Atracos De Leyenda

  • November 2019
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  • Words: 775
  • Pages: 2
Atracos de leyenda. Se trata de una de las más habituales escenas que se producen en los cruces y semáforos de las grandes ciudades. Mientras estamos parados en nuestro coche, con el disco en rojo, se acerca una persona y ofrece al conductor limpiar el parabrisas a cambio de una propina. Hasta ahí todo normal. Sin embargo, a partir de esa escena han surgido numerosas leyendas urbanas de las cuales hasta el momento no se conoce ni una sola que sea verídica. Ni siquiera aquellas en las cuales el que la cuenta conozca a una persona a la que le ocurrió.

Hace aproximadamente un año un presunto aviso de la policía autonómica catalana, los Mossos dEscuadra, que apareció colgado en numerosos centros de trabajo de Barcelona y que se extendió por Internet alertaba sobre una ola de robos protagonizada por limpiaparabrisas. Se dieron a conocer varias versiona. En una de ellas quienes ofrecían el servicio simulaba que se le caía la moneda en el momento de introducir la mano por la ventanilla al recibir la propina. Como acto reflejo el conductor del coche se agachaba para recoger, dentro del vehiculo, la moneda que se había caído y dársela, de nuevo, al voluntarioso paisano. En ese instante el limpiaparabrisas aprovechaba el descuido del conductor para robar aquello que tuviera a mano. Podría haber sido real pero nunca se produjeron noticias que notificaran hechos de estas características.

A comienzos de 2006 una modificación de esta leyenda circuló por Méjico. Varios medios de comunicación se hicieron eco de un conductor que se encontraba en una gasolinera cuando un hombre le ofreció limpiar el parabrisas. Después de hacerlo el cristal quedó más sucio que limpio, algo también muy típico. El pulidor de vidrio, al darse cuenta, se ofreció al pasar el líquido por la parte interna de la ventanilla y limpió también la parte de la ventana por dentro. En apariencia ahí quedó todo, sin embargo, lo pero estaba a punto de ocurrir.

Según cuenta la leyenda al cabo de unos minutos el conductor empezó a sentirse mareado. Tuvo que detener el coche. En ese instante según el relato que reproducimos tal cual pasó lo siguiente: “Se acercó otro vehículo con unos tipos y al abrirse una de las puertas pude reconocer a la persona que se ofreció a limpiarme el parabrisas”. Instantes después aparecieron en escena unos amigos del conductor a los que acababa de llamar al sentirse desfallecer. Utilizó su teléfono móvil para pedir

auxilio. Gracias a ello no se pudo perpetrar el robo. Al parecer, según la leyenda, ese líquido provocaba el desmayo del conductor lo que permitía al limpiador de vidrios robar dentro del coche cuando el conductor quedaba inconsciente.

En el mensaje que circulaba por todo el país la persona que había sufrido el intento de atraco avisaba a las posibles victimas Ali: “Por favor, cuenten la forma de operara de estos desgraciados. Quien sabe a cuentos han intentado robar o secuestrar de este modo”. La verdad es que tal cosa nunca le pasó a nadie. Pero en cada país existen versiones muy similares a este relato. Se trata de leyendas urbanas que se conocen con el calificativo de “relatos ejemplares” pues pretender avisar a las posibles victimas del peligro que corren.

En estas leyendas entran en juego varios elementos. Muchas veces el conductor del coche es una mujer, lo que da por sí ya tiene un mensaje machista. En no pocas ocasiones estas leyendas tienen un claro componente de xenofobia social e inconsciente porque normalmente la persona que ofrece el servicio es un inmigrante. Quien en no pocas ocasiones han sido victimas de falsas leyendas urbanas que dejan al desnudo muchos comportamientos sociales que, esta vez sí, son por desgracia, muy reales.

Además estos relatos incluyen una serie de elementos que aparecen en otras leyendas urbanas en donde que resulta más que habitual la aparición de sustancias adormecedoras que parecen esparcirse por el aire para facilitar un robo o atraco. Hay leyendas en las cuales un desconocido ofrece oler un perfume pero no se trata de perfume, es éter. Y acto seguido la victima queda dormida. Un relato de estas características se extendió en Buenos Aires en el año 2002. se alertaba a las mujeres sobre aquellas personas que con buen aspecto y apariencia normal se podrían acercar a una persona en el centro comercial interesándose por ese perfume tan esplendido cuyo olor había apercibido el atracador que le ofrecía a la mujer oler otro muy parecido y casi tan bueno. Al hacerlo la persona quedaba dormida. También se trataba de una leyenda urbana como o casi todos los relatos de estas características.

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