Autores Representativos Pierre Boulez Es un apasionado del ritmo, pero se niega a admitir que ese ritmo no existe ya que sólo se percibe en el papel. Ha estudiado a fondo los ritmos de Asia y África. Su obra es la más coherente de toda la escuela moderna. Además rompe con el dodecafonismo estricto. Algunas de sus obras son La Sonatina para flauta y piano (1946) y El martillo sin dueño (1950).
Stockhausen
Este compositor parte con un espíritu de sistematización fue el primero que logró fundir la música electrónica y la voz humana. Un ejemplo de ello se ve en Canto de los adolescentes en el horno de fuego (1956). En lo que se refiere a su obra Grupos (1957), es una de las partituras fundamentales de la música contemporánea.
Estas orquestas reclaman una sala muy espaciosa para poder ser dispuestas en forma de
Luciano Berio Rompe drásticamente con la uniformidad de la abstracción internacional. Intenta rehabilitar el canto en la escritura contemporánea como vemos en dos de sus obras más representativas Homenaje a Joyce (1958) y Epifanía (1961).
Jean Barraque Compositor francés. Estudió con J. Langlais y con O. Messiaen. Colaboró con el Grupo de Investigación de la Música Concreta de la radio francesa. Sus obras más notables son Séquence (1950-1955), Le temps restitué (1957-1968) y Concierto para clarinete, vibráfono y tres grupos instrumentales (1968).
Iannis Xenakis
(Braila, Rumania, 1922 - París, 2001) Compositor y arquitecto francés de origen griego, creador de la llamaba música estocástica.
En 1954, con la composición de Metastasis, inició sus experiencias en el campo de la música estocástica.
En 1966 fundó en París el Centre d'Études de Mathématique et Automatique Musicales (CÉMAMU), y en 1974 ideó un ordenador llamado UPIC (Unidad Poliagógica Informática del CÉMAMU) que constituye un instrumento de composición accesible a todo el mundo, con el que se compusieron Mycènes (1978) y Voyage absolu des Unari vers Andromède (1989).