Mundo Judío – 06/09/2008 PARASHAT HASHAVUA
Shoftim Interpretación y comentario Uno de los principales puntos de desacuerdo en lo referente a la autoridad en el Judaísmo moderno se refiere a la falibilidad de las decisiones de los líderes rabínicos. Una escuela argumenta que, a pesar de su autoridad incuestionable, los rabinos son seres humanos y, por lo tanto, pueden cometer errores. En consecuencia, ningún rabino tiene una autoridad inviolable. En contraposición, otra escuela asociada con ciertos teólogos ultraortodoxos, argumenta que las decisiones de las principales autoridades rabínicas de cada generación (``gdolei hador''), no pueden ser cuestionadas. Dichos rabinos comprenden de manera intuitiva la verdad de la Torá (``dat Torá'') y, por lo tanto, sus opiniones son infalibles. La raíz de este debate se encuentra, de hecho, en las diferentes interpretaciones del versículo de ``Shoftim'' que ordena a los judíos a obedecer los decretos de los rabinos: ``...No te apartes de la sentencia que te habrán de aclarar, ni a derecha ni a izquierda'' (Deuteronomio 17:11). En su comentario a este versículo, Najmánides sostiene: ``Las Escrituras establecieron la ley de que debemos obedecer al Gran Sanhedrín que se sienta delante de Dios en el lugar que Él elegirá, sea lo que fuera que ellos ordenen en su interpretación de la Torá... porque el Espíritu de Dios reposa en los ministros de Su Santuario. Él nunca cesará Su bondad y siempre los preservará de los errores y tropiezos''. Es decir, Najmánides afirma que Dios asegura la veracidad de sus enseñanzas. Él se refiere a los sabios del Gran Sanhedrín, pero ciertos estudiosos modernos de la Torá argumentan que el principio de infalibilidad debe ser extendido para incluir también a los sabios que lideran cada generación. Rashi da una interpretación opuesta a este versículo. Basado en Sifrei, Rashi comenta: ``Ni a derecha ni a izquierda: ni si te dicen que la derecha es la izquierda y que la izquierda es la derecha''. Es decir, Sifrei y Rashi sostienen que la obligación de seguir a los rabinos se aplica incluso cuando los rabinos están equivocados. Ellos afirman que debemos seguir las decisiones rabínicas constantemente, pero que también podemos reconocer que los rabinos pueden equivocarse. Según esta postura, el principio de infalibilidad no pertenece al Judaísmo, que rechaza idolatrar a su liderazgo rabínico y mantiene una marcada diferencia entre la Ley de Dios y cualquier liderazgo humano. Un profundo análisis debe ser hecho para comprender los fundamentos teóricos de cada una de estas posturas. Me gustaría destacar brevemente uno de los aspectos de este debate. Según la opinión de Najmánides, la autoridad de los rabinos líderes de cada generación está basada en la Revelación y dichos rabinos deben ser vistos como mensajeros de la Palabra de Dios con un poco de autonomía e independencia. En contraposición, la postura de Rashi dice que todos los rabinos tienen independencia para interpretar la Palabra de Dios. Sus herramientas no son las proféticas, que les permiten recibir la Palabra de Dios, sino intelectuales, que los llevan a una comprensión de manera autónoma de la Voluntad de Dios. En conclusión, debe ser tenido en cuenta que, por lejos, la postura dominante en el Judaísmo es aquella de Rashi, que permite la coexistencia entre la razón y la Revelación como dos fuentes de verdad para establecer la ley.
Estudio y análisis Alexander Even-Jen Profesor de Pensamiento Judío, Instituto Schechter de Estudios Judaicos Jerusalem ``Y si te dijeres a ti mismo: ¿Cómo habremos de saber la palabra que no ha hablado Adonai?'' (Deuteronomio 18:21). ¿Cuál es la intención de esta pregunta? ¿Será que la misma refleja la confusión del pueblo? ¿Será que el pueblo duda porque diferentes personas le hablaron en nombre de Dios? ¿Podemos suponer que las personas se dirigieron a Moshé con esa pregunta? Si fueras Moshé, ¿cómo reaccionarías? ¿Será que no estaba claro quién hablaba en nombre de Dios? ¿Será que esto significa que la diferencia entre la profecía de Moshé y de ``los otros profetas`` no estaba clara? Si decimos que Moshé está consciente de que su final está cerca y que con sus palabras debe guiar al pueblo para que puedan poner a prueba a aquéllos que quieran sustituirlo, cabe lugar a la pregunta: ¿por qué su preocupación? ¿Acaso este temor surge por el desafío constante a su liderazgo? La respuesta a esta pregunta es: ``Lo que hablare el profeta en el Nombre de Adonai y no ocurriere la cosa y no viniere, esa es la palabra que no ha hablado Adonai; con alevosía lo ha hablado el profeta, no habrás de temer de él'' (Deuteronomio 18:22). 1- La ``prueba'' propuesta aquí es simple: si lo que el profeta dijo no se cumple, entonces se trata de un ``falso profeta''. Sin embargo, ¿cómo analizar una prueba de este tipo? ¿Acaso todo lo que los verdaderos profetas dijeron se cumplió? ¿Acaso una prueba de este tipo no pone en peligro al mismo Moshé? 2- ¿Acaso esta propuesta ``concreta'' -que verifica la credibilidad del profeta según las ``consecuencias''representa la aceptación-reconocimiento de la imposibilidad de distinguir cuáles de las ``voces'' que se oyen provienen de Dios? ¿No era mejor tratar de probar si la profecía se corresponde con la Voluntad de Dios y su origen es, verdaderamente, del cielo? Maimónides propone un camino parecido para distinguir entre un falso Mesías y el verdadero Mesías: Hay que verificar las ``consecuencias'' y el ``cumplimiento'' de las palabras del ``Mesías''. Maimónides dice: ``Rabi Akiva era uno de los grandes sabios de la Mishná; él fue el hombre de confianza del rey Ben Kuziva (Bar Kojba), y sostenía que él era el Rey Mesías, y así lo creían él y todos los sabios de su generación, hasta que, desdichadamente, fue muerto. Cuando lo mataron, los sabios comprendieron que no había sido el Mesías'' (``Mishné Torá'', Leyes de los Reyes, Cap.11). 1- ¿Será que la intención de Maimónides era decir que si Bar Kojba hubiese tenido éxito, lo hubieran reconocido como el Mesías? 2- ¿Es aceptable que el parámetro de la prueba sea el ``éxito''?
Editado por el Instituto Schechter de Estudios Judaicos, la Asamblea Rabínica de Israel, el Movimiento Conservador y la Unión Mundial de Sinagogas Conservadoras. Traducción: rabina Sandra Kochmann. Dr. Ari Ackerman *