Autores Guatemaltecos.docx

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Marco Antonio Flores

Marco Antonio Flores. (Guatemala, 1937).Poeta, narrador, ensayista, periodista. Ha sido catedrático en las universidades San Carlos y Rafael Landívar, de Guatemala; becario en el Sistema Nacional de Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, de México; investigador. Ha dictado conferencias en universidades y centros culturales de México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, España, Alemania, Inglaterra e Irlanda. Ha desplegado una intensa actividad cultural como coordinador de talleres literarios, cursos de literatura y editor, tanto en México como en Guatemala. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés y alemán. En dos ocasiones salió exiliado de su país. Es autor de los libros de poesía La voz acumulada (1964), Muros de luz (1968), La derrota (1972), Persistencia de la memoria (1992), Crónica de los años de fuego (1993), Un ciego fuego en el alma (1995), Reunión, Poesía completa, Volumen I (1992) y Volumen II (2000), Poesía escogida (1998); de las novelas Los compañeros (1976), En el filo (1993), Los muchachos de antes (1996), Las batallas perdidas (1999); de los libros de cuentos La siguamonta (1993), Cuentos completos (1999); de la crónica histórica Fortuny, un comunista guatamalteco (1994); de las obras de teatro Entremés para cantar (1972), El entrenador (1997), de un librocollage Los rollos que quedaron (1997); ha recopilado sus columnas periodísticas en un volumen Pan pa' mi matate (1995); y en ensayo, Poetas guatemaltecos del siglo XX (2000). Hasta la fecha han recibido el galardón Luis Alfredo Arango, 1988; Carlos Solórzano, 1989; Otto-Raúl González, 1990; Dante Liano, 1991; Enrique Juárez Toledo, 1992; Mario Monteforte Toledo, 1993; Luz Méndez de la Vega, 1994; Miguel Angel Vásquez, 1995; Margarita Carrera, 1996; Augusto Monterroso, 1997; Francisco Morales Santos, 1998; Mario Alberto Carrera, 1999; Ana María Rodas, 2000; Isabel de los Ángeles Ruano, 2001; Julio Fausto Aguilera, 2002; Humberto Ak'abal, 2003 (declinó); Rodrigo Rey Rosa, 2004, y Carlos Navarrete, 2005. Es Premio Nacional de Literatura "Miguel Ángel Asturias" 2006.

AYER Para romper las costras de la luna nos pusimos un yelmo en la mirada nos tiramos de cabeza en los charcos que reflejaban su rostro por las noches Desde entonces caminamos con agua entre los ojos y lodo en las pupilas. Poco a poco hemos ido encontrando el encanto de la ceguera la música que nos acompaña en el peregrinaje va tejiendo los sueños con un dulce remolino.

El Estanque Tuve un amigo. Un poeta que se bebía las noches con cerveza. Solíamos libar días enteros hablando de recuerdos, de viajes, de poemas, de mujeres amadas. Era inclinarse en el estanque. Cuando nos capturaron marchó al exilio. Al volver traía una obsesión atravesada: la montaña y las armas. Los poemas arrumbados. No duró tres meses. Teníamos treinta años. Lo capturaron vivo y lo quemaron. Busqué sus restos y me llené las manos de cenizas. Estuve varios días doliéndome de mí. La soledad ardía. El solía decir: "Mi exilio era de llanto".

Árbol genealógico Sastre mi abuelo por parte de padre, sastre mi abuelo por parte de madre, sastre mi padre, sastre mi tío, costurera mi mamá. Yo aquí zurciendo , bordando, bordoneando estos poemas en vez de trabajar.

José Ernesto Monzón fue un compositor y cantautor guatemalteco cuya composición musical la desarrolló como un entretenimiento y en general, la dedicó a la belleza, a la patria y de forma muy especial a distintos paisajes y destinos de Guatemala. Fecha de nacimiento: 31 de diciembre de 1917. Fecha de fallecimiento: 24 de septiembre del 2003. Ocupación: Cantautor.

Su vida

José Ernesto Monzón nació en Todos Santos Cuchumatán en el departamento de Huehuetenango. A lo largo de 18 años ejerció la docencia en centros de educación básica, sus principales disciplinas fueron matemáticas, contabilidad y literatura. Como compositor se inició el 23 de junio de 1937, momento desde el cual compuso más de 200 canciones en todos los ritmos. Su género musical es considerado como vernáculo debido a que compuso canciones dedicadas a cada uno de los departamentos de Guatemala. Entre sus canciones más conocidas y populares se encuentran Soy de Zacapa, La Sanjuanerita, Milagroso Señor de Esquipulas y El Grito, también llamada Yo soy puro guatemalteco.

Logros    

La Facultad de Humanidades le otorgó a Ernesto Monzón el Emeritisimum, la máxima distinción que brinda dicha facultad a los no universitarios por sus obras que contribuyen a la cultura. Recibió la Orden Presidencial por parte del presidente Vinicio Cerezo en el año 1986. En 1987 la Municipalidad de Huehuetenango le entregó la Orden de Los Cuchumatanes y lo declaró hijo distinguido de esa localidad. En 1971 recibió el reconocimiento de la Monja Blanca de la Asociación de Periodistas de Guatemala.

Nada. Roberto Monzón No tienes nada y por lo mismo te sientas en la acera, plenamente impecable, con la camisa sucia, te das una siestecita, sonríes satisfecho, agarras de la mano a la VIDA y ya no piensas más. Despido mutuo. Roberto Monzón. Te dan dos patadas en el culo te dicen —muchas gracias por todos sus servicios o vicios y a volar; no lo necesitamos más— Te encuentras en la calle sin un solo centavo, sin tan solo un petate donde caer muerto, ni madre, ni perro que te ladre ni dulce mujer que te consuele y mejor si te diera de comer y cama

y cuerpo y te llenara de placer. Disfunciones, de Roberto Monzón

Disfunciones, de Roberto Monzón Y las palabras callaron cuando fueron exigidas que hablaran todo que lo gritaran todo a voz en cuello; y los tentáculos del labio se hicieron hiedra en el cielo de la boca desdentada; dijeron verde sangriento simbolizaron cadenas que amordazaron la lengua; la lengua ya no sirvió más que para colgar del pecho como corbata decente.

de Adrián Recinos. Título de los señores de Totonicapán; traducción del original quiché por Dionisio José Chonay, introducción y notas de Adrián Recinos. México: Fondo de Cultura Económica. 1950. Pedro de Alvarado: conquistador de México y Guatemala. México: Fondo de Cultura Económica. 1952. Crónicas indígenas de Guatemala. Guatemala: Universidad de San Carlos. 1957. Doña Leonor de Alvarado y otros estudios. Guatemala: Editorial Universitaria. 1958.

Angelina Acuña Castañeda

Angelina Acuña Castañeda, gloriosa representante de la prosa y poesía femenina guatemalteca, murió a los 101 años de edad, luego de legar al país una voluminosa y reconocida producción literaria, que fue valorada nacional e internacionalmente. La hermana en espíritu de Gabriela Mistral, como la llamó la escritora Margarita Carrera, nació en 1904, en el departamento de Jutiapa, años después vivió en la ciudad capital y se graduó de maestra de educación primaria y bachiller en ciencias y letras, en el Instituto Central para Señoritas, Belén, indica una síntesis biográfica de quien hoy fue despedida de su tránsito terrenal, en el Cementerio General. La escritora fue una de las principales forjadoras de la poesía hispanoamericana de la primera era del siglo pasado y como una de las féminas ilustres de su época, por sus éxitos fue denominada "Mujer de las Américas", indica una reseña de Carrera. Se le conoció también como "Poetisa Excelsa" y perteneció a la generación de César Brañas, León Aguilera, Humberto Hernández Cobos, Flavio Herrera y otros que valoraron su pluma, sobre todo por el manejo perfecto del verso clásico, coinciden biógrafos y críticos literarios. Carrera subrayó que Acuña Castañeda era maestra en la versificación y que destacó sobre todo en el soneto, por lo que se constituyó en una digna sucesora de Sor Juana Inés de la Cruz y Gabriela Mistral. La fecunda literata empezó a escribir en la primera mitad del siglo pasado, específicamente antes de 1920, y desde entonces recibió múltiples premios, entre éstos la "Orden del Quetzal" y la "Orden Francisco Marroquín". El año pasado, la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG) la galardonó con el "Quetzal de Jade Maya", 2005 e Ileana Alamilla, ex presidenta de esta entidad, recordó que fue la primera mujer en recibir este importante premio, por medio del cual se honra altos méritos y que sólo se entrega en ocasiones especialísimas.

Poemas Alma Que me Buscas Yo sé que hay un alma lejos de la mía. Un alma distante que también espera. Que busca mis huellas esquivas Y que de mis pasos huye sin saberlo

Tal vez han rozado sus líricas alas El suave temblor de las mías. Acaso en sus ojos mi luz fascinada Encendió un instante la imagen perdida Quizá en los vaivenes del mundo inconstantes Las dos almas se oyen se ven se preguntan Pero no se escuchan ni miran y parten Buscándose siempre sin hallarse nunca Alma que me buscas yo que desespero Te busco y te llamo sin nombre preciso Con alas de música locura y anhelos Surcando silencios de tedio y de frio Donde en que milagro Cuando En que En qué extraño mundo de lumbres arcanas Tal vez para entonces nos diga el destino Que ya estamos juntas y somos hermanas

Una Oración por ti Señor vengo a pedirte Por este brote nuevo que retoño en mi rama Como albor de esperanza Surtidor de alegrías rumoroso de auroras Que eleva su frescura hacia el encuentro De un intangible anhelo Enarbolando el optimismo De su romántica bandera Por este amado adolecente Vuele que escapa en la espiral del sueño Sediento de horizontes Por el vengo a rogarte Que nada empañe el prisma de su risa Ni la interrogación de su mirada. Tú que miras el fondo de su alma Y el recóndito mundo que palpita En su indefenso corazón desnudo Sabes que claras fuentes de ternura Brotan en él cantando. Que arco iris de amor surcan su cielo Que sonoro bullicio de inquietudes Que sin fin de promesas Danzan allí su fiesta alborozada En las corolas de un azul sin nubes

Para ese mundo ingenuo breve universo indefinible Que firma en la armonía de tu creación ilímite Como brizna de amor vengo a rogarte Tan solo un mínimo destello Una párvula chispa desprendida De tu inmensa bondad que nos circunda Con sus galaxias infinitas Sera mucho pedirte Señor que tu sonrisa De luz inabarcable se detenga Un instante de amor en su destino Así podrá marchar libre confiado Entre la muchedumbre de tus hijos Que has llamado pequeños Que siguen por tu senda y van besando El polvo luminoso de tus huellas.

Para Dormir a un Indito Dormirte mi tatite Dormit un rate Con tu poncha caliente Con tu petate Dormite con la Cute Late pajuera Por ai vienen juyando Los coyotera Si no pegas tus oje Viende parribe Vas poner desteñide Como los gringa Vas volver tu pelleja Descoloride Vas poner un ishtiye Como ladine Mejor cerras tus oje De tepocate Con tu poncha caliente Con tu petate Lo queres que tu nane Rasca tu pioje Pues andite durmiende Pegas tus oje Si no lostas dormide

Con une piegre Lovenseñar un mica Su cole negre Y sistas dormidite Vhacer tu tate Un tu chinchin de more Y un tecomate Lo vhacer tu matate Pita morades Pa llenar tus cangrejas En el quebrade Si queres que tu nane Rasca tu pioje Pues andite durmiende Pegas tus oje Dormite mi tatite Dormitun rate Con tu poncha caliente Con tu petate Dormite pues tatite Ve q ishtiye babos Ya m estoy durmiende Primero que vos. Miguel Ángel Asturias Rosales (Ciudad de Guatemala, 19 de octubre de 1899-Madrid, 9 de junio de 1974) fue un escritor, periodista y diplomático guatemalteco que contribuyó al desarrollo de la literatura latinoamericana, influyó en la cultura occidental y, al mismo tiempo, llamó la atención sobre la importancia de las culturas indígenas, especialmente las de su país natal, Guatemala. Aunque Asturias nació y se crio en Guatemala, vivió una parte importante de su vida adulta en el extranjero.1 Durante su primera estancia en París, en la década de los años 1920, estudió antropología y mitología indígena.2 Algunos científicos lo consideran el primer novelista latinoamericano en mostrar cómo el estudio de la antropología y de la lingüística podía influir en la literatura.34 En París, Asturias también se asoció con el movimiento surrealista. Se le atribuye la introducción de muchas características del estilo modernista en las letras latinoamericanas.5 Como tal, fue un importante precursor del boom latinoamericano de los años 1960 y 1970.6 En El señor presidente, una de sus novelas más famosas, Asturias describe la vida bajo la dictadura de Manuel Estrada Cabrera, quien gobernó en Guatemala entre 1898 y 1920. Su oposición pública lo llevó al exilio, por lo que tuvo que pasar gran parte de su vida en el extranjero, sobre todo en América del Sur y Europa. La novela Hombres de maíz, que se describe a veces como su obra maestra, es una defensa de la cultura maya. Asturias sintetiza su amplio conocimiento de las creencias mayas con sus convicciones políticas para canalizar ambas hacia una vida de compromiso y solidaridad.7 Su obra es a menudo identificada con las aspiraciones sociales y morales de la población guatemalteca.8 Tras décadas de exilio y marginación, Asturias finalmente obtuvo amplio reconocimiento en los años 1960. En 1965 ganó el Premio Lenin de la Paz de la Unión Soviética. Luego en 1967 recibió el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose así en el tercer autor americano no estadounidense en recibir este honor —tras

Gabriela Mistral en 1945 y Saint-John Perse en 1960— y el segundo latinoamericano. Asturias pasó sus últimos años en Madrid, donde murió a la edad de 74 años. Fue enterrado en el cementerio de Père Lachaise en París. RETRATO DE ABUELOS Recuerdo que en los días rosados de mi infancia, la abuela…(¿de quién son los abuelos?, ¿de los niños?), solía por las noches, cuando la tibia instancia parecía una caja de dulces de la luna, contar historias viejas. Hoy ya no sé ninguna. Abriendo lentamente los cofres de mi abuelo, me daba a que besara la hoja de su espada. Guardaba ha muchos años un relojón de plata, una bandera blanca y azul color de cielo, la estrella de una espuela y un lazo de corbata. Conservo esos recuerdos que me legó de un hombre y tengo en las reliquias de mis antepasados la historia de mi casa, la gloria de mi nombre, y guardo en esos cofres que siempre están abiertos el retrato de bodas de mis abuelos muertos. ELLA LO DIJO EN UN POEMA Va pasando esta pena, la pena de la vida, la pena que no importa, tú la has sentido larga, yo la he sentido corta y aún está distante la tierra prometida. A nuestro paso errante fatal es todo empeño, toda esperanza es muerta, toda ilusión fallida ... Yo guardaré tu nombre, yo velaré tu sueño, yo esperaré contigo los primeros albores, yo enjugaré tu llanto cuando conmigo llores, y cuando ya no quieras que camine contigo déjame abandonada como un grano de trigo sobre las sementeras ... ¡Déjame para siempre cuando ya no me quieras!

EL AMOR ¡Ah, suave afán, cabal e inútil pena, clima de una piel tibia como un trino, en secreto misterio la cadena forjando está con sólo ser divino! Astral tonicidad de sus recreos,

preciosa soledad de sus combates, en linterna de alarma sus deseos quemando está de campos a penates.

Eternidad de pétalo de rosa, silencio azúl de álamo que aroma, manjar de sombra con calor de esposa, fruto prohibido que en el polen yerra, tejiendo está con alas de paloma, el vestido de novia de la Tierra.

Humberto Ak'abal (Momostenango, Guatemala, 1952-Ciudad de Guatemala, 28 de enero de 2019)1 fue un poeta Maya' K'iche' y escritor guatemalteco. Pensaba y escribía sus poemas en idioma k'iche' y se autotraducía al español. Fue uno de los poetas guatemaltecos más reconocidos en: Europa y Sudamérica. Sus obras han sido traducidas al francés, inglés, alemán, italiano, portugués, hebreo, árabe, escocés, húngaro, estonio, en más de 20 idiomas.2 Sus poemas han sido publicados en periódicos y revistas de Guatemala, Centro América, México, Estados Unidos, Venezuela, Brasil, Colombia, Líbano, Japón, España, Francia, Austria, Suiza, Alemania, Holanda e Italia.

Críticas 





"Humberto Ak'abal es un poeta que hermana en sí mismo la conciencia indígena (sus idiomas, su grandeza, su espiritualidad, su música, su canto) y la conciencia de los nuevos países que desde hace quinientos años en unas partes se llaman Chile, Bolivia o Perú y en otras Guatemala o México." Carlos Montemayor. "Quedo, de la poesía de Ak'abal, seriamente impresionado por su esencial sencillez, por la elementalidad sagrada en que palpitan las palabras que revelan los hechos, las cosas, los seres directamente naturales..." Antonio Gamoneda. "Humberto Ak'abal canta como los pájaros, habla maya-k'iche' y piensa como desearíamos que pensara la mayoría de los hombres." Miguel Rojas Mix. "La poesía de Ak'abal es fuerte, toda vez que entre ésta y la vida no existe límite alguno." Francisco Morales Santo.

EL FUEGO El fuego acuclillado apaga la tristeza del leño cantándole

su ardiente canción. Y el leño lo escucha consumiéndose hasta olvidar que fue árbol. DOS LAGRIMAS Cuando nací me pusieron dos lágrimas en los ojos para que pudiera ver el tamaño del dolor de mi gente. UNA Una polilla después de pensarlo bien, decidió conocer el arte: hizo el viaje más bello de su vida, de pasta a pasta una Antología de la Poesía Universal.

Dina Posada Dina Posada (El Salvador, 1946) es una de las poetas centroamericanas contemporáneas más reconocidas desde la publicación de Fuego sobre el madero (1996), una colección de poemas que celebra el amor, el erotismo y el cuerpo femenino. Posada, que tiene ciudadanía salvadoreña y guatemalteca, estudió Periodismo en El Salvador y Psicología en Guatemala, donde reside desde 1970. Trabajó en el diario La Prensa Gráfica de El Salvador de 1965 a 1969, y actualmente colabora con textos literarios en varias publicaciones en Guatemala. Desde Fuego sobre el madero, la poesía de Posada ha recibido amplia atención de la crítica literaria en América Latina, Estados Unidos y Europa, entre ella su obra Afrodita en el trópico (Scripta Humanistica, 1999). Muchos poemas de Posada fueron traducidos a otros idiomas y pueden encontrarse en variadas antologías locales e internacionales; su trabajo también ha inspirado otros emprendimientos artísticos, como "Novembre Vaca" (Barcelona, 2005) y "Exilio," una exposición mural (Canadá, 2004).

Obras Poesía:  

Hilos de la noche (1993) Fuego sobre el madero (1996)

Antologías:1          

Mujeres en la literatura salvadoreña (El Salvador, 1997) Voces Pecado fronteras (Wisconsin, 1999) Voces nuevas (Madrid, 2000) Mujer, desnudez y palabras (Guatemala, 2002) Poesía salvadoreña del siglo XX (Francia, 2002) Stigar/Senderos (Suecia, 2003) El monte de las delicias (Barcelona, 2004) Trilogía poética de las mujeres en Hispanoamérica. Pícaras, místicas y rebeldes (México, 2004) Mujer, cuerpo y palabra (Madrid, 2004) Jinetes del aire (Ecuador y México, 2005

CARTA FINAL

Quiero morir con tu espuma carnal envolviendo mi pulso casi de polvo pulpa y zumo del íntimo adiós trazarán la sonrisa que en tus labios de luto habrás de repetir mientras el reloj te aparte el recuerdo BESO III Caótico preludio quemando voces opacando voluntades a la vez que dos lenguas en pacto remueven hondo combate FUEGO SOBRE EL MADERO

Después de romper el áspero castrante hostil cerrojo de las ataduras apuñalé al pecado cayendo agónicas mis trabas y mis culpas

Dejé de pedir permiso para vivir Disponiendo conocerte abrí tus brazos en cruz —cristo de mis pasiones— y hundí el sabor de mi presencia en tus pies en tu cuello en la blanca playa de tu espalda Recorriéndote fui creciendo hoja de tu rama rama de tu árbol árbol de tu bosque hoja loca al vaivén de tu tronco elocuente Empinando a la fiebre mi despertar caminé y rodé en tus cumbres y tu sexo brotó dejando su vasta lluvia en mi rezumante tierra nueva.

José Domingo Estrada José Domingo Estrada (Amatitlán, 21 de diciembre de 1855- 9 de agosto de 1901) fue un poeta y diplomático guatemalteco. Fue secretario del Consejo de Estado (Diccionario Histórico Biográfico, 2004). Estrada fue hijo de Arcadio Estrada y Rafaela Villacorta de Estrada. Se graduó de Bachiller en Filosofía, en 1871. Posteriormente, realizó estudios en la Facultad de Derecho, donde se graduó de Abogado en 1887, pero no ejerció dicha profesión (Diccionario Histórico Biográfico, 2004). Desempeñó los cargos de Secretario del Consejo de Estado, Catedrático de la Facultad de Derecho, Subsecretario del Ministerio de Fomento, diputado y Cónsul de Guatemala en San Francisco -California, Estados Unidos– y en París –Francia- (Diccionario Histórico Biográfico, 2004). Sus dotes de escritor se revelaron en los artículos que publicaba en la revista literaria El Porvenir y en la Revista de la Universidad de Guatemala. Mantuvo una leal y entrañable amistad con la poetisa María Cruz (Diccionario Histórico Biográfico, 2004). La crítica literaria considera que la mejor traducción del poema Las Campanas, de Edgar Allan Poe es la que Estrada realizó. También trasladó al castellano Les Djinns, El Resucitado y el poema XXVIII de Les Orientales, de Víctor Hugo (Diccionario Histórico Biográfico, 2004). El Gobierno de Manuel Estrada Cabrera lo destituyó del cargo de Cónsul General en París, aunque posteriormente lo nombró Secretario de la Legación de Francia. A manera de homenaje, sus mejores poemas se publicaron en un volumen titulado Poesías -1902- (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).

Murió el 9 de agosto de 1901, en París, solo y abandonado. Por iniciativa de Carlos Martínez Durán, Rector de la Universidad de San Carlos, sus restos, junto con los de Fernando Cruz, fueron repatriados en 1960 (Diccionario Histórico Biográfico, 2004). POEMA PARA EL CREPÚSCULO I Hora de soledad y de melancolía, en que casi es de noche y casi no es de día. Hora para que vuelva todo lo que se fue, hora para estar triste, sin preguntar por qué. Todo empieza a morir cuando nace el olvido. Y es tan dulce buscar lo que no se ha perdido. Y es tan agria esta angustia terriblemente cierta de un gran amor dormido que de pronto despierta. II Viendo pasar las nubes se comprende mejor que así como ellas cambian, va cambiando el amor, y aunque decimos: «Todo se olvida, todo pasa...», en las cenizas, a veces nos sorprende una brasa. Porque es triste creer que se secó una fuente, y que otro beba el agua que brota nuevamente; o una estrella apagada que vuelve a ser estrella, y ver que hay otros ojos que están fijos en ella. Decimos: «Todo pasa, porque todo se olvida», y el recuerdo entristece lo mejor de la vida. III Apenas ha durado para amarte y perderte este amor que debía durar hasta la muerte. Fugaz como el contorno de una nube remota, tu amor nace en la espiga muriendo en la gaviota. Tu amor, cuando era mío, no me pertenecía. Hoy, aunque vas con otro, quizás eres más mía. Tu amor es como el viento que cruza de repente: Ni se ve, ni se toca, pero existe y se siente. Tu amor es como un árbol que renunció a su altura,

pero cuyas raíces abarcan la llanura. Tu amor es como un viaje por el sueño de un loco, 1 porque nunca comienza ni termina tampoco. 1 Tu amor me negó siempre lo poco que pedí, y hoy me da esta alegría de estar triste por ti. Y, aunque creí olvidarte, pienso en ti todavía, cuando, aún sin ser de noche, dejó de ser de día. José Batres Montúfar, (San Salvador, El Salvador, 18 de marzo de 1809 - Ciudad de Guatemala, Guatemala, 9 de julio de 1844), escritor, político, ingeniero y militar que nació en la ciudad de San Salvador; hijo de José Mariano Batres y Asturias y de Mercedes Montúfar y Coronado. Provenía de la vieja alcurnia de familias coloniales. Se le ha llamado el mejor poeta guatemalteco del siglo XIX, por su obra intelectual sin parangón en las letras de ese tiempo en Guatemala, sólo comparable a lo que consiguió en la prosa el novelista José Milla y Vidaurre, promotor de la difusión de las composiciones de Batres Montúfar, prontamente olvidadas incluso en las décadas siguientes a su deceso. Entre muchos de los escritores que lo mencionaron, como Menéndez y Pelayo y José Martí, el célebre erudito de la literatura hispanoamericana Pedro Henríquez Ureña diría de él: «El mejor de los poetas dotados del don del humor».1 Pepe Batres -como familiarmente se le llamara-, recibió una educación esmerada; su padre le dio las primeras lecciones literarias y le enseñó la música, la lengua francesa y los principios de honradez y caballerosidad tradicionales en la familia, que formaron el fondo del carácter del poeta. Fue aficionado a la lectura, aprendió el latín, y leía y hablaba perfectamente el francés. Se nutrió con la lectura de los clásicos griegos y latinos y con los escritos más representativos de las lenguas española, y francesa. Trascurrió su infancia y tiempo de formación entre la gran efervescencia social que propició la independencia de Guatemala de la dominación española, en los primeros y revoltosos años de la Guerra Civil Centroamericana. Su familia, atrapada entre las luchas que enfrentaron al general liberal Morazán con la conservadora República Federal de Centro América, perdió bienes y posición social, tras la expulsión de los conservadores del clan Aycinena de Centroamérica en 1829.2 Posteriormente fue recuperando su posición, especialmente tras la entrada definitiva del general Rafael Carrera a Guatemala el 14 de abril de 1839, cuando el poeta fue nombrado como jefe político de Amatitlán.3 Cuento Una vieja soltera se moría y sin cesar pedía al confesor que estába cerca de ella la palma y la corona de doncella; y su afán era tanto que era capaz de impacientar a un santo, aunque no lo mostrase el padre cura, hombre muy ponderable de dulzura. Una de tantas veces, sin embargo, que estába repitiendole el encargo nuestra virgen anciana por centésima vez en la mañana, aburrido el pastor de aquella tema a la vieja le dijo con gran flema: “Mire, Tía Pascuala, que la cosa es algo peligrosa,

pues si su doncellez no es verdadera, y la van a enterrar de ésta manera cubierta con insignias virginales, el menor de sus males será ir al infierno en cuerpo y alma tan sólo por la culpa de la palma; mírese bien en ello, madre mía, y no le salga cara su porfía.’ “El Señor, le responde, me és testigo que no reza conmigo éso que usted acaba de decirme. ¡Si por algo no temo yo el morirme…! Ello…en fin…es del todo…indiferente, Pero…mejor será…porque la gente no vea…vanidad en mi persona, que me entierren sin palma ni corona’. Yo pienso en ti Yo pienso en ti, tú vives en mi mente sola, fija, sin tregua, a toda hora, aunque tal vez el rostro indiferente no deje reflejar sobre mi frente la llama que en silencio me devora. En mi lobrega y yerta fantasía brilla tu imagen apacible y pura, como el rayo de luz que el sol envía a traves de una boveda sombria al roto mármol de una sepultura. Callado, inerte, en estupor profundo, mi corazón se embarga y se enajena y allá en su centro vibra moribundo cuando entre el vano estrépito del mundo la melodía de tu nombre suena. Sin lucha, sin afán y sin lamento, sin agitarme en ciego frenesí, sin proferir un solo, un leve acento, las largas horas de la noche cuento ¡y pienso en ti! Romance Es un joven desgraciado cómo una rosa marchita, frescura y color le quita el sol que la ha marchitado. Apenas la sombra queda de la forma que perdió: Ya el olor se disipó, no hay quién volverselo pueda.

Huye de todo consuelo, que el infeliz no le tiene: Ni esperanza le mantiene, éste grato don del cielo. En su profundo estupor y desesperada calma, ya no lisonjea su alma ni la gloria ni el honor. Cómo un volcán abrazado su adolescencia pasará, ¡cuán violento palpitará su corazón arrojado! Hoy para él todo está muerto que el corazón arrogante cayó frío en un instante y de tristeza cubierto. Otro hombre jamás ha habido que algún bien no haya gozado; más él siempre desgraciado y nunca dichoso ha sido. La esperanza ni una vez vino a alimentarle un rato; no tendrá un recuerdo grato con qué aliviar su vejez. Mírale, tierna doncella, mira aquella alma postrada; que enciende una tu mirada la vida que aún resta en ella. Para la piedad naciste, tu misión es la ternura; no seas con él tan dura; velo: casi ya no existe. Más ¿rehúsas doncella hermosa, dar fin a tan cruel tormento? ¿No te mueve ni un momento su desdicha lastimosa? Ya su mal está calmado ¡Oh muerte! ¡Oh nada desierta! abre, eternidad, tu puerta para que entre un desgraciado

César Brañas (Antigua Guatemala, 13 de diciembre de 1899 - Ciudad de Guatemala, 22 de febrero de 1976) fue un periodista, ensayista, crítico literario y poeta guatemalteco. Como periodista, colaboró durante años en el periódico El Imparcial en donde estaba a cargo de la sección cultura y escribía una columna para compartir sus pareceres sobre cuestiones literarias y artísticas.1 Murió tras sufrir serias heridas durante el terremoto de 1976, que destruyó parcialmente a Guatemala y heredó su biblioteca y residencia a la Universidad de San Carlos de Guatemala.2

Biografía Brañas era hijo de Antonio Brañas Fernández y de Rafaela S. Guerra. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones. Sus primeros artículos los publicó en las revistas Semanario, El Pabellón Escolar y El Independiente. Entre 1917 y 1920 vivió en varios países europeos, en especial, España y Francia. A su retorno a Guatemala tras el derrocamiento del presidente Manuel Estrada Cabrera se inició como redactor del Diario de Centro América. Brañas fue miembro de la Generación del 2034 y además de escribir poesía, novela y cuento, también cultivó el ensayo filosófico, la crítica literaria y la crónica periodística.5 El 16 de junio de 1922, Alejandro Córdova, junto con Brañas, Rafael Arévalo Martínez, Carlos Wyld Ospina, Luz Valle y el poeta colombiano Porfirio Barba Jacob fundaron el periódico El Imparcial. Poco después, se unieron como colaboradores del periódico Miguel Ángel Asturias y David Vela; el logo del periódico era un quetzal estilizado, obra de Carlos Mérida.6 Su ideario contemplaba: no servir como órgano de partido político alguno, no recibir subvenciones ni ayuda oficial, mantener y defender la libertad de expresión del pensamiento. Brañas fungió primero como jefe de redacción y posteriormente como director.5 La existencia de El Imparcial en la historia del periodismo guatemalteco está marcada, principalmente, por la página literaria que dirigió el poeta Brañas, y en la cual colaboraron muchos de los más calificados escritores guatemaltecos y extranjeros. APRENDIZAJES

Si tuve en los caminos insensato

afán de regresar, y si del viaje no me quedó sino el amable dato de algún humilde ocasional paraje; si el mar me dio tan sólo el inmediato goce de la canción de su oleaje, montaña, cielo y mar en su arrebato me enseñaron su pítico lenguaje. Mi aprendizaje fue harto sencillo, de ciego que no urgió de lazarillo; cuanto buscaba en mí mismo escondía; para cumbres y mar mi desencanto, para caminos mi melancolía, ¡que todo regresaba, en mí, a mi llanto! DONDE ESTOY Si quieres encontrarme no me sigas en mi desamparado movimiento, guárdate de la flor de mis fatigas y del dictamen de mi desaliento. Mis pájaros de sueño no persigas, huye el que es en mí vencido intento, mi destrozado símbolo de espigas, mi desolado sollozar de viento. Me encontrarás en el ciprés dormido, en la porosa tierra desgajada, en el agua, en la nube y en el humo. ¿Pero por qué me buscas sin sentido fuera de ti, si en tu extensión amada río de fuego y llanto me consumo? ENTONCES

Ese día que esperas temeroso, vendrá. Te irás pausado, y otros seres ocuparán tu espacio. En tu reposo escucharás las risas de mujeres nuevas, el renovarse silencioso de cuanto vive, y sentirás que mueres de nuevo en todo día victorioso, que otra vez dejas sueños y placeres. Crepitará la dicha en torno tuyo, ignorarán los hombres lo que fuiste y no podrán, desde su vida, verte.

Tú los verás, en el delirio suyo, aproximarse ciegos a la muerte, y en tus cenizas estarás más triste. Otto René Castillo (Quezaltenango, 25 de abril de 1936– 23 de marzo de 1967) fue un poeta, activista y combatiente guerrillero guatemalteco. Se graduó de bachiller en 1953 en el Instituto Nacional Central para Varones, en donde pertenecía a la agrupación estudiantil que se llamaba Alianza de la Juventud Democrática y que trabajaba con la República Escolar Normalista de la Escuela Normal para Varones y que era una forma de autogobierno que le daba vida a las escuelas públicas de la secundaria durante el gobierno de Jacobo Arbenz;1 también estaba afiliado al Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT).Nota 2 En 1954, debido a su oposición al golpe de Estado contra el gobierno de Arbenz, salió exiliado hacia El Salvador donde trabajó en varios oficios.2 Regresó a su país cuatro años después y estudió Derecho en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Tras un año de brillante desenvolvimiento académico, partió a la República Democrática AlemanaNota 3 donde obtuvo una beca para estudiar letras, la cual abandonó para integrarse a un grupo de cineastas que filmaban los levantamientos populares de la época.Nota 4 Una vez más retornó a Guatemala en 1964, pero nuevamente fue exiliado el año siguiente. No obstante, organizaciones políticas le nombran representante de su país en el Comité Organizador del Festival Mundial de la Juventud y tuvo la oportunidad de viajar por diferentes partes del mundo.

Muerte En 1966 volvió a su Guatemala e integró la guerrilla de las Fuerzas Armadas Rebeldes; negándose a permanecer en un refugio en la Ciudad de Guatemala estuvo con los combatientes de la Sierra de las Minas donde se dedicaba a preparar obras de teatro que los combatientes representaban ante los campesinos del área para hacerles llegar el mensaje de la guerrilla.1 Asimismo, dado que las fuerzas guerrilleras de ese entonces estaban integradas por jóvenes rebeldes, varios de los cuales provenían de las filas del ejército y otros eran estudiantes de secundaria o de la universidad nacional y dos profesionales (economista y antropólogo), las mismas carecían de sustento ideológico, por lo que cuando Castillo ingresó a las filas del movimiento, le asignaron la formación de los combatientes en los conceptos teóricos del marxismo.3 Tras un combate con el ejército fue herido y capturado por fuerzas gubernamentales en la Sierra de las Minas junto con Nora Paiz, también combatiente guerrillera—, y ambos quemados vivos el 17 de marzo de 1967; de aquel acombate solo sobrevivió el guerrillero guatemalteco Pablo Monsanto. Al ser capturado, Castillo fue conducido a la base militar de Zacapa y torturado brutalmente por un capitán del ejército guatemalteco. Nota 5 La tortura duro cinco días, y luego murió cruelmente quemado vivo junto a otros trece colaboradores de la insurgencia LOS AMANTES Se habían encontrado hace poco. Y hace pronto se habían separado, llevándose cada uno consigo su nunca o su jamás

su afirmación de olvido, su golpeador dolor. Pero el último beso que volara de sus bocas, era un planeta azul. Girando en torno a su ausencia. Y ellos vivían de su luz igual que de su recuerdo. NUNCA ESTOY SOLO De veras, nunca estoy solo. Tan solo estoy triste cuando tus ojos huyen del sitio en que debimos encontrarnos por la tarde. Ahora se pudre la espera debajo del tiempo, del tiempo que se ríe de mí, gran amador, desprovisto de amada en búsqueda siempre SABOR A LUTO Tú no sabes, mi delicada bailarina, el amargo sabor a luto que tiene la tierra donde mi corazón humea. Si alguien toca a la puerta, nunca sabes si es la vida o la muerte la que pide una limosna. Si sales a la calle, puede que nunca más regresen los pasos a cruzar el umbral de la casa donde vives. Si escribes un poema, puede que mañana te sirva de epitafio. Si el día está hermoso y ríes, puede que la noche

te encuentre en una celda. Si besas a la luna, que acaricia tu hombro, puede que un cuchillo de sal nazca de madrugada en tus pupilas. Amargo sabor a luto tiene la tierra donde vivo, mi dulce bailarina. Sabes, creo que he retornado a mi país tan solo para morir. Y en verdad, no lo comprendo todavía.

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