Auguste Rendir
Fecha:1880 En 1880 el financiero Cahen d´Anvers encarga a Renoir los retratos de sus hijas. El de Irene lo completó en sólo dos sesiones en la casa familiar de la rue Bassano de París pero se trata de una de sus retratos infantiles más impactantes. Irene aparece ante un fondo vegetal, vestida con un elegante traje blanco en el que la luz proyecta una sombra coloreada, habitual entre los impresionistas. La tonalidad rojiza de su larga melena contrasta con el blanco del vestido y con los colores oscuros del fondo, creando un atractivo juego de contrastes típico de la pintura clásica. El preciosista dibujo del rostro -especialmente la perfilada nariz, la boca y los ojos- se contrapone con la rapidez de la pincelada, aplicando los colores de manera rápida y eliminando el detallismo que caracteriza las pinturas academicistas, lo que indica que en la década de 1880 el estilo impresionista está asentado entre la sociedad burguesa parisina. La delicadeza y candidez de la jovencita indican la calidad de Renoir a la hora de realizar retratos,