Atilio Payeta: interpreta al montador estropeao
capaz que no se lastima si cae pegao al mañero; pero yo caí primero
No olvidaré la voleada
y el pingo me cayó encima.
del reservao aquél día, cuando la gente decía: "¡Ojalá que no sea nada!" Tenía una pierna quebrada pero me pude parar, el saber que voy a sanar no logra que me consuele, porque lo que más me duele es que no puedo montar.
¡Claro que el golpe es distinto cuando se cae separao!, porque hay que caer pegao como moneda en el cinto. Este yeso ya es el quinto con algún clavo también, van diez días y recién seis que aguanto y no me muevo, pa cuando muente de nuevo
En Las Chilcas soy puestero, menos mal que está mi hermano, que vino a darme una mano mientras yo me recupero. ¿Qué sabe el que es estanciero lo que es montar por pasión? Por esa misma razón, antes de que suelde el hueso, tuve que sacarme el yeso porque venía el patrón.
El error fue el engancharlo, porque cuando se las puse, se las bajé desde el tuse como para degollarlo; al sentarse sobre el marlo cuando uno se las arrima,
¡ahí si, me via sentir bien!