOE estaba implicado "Vassiliko Cement" de Chipre). Por supuesto que tales negocios y manejos no son específicamente balcánicos. Acabo de mencionar un ejemplo muy hispánico; y recordemos además que en muchos países los "regalos de empresa", los fondos de apoyo en campañas electorales, etc., están regulados por ley. Por algo será, alguna importancia tendrán. ¿Existe en Grecia algún tipo de regulación al respecto? En tercer lugar, he de recordar que el mismo profesor Rodríguez Milán mencionó en otro mail (10.04.2000) que el clientelismo tuvo y tiene su papel en las elecciones griegas: otro factor, aunque más "marginal", es que una parte de los votantes del Pasok ha votado a ND por venganza: el Pasok de Simitis no ha repartido favores -por lo menos no tantos como en los tiempos de Papandreu- y hay mucho desairado que no les va a votar sin haber recibido nada a cambio. - 99 -
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No soy partidario de considerar "argumentos conspirativos" en el análisis político o histórico pero el clientelismo es, en efecto, una realidad sociopolítica y poco tiene que ver con maquiavelismos y conspiraciones. Atenas es un monstruo urbano que concentra la mitad de la población griega. Digo yo que puestos a hacer correr promesas, rumores, favores y dinero, las inmobiliarias, constructoras, cementeras, negocios de export-import, etc. pueden tener su impacto. Por último, quiero recordar que el argumento citado no me lo inventé yo, sino que lo escuché de un estudiante griego, de Atenas, que se ha pasado un año en Gran Bretaña y ahora hace su doctorado en Barcelona. Ya sé que todo eso es una garantía relativa, pero insisto en que no es fruto de mi imaginación. En definitiva: si la idea de que los intereses creados en torno a los negocios que generarán las Olimpiadas no es un argumento central para entender el auge de ND (nada más lejos de mi intención) me da la impresión de que tampoco debe ser desechado como hipótesis colateral por el mero hecho de que en otros países tales cuestiones también tengan su peso político. Al fin y al cabo hablamos de dinero. Hasta hace unas pocas semanas, miles de griegos se endeudaron con créditos para especular en bolsa, acariciando la idea de ganar mucho dinero con poco esfuerzo. Luego salieron escaldados cuando pinchó el globo especulativo. Más de un afectado dijo en voz alta que el gobierno era responsable. Si el rumor de que un gabinete de ND podría traer más beneficios para todos (o para algunos "bien informados y conectados") sustituyendo bolsa por contratas millonarias en los Juegos Olímpicos ¿qué menor inversión inicial que un voto?
18 Apr 2000 13:12:45 +0200 Roberto Rodríguez Es probable que no me haya explicado bien. En efecto, la cuestión de los Juegos Olímpicos y las perspectivas de negocio que generan/generaran no debe ser desechada para entender los últimos resultados electorales griegos. Sin embargo, insisto en que no se trata de un argumento central que permita explicar dichos resultados, sino de argumento "marginal". Para responder punto por punto a los interrogantes del profesor Veiga: - 100 -
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- En efecto "regalos de empresa", fondos de apoyo en campañas electorales y demás están regulados por ley. Ademas, la lección del caso Koskotas -escándalo financiero con el Banco de Creta que involucraba al partido gobernante, el Pasok-, que estuvo a punto de llevar a la cárcel en su momento al viejo Andreas Papandreu y llevó a la derrota electoral del Pasok en 1990, parece haber sido bien aprendida por unos y por otros. - En cuanto a la distribución del voto: en centros urbanos se impone claramente el Pasok; en zonas de urbanización media lo hace netamente ND; y en zonas agrícolas se produce un empate. Sobre los grandes núcleos urbanos, se aprecia en efecto un impacto considerable de ND. Dichos núcleos urbanos son, por otra parte, los que concentran el descontento sobre cuestiones mas urgentes que ya señalábamos como argumentos centrales del desgaste del Pasok (que de todas formas ha mejorado sus marcas respecto a las anteriores elecciones generales) y del auge de ND: educación, estado de bienestar, crisis bursátil… - Clientelismo político: es una realidad sociopolítica, sí, pero nada tiene que ver ya con el pasado reciente. Estas elecciones y las anteriores de 1996 han tenido tres cosas en común que las diferencian de todas las demás elecciones griegas desde la guerra civil: no ha habido "política de balcones" con la concentración de masas correspondiente (la cosa ha ido de mítines y televisión); no se ha sacado fantasmas relacionados con la guerra civil y la correspondiente escisión maniquea de fuerzas políticas, grupos sociales, etc.; y el favor político ha quedado apartado del armamento pesado preelectoral de los partidos. De hecho, la promesa televisada de un candidato de ND de que su partido en el gobierno ofrecería 500.000 puestos "a los chicos de ND" (spoil system) es considerada por los analistas -dentro y fuera de ND- como un factor que ha afectado negativamente el ascenso electoral de ND. - En suma, y como había señalado en un e-mail precedente, la cuestión del favor político a cambio de votos debe ser considerada como argumento marginal para explicar los resultados de las últimas elecciones en Grecia, lo que no implica desechar dicho argumento. Lo mismo puede decirse de la cuestión de los Juegos
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Olímpicos y los intereses creados alrededor de ellos que, insisto una vez más, favorecería tanto a ND como al Pasok. Puestos a reflexionar sobre estas cuestiones, un interrogante que sigue pendiente de respuesta es: ¿Por qué ND sigue sin poder batir electoralmente al Pasok? Aun suponiendo que los intereses creados en torno a los Juegos Olímpicos de 2004 hayan tenido un peso considerable en el auge de ND, parece ser que la carreta de millones en juego tampoco es suficiente para que la derecha griega se libre de la maldición del sol verde de los socialistas.
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Reseña de libros De la muerte de Tito a la muerte de Yugoslavia DIZDAREVIC Raif. Od smrti Tita do smrti Jugoslavije (De la muerte de Tito a la muerte de Yugoslavia). Sarajevo: OKO, 1999. 9 Feb 2000 21:08:36 +0100 José-Miguel Palacios Recientemente ha aparecido en Sarajevo uno de los libros de memorias que más ayudan a entender la génesis del conflicto de la ex-Yugoslavia: Raif Dizdarevic, tras desempeñar diversos puestos diplomáticos y en la burocracia de la Liga de los Comunistas, fue en los años ochenta Ministro de Asuntos Exteriores de Yugoslavia y, a partir de 1987, miembro de la Presidencia colectiva de Yugoslavia en representación de Bosnia-Hercegovina. Fue Presidente de la Presidencia entre mayo de 1988 y mayo de 1989, quizá el año crítico en la evolución del país. Los Dizdarevic son una conocida familia bosnia, a la que hasta 1992 se consideró siempre de orientación yugoslavista. Dos de los hermanos de Raif, Nijaz y Faik (este último fue Embajador en España) ocuparon puestos importantes. Srdjan Dizdarevic, presidente del Comité Helsinki de Bosnia-Hercegovina, es el miembro más conocido de la siguiente generación.
Las luchas por la supervivencia y la libertad. Las raíces del yugoslavismo JAKSIC, Pavle. Las luchas por la supervivencia y la libertad. Las raíces del yugoslavismo. Belgrado: Cigoja, 2000.
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Reseña de libros
14 Feb 2000 10:55:02 +0100 Dalibor Soldatic Los especialistas en cuestiones balcánicas estarán interesados en el libro en tres tomos del general-coronel Pavle Jaksic. El primer libro trata las cuestiones de la Krajina militar, la guerrilla de los hajduk i uskok, las luchas de liberación de 1593 hasta 1792, las insurrecciones y levantamientos en territorio austriaco, la Primera insurrección serbia, la Segunda en 1815, los levantamientos en Bosnia-Hercegovina, las luchas de liberación montenegrinas, guerras de liberación de los albaneses, la Guerras Balcánicas y la Primera Guerra Mundial. El segundo libro presenta la visión del autor sobre la Guerra de Liberación Nacional de Yugoslavia de 1941 a 1945. El tercer libro se ocupa de los acontecimientos más recientes en el territorio de la antigua Yugoslavia anterior, las guerras yugoslavas de 1990-1995 y 1999. El único problema es que se trata de una edición para bibliofilos. La tirada es de 20 ejemplares.
Historia moderna de Croacia BILANDZIC, Dusan. Hrvatska moderna povijest (Historia moderna de Croacia). Zagreb. Golden marketing. 1999. 24 Feb 2000 20:41:03 +0100 José-Miguel Palacios Bilandzic (debe de tener unos 70 años) es, quizá, el historiador más conocido de la Yugoslavia socialista. A principios de los 80 escribió la "Historia de la RSFY", y en 1986 publicó "Yugoslavia después de Tito". Son obras para las que hizo un amplio uso de los archivos de la Liga de los Comunistas. El nuevo libro es, en gran parte, una actualización de los anteriores. Cubre, desde luego, un periodo más amplio (hasta casi nuestros días), pero, lo que resulta más interesante, reinterpreta los acontecimientos de los años 80. Bilandzic parece haber sido un hombre con - 104 -
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gran capacidad de adaptación a los vientos que soplan. Quizá sus libros de los 80 pecaban de yugoslavistas y los de los 90, de antiyugoslavistas. La parte más reciente está, quizá, demasiado condicionada por la coyuntura política. Ahora que Tudjman ya no está y su época parece superada es posible que Bilandzic pueda encontrar las condiciones para dar una visión algo más distante y matizada de estos años. 25 Feb 2000 10:50:24 +0100 Sasa Cvijetic Dusan Bilandzic is well-known in Croatia as a person who changes his coat very easily from ideologist of the Communist Party of Yugoslavia to Tudjman's Vice-President in 1990-1991. He is now speaking as if he never wrote all those books in 1980s. He even distanced himself from the SDP, because they were not "national" enough for him in 1990s. However, after recent changes (and SDP in power), we might see the new book... Fortunately, I must admit that this phenomenon (of people chaning their coat and becoming ardent nationalists) was not so widespread among intellectuals in Croatia as in some other former Yugoslav republics (notably in Serbia). However, Bilandzic is one example of those and his books, both then and now, should be taken with reserve. Nice regards, 25 Feb 2000 23:16:00 +0100 Dalibor Soldatic Interesantes los comentarios de J.M. Palacios y S. Cvijetic. Creo que Bilandzic se los merece por haber sido lo que ha sido. pero eso no le quita el merito de ser historiador que conoce la materia. Recuerdo que en su tiempo publicó una serie de artículos en la revista Start de Zagreb en los que trató la historia posbélica yugoslava de un modo bastante ortodoxo para aquella época. Luego, claro sucedió lo que sucedió y de miembro del CC de la LC llegó a ser representante de Tudjman. De todos modos, sus visiones de la historia posbélica no dejan de ser interesantes, sobre todo porque participó en muchos acontecimientos, ocupó puestos bastantes altos como para estar bien informado y tuvo acceso a archivos buenos. En cuanto a las opiniones políticas eso es otra cosa. Yo le leería cum grano salis.
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La gran conversión. El destino de los comunistas en Europa del Este MINK, Georges y Jean-Charles SZUREK. La grande conversion. Le destin des communistes en Europe de l´Est. París: Eds. du Seuil, 1999. 25 Feb 2000 16:18:55 +0100 Francisco Veiga - A pesar del título, los autores trabajan específicamente sobre Hungría, Polonia y Checoslovaquia (con algunas referencias a Lituania). No es, por tanto, un libro que se refiera de forma directa a las transiciones balcánicas. Pero provee de un modelo interesante para aplicar, y muchos de los casos analizados y descritos (amén de apartados teóricos) son trasladables a los Balcanes. - Refuerza esa apreciación el hecho de que los autores han trabajado en el análisis de las sociedades postcomunistas desde el comienzo de las transiciones. Incluso habían abordado el estudio de algunas sociedades en pleno periodo soviético. Sería muy interesante localizar, por ejemplo, el siguiente título: Paysans et Nations d´Europe centrale et balkanique (en collaboration). París: Maisonneuve et Larose, 1985.
El holocausto en Rumanía: hechos y documentos sobre el aniquilamiento de los judíos rumanos. CARP, Matatias. Holocaust in Rumania. Facts & Documents on the annihilation of Rumania´s Jews, 1940-44. 25 Feb 2000 16:18:55 +0100 Francisco Veiga Es un libro realmente difícil de encontrar en Occidente (ya no en Rumania), que busqué durante años y del cual atesoro fotocopia del original en rumano. Por lo tanto, ha sido una feliz casualidad encontrarlo editado en Internet. Lo han traducido al inglés y no se han añadido las rarezas fotográficas con que cuenta al edición original, pero sigue siendo interesante. Es un compendio de relatos y documentos sobre la persecución de lo judíos en - 106 -
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Rumanía durante el periodo del gobierno legionario (sept. 1940-enero 1941) y otras matanzas posteriores, como las perpetradas por tropas alemanas y rumanas en Iasi y Besarabia en el verano de 1941, ya durante la Operación Barbarrosa. Como podéis imaginar, la obra es muy polémica y ha sido atacada y/o ocultada y/o ninguneada por casi cualquier tendencia política actual o pasada en Rumania. La Biblioteca Mathias Corvinus, donde se encuentra la obra, se dedica a editar libros sobre historia de Hungría y, de paso, otros en los que denuesta en lo que puede a los vecinos rumanos.
Los tristes y los héroes MILOSEVIC, Mira. Los tristes y los héroes. 2000. 8 Apr 2000 22:01:02 +0200 Francisco Veiga Lo primero que resalta de la obra es que su autora es una gran admiradora del antropólogo Jon Juaristi, dado que el subtítulo ("Historias de nacionalistas serbios") rinde explícito homenaje a su libro "El bucle melancólico. Historias de nacionalistas vascos". De hecho, ella misma explica en la página 32 lo siguiente: "He huido de Serbia porque no quería participar en la construcción de la nueva nación serbia. No sé por qué España, pero sé que en España he encontrado el libro que me ha revelado el sentido de mi huida personal: El bucle melancólico. Historias de nacionalistas vascos de Jon Juaristi. Este libro me reveló que he huido de las "historias" de mis abuelos, de las de los libros escolares, de las de los intelectuales. Porque las "historias", como bien demuestra Jon Juaristi, son el vehículo a través del cual se transmite la narración nacionalista, una lejana melancolía por el paraíso perdido, por la patria arrebatada. Basándose en la teoría de Freud -la melancolía es una denegación de la pérdida mediante una identificación del sujeto con el objeto perdido; el melancólico canibaliza al ser amado cuya muerte niega (de ahí que Saturno, devorador de sus hijos, se convierta en emblema temprano de la melancolía), y retira del mundo exterior su deseo para dirigirlo sobre sí mismo en un bucle inflexible-". - 107 -
Reseña de libros
Tanta admiración ha puesto en un divertido aprieto a Juaristi, que tanto en el prólogo del libro como en el acto de presentación del mismo insistió una y otra vez que su "Bucle melancólico" y "Los tristes y los héroes" presentan semejanzas sólo "muy superficiales". Imagino la preocupación de Juaristi por distanciarse de paralelismos incómodos entre vascos y serbios, sobre todo después de que (creo recordar) Felipe González tildase a Xavier Arzallus de "Slobodan Milosevic". Por lo demás, cualquiera que conozca un poco la obra de Juaristi podrá comprobar que Mira Milosevic no posee su formación antropológica y que, efectivamente, el parecido entre ambos libros es superficial. Al margen de estas cuestiones, hay que decir que el libro de Mira Milosevic es, en líneas generales, una contribución interesante a la bibliografía española sobre temas balcánicos. Más que nada porque después de diez años de libros escritos por periodistas españoles "que estuvieron allí" y los consabidos diletantes que tras haber escrito sobre lo divino y lo humano encuentran tiempo para componer "su" librito sobre los Balcanes (¿por qué no se han traducido algunas de las buenas obras sobre el tema que se publicaron en el extranjero?) o fusilar cualquier manual, es de agradecer una obra sobre temas balcánicos escrita por un intelectual balcánico. "Los tristes y los héroes" es un ensayo en primera persona. En él Mira Milosevic ajusta cuentas con su pasado (lo que aprendió y vivió en Yugoslavia) y con los mitos nacionalistas, de una forma parecida a como lo hace Juaristi en sus libros. Esto me parece de escaso interés para el lector español, pues si Juaristi es un personaje destacado de la intelectualidad vasca, Mira Milosevic no tiene el mismo peso en Serbia. Es más bien una postura característica de los refugiados o exiliados serbios en Occidente que han de hacer equilibrios personales entre el rechazo del régimen de Belgrado y la demonización de lo serbio que segregan los medios de comunicación occidentales. Quizá por ello la interpretación que ofrece de la descomposición yugoslava es un poco floja, ya que incide en explicaciones genéricas que el público más interesado ya conoce. Hubiera estado bien en 1991 ó 1992, pero andamos por el 2000 y ya nos planteamos preguntas más complejas sobre las que la autora pasa de puntillas. En todo caso y dentro del estilo al que recurre Mira Milosevic, me parecían más agudos los retratos que hacía
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Mirjana Tomic sobre la descomposición de Yugoslavia en sus crónicas para "El País" y en alguna obra colectiva. Metida en el asunto capital del libro, Mira Milosevic pasa revista a la evolución de los mitos nacionalistas serbios centrándose en un personaje o grupo de personajes por época. En esos capítulos la autora aporta valiosas citas e ideas provenientes de autores serbios que el público español desconoce, especialmente para los capítulos dedicados al origen de los mitos nacionales serbios hasta Vuk Karadzic. A partir de ahí, los capítulos en los que habla de Jovan Ducic y Boris Davidovic me parecen más flojos, documentalmente hablando. Retoma el pulso de un buen respaldo argumentativo en el capítulo séptimo, en el que trata el caso de Dobrica Cosic. El octavo, centrado en Milosevic, me parece un tanto panfletario y además recurre demasiado al libro de Florence Hartmann (Milosevic, la diagonale du fou, Denoël Impacts, Paris, 1999). El último capítulo, centrado en los ultras de nueva generación aporta interesantes datos pero muy escasos testimonios externos. Balance general: Me parece un libro de calidad un tanto desigual, debido quizás a que Mira Milosevic es una autora novel, o porque se ha empeñado excesivamente en aplicar el "método Juaristi" y no ha impuesto su propio estilo argumentativo. Por otra parte, y a pesar de que de vez en cuando hace referencia a autores o mitos extranjeros, la argumentación comparativa no es precisamente lo más llamativo del libro. Personalmente, muy personalmente, creo que los análisis sobre mitos o doctrinas nacionalistas han de hacerse sobre una fuerte base comparativa. Caso contrario, el autor refuerza en el lector extranjero o ajeno al tema la idea de que "aquel pueblo" o "aquellos nacionalistas" son realmente únicos en sus "extravagancias" y por lo tanto absurdos en sus pretensiones. No se si me estoy explicando bien, pero en todo caso siempre recuerdo aquella afirmación tan reiterada por el periodista Hermann Tertsch de que "hay pocos pueblos que hayan adoptado una terrible derrota militar como su gran día de redención nacional" (pag. 249 de "La venganza de la historia") con lo que se olvidaba, ni más ni menos, de los catalanes, que cada 11 de septiembre celebran su derrota ante las tropas borbónicas. en 1714. Y eso entre otros muchos casos similares de mitos nacionalistas de unión por el sacrificio y la sangre. En fin, el libro de Mira Milosevic puede terminar dando la sensación, al lector poco avisado, de que los serbios son realmente especiales y hasta algo raros. Y lo cierto es que - 109 -
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para bien y para mal, los mitos nacionalistas serbios (y los vascos, y los albaneses, etc.) no son tan extraordinarios lo que hace de ellos un pueblo europeo más. Por lo demás, reitero lo dicho: se trata de una obra recomendable que aporta ideas y datos nuevos para el lector español y que, dentro de lo que cabe, resulta ameno.
Croacia. Una Historia GOLDSTEIN, Ivo. Croatia: A History. McGill-Queen's University Press, 1999. 30 Apr 2000 19:47:58 +0200 José-Miguel Palacios Hace unas semanas hablábamos de la Historia Moderna de Croacia, que acababa de publicar el Profesor Dusan Bilandzic. Esta Historia de Croacia, del Ivo Goldstein, Profesor de Historia Medieval de la Universidad de Zagreb y antiguo Director del Instituto de Historia Croata (1991-96) es diferente en muchos aspectos: - Goldstein nació en 1958. A diferencia de Bilandzic, su juventud no se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial y la primera postguerra, sino en el periodo del titoísmo tardío, con una Yugoslavia ya muy abierta al exterior, y, sobre todo, durante la crisis de los años 80. - Es más un manual divulgativo que un libro de investigación. Existe en él una falta absoluta de referencias bibliográficas. El autor parte de la base de que, por no haber Croacia hasta ahora un estado independiente, su historia se ha escrito desde las perspectivas de los países en los que estaba integrada (Hungría, Austria-Hungría, Yugoslavia). Goldstein pretende contribuir a salvar este problema, con lo que, quizá, se arriesga a "croatizar" periodos históricos anteriores en los que la actual perspectiva croata, quizá, no resulte suficientemente útil. En cualquier caso, es algo que dejo a los especialistas en siglos anteriores. Por lo que respecta a hechos más recientes, creo que es muy de apreciar el esfuerzo de Goldstein por mostrar la Croacia contemporánea con sus luces y sus sombras. Es una actitud muy distinta a la de Bilandzic, más centrado en la apologética. - 110 -
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El gran problema del libro está en su tratamiento de la ruptura de la antigua Yugoslavia, así como de las guerras que siguieron. No existe ningún esfuerzo por realizar una reflexión madura sobre lo ocurrido. Goldstein acepta de entrada la versión que la propaganda de guerra de HDZ dio en su momento, y prefiere no tocar un asunto que, probablemente, sigue sin ser fácil para los croatas de hoy en día. En la bibliografía, ningún libro publicado en Belgrado después de 1991, sin los que resulta muy difícil dar una visión clara y objetiva de los sucesos de estos últimos diez años. Menciona, de pasada, el contenido del famoso Memorandum de la Academia Serbia de Ciencias y Artes, así como las Memorias de Borisav Jovic, pero, por lo que dice de estas obras, es probable que no haya leído de ellas más que extractos periodísticos. En cualquier caso, la falta absoluta de citas a pie de página nos impide confrontar con los originales los datos y opiniones que, según Goldstein, proceden de ellos. Como conclusión, parece que deberemos esperar aún un tiempo antes de que en Croacia (y en la mayor parte de los estados surgidos de la antigua Yugoslavia) se pueda hacer una reflexión madura y objetiva sobre el proceso de ruptura del antiguo estado. Es relativamente fácil encontrar buenos análisis políticos sobre lo que ocurre "dentro de cada uno de ellos", pero cuando mezclamos ambientes, el serbio sigue siendo serbio, el croata, croata, y el bosniaco, bosniaco. Esto nos conduciría a la conclusión paradójica de que, de momento, la mejor garantía de democratización de estas sociedades está en la "segregación" (cada oveja con su pareja), no en la reintegración.
Guía política de Serbia MILOSEVIC, Milan. Politicki vodic kroz Srbiju (Guía política de Serbia). Belgrado: Medija Centar, 2000. 3 Sep 2000 21:53:57 +0200 Dalibor Soldatic Ayer fue presentado en el Centro para los medios de Belgrado el libro Politicki vodic kroz Srbiju, cuyo autor es Milan Milosevic (ediciones Medija Centar, Belgrado, 2000). El libro - 111 -
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fue presentado por Hari Stajner, Dragan Bujosevic y Srecko Mihajlovic, quienes dijeron que el libro presenta en forma exhaustiva todo lo que ha estado ocurriendo en Serbia en los últimos diez. Existe también una versión en inglés. Está escrito en forma enciclopédica, estilo conciso, breve y claro. Ademas de presentar hechos el libro explica los mecanismos de su funcionamiento. No conozco al autor. Sé que en 1992 publicó una Guía política de la la RF de Yugoslavia. Segú la promoció y las calificaciones de gente que goza de confianza del público parece ser bueno.
¿Quién es éste? Ko je ovaj covek? Belgrado: Glas Javnosti, 2000.
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Nov 2000 23:11:34 +0100 Dalibor Soldatic Glas javnosti está anunciando para el 15 de diciembre la salida a la venta del libro titulado Ko je ovaj covek? (¿Quien es éste?). Se trata de los textos publicados en la rúbrica del mismo título en ese diario todos los días y que contiene las biografías breves de las principales personalidades de la vida política en Yugoslavia. Aunque los retratos de los políticos no son de lo mejor y pecan a veces de la superficialidad típica de los periodistas, el libro puede servir de información inicial. Desafortunadamente para los amigos españoles que no dominan el idioma, está escrito en serbio. El precio será de 250 dinares, menos de 10 marcos alemanes.
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