Avivamiento, Avivamiento... Arturo Rojas Durante la última década hemos escuchado en toda Latinoamérica a muchos profetas de Dios anunciar el Avivamiento de la Iglesia de Cristo. Este anuncio se ha convertido en la esperanza de millones de cristianos que deseamos ver a nuestros países de América latina rendirse a los pies del Señor. Este avivamiento ha estado acompañado de la promesa de una gran cosecha de almas, para la cual debemos estar preparados ha discipular y pastorear. Es por esto que el pueblo de Dios debe ser protagonista y no espectador del mover de Dios en Latinoamérica para este tiempo. Muchos cristianos creen que el avivamiento ha de llegar un buen día donde despertaremos y al salir de nuestros hogares veremos columnas de fuego descendiendo del cielo sobre todas las Iglesias de la ciudad, y en cada Iglesia un gran resplandor de la santidad de Dios y algunos dirán “¡ha llegado el avivamiento!”, entonces, será en ese momento cuando muchos cristianos corran a las templos para ser participes de esta maravillosa bendición. Hermano, quiero decirte que el avivamiento que Dios nos ha prometido comenzará primero en tu vida, en tu comunión con Dios, empezará en el corazón de cada cristiano que desee hacer la voluntad de Dios, empezará cuando le des a Dios toda tu vida por completo, cuando te rindas a sus pies en total y absoluta dependencia, cuando procures a toda costa la santidad de Dios, cuando anheles con todo tu corazón Su presencia, cuando decidas guardar su mandamientos y ponerlos por obra, cuando en tus acciones reflejes la vida de Jesús, solo así llegará el avivamiento a tu vida, a la Iglesia y a las naciones, cuando el pueblo de Dios anhele la santidad y la presencia de Dios. El comienzo de esta gran bendición está en las manos de todas aquellas personas que deseen avivar el fuego de Dios en sus corazones. El avivamiento de tu iglesia no depende de los miembros de la Iglesia, del pastor o de los líderes de tu congregación, depende de ti, de tu comunión con Dios. Tu intimidad con el Señor traerá consigo frutos espirituales de testimonio para todos aquellos que no conocen a Cristo, es hora de levantar la luz de Jesús para proclamar las buenas nuevas de salvación. “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 5: 1:16 ¿Que estas haciendo tú por el avivamiento de tu vida, de tu hogar, de tu familia y de tu Iglesia?, Te exhorto a que avives el fuego del don de Dios que está en ti y que motives a otros a procurar el avivamiento que Dios ha prometido. “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti” 2da Timoteo 1:6